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CURSO DE CRIMINOLOGÍA
CATEDRÁTICO
Dr. David Saúl Paulett Hauyon
LIMA - PERÚ
Noviembre - 2021
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CRIMEN Y TRASTORNOS MENTALES
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
CONCLUSIONES
REFERENCIAS CONSULTADAS
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INTRODUCIÓN
El presente trabajo monográfico aborda uno de los temas más sensibles del
curso de Criminología: crimen y trastornos mentales, el mismo que oculta una
gran problemática de salud pública a nivel mental que finalmente afecta a la
sociedad en gran medida; aún más en tiempos de contextos difíciles y exigentes
de capacidades de resiliencia humana.
Por ello, se hizo una revisión somera del devenir histórico del tema, consignando
los mitos, teorías y medidas que fueron aplicadas en los diversos contextos;
continuamos con el reconocimiento de los conceptos básicos, consignando modos
o mecanismos de evaluación situacional de los trastornos mentales en torno a la
criminalidad.
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CRIMEN Y TRASTORNOS MENTALES
En la Edad Media a las personas con un trastorno mental se las trataba como
poseídas por espíritus diabólicos. Especialmente por parte de la iglesia católica,
que consideraba los síntomas como algo relacionado con la brujería. Por lo tanto,
el tratamiento pasaba por la tortura o la hoguera para liberar el alma del
demonio.
En la Europa del siglo XIX proliferaron los manicomios, una especie de cárceles
en las cuales la tortura fue disfrazada en forma de curación.
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Por ejemplo, en el hospital de Charenton de París hay registros de “tratamientos”
en los cuales a las personas se las mantenía atadas, se les sumergía la cabeza en
una bañera, se les aplicaban chorros de agua fría o se las golpeaba. Según ellos,
para apartar las ideas fijas e ilusiones que pudieran albergar.
Desde entonces la creencia de que hay una relación causal entre enfermedad
mental y violencia forma parte de nuestra cultura y emerge cada vez que nos urge
comprender los porqués de la violencia.
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1.2. Trastornos mentales en el siglo XX siguieron con tratamientos que
vulneraron la dignidad humana .-
Paralelamente, entre los años 1957 a 1964, la CIA llevó a cabo un proyecto
denominado MK-ULTRA, dirigido por Donald Ewen Cameron, el primer presidente
de la Asociación Mundial de Psiquiatría y ex miembro del Comité Profesional del
Tribunal de Nuremberg que juzgó a los nazis por sus crímenes.
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¿En qué consistía este proyecto? MK-Ultra pretendía, entre otras cosas, encontrar
métodos para controlar la mente. Con esta idea se desarrolló la Conducción
Psíquica, una teoría según la cual era posible la corrección de la locura,
borrando la memoria existente y reconstruyendo la psique por completo.
Algunos de los experimentos realizados con este fin, aplicados a personas sin su
consentimiento, fueron la radiación, los psicodélicos, la inyección simultanea de
barbitúricos y anfetaminas y las descargas eléctricas al cerebro. La Conducción
Psíquica nunca funcionó, pero como secuela dejó un número incierto de personas
con daño cerebral severo.
Se trata de un manual según el cual ser excéntrico, estar triste por la muerte de un
familiar o ser un niño respondón son trastornos mentales que necesitarían
medicación. Si la sobremedicación ya es un problema en el ámbito de la salud
mental, imponer este manual sería como proponer medicar a toda la población.
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II) MITOS Y TEORÍAS RESPECTO A LOS TRASTORNOS
MENTALES Y CRIMINALIDAD.
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que sufren de un trastorno de su salud mental son más violentas que aquellas que
no los padecen.
¿Pero qué sabe la ciencia de este asunto? ¿Es cierto que los individuos
diagnosticados de trastornos mentales tienen una mayor predisposición a la
violencia y a cometer crímenes?
Se cree, por ejemplo, que personas con esquizofrenia o trastorno bipolar son
capaces de agredir a otros individuos y que cada vez que ocurre una balacera o
un irracional acto –como el de quemar a una mujer– es muy probable que haya
sido cometido por alguien con un trastorno de su salud mental.
