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Mazín, Óscar.

“El poder y las potestades del rey: los brazos espiritual y secular en la

Tradición hispánica”. En la iglesia en Nueva España.

La Iglesia en los s XVI-XVIII considerada como una entidad aparte del orden social y no inserta en
él. Una causa es la dicotomía “iglesia-Estado” hoy social/ aceptada y que se proyecta al pasado
remoto. Se precisa reflexionar sobre el carácter parcialmente coextendido de la Iglesia o, sobre la
situación de los cuerpos eclesiásticos en la sociedad; y sobre el hecho de haber sido la potestad
espiritual, y no solo la temporal o secular, que hoy lamamos “civil”, parte sustantiva de poder
político. La dualidad de potestades, la secular-profana y la religiosa-eclesiástica, tampoco se limitó a
la esfera de la corona. L poder se ejerció mediante organización reticular fundía en el espectro
social. Y estuvo disperso y la jurisdicción del rey concurrió con las de otras instancias de autoridad.
En realidadad la unidad agregativa y politica basica no era el “Estado”, sino el nucleo domestrico. El
modelo familiar fue el paradiga de la corte del monarca. Ante la ausencia de un poder central al de
Madrid en la Indias occidenales tomo aqul todo su sentido.

El derecho derecho comun que refundio txtos jurisprudenciales del derecho romano, el canonico o
eclesiastico, de las costumbre y de la teologia moral-se hallo esparcido y fue sumamente
diferenciaso, era refeljo de complejidd social. Cada uno de de los cuepos o “instituciones” de indole
eclesistica se hallo provisto de su propia normatividad y jurisdiccion. Hicieron de la Iglesia una
instancia monolitica e inexpugnable.

La tradicion romana: en el 438 se publico en todo el imperio el Codex Theodosianus o codigo e


Teodosio. Que reunia todas las leyes de Constatio desde que el cristianismo habia sido reconocido
como una rrie de religiones del imprio. En el 380, habia sid proclamo religion oficial, asi a la antigua
religion de la que el emperador desde tiempos de Augusto, era spontifex maximus. Teodosio I
superviso la ortodoxia de los prelados, protegio al clero y sus bienes, promulgo leyes y canones y
guardo o modifico la jerarquia eclesiastica. Teodosio II (408-450) fue autor del Codigo mencionado
el libro el futruro Codigo de Justinano, promulgado en 533. Este define la fe que se tiene,
convirtiendola por lo tanto en “ley”. El carácter iperial y el sacerdotal se confundian por lo tanto en
la prsona del princeps y los emperadores en Bizancio lo recordaron en mas de una ocacion. Para
Justiniano la distincion entre sacerdocio e imperio existio, pero c/ 2 funciones y como 2 poderes o
eniddes independientes. Resumiendo el emperador romano fue un rex y un sacerdos. Promulgava
la fe definida en los concilios covocados por el mismo dandele asi valor legal;

Hispania: Esta doctrina llego a la península ibérica en el transcurso del s V. Al rey y solo al rey le
incumben la fe y la ortodoxia del pueblo. El rey visigodo asumía plenamente las funciones
imperiales de pontines máximos, aunque sin el título.

No s halla n los conceptos romanos aun vigentes ninguna oposicion etr “sacerdocio” e “imperio”
sino que se trata de 2 fuciones. Céline Martin en su estudio sobre el poder en la españa, señala que
reyes y obispos consiguieron crear un sentimiento de pertenencia a su comunididas politica, misma
que un rey-pastor asesorado por sus prelados llevaria hacia el Juicio final. Esta tradicion hispanica
hizo de los obispos dirigentes religisos, y magistrados al cuidado de los subditos. Compartian
muchos de los rasgos de funcionarios seculares de la Corona. Tenian figura tradicional del patronus
y el papel biblico de juez. Lo amplio de sus aribuciones los ubico por encima del defensor civitatis de
los ultimos tiempos del imperio romano.

Entre 730-740 eclesiasticos de Lyon y de Roma afirmaron la superioridad del poder de los obispos
sobe el del emperador donacin de Contantino que produjeron, la Constitutum Contantini, en su
testamento indico que ese emperdor habia cedido al papa el poder imperial sobre oma y en el
reino de los franco a lo largo de los siglos VIII y IX apuntaban a la existencia de los 2 poderes. Con
la excepcion de la parte nororiental, los obispos de España no fueron jamas a Roma a solicitar la
investidura pontificia y los reyes crearon nuevos obispados. La Peninsula iberica se mantuvodentro
de latradicion imperial romana.

