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Nombres: Yady Paola Sanchez González Especialización en

Ana Beatriz Suarez López Derecho Laboral y


Andrés Mauricio Taborda Seguridad Social
Gina Caucali Hernández
Yosely Zulimar Ortiz Jiménez
Docente: Víctor Julio Usme Perea Fecha: 08/10/2020

ANALISIS JURISPRUDENCIAL

El contrato de prestación de servicios se desfigura cuando se comprueban los tres


elementos constitutivos de una relación laboral, esto es, la prestación personal del servicio, la
remuneración y la continuada subordinación laboral, de lo que surge el derecho al pago de
prestaciones sociales a favor del contratista, en aplicación del principio de la primacía de la
realidad sobre las formalidades establecidas en las relaciones laborales.

Conforme lo establece el artículo 53 de la Carta política, el principio de la prevalencia de


la realidad sobre las formalidades establecidas por los sujetos de la relación laboral implica un
reconocimiento a la desigualdad existente entre trabajadores y empleadores, así como a la
necesidad de garantizar los derechos de aquellos, sin que puedan verse afectados o desmejorados
en sus condiciones por las simples formalidades. Y si la realidad demuestra que quien ejerce una
profesión liberal o desarrolla un contrato aparentemente civil o comercial, lo hace bajo el
sometimiento de una subordinación o dependencia con respecto a la persona natural o jurídica
hacia la cual se presta el servicio, se configura la existencia de una evidente relación laboral,
resultando por consiguiente inequitativo y discriminatorio que quien ante dicha situación ostente
la calidad de trabajador, tenga que ser este quien deba demostrar la subordinación jurídica.

En el caso objeto de estudio sentencia SL3169-2014, evidenciamos un problema jurídico


que podría explicar de mejor forma lo anteriormente mencionado, dentro de esta providencia
tenemos como caso puntual el prestador de un servicio, que fue vinculado bajo la modalidad de
prestación de servicio, regulado por la ley civil y comercial, para desempeñarse como médico
general en el INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES, el recurrente manifiesta que su labor nunca
fue como simple prestador de servicios sino asevera tener con la empresa un vínculo laboral
subordinado entre el 6 de junio de 1966 y el 16 de abril de 2003, aunado argumenta que el empleador
terminó unilateralmente y sin justa causa el contrato, por esto el demandante como parte petitoria
en su demanda exige el pago de salarios, prestaciones sociales e indemnizaciones, esto observado
como antecedentes de la providencia materia de estudio.

La misma teniendo un recorrido jurídico extenso llego hasta recurso extraordinario


de casación, es decir instancias de la Corte Suprema de Justicia, pero finalmente dicha
sentencia no caso y la razón es sencilla según argumenta la alta corte no revoca la decisión
del ad quem, la cual esboza que confirma lo dicho por el a quo,

“condenó al demandado al pago de $2’032.185,00, por concepto de cesantías;


$1’227.533,13, por concepto de primas de servicio; $1’761.495,00, por concepto de
compensación de vacaciones; y $2’674.618,50, por concepto de indemnización por despido
sin justa causa. Declaró probada la excepción de prescripción, «de la forma indicada en la
parte considerativa de la presente decisión»; lo absolvió de «de las demás pretensiones», y
le impuso el pago de las costas” (Sentencia SL3169-2014, radicación, N° 44069, acta N°.
008 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Laboral, Magistrado Ponente Luis
Gabriel Miranda Buelvas).
El tribunal solo modifico lo referente a la condena que aquél impuso por despido sin
justa causa, la cual revocó para, en su lugar, absolver al demandado de esta y se abstuvo de
condenar al pago de las costas.

Todo lo anterior nos es base amplia y suficiente para exponer que bajo nuestro punto
de vista la providencia funge como sentencia declarativa, replicando que tuvo como objeto
reconocer, esto es, declarar, cuáles eran los derechos de las partes en el momento de incoarse
el proceso, en un análisis acucioso y riguroso, de la misma visualizamos que las diferentes
instancias buscan eliminar la falta de certeza acerca de la existencia, eficacia, modalidad
o interpretación de una relación laboral.

La declaración contenida dentro de la providencia fue positiva ya que afirma la


existencia de una relación laboral entre las partes que tiene efecto positivo hacia el futuro
para el actor.

De igual manera podemos decir que la sentencia anterior tiene una extensa relación con la
providencia 2885 de 2019 donde se decide el recurso de casación que interpusieron los señores
Agmeth José Escaf Tijerino y Caracol Televisión S.A.

Desde nuestro punto de vista es acertada, consideramos que al igual que en la primera
sentencia estamos frente la existencia de una relaciòn de trabajo entre las partes de la litis, aunado,
si adentramos al concepto de una sentencia declarativa observamos que esta providencia trae
consigo en las diferentes instancias varias ratio decidendi que se encaminan a este concepto
consideramos por promulgar judicicalmente la existencia de un contrato de trabajo, de una relación
laboral y los efectos que se generen de dicha decisión, en este caso en concreto los efectos son ex
tunc, teniendo efecto hacía el pasado, forjando que la prescripción se surta a partir del momento en
que el derecho se hace exigible.
Justamente en este punto es donde hallamos una deficiencia o carencia en el concepto de la
Corte, si bien es cierto en matería laboral la prescripción son de tres años y se cuentan a partir que
el derecho sea exigible de acuerdo con lo consagrado en el artículo 488 del Código Sustantivo del
Trabajo el que consagra:

“Regla general. Las acciones correspondientes a los derechos regulados en este Código
prescriben en tres (3) años, (que se cuentan desde que la respectiva obligación se haya hecho
exigible), salvo en los casos de prescripciones especiales establecidas en el Código Procesal del
Trabajo o en el presente estatuto”.

Empero, lo que respecta a los intereses de las cesantías, cuando emerge de la sentencia que
solo pueden ser exigibles a partir del año 2009, concurriría lo descrito anteriormente en una
inexactitud por parte de la decisiòn de la Corte, esto basado en que la decisión que esta corporación
emitió accedió a permitir que sobre el trabajador recaiga las consecuencias de la ignorancia de la
ley, por parte del empleador al no constituir una relación laboral en principio y/o denominar el
contrato como de trabajo, pese de cumplir con los elementos que se exigen en nuestra normativa,
y hacerlo ver como un contrato de naturaleza civil como es el de prestación de servicios, sin que
realmente medie la autonomía y demás por parte del contratista, característica propia de esta
modalidad de vinculación.

Nuestro concepto se adhiere a lo esbozado por el Magistrado Botero Zuluaga, que en


providencia indica que para que surja la prescripciòn de los derechos exigibles a travéz de una
sentencia declarativa, valga la redundancia, que declara un contrato de trabajo bajo los
fundamentos del contrato realidad, no deberían tener efectos ex tunc, sino por el contrario ex nunc
como lo son los de la sentencia constitutiva, existiendo con ello una duda insuperable en lo que
atañe acá la fecha en que se puedan exigir dichas obligaciones, fundando sobre el trabajador la
pérdida de tiempo en algunas de sus prestaciones sociales, pues las mismas se encontrarían
prescritas por haber superado el término de los tres (3) años, que rezan en la ley laboral
ocasionando un enriquecimiento injustificado a favor del empleador.

En conclusión, de común acuerdo y analizando criterios jurídicos de fondo discurrimos


más acertados los fundamentos de la doctrina referida en la sentencia del 19 de febrero de 2009,
teniendo radicado 3074-05, que se refiere en el salvamento de voto.

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