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1.

Las relaciones entre el Estado y la religión en el mundo antiguo: Teocracias


orientales, Grecia y Roma.
Hay que considerar que el cristianismo, aportó una revolución en el modo de entender la concepción
misma del poder. Tal revolución consiste en la superación del monismo característico del mundo antiguo,
en el que el poder político absorbía, en una visión totalizadora, todos los fenómenos religiosos, incluidas
las funciones sacerdotales y la organización del culto. Frente a tal concepción, los cristianos, siguiendo la
enseñanza evangélica de das “al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”, consideran a la
comunidad de los creyentes como una sociedad independiente del poder civil.
Por tanto, frente al monismo antiguo, el cristianismo propugna un dualismo, en cuanto afirma que el
gobierno de los hombres no está confiado a un solo poder, sino a dos: uno, el de la jerarquía de la Iglesia,
tiene como específica competencia los asuntos de índole religiosa o espiritual; otro, el de los gobernantes
de la ciudad terrena, está ordenando a promover el bien temporal de la sociedad.

o Teocracias orientales: La organización política está al servicio de la religiosa. “Divinización del


monarca”. Lo político está supeditado a lo religioso. Los poderes (El estado) existen por y para el
cumplimiento de unos fines religiosos, por ejemplo, Egipto.

o Civilizaciones occidentales, aquí el monismo es distinto, lo importante es ser ciudadano, y por


tanto, compartir la religión oficial, el Estado se encargaba de facilitar estas manifestaciones, pero
aquí, lo político envuelve a lo religioso, a diferencia de las teocracias orientales. Por tanto, el
poder político abarca entre sus cometidos el servicio religioso. “Religión nacional”
• Grecia: El culto religiosos forma parte del servicio público de los magistrados Se pretende la
unidad moral de la ciudad. (Sócrates, fue acusado de no atender y valorar suficientemente a
los dioses entre otras cosas)
• Roma: “Cada pueblo tiene sus dioses” (Cicerón). Octavio es Pontifex Maximus. Daciano es
divinizado en vida y se establece la obligatoriedad del culto a la persona del emperador como
fundamentado del Imperio

2. El dualismo cristiano.
La idea del dualismo de poderes está en la entraña de la civilización occidental, siendo la delimitación de
sus ámbitos de competencia una de las grandes cuestiones de su historia.

• Origen: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt.22, 21), aquí se rompe la
unidad que existía en ese momento, es decir, hay dos potestades dos ámbitos distintos que no se
deben confundir, el cristianismo irrumpe un orden establecido.

• Difusión: Hay que obedecer a las autoridades en cuanto que se les puede dar, pero hay que
desobedecerlas si no se les puede dar. Justifican la obediencia a las autoridades legítimas del
Imperio, pero rechazan el tributar culto al Emperador.

• Siglo III: Las persecuciones comienzan en un contexto regional y, paulatinamente, se convierten


en sistemáticas, el edicto más universal es el del año 304 de Diocleciano.
El problema se plantea por primera vez en el Imperio romano. Roma tenía una organización
monista del culto religioso y los pueblos conquistados se ligaban religiosamente al Imperio; los
cristianos fueron considerados bien pronto a ateos, en cuanto que rechazaban los cultos
tradicionales; la Iglesia fue considerada una secta ilícita, perseguida por las autoridades romanas,
hasta el extremo de que los cristianos podían ser considerados a muerte por no aceptar los cultos
oficiales del Imperio. Los períodos en que esta legislación se aplicó con rigor en todo el Impero o
en determinadas áreas geográficas se denominaron persecuciones que pese a haber ocasionado
un elevado número de mártires, demostraron la imposibilidad de frenar la difusión del
cristianismo mediante la violencia.
De aquí, surge un cambio de política, iniciado el año 311 por Galerio, que culmina en el Edicto
dado en Milán en el año 313 por Constantino y Licino ordenando “ que a nadie se niegue licencia
para seguir o elegir la observancia de la religión cristiana, sino que sea lícito a cualquiera adoptar
la religión que estime debe seguir”. Esto supuso la primera promulgación en la historia de la
libertad religiosa.
El Edicto establece también que sean devueltos a los cristianos los lugares de culto y bienes
anteriormente confiscados. El año 380 Teodosio I, mediante el Edicto Cunctos populos, declaró al
cristianismo religión oficial del Imperio, iniciándose una nueva política religiosa. Esta nueva
política implicaba un cierto reconocimiento del dualismo cristiano, este dualismo estuvo
fuertemente, matizado por el establecimiento de un sistema de relaciones entre el poder político
y la Iglesia conocido con el nombre de cesaropapismo, que implicaba una importante intervención
de los emperadores en los asuntos eclesiásticos, con el consiguiente riesgo de instrumentalización
de la Iglesia al servicio de los fines de la política imperial. El sistema del cesaropapismo, que se
impuso de manera particularmente intensa en Oriente, llevó al poder imperial a dictar leyes sobre
materias eclesiásticas.
El fundamento del Imperio, ya no sería el culto al emperador. A la muerte de Teodosio I, divide su
Imperio entre Honorio y Arcadio, sus hijos en el año 395. El imperio romano de Occidente cae con
la invasión de los bárbaros y el de Oriente sigue hasta el siglo XI con la muerte de Constantinopla.
Como reacción ante el cesaropapismo, el romano pontífice Gelasio I formulará las primeras
exposiciones doctrinales del dualismo cristiano, dirigida al emperador de Oriente Anastasio I en el
año 494, en la que aparece la siguiente frase de gran importancia: “Hay dos principios, Emperador
Augusto, por los cuales principalmente se rige el mundo: la autoridad sagrada de los pontífices y la
potestad real”; con estas palabras se establece el principio de la existencia de dos poderes,
además se establece lo siguiente:
• Dos potestades diferentes para el gobierno del mundo
• Ambas de origen divino
• Ninguna está por encima de la otra
• Los gobernantes están mutuamente

3. El cesaropapismo.
- Oriente: Cesaropapismo

Contexto histórico → Imperio romano, advenimiento del cristianismo. Organización monista del culto
religioso: integración entre sus dioses tradicionales de las divinidades de los pueblos conquistados.
Respetaba sus antiguas tradiciones pero obligaba la adoración al Emperador.

Problema → Conflicto con cualquier religión monoteísta. Razón por la cual, a los cristianos se les
consideraba ateos, ya que rechazaban cultos tradicionales.

En el Imperio romano de Oriente seguirá vigente hasta el siglo XV debido a la invasión de los turcos, el
sistema del cesaropapismo se desarrollará sin ningún problema mayor. A causa de la situación que se está
dando en Oriente, el papa Gelasio I, enviará dicha carta abogando por el dualismo cristiano.
El cesaropapismo se va a dar en Oriente en el imperio bizantino, p.e., El Corpus Iuris Civiles, tanto en el
código como en las novelas, el emperador regula asuntos que no le corresponden, es decir, de carácter
religioso.
El Nomocanon, es una disposición del emperador, nomon son normas políticas y el canon son normas
religiosas, entonces, cuando el emperador promulga nomocanones no se está materializando el dualismo
y por ese motivo el Papa envía esta carta.
4. El hierocratismo.
Occidente: Hierocratismo

En cambio, en Occidente el difícil equilibrio del dualismo gelesiano se descompensaría a favor de la Iglesia,
al instaurarse el sistema del hierocratismo medieval, que alcanzó su período de plenitud en los siglos XII y
XIII. A la caída el imperio de Occidente surge otra situación, que es, que los pueblos bárbaros y germánicos
se romanizan, es decir, abandonan sus costumbre y se romanizan, utilizan la cultura romana como cultura
universal, en está nueva cultura aumenta el prestigio del papado, debido, al interés de los germanos por
romanizarse, ya que es la única autoridad que queda del imperio romano, durante toda la Edad media, es
decir, desde la caída del imperio romano hasta la romanización de los barbaros y esto acaba
desembocando en la edad media en el Hierocratismo (papa por encima de los reyes), por tanto, se
supedita el poder político al religioso, el papa incluso llega a deponer a los reyes.
En estos años cruciales, los papas van a llevar a cabo una empresa que se desarrolla en dos fundamentales
frentes. El primero, conseguir la independencia del papado, frente a la tutela de los emperadores del
Sacro Imperio Romano y en segundo lugar, una reforma interna para centralizar el gobierno eclesiástico,
esta empresa reformadora se le conoce con el nombre de reforma gregoriana, durante el pontificado de
Gregorio VII, se afianzó la consideración del papa como cabeza de la Cristiandad, sobre la base de la
superioridad del poder espiritual sobre el temporal.
El papado reivindicó la libertad para nombrar a los dignatarios eclesiásticos, esta reivindicación planteó la
famosa querella de las investiduras, que complico mucho las relaciones entre el emperador del Sacro
Imperio Romano (suprema cabeza temporal de la cristiandad) y el papa (suprema cabeza espiritual de la
Iglesia).
Las relaciones feudales, en la Edad media se convierten en juramentos, es decir, ponen a Dios por testigo,
por tanto, entra en juego el Papa, adquiriendo la máxima potestad.
El planteamiento hierocrático se consolida en el siglo XI, a partir de Gregorio VII, el núcleo doctrinal está
en la consideración de la superioridad del poder espiritual sobre el temporal, que lleva a someter el poder
de los príncipes a la jurisdicción de la Iglesia.

• Crisis del orden medieval


La crisis del planteamiento hierocrático de la cristiandad medieval se produjo ante todo,
por la pérdida del prestigio del papado, como consecuencia de una serie de
acontecimientos entre los S. XIV y XV:
 La derrota de Bonifacio VIII
 El cautiverio e Avignon
 El Cisma de Occidente
 Doctrinas conciliaristas
En el siglo XVI, entra en crisis la autoridad del Papa, es decir, entra en crisis el orden
medieval relacionada con la crisis de la autoridad del Papa, cuando el orden feudal cae
también cae el hierocratismo.

5. Repercusión de la reforma protestante en las relaciones Iglesia-Estado.


La reforma protestante niega como uno de sus postulados primarios la existencia de un poder jurídico en
la Iglesia, reduciéndola al ámbito interno y espiritual. Por tanto, como la única autoridad pública
reconocida es el Estado, corresponde a éste la regulación de la entera vida social, civil y religiosa, de sus
ciudadanos.

6. El regalismo. Explique tres regalías o iura maiestatica circa sacra.


Las monarquías absolutas católicas tomaron parte en las guerras de religión, frente a las protestantes. Su
confesionalidad católica les obligaba a mantener formalmente el dualismo, aun cuando en la práctica se
descompensó en perjuicio del poder espiritual, como lógica consecuencia de la expansión de las
monarquías absolutas. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII va cobrando cada vez más fuerza en el orden
práctico un sistema de relaciones Iglesia-Estado, en el que el control de la vida de la iglesia estaba
prácticamente en manos de los monarcas católicos.
Este sistema, con unas características comunes en todos los Estados católicos recibe distintas
denominaciones según los países:

 Regalismo en España
 Galicanismo en Francia
 Jurisdiccionalismo en Italia
 Febronianismo en Alemania
 Josefinismo en Austria

El núcleo del sistema regalista, se basó en una magnificación religiosa del fundamento del poder real: el
llamado derecho divino de los reyes. ( iura maiestatica), a través de unos reconocimientos del derecho
acerca de lo sagrado estos derechos fueron otorgados por el papa, son:

❖ El patronato real (regio patronato), que daba al monarca el control del


nombramiento de los obispos y de los fundamentales cargos eclesiásticos.
❖ Pase regio o “Exequatur” la concesión de este derecho implicaba que el monarca
tenía que dar el visto bueno a los escritos que venían de Roma o iban a Roma, si el rey
no le ponía el exequátur a una norma no de llevaba acabo.
❖ Recurso de fuerza en conocer, las sentencias de tribunales eclesiásticos, se podían
recurrir ante el tribunal civil, ante los tribunales del rey.
❖ “Ius dominio supremi” Derecho supremo sobre los bienes, en virtud de este derecho
el rey podía imponer impuestos sobre los bienes de la iglesia católica y además podía
expropiar y amortizar los bienes de la iglesia.

Peculiaridades del regalismo español

Hoy en día el rey de España, tiene un cargo eclesiástico, es canónigo de Santa María la Mayor.

Estas características no las tenían el resto de monarquías:

2..1. Regio patronato universal, es decir, todos los cargos eclesiásticos los
nombraba el rey, eso se plasmo en el Concordato de 1753 entre Fernando VI y
Benedicto XIV.
2..2. Vicariato Regio implicaba que para América el papa era los reyes de
España, es decir, eran los virreyes que eran cargos eclesiásticos y políticos, (en las
Indias; Bulas inter caeteris)
2..3. Otra de las peculiaridades es el pase regio o regio exequátur llevado a sus
extremos, donde no se podía ejecutar en España ningún documento proveniente
de Roma sino era incorporado mediante el pase regio, fue consolidado con Carlos
III.
2..4. Y la Agencia General de Preces, también con Carlos III, todas las
peticiones que se tenían que hacer a Roma tenían que pasar antes por el rey.
La inquisición de las Coronas españolas, las inquisiciones no respondían ante Roma, ante el papa, sobre
los reinos de España existía una inquisición propia en manos de los monarcas.

7. El estado liberal: las revoluciones del siglo XVIII.


• Siglos XVIII-XIX: Revoluciones liberales. Movimiento ilustrado

La idea de tolerancia en materia religiosa fue encontrando una fundamentación teórica en el siglo
XVIII, bajo el influjo de la Escuela racionalista de Derecho natural (iusnaturalismo= ciertos
derechos inalienables al hombre), además estas raíces doctrinales fueron cobrando fuerza con la
Ilustración y se concretan con las revoluciones de finales del siglo XVIII. Aparecen las teorías de
Bodino, aparecen los Estados, estos Estados se inspiran en un fuerte movimiento filosófico y
cultural de origen francés y también británico que es la ilustración, es un movimiento político,
filosófico y también religioso, lo que dice es que todo se debe regular sobre las reglas de la razón,
la diosa razón.

Uno de los frutos concretos de estas revoluciones son las declaraciones de derechos, derechos
que se conciben como inherentes a la existencia humana, poniendo en práctica el principio del
contrato social de Locke y de Rosseau.
Tanto la revolución francesa como la norteamericana, pese a su común base ideológica iluminista,
el tratamiento del factor religioso en las declaraciones de derechos no es idéntico en Estados
Unidos y en Francia.

• El modelo de EEUU

1. Origen: existen persecuciones religiosas, por tanto, mucha gente del viejo continente viaja a
EEUU, nace como un estado aconfesional, donde todo el mundo puede practicar su religión, el
Estado no entra en materias religiosas, la obsesión por las persecuciones es lo que da lugar a
la revolución liberal.
2. La declaración de derechos de Virginia de 1776 la libertad religiosa queda expresa en el
artículo 16 del 12 de junio de 1776; dice que todos los hombres tienen libre conciencia para
practicar cualquier religión cristiana.
3. Se consigue la libertad religiosa, el Estado no impone.

• Modelo de Francia

1. Origen: No nace de las persecuciones religiosas, sino, que nace debido a la opresión de la
sociedad estamental.
2. Se produce la declaración de derechos del hombre y del ciudadano entre los días 20 y 26 de
agosto de 1789 aprobada por la Asamblea Nacional francesa.
3. Libertad religiosa: Libertad de cualquier imperativo ético o religioso, es decir, libertad religiosa
se concibe como la posibilidad de que un individuo crea o no, es decir, pretende romper
contra la homogeneidad del catolicismo, lo que se defienden son las opiniones, en cambio, en
la Declaración de Virginia, al considerar la religión como algo positivo, se manifiesta una
mayor protección jurídica de la religiosidad.