La vigencia del Liber ludicum durante los siglos VIII , IX, XI hizo de los monarcar ibericos defensores
d la fe, vicarios de Dios n su reino, unicos rsponsables de la salvacion del pueblo a llos confiado.
Encabezaron las campañas de “restauracion” de España, la llaada “reconquista” gran empresa
colectiva de carácter penitencial.

De Gregorio VII a Alfonso X: el papa incio en el s XI la reforma conocida como “gregoriana”


reforma moral e institucional, y la recuperacion de la “donacin de Constantino” . la “Querella de las
investiduras” definio la teoria de los dos poderes, espiritu y temporal, que escindio el antiguo
concepto del poder. Gregorio VII recurrio a la falsa donacion para afirmar que “el reino de España
habia stado sometido dsd simpre a San Pedro” y para exhorar a los nobles francos a partir hacia la
peninsula a recuperar la tierra de los “paganos”.

Los reye de Castilla, y los de Aragón y luego los de Portugal, adoptaron el tito hispánico. Pero fieles
a la tradición teodosiana, no aceptaron la injerencia pontificia en la nominación de los obispos.
Consideraron que la persecución de las herejías era de su incumbencia.

El código teodosiano, el rey Alfonso X dio comienzo a su obra jurídica por las cuestiones relativas a
la fe. Los s1ro títulos define los artículos de la ley, los demás 22 define los artículos de la fe,
sacramentos, clérigos, iglesias, monasterios, sepulturas, el derecho de patronazgo, la simonía, los
sacrilegios, el diezmo, las limosnas y los peregrinos.

En la 2da mitad s XIII los códigos jurídicos elaborados en la península evidencian el fracaso de la
“reforma gregoriana” o sea las pretensiones pontificias de desempeñar el papel de “emperadores de
Occidente”. Los reyes no reconocieron al papa como “mayor en lo temporal” sino que siguieron
actuando como emperadores romanos o bizantinos, definen la fe y especifican manifestaciones
externas de la religión, culto, ayunos, descanso dominical o velar por el clero y sus bienes. El poder
del papa era esencial/ espiritual, se insertaba en el campo de la teología y del dogma; en ningún
caso se extendía por encima del poder real y ni siquiera se ejercía s/ los cuerpos eclesiásticos. La
reforma gregoriana llego a su apogeo bajo Inocencio II (1198-1216) ejerció su autoridad y recurrió
con éxito a nuevos recursos cuando los príncipes se aparvan del acatamiento. Uno de ellos fueron
las ordenes mendicantes, se aparición se dio bajo estricta vigilancia pontificia

De Alfonso el Sabio a los Reyes Católicos: Los textos legales de Alfonso X no tuvieron gran alcance
a finales s XIII. La revuelta de la nobleza, el fracaso del fecho del imperio y la sublevación del
infante Sancho plantearon graves problemas en el reino de Castilla. Por ellos tratado relativos al
poder real escritos en la 1ra mitad del s XIV buscaran nuevas vías y retoman el tema de las 2
espadas y la supremacía del poder espiritual s/ los poderes temporales. Partidarios de la plenitud
potestatis del papa afirmaban que este había recibido de Dios el poder, y que los príncipes sólo
ejercían los suyos en virtud de una delegación pontificia.

Canonimas consideraban que existía un repartimiento entre el poder espiritual y el temporal, que
ambos gozaban de autonomía, pero el 2do era inferior al 1ro. Para el franciscano Álvaro Pelayo
(1280-1352) el papa, dotado con la plenitudo potestatis, con el imperium universale, era el vicario
de Cristo, un sacerdos et rex fuente de toda justicia. Ejercía, por lo tanto, “la jurisdicción universal en
el mundo entero no sólo en lo espiritual sino también en lo temporal”.

El papa delegaba a emperadores y reyes el poder temporal, podía quitarles el trono, en la práctica
no parece haber influido en los reyes en Castilla. A lo largo del siglo XV el poder real se afianzo y la
reflexión sobre el poder adquirió otro cariz ante el problema del Cisma de Occidente, que vio
afrontarse a “papalistas” y “conciliaristas” en el concilio de Constanza y sobre todo en el de Basilea.
En Castilla, sin embargo, los reyes se mantuvieron fieles a la tradición. No promulgaron ni acataron
el Concordato que a partir de 1418 reservó al papa el derecho de proveer los beneficios
eclesiásticos.

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