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2.

5 LAS ENFERMEDADES Y VACUNAS QUE LAS PREVIENE

I. HEPATITIS A (VACUNA HepA)

La hepatitis A es una inflamación del hígado debida a la infección por el virus de la hepatitis A
(VHA). Este virus se propaga principalmente cuando una persona no infectada (y no vacunada)
ingiere agua o alimentos contaminados por heces de una persona infectada. La infección está
muy asociada al consumo de agua y alimentos insalubres, el saneamiento deficiente, la mala
higiene personal y el sexo bucoanal.

A diferencia de las hepatitis B y C, la hepatitis A no causa hepatopatía crónica y rara vez es


mortal, pero puede ocasionar síntomas debilitantes y hepatitis fulminante (insuficiencia hepática
aguda) que, a menudo, es mortal. La OMS estima que, en 2016, esta enfermedad A provocó en
todo el mundo aproximadamente 7134 defunciones, una cifra que representa el 0,5% de la
mortalidad por hepatitis víricas.

La hepatitis A se presenta esporádicamente y en epidemias de ámbito mundial y tiende a


reaparecer periódicamente. Las epidemias asociadas a agua o alimentos contaminados pueden
aparecer de forma explosiva, como ocurrió con la epidemia registrada en Shanghái en 1988, que
afectó a unas 300 000 personas (1). También se pueden prolongar considerablemente y persistir
durante meses en la población a través de la transmisión de persona a persona. Los virus
causantes subsisten en el medio y pueden resistir a los métodos habitualmente utilizados para
inactivar o controlar las bacterias patógenas en la producción de alimentos (OMS, 2021)

Transmisión

El virus de la hepatitis A se transmite principalmente por la vía fecal-oral, es decir, cuando una
persona no infectada ingiere agua o alimentos contaminados por heces de una persona infectada.
En las familias, esto puede ocurrir a través de la suciedad de las manos de la persona encargada
de cocinar. La transmisión hídrica no es frecuente, pero cuando ocurre suele estar relacionada
con la contaminación por aguas residuales o el abastecimiento de agua insuficientemente
tratada.

El virus también puede transmitirse por contacto físico estrecho con una persona infectada —
por ejemplo, mediante el sexo buco anal—, pero no se propaga por contactos ocasionales.

Síntomas

El periodo de incubación de la hepatitis A suele ser de unos 14 a 28 días.


Los síntomas tienen carácter de moderado o grave y comprenden fiebre, malestar, pérdida de
apetito, diarrea, náuseas, molestias abdominales, coloración oscura de la orina e ictericia
(coloración amarillenta de la piel y los ojos). Los infectados no siempre presentan todos esos
síntomas.

Los adultos presentan signos y síntomas con mayor frecuencia que los niños. De hecho, la
gravedad y la mortalidad de la enfermedad aumentan con la edad. Los menores de seis años
infectados no suelen experimentar síntomas apreciables, y solo el 10% muestran ictericia. A
veces la hepatitis A puede recidivar; ello significa que una persona que se acaba de recuperar
puede caer enferma de nuevo con otro episodio agudo, aunque por lo general se recupera.

Diagnóstico

Los casos de hepatitis A son clínicamente indistinguibles de otros tipos de hepatitis víricas
agudas. El diagnóstico se establece mediante la detección en la sangre de anticuerpos IgM
dirigidos específicamente contra el VHA. Otra prueba utilizada es la reacción en cadena de la
polimerasa con retro transcriptasa (RCP-RT), que detecta el ARN del virus de la hepatitis A,
aunque normalmente se realiza solo en laboratorios especializados.

Tratamiento

No hay ningún tratamiento específico para la hepatitis A. Los síntomas pueden remitir
lentamente, a lo largo de varias semanas o meses. Es importante evitar medicamentos
innecesarios; por ejemplo, no se deben administrar antieméticos ni paracetamol.

La hospitalización es innecesaria en ausencia de insuficiencia hepática aguda. El tratamiento


persigue el bienestar y el equilibrio nutricional del paciente, incluida la rehidratación tras los
vómitos y diarreas.

Prevención

La mejora del saneamiento, la inocuidad de los alimentos y la vacunación son las medidas más
eficaces para combatir la hepatitis A.

La propagación de la hepatitis A puede reducirse mediante:

 un abastecimiento adecuado de agua potable;

 la eliminación correcta de las aguas residuales de la comunidad, y

 las prácticas de higiene personal, como lavarse regularmente las manos antes de comer
y después de ir al baño.
Hay varias vacunas inyectables inactivadas contra la hepatitis A disponibles a nivel
internacional. Todas ellas son similares en cuanto a la protección que confieren y a sus efectos
colaterales. No hay ninguna vacuna aprobada para emplearse en niños menores de 1 año.

VACUNA HepA

Las vacunas contra la hepatitis A (HepA) se preparan con virus de hepatitis A derivados de
cultivos celulares e inactivados con formol. Hay 2 vacunas contra la hepatitis A (Havrix and
Vaqta); ambas están disponibles en formulaciones pediátricas y para adultos.

La vacuna contra HepA también está indicada cuando se presenta cualquiera de los siguientes
factores:

 Deseo de protección contra la hepatitis A en personas no vacunadas previamente

 Viaje o trabajo en zonas endémicas

 Exposición ocupacional (p. ej., en el trabajo con primates infectados con el virus de
hepatitis A [VHA] o en un laboratorio de investigación del HAV)

 Relaciones sexuales entre hombres

 Uso de drogas ilícitas (inyectadas o no), como la metanfetamina

 Falta de vivienda

 Infección por HIV en todas las personas ≥ 1 año de edad

 Enfermedad hepática crónica (p. ej., personas con hepatitis B, hepatitis C, cirrosis,
hígado graso, enfermedad hepática relacionada con el alcohol, hepatitis
autoinmunitaria, o niveles de alanina aminotransferasa [AST] mayores que el doble del
límite superior normal)

 Contacto personal estrecho previsto (p. ej., miembros de la familia o cuidadores


habituales) con un niño adoptado, durante los primeros 60 días de la llegada del niño a
los Estados Unidos desde una zona endémica

 Adultos sanos ≤ 40 años que recientemente han estado expuestos al virus de la hepatitis
A y adultos > 40 años si no se puede obtener inmunoglobulina contra la hepatitis A

 Mujeres embarazadas que se identifican como con riesgo de infección por HAV durante
el embarazo (p. ej., las mujeres que viajan al extranjero, que usan drogas ilícitas
[inyectables o no], que tienen riesgo de exposición ocupacional, que anticipan un
contacto personal cercano con un individuo adoptado del exterior, o que no tienen
hogar) o que tienen altas probabilidades de tener un resultado grave como resultado de
la infección por HAV (p. ej., mujeres que tienen enfermedad hepática crónica o
infección por HIV) (Savoy, 2022)

Durante los brotes de hepatitis A, las personas ≥ 1 año que están en riesgo de infección por
HAV deben ser vacunadas.

La vacuna combinada HepA y HepB puede utilizarse en personas ≥ 18 años que tienen
indicaciones para las vacunas contra hepatitis A o B, y que no fueron vacunados previamente
con uno de los componentes de la vacuna.

II. HEPATITIS B (VACUNA HepB)

La hepatitis B es una infección hepática potencialmente mortal causada por el virus de la


hepatitis B (VHB). Representa un importante problema de salud a escala mundial. Se puede
cronificar y conlleva un alto riesgo de muerte por cirrosis y cáncer de hígado.

Existe una vacuna segura y eficaz que confiere una protección del 98% al 100% contra la
enfermedad. Prevenir la infección por el virus de la hepatitis B permite evitar las
complicaciones que pueden derivarse de la enfermedad, como la cronificación y el cáncer
hepático.

Las regiones de la OMS que soportan más carga de infección crónica por el VHB son la del
Pacífico Occidental y la de África, donde afecta a 116 y 81 millones de personas,
respectivamente. Le siguen la Región del Mediterráneo Oriental de la OMS, con 60 millones de
personas infectadas, la Región de Asia Sudoriental, con 18 millones, la Región de Europa con
14 millones y la Región de las Américas, con 5 millones. 

Transmisión

En las zonas de alta endemicidad, la transmisión se produce más frecuentemente de la madre al


niño durante el parto (transmisión perinatal) o de modo horizontal (por exposición a sangre
infectada), en particular de niños infectados a niños sanos durante los primeros cinco años de
vida. La cronificación es común en los lactantes infectados a través de su madre y en los
menores de 5 años.

La transmisión se puede producir también a través de pinchazos, tatuajes, perforaciones y


exposición a sangre o líquidos corporales infectados como la saliva, el semen y el flujo vaginal
y menstrual. El virus también puede transmitirse al reutilizar agujas, jeringuillas u objetos
cortantes contaminados en establecimientos de salud, en el entorno comunitario o al consumir
drogas inyectables. La transmisión sexual es más frecuente en personas no vacunadas que tienen
varias parejas sexuales.
La infección en la edad adulta se cronifica en menos del 5% de los casos, mientras que en los
lactantes y los niños pequeños ocurre en el 95%. Por ello, se debe fortalecer y privilegiar la
vacunación de lactantes y de niños.

