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2. El dualismo cristiano.
La idea del dualismo de poderes está en la entraña de la civilización occidental, siendo la delimitación de
sus ámbitos de competencia una de las grandes cuestiones de su historia.
• Origen: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt.22, 21), aquí se rompe la
unidad que existía en ese momento, es decir, hay dos potestades dos ámbitos distintos que no se
deben confundir, el cristianismo irrumpe un orden establecido.
• Difusión: Hay que obedecer a las autoridades en cuanto que se les puede dar, pero hay que
desobedecerlas si no se les puede dar. Justifican la obediencia a las autoridades legítimas del
Imperio, pero rechazan el tributar culto al Emperador.
3. El cesaropapismo.
- Oriente: Cesaropapismo
Contexto histórico → Imperio romano, advenimiento del cristianismo. Organización monista del culto
religioso: integración entre sus dioses tradicionales de las divinidades de los pueblos conquistados.
Respetaba sus antiguas tradiciones pero obligaba la adoración al Emperador.
Problema → Conflicto con cualquier religión monoteísta. Razón por la cual, a los cristianos se les
consideraba ateos, ya que rechazaban cultos tradicionales.
En el Imperio romano de Oriente seguirá vigente hasta el siglo XV debido a la invasión de los turcos, el
sistema del cesaropapismo se desarrollará sin ningún problema mayor. A causa de la situación que se está
dando en Oriente, el papa Gelasio I, enviará dicha carta abogando por el dualismo cristiano.
El cesaropapismo se va a dar en Oriente en el imperio bizantino, p.e., El Corpus Iuris Civiles, tanto en el
código como en las novelas, el emperador regula asuntos que no le corresponden, es decir, de carácter
religioso.
El Nomocanon, es una disposición del emperador, nomon son normas políticas y el canon son normas
religiosas, entonces, cuando el emperador promulga nomocanones no se está materializando el dualismo
y por ese motivo el Papa envía esta carta.
4. El hierocratismo.
Occidente: Hierocratismo
En cambio, en Occidente el difícil equilibrio del dualismo gelesiano se descompensaría a favor de la Iglesia,
al instaurarse el sistema del hierocratismo medieval, que alcanzó su período de plenitud en los siglos XII y
XIII. A la caída el imperio de Occidente surge otra situación, que es, que los pueblos bárbaros y germánicos
se romanizan, es decir, abandonan sus costumbre y se romanizan, utilizan la cultura romana como cultura
universal, en está nueva cultura aumenta el prestigio del papado, debido, al interés de los germanos por
romanizarse, ya que es la única autoridad que queda del imperio romano, durante toda la Edad media, es
decir, desde la caída del imperio romano hasta la romanización de los barbaros y esto acaba
desembocando en la edad media en el Hierocratismo (papa por encima de los reyes), por tanto, se
supedita el poder político al religioso, el papa incluso llega a deponer a los reyes.
En estos años cruciales, los papas van a llevar a cabo una empresa que se desarrolla en dos fundamentales
frentes. El primero, conseguir la independencia del papado, frente a la tutela de los emperadores del
Sacro Imperio Romano y en segundo lugar, una reforma interna para centralizar el gobierno eclesiástico,
esta empresa reformadora se le conoce con el nombre de reforma gregoriana, durante el pontificado de
Gregorio VII, se afianzó la consideración del papa como cabeza de la Cristiandad, sobre la base de la
superioridad del poder espiritual sobre el temporal.
El papado reivindicó la libertad para nombrar a los dignatarios eclesiásticos, esta reivindicación planteó la
famosa querella de las investiduras, que complico mucho las relaciones entre el emperador del Sacro
Imperio Romano (suprema cabeza temporal de la cristiandad) y el papa (suprema cabeza espiritual de la
Iglesia).
Las relaciones feudales, en la Edad media se convierten en juramentos, es decir, ponen a Dios por testigo,
por tanto, entra en juego el Papa, adquiriendo la máxima potestad.
El planteamiento hierocrático se consolida en el siglo XI, a partir de Gregorio VII, el núcleo doctrinal está
en la consideración de la superioridad del poder espiritual sobre el temporal, que lleva a someter el poder
de los príncipes a la jurisdicción de la Iglesia.
Regalismo en España
Galicanismo en Francia
Jurisdiccionalismo en Italia
Febronianismo en Alemania
Josefinismo en Austria
El núcleo del sistema regalista, se basó en una magnificación religiosa del fundamento del poder real: el
llamado derecho divino de los reyes. ( iura maiestatica), a través de unos reconocimientos del derecho
acerca de lo sagrado estos derechos fueron otorgados por el papa, son:
Hoy en día el rey de España, tiene un cargo eclesiástico, es canónigo de Santa María la Mayor.
2..1. Regio patronato universal, es decir, todos los cargos eclesiásticos los
nombraba el rey, eso se plasmo en el Concordato de 1753 entre Fernando VI y
Benedicto XIV.
2..2. Vicariato Regio implicaba que para América el papa era los reyes de
España, es decir, eran los virreyes que eran cargos eclesiásticos y políticos, (en las
Indias; Bulas inter caeteris)
2..3. Otra de las peculiaridades es el pase regio o regio exequátur llevado a sus
extremos, donde no se podía ejecutar en España ningún documento proveniente
de Roma sino era incorporado mediante el pase regio, fue consolidado con Carlos
III.
2..4. Y la Agencia General de Preces, también con Carlos III, todas las
peticiones que se tenían que hacer a Roma tenían que pasar antes por el rey.
La inquisición de las Coronas españolas, las inquisiciones no respondían ante Roma, ante el papa, sobre
los reinos de España existía una inquisición propia en manos de los monarcas.
La idea de tolerancia en materia religiosa fue encontrando una fundamentación teórica en el siglo
XVIII, bajo el influjo de la Escuela racionalista de Derecho natural (iusnaturalismo= ciertos
derechos inalienables al hombre), además estas raíces doctrinales fueron cobrando fuerza con la
Ilustración y se concretan con las revoluciones de finales del siglo XVIII. Aparecen las teorías de
Bodino, aparecen los Estados, estos Estados se inspiran en un fuerte movimiento filosófico y
cultural de origen francés y también británico que es la ilustración, es un movimiento político,
filosófico y también religioso, lo que dice es que todo se debe regular sobre las reglas de la razón,
la diosa razón.
