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PILOTO

PROFESIONAL

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Carollo, Christian
Piloto profesional : el camino para levantar vuelo / Christian Carollo. - 1a ed. - Ciudad
Autónoma de Buenos Aires : Fundación CICCUS, 2023.
144 p. ; 23 x 16 cm.

ISBN 978-987-693-939-3

1. Aviación Civil. I. Título.


CDD 629.1325212

© Ediciones CICCUS - 2023


Moreno 2640 (1094) CABA
ciccus@ciccus.org.ar
www.ciccus.org.ar

Diseño de tapa: Andrea Hamid


Corrección: Tomás Manoukian
Coordinación: Alejandra Teijido - Andrea Hamid
Diseño y producción editorial: Andrea Hamid

Hecho el depósito que marca la ley 11.723.


Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de este libro en
cualquier tipo de soporte o formato sin la autorización previa del editor.

Impreso en Argentina
Printed in Argentina

Ediciones CICCUS re- Ediciones CICCUS ha sido


cibió el Diploma de merecedora del recono-
Honor Suramericano cimiento Embajada de
que otorga la Fundación Paz, en el marco del Pro-
Democracia desde su yecto-Campaña “Desper-
Programa “Formación en Valores en tando Conciencia de Paz”, auspiciado
el Mercosur y la Unasur”. por la Organización de las Naciones
Círculo de Legisladores, Unidas para la Ciencia y la Cultura
Honorable Congreso de la Nación. (UNESCO).

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PILOTO
PROFESIONAL
El camino para levantar vuelo

CHRISTIAN CAROLLO

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A todos aquellos pilotos que me formaron y tuvieron la paciencia
de aclarar mis dudas.

A los grandes maestros, aunque fueron pocos.

A aquellos que me maltrataron,


ya que a través de mi enojo lograron sacar mi mejor versión.

A las dificultades en un país áspero, por haberme convertido en un


obsesivo que solo buscó lograr lo imposible:
convertirse en un piloto profesional.

A la sensación de “nunca llegar” que me permitió seguir intentándolo.


Al fondo de un túnel oscuro, siempre hubo una pequeña luz, apenas
perceptible.

A todos aquellos héroes de la aviación que entregaron sus vidas


y abrieron el camino para esta nueva generación.

A la fábrica Embraer por haber construido un avión como el ERJ190,


un jet comercial con todas las letras.

A mi segundo instructor, que ya no está entre nosotros, por permitirme


ver la aviación de un modo jocoso, irónico, y permitirme relajar un poco
en esos inicios de mucha tensión.

Al ingeniero Augusto De Santis por aceptar el reto de escribirme el


prólogo y captar la esencia de este libro,
fundamentalmente emocional y motivador.

A mi familia, que siempre estuvo y está para alentarme y escucharme.


Una mención especial a mi abuelo “Lolo” (Q. E. P. D.) por haberme
acompañado al Aeropuerto de Don Torcuato una vez y, a pesar de no
haberse animado a subir a mi lado, me esperó,
me tomó fotografías y me regaló un día inolvidable
de aviación y de amor total.

A todos ustedes, fanáticos de la aviación, que reviven mi pasión cada día


y ayudan a sentirme vivo a través de la lectura de mis textos.
Gracias por permitirme soñar en convertirme en el próximo De Saint
Exupéry o, al menos, en un referente de la aviación en la Argentina.

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ÍNDICE

Prólogo, por Augusto de Santis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9


Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Capítulo 1. La pasión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Capítulo 2. El primer vuelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Capítulo 3. La institución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Capítulo 4. La aeronave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Capítulo 5. Horas vacías vs. Horas de calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Capítulo 6. Instructor de vuelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Capítulo 7. El piloto y esas dudas recurrentes de los pasajeros . . . . . 45
Capítulo 8. ¿Cómo enseñar? ¿Qué transmitir? ¿Cuánto exigir? . . . . . 51
Capítulo 9. El apto médico: consejos para una entrevista
psicológica exitosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Capítulo 10. La importancia del idioma inglés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Capítulo 11. Simulador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Capítulo 12. Mi primer vuelo en un jet comercial . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Capítulo 13. El libro de vuelo y la valija del piloto . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Capítulo 14. Avión más grande: ¿Piloto más grande? . . . . . . . . . . . . 83
Capítulo 15. Conciencia situacional: ¿se entrena? . . . . . . . . . . . . . . . 89
Capítulo 16. El uniforme . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Capítulo 17. Tecnología y aviación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
Capítulo 18. Vuelo en zona de montaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Capítulo 19. La instrucción en aula hoy y veinticinco años atrás . . . 109
Capítulo 20. La atención distributiva y el barrido visual . . . . . . . . . . 113
Capítulo 21. Cambio de máquina / Ascenso a comandante . . . . . . . . 119
Capítulo 22. Otros actores importantes de la aviación . . . . . . . . . . . . 123
Capítulo 23. La falsa sensación de haber llegado /
Parábola: La vida del piloto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
Capítulo 24. ¿Cómo sigue la carrera del piloto? . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
Bonus track . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141

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PRÓLOGO
Por Augusto de Santis