El virus de la hepatitis B puede sobrevivir fuera del cuerpo durante al menos 7 días. Durante
este periodo puede infectar si penetra en el organismo de una persona no vacunada. El periodo
medio de incubación oscila entre 30 y 180 días. El virus, que es detectable entre 30 y 60 días
después de la infección, puede persistir y dar lugar a una hepatitis B crónica, sobre todo si el
contagio se ha producido durante la etapa de lactancia o la infancia. 

Síntomas

La mayoría de las personas no tienen síntomas inmediatamente después de infectarse. Sin


embargo, algunas presentan un cuadro agudo con síntomas que duran varias semanas, como
coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia), orina oscura, cansancio extremo, náuseas,
vómitos y dolor abdominal. La hepatitis aguda puede dar lugar a una insuficiencia hepática
aguda, que es potencialmente mortal. Entre las complicaciones a largo plazo que puede causar
la infección por el VHB, un pequeño grupo de personas padecen enfermedades hepáticas en
estado avanzado, como la cirrosis y los carcinomas hepatocelulares, que dan lugar a una
importante carga de morbimortalidad.

Diagnóstico

Las manifestaciones clínicas no permiten diferenciar la hepatitis B de otras hepatitis víricas, por
lo que es primordial confirmar el diagnóstico mediante pruebas analíticas. Existen algunos
análisis de sangre para diagnosticar la enfermedad y hacer un seguimiento de los pacientes con
hepatitis B. Esos análisis se pueden utilizar para distinguir las infecciones agudas de las
crónicas. La OMS recomienda analizar todas las donaciones de sangre para detectar este virus,
garantizar la inocuidad de la sangre y evitar la transmisión accidental.

En 2019, 30,4 millones de personas (el 10,5% de la población total que se estima que tenía
hepatitis B) sabían que tenían esta infección, y 6,6 millones (el 22%) de las personas
diagnosticadas estaban en tratamiento. Según las últimas estimaciones de la OMS, la proporción
de menores de cinco años con infección crónica por el VHB descendió a algo menos del 1% en
2019. Antes de que se introdujera la vacuna contra esta infección (en el periodo entre la década
de 1980 y principios de la de 2000), esta proporción era del 5%.

En los lugares donde la población general tiene una seroprevalencia elevada de anticuerpos anti-
VHB (que se define como una seroprevalencia del antígeno superficial del virus de la hepatitis
B del 2% o superior, o bien del 5% o superior), la OMS recomienda ofrecer a todos los adultos
la posibilidad de someterse a pruebas de detección del HBsAg y servicios de prevención,
atención y tratamiento. 

Tratamiento

No hay ningún tratamiento específico contra la hepatitis B aguda. Por tanto, la atención persigue
el bienestar y el equilibrio nutricional del paciente, incluida la rehidratación tras los vómitos y
diarreas. Lo más importante es evitar medicamentos innecesarios, por ejemplo, no deben
administrarse antieméticos ni paracetamol.

La infección crónica por el virus de la hepatitis B se puede tratar con medicamentos, como
antivíricos orales. El tratamiento puede retrasar la progresión de la cirrosis, reducir la incidencia
de cáncer de hígado y mejorar la supervivencia a largo plazo. Según las estimaciones de la
OMS, en 2021 solo entre el 12% y el 25% de infectados crónicos necesitaban tratamiento,
dependiendo del contexto y de los criterios de selección de pacientes.

La OMS recomienda administrar tenofovir o entecavir por vía oral como fármacos más potentes
para reducir la presencia del VHB; cuando se inicia el tratamiento contra la enfermedad, se debe
mantener durante toda la vida.

En los lugares de ingresos bajos, la mayoría de los pacientes de cáncer de hígado fallecen a los
pocos meses del diagnóstico. En los países de ingresos altos, se puede prolongar la vida de los
pacientes que acudan a un hospital en la fase más temprana de la enfermedad unos cuantos
meses o años mediante intervenciones quirúrgicas y quimioterapia. Y a los pacientes con
cirrosis o cáncer de hígado se les puede hacer un trasplante, con resultados variables.

Prevención

La OMS recomienda la vacunación de todos los lactantes contra la hepatitis B lo antes posible
tras el parto, de ser posible durante las primeras 24 horas de vida, y completar la pauta vacunal
con una segunda o tercera dosis separadas por al menos cuatro semanas. Esta protección dura
por lo menos 20 años y, probablemente, toda la vida. La OMS no recomienda administrar dosis
de refuerzo a quienes hayan recibido las tres dosis.

Además de vacunar a los menores de un año, la OMS recomienda el tratamiento profiláctico


con antivíricos para prevenir la transmisión del virus de la hepatitis B de la madre al niño.
También se puede reducir el riesgo de contagio mediante medidas de seguridad de la sangre y
los hemoderivados y prácticas sexuales más seguras, como limitar el número de parejas
sexuales y utilizar métodos profilácticos de barrera (preservativos).

Vacuna (HepB)
La vacuna contra la hepatitis B (HepB) se produce usando tecnología de ADN recombinante.
Un plásmido que contiene el gen para el antígeno de superficie de la hepatitis B (HBsAg) se
inserta en la levadura común, que entonces produce HBsAg. El HBsAg se obtiene y se purifica.
Esta vacuna no puede causar infección por el virus de hepatitis B porque durante el proceso no
se producen DNA viral potencialmente infeccioso ni partículas virales completas.

Varias vacunas están disponibles. Dos vacunas de antígeno único, Engerix-B y Recombivax
HB, están conjugadas con aluminio. Una formulación más nueva, HepB-CpG, utiliza el
adyuvante inmunoestimulante, oligodesoxinucleótido de citidina-fosfato-guanosina (CpG-
ODN). Existe una formulación que combina las vacunas contra la hepatitis A y la hepatitis B
(Twinrix).

III. ROTAVIRUS

El rotavirus es un virus que causa gastroenteritis. Síntomas incluyen diarrea severa, vómitos,
fiebre y deshidratación. Casi todos los niños en Estados Unidos probablemente se infecten de
rotavirus antes de cumplir los cinco años.

Las infecciones ocurren casi siempre en invierno o en primavera. Es muy fácil que los niños con
este virus se lo contagien a otros menores y a veces a los adultos. Una vez que un niño adquiere
el virus toma unos dos días para que se enferme. Los vómitos y la diarrea pueden durar entre
tres y ocho días.

No hay medicinas para tratarlo. Para prevenir la deshidratación, dele muchos líquidos a su niño.
Su proveedor de salud puede recetarle líquidos de rehidratación oral. Algunos niños necesitan ir
a un hospital para recibir líquidos por vía intravenosa. Dos vacunas están disponibles contra
infecciones por rotavirus Diagnóstico

El diagnóstico puede hacerse mediante la detección rápida del antígeno del rotavirus en una
muestra de heces. Las cepas pueden ser caracterizadas aún más mediante análisis
inmunoenzimático o reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa, pero este
análisis no se hace comúnmente.

transmisión

Esto puede suceder si usted pon tus manos sucias que están contaminadas con caca en tu boca
tocar objetos o superficies contaminados y luego llevarse los dedos a la boca comer alimentos
contaminados

Las personas que están infectadas con rotavirus eliminan el virus en sus heces (caca). Así es
como el virus llega al medio ambiente y puede infectar a otras personas. Las personas son las
que más eliminan el rotavirus y tienen más probabilidades de infectar a otros, tanto cuando
tienen síntomas como durante los primeros tres días después de

recuperarse. Las personas con rotavirus también pueden infectar a otros antes de que presenten
síntomas.

El rotavirus se propaga fácilmente entre los bebés y los niños pequeños. Pueden transmitir el
rotavirus a los miembros de la familia y otras personas con las que tienen contacto cercano. Los
niños tienen más probabilidades de contraer rotavirus en el invierno y la primavera (de enero a
junio).

La buena higiene, como el lavado de manos y la limpieza, son importantes, pero no son
suficientes para controlar la propagación de la enfermedad. La vacunación contra el rotavirus es
la mejor manera de proteger a su hijo de la enfermedad por rotavirus.

síntomas

Los síntomas aparecen aproximadamente 2 días después de que la persona se exponga al virus.
Los vómitos y la diarrea líquida pueden durar entre 3 y 8 días. Otros posibles síntomas son
pérdida de apetito y deshidratación (pérdida de líquidos corporales), lo que puede ser
especialmente peligroso para los bebés y los niños pequeños.

Los síntomas de deshidratación incluyen:

 orinar menos,

 boca y garganta secas,

 sentirse mareado al estar de pie,

 llorar sin lágrimas o con pocas lágrimas, y

 somnolencia o irritación inhabitual.

Diagnóstico

El diagnóstico puede hacerse mediante la detección rápida del antígeno del rotavirus en una
muestra de heces. Las cepas pueden ser caracterizadas aún más mediante análisis
inmunoenzimático o reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa, pero este
análisis no se hace comúnmente.