Uno de los frutos concretos de estas revoluciones son las declaraciones de derechos, derechos
que se conciben como inherentes a la existencia humana, poniendo en práctica el principio del
contrato social de Locke y de Rosseau.
Tanto la revolución francesa como la norteamericana, pese a su común base ideológica iluminista,
el tratamiento del factor religioso en las declaraciones de derechos no es idéntico en Estados
Unidos y en Francia.
• El modelo de EEUU
1. Origen: existen persecuciones religiosas, por tanto, mucha gente del viejo continente viaja a
EEUU, nace como un estado aconfesional, donde todo el mundo puede practicar su religión, el
Estado no entra en materias religiosas, la obsesión por las persecuciones es lo que da lugar a
la revolución liberal.
2. La declaración de derechos de Virginia de 1776 la libertad religiosa queda expresa en el
artículo 16 del 12 de junio de 1776; dice que todos los hombres tienen libre conciencia para
practicar cualquier religión cristiana.
3. Se consigue la libertad religiosa, el Estado no impone.
• Modelo de Francia
1. Origen: No nace de las persecuciones religiosas, sino, que nace debido a la opresión de la
sociedad estamental.
2. Se produce la declaración de derechos del hombre y del ciudadano entre los días 20 y 26 de
agosto de 1789 aprobada por la Asamblea Nacional francesa.
3. Libertad religiosa: Libertad de cualquier imperativo ético o religioso, es decir, libertad religiosa
se concibe como la posibilidad de que un individuo crea o no, es decir, pretende romper
contra la homogeneidad del catolicismo, lo que se defienden son las opiniones, en cambio, en
la Declaración de Virginia, al considerar la religión como algo positivo, se manifiesta una
mayor protección jurídica de la religiosidad.
Se caracteriza por la decepción por parte de la ciudadanía respecto de sus estados, auge del sentimiento
nacionalista y la consideración del Estado como capaz de solucionar cualquier necesidad de sus
ciudadanos.
- Marxismos soviético: El primer totalitarismo es en el siglo XVII en Rusia es el marxismo soviético,
caracterizado por el ateísmo, solucionada la necesidad religiosa considerando que no existe necesidad
religiosa, es decir, se considera a la religión como el opio del pueblo y se pretende liberar al ciudadano de
él (ateísmo beligerante frente al creyente), de modo que el proyecto político de este tipo de Estado es
confesionalmente ateístico, ya que, lo religioso es alienante.
- Fascismo: Se pretende la recuperación del orgullo nacional considerando la raza nacional como algo
superior, el nazismo es racista.
- Nazismo
La libertad religiosa como derecho humano: Estados democráticos
o Concepto actual: Estado que no reconoce a ninguna religión como oficial. Se conoce
también como Estado aconfesional o Estado neutral.
• Clases
o Separación plena o absoluta: Indiferencia o neutralidad ante el fenómeno religioso.
Radical distinción, impermeabilidad del Estado, este fue el modelo por el que optó
EEUU para proteger a todas las confesiones el Estado no puede entrar en ninguna
materia Declaración de Virginia.
1. Acontecimientos históricos
En primer lugar es destacable la aparición del Estado moderno, a cuyo frente se encuentra el Monarca
absoluto. La filosofía política con la que parten estos Estados es la de que únicamente el Estado es el
soberano en su territorio (Maquiavelo y Bodino) y la Iglesia tiene limitada su actuación, bien porque no
tiene capacidad para ejercer ningún tipo de poder jurídico (Marsilio de Padua, Lutero), bien porque el
Estado va a intervenir intensamente en la vida religiosa de sus ciudadanos (regalismo).
Este acontecimiento político se ve apoyado por otros dos cuyo nacimiento se encuentra en el seno de la
propia Iglesia Católica: la reforma protestante y la doctrina regalista o jurisdiccionalista.
La reforma protestante niega como uno de sus postulados primarios la existencia de un poder jurídico en
la Iglesia, reduciéndola al ámbito interno y espiritual. Por tanto, como la única autoridad pública
reconocida es el Estado, corresponde a éste la regulación de la entera vida social, civil y religiosa, de sus
ciudadanos.
La doctrina regalista de los siglos XVII y XVIII, a través de las prerrogativas y derechos de los monarcas
católicos (“iura circa sacra”), produce una intervención estatal en asuntos de la Iglesia, que culmina en la
formación de un verdadero derecho estatal sobre materia religiosa.
En consecuencia, en la vía de los hechos, encontramos Estados confesionalmente protestantes que
regulan todas las materias eclesiásticas y Estados confesionalmente católicos que regulan también dichas
materias, aunque sobre el respeto, al menos formal, del dualismo cristiano. Por tanto aparece un nuevo
sector del ordenamiento estatal dedicado a regular las materias religiosas: el Derecho Eclesiástico del
Estado.
A estas situaciones de hecho va a ayudar la aparición de Escuelas científicas del Derecho que ofrecen
nuevos postulados doctrinales.
– la Escuela Racionalista del Derecho Natural, cuyo máximo representante fue Tomasio, fundamenta todo
el ordenamiento jurídico únicamente en la razón. Si el Derecho natural es fruto de la razón, presente en
toda naturaleza humana, y la razón puede estudiarlo y comprenderlo todo (se la llama “Diosa Razón”, es el
“Siglo de las luces”), el Derecho Natural podrá y tendrá que regularlo todo. Y así inician estos autores una
labor de codificación de todo el Derecho Natural. Sobre esta base se pretende elaborar un sistema
completo de Derecho Eclesiástico, cuya unidad interna vendría dada por razón del objeto o la materia: la
religiosa. Su fuente será siempre la misma: la razón. Y la Autoridad competente es aquella que tiene el
gobierno social: el Estado. Por tanto, el Derecho Eclesiástico, para la Escuela iusnaturalista racionalista,
comprende todas las normas dictadas por el Estado en materia religiosa, siempre que emanen de la razón.