Finales de los setenta y principios de los ochenta, la avenida Rafael


Obligado musicalizada por el glamoroso estruendo del empuje de des-
pegue de aquellos aviones que corrían casi en paralelo para alcanzar el
cielo. Una situación mágica para un niño que inconscientemente lleva-
ba adentro la vocación.
Una magia que quizás solo yo trataba de comprender, con la lógica
limitación de ni siquiera haber alcanzado la edad para hablar con cla-
ridad. En el balbuceo de mi momento místico, cada vez que pasaba por
allí repetía una y otra vez “alustral”; obviamente, mi madre no entendía
qué es lo que decía. Ya en mi adolescencia, ella recordaba que el “alus-
tral” lo acompañaba con la clásica actitud de la ñata contra el vidrio…
nunca para el lado del río, siempre para la pista. Al verme repetir esa
incansable secuencia, comprendió que la fascinación provenía de allí:
Aeroparque. Vinculando el ruido, el lugar y la situación, se dilucidó el
enigma: mi “alustral” era un pedido desesperado para detenernos en la
reja a ver los despegues de los Bac 1-11 de Austral.
Crecí en una familia vinculada a la aviación. En mi niñez más tem-
prana, pasé gran parte del tiempo en un hangar donde el juego con mi
abuelo consistía en darme bulones y que, sin verlos, pudiera identificar
su medida. Una adolescencia intrascendente y acelerada por el anhelo
de llegar… Visto retrospectivamente, ese anhelo fue el motor para sor-
tear las dificultades que tuvo esa etapa de mi vida.
Prólogo. Augusto de Santis

Hoy, con varias décadas de trabajo en la aviación, entiendo que todo


tuvo su tiempo, espacio y posibilidad. Nunca por azar; siempre con es-
fuerzo, vocación y dedicación. Mi anhelo de “alustral” me llevó a pa-
sar por la Fuerza Aérea Argentina, por distintas universidades, por la
ex-JIAAC (hoy Junta de Seguridad en el Transporte, JST), y a los 36
años llegué a ser Director Nacional de Investigaciones.

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Todo es muy racional y secuencial; sin embargo, también hay un
componente que no puedo explicar aún: la fascinación por los Bac 1-11;
mi primer contacto con un accidente de aviación, el LV-WEG de Fray
Bentos; mi primer curso en fábrica, allá por el 2000, con los Boeing 717
(última versión de los McDonnell Douglas DC-9/MD-80), e infinidad
de coincidencias con Learjet. Todos estos son aviones con motores en
el fuselaje trasero. El vínculo con “alustral” quizás lo arrastro hasta hoy,
cuando me encuentro con el honor de la invitación del autor a escribir
estas líneas… ¿Será coincidencia que su carrera como piloto de línea
aérea haya comenzado en “alustral”?
Traspasar la frontera física que vemos en la mítica reja de Aeropar-
que puede no ser tan inalcanzable como se ve, o como los pesimistas
quieren verla. Hay algo que distingue a estas profesiones del resto y
es la profunda vocación, la pasión, y algo más que no podría definir.
Mejor dicho, esa condición, cualidad o actitud indefinida se resume en
una situación: desde las máximas autoridades, pasando por todas las
especialidades y las actividades de la aviación… todos, absolutamente
todos, cuando estamos en una plataforma y vemos un despegue, gira-
mos y alzamos la cabeza (con disimulo) para verlo. Todos tenemos viva
esa ilusión de “alustral”. Si la sentís, la tenés y la vivís, ¡perseguila!
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Introducción

Este libro está dirigido a todos aquellos pilotos que intentan hacer del
vuelo su trabajo, que buscan incesantemente ser mejores y no saben
hacia qué dirección ir, o están perdidos, sin brújula ni GPS.
Los amantes de la aviación, llenos de dudas e inquietudes respecto
al vuelo y su seguridad, encontrarán en estas páginas un bálsamo de
tranquilidad y respuestas a su interminable cantidad de preguntas. Es-
pecialmente, aquellas y aquellos jóvenes que aún no se deciden, aunque
sueñan con convertirse en pilotos de profesión.
Para todos ellos, esta guía puede transformarse en la bisagra que los
haga definir y abrazar definitivamente el camino de ese término que
tanto los desvela: ser pilotos. Potencia, empuje, pistón, turbohélice,
jet… estas palabras serán moneda corriente en sus vidas. Los libros téc-
nicos son muy importantes, pero también es sumamente valiosa la con-
vicción de hacer lo que realmente los motiva y enamora: volar un avión.
Lo más difícil siempre son los comienzos. Como el avión al que le
fluye el vuelo, a mí me aparecen las palabras, dedicadas a los aficio-
nados de la aviación que estén llenos de dudas y teman quedarse en el
camino o, peor aún, nunca empezar.
Lo primero que quiero decirles es que aún están a tiempo. Es nece-
sario que derribemos ese tabú de la edad. Escuché demasiadas veces
tonterías como “tenés 25, tenés 30, ya sos grande”. Eso era antes, mu-
chos años atrás, cuando los pilotos se formaban a corta edad y copaban
el mercado aéreo. A los 30, ya se era viejo. Por suerte, ese modelo dis-
funcional quedó atrás.
Con 27 años, recién ingresaba en las aulas del curso de piloto comercial.
Había empezado seis años antes con el vuelo, pero mi ritmo era tan lento
que, aún después de ese tiempo, seguía siendo piloto privado de avión, y to-
Introducción

davía no tenía idea sobre el vuelo instrumental, definitivo en la vida laboral


de un piloto. A lo largo de mi carrera (veintiocho años aeronáuticos, hasta el
momento), recibí innumerables veces esa pregunta: ¿soy grande ya?

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Siempre me encargué de dar coraje y alentar a todos esos alumnos
desesperanzados por no poder sumar horas como querían o que to-
davía no habían empezado. Espero haber motivado a varios con mis
palabras y haberlos ayudado a salir de esa soga colgada en el precipicio
y sin red. Siempre hace falta tener la convicción, las ganas de intentar-
lo. También son valiosas las palabras justas de quien ha transitado ese
camino y tuvo alguna vez las mismas dudas.
Una palabra hay que sentir para tener garantizado el éxito en su
totalidad: pasión. Sí, puede parecer una mera palabra, pero no lo es. La
pasión lo es todo, y hacia ella debemos dirigirnos.
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