Tratamiento
En las personas con el sistema inmunitario sano, la enfermedad por rotavirus se resuelve
espontáneamente y solo dura unos cuantos días. El tratamiento es inespecífico, y consiste
principalmente en la terapia de rehidratación oral para prevenir la deshidratación.

Las dos vacunas contra el rotavirus que fueron aprobadas en los Estados Unidos para usarse en
los bebés fueron probadas en ensayos clínicos de gran tamaño y mostraron ser seguras y
eficaces. Durante aproximadamente el primer año de vida del niño la vacuna contra el rotavirus
proporcionó entre un 85 y un 98 % de protección contra la enfermedad grave y la
hospitalización por rotavirus, y entre un 74 y un 87 % de protección contra enfermedades por
rotavirus de cualquier intensidad. Los CDC recomiendan la vacunación de rutina en los bebés,
con cualquiera de las dos vacunas disponibles:

VACUNA (RV)

La vacuna RotaTeq (RV5), aprobada en el 2006, se administra en 3 dosis a los 2, 4 y 6 meses de


edad.

La vacuna Rotarix (RV1), aprobada en el 2008, se administra en 2 dosis a los 2 y 4 meses de


edad.

Estas vacunas son diferentes por la forma en que se preparan y el número de dosis, pero ambas
se administran por vía oral. Para obtener más información, consulte: Prevención de la
gastroenteritis por rotavirus en los bebés y los niños: Recomendaciones del Comité Asesor
sobre Prácticas de Vacunación (ACIP, por sus siglas en inglés)

Recomendaciones del Comité Asesor sobre Prácticas de Vacunación (ACIP) acerca de las
vacunas contra el rotavirus (en inglés)

IV. DIFTERIA

La difteria es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Corynebacterium diphtheria,


que infecta principalmente la garganta y las vías respiratorias superiores, y produce una toxina
que afecta a otros órganos. La enfermedad tiene un inicio agudo y las principales características
son dolor de garganta, fiebre baja y glándulas inflamadas en el cuello, y la toxina puede, en
casos graves, causar miocarditis o neuropatía periférica. La toxina difteria hace que una
membrana de tejido muerto se acumule sobre la garganta y las amígdalas, dificultando la
respiración y la deglución. La enfermedad se transmite a través del contacto físico directo o de
la inhalación de las secreciones aerosolizadas por tos o estornudos de individuos infectados.

Transmisión
El ser humano es el único reservorio conocido del C. diphtheriae. El microorganismo se
disemina por

 Gotas respiratorias

 Contacto con secreciones nasofaríngeas (incluso de portadores asintomáticos)

 Contacto con lesiones infectadas de la piel

 Fómites (raramente)

El estado de portador es común en las regiones endémicas, pero no en los países desarrollados.
La inmunidad derivada de la vacunación o de la infección activa podría no impedir que los
pacientes se conviertan en portadores; sin embargo, la mayoría de los pacientes que recibe un
tratamiento adecuado no se transforma en portadores. Los pacientes con la enfermedad activa o
los portadores asintomáticos pueden transmitir la infección.

La higiene inadecuada tanto a nivel personal como comunitario contribuye a la diseminación de


la difteria cutánea.

Síntomas

Los signos y síntomas de difteria comienzan, generalmente, de 2 a 5 días después de contraer la


infección y es posible que incluya los siguientes:

 Una membrana gruesa y de color gris que recubre la garganta y las amígdalas

 Dolor de garganta y ronquera

 Glándulas inflamadas (agrandamiento de ganglios linfáticos) en el cuello

 Dificultad para respirar o respiración rápida

 Secreción nasal

 Fiebre y escalofríos

 Cansancio

En algunos casos, la infección con las bacterias que causan la difteria provoca una enfermedad
leve, o sin signos y síntomas evidentes. Las personas infectadas que no saben que tienen la
enfermedad se conocen como portadores de la difteria. Se los llama portadores porque pueden
trasmitir la infección sin estar enfermos.

Diagnóstico de la difteria
 Tinción de Gram y cultivo

Debe considerarse el diagnóstico de difteria faríngea en pacientes con hallazgos no específicos


de faringitis, adenopatías cervicales y febrícula, si además presentan toxicidad sistémica más
ronquera, parálisis palatina o estridor. La aparición de la membrana característica es indicativa
del diagnóstico.

La tinción de Gram de la membrana puede revelar bacilos grampositivos con tinción


metacromática (en forma de cuentas), típicamente en forma de letras chinas, con hinchazón en
forma de maza en uno o ambos extremos. Las muestras para cultivo deben obtenerse de debajo
de la membrana, o puede analizarse una porción de la membrana misma. Debe notificarse al
laboratorio que se sospecha la presencia del C. diphtheriae para que se utilice un medio de
cultivo especial (medio de Loeffler o de Tindale). Se realiza una prueba in vitro de la
producción de toxina (prueba de Elek modificada) para diferenciar las cepas toxigénicas de las
que no lo son. Se pueden indicar pruebas de PCR (polymerase chain reaction) para el gen de la
toxina de la difteria.

La difteria cutánea debe sospecharse cuando un paciente desarrolla lesiones en la piel durante
un brote de difteria respiratoria. Deben someterse a cultivo muestras de hisopado o de biopsia
de las lesiones. Las lesiones cutáneas por difteria pueden coinfectarse con estreptococos del
grupo A o Staphylococcus aureus.

Debe realizarse un ECG para detectar cambios en la onda ST-T, prolongaciones del intervalo
QTc, y/o bloqueos cardíacos de primer grado relacionados con miocarditis, que a menudo se
hacen evidentes al resolverse los síntomas respiratorios.

Tratamiento de la difteria

 Antitoxina diftérica

 Penicilina o eritromicina

Los pacientes sintomáticos con difteria respiratoria deben ser internados en una unidad de
cuidados intensivos para controlar la aparición de complicaciones respiratorias y cardíacas. Se
requiere el aislamiento con precauciones para evitar los aerosoles respiratoriaos y las
precauciones de contacto, que deben continuar hasta que 2 cultivos secuenciales, tomados 24 y
48 horas después de interrumpir los antibióticos (después de al menos 14 días de tratamiento),
sean negativos.

Prevención de la difteria
La prevención consiste en

 Control de las infecciones (aislamiento de gotitas respiratorias hasta que 2 cultivos


separados al menos por 24 horas sean negativos)

 Vacunación (primaria y posexposición)

 Antibióticos

(VACUNA DTaP*)

La vacuna recomendada para alguien en particular depende de su edad. La imagen que aparece
en esta página ofrece información, por edad, sobre las recomendaciones de los CDC sobre las
vacunas contra la difteria. Los niños que no deben aplicarse vacunas que incluyan protección
contra la tosferina pueden recibir la DT para protegerse contra la difteria y el tétanos. Hable con
un médico para saber qué es lo mejor para su situación particular.

Hay dos vacunas que ayudan a proteger a los niños contra la difteria: la DTaP y la Tdap. Ambas
ayudan a proteger también contra el tétanos y la tosferina. Estas vacunas no ofrecen protección
de por vida. Se necesitan vacunas de refuerzo para mantener la protección.

V. TETANOS

El tétanos es una enfermedad grave del sistema nervioso causada por una bacteria productora de
toxinas. La enfermedad produce contracciones musculares, especialmente en la mandíbula y los
músculos del cuello. El tétanos es comúnmente conocido como "trismo".

Las complicaciones graves del tétanos pueden poner en riesgo la vida. No hay cura para el
tétanos. El tratamiento se centra en controlar los síntomas y las complicaciones hasta que
desaparezcan los efectos de la toxina del tétanos.

Debido al uso generalizado de las vacunas, los casos de tétanos son poco frecuentes en los
Estados Unidos y otras partes del mundo desarrollado. La enfermedad sigue siendo una
amenaza para aquellos que no tienen su esquema de vacunación completo. Es más frecuente en
los países en vías de desarrollo.

transmisión

En individuos no vacunados el tétanos se contrae a través de un corte o de una herida profunda


que se contamina con el organismo. El tétanos también ha estado asociado con la limpieza de
heridas, procedimientos quirúrgicos, picaduras de insectos, infecciones dentales, y el uso de
drogas intravenosas. No se transmite de persona a persona.
Síntomas

El tiempo promedio de infección para que aparezcan signos y síntomas (período de incubación)
es de 10 días. El período de incubación puede variar de 3 a 21 días.

El tipo más común de tétanos se denomina tétanos generalizado. Los signos y síntomas
comienzan progresivamente y luego empeoran cada vez más a lo largo de dos semanas.
Generalmente comienzan en la mandíbula y avanzan hacia abajo en el cuerpo.