– Como reacción a la Escuela Racionalista nace en Alemania la Escuela Histórica del Derecho. Para los
racionalistas, como la razón es inmutable, el Derecho Natural será también inmutable y perpetuo. Por
tanto, una vez codificado, será tipificado de forma definitiva. Para los autores de la Escuela Histórica, entre
los que destaca Friedberg, el Derecho es un producto histórico, dinámico, cambiable. El Derecho depende
del contexto social e histórico en el que es promulgado, es decir, el Derecho vigente. Para estos autores es
constatable que en la sociedad alemana hay un Derecho vigente sobre materia religiosa que emana de
tres fuentes distintas: la Iglesia Católica, las Iglesias Protestantes y los Estados. Por tanto, al igual que en el
caso anterior, para la Escuela Histórica el Derecho Eclesiástico se define por su objeto material: lo
religioso. Pero amplía las fuentes de las que emana, incluyendo tanto las normas eclesiásticas como las
estatales. Y añade un concepto jurídico más: la vigencia. Por tanto, el Derecho Eclesiástico, para la Escuela
Histórica del Derecho, comprende todas las normas dictadas en materia religiosa, cualquiera que sea su
fuente, siempre que se encuentren vigentes en la sociedad a la que van dirigidas.
– La tercera escuela doctrinal que influye en el concepto científico de “Derecho Eclesiástico” es la del
positivismo jurídico. Con esta línea filosófico–jurídica se opera una doble reducción de lo jurídico: por una
parte, a las normas positivas, excluyendo las de origen natural; y por otra parte, a las normas de
procedencia estatal, excluyendo la juridicidad de los mandatos provenientes de autoridades no estatales.
El Derecho Eclesiástico se restringe a aquél que emana del Estado, negando incluso que el Derecho
canónico sea verdadero Derecho. Según esta doctrina sólo el Estado puede dictar normas jurídicas en
materia religiosa.
En resumen, mantienen una posición monista acerca de lo que es el Derecho Eclesiástico y la ciencia que
lo estudia la Escuela Racionalista del Derecho Natural y la doctrina positivista. Por su parte, mantiene una
posición dualista del Derecho Eclesiástico la Escuela Histórica del Derecho.
– objeto material, el hecho o factor sobre el que propiamente se verifica el estudio científico. En nuestro
caso, el objeto material de estudio es el fenómeno religioso presente en un determinado Estado.
– objeto formal o perspectiva formal, el modo de aproximación a ese objeto material, es decir, qué faceta
concreta interesa del mismo. El Derecho Eclesiástico del Estado se tipifica por la relevancia jurídico–social
del fenómeno religioso, esto es, que dicho fenómeno se configure como un factor social específico. No
interesa, pues, la veracidad o falsedad de las doctrinas religiosas o la ineficacia de sus instituciones o las
obligaciones morales impuestas a los fieles. El Derecho Eclesiástico del Estado estudia, por ejemplo, no el
motivo por el que un hombre cree que la guerra es injusta o inmoral, sino el que ese mismo sujeto se
niegue a cumplir el deber social de servicio militar por impedírselo esos motivos.
– metodología propia, el procedimiento lógico–científico de alcanzar los resultados a partir de los datos
obtenidos. Como rama de la ciencia jurídica la ciencia eclesiasticista debe servirse únicamente del método
jurídico, aunque pueda recibir y utilizar datos provenientes de otras ciencias como la Historia, la Sociología
o la Política. Pero como ciencia jurídica debe partir de los datos obtenidos del análisis del ordenamiento
jurídico, en nuestro caso el español, aplicándoles los principios informadores de esa rama jurídica, para
poder determinar aquello que es justo en cada caso.
De lo dicho se desprende una primera consecuencia: previo a la ciencia se encuentra el dato, es decir,
antes de que pueda existir la ciencia eclesiasticista tiene que existir el ordenamiento jurídico
eclesiasticista. Y a ambas realidades se les denomina genéricamente como “Derecho Eclesiástico del
Estado”, aunque es preciso en estos momentos iniciales proceder a su distinción.
El ordenamiento jurídico eclesiasticista español es objeto de estudio de todo el módulo teórico y sobre él
versarán las restantes lecciones del programa, así como la pasada lección introductoria. En ella quedó
demostrada la existencia histórica de un sector del ordenamiento jurídico dedicado a regular los efectos
jurídico–sociales del fenómeno religioso. En las siguientes lecciones se estudiarán las normas del Derecho
Eclesiástico español vigente.
Y en la presente lección nos detendremos en el estudio de la ciencia eclesiasticista, cuál es su objeto y su
autonomía científica dentro de la Ciencia del Derecho.
B. DENOMINACIÓN DE LA DISCIPLINA
La palabra “eclesiástico” es un adjetivo que deriva del término latino “ecclesia”, esto es, “Iglesia”. Según
esto, por Derecho Eclesiástico debería entenderse el derecho promulgado por la Iglesia. Y así se entendió
durante algunos siglos, como hemos visto, cuando la regulación de las materias religiosas pertenecía en
exclusiva a las Autoridades eclesiásticas, y Derecho Eclesiástico se identificaba con Derecho Canónico (“Ius
canonicum seu Ecclesiasticum”). En España estos términos fueron sinónimos hasta prácticamente el siglo
XX. No sucedió así en los países protestantes.
En efecto, con la Reforma protestante por Derecho Eclesiástico se entendió, no sólo el Derecho canónico
que estaba vigente en los principados católicos, sino también el proveniente del poder político que adoptó
la nueva fe reformada. Para evitar confusiones en el mundo germánico al Derecho canónico se le llamó
“Kirchenrecht” y la legislación dictada por los reyes y príncipes en materia religiosa vino en llamarse
“Staatskirchenrecht”, es decir, Derecho Eclesiástico del Estado. Por esta razón se dice que el Derecho
Eclesiástico tiene una impronta marcadamente protestante.
En el ámbito católico, a inicios del siglo XX, y tras el auge alcanzado en Italia por los autores señalados
anteriormente, empieza a denominarse la nueva ciencia como “Diritto Ecclesiastico dello Stato”, que era
una simple traducción del alemán.
En España la denominación no tomó carta de naturaleza hasta su oficialización mediante el Real Decreto
de 26 de septiembre de 1984 en el que se establece que los profesores de Derecho canónico en las
Facultades de Derecho se transformarán vi lege en profesores de Derecho Eclesiástico del Estado.