8. Las relaciones Iglesia-Estado en el siglo XX: totalitarismos y estados


democráticos.
Totalitarismos

Se caracteriza por la decepción por parte de la ciudadanía respecto de sus estados, auge del sentimiento
nacionalista y la consideración del Estado como capaz de solucionar cualquier necesidad de sus
ciudadanos.
- Marxismos soviético: El primer totalitarismo es en el siglo XVII en Rusia es el marxismo soviético,
caracterizado por el ateísmo, solucionada la necesidad religiosa considerando que no existe necesidad
religiosa, es decir, se considera a la religión como el opio del pueblo y se pretende liberar al ciudadano de
él (ateísmo beligerante frente al creyente), de modo que el proyecto político de este tipo de Estado es
confesionalmente ateístico, ya que, lo religioso es alienante.

- Fascismo: Se pretende la recuperación del orgullo nacional considerando la raza nacional como algo
superior, el nazismo es racista.

- Nazismo
La libertad religiosa como derecho humano: Estados democráticos

Los textos internacionales que reconocen la libertad de religión son:

❖ Declaración universal de los derechos humanos (DUDH) del 10 de diciembre de 1948


de la ONU.
❖ Pacto internacional de derechos civiles y políticos de la ONU, del 19 de diciembre de
1966.
❖ Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación
fundadas en la religión o las convicciones, aprobadas por la ONU el 25 de noviembre
de 1981, donde se reconoce los derechos de los grupos religiosos en cuanto que
deben ser tutelados y garantizados por el Estado.
❖ El más importante, respecto a la doctrina de la Iglesia católica es, la Declaración
Dignitatis humanae del Concilio Vaticano II, promulgada el 7 de diciembre de 1965. Se
afirma que el derecho a la libertad religiosa está fundado en la dignidad misma de la
persona humana y añade que este derecho de la persona humana ha de ser
reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad, de forma que llegue a
convertirse en un derecho civil, es decir, constitucionalista y iuspublicista como
derecho fundamental y libertad pública, de esta manera, se supera la visión
individualista típica del liberalismo.

Estados democráticos y la libertad religiosa como derecho humano.


En estos textos, se afirma que estos derechos corresponden al hombre con carácter previo a que sean
acogidos o no por los ordenamientos jurídicos-positivos, es decir, los Estados no crean estos derechos,
sino que, simplemente los reconocen.
En conclusión, se universaliza la tutela de la libertad religiosa. (DUDH).
Roosvelt anuncia como argumento principal para entrar en la Segunda Guerra Mundial la recuperación de
la libertad religiosa.
Tras la segunda Guerra Mundial se inicia el proceso hacia el Constitucionalismo todas las Constituciones
del siglo XX recogen la libertad religiosa y además la universalización de estos, por ejemplo, 1948 con la
DUDH.

Síntesis de los modelos históricos

- Cesaropapismo: subordinación de todos los asuntos eclesiásticos al Estado.


- Hierocratismo: jurisdicción exclusiva de la Iglesia en materias eclesiásticas e incluso una potestad
indirecta en materias estatales cuando se halle en peligro la “salus animarum”.
- Regalismo: los monarcas absolutos, aun reconociendo la independencia de la Iglesia y la distinción de
poderes temporal y espiritual, pretenden intervenir en los asuntos de la Iglesia a través de los “iura circa
sacra”.
- Sistema liberal o separatista: el poder civil se separa del poder espiritual, dejando a la libertad del
individuo el profesar una fe u otra. Esta separación podrá ser más o menos amistosa, dependiendo del
contexto histórico o revolucionario que la origina

9. El Estado confesional: concepto y clases.


• Concepto
o Concepto originario: adhesión a la Reforma protestante.
o Concepto actual: Estado adherido a una determinada religión (acto de fe), a la que
considera como oficial (reconocimiento normativo), protege especialmente (estatuto
privilegiado) y sigue como criterio inspirador de su ordenamiento (principio
hermenéutico)
• Clases
- Separación de poderes
o Confesionalidad monista: el monismo, característico del Mundo Antiguo, el poder
político absorbía, en una visión totalizadora, todos los fenómenos religiosos,
incluidas las funciones sacerdotales y la organización del culto.
o Confesionalidad dualista: el dualismo afirma que el gobierno de los hombres no
está confiado a un solo poder, sino a dos – la jerarquía de la Iglesia y el de los
gobernantes de la ciudad terrena.
- Religiones minoritarias
o Confesionalidad intolerante: considerar ciertas creencias como anómalas, fuera de
lugar o heréticas por el simple hecho de ser diferentes.
o Confesionalidad tolerante: respetar y aceptar la existencia de otras formas de
vida, creencias e ideas, o aun la no creencia en ninguna religión.
o Confesionalidad con libertad (de conciencia, de culto, religiosa)
- Religión oficial
o Confesionalidad formal: donde en la propia C se dice cual es la religión oficial.
o Confesionalidad sustancial: existe de manera implícita pero no está en la
Constitución.
- Fundamentación: subtipo dentro de la Confesionalidad Formal.
o Confesionalidad sociológica: reflejo social de las propuestas de determinadas
confesiones.
o Confesionalidad teológica: ejemplo, Constitución de 1812

10. El Estado laico: concepto y clases.


• Concepto
o Concepto originario: rechazo liberal francés al carácter sagrado del Estado

o Concepto actual: Estado que no reconoce a ninguna religión como oficial. Se conoce
también como Estado aconfesional o Estado neutral.
• Clases
o Separación plena o absoluta: Indiferencia o neutralidad ante el fenómeno religioso.
Radical distinción, impermeabilidad del Estado, este fue el modelo por el que optó
EEUU para proteger a todas las confesiones el Estado no puede entrar en ninguna
materia Declaración de Virginia.

o Separación militante o laicista: Hostilidad frente al fenómeno religioso. El Estado


laicista es beligerante con la religión y lo restringe a la vida individual, actualmente
Francia o la II República Española.

o Separación semiplena o cooperacionista: Cooperación con las confesiones religiosas.


Siendo el Estado un Estado laico, apoya la presencia y coopera con las confesiones por
considerar la religión algo positivo.

11. Antecedentes de la ciencia eclesiasticista: acontecimientos históricos.


A. ANTECEDENTES DE LA CIENCIA ECLESIASTICISTA
El origen de esta ciencia se encuentra en la superación del hierocratismo medieval a inicios del siglo XVI.
Hasta esas fechas la única Autoridad competente para regular lo religioso era la Iglesia Católica, y lo hacía
exclusivamente a través de su ordenamiento: el Derecho canónico. Por tanto, durante siglos la expresión
“Derecho Eclesiástico” se refiere a las normas dictadas por las autoridades eclesiásticas, es decir, Derecho
canónico.
Esta situación cambia a raíz de una serie de acontecimientos. Podemos señalar dos tipos de influencias en
la formación histórica del ordenamiento jurídico eclesiasticista y, por consiguiente, de la ciencia
eclesiasticista:
– por un lado, los acontecimientos históricos de las relaciones entre las Iglesias y el Estado apuntados ya
en la primera lección.
– por otro lado, las doctrinas científicas que surgen tras la Ilustración.

1. Acontecimientos históricos
En primer lugar es destacable la aparición del Estado moderno, a cuyo frente se encuentra el Monarca
absoluto. La filosofía política con la que parten estos Estados es la de que únicamente el Estado es el
soberano en su territorio (Maquiavelo y Bodino) y la Iglesia tiene limitada su actuación, bien porque no
tiene capacidad para ejercer ningún tipo de poder jurídico (Marsilio de Padua, Lutero), bien porque el
Estado va a intervenir intensamente en la vida religiosa de sus ciudadanos (regalismo).
Este acontecimiento político se ve apoyado por otros dos cuyo nacimiento se encuentra en el seno de la
propia Iglesia Católica: la reforma protestante y la doctrina regalista o jurisdiccionalista.
La reforma protestante niega como uno de sus postulados primarios la existencia de un poder jurídico en
la Iglesia, reduciéndola al ámbito interno y espiritual. Por tanto, como la única autoridad pública
reconocida es el Estado, corresponde a éste la regulación de la entera vida social, civil y religiosa, de sus
ciudadanos.
La doctrina regalista de los siglos XVII y XVIII, a través de las prerrogativas y derechos de los monarcas
católicos (“iura circa sacra”), produce una intervención estatal en asuntos de la Iglesia, que culmina en la
formación de un verdadero derecho estatal sobre materia religiosa.
En consecuencia, en la vía de los hechos, encontramos Estados confesionalmente protestantes que
regulan todas las materias eclesiásticas y Estados confesionalmente católicos que regulan también dichas
materias, aunque sobre el respeto, al menos formal, del dualismo cristiano. Por tanto aparece un nuevo
sector del ordenamiento estatal dedicado a regular las materias religiosas: el Derecho Eclesiástico del
Estado.
A estas situaciones de hecho va a ayudar la aparición de Escuelas científicas del Derecho que ofrecen
nuevos postulados doctrinales.

12. Antecedentes de la ciencia eclesiasticista: doctrinas científicas.


2. Doctrinas científicas
La base doctrinal del hierocratismo medieval la encontramos en el iusnaturalismo escolástico medieval
según el cual la existencia de dos sociedades distintas (la temporal y la espiritual) era evidente. Ambas
sociedades son, por tanto, independientes entre sí, con ordenamientos propios y Autoridades
competentes respectivas. Frente a estos postulados medievales se formulan otros elaborados sobre los
nuevos planteamientos de la Ilustración.

– la Escuela Racionalista del Derecho Natural, cuyo máximo representante fue Tomasio, fundamenta todo
el ordenamiento jurídico únicamente en la razón. Si el Derecho natural es fruto de la razón, presente en
toda naturaleza humana, y la razón puede estudiarlo y comprenderlo todo (se la llama “Diosa Razón”, es el
“Siglo de las luces”), el Derecho Natural podrá y tendrá que regularlo todo. Y así inician estos autores una
labor de codificación de todo el Derecho Natural. Sobre esta base se pretende elaborar un sistema
completo de Derecho Eclesiástico, cuya unidad interna vendría dada por razón del objeto o la materia: la
religiosa. Su fuente será siempre la misma: la razón. Y la Autoridad competente es aquella que tiene el
gobierno social: el Estado. Por tanto, el Derecho Eclesiástico, para la Escuela iusnaturalista racionalista,
comprende todas las normas dictadas por el Estado en materia religiosa, siempre que emanen de la razón.

– Como reacción a la Escuela Racionalista nace en Alemania la Escuela Histórica del Derecho. Para los
racionalistas, como la razón es inmutable, el Derecho Natural será también inmutable y perpetuo. Por
tanto, una vez codificado, será tipificado de forma definitiva. Para los autores de la Escuela Histórica, entre
los que destaca Friedberg, el Derecho es un producto histórico, dinámico, cambiable. El Derecho depende
del contexto social e histórico en el que es promulgado, es decir, el Derecho vigente. Para estos autores es
constatable que en la sociedad alemana hay un Derecho vigente sobre materia religiosa que emana de
tres fuentes distintas: la Iglesia Católica, las Iglesias Protestantes y los Estados. Por tanto, al igual que en el
caso anterior, para la Escuela Histórica el Derecho Eclesiástico se define por su objeto material: lo
religioso. Pero amplía las fuentes de las que emana, incluyendo tanto las normas eclesiásticas como las
estatales. Y añade un concepto jurídico más: la vigencia. Por tanto, el Derecho Eclesiástico, para la Escuela
Histórica del Derecho, comprende todas las normas dictadas en materia religiosa, cualquiera que sea su
fuente, siempre que se encuentren vigentes en la sociedad a la que van dirigidas.

– La tercera escuela doctrinal que influye en el concepto científico de “Derecho Eclesiástico” es la del
positivismo jurídico. Con esta línea filosófico–jurídica se opera una doble reducción de lo jurídico: por una
parte, a las normas positivas, excluyendo las de origen natural; y por otra parte, a las normas de
procedencia estatal, excluyendo la juridicidad de los mandatos provenientes de autoridades no estatales.
El Derecho Eclesiástico se restringe a aquél que emana del Estado, negando incluso que el Derecho
canónico sea verdadero Derecho. Según esta doctrina sólo el Estado puede dictar normas jurídicas en
materia religiosa.
En resumen, mantienen una posición monista acerca de lo que es el Derecho Eclesiástico y la ciencia que
lo estudia la Escuela Racionalista del Derecho Natural y la doctrina positivista. Por su parte, mantiene una
posición dualista del Derecho Eclesiástico la Escuela Histórica del Derecho.

13. Origen de la moderna ciencia eclesiasticista. La escuela italiana.


B. ORIGEN DE LA MODERNA CIENCIA ECLESIASTICISTA: LA ESCUELA ITALIANA
Si es en Alemania donde nace el Derecho Eclesiástico, con las Escuelas antes vistas, a finales del siglo XIX la
discusión metodológica se traslada a Italia, en la que triunfa el positivismo y se inician los intentos de
superación de esa forma reduccionista de contemplar el fenómeno jurídico.
En este apartado sólo nos detendremos en las aportaciones conceptuales concretas llevadas a cabo por
autores italianos que han contribuido a la formación del sentido moderno de Derecho Eclesiástico.

1. Francesco Ruffini. La existencia de dos ordenamientos jurídicos competentes en materia religiosa


Francesco Ruffini realizó en 1893 la traducción de la obra de Emil Friedberg que tituló “Trattato di Diritto
Ecclesiastico”. Ruffini se había formado en la Escuela Histórica y por ello su ambición fue la de construir
una ciencia unitaria del Derecho Eclesiástico integrada tanto por el Derecho del Estado en materia
religioso como por el Derecho Confesional.
En esta línea, Ruffini argumenta que el Estado debe regular esas materias comunes desde la protección de
la libertad, es decir, sin coaccionar a sus ciudadanos en su comportamiento religioso. En contrapartida, las
Confesiones deben regular la religión de tal forma que el Estado no se exceda en sus competencias.
Sin embargo la crisis de la Escuela Histórica alemana, como consecuencia del triunfo del positivismo, hizo
que fracasaran los postulados de Ruffini, aunque perdurase su visión dualista respecto de las fuentes del
Derecho Eclesiástico.

2. Francesco Scaduto. La recepción de normas confesionales por el Estado


Francesco Scaduto consiguió aquello en lo que Ruffini fracasó. Formado en el positivismo, sus
planteamientos fueron aceptados por la doctrina italiana.
Scaduto entiende por Derecho Eclesiástico aquel Derecho emanado únicamente del Estado que versa
sobre materia religiosa. No niega la juridicidad de las normas confesionales, aunque afirma que éstas no
interesan al jurista civil mientras no hayan sido asumidas formalmente por el Estado.
Así pues, la recepción civil de las normas confesionales será la que confirme su validez civil y, por ello, su
encuadre dentro del Derecho Eclesiástico.

3. Santi Romano. La pluralidad de ordenamientos jurídicos


La definitiva configuración del Derecho Eclesiástico será obra de Santi Romano y su tesis sobre la
pluralidad de ordenamientos jurídicos. Según este autor, en un mismo Estado o territorio pueden convivir,
y de hecho conviven, varios ordenamientos primarios. Un ordenamiento primario es el que proviene de
una Institución originaria y soberana. El Estado es una institución originaria, es decir que no deriva de otra
superior, y soberana, es decir con poder independiente. La Iglesia ha de ser considerada, según este autor,
al igual que el Estado, como institución originaria y soberana y por ello su derecho constituye un
ordenamiento jurídico primario.
A partir de estas bases se determina de una forma clara y hasta nuestros días que la única fuente del
Derecho Eclesiástico es el Estado, pero sin detrimento de la juridicidad del Derecho Canónico. Así éste, al
igual que cualquier otro ordenamiento confesional, puede ser fuente indirecta del Derecho Eclesiástico
cuando sus normas hayan sido previamente reconocidas o asumidas por el Estado.