Algunos signos y síntomas del tétanos generalizado son:

 Espasmos musculares dolorosos y músculos rígidos y que no se pueden mover (rigidez


muscular) en la mandíbula

 Tensión de los músculos alrededor de los labios, que a veces causa una mueca
persistente

 Espasmos dolorosos y rigidez en los músculos del cuello

 Dificultad para tragar

 Músculos abdominales rígidos

Diagnostico

El tétanos se diagnostica a partir de la clínica y no requiere confirmación de laboratorio. La


OMS define los casos de tétanos neonatal confirmado como una enfermedad que ocurre en un
lactante que tiene una capacidad normal de succionar y llorar en los primeros 2 días de vida,
pero que la pierde entre los 3 y los 28 días de vida y se vuelve rígido o tiene espasmos. La
definición de la OMS de tétanos no neonatal requiere al menos uno de los siguientes signos: un
espasmo sostenido de los músculos faciales en el que la persona parece estar sonriendo, o
contracciones musculares dolorosas. Aunque esta definición requiere antecedentes de lesiones o
heridas, el tétanos también puede ocurrir en pacientes que no pueden recordar heridas o lesiones

Tratamiento

El tétanos es una emergencia médica que necesita:

 atención hospitalaria

 tratamiento inmediato con inmunoglobulinas humanas antitetánicas

 cura enérgica de la herida

 fármacos para controlar los espasmos musculares

 antibióticos
 ·vacunación antitetánica.

Las personas que se recuperan del tétanos no tienen inmunidad natural y pueden volver a
infectarse, por lo que deben vacunarse

Prevención

El tétanos puede prevenirse mediante la inmunización con VCTT, que están incluidas en todo el
mundo en los programas de vacunación sistemática y se administran durante los contactos de
atención prenatal.

Para una protección de por vida, la OMS recomienda la administración de 6 dosis (3 dosis
primarias más 3 de refuerzo) de VCTT. La serie primaria debe comenzar con la primera dosis a
las 6 semanas de edad, y las posteriores a intervalos mínimos de 4 semanas. Las 3 dosis de
refuerzo se deben administrar preferiblemente durante el segundo año de vida (12-23 meses), a
los 4-7 años y a los 9-15. Lo ideal es que haya un intervalo de al menos 4 años entre las dosis de
refuerzo.

(VACUNAS DTaP*)

La antitetánica es una vacuna inactivada (no es una vacuna viva) y contiene la toxina que
fabrica la bacteria, pero desprovista totalmente de su toxicidad (se llama toxoide); de forma que,
una vez inyectada, no puede producir la enfermedad, pero sí mantiene su capacidad de estimular
la producción de defensas (anticuerpos) contra ella.

La vacuna del tétanos siempre forma parte de vacunas combinadas que incluyen, además, otros
componentes, de manera que no está comercializada como vacuna monocomponente.

Forma parte de las vacunas hexavalentes que se administran en el primer año de vida, con pauta
de 2, 4 y 11 meses, y también se incluye en el preparado trivalente de los 6 años (Tdpa/DTPa) y
en las vacunas del tétanos utilizadas en adolescentes y adultos (Td).

VI. ENFERMEDAD NEUMOCOCICA

El neumococo es una bacteria que provoca enfermedades graves como la meningitis, la


bacteriemia o la neumonía (Enfermedades invasivas), así como enfermedades menos graves,
pero más comunes, como la sinusitis o la otitis media (Enfermedades no invasivas).  En este
artículo te contamos todo lo que necesitas saber.

La enfermedad neumocócica es frecuente en los niños pequeños, ya que su sistema


inmunológico no está preparado para combatir el neumococo, por esta razón es una de las
principales causas de mortalidad infantil en el mundo. Además, las secuelas más frecuentes,
especialmente con la meningitis, pueden ser graves: retraso psicomotor, hidrocefalia, parálisis
facial, pérdida de audición, ceguera, etc.

Sin embargo, los adultos mayores también tienen un gran riesgo de enfermarse gravemente y
morir, así como las personas en condiciones especiales como las que padecen enfermedades
crónicas como enfermedades del corazón, pulmonares, diabetes o que se encuentran con su
sistema inmunológico debilitado. De igual forma, están en riesgo las personas consumidoras de
alcohol y tabaco en cantidades excesivas.

Transmisión

Las bacterias neumocócicas se transmiten de persona a persona mediante la tos, los estornudos y
el contacto cercano. Las personas pueden tener las bacterias en la nariz y la garganta sin estar
enfermas y transmitirlas a otras personas.

síntomas

Los síntomas de la neumocócica, una infección de los pulmones, incluyen:

 Fiebre y escalofríos

 Tos

 Respiración rápida o dificultad para respirar

 Dolor de pecho

Los adultos mayores con neumonía neumocócica pueden presentar confusión o menor estado de
alerta, en lugar de los síntomas más comunes enumerados anteriormente.

Las complicaciones de la neumonía neumocócica incluyen:

 Infección del espacio que se encuentra entre las membranas que rodean los pulmones y
la cavidad torácica (empiema).

 Inflamación del saco que rodea el corazón (pericarditis).

 Bloqueo de la vía respiratoria que permite la entrada de aire a los pulmones


(obstrucción endobronquial), con colapso dentro de los pulmones (atelectasia) y
acumulación de pus (absceso) en los pulmones.

Diagnóstico

Si los médicos sospechan que la persona tenga una enfermedad neumocócica grave, como la
meningitis o una infección sanguínea, tomarán muestras del líquido cefalorraquídeo o la sangre.
El líquido cefalorraquídeo es el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal. Vea la
ilustración de una punción lumbar para ver cómo los médicos recogen muestras de este líquido.
Los médicos luego envían las muestras a un laboratorio para su análisis.

Cultivar la bacteria en un laboratorio ayuda a identificar el tipo de bacteria que está causando la
infección. Conocer la causa ayuda a los médicos a escoger el tratamiento adecuado, lo cual
incluye el antibiótico que mejor funcionará.

Para ayudar con el diagnóstico de neumonía neumocócica en los adultos, los médicos pueden
usar un análisis de orina. Generalmente diagnostican las sinusitis e infecciones de oído
basándose en los antecedentes médicos del paciente y los hallazgos de su examen físico que
respaldan la presencia de una infección neumocócica.

Tratamiento

Los médicos usan antibióticos para tratar la enfermedad neumocócica. Sin embargo, algunas
bacterias neumocócicas se han vuelto resistentes a ciertos antibióticos que se usan para el
tratamiento de estas infecciones. Los datos disponibles muestran que, en 3 de cada 10 casos, las
bacterias neumocócicas son resistentes a uno o más antibióticos.

El tratamiento antibiótico de las infecciones neumocócicas graves generalmente incluye el uso


de antibióticos de “amplio espectro” hasta que se obtengan los resultados del perfil de
sensibilidad a los antibióticos (antibiograma). Los perfiles de sensibilidad a los antibióticos
muestran cuáles antibióticos serán más eficaces para tratar la infección bacteriana. Los
antibióticos de amplio espectro funcionan contra una amplia variedad de bacterias. Una vez que
se sabe a qué antibióticos son sensibles las bacterias, los médicos pueden escoger un antibiótico
más específico (o un ‘antibiótico de espectro reducido’).

Prevención

Las vacunas son la mejor manera de prevenir la enfermedad neumocócica. Aprenda sobre qué
más puede hacer para ayudar a protegerse y a proteger a los demás de la enfermedad
neumocócica.

(VACUNA PCV)

Hay dos tipos de vacuna antineumocócica disponibles en los Estados Unidos:

 La vacuna antineumocócica conjugada (PCV13, PCV15, o PCV20)

 La vacuna antineumocócica polisacárida (PPSV23)

Estas vacunas protegen contra muchos, pero no todos los tipos de bacterias neumocócicas.
Además, la protección que proveen estas vacunas es buena, pero no es perfecta (o 100 %
eficaz). Por estas dos razones, existe la posibilidad de que una persona pueda contraer la
enfermedad neumocócica aun después de haberse vacunado.

VII. POLIOMILITIS

La poliomielitis, o polio, es una enfermedad discapacitante y potencialmente mortal causada por


el virus de la poliomielitis o polio virus.

El virus se transmite de una persona a otra y puede infectar la médula espinal, lo cual causa
parálisis (no se pueden mover partes del cuerpo).

Transmisión

 El virus de la poliomielitis es muy contagioso y se transmite mediante el contacto entre


las personas. 

 Vive en la garganta y los intestinos de la persona infectada.

 Puede contaminar los alimentos y el agua que se encuentren en condiciones insalubres. 

El virus de la poliomielitis solo infecta a las personas. Entra al cuerpo a través de la boca. Se
propaga mediante: 

 El contacto con las heces (caca) de una persona infectada. 

 Las gotitas del estornudo o la tos de una persona infectada (menos común). 

Usted se puede infectar por el virus de la poliomielitis si: 

 Tiene trozos diminutos de heces en las manos y se toca la boca. 

 Se lleva objetos a la boca, como juguetes, que estén contaminados con heces. 

Las personas infectadas pueden transmitir el virus inmediatamente antes y hasta 2 semanas
después de la aparición de los síntomas. 

