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El sufragio censitario o sufragio restringido fue un sistema electoral, vigente en diversos

países occidentales entre fines del siglo XVII y el siglo XX, basado en la dotación del
derecho a voto solo a la parte de la población que contara con ciertas características
precisas (económicas, sociales o educacionales) que ...

El sufragio censitario es el proceso electoral en el que, de manera previa, se


establecen los criterios que determinaran cuáles son las personas aptas para aparecer en el
padrón electoral o lista de electores autorizados. Por lo tanto es la antítesis al sufragio igualitario.

El sufragio es la forma más común de participación política en el mundo. Es especialmente


importante en una democracia representativa donde las personas eligen a sus líderes para tomar
las decisiones claves en los sistemas de gobierno. Una democracia sana depende de una amplia
participación política.sufragio censitario donde solo optaban a votar los varones

La evolución de la democracia puede ser analizada a través del alcance del sufragio. El término
sufragio significa el derecho a votar, y fue el objetivo más apremiante y concreto para aquellos
que históricamente fueron excluidos de los procesos electorales.

Estados Unidos fue el primer país en promover las elecciones generales de representantes a través
del sufragio masivo, pero el proceso electoral estaba lejos de ser universal.

Inicialmente, fueron establecidos requisitos de pago de contribución o de tenencia de propiedad


para poder votar.

En la década de 1850 se habían eliminado casi todos estos requisitos, permitiendo así que la clase
trabajadora masculina blanca votara. Extender el derecho del voto a los negros y a las mujeres
tomó más tiempo.

La afirmación “todos los seres humanos tienen los mismos derechos” ha llegado a simbolizar el
ideal de la democracia.
Sin embargo, esta declaración contrasta con las antiguas restricciones sobre a quiénes se les
permitía participar en los procesos electorales y también respecto a la valía de sus elecciones.

Los sistemas electorales permiten que un gran número de personas, que individualmente tienen
poco poder político, tengan un gran poder y decidan colectivamente quién gobierna y, en algunos
casos, qué deben hacer los gobernantes.

El simple hecho de celebrar elecciones es menos importante que las reglas y circunstancias
específicas que rigen la votación. Según la teoría democrática, todos deberían poder votar.

En la práctica, sin embargo, ninguna nación concede el sufragio universal. Todos los países tienen
requisitos de edad para votar, y todos descalifican a algunos habitantes por diversos motivos
como: falta de ciudadanía, antecedentes penales, incompetencia mental o alfabetización, entre
otros.

Características del sufragio censitario

Antes de la realización de elecciones es necesario definir quien tiene el derecho del voto y esta
decisión representa un punto crucial para el funcionamiento de cualquier sociedad democrática.

La modificación de las reglas acerca de cómo se emiten los votos y de quién los ejerce puede tener
un impacto fundamental en las disposiciones políticas de los representantes electos, que en cierto
sentido constituyen el gobierno colectivo de los electores.

Debido a que generalmente los gobiernos tienen el monopolio del poder sobre ciertas actividades
importantes, a menudo existen implicaciones sobre cómo los recursos y las riquezas de una
sociedad se distribuyen entre la población.

Estas decisiones pueden favorecer o limitar el bienestar y el ritmo de crecimiento económico de


determinados grupos de la sociedad.
Considerando todo lo que está en juego, no debería sorprender que a lo largo de la historia
muchos hayan luchado e incluso hayan muerto por el diseño de reglas igualitarias e incluyentes
que garantizaran el derecho del sufragio a cada miembro de la sociedad.

Inicialmente, el sufragio censitario fue ideado para delimitar el derecho a votar sólo a aquellos
ciudadanos considerados como los más responsables y mejor informados dentro de la sociedad.

Irónicamente, eran considerados como ideales para ejercer el derecho al voto únicamente
aquellos que por tener un ingreso apreciable o disponer de grandes riquezas tenían algo más que
perder con el resultado electoral.

Evidentemente los resultados electorales de este sistema no garantizaban el bienestar colectivo.

El calificativo de “apto” para ejercer el derecho al voto puede basarse en: el nivel ingreso, el nivel
educativo, la edad, la extensión y cantidad de propiedades del elector, entre otros factores.

En adición, en este tipo de sufragio la votación puede no ser secreta, permitiendo con regularidad
la manipulación del electorado.

El sufragio censitario puede limitar el grupo de electores de acuerdo a una serie de criterios, pero
también puede seguir siendo universal, incluyendo, por ejemplo, dentro de este grupo a minorías
étnicas, siempre y cuando cumplan con las condiciones establecidas en el censo.

Bajo este mecanismo, algunas personas están formal y permanentemente sometidas a las reglas
de otros, aquellos grupos cuya opinión es considerada más apta o más calificada de acuerdo a los
criterios establecidos en el censo.
Este tipo de sufragio universal, pero desigual, atenta contra el principio de la democracia que
garantiza la igual de los electores.

Desventajas

El sufragio censitario quebranta uno de los principios fundamentales de la democracia que es la


igualdad política o de ciudadanía, la idea de que cada persona tiene el mismo peso en la votación
para incidir en los resultados de una elección.

La igualdad política o de ciudadanía pretende garantiza la “igual protección”, lo que significa que
todos en una democracia son tratados del mismo modo por los gobernantes.

En tal sentido, los programas gubernamentales no deberán favorecer a un grupo sobre otro, ni
negar beneficios o protecciones a grupos menos influyentes políticamente.

Referentes históricos del sufragio censitario

Hasta el siglo XIX, muchos prototipos de democracias occidentales tenían calificaciones de


propiedad en sus leyes electorales.

Por ejemplo, sólo los propietarios podían votar o los derechos de voto se ponderaban según la
cantidad de impuestos pagados.

En la mayoría de estos países se abolió la calificación de propiedad para las elecciones nacionales a
finales del siglo XIX, pero se mantuvo para las elecciones del gobierno local durante varias
décadas.

Hoy en día estas leyes han sido en gran medida abolidas, aunque las personas sin hogar pueden no
ser capaces de registrarse en el sistema electoral porque carecer de direcciones regulares.
Seguidamente se presentan algunos referentes históricos de sufragio censitario:

La legislación electoral de España desde 1837 hasta 1844 establecía los siguientes requisitos para
las elecciones a Cortes:

“Sufragio masculino censitario: Son electores los españoles (varones) mayores de 25 años, con un
año de residencia como mínimo en la provincia donde voten. Y que, además, sean contribuyentes
con un mínimo de 200 reales de vellón anuales; sean propietarios o tengan determinadas
capacidades (de profesión o educación) con una renta líquida anual de 1.500 reales de vellón
como mínimo; paguen 3.000 reales de vellón al año como mínimo en calidad de arrendatario o
aparcero: o habiten una casa cuyo alquiler oscile entre 2.500 y 400 reales de vellón como mínimo
según, el tamaño de la ciudad donde vivan…”

En las primeras elecciones para representantes al congreso de los Estados Unidos, las leyes del
estado de Virginia establecían como requisito para sufragar contar con una propiedad de al menos
25 acres de tierra establecida o 500 acres de tierra inestable.

El Estatuto Piamontés y el Verfassung Prusiano, revisado en 1850, permitía la realización de


elecciones a través de un sistema de sufragio censitario, en donde el porcentaje de la población
con derecho a voto era extremadamente bajo: menos del 1,5% en Prusia y no más del 2% en el
Piamonte.

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