4. Vincenzo Del Giudice. La distinción de las ciencias eclesiasticista y canónica


La consolidación de la postura de Scaduto se alcanzará con la Escuela Dogmática, entre cuyos autores
destaca Vincenzo Del Giudice, quienes valiéndose de la teoría de Santi Romano, fijarán definitivamente la
distinción entre Derecho Eclesiástico del Estado y Derecho Canónico, como dos ciencias jurídicas distintas,
con objetos diferentes.
Corresponderá al Derecho Eclesiástico del Estado regular, desde una perspectiva puramente institucional,
las relaciones entre dos potestades supremas e independientes (Estado e Iglesia) que coexisten
cronológica y geográficamente, y comparten su sustrato social (fiel y ciudadano).

14. Concepto y objeto del Derecho Eclesiástico del Estado.


CONCEPTO
A. INTRODUCCIÓN: CIENCIA JURÍDICA Y ORDENAMIENTO JURÍDICO
Toda ciencia se define por un específico objeto material, por una determinada perspectiva formal y por
una metodología propia. Es decir, son tres los elementos que necesariamente deben presentarse en
nuestra disciplina para que podamos hablar de una ciencia del Derecho Eclesiástico del Estado o ciencia
eclesiasticista:

– objeto material, el hecho o factor sobre el que propiamente se verifica el estudio científico. En nuestro
caso, el objeto material de estudio es el fenómeno religioso presente en un determinado Estado.

– objeto formal o perspectiva formal, el modo de aproximación a ese objeto material, es decir, qué faceta
concreta interesa del mismo. El Derecho Eclesiástico del Estado se tipifica por la relevancia jurídico–social
del fenómeno religioso, esto es, que dicho fenómeno se configure como un factor social específico. No
interesa, pues, la veracidad o falsedad de las doctrinas religiosas o la ineficacia de sus instituciones o las
obligaciones morales impuestas a los fieles. El Derecho Eclesiástico del Estado estudia, por ejemplo, no el
motivo por el que un hombre cree que la guerra es injusta o inmoral, sino el que ese mismo sujeto se
niegue a cumplir el deber social de servicio militar por impedírselo esos motivos.

– metodología propia, el procedimiento lógico–científico de alcanzar los resultados a partir de los datos
obtenidos. Como rama de la ciencia jurídica la ciencia eclesiasticista debe servirse únicamente del método
jurídico, aunque pueda recibir y utilizar datos provenientes de otras ciencias como la Historia, la Sociología
o la Política. Pero como ciencia jurídica debe partir de los datos obtenidos del análisis del ordenamiento
jurídico, en nuestro caso el español, aplicándoles los principios informadores de esa rama jurídica, para
poder determinar aquello que es justo en cada caso.
De lo dicho se desprende una primera consecuencia: previo a la ciencia se encuentra el dato, es decir,
antes de que pueda existir la ciencia eclesiasticista tiene que existir el ordenamiento jurídico
eclesiasticista. Y a ambas realidades se les denomina genéricamente como “Derecho Eclesiástico del
Estado”, aunque es preciso en estos momentos iniciales proceder a su distinción.
El ordenamiento jurídico eclesiasticista español es objeto de estudio de todo el módulo teórico y sobre él
versarán las restantes lecciones del programa, así como la pasada lección introductoria. En ella quedó
demostrada la existencia histórica de un sector del ordenamiento jurídico dedicado a regular los efectos
jurídico–sociales del fenómeno religioso. En las siguientes lecciones se estudiarán las normas del Derecho
Eclesiástico español vigente.
Y en la presente lección nos detendremos en el estudio de la ciencia eclesiasticista, cuál es su objeto y su
autonomía científica dentro de la Ciencia del Derecho.
B. DENOMINACIÓN DE LA DISCIPLINA
La palabra “eclesiástico” es un adjetivo que deriva del término latino “ecclesia”, esto es, “Iglesia”. Según
esto, por Derecho Eclesiástico debería entenderse el derecho promulgado por la Iglesia. Y así se entendió
durante algunos siglos, como hemos visto, cuando la regulación de las materias religiosas pertenecía en
exclusiva a las Autoridades eclesiásticas, y Derecho Eclesiástico se identificaba con Derecho Canónico (“Ius
canonicum seu Ecclesiasticum”). En España estos términos fueron sinónimos hasta prácticamente el siglo
XX. No sucedió así en los países protestantes.
En efecto, con la Reforma protestante por Derecho Eclesiástico se entendió, no sólo el Derecho canónico
que estaba vigente en los principados católicos, sino también el proveniente del poder político que adoptó
la nueva fe reformada. Para evitar confusiones en el mundo germánico al Derecho canónico se le llamó
“Kirchenrecht” y la legislación dictada por los reyes y príncipes en materia religiosa vino en llamarse
“Staatskirchenrecht”, es decir, Derecho Eclesiástico del Estado. Por esta razón se dice que el Derecho
Eclesiástico tiene una impronta marcadamente protestante.
En el ámbito católico, a inicios del siglo XX, y tras el auge alcanzado en Italia por los autores señalados
anteriormente, empieza a denominarse la nueva ciencia como “Diritto Ecclesiastico dello Stato”, que era
una simple traducción del alemán.
En España la denominación no tomó carta de naturaleza hasta su oficialización mediante el Real Decreto
de 26 de septiembre de 1984 en el que se establece que los profesores de Derecho canónico en las
Facultades de Derecho se transformarán vi lege en profesores de Derecho Eclesiástico del Estado.
A pesar de su oficialización y de la paulatina generalización de su uso, el término sigue sin ser afortunado,
ya que se presta a no pocas confusiones. En primer lugar, porque a muchos les recuerda sólo el Derecho
de la Iglesia católica. En segundo lugar, por cuanto dicho concepto se aplica a otras confesiones a las que
el término “Iglesia” resulta totalmente ajeno (por ejemplo, islámicos, judíos, budistas, etc.). Por ello se han
propuestos otros términos para referirse a esta disciplina: “Derecho confesional”, “Derecho cultual o de
los cultos”, “Derecho religioso o de las confesiones religiosas”. En Francia se suele utilizar el término
“Derecho eclesiástico civil”. Sin embargo, una vez entendido el origen y tradición de la denominación de
esta ciencia jurídica, dicho término es suficientemente preciso y técnico.

OBJETO
El ámbito u objeto de nuestra disciplina se centra principalmente en el estudio de la legislación específica
sobre el factor religioso en general. Toda norma jurídica que regule lo religioso será objeto de nuestro
estudio. Nos referimos a las normas promulgadas o aceptadas expresamente por el Estado.
Sin embargo, aunque esto aparece como algo claro y pacífico, nada hay más lejos en la literatura científica.
Entre los debates actualmente más generalizados destacamos dos:
a) la relación entre libertad religiosa y el Derecho Eclesiástico; y
b) la ampliación del objeto de la disciplina.

A. LIBERTAD RELIGIOSA Y DERECHO ECLESIÁSTICO DEL ESTADO


Modernamente se ha impuesto en la doctrina europea el fijar como objeto de nuestra disciplina el estudio
de la libertad religiosa, centrando la atención en torno al derecho fundamental de libertad religiosa.
Muchos eclesiasticistas italianos y españoles hablan del Derecho Eclesiástico como legislatio libertatis.
Con ello quieren decir que las normas que deben ser estudiadas son las que regulan la libertad religiosa
en sus distintas manifestaciones individuales y comunitarias.
Esta opinión responde a una realidad parcial y occidentalizada. Por fortuna, en España y en el resto de
democracias occidentales, puede afirmarse sin fisuras que el Derecho Eclesiástico es una legislación de
libertad, pues se fundamenta en torno al derecho fundamental de libertad religiosa (en nuestro caso
reconocido en el artículo 16 de la Constitución de 1978).
Sin embargo esta realidad es relativamente muy reciente, y no es extensible a otras latitudes del planeta,
en las que impera la confesionalidad o el ateísmo intolerante. Decir que el Estado totalitario carece de
legitimidad para legislar y gobernar a sus súbditos no significa que éstos no deban someterse a dichas
normas totalitarias. Estas normas, aun cuando no merezcan el nombre de jurídicas (pues más que derecho
sean “corruptio legis”), no merman en su capacidad coactiva. Precisamente, las normas eclesiasticistas
suelen ser las más coactivas de todas las existentes en Estados totalitarios, juntamente con las de
protección del régimen político instaurado. El que una legislación eclesiasticista sea democrática o
totalitaria no le priva de su eclesiasticidad.
B. AMPLIACIÓN DEL OBJETO DE LA DISCIPLINA
Hay otra cuestión respecto del objeto de nuestra disciplina que ha dado lugar a un amplio debate entre los
especialistas. En los últimos años, un grupo de eclesiasticistas ha sostenido que el objeto de estudio debe
ensancharse o ampliarse hasta incluir todos los problemas que plantean las libertades religiosa, ideológica
y de conciencia.
Entre los autores italianos destaca LARICCIA, para quien el Derecho Eclesiástico debe extenderse a todo
cuanto afecta a la conciencia y responda a las “exigencias más íntimas de las personas”. En su opinión
todas las cuestiones relacionadas con la privacidad, la conciencia personal o la intimidad deben ser
estudiadas por nuestra disciplina, siempre que exista legislación sobre esas materias. En esa línea señalan
una serie de asuntos, como la identidad sexual, las diversas objeciones de conciencia, la cuestión
femenina y su emancipación, el voluntariado, la bioética, la demografía y el control de la natalidad, el
problema de los marginados y oprimidos, etc.
Entre los autores españoles destacan dos fuertes corrientes de pensamiento:
– La sostenida por el profesor Dionisio LLAMAZARES, para el que el objeto de estudio del Derecho
Eclesiástico del Estado es la libertad de conciencia, entendida ésta como conjunto de convicciones –
religiosas, ateas, políticas, filosóficas, etc.– que la persona elabora, llegando incluso a proponer como
denominación la de “Derecho de la libertad de conciencia”.
– El profesor José Antonio SOUTO sostiene, por su parte, que el objeto de la disciplina engloba el conjunto
de las “Libertades públicas”, denominación que él utiliza para la disciplina, y entre las que se incluirían la
libertad de creencias, la libertad ideológica, la libertad de enseñanza, etc.
No podemos más que constatar la desviación de estas dos corrientes doctrinales hasta el punto de formar
un concepto propio de unas ciencias completamente diferentes. Es lógico que adopten una denominación
distinta a la tradicional, porque hacen referencia a ciencias distintas a la eclesiasticista.
C. NUESTRA POSTURA EN LA ENSEÑANZA DE LA DISCIPLINA
La disciplina “Derecho Eclesiástico del Estado” estudia la relevancia civil del factor social religioso, a través
del estudio de la legislación específica del Estado en materias religiosas. Como ciencia jurídica, utiliza el
método jurídico, entendiendo como tal el estudio de lo justo en las normas y actos que conforman el
ordenamiento jurídico. Así pues, el principal objeto de estudio es la legislación positiva.
Dicha legislación es la procedente del Estado español que, como “Estado social y democrático de derecho”
centra la regulación legal de las materias religiosas a través del crisol del derecho fundamental de libertad
religiosa.
En consecuencia, la ciencia del Derecho Eclesiástico del Estado Español estudia el conjunto de normas
jurídicas específicas dadas por el Estado español, bien sea de forma directa o indirecta, bien de forma
unilateral o bilateral, mediante las cuales regula, desde una perspectiva civil o política, el derecho
fundamental de libertad religiosa, individual o colectivo.
La autonomía propia de la libertad religiosa frente a la libertad ideológica y la libertad de conciencia deriva
de su propia naturaleza: es la única libertad que constituye el fundamento de un factor social específico.
Precisamente es la dimensión social o comunitaria de la religión la que legitima el interés del Estado en
regular las materias religiosas. Esta dimensión social no está presente en las otras dos libertades.
Insistiremos en este punto al tratar del derecho fundamental de libertad religiosa en la lección quinta.

D. POSICIÓN DEL DERECHO ECLESIÁSTICO DEL ESTADO ENTRE LAS CIENCIAS JURÍDICAS
La doctrina está de acuerdo en incluir la ciencia eclesiasticista entre las ciencias del derecho público
interno. Se aportan para ello las siguientes razones:
– En primer lugar, porque el Derecho Eclesiástico comprende en su estudio las relaciones entre las
Confesiones religiosas y el Estado, lo que le da necesariamente un carácter público.
– En segundo lugar, porque contempla el derecho público subjetivo de libertad religiosa que corresponde
a los individuos y a las confesiones.
–En tercer lugar, porque el Derecho Eclesiástico se ocupa principalmente de las normas constitucionales y
administrativas referentes al factor religioso. De ahí que en los países donde no tiene reconocida
autonomía didáctica, se enseñe en las asignaturas de Derecho Constitucional o en la de Administrativo.
Sin embargo conviene hacer notar la especificidad propia del Derecho Eclesiástico. Como señala el
profesor ESCRIVÁ «frente a otras ramas del Derecho, como el constitucional o el administrativo, para las
cuales la comprensión del Estado y la correcta organización del poder es la primera preocupación, aunque
sea con el fin de democratizarlo y hacerlo más humano para el ciudadano, el Derecho eclesiástico
considera inmediata y primariamente al individuo como persona, preexistente al Estado, y cuida del
reconocimiento y garantía de aquel derecho nuclear, la libertad religiosa, sin el cual el horizonte político
devendría a ser el todo, el antes, el ahora y el después del mero individuo».
– En cuarto lugar, pertenece al derecho interno porque las normas reguladoras de este factor pertenecen
a ese ámbito. Otra ciencia distinta es la del Derecho Eclesiástico internacional, basada en el estudio de los
Tratados internacionales sobre la religión.
En definitiva, como señala GONZÁLEZ DEL VALLE, no estamos ante una rama del ordenamiento jurídico
español similar al derecho civil o penal. El Derecho Eclesiástico es una especialización o rama “transversal”
ocupada en resolver de forma unitaria los problemas que plantea el fenómeno religioso en España. Por
eso es necesario para su estudio el conocimiento de los datos aportados por el resto de ramas jurídicas:
constitucional, administrativo, civil, penal, laboral, fiscal o procesal.

15. Clasificación de las fuentes del Derecho Eclesiástico español.


1. Concepto de fuentes: Peculiaridades de las fuentes eclesiasticistas:
a. Fuentes del ordenamiento jurídico español: Art.1.1. del C.C
b. Notas peculiares en nuestra disciplina:
1.b.i. Dispersión temática, es decir, las leyes del derecho eclesiástico están dispersas no
existe un código; lo que les dota de unidad es el hecho de que regulan el factor
religioso como factor jurídico social.
1.b.ii. Atención especial a los tratados internacionales: tutela de la libertad religiosa
2. Criterios generales de clasificación:
a. Por órgano del que emana:
2.a.i. Fuentes unilaterales
2.a.ii. Fuentes convencionales o pacticias
2.a.ii.1. Multilaterales, provienen del Estado
2.a.ii.2. Bilaterales, el Estado español, con las confesiones religiosas
2.a.iii. Fuentes confesionales con relevancia civil, son fuentes de la confesión religiosa
que es Estado asume como propias.
b. Por destinatarios
2.b.i. Fuentes básicas o comunes, son normas de aplicación general
2.b.ii. Fuentes peculiares o típicas, solo se le va a aplicar de una confesión, su
destinatario es una única confesión religiosa.

16. Fuentes básicas: La Constitución Española. Los valores superiores del


ordenamiento jurídico español y el factor religioso en la Constitución de 1978.
1. Constitución de 1978: Es la norma fundamental del Derecho eclesiástico español, como lo es de
todo nuestro ordenamiento jurídico-positivo.
a. Sus preceptos son integradores, interpretadores e inspiradores
b. Artículos fundamentales: 1,9, 19, 14 y 16; El Art. 16, el precepto fundamental en torno al
cual gira la totalidad del Sistema Eclesiástico Español.