 El virus puede vivir en los intestinos de una persona infectada por muchas semanas.
Esta persona puede contaminar los alimentos y el agua que se encuentren en
condiciones insalubres. 

 Las personas que no tienen síntomas también pueden transmitir el virus a otras personas
y hacer que se enfermen. 

Síntomas

La mayoría de las personas que se infectan con el virus de la poliomielitis no tiene ningún


síntoma visible.
Aproximadamente 1 de cada 4 personas (o 25 de cada 100) con infección por el virus de la
poliomielitis tiene síntomas parecidos a los de la influenza (gripe) que pueden incluir:

 Dolor de garganta

 Fiebre

 Cansancio

 Náuseas

 Dolor de cabeza

 Dolor de estómago

Estos síntomas por lo general duran de 2 a 5 días y luego desaparecen por sí solos.

Diagnóstico

Si los proveedores de atención médica sospechan que un paciente tiene poliomielitis, lo


deberían hospitalizar de inmediato, hacerle un examen físico, obtener antecedentes médicos
detallados, incluidos los antecedentes de vacunación y de cualquier viaje reciente, tomar
muestras (de heces, garganta, sangre, orina y líquido cefalorraquídeo), y obtener imágenes por
resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés) para ver la médula espinal. Es más
probable detectar el virus poliomielítico en muestras de heces.

Tratamiento

La terapia física u ocupacional puede ayudar con la debilidad causada por la poliomielitis en los
brazos o las piernas y podría mejorar los resultados a largo plazo, especialmente si se
implementa temprano en el transcurso de la enfermedad. Los proveedores de atención médica
deberían considerar consultar a expertos en neurología y en enfermedades infecciosas sobre
posibles tratamientos, y recomendar ciertas intervenciones en cada caso en particular.

Si cree que usted o alguien en su familia tiene síntomas de poliomielitis, llame a su proveedor
de atención médica de inmediato o vaya a la sala de emergencias. 

Prevención

Hay dos tipos de vacunas que pueden prevenir la poliomielitis: 

 La vacuna inactivada contra el virus de la poliomielitis (IPV, por sus siglas en inglés)
administrada mediante inyección en la pierna o el brazo, dependiendo de la edad del
paciente. Desde el año 2000, en los Estados Unidos solo se usa la IPV. 
 La vacuna oral contra el virus de la poliomielitis (OPV, por sus siglas en inglés) se
sigue usando en muchas partes del mundo. 

La vacuna contra la poliomielitis protege a los niños al preparar su cuerpo para luchar contra el
virus que causa esta enfermedad. Casi todos los niños (más del 99 por ciento) que reciben todas
las dosis recomendadas de la vacuna inactivada contra la poliomielitis estarán protegidos contra
esta enfermedad.

También es muy importante practicar una buena higiene de las manos y lavárselas
frecuentemente con agua y jabón. Tenga en cuenta que los desinfectantes de manos a base de
alcohol no matan el virus de la poliomielitis.

(VACUNA IPV)

utilizan dos tipos de vacunas contra la polio: la vacuna atenuada oral (OPV, por sus siglas en
inglés) y la vacuna inactivada inyectada (IPV, por sus siglas en inglés).  La vacuna OPV
contenía los tres tipos de poliovirus, 1, 2 y 3. Posterior a la declaración de la erradicación del
poliovirus salvaje de tipo 2, en el año 2016, el serotipo 2 fue removido de la vacuna y solo se
continuó utilizando la vacuna OPV con los serotipos 1 y 3, conocida como bOPV. Poco a poco
los países la están reemplazando la vacuna bOPV por la vacuna IPV.

VIII. INFLUENZA

La influenza es una enfermedad vírica que afecta principalmente a la nariz, la garganta, los
bronquios y, ocasionalmente, los pulmones; puede durar una semana aproximadamente y se
caracteriza por la aparición de inicio brusco de fiebre alta, tos seca, dolor de garganta,
asimismo, puede acompañarse de otros síntomas como son: dolor muscular, cefalea, malestar
general y rinitis. Las manifestaciones digestivas como náuseas, vómitos y diarreas, son pocos
frecuentes, pero pueden acompañar a la fase respiratoria en los niños (INS, 2023)

Transmisión

El virus de la influenza se transmite de forma directa y con facilidad de una persona a otra a
través de gotículas y pequeñas partículas expulsadas con la tos o los estornudos, además, suele
propagarse rápidamente en forma de epidemias estacionales.

El virus de la Influenza tiene un periodo de incubación breve, por lo regular de uno a tres días;
asimismo su periodo de transmisibilidad es de 3 a 5 días desde la aparición del cuadro clínico en
los adultos y puede llegar a 7 días en los niños de corta edad.

Todos los grupos de edad pueden infectarse de Influenza, sin embargo, en niños pequeños,
adultos mayores (60 años a más) y personas con enfermedades crónicas como enfermedades
cardiacas, pulmonares, renales, entre otras, la infección puede complicarse y provocar neumonía
o causar la muerte.

Síntomas

La influenza puede causar una enfermedad leve o grave y en ocasiones puede llevar a la muerte.
Los síntomas de la influenza suelen aparecer repentinamente. Las personas con influenza a
veces sienten algunos o todos estos síntomas:

 fiebre* o sentirse afiebrado/con escalofríos

 tos

 dolor de garganta

 secreción o congestión nasal

 dolores musculares o corporales

 dolores de cabeza

 fatiga (cansancio)

 algunas personas pueden tener vómitos y diarrea, aunque esto es más común en los
niños que en los adultos.

Diagnostico

El proveedor de atención médica realizará un examen físico, buscará signos y síntomas de gripe,
y es probable que solicite un análisis para detectar los virus que causan esta enfermedad.

Durante los períodos en que hay muchos casos de gripe, quizás no sea necesario hacer una
prueba para detectarla. Es posible que el proveedor de atención médica te diagnostique
basándose en los síntomas.

En algunos casos, el proveedor de atención médica puede sugerir que te hagan una prueba para
detectar la gripe. Puede utilizar diversas pruebas para diagnosticarla. La prueba de reacción en
cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés) es cada vez más común en muchos
hospitales y laboratorios. Esta prueba puede hacerse en el consultorio del proveedor de atención
médica o en el hospital. La prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas
en inglés) es más sensible que otras pruebas y puede identificar la cepa de la gripe.

Tratamiento

Generalmente, solo necesitarás descansar y tomar mucho líquido para tratar la gripe. Pero si
tienes una infección de gravedad o tienes un mayor riesgo de tener complicaciones, el proveedor
de atención médica quizás te recete un medicamento antiviral para tratar la gripe. Estos
medicamentos pueden incluir oseltamivir (Tamiflu), zanamivir (Relenza), peramivir (Rapivab)
o baloxavir (Xofluza). Estos medicamentos pueden reducir la duración de la enfermedad en un
día y ayudar a prevenir complicaciones graves.

El oseltamivir es un medicamento que se toma por vía oral. El zanamivir se inhala a través de
un dispositivo similar a un inhalador para el asma. No debe usarlo ninguna persona que tenga
ciertos problemas respiratorios crónicos, como asma y enfermedades pulmonares.

Los efectos secundarios de los medicamentos antivirales pueden incluir náuseas y vómitos.
Estos efectos secundarios pueden hacerse más leves si el medicamento se toma con alimentos.

Prevención

Para prevenir la transmisión de la influenza hay que lavarse las manos frecuentemente, cubrirse
la boca y la nariz con un pañuelo al toser. Además de la vacunación contra la influenza (según
el esquema nacional de vacunación).

VACUNA CONTRA INFLUENZA

Las vacunas contra influenza están constituidas por virus de la influenza inactivado. En los
periodos intrapandémicos, las vacunas por lo general se componen de virus relacionados
antigénicamente de manera cercana con las cepas circulantes de tipo A y B. En años recientes,
la vacuna contra influenza ha contenido tres virus inactivados – dos de tipo A (H3N2 y H1N1),
y uno de tipo B. La vacuna contiene 15 µg de cada antígeno de hemaglutinina por dosis de 0,5
ml. También contiene timerosal, dependiendo del laboratorio productor, como conservador y
trazas de proteína de huevo.

IX. PAPERAS

Es una enfermedad viral altamente contagiosa que generalmente se presenta en la niñez, pero
que se puede contraer a cualquier edad. Las paperas infectan las glándulas parótidas (un par de
glándulas salivales). Uno de los síntomas de de paperas es hinchazón de la garganta y
mandíbula.