Pero lo cierto es que diversos estudios han revelado que los pacientes con
algún trastorno de salud mental, son menos violentos que las personas que
no las sufren, y que la abrumadora mayoría de hechos violentos en la
sociedad lo comete gente que no sufre estos trastornos.
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Quizá esa creencia provenga de los raros casos en que un paciente con trastorno
mental - ya sea al comienzo de la enfermedad o cuando está bajo efecto de
drogas o alcohol - puede ser agresivo, generalmente contra familiares y amigos,
pero casi nunca contra extraños.
Es más, se calcula que una persona con un trastorno de salud mental es 12 veces
más propensa a ser víctima de violencia que aquella que no tiene un diagnóstico
de salud mental.
¿Cómo se explica que una persona cuyos vecinos y familiares aseguraron que era
“normal” y que “nunca se imaginaron que podía hacer algo así” pueda de un
momento a otro cometer un crimen?
El neurobiólogo R. Douglas Fields, aventura nueve razones para que eso suceda.
En su libro “Por qué nos cruzamos: Entendiendo el circuito de ira en el
cerebro”, él cuenta acerca del día en el que saliendo del metro de Barcelona, su
hija fue asaltada.
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Relata el Dr. Fields que “cuando él se despertó” estaba encima del delincuente,
ahorcándolo y llenándolo de improperios. Eso le hizo pensar en los mecanismos
que se dispararon en su cerebro y que casi lo convierten en asesino.
Las nueve razones que da el especialista en su libro para que una persona se
cruce, son las siguientes:
1. Situación de vida o muerte. Esta es una explicación obvia y en términos
jurídicos se llama autodefensa.
2. Ser insultado. De acuerdo con el Dr. Fields, los animales se dan cabezazos,
los seres humanos usan palabras para retarse, y en épocas antiguas, eran causa
de los famosos duelos.
5. La pareja. Situaciones que tienen que ver con celos o infidelidad amenazan la
primitiva inclinación que tienen muchos seres humanos de creer que su pareja le
pertenece. Esta situación puede magnificarse cuando en una sociedad –como la
peruana– es eminentemente machista.
6. El orden social. Cuando una persona siente que está siendo avasallada,
percibe que su orden social está amenazado y eso explica actos de violencia en
las carreteras (cuando un vehículo cruza a otro), en las colas de los
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supermercados (cuando alguien se mete sin respetar el orden), o se perciben
como actos de injusticia social, desencadenando revoluciones sociales.
8. La tribu. Al ser seres tribales, la defensa de la tribu es esencial. Esto explica las
guerras, las peleas de pandillas e incluso la violencia política.
Es frecuente, para los legos en salud mental, creer que la frontera entre la condura
y la locura es muy nítida y que todo aquel que no sea un “enfermo mental
declarado” cuando delinque debería ser enviado directamente a la cárcel. Sin
embargo, existen muchos casos en los que los límites entre lo que es y no
es enfermedad mental son borrosos.
Por ello, en este acápite se trata sobre aquellos delincuentes que presentan una
intensa desconexión con la realidad y en los que su actividad delictiva se ha
producido como consecuencia de dicha alteración:
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3.1. Los delincuentes con graves trastornos mentales.-
Para ello hay que demostrar que el trastorno mental estaba influyendo sobre la conciencia y
voluntad del sujeto en el momento de cometer el delito. En estos casos los enfermos son
procesados y en lugar de aplicárseles, en su caso, una pena se les impone una medida de
seguridad y se les ingresa en un centro asistencial (casi siempre en régimen cerrado) para
ser tratados de su trastorno mental.
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Analizando las características del individuo y como se relacionan con su
conducta violenta.
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Problemas de frecuente aparición en relación con las necesidades derivadas
del trastorno:
¿Qué es la esquizofrenia?
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Actualmente se considera que es el resultado de una alteración en el
funcionamiento y estructura del cerebro debido a la confluencia de factores
genéticos y ambientales.
1) Ideas delirantes.
2) Alucinaciones.
3) Lenguaje desorganizado.
4) Comportamiento catatónico o gravemente desorganizado.
5) Síntomas negativos: Alogia o empobrecimiento del pensamiento y lenguaje,
abulia, aplanamiento afectivo.