1.a.i. Valores superiores del ordenamiento


1.a.ii. Principios informadores del Derecho Eclesiástico
1.a.iii. Tutela e interpretación de esos principios

Artículo 16.
1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las
comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el
mantenimiento del orden público protegido por la Ley.
2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en
cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes
relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.

c. Otros artículos de interés: 13, 15, 20, 21, 22, 27, 30, 32, 34, 39 y 46.

VALORES

- Art. 1.1 CE: Estado social y democrático de Derecho

- Valores superiores de su ordenamiento jurídico: libertad, justicia, igualdad y pluralismo


político

- Presupuesto: la dignidad de la persona como fundamento del orden político y la paz social
(art. 10.1 CE).

- La dignidad humana: “valor jurídico fundamental, núcleo de derechos…un valor espiritual y


moral inherente a la persona que se manifiesta en la autodeterminación consciente y
responsable de la propia vida y que se lleva consigo la pretensión de respeto por la parte
de los demás.” (STC 53/1985, de 11 de abril, FJ 8)

- Conclusión: tratamiento jurídico del factor religioso desde un punto de vista personalista,
no institucionalista (o de relaciones Iglesia-Estado).

17. Fuentes básicas: El Derecho comunitario.


- Es aquel que emana de la U.E, es tan importante que se encuentra por debajo de la constitución y por
encima de las leyes como sistema de fuentes; ocupa una posición intermedia entre el derecho interno y el
derecho internacional. Sus normas son directamente aplicables

- En el ámbito del derecho originario: Tratado de la UE (preámbulo y artículos 6 y 7); Tratado de


Funcionamiento de la UE (artículos 10, 13 y 17 (este último artículo recoge algo parecido a nuestro art.
16)); Carta de Derechos Fundamentales de la UE (art. 10 y 22, entre otros)

- En el ámbito del derecho derivado: Por ejemplo, Resolución de 22 de mayo de 1984 y Reglamento (CE)
Nº 2201/2003 del Consejo, de 27 de noviembre de 2003), la Unión en este reglamento habla de cómo
acabar con las sectas.

18. Fuentes básicas: Las Declaraciones y Convenios Internacionales de protección


de Derechos Humanos.
Ocupan un rango superior al derecho interno.

a) Inserción en el ordenamiento español a través del Art. 10.2 de la Constitución.


b) Obligación de interpretar la libertad religiosa según textos internacionales ratificados por España.
c) Naturaleza jurídica:

- Sin fuerza vinculante:


En el ámbito universal (ONU): Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948; Declaración sobre
eliminación de intolerancia y discriminación de 1981.
En el ámbito de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE): Actas Finales de
Conferencias: Helsinki de 1975, Madrid de 1983 y Viena de 1989

- Con fuerza vinculante y órganos de control y tutela:


En el ámbito universal (ONU) los Pactos de 1966 que desarrollan la Declaración Universal de Derechos
Humanos: Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales. Estos Pactos crean dos organismos internacionales para tutela: Comité
de Derechos Humanos y Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
En el ámbito europeo: el Consejo de Europa ha proclamado el Convenio Europeo de Derechos Humanos y
libertades fundamentales de 1950. Crea el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

19. Fuentes básicas: La Ley Orgánica 7/1980, de 5 de julio, de Libertad Religiosa.


1. Desarrolla el art. 16 de la Constitución y es el cauce legal aplicable a todas las Confesiones
religiosas, salvo alguna excepción a la Iglesia Católica.
2. Estructura: dos partes:
a. En primer lugar, contenido esencial: del art. 1 al 4.
b. En segundo lugar, condiciones generales que regulan relaciones del Estado con
Confesiones: art. 5 al 8.
3. Ámbito de aplicación: art. 3.2

Artículo Primero.
1. El Estado garantiza el Derecho Fundamental a la Libertad Religiosa y de Culto, reconocida en
la Constitución, de acuerdo con lo prevenido en la Presente Ley Orgánica.
2. Las creencias religiosas no constituirán motivo de desigualdad o discriminación ante la Ley. No podrán
alegarse motivos religiosos para impedir a nadie el ejercicio de cualquier trabajo o actividad o el
desempeño de cargos o funciones publicas.
3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal.
Artículo Segundo.
1. La Libertad Religiosa y de culto garantizado por la Constitución comprende, con la consiguiente
inmunidad de coacción, el derecho de toda persona a:
a. Profesar las creencias religiosas que libremente elija o no profesar ninguna; cambiar de confesión
o abandonar la que tenía; manifestar libremente sus propias creencias religiosas o la ausencia de
las mismas, o abstenerse de declarar sobre ellas.
b. Practicar los actos de culto y recibir asistencia religiosa de su propia confesión; conmemorar sus
festividades; celebrar sus ritos matrimoniales; recibir sepultura digna, sin discriminación por
motivos religiosos, y no ser obligado a practicar actos de culto o a recibir asistencia religiosa
contraria a sus convicciones personales.
c. Recibir e impartir enseñanza a información religiosa de toda índole, ya sea oralmente, por escrito
o por cualquier otro procedimiento; elegir para sí, y para los menores no emancipados e
incapacitados, bajo su dependencia, dentro y fuera del ámbito escolar, la educación religiosa y
moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
d. Reunirse o manifestarse públicamente con fines religiosos y asociarse para desarrollar
comunitariamente sus actividades religiosas de conformidad con el Ordenamiento Jurídico
General y lo establecido en la presente Ley Orgánica.
2. Asimismo comprende el derecho de las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas a establecer
lugares de culto o de reunión con fines religiosos, a designar y formar a sus ministros, a divulgar y
propagar su propio credo, y a mantener relaciones con sus propias organizaciones o con otras confesiones
religiosas, sean en territorio nacional o en el extranjero.
3. Para la aplicación real y efectiva de estos derechos, los poderes públicos adoptarán las medidas
necesarias para facilitar la asistencia religiosa en los establecimientos públicos militares, hospitalarios,
asistenciales, penitenciarios y otros bajo su dependencia, así como la formación religiosa en centros
docentes públicos.
Artículo Tercero.
1. El ejercicio de los derechos dimanantes de la Libertad Religiosa y de Culto tiene como único límite la
protección del derecho de los demás al ejercicio de sus libertades públicas y derechos fundamentales, así
como la salvaguardia de la seguridad, de la salud y de la moralidad pública, elementos constitutivos del
orden público protegido por la Ley en el ámbito de una sociedad democrática.
2. Quedan fuera del ámbito de protección de la presente Ley las actividades, finalidades y entidades
relacionadas con el estudio y experimentación de los fenómenos psíquicos o parapsicológicos o la difusión
de valores humanísticos o espirituales u otros fines análogos ajenos a los religiosos.
Artículo Cuarto.
Los derechos reconocidos en esta Ley ejercitados dentro de los límites que la misma señala serán
tutelados mediante amparo judicial ante los Tribunales Ordinarios y amparo constitucional ante el
Tribunal Constitucional en los términos establecidos en su Ley Orgánica.
Artículo Quinto.
1. Las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas y sus Federaciones gozarán de personalidad jurídica
una vez inscritas en el correspondiente Registro Público, que se crea, a tal efecto, en el Ministerio de
Justicia.
2. La inscripción se practicará en virtud de solicitud, acompañada de documento fehaciente en el que
consten su fundación o establecimiento en España, expresión de sus fines religiosos, denominación y
demás datos de identificación, régimen de funcionamiento y órganos representativos, con expresión de
sus facultades y de los requisitos para su válida designación.
3. La cancelación de los asientos relativos a una determinada Entidad religiosa sólo podrá llevarse a cabo a
petición de sus órganos representativos o en cumplimiento de sentencia judicial firme.
Artículo Sexto.
1. Las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas inscritas tendrán plena autonomía y podrán
establecer sus propias normas de organización, régimen interno y régimen de su personal. En dichas
normas, así como en las que regulen las instituciones creadas por aquellas para la realización de sus fines,
podrán incluir cláusulas de salvaguarda de su identidad religiosa y carácter propio, así como del debido
respeto a sus creencias, sin perjuicio del respeto de los derechos y libertades reconocidos por
la Constitución, y en especial de los de libertad, igualdad y no discriminación.
2. Las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas podrán crear y fomentar, para la realización de sus
fines, asociaciones, fundaciones e instituciones con arreglo a las disposiciones del Ordenamiento Jurídico
General.
Artículo Séptimo.
1. El Estado, teniendo en cuenta las creencias religiosas existentes en la sociedad española, establecerá,
en su caso, acuerdos o convenios de cooperación con las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas
inscritas en el Registro que por su ámbito y número de creyentes hayan alcanzado notorio arraigo en
España. En todo caso, estos acuerdos se aprobarán por Ley de las Cortes Generales.
2. En los acuerdos o convenios, y respetando siempre el principio de igualdad, se podrán extender a
dichas Iglesias, Confesiones y Comunidades. Los beneficios fiscales previstos en el Ordenamiento Jurídico
General para las entidades sin fin de lucro y demás de carácter benéfico.
Artículo Octavo.
Se crea en el Ministerio de Justicia una Comisión asesora de Libertad Religiosa compuesta de forma
paritaria y con carácter estable por representantes de la Administración del Estado, de las Iglesias,
confesiones o comunidades religiosas o federaciones de las mismas, en las que, en todo caso, estarán las
que tengan arraigo notorio en España, y por personas de reconocida competencia cuyo asesoramiento se
considere de interés en las materias relacionadas con la presente Ley. En el seno de esta Comisión podrá
existir una comisión permanente, que tendrá también composición paritaria.
A dicha Comisión corresponderán las funciones de estudio, informe y propuesta de todas las cuestiones
relativas a la aplicación de esta Ley, y particularmente, y con carácter preceptivo, en la preparación y
dictamen de los acuerdos o convenios de cooperación a que se refiere el artículo anterior.
DISPOSICIÓN TRANSITORIA PRIMERA.
El Estado reconoce la personalidad jurídica y la plena capacidad de obrar de las entidades religiosas que
gocen de ella en la fecha de entrada en vigor de la presente Ley. Transcurridos tres años solo podrán
justificar su personalidad jurídica mediante, la certificación de su inscripción en el Registro a que esta Ley
se refiere.

DISPOSICIÓN TRANSITORIA SEGUNDA.


Las asociaciones religiosas que al solicitar su reconocimiento legal, de conformidad con lo establecido en
la Ley 44/1967, de 28 de junio, hubieren hecho expresa declaración de ser propietarios de bienes
inmuebles o de otra clase sujetos a registro público para la plena eficacia de su transmisión, cuya
titularidad dominical aparezca a nombre de terceros, y aquellas que habiendo ya formulado ante la
Administración esta declaración patrimonial solicitaren su inscripción legal con arreglo a lo prevenido en la
presente Ley, podrán, en el plazo de un año, regularizar su situación patrimonial, otorgando los
documentos en los que se reconozca la propiedad a favor de las mismas de aquellos bienes que figuren a
nombre de personas interpuestas o utilizando cualquier otro procedimiento legal para justificar
adecuadamente su dominio, hasta obtener la inscripción de los títulos en el Registro de la Propiedad, con
exención de toda clase de impuestos, tasas y arbitrios que pudieran gravar la transmisión, los documentos
las actuaciones que con tal motivo se originen.
DISPOSICIÓN DEROGATORIA.
Queda derogada la Ley 44/1967, de 28 de junio y cuantas disposiciones se opongan a lo establecido en la
presente Ley.
DISPOSICIÓN FINAL.
El Gobierno, a propuesta del Ministerio de Justicia, dictará las disposiciones reglamentarias que sean
necesarias para la organización y funcionamiento del registro y de la comisión asesora de Libertad
Religiosa.

20. Fuentes típicas: Los Acuerdos con la Santa Sede.


- Terminología: Concordatos, Pactos, Modus vivendi, etc.

- Concepto: Son negocios jurídicos de Derecho público externo, celebrados por la vía diplomática. Hoy se
admite únicamente, que son acuerdos con naturaleza jurídica de tratado internacional. Ambas partes
contratantes quedan ligadas a lo concordado en virtud del principio pacta sunt servanda.

- Características:
1. Leyes estatales internas
2. Negociación previa, sometidos a la decisión final de las Cortes Generales.
3. A efectos prácticos, hay en los acuerdos una cierta equiparación tendencial con los Acuerdos con la
Santa Sede, por tanto, se respeta el principio de igualdad a través de un tratamiento específico a cada
confesión religiosa de acuerdo con su naturaleza.

- Naturaleza jurídica: son tratados internacionales. Razones:


..1. reconocimiento de la personalidad jurídica internacional de la Santa Sede
..2. tramitación por vía diplomática. Tres fases en su gestación: negociación entre
diplomáticos, firma solemne instrumentos jurídicos (pacta sunt servanda) y
ratificación por ministros plenipotenciarios. En razón de la materia, los
concordatos se ocupan de problemas que afectan al estatuto jurídico de la Iglesia
católica en el ordenamiento interno del Estado y a derechos y deberes de los
súbditos católicos, relacionados con el ejercicio de lso derechos civiles en materia
religiosa.
..3. cumplimiento artículos 93 a 96 de la Constitución
..4. doctrina unánime del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo
..5.
- Eficacia: artículos 96. 1 CE y artículo 1. 5 C.C.: tras su publicación en el BOE forman parte del
ordenamiento interno, así lo entendió el Consejo de Estado en el dictamen nº 38.990, de 4 de abril de
1974.
..1. Art.1.5. Las normas jurídicas contenidas en los tratados internacionales no serán
de aplicación directa en España en tanto no hayan pasado a formar parte del
ordenamiento interno mediante su publicación íntegra en el Boletín Oficial del
Estado.

- En cuanto al contenido: El art. 7.2 simplemente señala “en los Acuerdos o Convenios y respetando
siempre el principio de igualdad, se podrá extender a dichas Iglesias, Confesiones y Comunidades los
beneficios fiscales previstos en el ordenamiento jurídico general para las Entidades sin fin de lucro y
demás de carácter benéfico”.

..1. Art.7.2 LOLR: En los acuerdos o convenios, y respetando siempre el principio de


igualdad, se podrán extender a dichas Iglesias, Confesiones y Comunidades. Los
beneficios fiscales previstos en el Ordenamiento Jurídico General para las
entidades sin fin de lucro y demás de carácter benéfico.

- Extinción: en aplicación del principio «pacta sunt servanda» según normas de derecho internacional
público, varias son las causas:
1. por mutuo consentimiento de las partes.
2. por causas previstas mismo Acuerdo
3. por conculcación del mismo, es decir, en caso de violación una de las partes dejaría de estar obligada,
en aplicación al principio frangenti fidem, fides non est servanda.
4. y por cambio radical de la sociedad, en aplicación a la cláusula rebús sic stantibus, ya que un acuerdo, se
realiza en un contexto determinado y un cambio de éste puede ser perjudicial para unas de las partes o
para ambas. Causas de Extinción de los Acuerdos: Se extinguen por las causas comunes de cualquier
Tratado Internacional, tal y como regula el Art. 98.1 CE. La ilegitimidad de la extinción, se basa en la
voluntad unilateral de alguna de las partes, es decir, el Acuerdo se ha de extinguir bilateralmente y no de
forma unilateral.