Las paperas se contagian por contacto con fluidos de la boca, la nariz y la garganta cuando una
persona tose, estornuda o habla. El virus también puede vivir en su perficies como perillas de
puertas, utensilios para comer y latas de refrescos. Puede pasar a estos elementos cuando los usa
una persona que tiene paperas. También se propaga cuando otra persona usa esos elementos y
luego se frota la nariz o la boca. Generalmente la enfermedad tarda de dos a tres semanas en
manifestarse (Ñopo, 2020)

Transmisión
Las paperas son una enfermedad contagiosa causada por un virus. Esta enfermedad se propaga a
través del contacto directo con saliva o gotitas respiratorias provenientes de la boca, la nariz o la
garganta. Una persona infectada puede propagar el virus al

 toser, estornudar o hablar

 compartir objetos que pueden contener saliva, como botellas de agua o tazas

 participar en actividades donde haya contacto cercano con otras personas, como
practicar deportes, bailar o besarse

Una persona infectada puede propagar las paperas desde unos pocos días después de que las
glándulas salivales comiencen a inflamarse hasta cinco días después de que haya comenzado la
inflamación. Una persona con paperas debe limitar el contacto que tenga con los demás durante
ese tiempo. Por ejemplo, quedándose en casa y no asistiendo a la escuela o a eventos sociales.

Síntomas

Muchos niños son muy asintomáticos o presentan síntomas muy leves. A continuación, se
enumeran los síntomas más comunes de las paperas. Sin embargo, cada niño puede
experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:

 Molestias en las glándulas salivares, especialmente en la zona de la mandíbula,


que pueden inflamarse y dolores. Algunos niños pueden tener dificultades para hablar y
tener dolor de oídos.

 Dificultad para comer y masticar

 Fiebre

 Dolores de cabeza

 Dolores musculares

 Cansancio

 Pérdida del apetito

Los síntomas de las paperas pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas de salud.
Consulte siempre al proveedor de atención médica de su hijo para obtener un diagnóstico.

Diagnóstico

El proveedor de atención médica puede diagnosticar las paperas teniendo en cuenta los síntomas
típicos y la exposición conocida a la enfermedad. Las pruebas que se utilizan para detectar el
virus y diagnosticar las paperas incluyen:
 Análisis de una muestra bucal

 Análisis de sangre que puede mostrar una reacción del sistema inmunitario al virus

 Análisis de una muestra de orina, aunque es menos común

Tratamiento

No hay ningún tratamiento específico para las paperas. La mayoría de las personas se recupera
en un plazo de 3 a 10 días.

Para contribuir a la recuperación y aliviar los síntomas, puedes hacer lo siguiente:

 Descansar.

 Tomar analgésicos que se pueden comprar sin receta médica, como el ibuprofeno
(Advil, Motrin IB y otros) y el acetaminofén (Tylenol y otros).

 Aplicar un paño frío o tibio sobre las glándulas salivales hinchadas.

 Aplicar un paño frío o una compresa de hielo sobre los testículos hinchados.

 Beber mucho líquido.

Durante la enfermedad, es importante que te aísles o aísles a tu hijo para evitar la trasmisión de
la infección. Se debe evitar el contacto con los demás durante al menos cinco días después de
que comience la hinchazón de las glándulas salivales.

Prevención y (VACUNA MMR*)

La vacuna es la mejor manera de reducir el riesgo de que sus hijos contraigan paperas.
Generalmente es parte de una vacuna combinada (vacuna triple vírica o MMR, por sus siglas en
inglés) que protege contra tres enfermedades: el sarampión, las paperas y la rubéola. Los niños
deben recibir 2 dosis de la vacuna MMR:

 la primera dosis entre los 12 y los 15 meses de edad, y

 la segunda dosis entre los 4 y los 6 años de edad.

La vacuna MMR es segura y eficaz. En la mayoría de los niños no produce ningún efecto
secundario, y los que produce suelen ser muy leves, como fiebre o sarpullido.

El médico de sus hijos puede ofrecerle también la vacuna MMRV, que es otra vacuna
combinada que protege contra cuatro enfermedades: sarampión, paperas, rubéola y varicela.
Esta vacuna solo está autorizada para usarse en los niños cuando tienen entre 12 meses y 12
años de edad. Hable con el profesional de atención médica de sus hijos para que lo ayude a
decidir qué vacuna ponerles.

X. VARICELA

La varicela es una enfermedad muy contagiosa causada por el virus de la varicela-zóster (VVZ).
Produce un sarpullido con ampollas, picazón, cansancio y fiebre. El sarpullido aparece primero
en el estómago, la espalda y la cara, y puede después extenderse por todo el cuerpo.

La varicela puede ser grave, especialmente en los bebés, los adolescentes, los adultos y las
personas con el sistema inmunitario debilitado. La mejor forma de prevenir la varicela es
vacunándose contra esta enfermedad (el cuerpo tiene menos capacidad para combatir los
microbios y las enfermedades) (Acuña, 2012)

Transmisión

La varicela es una enfermedad altamente contagiosa causada por el virus de la varicela-zóster


(VVZ). El virus se propaga fácilmente de las personas enfermas a aquellas que nunca han tenido
la enfermedad o nunca se vacunaron. Si una persona tiene varicela, hasta un 90 % de quienes
estén cerca de esa persona y no tengan inmunidad también se infectarán. La propagación ocurre
principalmente a través del contacto cercano con alguien que tiene la varicela.

Las personas con varicela son contagiosas desde 1 o 2 días antes de que aparezca el sarpullido
hasta que se haya formado una costra en todas las lesiones de la enfermedad. Las personas
vacunadas que contraen la enfermedad pueden presentar lesiones sin que se formen costras.
Estas personas se consideran contagiosas hasta que hayan pasado 24 horas sin que tengan
lesiones nuevas.

Signos y síntomas

Cualquier persona que no haya tenido varicela o que no se haya vacunado contra la varicela
puede contraer esta enfermedad. Por lo general, la enfermedad de varicela dura unos 4 a 7 días.

El síntoma clásico de la varicela es un sarpullido que se convierte en ampollas llenas de líquido


que pican, que al final se vuelven costras. El sarpullido puede aparecer primero en la cara, el
pecho y la espalda, y extenderse después al resto del cuerpo, incluido el interior de la boca, los
párpados y el área genital. Por lo general, toma una semana para que todas las ampollas se
vuelvan costras.

Otros síntomas típicos que pueden comenzar a manifestarse 1 o 2 días antes del sarpullido
incluyen:
 Fiebre

 Cansancio

 Falta de apetito

 Dolor de cabeza

Los niños por lo general pierden 5 a 6 días de escuela o guardería debido a la varicela.

Diagnostico

La mayoría de las veces, el proveedor de atención médica descubre que tienes varicela por la
erupción.

La varicela también se puede confirmar con pruebas de laboratorio, lo que incluye un análisis de
sangre o un estudio de los tejidos de la piel afectada.

Tratamientos caseros para las personas con varicela

Hay varias cosas que puede hacer en casa para ayudar a aliviar los síntomas de la varicela y
prevenir infecciones de la piel. Aplicarse loción con calamina o darse un baño fresco con
bicarbonato de sodio, avena sin cocinar o avena coloidal podría dar algo de alivio para la
picazón. Trate de mantener las uñas cortas y rascarse lo menos posible para prevenir propagar el
virus a los demás y las infecciones en la piel. Si se rasca una ampolla sin querer, lávese las
manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos.

Prevención

La mejor forma de prevenir la varicela es vacunándose contra esta enfermedad. Todos —


incluidos los niños, los adolescentes y los adultos— deberían ponerse dos dosis de la vacuna
contra la varicela si nunca han tenido la enfermedad o nunca se vacunaron.

La vacuna contra la varicela es muy segura y eficaz para prevenir la enfermedad. La mayoría de
las personas que reciben la vacuna no contraerán varicela. Si una persona vacunada la llega a
contraer, sus síntomas suelen ser más leves, con menos ampollas o sin ampollas (puede que
tenga solo unos puntos rojos) y fiebre leve o sin fiebre.

La vacuna contra la varicela previene casi todos los casos de enfermedad grave. Desde que
comenzó el programa de vacunación contra la varicela en los Estados Unidos, ha habido una
disminución de más del 97 % en los casos de esta enfermedad. Las hospitalizaciones y las
muertes se han vuelto poco comunes.

Para obtener más información sobre la vacuna contra la varicela, lea la sección Vacunación.
Vacuna contra la varicela

Los CDC recomiendan dos dosis de la vacuna contra la varicela para los niños, adolescentes y
adultos que nunca han tenido la varicela y nunca se han vacunado. En los niños:

 La primera dosis se recomienda entre los 12 y los 15 meses de edad.

 La segunda dosis se recomienda entre los 4 y 6 años de edad.

Con dos dosis de la vacuna contra la varicela se obtiene una eficacia de más del 90 % para
prevenirla.

Algunas personas vacunadas contra la varicela todavía podrían contraer la enfermedad. Sin
embargo, sus síntomas suelen ser más leves, con menos fiebre o ampollas (puede que solo
tengan unos puntitos rojos), o sin fiebre o ampollas.

Cuando usted se vacuna, se protege a sí mismo y también protege a otras personas en su familia
y la comunidad. Esta protección es especialmente importante para las personas que no pueden
vacunarse, como aquellas que tienen el sistema inmunitario debilitado (disminución de la
capacidad del cuerpo para combatir gérmenes y enfermedades) o las mujeres embarazadas.