A pesar de su oficialización y de la paulatina generalización de su uso, el término sigue sin ser afortunado,
ya que se presta a no pocas confusiones. En primer lugar, porque a muchos les recuerda sólo el Derecho
de la Iglesia católica. En segundo lugar, por cuanto dicho concepto se aplica a otras confesiones a las que
el término “Iglesia” resulta totalmente ajeno (por ejemplo, islámicos, judíos, budistas, etc.). Por ello se han
propuestos otros términos para referirse a esta disciplina: “Derecho confesional”, “Derecho cultual o de
los cultos”, “Derecho religioso o de las confesiones religiosas”. En Francia se suele utilizar el término
“Derecho eclesiástico civil”. Sin embargo, una vez entendido el origen y tradición de la denominación de
esta ciencia jurídica, dicho término es suficientemente preciso y técnico.
OBJETO
El ámbito u objeto de nuestra disciplina se centra principalmente en el estudio de la legislación específica
sobre el factor religioso en general. Toda norma jurídica que regule lo religioso será objeto de nuestro
estudio. Nos referimos a las normas promulgadas o aceptadas expresamente por el Estado.
Sin embargo, aunque esto aparece como algo claro y pacífico, nada hay más lejos en la literatura científica.
Entre los debates actualmente más generalizados destacamos dos:
a) la relación entre libertad religiosa y el Derecho Eclesiástico; y
b) la ampliación del objeto de la disciplina.
D. POSICIÓN DEL DERECHO ECLESIÁSTICO DEL ESTADO ENTRE LAS CIENCIAS JURÍDICAS
La doctrina está de acuerdo en incluir la ciencia eclesiasticista entre las ciencias del derecho público
interno. Se aportan para ello las siguientes razones:
– En primer lugar, porque el Derecho Eclesiástico comprende en su estudio las relaciones entre las
Confesiones religiosas y el Estado, lo que le da necesariamente un carácter público.
– En segundo lugar, porque contempla el derecho público subjetivo de libertad religiosa que corresponde
a los individuos y a las confesiones.
–En tercer lugar, porque el Derecho Eclesiástico se ocupa principalmente de las normas constitucionales y
administrativas referentes al factor religioso. De ahí que en los países donde no tiene reconocida
autonomía didáctica, se enseñe en las asignaturas de Derecho Constitucional o en la de Administrativo.
Sin embargo conviene hacer notar la especificidad propia del Derecho Eclesiástico. Como señala el
profesor ESCRIVÁ «frente a otras ramas del Derecho, como el constitucional o el administrativo, para las
cuales la comprensión del Estado y la correcta organización del poder es la primera preocupación, aunque
sea con el fin de democratizarlo y hacerlo más humano para el ciudadano, el Derecho eclesiástico
considera inmediata y primariamente al individuo como persona, preexistente al Estado, y cuida del
reconocimiento y garantía de aquel derecho nuclear, la libertad religiosa, sin el cual el horizonte político
devendría a ser el todo, el antes, el ahora y el después del mero individuo».
– En cuarto lugar, pertenece al derecho interno porque las normas reguladoras de este factor pertenecen
a ese ámbito. Otra ciencia distinta es la del Derecho Eclesiástico internacional, basada en el estudio de los
Tratados internacionales sobre la religión.
En definitiva, como señala GONZÁLEZ DEL VALLE, no estamos ante una rama del ordenamiento jurídico
español similar al derecho civil o penal. El Derecho Eclesiástico es una especialización o rama “transversal”
ocupada en resolver de forma unitaria los problemas que plantea el fenómeno religioso en España. Por
eso es necesario para su estudio el conocimiento de los datos aportados por el resto de ramas jurídicas:
constitucional, administrativo, civil, penal, laboral, fiscal o procesal.
Artículo 16.
1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las
comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el
mantenimiento del orden público protegido por la Ley.
2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en
cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes
relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.
c. Otros artículos de interés: 13, 15, 20, 21, 22, 27, 30, 32, 34, 39 y 46.
VALORES
- Presupuesto: la dignidad de la persona como fundamento del orden político y la paz social
(art. 10.1 CE).
- Conclusión: tratamiento jurídico del factor religioso desde un punto de vista personalista,
no institucionalista (o de relaciones Iglesia-Estado).
- En el ámbito del derecho derivado: Por ejemplo, Resolución de 22 de mayo de 1984 y Reglamento (CE)
Nº 2201/2003 del Consejo, de 27 de noviembre de 2003), la Unión en este reglamento habla de cómo
acabar con las sectas.
Artículo Primero.
1. El Estado garantiza el Derecho Fundamental a la Libertad Religiosa y de Culto, reconocida en
la Constitución, de acuerdo con lo prevenido en la Presente Ley Orgánica.
2. Las creencias religiosas no constituirán motivo de desigualdad o discriminación ante la Ley. No podrán
alegarse motivos religiosos para impedir a nadie el ejercicio de cualquier trabajo o actividad o el
desempeño de cargos o funciones publicas.
3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal.
Artículo Segundo.
1. La Libertad Religiosa y de culto garantizado por la Constitución comprende, con la consiguiente
inmunidad de coacción, el derecho de toda persona a:
a. Profesar las creencias religiosas que libremente elija o no profesar ninguna; cambiar de confesión
o abandonar la que tenía; manifestar libremente sus propias creencias religiosas o la ausencia de
las mismas, o abstenerse de declarar sobre ellas.
b. Practicar los actos de culto y recibir asistencia religiosa de su propia confesión; conmemorar sus
festividades; celebrar sus ritos matrimoniales; recibir sepultura digna, sin discriminación por
motivos religiosos, y no ser obligado a practicar actos de culto o a recibir asistencia religiosa
contraria a sus convicciones personales.
c. Recibir e impartir enseñanza a información religiosa de toda índole, ya sea oralmente, por escrito
o por cualquier otro procedimiento; elegir para sí, y para los menores no emancipados e
incapacitados, bajo su dependencia, dentro y fuera del ámbito escolar, la educación religiosa y
moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
d. Reunirse o manifestarse públicamente con fines religiosos y asociarse para desarrollar
comunitariamente sus actividades religiosas de conformidad con el Ordenamiento Jurídico
General y lo establecido en la presente Ley Orgánica.