- Acuerdos vigentes:
..1. Convenio de 1962 sobre reconocimiento de estudios no eclesiásticos
..2. Acuerdo básico de 1976 sobre nombramiento obispos y renuncia fuero
eclesiástico
..3. Acuerdos de 1979: sobre asuntos jurídicos; enseñanza y asuntos culturales;
asistencia religiosa y servicio militar; y asuntos económicos
..4. Acuerdo sobre asuntos de interés común en Tierra Santa de 1994

21. Fuentes típicas: Los Acuerdos celebrados al amparo del art. 7 LOLR.
3. Acuerdos celebrados según el artículo 7 de la Ley Orgánica de libertad religiosa (I)

o Fundamento legal: artículos 16. 3 Constitución y 7 Ley Orgánica de libertad religiosa

▪ Art.16.3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán
en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las
consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás
confesiones.
▪ Art.7.1 LOLR: El Estado, teniendo en cuenta las creencias religiosas existentes en
la sociedad española, establecerá, en su caso, acuerdos o convenios de
cooperación con las Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas inscritas en el
Registro que por su ámbito y número de creyentes hayan alcanzado notorio
arraigo en España. En todo caso, estos acuerdos se aprobarán por Ley de las
Cortes Generales.
▪ Art.7.2 LOLR: En los acuerdos o convenios, y respetando siempre el principio de
igualdad, se podrán extender a dichas Iglesias, Confesiones y Comunidades. Los
beneficios fiscales previstos en el Ordenamiento Jurídico General para las
entidades sin fin de lucro y demás de carácter benéfico.
o Sujetos:
▪ el Estado español, a través del Gobierno, y éste, a su vez, de la Comisión Asesora
de libertad religiosa
▪ las Entidades religiosas: Iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas, así como
sus Federaciones, que cumplan los siguientes requisitos
o Requisitos de las Confesiones: Según el art. 7 de la LOLR.
▪ personalidad jurídica civil (inscripción en el Registro de Entidades Religiosas)
▪ notorio arraigo en España (ámbito geográfico e histórico y número de creyentes)
▪ reconocimiento del notorio arraigo por la Comisión Asesora de libertad religiosa
o Entidades religiosas con notorio arraigo reconocido:
▪ Federación de Entidades Religiosas Evangélicas De España – FEREDE (1984)
▪ Federación de Comunidades Judías de España – FCJE (1984)
▪ Comisión Islámica de España – CIE (1989)
▪ Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días de España – Mormones
(2003)
▪ Testigos de Jehová (2006)
▪ Federación de Comunidades Budistas de España (2007)
▪ Cristianismo ortodoxo (2010)

4. Acuerdos celebrados según el artículo 7 de la Ley Orgánica de libertad religiosa (II)

o Procedimiento seguido firma Acuerdos: Dos fases


▪ Fase ejecutiva o fase previa de negociaciones. Pasos:
▪ Iniciación procedimiento por Entidad religiosa interesada
▪ Elevación al Ministro de Justicia, a través de la Dirección General de
Relaciones con las Confesiones Religiosas
▪ Estudio propuesta por la Comisión Asesora de libertad religiosa,
encargada de negociar y redactar con la Entidad un proyecto de acuerdo,
al que acompaña un dictamen preceptivo
▪ Traslado al Ministro de Justicia, que lo eleva al Consejo de Ministros para
su Visto Bueno
▪ Firma Acuerdo por Presidente del Gobierno o representante habilitado y
Presidente de la Entidad o representante habilitado al efecto
▪ Fase legislativa o fase de aprobación. Pasos:
▪ El Acuerdo firmado se remite a las Cortes (primero al Congreso de
Diputados y segundo al Senado) para su aprobación, como Anexo de un
proyecto de ley ordinaria
▪ Una vez aprobada la Ley se sanciona por el Rey
▪ Se publica en el Boletín Oficial del Estado

5. Acuerdos celebrados según el artículo 7 de la Ley Orgánica de libertad religiosa (III)

o Naturaleza jurídica: compleja por novedad y procedimiento seguido. Puede afirmarse que
son negocios públicos de derecho interno e incluso leyes especiales reforzadas. Debe
distinguirse:
▪ Acuerdo firmado en la primera fase: instrumento de creación legislativa, o
presupuesto previo a la ley
▪ Ley de aprobación: medio a través del cual el Acuerdo forma parte del
ordenamiento
6. Acuerdos celebrados según el artículo 7 de la Ley Orgánica de libertad religiosa (IV)

o Acuerdos vigentes: suscritos por el Gobierno español en 1992:


▪ Entidades religiosas firmantes: FEREDE, FCJE y CIE
▪ Destinatarios de los Acuerdos firmados (art. 1 de cada Acuerdo)
▪ Contenido:
▪ normas de reconocimiento, instrumentales o definitorias de derechos
(artículos 1 a 6)
▪ normas de desarrollo de manifestaciones o derechos implícitos en la
misma libertad religiosa (artículos 7 a 12)

▪ Desarrollo y ejecución: competencia del Gobierno (disposición final única)


▪ Interpretación: común acuerdo (disposiciones adicionales 1ª y 2ª)
▪ Vigencia: condicionada al desacuerdo entre ambas partes. Puede denunciarse con
un preaviso de seis meses; o revisarse total o parcialmente, a iniciativa de las
partes.
▪ Eficacia: directa, entrada en vigor al día siguiente de su publicación (disposición
adicional 2ª)

22. Fuentes típicas: Los Acuerdos autonómicos.


7. Acuerdos Autonómicos

o Fundamento: artículo 16 Constitución


o Sujetos:
▪ Entidades religiosas presentes en el territorio de la Comunidad Autónoma
▪ Instituciones de autogobierno fijadas en los respectivos Estatutos de Autonomía
o Clases (en función de la competencia y el procedimiento seguido):
▪ Legislativos
▪ Administrativos o convenios reglamentarios
o Naturaleza jurídica en función de la clase:
▪ Acuerdos legislativos: leyes autonómicas
▪ Acuerdos administrativos: convenios de gestión u operativos (contratos o
conciertos administrativos)
o Contenido: materias competencia Comunidad Autónoma: patrimonio histórico, asistencia
religiosa, enseñanza religiosa, y medios de comunicación
o Acuerdos vigentes en la Comunidad Valenciana:
▪ Patrimonio histórico (28 de julio de 1989)
▪ Asistencia religiosa en centros hospitalarios de la red pública (29 de julio de 1992)
▪ Formación profesional y empleo (28 de mayo de 1997)
▪ Acción social (24 de julio de 1997)

23. Relevancia civil de los ordenamientos confesionales.


¿Qué relación hay entre el Derecho de las confesiones y el Derecho eclesiástico de los Estados?

• Fuente de naturaleza indirecta: su origen se encuentra en un ordenamiento confesional


• Asumidas por el ordenamiento estatal, a través de las técnicas propias del derecho internacional
privado
• Los mecanismos de relación o Técnicas:
o Remisión o reenvío. Puede ser:
▪ material o recepticia. Consiste en el reconocimiento por el Derecho estatal de
eficacia civil a normas canónicas, sin que ello implique una declaración, por parte
del Estado, de competencia del Derecho canónico para regular esas materias.
Ej: Orden de 11 de enero de 1996 por la que se dispone la publicación de los
currículos de enseñanza religiosa islámica correspondientes a Educación
Primaria, Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato
▪ formal o no recepticia. Supone que el Derecho estatal “reconoce la competencia
de un ordenamiento distintos (…) para regular una relación jurídica determinada y
otorga eficacia en su propia esfera a las relaciones surgidas al amparo del
ordenamiento competente”.
▪ Ej: El consentimiento matrimonial podrá prestarse en la forma prevista
por una confesión religiosa inscrita, en los términos acordados con el
Estado o, en su defecto, autorizados por la legislación de éste. (59 C.C.).

o Presupuesto. Consiste en la consideración de la norma canónica como supuesto previo o


supuesto de hecho de la norma estatal. El Derecho del Estado no recibe la regulación
canónica, sino que, simplemente, parte de ella para regular con sus propias normas una
relación jurídica determinada.

▪ Ej.: “Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender
los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente,
de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus
dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes
los profesan o practican.” Art.525.1CP.

Alcance de la relevancia de los Ordenamientos Confesionales sobre el Ordenamiento Estatal:

1.- La relevancia supone que el Dº Estatal reconoce la competencia de un Ordenamiento diferente


para regular una situación jª concreta y otorga eficacia, en su propio ámbito, a las relaciones surgidas
al amparo del ordenamiento competente.
Entre los numerosos ejemplos de remisión con efectos jº - civiles a normas confesionales, cabe decir
los siguientes:
A.- En el ámbito del Dº Canónico, el ejemplo lo encontramos en el Art. 1.2 del Acuerdo sobre
Asuntos Jurídicos de 1979. A tenor de este artículo, el Estado reconoce personalidad jª civil a
diócesis, parroquias y otras circunscripciones territoriales en cuanto sean canónicas y esto sea
notificado a los órganos competentes del Estado.
El Art. 1.3 del Acuerdo sobre Asuntos Jurídicos de 1979, el cual dice que se reconoce personalidad
jurídica civil a la Conferencia Episcopal española, de conformidad con los Estatutos de la Santa
Sede.
El Art. 6.1 del Acuerdo sobre Asuntos Jurídicos de 1979, el cual señala que se reconoce efectos
civiles al matrimonio celebrado según las normas de Dº Canónico.
B.- En el ámbito Confesional No Católico, es decir, al lado opuesto al Dº Canónico, nos
encontramos con el Art. 7.1 de los 3 Acuerdos de Cooperación de 1992, el cual reconoce efectos
civiles al matrimonio (Evangélico, Judío o Musulmán) celebrado según las normas de cada
Confesión Religiosa.

2.- La Relevancia de los Ordenamientos Confesionales en Dº Interno supone que el legislador civil
acepta como suyos definiciones o categorías determinadas previamente en la normativa confesional.
A.- En el ámbito del Dº Canónico; si el ordenamiento jº estatal hace referencia a términos como
Obispos, Ministros de Culto, Instituto de vida consagrado o Parroquia, se está remitiendo al
concepto que de los mismos tenga en el ordenamiento canónico del que proceda.
B.- En los ordenamientos confesionales no católicos: El Art. 3.1 de los 3 Acuerdos de Cooperación
de 1992, señala que son Ministros de Culto a efectos legales, las personas físicas que se dediquen
con carácter estable a funciones de culto o asistencia religiosa y además acrediten el
cumplimiento de estos requisitos mediante certificado de la respectiva confesión”.
Por lo tanto, en la medida que se exige la acreditación confesional, se deduce que es la propia
confesión la que define el concepto, definición que hace suya el ordenamiento jurídico estatal.

24. Los principios informadores del Derecho Eclesiástico español: enumeración,


naturaleza jurídica y funciones.
A. Principios informadores y valores superiores.

Los principios jurídicos se diferencian de los valores superiores en su carácter específico o


concreto. Son una derivación de los valores superiores que se dirigen a informar un sector
del Ordenamiento jurídico español. Así aparecen los principios informadores del Derecho
Eclesiástico español.
Se hallan de manera principal en la C1978, pero también en la Ley orgánica de libertad
religiosa de 1980 con la FEREDE, la FCJ y la CIE.
De lo anteriormente dicho podemos deducir que la libertad religiosa, la laicidad, la
igualdad y la cooperación entre el Estado y las Confesiones religiosas son los principios de
nuestro actual y renovado Derecho Eclesiástico del Estado, según la pionera formulación
de los mismos que hiciera el profesor Viladrich.
B. Naturaleza jurídica

1. Son principios estrictamente civiles, porque contienen valores del pueblo español

2. En ellos late una idea de sociedad civil y una idea de Estado, no una concepción
de lo religioso.

3. Son principios jurídicos: contienen la voluntad la voluntad popular de que la


cuestión religiosa se resuelva mediante el Dº y que éste se inspire en ellos.

4. Principios informadores son tales por su naturaleza de informas los valores


superiores que como patrimonio solidario tiene y quiere el pueblo español en
materia eclesiástica, con independencia de que su formalización normativa tenga
lugar en un texto legal de rango constitucional o en una disposición de rango
inferior.

C. Funciones

1. Función integradora: Todas ellas regulan una materia desde los mismos principios
reguladores

2. Función hermenéutica: en la duda debemos regular como dicen los principios.

3. Función Civilizadora

25. Los principios informadores del Derecho Eclesiástico español: distinción de los
derechos fundamentales. Calificación del Estado español en materia religiosa.
Diferencia derechos y principios

PRINCIPIO DERECHO
DESTINATARIO/TITULAR Poderes públicos Personas
OBJETO Indican cómo debe legislarse, Facultades del titular y
interpretarse y aplicarse el ord. deberes para los demás
jurídico

DEFINICIÓN No son directamente invocables Su violación otorga una acción


por el ciudadano en vía judicial procesal

26. El principio de libertad religiosa.


La libertad religiosa, además de ser un derecho humano, es un principio de organización social y de
configuración cívica, porque contiene una idea o definición de Estado.

Del proceso constituyente –el cual recoge la doble acepción de la libertad religiosa, como principio y como
derecho- destacamos dos propósitos en relación al factor religioso:

1. Cambio cualitativo:

La Constitución debía suponer una modificación sustantiva de la legislación eclesiástica del


régimen anterior.

2. Superar la cuestión religiosa:

La regulación del factor religioso nunca más fuese motivo de división entre españoles.

Indica al Estado su incompetencia para definirse en materia

La Constitución rompe con el pasado, para que el principio definidor del Estado en materia eclesiástica no
sea ni el de confesionalidad –propio de la mayor parte de nuestra historia constitucional y del periodo
franquista- ni el de laicidad decimonónica- según la versión republicana de 1931. Y es que tanta laicidad
de ahora, como principio secundario sometido al de libertad religiosa, ya no expresa una actitud de
hostilidad ni siquiera de indiferencia del Estado hacia lo religioso, sino su obligación de reconocer y
garantizar el derecho de libertad religiosa con la mayor amplitud posible.

Dos acepciones:

o Negativa:

Inmunidad de coacción: Libertad del acto de fe y para la práctica religiosa a favor tanto de los
individuos como de las comunidades

No confesionalidad: Prohibición de concurrir con el ciudadano emitiendo actos de fe.

STC 24/1982, de 13 de mayo: “el principio de libertad religiosa reconoce el derecho de los
ciudadanos a actuar en este campo con plena inmunidad de coacción del Estado y de
cualesquiera grupos sociales, de manera que el Estado se prohíbe a si mismo cualquier
concurrencia junto a los ciudadanos, en calidad de sujeto de actos o actitudes de signo
religioso.” (FJ 1).

o Positiva:

Deberes de promoción, fomento y garantía de la libertad religiosa.

Conclusión:
1. Los principios de confesionalidad y laicidad son incompatibles entre sí

2. Ninguno de ellos puede compartir el de libertad religiosa la función de principio


primaria de definición del Estado en materia eclesiástica

3. Aunque los principios de confesionalidad y de laicidad, como principios primeros, son


compatibles con un régimen de reconocimiento del derecho de libertad religiosa,
acaban restringiendo su ejercicio más allá de los límites comúnmente establecidos

4. El principio más idóneo para que un pueblo alcance la máxima plenitud en el


reconocimiento del derecho de libertad religiosa es el homónimo, que asegura la
identidad civil del Estado, su papel en la promoción del factor religioso como parte del
bien común, la mutua independencia entre el Estado y las confesiones, y permite el
pleno desarrollo de todos los derechos relacionados con la libertad.

27. El principio de laicidad.


Denominaciones: aconfesionalidad, no confesionalidad, neutralidad, separación.

Art. 16.3 CE: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal.”

Contenido: La autonomía e independencia del Estado y las Confesiones. STC 24/1986, de 21 de febrero: “el
carácter aconfesional del Estado no implica que las creencias religiosas no puedan ser objeto de
protección. El mismo art. 16.3 que afirma que ninguna Confesión tendrá carácter estatal, afirma también
que los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española. Y, por otra
parte, la pretensión individual o general de respeto a las convicciones religiosas pertenece a las bases de la
convivencia democrática que, tal como declara el preámbulo de la Norma Fundamental, debe ser
garantizada.”

28. El principio de igualdad religiosa.


La igualdad religiosa y su correlato propio, la no discriminación por motivos religiosos, constituyen
aplicaciones específicas del principio genérico de igualdad ante la ley y no discriminación que
quiebra la condición de ciudadano, título común a todos los españoles.