XI. SARAMPION

El sarampión es una enfermedad vírica muy contagiosa que afecta sobre todo a los niños y se
transmite por gotículas procedentes de la nariz, boca y faringe de las personas infectadas. Los
síntomas iniciales, que suelen aparecer entre 8 y 12 días después de la infección, consisten en
fiebre alta, rinorrea, inyección conjuntival y pequeñas manchas blancas en la cara interna de la
mejilla. Varios días después aparece un exantema que comienza en la cara y cuello, y se va
extendiendo gradualmente al resto del cuerpo. No hay tratamiento específico para el sarampión,
y la mayoría de los pacientes se recuperan en 2 o 3 semanas. Sin embargo, el sarampión puede
causar complicaciones graves, tales como ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones del
oído y neumonía, sobre todo en niños malnutridos y pacientes inmunodeprimidos. El sarampión
es una enfermedad prevenible mediante vacunación (Zegarra, 2009)

Transmisión
El virus del sarampión es muy contagioso y se propaga por la tos y los estornudos, el contacto
personal íntimo o el contacto directo con secreciones nasales o faríngeas infectadas.
El virus presente en el aire o sobre superficies infectadas sigue siendo activo y contagioso
durante periodos de hasta 2 horas, y puede ser transmitido por un individuo infectado desde
4 días antes hasta 4 días después de la aparición del exantema.
El sarampión puede producir epidemias que causan muchas muertes, especialmente entre los
niños pequeños malnutridos. En países donde el sarampión ha sido prácticamente eliminado, los
casos importados de otros países siguen siendo una importante fuente de infección.

Síntomas

El primer signo del sarampión suele ser la fiebre alta, que comienza unos 10 a 12  días después
de la exposición al virus y dura entre 4 y 7 días. En la fase inicial, el paciente puede presentar
rinorrea, tos, ojos llorosos y rojos, y pequeñas manchas blancas en la cara interna de las
mejillas.

Al cabo de varios días aparece un exantema, generalmente en el rostro y la parte superior del
cuello, que se extiende en unos 3 días, acabando por afectar a las manos y pies. El exantema
dura 5 a 6 días, y luego se desvanece. El intervalo entre la exposición al virus y la aparición del
exantema oscila entre 7 y 18 días (media de 14 días).

La mayoría de las muertes se deben a complicaciones del sarampión, que son más frecuentes en
menores de 5 años y adultos de más de 30 años. Las más graves son la ceguera, la encefalitis
(infección acompañada de edema cerebral), la diarrea grave (que puede provocar
deshidratación), las infecciones del oído y las infecciones respiratorias graves, como la
neumonía. Los casos graves son especialmente frecuentes en niños pequeños malnutridos, y
sobre todo en los que no reciben aportes suficientes de vitamina A o cuyo sistema inmunitario
se encuentra debilitado por el VIH/SIDA u otras enfermedades.

En poblaciones con altos niveles de malnutrición, en particular aquellas con deficiencia de


vitamina A y que no reciben una atención sanitaria adecuada, el sarampión puede llegar a matar
al 3-6% de los casos. Entre las personas desplazadas, la cifra de muertes puede alcanzar el 30%.
La infección también puede provocar complicaciones graves en las mujeres embarazadas e
incluso ser causa de aborto o parto prematuro. Quienes se recuperan del sarampión se vuelven
inmunes de por vida.

Diagnóstico
Por lo general, el proveedor de atención médica puede diagnosticar sarampión a partir del
sarpullido característico de la enfermedad y también por puntos pequeños blanco azulados con
fondo rojo intenso (mancha de Koplik) en la cara interna de la mejilla. Es posible que el
proveedor de atención médica te pregunte si tú o tu hijo han recibido las vacunas contra el
sarampión, si recientemente han viajado fuera de los EE. UU. y si han tenido contacto con una
persona que haya tenido un sarpullido o fiebre.

No obstante, muchos proveedores de atención médica no han visto nunca el sarampión y pueden
confundirlo con muchas otras enfermedades. Si es necesario, un análisis de sangre puede
confirmar si el sarpullido es sarampión. El virus del sarampión también puede confirmarse con
una prueba en la que generalmente se introduce un hisopo en la garganta o se analiza una
muestra de orina.

Tratamiento

No hay tratamiento específico para la infección por sarampión una vez que esta se presenta. El
tratamiento consiste en tomar medidas de bienestar para aliviar los síntomas, como el descanso,
y tratar o prevenir las complicaciones.

No obstante, se pueden tomar algunas medidas para proteger a las personas que no son inmunes
al sarampión después de que hayan estado expuestas al virus.

Prevención y vacunación MMR

La vacunación sistemática de los niños contra el sarampión, combinada con campañas de


inmunización masiva en países con elevada incidencia y mortalidad son estrategias de salud
pública fundamentales para reducir la mortalidad mundial por sarampión. La vacuna contra el
sarampión, que se viene utilizando desde hace más de 50 años, es segura, eficaz y barata.
La vacuna contra el sarampión suele juntarse con las vacunas contra la rubéola y/o la parotiditis.
Su eficacia es similar tanto si se administra aisladamente como si se combina con estas vacunas.
Añadir la vacuna contra la rubéola a la vacuna contra el sarampión no supone más que un
pequeño incremento en el costo y permite compartir los gastos de vacunación y administración.
La vacuna MMR (sarampión, paperas y rubeola) se administra mediante una inyección
subcutánea.

Como parte del calendario infantil de vacunación, se administran dos dosis: la primera entre los
12 y los 15 meses y la segunda, en general, entre los 4 y los 6 años de edad

XII. RUBEOLA

La rubéola es una enfermedad viral contagiosa que ocurre más seguido en niños. El virus es
transmitido a través de las vías respiratorias, y los síntomas aparecen usualmente a las 2-3
semanas después de la exposición.

En niños, la enfermedad es usualmente leve, con fiebres bajas, náuseas y erupciones transitorias.
Los adultos pueden desarrollar artritis y dolores en las coyunturas. La infección durante el
embarazo temprano puede causar la muerte del feto o el síndrome de rubéola congénita (SRC),
el cual se caracteriza por defectos múltiples, particularmente al cerebro, corazón, ojos y oídos.
No hay tratamiento específico para la rubéola.
Transmisión

La causa de la rubéola es un virus que se trasmite de una persona a otra. Puede propagarse
cuando una persona infectada tose o estornuda. También puede propagarse por contacto directo
con la mucosidad infectada de la nariz y la garganta. También puede trasmitirse de las mujeres
embarazadas a sus hijos no nacidos a través del torrente sanguíneo.

Una persona infectada con el virus que causa la rubéola es contagiosa durante una semana antes
de la aparición del sarpullido hasta aproximadamente una semana después de que este
desaparezca. Una persona infectada puede propagar la enfermedad antes de saber que la tiene.

La rubéola es rara en muchos países, porque la mayoría de los niños reciben una vacuna contra
la infección a edad temprana. En algunas partes del mundo, el virus sigue activo. Esto es algo
que hay que considerar antes de viajar al exterior, especialmente si estás embarazada.

Una vez que hayas tenido la enfermedad, por lo general, ya eres inmune para siempre.

SINTOMAS

Los signos y síntomas de la rubéola suelen ser difíciles de notar, especialmente en los niños. En
general, aparecen entre dos y tres semanas después de la exposición al virus. Suelen durar de 1 a
5 días y pueden incluir lo siguiente:

 Fiebre leve de 102 °F (38,9 °C) o menos

 Dolor de cabeza

 Congestión nasal o goteo de la nariz

 Enrojecimiento y picazón en los ojos

 Ganglios linfáticos agrandados y sensibles en la base del cráneo, la parte trasera del
cuello y detrás de las orejas

 Un sarpullido tenue y rosado que comienza en la cara y se disemina rápidamente hacia


el torso, los brazos y piernas, antes de desaparecer siguiendo el mismo orden

 Dolor en las articulaciones, en especial en las mujeres jóvenes

diagnostico

 Evaluación clínica
 Pruebas serológicas

La rubéola se sospecha en pacientes con adenopatías características y exantema. Deben pedirse


pruebas de laboratorio para el diagnóstico en mujeres embarazadas, pacientes con encefalitis y
recién nacidos. Asimismo, se aconseja la evaluación con pruebas de laboratorio en todos los
casos en los que se sospeche rubéola con fines estadísticos. Un aumento ≥ 4 veces en los títulos
de anticuerpos entre la fase aguda y la de convalecencia (4 a 8 semanas) confirma el
diagnóstico, de la misma manera que el hallazgo de anticuerpos IgM contra rubéola. La
detección de RNA viral por PCR (polymerase chain reaction) de transcripción inversa de
muestras de la garganta, nasales o de orina también se puede hacer para confirmar el
diagnóstico; el análisis del genotipo es útil en las investigaciones epidemiológicas.