2. Asimismo comprende el derecho de las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas a establecer
lugares de culto o de reunión con fines religiosos, a designar y formar a sus ministros, a divulgar y
propagar su propio credo, y a mantener relaciones con sus propias organizaciones o con otras confesiones
religiosas, sean en territorio nacional o en el extranjero.
3. Para la aplicación real y efectiva de estos derechos, los poderes públicos adoptarán las medidas
necesarias para facilitar la asistencia religiosa en los establecimientos públicos militares, hospitalarios,
asistenciales, penitenciarios y otros bajo su dependencia, así como la formación religiosa en centros
docentes públicos.
Artículo Tercero.
1. El ejercicio de los derechos dimanantes de la Libertad Religiosa y de Culto tiene como único límite la
protección del derecho de los demás al ejercicio de sus libertades públicas y derechos fundamentales, así
como la salvaguardia de la seguridad, de la salud y de la moralidad pública, elementos constitutivos del
orden público protegido por la Ley en el ámbito de una sociedad democrática.
2. Quedan fuera del ámbito de protección de la presente Ley las actividades, finalidades y entidades
relacionadas con el estudio y experimentación de los fenómenos psíquicos o parapsicológicos o la difusión
de valores humanísticos o espirituales u otros fines análogos ajenos a los religiosos.
Artículo Cuarto.
Los derechos reconocidos en esta Ley ejercitados dentro de los límites que la misma señala serán
tutelados mediante amparo judicial ante los Tribunales Ordinarios y amparo constitucional ante el
Tribunal Constitucional en los términos establecidos en su Ley Orgánica.
Artículo Quinto.
1. Las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas y sus Federaciones gozarán de personalidad jurídica
una vez inscritas en el correspondiente Registro Público, que se crea, a tal efecto, en el Ministerio de
Justicia.
2. La inscripción se practicará en virtud de solicitud, acompañada de documento fehaciente en el que
consten su fundación o establecimiento en España, expresión de sus fines religiosos, denominación y
demás datos de identificación, régimen de funcionamiento y órganos representativos, con expresión de
sus facultades y de los requisitos para su válida designación.
3. La cancelación de los asientos relativos a una determinada Entidad religiosa sólo podrá llevarse a cabo a
petición de sus órganos representativos o en cumplimiento de sentencia judicial firme.
Artículo Sexto.
1. Las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas inscritas tendrán plena autonomía y podrán
establecer sus propias normas de organización, régimen interno y régimen de su personal. En dichas
normas, así como en las que regulen las instituciones creadas por aquellas para la realización de sus fines,
podrán incluir cláusulas de salvaguarda de su identidad religiosa y carácter propio, así como del debido
respeto a sus creencias, sin perjuicio del respeto de los derechos y libertades reconocidos por
la Constitución, y en especial de los de libertad, igualdad y no discriminación.
2. Las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas podrán crear y fomentar, para la realización de sus
fines, asociaciones, fundaciones e instituciones con arreglo a las disposiciones del Ordenamiento Jurídico
General.
Artículo Séptimo.
1. El Estado, teniendo en cuenta las creencias religiosas existentes en la sociedad española, establecerá,
en su caso, acuerdos o convenios de cooperación con las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas
inscritas en el Registro que por su ámbito y número de creyentes hayan alcanzado notorio arraigo en
España. En todo caso, estos acuerdos se aprobarán por Ley de las Cortes Generales.
2. En los acuerdos o convenios, y respetando siempre el principio de igualdad, se podrán extender a
dichas Iglesias, Confesiones y Comunidades. Los beneficios fiscales previstos en el Ordenamiento Jurídico
General para las entidades sin fin de lucro y demás de carácter benéfico.
Artículo Octavo.
Se crea en el Ministerio de Justicia una Comisión asesora de Libertad Religiosa compuesta de forma
paritaria y con carácter estable por representantes de la Administración del Estado, de las Iglesias,
confesiones o comunidades religiosas o federaciones de las mismas, en las que, en todo caso, estarán las
que tengan arraigo notorio en España, y por personas de reconocida competencia cuyo asesoramiento se
considere de interés en las materias relacionadas con la presente Ley. En el seno de esta Comisión podrá
existir una comisión permanente, que tendrá también composición paritaria.
A dicha Comisión corresponderán las funciones de estudio, informe y propuesta de todas las cuestiones
relativas a la aplicación de esta Ley, y particularmente, y con carácter preceptivo, en la preparación y
dictamen de los acuerdos o convenios de cooperación a que se refiere el artículo anterior.
DISPOSICIÓN TRANSITORIA PRIMERA.
El Estado reconoce la personalidad jurídica y la plena capacidad de obrar de las entidades religiosas que
gocen de ella en la fecha de entrada en vigor de la presente Ley. Transcurridos tres años solo podrán
justificar su personalidad jurídica mediante, la certificación de su inscripción en el Registro a que esta Ley
se refiere.
- Concepto: Son negocios jurídicos de Derecho público externo, celebrados por la vía diplomática. Hoy se
admite únicamente, que son acuerdos con naturaleza jurídica de tratado internacional. Ambas partes
contratantes quedan ligadas a lo concordado en virtud del principio pacta sunt servanda.
- Características:
1. Leyes estatales internas
2. Negociación previa, sometidos a la decisión final de las Cortes Generales.
3. A efectos prácticos, hay en los acuerdos una cierta equiparación tendencial con los Acuerdos con la
Santa Sede, por tanto, se respeta el principio de igualdad a través de un tratamiento específico a cada
confesión religiosa de acuerdo con su naturaleza.
- En cuanto al contenido: El art. 7.2 simplemente señala “en los Acuerdos o Convenios y respetando
siempre el principio de igualdad, se podrá extender a dichas Iglesias, Confesiones y Comunidades los
beneficios fiscales previstos en el ordenamiento jurídico general para las Entidades sin fin de lucro y
demás de carácter benéfico”.
- Extinción: en aplicación del principio «pacta sunt servanda» según normas de derecho internacional
público, varias son las causas:
1. por mutuo consentimiento de las partes.
2. por causas previstas mismo Acuerdo
3. por conculcación del mismo, es decir, en caso de violación una de las partes dejaría de estar obligada,
en aplicación al principio frangenti fidem, fides non est servanda.