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C) DURACIÓN: Al menos 6 meses (al menos 1 mes con síntomas del criterio A).
C. Cognitivos: Pobre atención y débil memoria a corto plazo (no así a largo plazo).
Otros estudios (White y Gage, 1991) señalan que la asociación entre esquizofrenia y
trastorno de personalidad se relaciona con mayores tasas de violencia, especialmente al
terminar el periodo de custodia.
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También se está estudiando la asociación entre esquizofrenia y abuso de sustancias sobre
todo cuando los sujetos no cumplen la prescripción farmacológica.
No existen unos síntomas de la esquizofrenia más asociados a la violencia que otros, sin
embargo, sí parece que el subtipo paranoide muestra mayor peligrosidad que otros.
Fármacos
Atención psicológica
Apoyo social
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SÍNDROMES NEURÓTICOS SÍNDROMES SÍNDROMES SÍNDROMES
ORGÁNICO – PSICÓTICOS PSICOPÁTICOS
CEREBRALES
SINTOMATOLOGÍA Angustia, ansiedad, Daño o deterioro cerebral, y Alteración de la realidad. Disfunción y sufrimiento social
sentimiento de posibles correlatos y personal.
ESENCIAL inferioridad. comportamentales.
Normalmente ansioso, Bajo control afectivo. Variable, cambiante, sobre Frío, agresivo e
frecuentemente Impulsividad. todo inapropiado. Indiferente.
AFECTO
depresivo.
COMUNICACIÓN Posible y Difícil, ya que el juicio crítico Siempre difícil y a veces Solo aparente y vinculada a
normalmente está alterado. imposible. intereses.
INTERPERSONAL Fácil.
Síndromes
…
IV) ABORDAJE DE LOS TRASTORNOS MENTALES DESDE EL
MODERNA.
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IV.1. Aportes de la psiquiatría, psicopatología y neurociencias en el
abordaje de los trastornos mentales y criminalidad.-
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alteración o anomalía impide comprender la ilicitud de su conducta y actuar
en consecuencia.
A su turno, la sicopatología, ofrece una imagen mucho más rica y compleja del
psiquismo humano y de sus trastornos. En el mundo del Derecho y a herencia de
los clásicos, se dimensionan sólo dos facultades: la inteligencia y la voluntad,
cuando existen otras junto con sus afecciones y trastornos, como por ejemplo: la
memoria, la atención, la afectividad, la percepción, la motivación.
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En tanto que la Inimputabilidad se conceptualiza también en dos aspectos:
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También, se determina la existencia de trastornos, cuya causa no es orgánica o
cuya base no es biológica o corporal, denominados trastornos de la conciencia.
Grosso modo, sin que ello constituya una lista taxativa, en la praxis judicial se
han aceptado como trastornos que pueden ocasionar una inimputabilidad,
enfermedades mentales como la esquizofrenia, la psicosis
maniacodepresiva y la demencia.
Finalmente, con gran discusión, una parte de la doctrina ha afirmado que entre
otras anomalías o alteraciones mentales, podrían formar parte la psicopatía, la
paidofilia y trastornos del control de los impulsos.
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IV.3. Relación entre trastorno mental, imputabilidad y conducta delictiva
Nivel
CONCLUSIONES
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1. Históricamente, los límites entre el trastorno mental, la conducta violenta y
criminalidad han sido muy imprecisos; además, están cargados de
prejuicios y estigmatizaciones.
En la actualidad aún persiste la creencia popular de que los delitos más graves
como pueden ser el asesinato con componentes sexuales, la conducta
parricida, el infanticidio y los que incluyen elementos que permiten la
clasificación de agravamiento de un delito (ensañamiento y alevosía, víctimas
muy vulnerables etc.) son llevados a cabo por personas con algún tipo de
enfermedad mental grave.
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en el concepto de capacidad de culpabilidad, frente a las personas
con trastornos mentales.
Hoy podemos afirmar que del mismo modo que la enfermedad mental es
tratable, sabemos que la violencia y criminalidad se puede preveni
REFERENCIAS CONSULTADAS
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1. Gómez Rivero, M. Nuevas tendencias doctrinales y jurisprudenciales en el
tratamiento del enfermo mental. Consejo General del Poder Judicial. 2006.
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