Tratamiento

Ningún tratamiento acorta el curso de la infección por rubéola; en general, no se necesita


tratamiento para los síntomas porque suelen ser leves. Sin embargo, los proveedores de atención
médica suelen recomendar aislarse de otras personas (especialmente de las mujeres
embarazadas) durante el período infeccioso. Aíslate de otras personas tan pronto como se
sospeche de un caso de rubéola y hasta al menos siete días después de que desaparezca el
sarpullido.

La asistencia a un bebé que nace con síndrome de rubéola congénita varía según el grado de sus
problemas. Los niños que tienen múltiples complicaciones pueden requerir un tratamiento
temprano de un equipo de especialistas.

Prevención y vacuna MMR

La vacuna contra la rubéola se suele administrar como una vacuna combinada de sarampión,
paperas y rubéola (triple vírica). Esta vacuna también puede incluir la vacuna contra la varicela
(vacuna contra sarampión, paperas, rubéola y varicela). Los proveedores de atención médica
recomiendan que los niños reciban la vacuna contra el Sarampión-paperas-rubéola (triple vírica)
entre los 12 y los 15 meses de edad, y otra vez entre los 4 y los 6 años, antes del ingreso escolar.

La vacuna contra el Sarampión-paperas-rubéola (triple vírica) previene la rubéola y brinda


protección contra esta enfermedad de por vida. Recibir la vacuna puede evitar la rubéola durante
futuros embarazos.

Los bebés nacidos de mujeres que recibieron la vacuna o que ya son inmunes suelen estar
protegidos contra la rubéola por 6 a 8 meses después del nacimiento. Si un niño necesita
protección contra la rubéola antes de los 12 meses de edad, por ejemplo, por determinado viaje
al exterior, se le puede administrar la vacuna a partir de los 6 meses de edad. Sin embargo, los
niños vacunados de forma temprana igualmente deben vacunarse al cumplir las edades
recomendadas.
Administrar la vacuna contra el Sarampión-paperas-rubéola (triple vírica) como una
combinación de vacunas recomendadas puede evitar el retraso en la protección contra el
sarampión, las paperas y la rubéola, y con menos dosis. La vacuna combinada es igual de segura
y eficaz que las vacunas que se administran por separado.

2.6 CONTROL DE CRECIMIENTO Y DESARROLLO (CRED)

El Control de Crecimiento y Desarrollo (CRED) es el control de salud periódico por el que


todos los bebés y niños/as menores de cinco años de edad deben pasar. Estos controles son
realizados por las IPRESS (Instituciones prestadoras de servicios de salud) privadas y públicas.
Entre las públicas, se encuentran las del Ministerio de Salud y ESSALUD, que, de manera
gratuita y acorde a un cronograma establecido, brindan este servicio según la edad de los
niños/as.

Con estos controles, los padres, madres y/o cuidadores pueden hacer el seguimiento al
crecimiento y desarrollo de sus niños/as ya que les permite identificar en el momento,
situaciones de riesgo en ellos, por ejemplo, si se encuentra por debajo de la talla y el peso
esperados para su edad (Riesgo de desnutrición crónica o aguda). Además, el personal de salud,
puede detectar oportunamente enfermedades facilitando su diagnóstico y rápido tratamiento.
También permitirá evaluar aspectos del desarrollo del niño/a, es decir, que esté adquiriendo las
habilidades que le corresponden a su edad. A lo mencionado anteriormente, se suma que
permite al padre, madre y/o cuidador sentirse parte del cuidado de sus niños/as y así poder
acompañarlos en su desarrollo (ESSALUD, 2021)

En el CRED se realizan exámenes físicos como: Evaluaciones del estado nutricional, detección
de enfermedades prevalentes, problemas visuales, auditivos, de salud oral y signos de violencia
familiar o maltrato. También, los niños/as reciben las dosis de vacunas de acuerdo al
cronograma establecido los cuales les ayudarán a estar protegidos de enfermedades prevalentes
para su edad. Además, sus cuidadores reciben gratuitamente el suplemento de hierro para el
niño/a con la finalidad de prevenir la anemia.

¿Quiénes deben acudir al CRED?


Debe acudir todo niño/a desde que nacen hasta los 11 años de edad, sin embargo, los que deben
acudir con mayor frecuencia son los menores de 05 años, por ser la etapa de mayor cuidado e
importancia en su desarrollo.

¿Qué se hace exactamente en el control del crecimiento y desarrollo?

I. Se evalúa la salud de los bebés y niños /as (Examen Físico).


II. Se evalúa el peso y talla.
III. Se evalúan las habilidades de los bebés y niños/as.
IV. Se les vacuna según el cronograma.
V. Se entrega Suplementos de Hierro según edad (Gotas o jarabe).
VI. Se brinda consejería para el cuidado adecuado del niño.
VII. Se descartan enfermedades como la anemia y parasitosis.
VIII. Si se encuentra alguna alteración se realiza la interconsulta con el profesional
capacitado para poder resolver.

¿Con qué frecuencia se debe llevar al control de crecimiento y desarrollo al niño/a?

De acuerdo a la Norma Técnica N°137 de Salud se propone:

Recién Nacidos De 1 hasta 11 De 1 año a 1 año 11 Desde los 2 años a los


Edad
(0 a 28 días) meses. meses. 4 años 11 meses

A los 2, 7, 14 y 21 1 vez al mes (11 Cada 2 meses (6 Cada 3 meses (4


Frecuencia
días de nacidos controles al año) controles por año) controles por año)

PROCEDIMIENTOS DE ATENCION

Recepción

• Saludar con atención y calidez a la niña o niño, y a su madre o acompañante.

• Tomar el tiempo necesario para su evaluación.

• Respetar la forma de vestir y de expresarse de la madre o su acompañante. • Apertura y


revisión de la historia cínica de la niña o niño.

• Revisión y apertura de los registros de atención de salud de la niña o niño.


• Solicitar a la madre o acompañante el carné de la niña o niño.

b) Entrevista

Durante la entrevista se investiga los factores determinantes en la salud y nutrición de la niña y


niño, conocer la evolución de control a control, verificación de la vacunación actual, ambiente
familiar y brindar la consejería. No criticar las medidas de atención de salud que practica la
madre o acompañante de la niña y niño, se debe reforzar o reorientar. Debe existir tolerancia por
parte del personal de salud, en su forma de pensar.

c) Evalúa íntegramente a la niña y niño

Se realiza mediante las siguientes actividades

• Verifica signos de alarma en menores de 2 meses y de 2 meses a 4 años de edad y signos de


peligro.

• Examen físico. • Evaluación del crecimiento.

• Evaluación del desarrollo.

• Clasificación y diagnóstico del crecimiento y desarrollo.

• Administración de sulfato ferroso, vitamina A y vacunas, según esquema.

d) Registra

Registrar correctamente los datos y las actividades de la atención de la niña o niño: nombre y
apellidos, edad, nº de historia clínica, perímetro cefálico que debe ser medido en cada control,
antecedentes importantes personales, familiares, y de riesgo en los documentos respectivos
(ficha familiar, Historia clínica, carné Crecimiento y Desarrollo (CRED), formato HIS u otros
registros). 17 además anotar con lápiz en el carné de CRED y en el registro pertinente la
próxima cita de control de la niña y niño.

e) Consejería

• Orientar a la madre y/o padre o acompañante de la niña y niño para mejorar y/o fortalecer la
alimentación.

• Explicarle a la madre y/o padre o acompañante de la niña y niño el uso que debe darle al carné
de CRED.

• Orientación y consejos a la madre y/o padre o acompañante para una adecuada estimulación a
la niña y niño.
• Orientación y consejos a la madre y/o padre o acompañante para la prevención de accidentes
en el hogar.

• Informar a la madre y/o padre o acompañante de la niña y niño sobre medidas preventivas de
las enfermedades y problemas prevalentes de la niñez.

• Citar a la madre y niño para el siguiente control.

Bibliografía
Acuña, .. M. (2012). Revisión bibliográfica: Varicela . Revista Pediatría Electrónica, 9.

ESSALUD. (07 de ABRIL de 2021). FUNDACION BALTAZAR Y NICOLAS. Obtenido de


https://misprimerostres.org/categoria/cuidados-bebe/controles-crecimiento-
desarrollo-cred/

INS. (2023). INFORME TÉCNICO N° 024-2023-UIE-CNSP/INSSOBRE VIGILANCIA DE VIRUS


RESPIRATORIOS. LIMA: INSTITUTO NACIONAL DE SALUD.

Ñopo, P. C. (2020). Efectividad y Seguridad de la Vacuna. lima: INSTITUTO NACIONAL DE


SALUD.

OMS. (2021). Estrategia Mundial del Sector de la Salud contra las Hepatitis Víricas 2016-2021.
Ginebra, Suiza.

Savoy, M. L. (OCTUBRE de 2022). Obtenido de MANUAL DE LA MSD:


https://www.msdmanuals.com/es-pe/professional/enfermedades-infecciosas/
vacunaci%C3%B3n/vacuna-contra-el-papilomavirus-humano-hpv

Zegarra, M. T. (2009). Módulos Técnicos. LIMA: MINSA.

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