Pues bien, la igualdad religiosa significa que sólo por ser ciudadanos, con independencia del signo
de sus convicciones religiosas, todos los españoles tienen el mismo derecho fundamental de
libertad religiosa. En esto consiste la igualdad ante la ley: ser iguales titulares del mismo derecho
de libertad religiosa.

• Igualdad real o material (art. 9.2 CE):

Se configura como un simple criterio inspirador o corrector de situaciones injustas,


no como un principio informador.

La igualdad no significa uniformidad. Ante el Estado no existen diversas categorías


de titulares y de derechos de libertad religiosa, sino una y misma calidad de titular
y de derecho fundamental y de libertad religiosa, con independencia de sus rasgos
diferenciales, de su tradición histórica o de su implantación sociológica.
STC 98/1995: “el art. 9.2 puede actuar como un principio matizador de la
igualdad formal consagrada en el art. 14 de la Constitución, permitiendo
regulaciones cuya desigualdad formal se justifica en la promoción de la
igualdad material; pero no puede pretenderse su aplicación para obtener
la declaración de inconstitucionalidad de una norma en la que,
presuntamente, se incumple el mandato de promover la igualdad real,
pues esta igualdad, no opera como límite concreto en la actuación de los
poderes públicos.” (FJ 9).

• Igualdad jurídica o formal (art. 14 CE):

Prohíbe la discriminación (trato diferenciador en atención a ciertas circunstancias


personales).

La igualdad no impide, sino exige el reconocimiento de las peculiaridades de los


sujetos de la libertad religiosa en el Derecho del Estado; y que el objeto de la no
discriminación por motivos religiosos no es prohibir la pluralidad religiosa, por lo
que debe rechazarse con vigor aquella visión simplista según la cual donde hay
diversidad no existe igualdad.

STC 24/1982, de 13 de mayo: “significa que las actitudes religiosas no


pueden justificar diferencias de trato jurídico.” (FJ 1).

• Derecho de igualdad religiosa:

Es un derecho “per relationem”, es decir, un derecho que carece de autonomía


propia y que sólo es ejercitable a través de otros derechos a los que modula. No
puede ser objeto de desarrollo normativo con carácter general.

• Problemas:

o Art. 16.3. “…Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de
la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de
cooperación…”

▪ ¿Se discrimina el ateísmo y el agnosticismo cuando el art. 16.3 CE


obliga al Estado a tener en cuenta las creencias religiosas de la
sociedad española y a cooperar con las Confesiones? -Opinión del
autor del libro-:

El principio de laicidad no sólo prohíbe la confesionalidad formal o


material, sino que en conexión con el principio primario de libertad
religiosa, también impide una interpretación pro confesionalidad
sociológica del Estado español. Y es que, por mucho que la mayoría
del pueblo español profese la religión católica, ese dato sociológico no
cambia la esencia del Estado que sigue siendo radicalmente
incompetente para adoptar cualquier fe religiosa, sea o no
mayoritaria.

▪ Viladrich: las actitudes negativas ante la fe no están protegidas por el


derecho de libertad religiosa, sino por la libertad ideológica; no debe
aplicarse la igualdad.
o Art. 16.3 (cont.) “…con la Iglesia Católica y las demás confesiones.”

▪ ¿Cómo debe interpretarse la mención de la Iglesia Católica en el art.


16.3 de la CE?

▪ Vilacrich: La mención de la Iglesia Católica constituye “un paradigma


extensivo de trato específico a las demás confesiones”; un modelo de
máximos al que el resto de confesiones tienen la legítima aspiración
de alcanzar.

29. El principio de cooperación entre los poderes públicos y las confesiones


religiosas.

• Definición: constitucionalización del común entendimiento, bilateral o plurilateral, que


han de tener las relaciones entre los poderes públicos y las confesiones, en orden a la
elaboración de su estatuto jurídico específico y a la regulación de su contribución al
bien común ciudadano.

• Presupuestos:

o Valoración democrática de los grupos sociales reales, que junto a los poderes
públicos son corresponsables en la gestión del bien común.

o Reconocimiento del hecho diferencial de las confesiones como sujetos


colectivos del derecho de libertad religiosa y como comunidades específicas
que expresan la dimensión institucional del factor religioso.

• Instrumentos jurídicos posibles: indeterminación

• Sujetos

o Los poderes públicos –tanto el estatal como el autonómico o el local-.

o Las Confesiones, Iglesia, Comunidades, Entidades o Federaciones religiosas.

4.4 Calificación del Estado español en materia religiosa

• Confesionalidad solapada

• Separación mitigada

• Sana laicidad o cooperacionista

• Estado de libertad religiosa


30. La libertad de pensamiento o libertad ideológica.
OBJETO: Propia concepción explicativa del hombre, el mundo y la vida, una personal y libre cosmovisión.
También ampara las ideas u opiniones personales
SEDE NORMATIVA: Art. 16 y 20 CE
ÁMBITO: STC 120/1990, FJ 0:

A) Dimensión interna, tutelada por el derecho a formar libremente la propia conciencia

B) Dimensión externa, plasmada en el derecho a obrar conforme a los imperativos de la misma.

31. La libertad de conciencia.


OBJETO: La libertad fundamental de todo ciudadano, como persona y en su búsqueda del bien, de poseer
su propio juicio moral como acto personal de la conciencia, y en adecuar sus comportamientos y realizar
su vida según el personal juicio de moralidad.

SEDE NORMATIVA: Artículo 16 C.E. (ex art. 10.2). (STC 15/1982, de 23 de abril, FJ 6)

ÁMBITO: (STC 120/1990, FJ 10):

A) Dimensión interna, tutelada por el derecho a formar libremente la propia conciencia

B) Dimensión externa, plasmada en el derecho a obrar conforme a los imperativos de la misma.

32. La libertad religiosa: concepto y naturaleza jurídica.


Concepto:

Derecho que tiene por objeto la fe como acto y la fe como contenido de dicho acto, así como la práctica
de la religión en todas sus manifestaciones individuales, asociadas o institucionales, tanto públicas como
privadas, con libertad para su enseñanza, predicación, culto, observancia y cambio de religión y de
profesión de la misma.

Naturaleza jurídica:

• Derecho natural porque viene exigido por la misma dignidad del hombre. Es
un derecho exclusivo del ser humano decidir sobre su relación con Dios y el
sentido de su vida.

• Derecho matriz porque, dada su complejidad, resulta imposible determinar


exactamente todas las manifestaciones positivas de este derecho, generando
así un haz de derechos más concretos que dimanan del género derecho de
libertad religiosa.

• Derecho personalísimo porque respecto a su ejercicio no cabe representación


ni sustitución.

• Derecho absoluto por su oponibilidad erga omnes, trátese de de los poderes


públicos o de ciudadanos particulares.

• Derecho fundamental por recogerse entre el catálogo de derechos de la


Sección primera, Capítulo II, Título Primero de la CE1978.

• Derecho subjetivo público: confiere a su titular una potestad ejercitable en


una esfera en que su voluntad es soberana. Y es público porque para ello
cuenta siempre con el respaldo de los poderes públicos.

33. La libertad religiosa individual: titularidad y contenido.


Si partimos del art.16 de la CE. “Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y
de las comunidades”.

• Dimensión individual: Cada uno de los ciudadanos en cuanto creyentes.

• Dimensión comunitaria: Estos grupos tienen una tipicidad singular, por no decir única, en relación
con las demás formaciones sociales: su razón de ser viene determinada por una materia, la
religiosa, acerca de la cual es radicalmente incompetente el Estado (principio de libertad
religiosa).

Según el art.2.1. LOLR:


a) Libertad de profesión y manifestación de las creencias religiosas (se refiere al ámbito individual)

b) Libertad de culto y asistencia religiosa.

c) Libertad de proselitismo (anuncio de las propias creencias con la intención de captar nuevos
creyentes “hacer prosélitos”, captación de nuevos fieles) y enseñanza religiosa.

d) Derechos de reunión, manifestación y asociación.


34. La libertad religiosa del menor y del extranjero.
1. Menor
• Artículo 6 LO 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor:
1.a.i.1. El menor tiene derecho a la libertad de ideología, conciencia y
religión
1.a.i.2. El ejercicio de los derechos dimanantes de esta libertad tiene
únicamente las limitaciones prescritas por la Ley y el respeto de los
derechos y libertades fundamentales de los demás.
1.a.i.3. Los padres y tutores tienen el derecho y el deber de cooperar para
que el menor ejerza esta libertad de modo que contribuya a su desarrollo
integral.

Problemas

• ¿El menor puede ejercer su derecho fundamental de libertad religiosa en cualquier


circunstancia?

• ¿Cuándo tiene suficiente madurez para ejercer por sí mismo este derecho personalísimo?

2. Extranjero
• Artículo 13.1 C.E.: «Los extranjeros gozarán en España de las libertades públicas que garantiza el
presente Título en los términos que establezcan los tratados y la ley».
• Artículo 3 LOEX: «1. (…) Como criterio interpretativo general, se entenderá que los extranjeros
ejercitan los derechos que les reconoce esta Ley en condiciones de igualdad con los españoles».

Problemas

• La LOEX no reconoce específicamente la libertad religiosa, ¿en qué medida son titulares
de este derecho?

• ¿Qué ocurre en aquellos casos en que el extranjero, por no ser residente, no puede
ejercer algunos derechos que dimanan de la libertad religiosa?

35. La libertad religiosa colectiva: titularidad y contenido.


Los grupos sociales religiosos son configurados como sujetos de Derecho eclesiástico, en cuanto que
gozan de la garantía y de la tutela genérica o común que procuran los principios supremos del
ordenamiento estatal en la materia, principalmente el de libertad religiosa con los límites establecidos por
las normas jurídicas, como el art.16.1 CE, el art. 3 LOLR y el art.5.15 C.P. Se les considera como sujetos del
derecho de libertad religiosa colectiva, protegidos por el art. 9.2 CE, aunque no sean personas jurídicas, ni
se encuentren plenamente organizados.

• Iglesia: Organización existente dentro de la religión cristiana que reconoce en Cristo a su


Fundador (católicos, ortodoxos y protestantes)

• Comunidad: Cualquier religión surgida fuera del ámbito cristiano (judíos, musulmanes, etc.)

• Confesión:

Original: Iglesias de la Reforma.

Actual: cualquier movimiento o agrupación religiosa, como así lo demuestra el art. 16.3 CE. Son
sujetos colectivos por excelencia de Derecho eclesiástico. Y entre ellas son sujetos cualificados por
el reconocimiento de personalidad civil las confesiones inscritas, y gozan de un régimen
privilegiado las que han celebrado Acuerdos de cooperación con el Estado español. El art. 16 CE,
distingue entre comunidades religiosas, por una lado, con la significación de grupo religioso, y
confesiones religiosas, por otro, término que la LOLR amplia con el mismo sentido y se refiere
conjuntamente a iglesias, Confesiones y Comunidades religiosas. La polisemia empleada se debe
al deseo de la LOLR de respetar las denominaciones propias de las formaciones religiosas más
significativas en la sociedad española. Ha de tenerse en cuenta también que la LOLR configura
como elementos fundamentales de las confesiones la organización y la finalidad religiosa.

• Federación: La agrupación de Iglesias, Comunidades o Confesiones para constituir


voluntariamente otra entidad superior y compleja con poderes de decisión sobre las materias que
acuerdan las entidades federadas. En una Federación se une convencionalmente varias
confesiones cediendo competencias propias para avanzar en la unidad, en la información y en la
cooperación, en general, para la unificación de doctrina, cooperación y establecimiento de
servicios comunes. No constituye una nueva confesión, sino un ente al servicio de las confesiones
federadas, las cuales conservan su individualidad.

• Concepto.
Las entidades religiosas son una creación del Derecho estatal que reconoce o atribuye, según los
casos, personalidad civil a sujetos orgánicos, asociativos y fundacionales que tienen previa
existencia en las confesiones, que los fundan y regulan. Son aquellas entidades creadas por las
confesiones para el cumplimiento de sus fines, a las que pertenecen y se vinculan, son
reconocidas por el ordenamiento del Estado como personas jurídicas civiles de régimen especial
una vez cumplidos los requisitos establecidos por la ley. Se caracterizan básicamente por su doble
componente religiosa:
1. La pertenencia a la confesión
2. Los fines que le son propios y que coinciden sustancialmente con los de la confesión
matriz

• Dificultad previa: Se trata de entidades que tienen un origen anterior al Derecho y al Estado, y
pueden constituirse al margen del ordenamiento, sin necesidad de autorización previa. Sin
embargo ello no hace imposible construir un concepto jurídico que especifique cuál es el titular
del derecho colectivo de libertad religiosa.

• Requisitos:
o Carácter comunitario o societario: una Confesión es una agrupación de personas.
o Carácter religioso: El carácter religioso de una confesión, se deduce de dos elementos: sus
fines y su vinculación a la confesión; en la doctrina española se han señalado como fines
religiosos: actos de culto, propagación de la fe, beneficencia y actividades docentes. El
otro elemento para calificar el carácter religiosos de una entidad es su vinculación a la
confesión, que el art. 6.2 LOLR relaciona con la creación y fomento de asociaciones.
En definitiva, entendemos por carácter religioso:
..a) Ser Superior
..b) Credo propio y diferenciado
..c) Culto específico
..d) Normas morales
..e) Organización diferenciada y estable, que defina su propia estructura, jerárquica o
no, dependiendo del tipo de confesión de que se trate, que proponga cuáles son
los derechos y deberes de sus miembros y cuáles los modos de selección y
formación y las funciones de sus ministros (RDGAR 22 de diciembre de 1992 y
SAN 30 de septiembre de 1993, FJ 3).

En conclusión: organización cúspide de una comunidad de personas unidas por un sistema


doctrinal y de creencias en la divinidad, que se manifiesta externamente gracias a un
sistema de culto y de ética propia y diferente de los demás.
• Clasificación.
La LOLR y las normas que la desarrollan tienen por entidades religiosas, no solamente a las que
propiamente lo son: instituciones, asociaciones y fundaciones, sino también a las iglesias,
confesiones y comunidades que las crean.
o Entidades mayores: Iglesias, Confesiones o Comunidades religiosas, y sus Federaciones.
o Entidades menores: Son aquellas entidades creadas o fomentadas por las Entidades
mayores para el cumplimiento de todos o algunos de sus propios fines.
Tipos:

o Entidades orgánicas, que integran la estructura interna de gobierno de la Confesión.


Atendiendo al criterio de descentralización del poder con el cual se crean:
▪ Territoriales, si se opta por una descentralización de base espacial o territorial.
▪ Institucionales o funcionales, si se sigue un principio de distribución de funciones.

o Entidades asociativas, formadas por los propios fieles en el seno de la confesión:


▪ Asociaciones con régimen peculiar de vida religiosa (por ejemplo, Órdenes,
Congregaciones, Institutos religiosos y sus Federaciones).
▪ Asociaciones comunes, las cuales pueden no desarrollar fines estrictamente
religiosos, aunque sí en estrecha conexión con éstos (por ejemplo, caritativos,
asistencia social, enseñanza, etc.)

o Fundaciones, las cuales no se componen de personas, sino de un conjunto de bienes, y


cuyo destino se ordena al cumplimiento de alguno de los fines directos de la Entidad
mayor o vinculado a ellos.