4. y por cambio radical de la sociedad, en aplicación a la cláusula rebús sic stantibus, ya que un acuerdo, se
realiza en un contexto determinado y un cambio de éste puede ser perjudicial para unas de las partes o
para ambas. Causas de Extinción de los Acuerdos: Se extinguen por las causas comunes de cualquier
Tratado Internacional, tal y como regula el Art. 98.1 CE. La ilegitimidad de la extinción, se basa en la
voluntad unilateral de alguna de las partes, es decir, el Acuerdo se ha de extinguir bilateralmente y no de
forma unilateral.
- Acuerdos vigentes:
..1. Convenio de 1962 sobre reconocimiento de estudios no eclesiásticos
..2. Acuerdo básico de 1976 sobre nombramiento obispos y renuncia fuero
eclesiástico
..3. Acuerdos de 1979: sobre asuntos jurídicos; enseñanza y asuntos culturales;
asistencia religiosa y servicio militar; y asuntos económicos
..4. Acuerdo sobre asuntos de interés común en Tierra Santa de 1994
21. Fuentes típicas: Los Acuerdos celebrados al amparo del art. 7 LOLR.
3. Acuerdos celebrados según el artículo 7 de la Ley Orgánica de libertad religiosa (I)
▪ Art.16.3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán
en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las
consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás
confesiones.
▪ Art.7.1 LOLR: El Estado, teniendo en cuenta las creencias religiosas existentes en
la sociedad española, establecerá, en su caso, acuerdos o convenios de
cooperación con las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas inscritas en el
Registro que por su ámbito y número de creyentes hayan alcanzado notorio
arraigo en España. En todo caso, estos acuerdos se aprobarán por Ley de las
Cortes Generales.
▪ Art.7.2 LOLR: En los acuerdos o convenios, y respetando siempre el principio de
igualdad, se podrán extender a dichas Iglesias, Confesiones y Comunidades. Los
beneficios fiscales previstos en el Ordenamiento Jurídico General para las
entidades sin fin de lucro y demás de carácter benéfico.
o Sujetos:
▪ el Estado español, a través del Gobierno, y éste, a su vez, de la Comisión Asesora
de libertad religiosa
▪ las Entidades religiosas: Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas, así como
sus Federaciones, que cumplan los siguientes requisitos
o Requisitos de las Confesiones: Según el art. 7 de la LOLR.
▪ personalidad jurídica civil (inscripción en el Registro de Entidades Religiosas)
▪ notorio arraigo en España (ámbito geográfico e histórico y número de creyentes)
▪ reconocimiento del notorio arraigo por la Comisión Asesora de libertad religiosa
o Entidades religiosas con notorio arraigo reconocido:
▪ Federación de Entidades Religiosas Evangélicas De España – FEREDE (1984)
▪ Federación de Comunidades Judías de España – FCJE (1984)
▪ Comisión Islámica de España – CIE (1989)
▪ Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días de España – Mormones
(2003)
▪ Testigos de Jehová (2006)
▪ Federación de Comunidades Budistas de España (2007)
▪ Cristianismo ortodoxo (2010)
o Naturaleza jurídica: compleja por novedad y procedimiento seguido. Puede afirmarse que
son negocios públicos de derecho interno e incluso leyes especiales reforzadas. Debe
distinguirse:
▪ Acuerdo firmado en la primera fase: instrumento de creación legislativa, o
presupuesto previo a la ley
▪ Ley de aprobación: medio a través del cual el Acuerdo forma parte del
ordenamiento
6. Acuerdos celebrados según el artículo 7 de la Ley Orgánica de libertad religiosa (IV)
▪ Ej.: “Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender
los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente,
de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus
dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes
los profesan o practican.” Art.525.1CP.
2.- La Relevancia de los Ordenamientos Confesionales en Dº Interno supone que el legislador civil
acepta como suyos definiciones o categorías determinadas previamente en la normativa confesional.
A.- En el ámbito del Dº Canónico; si el ordenamiento jº estatal hace referencia a términos como
Obispos, Ministros de Culto, Instituto de vida consagrado o Parroquia, se está remitiendo al
concepto que de los mismos tenga en el ordenamiento canónico del que proceda.
B.- En los ordenamientos confesionales no católicos: El Art. 3.1 de los 3 Acuerdos de Cooperación
de 1992, señala que son Ministros de Culto a efectos legales, las personas físicas que se dediquen
con carácter estable a funciones de culto o asistencia religiosa y además acrediten el
cumplimiento de estos requisitos mediante certificado de la respectiva confesión”.
Por lo tanto, en la medida que se exige la acreditación confesional, se deduce que es la propia
confesión la que define el concepto, definición que hace suya el ordenamiento jurídico estatal.
1. Son principios estrictamente civiles, porque contienen valores del pueblo español
2. En ellos late una idea de sociedad civil y una idea de Estado, no una concepción
de lo religioso.
C. Funciones
1. Función integradora: Todas ellas regulan una materia desde los mismos principios
reguladores
3. Función Civilizadora
25. Los principios informadores del Derecho Eclesiástico español: distinción de los
derechos fundamentales. Calificación del Estado español en materia religiosa.
Diferencia derechos y principios
PRINCIPIO DERECHO
DESTINATARIO/TITULAR Poderes públicos Personas
OBJETO Indican cómo debe legislarse, Facultades del titular y
interpretarse y aplicarse el ord. deberes para los demás
jurídico
Del proceso constituyente –el cual recoge la doble acepción de la libertad religiosa, como principio y como
derecho- destacamos dos propósitos en relación al factor religioso:
1. Cambio cualitativo:
La regulación del factor religioso nunca más fuese motivo de división entre españoles.
La Constitución rompe con el pasado, para que el principio definidor del Estado en materia eclesiástica no
sea ni el de confesionalidad –propio de la mayor parte de nuestra historia constitucional y del periodo
franquista- ni el de laicidad decimonónica- según la versión republicana de 1931. Y es que tanta laicidad
de ahora, como principio secundario sometido al de libertad religiosa, ya no expresa una actitud de
hostilidad ni siquiera de indiferencia del Estado hacia lo religioso, sino su obligación de reconocer y
garantizar el derecho de libertad religiosa con la mayor amplitud posible.
