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Rafael Bautista S.
ISBN 978-987-693-947-8
© Rafael Bautista S.
rafaelcorso@yahoo.com
Impreso en Argentina
Printed in Argentina
Índice
Prólogo
¿Por qué fracasa el socialismo en el
largo siglo XX?
E
l propósito inicial de este libro fue respondernos a la pregunta:
¿por qué el socialismo fracasa en el siglo XX? Esta nueva versión,
de un trabajo anterior1, quiere subrayar ese propósito; porque la
promoción entusiasta del llamado “socialismo del siglo XXI”, no posee un
diagnóstico en regla del fracaso del socialismo pasado. Sólo escuchamos
y leemos argumentos que abogan por una “adaptación” teórico-práctica a
la situación promovida por el capitalismo tardío (lo cual recuerda la carta
de presentación del posmodernismo, situándonos en una “condición post-
moderna” que supuestamente habría dado fin a las “grandes narrativas”,
marxismo incluido); de modo que, al no haber una exposición crítica de
los límites, sobre todo teóricos, del “socialismo del siglo XX”, tampoco se
produce una nueva fundamentación del nuevo socialismo.
Esta falta de reflexividad crítica se acentúa cuando, como secuela
posmodernista, se asume un escenario post-marxista. El abandono de la
obra de Marx fue promovido por el posmodernismo, dejando a toda la
izquierda indefensa ante la argumentación que, desde Weber hasta Popper,
1 Bautista S., Rafael: Del mito del desarrollo al horizonte del “Suma Qamaña”, CBDDHH, 2012.
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10 Prólogo
2 A qué nos referimos cuando hablamos de ciencia, lo exponemos en la Introducción de este trabajo.
3 La obra de Hugo Zemelman nos sirve precisamente para advertir que no basta tener ante sí, una
teoría crítica, porque se puede hacer una recepción a-crítica hasta de una teoría crítica. Cfr. Zemel-
man, Hugo: Uso crítico de la teoría, IPN, México, 1987.
¿Por qué fracasa el socialismo en el largo siglo XX? 11
sino que promueve la abdicación. Por eso las oportunidades perdidas
son sucedidas por décadas de repliegue popular, ante nuevas y más
impetuosas arremetidas conservadoras. Por eso son fracasos históricos.
Entonces, ¿cómo se explica esta tragedia que envuelve la historia del
socialismo, sobre todo, en el siglo XX?
La adopción de un concepto de ciencia no es, como se cree, indiferente
al proyecto político que me propongo. Las apuestas políticas son siempre,
y de modo previo, apuestas que ya se dan epistemológicamente. Porque
aquello, además, viene determinado por el “marco categorial”4 que
presupongo (del cual no siempre soy consciente); éste define el tipo de
relación que establezco con la realidad, es decir, en tanto expresa una
perspectiva, define también la praxis que impulso, porque el tipo de
relación que establezco con la realidad, configura los márgenes de
factibilidad (lo que es posible y lo que no). Por eso la realidad no es nunca
una realidad a secas sino que está determinada por el “marco categorial”
que presupongo y, desde el cual, interpreto la realidad. La realidad se me
aparece con sentido desde cierta perspectiva; veo sólo lo que tiene sentido y
guarda correspondencia con esa perspectiva, por eso me permite inteligir
y pensar sólo aquello que destaca esa perspectiva.
La falta de reflexividad en torno a los “marcos categoriales”, por
parte del marxismo, denota la ausencia de reflexión dialéctica a la hora
de emprender el camino de la ciencia. Marx mismo subtitula a El Capital:
“crítica al sistema de categorías de la ciencia económica burguesa”. Con ello
está ya indicando un punto de partida: el concepto de ciencia que reivindica
es crítico, o sea, no es descriptivo. Por eso sostiene en la famosa tesis 11 sobre
Feuerbach que, hasta ahora, sólo se ha interpretado la realidad, cuando “de
lo que se trata es de transformarla”, o sea, de originar una nueva apertura de
posibilidad con la realidad, o sea, un nuevo concepto de praxis.
4 A diferencia de los “marcos teóricos”, que delimitan recortes cognitivos de la realidad, los “marcos cate-
goriales” configuran relaciones de sentido con la realidad; de modo que fundan el sentido de la praxis (o el
tipo de intervención en la realidad) que impulso. El sentido es lo que establece las condiciones de posibilidad
de la praxis, o sea, la factibilidad de un proyecto no es algo privativo o el apriori que impone lo dado (de los
“realistas”) sino que, también se enmarca en la apertura de objetividad de la perspectiva asumida. Cfr. Hinke-
lammert, Franz: Las armas ideológicas de la muerte, DEI, San José, Costa Rica, 1977; también: Zemelman,
Hugo: op. cit.