Contenido de la libertad religiosa colectiva

• Derechos de la confesión (art. 2.2 LOLR):


o Libertad de organización interna
o Libertad de formación de ministros
o Libertad de proselitismo
o Libertad de comunicación

• Garantías públicas (art. 2.3 LOLR):


o Asistencia religiosa en centros públicos
o Formación religiosa en centros docentes públicos

36. La libertad religiosa: objeto, ámbito y limitaciones.


➢ OBJETO: ¿Qué es la religión?

o Según el Ministerio de Justicia (Subdirección General de Relaciones con las


Confesiones):

▪ Creencia en la existencia de un Ser Superior, trascendente o no, con el


cual es posible una comunicación

▪ Conjunto de verdades religiosas que integran el dogma de la propia fe y


que singulariza dicha creencia frente a otras

▪ Conjuntos de normas morales que articulen la vida de las fieles

En resumen, por religión puede entenderse el sistema de relación del hombre con Dios en
su proyección externa, que consiste en un credo, un culto y una moral específicas.
➢ ÁMBITO

o La libertad religiosa protege tres ámbitos:

1. Libertad para profesar o no una determinada religión, es decir, para


responder afirmativa o negativamente a la pregunta sobre Dios.
2. Inmunidad de coacción frente al Estado en la emisión del acto de fe,
sin imposición de ningún tipo de religiosidad o de irreligiosidad.
3. Una serie de derechos derivados o garantías para poder vivir conforme
a las propias creencias y practicar los ritos y liturgias integrantes del
propio culto.

➢ EXCLUSIÓN:

o Art. 3.2 LOLR:

▪ Estudio y experimentación de los fenómenos psíquicos o parapsicológicos

▪ Difusión de valores humanísticos o espiritualistas

▪ Otros fines análogos ajenos a los religiosos

• Artículo Tercero:

.a.i.1. El ejercicio de los derechos dimanantes de la Libertad Religiosa y


de Culto tiene como único límite la protección del derecho de los demás
al ejercicio de sus libertades públicas y derechos fundamentales, así como
la salvaguardia de la seguridad, de la salud y de la moralidad pública,
elementos constitutivos del orden público protegido por la Ley en el
ámbito de una sociedad democrática.
.a.i.2. Quedan fuera del ámbito de protección de la presente Ley las
actividades, finalidades y entidades relacionadas con el estudio y
experimentación de los fenómenos psíquicos o parapsicológicos o la
difusión de valores humanísticos o espirituales u otros fines análogos
ajenos a los religiosos.
o Son manifestaciones de la libertad ideológica
o Sirven de criterio legal para determinar si una Entidad es o no religiosa (STC
46/2001, de 15 de febrero)
Limitaciones

• Es un derecho ilimitado en su contenido esencial.


• LOLR: La ley 7/1980, de 5 de julio, de libertad religiosa se concibe como orgánica en desarrollo del
art. 16 CE en relación con el art. 14, regulando el derecho de libertad religiosa y estableciendo el
régimen legal de las entidades religiosas. Consta de ocho artículos, una disposición final, otra
derogatoria y dos transitorias. Y, por lo que se refiere a las entidades de índole religiosa, tiende a
sentar las bases de un régimen unitario, lo que explica la amplitud e inconcreción de sus normas,
si bien el legislador se ha reservado dos vías para una mayor determinación: los acuerdos de
cooperación, del art. 7, a los que ya nos hemos referido; y el desarrollo reglamentario, tanto en lo
que se refiere a la Comisión asesora de libertad religiosa (CALR), que crea el art. 8, como al
Registro de entidades religiosas (RER) en el que han de inscribirse, a tenor del art. 5, las iglesias,
confesiones y comunidades religiosas y sus federaciones, que aspiren a tener personalidad jurídica
(disposición final).
• Sólo es limitable en sus “manifestaciones” (art. 16.1 CE)
• Límite constitucional: orden público
o Concepto jurídico indeterminado, que ha generado gran inseguridad jurídica
o Este concepto no podía ser sostenido en el actual régimen constitucional, tal y como
afirma el Tribunal Constitucional en sus SSTC 43/1986, de 15 de abril, y 59/1990, de 29 de
marzo.
• Art. 3.1. LOLR
“El ejercicio de los derechos dimanantes de la libertad religiosa y de culto tiene como único límite
la protección del derecho de los demás al ejercicio de sus libertades públicas y derechos
fundamentales. Así como la salvaguardia de la seguridad, de la salud y de la moralidad pública,
elementos constitutivos del orden público protegido por la Ley en el ámbito de una sociedad
democrática.”
• Elementos integrantes del art. 3.1 LOLR.
o Protección del derecho de los demás al ejercicio de sus libertades públicas y derechos
fundamentales
o Seguridad pública
o Salud pública
o Moralidad pública
• De interés recordar doctrina del TC sobre la materia:

STC 46/2001, de 15 de febrero: “el orden público no puede ser interpretado en el sentido de una
cláusula preventiva frente a eventuales riesgos, porque en tal caso ella misma se convierte en el
mayor peligro cierto para el ejercicio de ese derecho de libertar.”

En definitiva, los límites son los derechos de los demás y el orden público. Y el contenido del art.
3.1. LOLR posee un contenido ilimitado, pero si sus manifestaciones deben garantizar el orden
público.

37. Tutela del derecho fundamental de libertad religiosa: garantías


constitucionales.
La tutela que nuestro ordenamiento jurídico dispensa a la libertad religiosa se realiza desde un triple nivel
normativo: las garantías constitucionales, la protección llevada a cabo en el ámbito interno y, por último,
en el ámbito internacional.
El artículo 16 CE garantiza la libertad religiosa, tanto individual como colectiva, y la configura en el marco
de los derechos fundamentales y de las libertades públicas (Sección primera, Capítulo II, Título primero).
Por tanto, como punto de partida, encontramos que la libertad religiosa goza de las garantías
constitucionales propias de los derechos fundamentales, las cuales vinculan a todos los poderes públicos
(arts. 9.2 y 53.1 CE). Dichas garantías, básicamente, son:
– Art. 53.1 CE: Reserva de ley para regular el ejercicio del derecho fundamental de libertad religiosa. En
ningún caso podrá limitar o restringir su contenido esencial. Como ejemplos podemos señalar las leyes
que regulan los beneficios fiscales aplicables a las Confesiones religiosas, la Ley de Objeción de conciencia,
etcétera.
– Art. 81 C.E.: Reserva de ley orgánica para el desarrollo del contenido esencial del derecho fundamental
de libertad religiosa. Por ejemplo, la Ley Orgánica de Libertad Religiosa. En la LOLR se puede distinguir dos
partes, que bien pudieran haber sido objeto de dos leyes distintas: una de rango orgánico encargada de
desarrollar el contenido esencial del derecho (arts. 1-4 LOLR) y otra distinta, posiblemente de rango
ordinario, encargada de regular su ejercicio a través de las relaciones que el Estado mantiene con las
Confesiones religiosas (arts. 5-8).
– Art. 53.2 C.E.: Tutela ordinaria preferente y sumaria, es decir, la previsión de un procedimiento basado
en los principios de preferencia y sumariedad incoable ante los Jueces y Tribunales que integran la
Jurisdicción ordinaria en España (vid. Epígrafe 8.4).
– Art. 53.2 C.E.: Tutela especial de amparo constitucional, tramitada a través del recurso de amparo ante el
Tribunal Constitucional (arts. 161.1.b C.E., 4 LOLR y 41 y sigs. LOTC).
– Art. 161.1.a C.E.: Tutela especial de inconstitucionalidad dirigida a tutelar el derecho fundamental de
libertad religiosa frente a lesiones producidas por leyes o disposiciones normativas con fuerza de ley. Se
canaliza a través del recurso de inconstitucionalidad (arts. 31-34 LOTC) y de la cuestión de
inconstitucionalidad (arts. 35-37 LOTC).
– Art. 54 C.E.: Defensor del Pueblo, que se instituye como el alto comisionado de las Cortes Generales para
la defensa de los Derechos fundamentales, y está dotado de la facultad de supervisar la actividad de las
Administraciones públicas en relación con ese mismo objeto. Las cuestiones relativas a la libertad religiosa
sobre las que el Defensor del Pueblo ha tenido oportunidad de pronunciarse podrían agruparse, a efectos
expositivos, en las siguientes: la participación obligatoria de militares en la celebración de festividades
religiosas en el seno de las Fuerzas Armadas; el ejercicio de la libertad religiosa en la escuela pública: la
presencia de símbolos religiosos; elección de centros por razón de las convicciones religiosas de los
padres; obligatoriedad de asistencia a las clases de religión; la protección de datos automatizados de
carácter personal; las condiciones de internamiento de extranjeros y actitudes racistas o xenófobas; la
objeción de conciencia y la prestación social sustitutoria; otras cuestiones sólo indirectamente
relacionadas con la libertad religiosa (actuaciones sobre bienes culturales de titularidad eclesiástica;
Seguridad social de clérigos y religiosos; régimen de los lugares de culto).

38. Tutela penal de la libertad religiosa en su inmunidad (frente a limitaciones


ilícitas): Libertad religiosa individual.
La tutela de la inmunidad del derecho fundamental de libertad religiosa persigue, como común
denominador a los cuatro tipos penales que la integran, proteger al individuo en su libre comportamiento
social fundado en las creencias. Por así decirlo, y recurriendo al lenguaje analógico, protege la
“circunferencia” de la libertad religiosa, el límite externo de actuación, su dimensión dinámica. Protege,
en definitiva, que el individuo actúe siempre en materia religiosa con plena libertad, con inmunidad de
coacción, sin limitaciones ilícitas.
Esta tutela abarca a todas las manifestaciones de la libertad religiosa, tanto la individual como la colectiva.

B.1) Libertad religiosa individual (contenida en el art. 522 CP)


- Coacción en la práctica religiosa (art. 522.1º y primer inciso del 2º). SUJETO ACTIVO: puede ser cualquier
persona, creyente o no. SUJETO PASIVO: necesariamente un miembro de una confesión religiosa, aunque
no esté inscrita en el Registro de entidades religiosas (como sí exige el art. 523). CONDUCTA TÍPICA:
admite dos modalidades: a) coacción omisiva («los que por medio de violencia, intimidación, fuerza o
cualquier otro apremio ilegítimo impidan a un miembro o miembros de una confesión religiosa practicar
los actos propios de las creencias que profesen, o asistir a los mismos»; comprende tanto los actos de
culto público y privado, como los relativos a la formación y enseñanza religiosa en centros públicos o
privados, en templos o en otros lugares, en medios de comunicación, y los actos de ejercicio de la
jurisdicción propia por las confesiones, sean en el orden legislativo, como en el judicial y ejecutivo), b)
coacción comisiva («los que por iguales medios fuercen a otro u otros a practicar o concurrir a actos de
culto o ritos»; además de los estrictos actos de culto, se amplía en esta nueva redacción a otras
ceremonias y observancias rituales no litúrgicas propias de las confesiones). RESULTADO: como delito de
resultado exige para su comisión que efectivamente se logre la conducta típica.

- Coacción para la manifestación de creencia religiosa (art. 522.2º). Se protege la intimidad de las
creencias religiosas proclamada en el art. 16.2 CE y el art. 2.1.a LOLR. CONDUCTA TÍPICA: («los que por
iguales medios fuercen a otro u otros... a realizar actos reveladores de profesar o no profesar una
religión».) Se ampara no solamente la coacción para obligar a declarar sobre las creencias religiosas que se
profesan, sino también la dirigida a que el sujeto declare que profesa otra diferente o que no profesa
ninguna, es decir, obligar a falsear una declaración sobre profesión de creencias religiosas. «ACTOS
REVELADORES»: esta terminología, más amplia que la utilizada por la C.E. («declarar») y por la LOLR
(«manifestar»), viene exigida por los Convenios internacionales suscritos por España. Serán actos
reveladores, no solamente la declaración o manifestación oral, escrita o mediante signos o gestos, sino
también, como se dice en dichos instrumentos internacionales, la enseñanza, las prácticas, el culto y la
observancia de los ritos.

- Proselitismo ilícito (art. 522.2º in fine). CONDUCTA TÍPICA: («los que por iguales medios fuercen a otro u
otros... a mudar la que profesen».) El proselitismo es una manifestación propia de la libertad religiosa. Se
encuentra reconocido en el art. 2.2 LOLR para las Confesiones religiosas y, en general, por el art. 16.1 y 20
CE como libertad religiosa y de expresión. Es lícita, por tanto, la invitación expresa o implícita a
incorporarse a una confesión o a profesar determinadas creencias religiosas, aunque comporte el
abandono de las que se profesan. Lo que sanciona el texto comentado es la coacción proselitista hecha
con la pretensión de que una persona cambie de religión contra su voluntad, o mude de la creencia
religiosa al agnosticismo o al ateísmo, o a la inversa.

39. Tutela penal de la libertad religiosa en su inmunidad (frente a limitaciones


ilícitas): Libertad religiosa colectiva.
B.2) Libertad religiosa colectiva (art. 523 CP)
- Coacción en la práctica religiosa de una Confesión inscrita en el R.E.R. CONDUCTA TÍPICA: («el que con
violencia, amenaza, tumulto o vía de hecho, impidiere, interrumpiere o perturbare los actos, funciones,
ceremonias o manifestaciones de las confesiones religiosas inscritas en el correspondiente registro público
del Ministerio de Justicia e Interior».) Se protegen no sólo los actos de culto, sino también cualesquiera
actos o manifestaciones de carácter religioso que se realice en grupo, bien sean expresión del
pensamiento, enseñanza, expresión corporal o artística, actos de organización o de comunicación, etc.
Deben estar organizados, o al menos consentidos, por la respectiva Confesión. SUJETO PASIVO: Cualquier
Confesión inscrita en el Registro de Entidades religiosas. Se excluyen de esta protección las confesiones no
inscritas, que habrán de acogerse a los tipos comunes (concretamente a la falta contra el orden público
del art. 633). Esta exclusión merece ser criticada, pues no se justifica este diferente trato penal
únicamente en la inscripción registral, pues las reuniones de unas como de otras Confesiones son
igualmente religiosas, que es el verdadero fundamento de la acción penal. LUGAR: Hay una diferencia de
penas en relación con el lugar de comisión. Si la acción se ejecuta en un templo o lugar de culto, será
castigada con prisión de seis meses a seis años; si se realiza en otro lugar, será castigada con multa de
cuatro a diez meses.

40. El delito de profanación.


Profanación (art. 524 CP). CONDUCTA TÍPICA: («el que en templo, lugar destinado al culto o en
ceremonias religiosas, ejecutare actos de profanación en ofensa de los sentimientos legalmente
tutelados»). ACTOS DE PROFANACIÓN: ¿Qué se entiende por profanación? En principio, la profanación
puede recaer tanto sobre personas, cosas y lugares sagrados, pero la jurisprudencia, siguiendo la
definición del Diccionario de la RAE –«tratar una cosa sagrada sin el debido respeto o aplicarla a usos
profanos»–, ha restringido esta conducta a las cosas sean muebles o inmuebles. LUGAR DE COMISIÓN: el
nuevo texto restringe el delito a lo que antes constituía una agravante específica, porque exige que la
profanación se ejecute en el interior de templo o del lugar destinado al culto o en ceremonias religiosas. Es
difícilmente explicable esta reducción de la tutela de los sentimientos religiosos, que no dejan de
lesionarse porque la profanación se realice fuera de esos lugares o circunstancias. RESULTADO: Además
del dolo específico de lesionar, se exige que efectivamente haya ofensa de sentimientos religiosos, por lo
que quedan fuera de la conducta típica los actos de profanación sin trascendencia ofensiva por estar
ejecutados en la más estricta intimidad y reserva por los autores. Si bien el Tribunal Supremo ha declarado
que no hay intimidad cuando trasciende el hecho a otras personas, bien coetáneamente, bien
posteriormente a la conducta profanadora.