Dos acepciones:
o Negativa:
Inmunidad de coacción: Libertad del acto de fe y para la práctica religiosa a favor tanto de los
individuos como de las comunidades
STC 24/1982, de 13 de mayo: “el principio de libertad religiosa reconoce el derecho de los
ciudadanos a actuar en este campo con plena inmunidad de coacción del Estado y de
cualesquiera grupos sociales, de manera que el Estado se prohíbe a si mismo cualquier
concurrencia junto a los ciudadanos, en calidad de sujeto de actos o actitudes de signo
religioso.” (FJ 1).
o Positiva:
Conclusión:
1. Los principios de confesionalidad y laicidad son incompatibles entre sí
Contenido: La autonomía e independencia del Estado y las Confesiones. STC 24/1986, de 21 de febrero: “el
carácter aconfesional del Estado no implica que las creencias religiosas no puedan ser objeto de
protección. El mismo art. 16.3 que afirma que ninguna Confesión tendrá carácter estatal, afirma también
que los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española. Y, por otra
parte, la pretensión individual o general de respeto a las convicciones religiosas pertenece a las bases de la
convivencia democrática que, tal como declara el preámbulo de la Norma Fundamental, debe ser
garantizada.”
Pues bien, la igualdad religiosa significa que sólo por ser ciudadanos, con independencia del signo
de sus convicciones religiosas, todos los españoles tienen el mismo derecho fundamental de
libertad religiosa. En esto consiste la igualdad ante la ley: ser iguales titulares del mismo derecho
de libertad religiosa.
• Problemas:
o Art. 16.3. “…Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de
la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de
cooperación…”
• Presupuestos:
o Valoración democrática de los grupos sociales reales, que junto a los poderes
públicos son corresponsables en la gestión del bien común.
• Sujetos
• Confesionalidad solapada
• Separación mitigada
SEDE NORMATIVA: Artículo 16 C.E. (ex art. 10.2). (STC 15/1982, de 23 de abril, FJ 6)
Derecho que tiene por objeto la fe como acto y la fe como contenido de dicho acto, así como la práctica
de la religión en todas sus manifestaciones individuales, asociadas o institucionales, tanto públicas como
privadas, con libertad para su enseñanza, predicación, culto, observancia y cambio de religión y de
profesión de la misma.
Naturaleza jurídica:
• Derecho natural porque viene exigido por la misma dignidad del hombre. Es
un derecho exclusivo del ser humano decidir sobre su relación con Dios y el
sentido de su vida.
• Dimensión comunitaria: Estos grupos tienen una tipicidad singular, por no decir única, en relación
con las demás formaciones sociales: su razón de ser viene determinada por una materia, la
religiosa, acerca de la cual es radicalmente incompetente el Estado (principio de libertad
religiosa).
c) Libertad de proselitismo (anuncio de las propias creencias con la intención de captar nuevos
creyentes “hacer prosélitos”, captación de nuevos fieles) y enseñanza religiosa.
Problemas
• ¿Cuándo tiene suficiente madurez para ejercer por sí mismo este derecho personalísimo?
2. Extranjero
• Artículo 13.1 C.E.: «Los extranjeros gozarán en España de las libertades públicas que garantiza el
presente Título en los términos que establezcan los tratados y la ley».
• Artículo 3 LOEX: «1. (…) Como criterio interpretativo general, se entenderá que los extranjeros
ejercitan los derechos que les reconoce esta Ley en condiciones de igualdad con los españoles».
Problemas
• La LOEX no reconoce específicamente la libertad religiosa, ¿en qué medida son titulares
de este derecho?
• ¿Qué ocurre en aquellos casos en que el extranjero, por no ser residente, no puede
ejercer algunos derechos que dimanan de la libertad religiosa?
• Comunidad: Cualquier religión surgida fuera del ámbito cristiano (judíos, musulmanes, etc.)
• Confesión:
Actual: cualquier movimiento o agrupación religiosa, como así lo demuestra el art. 16.3 CE. Son
sujetos colectivos por excelencia de Derecho eclesiástico. Y entre ellas son sujetos cualificados por
el reconocimiento de personalidad civil las confesiones inscritas, y gozan de un régimen
privilegiado las que han celebrado Acuerdos de cooperación con el Estado español. El art. 16 CE,
distingue entre comunidades religiosas, por una lado, con la significación de grupo religioso, y
confesiones religiosas, por otro, término que la LOLR amplia con el mismo sentido y se refiere
conjuntamente a iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas. La polisemia empleada se debe
al deseo de la LOLR de respetar las denominaciones propias de las formaciones religiosas más
significativas en la sociedad española. Ha de tenerse en cuenta también que la LOLR configura
como elementos fundamentales de las confesiones la organización y la finalidad religiosa.
• Concepto.
Las entidades religiosas son una creación del Derecho estatal que reconoce o atribuye, según los
casos, personalidad civil a sujetos orgánicos, asociativos y fundacionales que tienen previa
existencia en las confesiones, que los fundan y regulan. Son aquellas entidades creadas por las
confesiones para el cumplimiento de sus fines, a las que pertenecen y se vinculan, son
reconocidas por el ordenamiento del Estado como personas jurídicas civiles de régimen especial
una vez cumplidos los requisitos establecidos por la ley. Se caracterizan básicamente por su doble
componente religiosa:
1. La pertenencia a la confesión
2. Los fines que le son propios y que coinciden sustancialmente con los de la confesión
matriz
• Dificultad previa: Se trata de entidades que tienen un origen anterior al Derecho y al Estado, y
pueden constituirse al margen del ordenamiento, sin necesidad de autorización previa. Sin
embargo ello no hace imposible construir un concepto jurídico que especifique cuál es el titular
del derecho colectivo de libertad religiosa.
• Requisitos:
o Carácter comunitario o societario: una Confesión es una agrupación de personas.
o Carácter religioso: El carácter religioso de una confesión, se deduce de dos elementos: sus
fines y su vinculación a la confesión; en la doctrina española se han señalado como fines
religiosos: actos de culto, propagación de la fe, beneficencia y actividades docentes. El
otro elemento para calificar el carácter religiosos de una entidad es su vinculación a la
confesión, que el art. 6.2 LOLR relaciona con la creación y fomento de asociaciones.