41. Los delitos de escarnio y de vejación.


- Escarnio (art. 525 CP).
LIBERTAD RELIGIOSA (525.1): («los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión
religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio
de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias») Se requiere:
1.º) acto de mofa, menosprecio, burla, vilipendio, befa o menoscabo,
2.º) que estos actos se hagan públicamente;
3.º) por medio de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de publicación;
4.º) que recaiga sobre dogmas, creencias, ritos o ceremonias de una confesión religiosa1, la cual no se
exige necesariamente su inscripción;
5.º) dolo específico de lesionar y resultado de ofensa efectiva de sentimientos religiosos.
LIBERTAD IDEOLÓGICA (525.2): («los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de
quienes no profesan religión o creencia alguna») Por primera vez en nuestro derecho penal se contempla
el delito de escarnio referido, no a la libertad religiosa, sino a la ideológica, refiriéndose a las creencias no
religiosas. Ello acarreará un problema adicional de prueba: ¿cómo probar que un individuo tiene unas
creencias no religiosas y que éstas se han visto atacadas directamente por un tercero «con dolo específico
de lesionarlas»?.
- Vejación (art. 525.1 in fine CP). LIBERTAD RELIGIOSA: («los que, para ofender los sentimientos de los
miembros de una confesión religiosa... vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican»)
Se recoge el antiguo delito de ultraje aplicado a las personas. La conducta típica de vejación consiste en la
humillación de una persona o en hacerla padecer o sufrir, con desconsideración a la misma o para
rebajarla o ridiculizarla.

42. Régimen penal de las sectas pseudorreligiosas.


Dejadas a un lado las dificultades de hacer responsable penalmente a una agrupación de personas, como
puede ser una secta pseudorreligiosa (la cual, incluso, puede carecer de personalidad jurídica), no hay en
el Código penal ningún tipo que de modo directo afecte a las sectas pseudorreligiosas, ni a las actividades
de sus dirigentes y miembros.
El Parlamento europeo alertó sobre la inquietud que suscitan entre los ciudadanos europeos y sus familias
las actividades de ciertas organizaciones designadas como nuevos movimientos religiosos, en la medida en
que atentan contra los derechos fundamentales y comprometen la situación social de las personas
afectadas (Resolución de 22 de mayo de 1984). Y el Parlamento español aprobó el 2 de marzo de 1989
unas conclusiones en las que se hizo una relación de infracciones penales en las que podrían quedar
incursas algunas sectas o sus miembros, como coacciones, amenazas, atentados a la libertad y seguridad
de las personas, estafas, delitos fiscales y laborales. Preocupa la situación de los hijos menores de
personas integradas en estas sectas, así como las familias que tienen hijos captados por aquéllas y las
repercusiones de orden sanitario, educativo, cultural y social sobre estos niños y jóvenes.
- Proselitismo ilegal. Es la conducta delictiva más frecuente. Sin embargo, los procedimientos de captación
empleados no se prestan siempre a calificarlos de ilícitos, pues hay casos en que no interviene amenaza,
coacción, ni violencia, sino sutiles maquinaciones psicológicas en las que concurren engaños, promesas,
dádivas para aprovecharse de negativas situaciones psíquicas, familiares, sociales y económicas de
algunos jóvenes. Por esta razón se opina que el art. 522 ofrece una laguna al no incluir entre los medios de
ejecución del delito la coerción psicológica o la manipulación psicológica que merma la capacidad de la
voluntad en el momento de decidir (vulgarmente conocida como lavado de cerebro o control mental).

- Trato degradante (art. 173 C.P.). La circunstancia del carácter religioso de las sectas no obsta a que
puedan calificarse esas mismas acciones de empleo de sustancias narcóticas y estupefacientes, engaño,
promesa y dádiva, formas psicológicas de persuasión, como el lavado de cerebro, la programación mental
o el reclamo sexual, como delito contra la integridad moral de las personas al entender que se les inflige a
los adeptos un trato degradante, aunque en ocasiones el mismo pudiese estar consentido.

- Asociación ilícita (art. 515.3 CP). En el orden asociativo, se ha introducido un nuevo tipo penal que mira a
la punición de la coerción psicológica y apunta a las sectas, pues dispone que son punibles las asociaciones
ilícitas que «aun teniendo por objeto un fin lícito, empleen medios violentos o de alteración o control de la
personalidad para su consecución». Los jueces y tribunales acordarán en todo caso la disolución de la
asociación y, en su caso, aquellas consecuencias accesorias establecidas por el art. 129 que resulten
aplicables, como la clausura de locales, suspensión de actividades y prohibición de realizarlas en el futuro.

- Delitos individuales de los miembros. Por último, será posible enjuiciar la actividad ilícita de las sectas a
través de los delitos comunes que individualmente cometan sus miembros en relación con fines de la
secta (por ejemplo, defraudación, robo, etc.).

43. Libertad de expresión y derecho de información religiosas.


1. Libertad de expresión religiosa: libertad de proselitismo
En su vertiente individual, la libertad de expresión garantiza el derecho de toda persona a manifestar
libremente sus propias creencias religiosas o la ausencia de las mismas (art. 2.1.a LOLR, reforzado con la
prohibición del art. 16.2 CE) y el derecho a recibir e impartir enseñanza (art. 2.1.c LOLR).
En su vertiente colectiva, el genérico derecho «a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y
opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción» encuentra una
concreción, en nuestra materia, en el art. 2.2 LOLR, que reconoce el derecho de las Confesiones religiosas
a divulgar y propagar su propio credo. Es decir, la libertad de proselitismo, que encuentra sus límites en los
propios de la libertad religiosa (orden público, con las manifestaciones señaladas en la LOLR) y en otras
limitaciones derivadas de su posible colisión con otros derechos (máxima garantía de estas limitaciones es
el delito de proselitismo ilícito). Así pues, cada confesión puede utilizar los medios que estime oportunos,
propios o ajenos, a expresar sus doctrinas y opiniones, valiéndose de la palabra, la escritura, la imagen o
cualquier otro instrumento de comunicación. Además, la libertad de expresión garantiza que llegar a todas
las personas sin límites subjetivos, ni objetivos, territoriales o institucionales, sin interposiciones ni
manipulaciones.
2. Derecho de información religiosa
Este derecho se proclama con carácter específico en materia religiosa en el art. 2.1.c LOLR, que reconoce
el derecho de toda persona a «recibir e impartir [...] información religiosa de toda índole, ya sea
oralmente, por escrito o por cualquier otro procedimiento».
El derecho a comunicar información religiosa tiene una problemática jurídica centrada en la disponibilidad
por las confesiones de los medios informativos adecuados, bien empresas, bien espacios informativos.
Esta disponibilidad puede adoptar las formas jurídicas establecidas por el Derecho común, como
propiedad exclusiva o participada, usufructo, arrendamiento, etc., de la empresa o del espacio; o algunas
figuras específicas como el derecho de acceso o el derecho de antena.
Las empresas periodísticas de orientación confesional pueden ser propiedad de entidades religiosas o de
particulares o del Estado confesional, en su caso, o pueden ser poseídas por aquéllas para su gestión. En
España está amparada por la libertad de información la constitución de empresas periodísticas de
información religiosa o de información general con orientación religiosa, sean o no propiedad de las
confesiones. La línea confesional se manifiesta mediante principios editoriales que suelen definir y
describir el ideario, pudiendo establecerse por las entidades religiosas, titulares de las empresas, cláusulas
de salvaguardia de la propia identidad y régimen de personal, siempre que estén inscritas en el Registro
de Entidades Religiosas. En este caso, no tendrán obligación de respetar el pluralismo informativo que se
deriva de la libertad de información.
Las empresas de radio y televisión. La Ley 7/2010, de 31 de marzo, General de la Comunicación
Audiovisual establece el derecho de todas las personas a que la emisión audiovisual en abierto refleje la
diversidad cultural de la ciudadanía (art. 5). La información religiosa en radio y televisión tendrá, de
ordinario, dos vías de acceso: la contratación de espacios (generalmente en radio y televisión privadas,
mediante la libre concertación entre empresario y confesión) y derecho de acceso gratuito (en medios
dependientes del Estado o de cualquier ente público). Son las confesiones las que fijan los contenidos, sin
perjuicio de los espacios que ocupen las noticias de carácter religioso que se incluyan en los informativos.
Tratamiento de la religión en la publicidad. Está establecido con carácter general que, además de las
formas de publicidad ilícita indicadas en el art. 3 de la Ley General de Publicidad, son ilícitas en todo caso,
«la publicidad por televisión y televenta que... atenten al debido respeto a la dignidad de las personas o a
sus convicciones religiosas y políticas o las discriminen por motivos de nacimiento, raza, sexo, religión,
nacionalidad, opinión, o cualquier otra circunstancia personal o social». Así mismo, se establece que «los
programas informativos, documentales, religiosos e infantiles (con una duración inferior a 30 minutos) no
podrán ser interrumpidos por la publicidad ni la televenta» y que «no podrá insertarse publicidad ni
televenta en la emisión de servicios religiosos». En la misma dirección se pronuncia el art. 18 de la Ley
General de la Comunicación Audiovisual.
Tratamiento de la religión en los programas de televisión. Respecto a los programas de televisión, y para
garantizar el derecho de los padres a educar a sus hijos, la Ley General de la Comunicación Audiovisual
establece que «está prohibida la emisión en abierto de contenidos audiovisuales que puedan perjudicar
seriamente el desarrollo físico, mental o moral de los menores, y en particular, programas que incluyan
escenas de pornografía o violencia gratuita», con una serie de garantías auxiliares (por ejemplo, control
parental, señales acústicas o sonoras, codificación, etc.).
Por otra parte, el art. 14 del Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales de 1979 contiene el
compromiso del Estado de velar «para que sean respetados en sus medios de comunicación social los
sentimientos de los católicos y establecerá los correspondientes los correspondientes acuerdos sobre
estas materias con la Conferencia Episcopal Española». Estos acuerdos no se han formalizado en la
actualidad. Sin embargo, dado que en 1992 se firmaron los Acuerdos con la FEREDE, FCI y CIE, y que la
protección de los sentimientos religiosos viene exigida por los arts. 9.2 y 16 CE, parece lo más adecuado
que el Gobierno dictase una norma con medidas específicas para que se asegurase el efectivo respeto de
los sentimientos religiosos en los programas de radio y de televisión públicas. Pues, en la actualidad, la
única vía posible de tutela de estos sentimientos es la penal, lo cual contradice la propia naturaleza de
“último recurso” o ultima ratio del Derecho penal.

44. El Registro de Entidades Religiosas. La Comisión Asesora de Libertad Religiosa.


El Registro de Entidades Religiosas, regulado por Real Decreto 142/1981, de 9 de enero. Se configura
como un «Registro General y Público», en el cual se inscribirán las Iglesias, Confesiones y Comunidades
religiosas (Entidades Religiosas Mayores), las Órdenes, Congregaciones e Institutos religiosos (Entidades
menores de régimen especial de vida), las Entidades asociativas religiosas constituidas como tales en el
ordenamiento de las Iglesias y Confesiones (Entidades menores asociativas) y sus respectivas
Federaciones. Los requisitos para practicar dicha inscripción se regulan en el art. 3.
El RER se estructura en tres Secciones:
– Sección General, en la que se inscriben, como regla general, las Entidades religiosas.
– Sección Especial para las inscripciones y anotaciones correspondientes a las Iglesias, Confesiones y
Comunidades religiosas con las que se hubieren establecido Acuerdos o Convenios de Cooperación (art.
7.2 RD 142/1981).
– Sección Especial para las Fundaciones católicas (art. 5 RD 589/1984, de 8 de febrero, sobre Fundaciones
religiosas de la Iglesia Católica).
La publicidad del RER y la emisión de certificaciones se encuentran reguladas en la Orden de 11 de mayo
de 1984.

La Comisión Asesora de Libertad Religiosa se estructura conforme a lo dispuesto en el Real Decreto


1159/2001, de 26 de octubre. La CALR es un órgano colegiado al que corresponden las funciones de
«estudio, informe y propuesta de todas las cuestiones relativas a la aplicación de la Ley Orgánica 7/1980,
de 5 de julio, de Libertad Religiosa, y particularmente, y con carácter preceptivo, la preparación y
dictamen de los acuerdos o convenios de cooperación a que se refiere el artículo 7 de dicha Ley Orgánica»
(art. 2).
Su composición es tripartita (Administración, Confesiones religiosas, expertos), a razón de nueve
representantes cada uno:
– Subdirector General de Relaciones con las Confesiones Religiosas (Presidente) y un representante de la
Presidencia del Gobierno y de cada uno de los Ministerios de Economía y Hacienda, del Interior, de
Defensa, de Educación, de Cultura, de Trabajo e Inmigración, de Sanidad y Asuntos Sociales, y de la
Presidencia, designados por sus respectivos titulares.
– Nueve representantes de las Iglesias, Confesiones y Comunidades Religiosas o Federaciones de las
mismas entre las que, en todo caso, estarán las que tengan arraigo notorio en España, que serán
designados por el Ministro de Justicia después de oídas al menos estas últimas.
– Nueve personas de reconocida competencia en el campo de la libertad religiosa, designadas por acuerdo
del Consejo de Ministros a propuesta del Ministro de Justicia.
El Secretario de la CALR será un funcionario del Ministerio de Justicia, licenciado en Derecho, designado
por el Presidente, que asistirá a las reuniones con voz pero sin voto.
Está previsto el funcionamiento en Pleno y en Comisión Permanente. El Pleno se reunirá preceptivamente
una vez al año y en todos aquellos casos en que se considere oportuno por iniciativa del Presidente o a
solicitud de la mayoría de los vocales. La Comisión Permanente se integra por nueve miembros (tres de
cada estamento, incluido el Presidente) y el Secretario que asistirá con voz pero sin voto.

45. Tutela internacional de la libertad religiosa.


La protección jurídica de la libertad religiosa en el ámbito internacional que al Derecho eclesiástico
español interesa es aquella que traiga su razón de ser en los textos internacionales de protección de
derechos fundamentales que se hayan integrado en nuestro ordenamiento jurídico, a través de las vías
previstas constitucionalmente. A este respecto, son destacables cuatro organismos internacionales con
competencias para la defensa de la libertad religiosa, en el marco genérico de protección de los derechos
humanos:

A. El Relator Especial sobre la Libertad Religiosa o de creencias, encargado de velar por la aplicación de la
Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la
religión o las convicciones de 25 de noviembre de 1981. Este Relator funciona ordinariamente a través de
informes sobre la situación de la cuestión religiosa en los diferentes países que visita o de los que recibe
respuestas motivadas. Suele actuar de oficio y previa denuncia de particulares que han sufrido una
violación de su libertad religiosa. Sin embargo, dada su naturaleza consultiva, sus recomendaciones y
dictámenes no tienen fuerza vinculante para los Estados, aunque se les reconoce un importante valor
moral en el contexto internacional. Por otro lado, el Relator también impulsa las actuaciones de la ONU en
materia religiosa, organizando Conferencias, Campañas informativas o acciones concretas.

B. El Comité de Derechos Humanos es el órgano encargado de velar por la aplicación del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 19 de diciembre de 1966. Se compone de expertos
independientes y sus decisiones tienen un carácter mediador o de buenos oficios, por lo que también
carece de función judicial.

C. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, creado por el Convenio Europeo para la protección de los
derechos humanos y las libertades fundamentales de 4 de noviembre de 1950, es el órgano judicial por
excelencia en materia de derechos humanos en el ámbito internacional del Consejo de Europa. Ante el
mismo pueden acudir los particulares en denuncia de una actuación estatal lesionadora del derecho de
libertad religiosa. Sus sentencias tienen valor vinculante y pueden consistir en la imposición de una
sanción económica, el resarcimiento del daño causado o en la prevención de futuras lesiones.

D. Por último, aunque por el momento sus pronunciamientos en materia eclesiasticista son escasos, es de
prever que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea asuma en el futuro un importante papel
uniformador de las jurisprudencias nacionales sobre estas materias. El valor de sus sentencias es
consecuencia directa del rango jerárquico que el derecho comunitario tiene en los ordenamientos
internos de los Estados pertenecientes a la Unión Europea.

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