En definitiva, entendemos por carácter religioso:
..a) Ser Superior
..b) Credo propio y diferenciado
..c) Culto específico
..d) Normas morales
..e) Organización diferenciada y estable, que defina su propia estructura, jerárquica o
no, dependiendo del tipo de confesión de que se trate, que proponga cuáles son
los derechos y deberes de sus miembros y cuáles los modos de selección y
formación y las funciones de sus ministros (RDGAR 22 de diciembre de 1992 y
SAN 30 de septiembre de 1993, FJ 3).
En resumen, por religión puede entenderse el sistema de relación del hombre con Dios en
su proyección externa, que consiste en un credo, un culto y una moral específicas.
➢ ÁMBITO
➢ EXCLUSIÓN:
• Artículo Tercero:
STC 46/2001, de 15 de febrero: “el orden público no puede ser interpretado en el sentido de una
cláusula preventiva frente a eventuales riesgos, porque en tal caso ella misma se convierte en el
mayor peligro cierto para el ejercicio de ese derecho de libertar.”
En definitiva, los límites son los derechos de los demás y el orden público. Y el contenido del art.
3.1. LOLR posee un contenido ilimitado, pero si sus manifestaciones deben garantizar el orden
público.
- Coacción para la manifestación de creencia religiosa (art. 522.2º). Se protege la intimidad de las
creencias religiosas proclamada en el art. 16.2 CE y el art. 2.1.a LOLR. CONDUCTA TÍPICA: («los que por
iguales medios fuercen a otro u otros... a realizar actos reveladores de profesar o no profesar una
religión».) Se ampara no solamente la coacción para obligar a declarar sobre las creencias religiosas que se
profesan, sino también la dirigida a que el sujeto declare que profesa otra diferente o que no profesa
ninguna, es decir, obligar a falsear una declaración sobre profesión de creencias religiosas. «ACTOS
REVELADORES»: esta terminología, más amplia que la utilizada por la C.E. («declarar») y por la LOLR
(«manifestar»), viene exigida por los Convenios internacionales suscritos por España. Serán actos
reveladores, no solamente la declaración o manifestación oral, escrita o mediante signos o gestos, sino
también, como se dice en dichos instrumentos internacionales, la enseñanza, las prácticas, el culto y la
observancia de los ritos.
- Proselitismo ilícito (art. 522.2º in fine). CONDUCTA TÍPICA: («los que por iguales medios fuercen a otro u
otros... a mudar la que profesen».) El proselitismo es una manifestación propia de la libertad religiosa. Se
encuentra reconocido en el art. 2.2 LOLR para las Confesiones religiosas y, en general, por el art. 16.1 y 20
CE como libertad religiosa y de expresión. Es lícita, por tanto, la invitación expresa o implícita a
incorporarse a una confesión o a profesar determinadas creencias religiosas, aunque comporte el
abandono de las que se profesan. Lo que sanciona el texto comentado es la coacción proselitista hecha
con la pretensión de que una persona cambie de religión contra su voluntad, o mude de la creencia
religiosa al agnosticismo o al ateísmo, o a la inversa.
- Trato degradante (art. 173 C.P.). La circunstancia del carácter religioso de las sectas no obsta a que
puedan calificarse esas mismas acciones de empleo de sustancias narcóticas y estupefacientes, engaño,
promesa y dádiva, formas psicológicas de persuasión, como el lavado de cerebro, la programación mental
o el reclamo sexual, como delito contra la integridad moral de las personas al entender que se les inflige a
los adeptos un trato degradante, aunque en ocasiones el mismo pudiese estar consentido.
- Asociación ilícita (art. 515.3 CP). En el orden asociativo, se ha introducido un nuevo tipo penal que mira a
la punición de la coerción psicológica y apunta a las sectas, pues dispone que son punibles las asociaciones
ilícitas que «aun teniendo por objeto un fin lícito, empleen medios violentos o de alteración o control de la
personalidad para su consecución». Los jueces y tribunales acordarán en todo caso la disolución de la
asociación y, en su caso, aquellas consecuencias accesorias establecidas por el art. 129 que resulten
aplicables, como la clausura de locales, suspensión de actividades y prohibición de realizarlas en el futuro.
- Delitos individuales de los miembros. Por último, será posible enjuiciar la actividad ilícita de las sectas a
través de los delitos comunes que individualmente cometan sus miembros en relación con fines de la
secta (por ejemplo, defraudación, robo, etc.).
A. El Relator Especial sobre la Libertad Religiosa o de creencias, encargado de velar por la aplicación de la
Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la
religión o las convicciones de 25 de noviembre de 1981. Este Relator funciona ordinariamente a través de
informes sobre la situación de la cuestión religiosa en los diferentes países que visita o de los que recibe
respuestas motivadas. Suele actuar de oficio y previa denuncia de particulares que han sufrido una
violación de su libertad religiosa. Sin embargo, dada su naturaleza consultiva, sus recomendaciones y
dictámenes no tienen fuerza vinculante para los Estados, aunque se les reconoce un importante valor
moral en el contexto internacional. Por otro lado, el Relator también impulsa las actuaciones de la ONU en
materia religiosa, organizando Conferencias, Campañas informativas o acciones concretas.
B. El Comité de Derechos Humanos es el órgano encargado de velar por la aplicación del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 19 de diciembre de 1966. Se compone de expertos
independientes y sus decisiones tienen un carácter mediador o de buenos oficios, por lo que también
carece de función judicial.
C. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, creado por el Convenio Europeo para la protección de los
derechos humanos y las libertades fundamentales de 4 de noviembre de 1950, es el órgano judicial por
excelencia en materia de derechos humanos en el ámbito internacional del Consejo de Europa. Ante el
mismo pueden acudir los particulares en denuncia de una actuación estatal lesionadora del derecho de
libertad religiosa. Sus sentencias tienen valor vinculante y pueden consistir en la imposición de una
sanción económica, el resarcimiento del daño causado o en la prevención de futuras lesiones.
D. Por último, aunque por el momento sus pronunciamientos en materia eclesiasticista son escasos, es de
prever que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea asuma en el futuro un importante papel
uniformador de las jurisprudencias nacionales sobre estas materias. El valor de sus sentencias es
consecuencia directa del rango jerárquico que el derecho comunitario tiene en los ordenamientos
internos de los Estados pertenecientes a la Unión Europea.