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El “manual” de la empresa YPF para manipular la opinión pública e instalar una falsa “licencia
social” a favor de la exploración petrolera offshore, fue presentado a la justicia federal en el marco
del amparo ambiental impulsado por varias organizacones. Cuestionan que una empresa pública se
proponga confundir el debate y “ridiculizar” a quienes cuestionan. El juez a cargo de la causa pidió
a YPF precisiones sobre ese “manual”.
Américo Schvartzman
El manual comienza reconociendo que el plan offshore carece de licencia social. Y presenta un plan
de comunicación que apunta a tres ejes: debilitar el rechazo, construir aprobación y redirigir el
reclamo. Todo ello con malas artes –como lo definimos en nota anterior– descriptas en el manual
con impronta maquiavélica: no importan los medios (que incluyen acusaciones insólitas de
“terrorismo ambiental” o la instalación de un falso discurso nacionalista) si el fin está justificado.
Ahora ese manual forma parte de la causa iniciada por nueve organizaciones ambientales que
impulsaron un amparo ambiental contra YPF en la justicia federal marplatense. La causa lleva el
número FMP 000105/2022, y está caratulada: Greenpeace Argentina y otros contra el Estado
Nacional de la República Argentina y otros s/Amparo Ambiental”. Actualmente se encuentra en la
Cámara Federal de Apelaciones Secretaría Civil, de la ciudad de Mar del Plata. Los abogados
Colombo, Viale y Vergez entendieron que el manual –como síntesis de la decisión institucional de
YPF de intervenir de manera maliciosa en la discusión pública– constituye un hecho “de extrema
gravedad” y debía ser incluido en la causa dada su “gravedad institucional”.
Advierten además que se convierte en algo que, al “desinformar (o mal informar) y ridiculizar los
reclamos” pone en peligro a quienes actían como “defensores ambientales, y la ciudadanía en
general, al generar maniobras que los dejan en situación de vulnerabilidad”. Y señalan que esas
acciones de manipulación chocan con numerosas cláusulas legales, entre ellas el derecho a la
información ambiental consagrado en la Constitución, la Ley de Acceso a la Información Pública
Ambiental, la Ley General del Ambiente 25.675, y el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la
Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales para
América Latina y el Caribe, conocido como Acuerdo de Escazú y ratificado por la ley 27.566.
PERFIL dialogó con Rafael Colombo, uno de los letrados que auspician la presentación judicial.
¿En qué estado se encuentra el amparo y en qué medida puede incidir en ella el “manual”
destinado a manipular la opinion publica?
La causa está hoy en dos frentes jurisdiccionales. Con respecto a la medida cautelar que plantea la
suspensión de la exploración sísmica del proyecto impulsado por Equinor en asociación con YPF y
Shell, existen dos recursos pendientes de resolución, ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación,
donde exigimos el mantenimiento de la cautelar, que ya nos fue otorgada favorablemente en tres
ocasiones tanto en primera como en segunda instancia. Ante la presentación que hicimos respecto
de la filtración del documento, el juez Santiago Martin requirió a YPF que indique con claridad si
fue elaborado por la empresa, si se encuentra anexado a algún expediente administrativo o lo que
estime pertinente”. El juez funda su resolución en la legislación sobre acceso a la información
pública ambiental que referimos en el escrito y advierte también sobre la posible vulneración del
artículo 9 del Acuerdo de Escazú, por encontrarse comprometidos los derechos humanos de
defensores/as ambientales, afirmando que debe tenerse presente el escrito que presentamos donde
expusimos la filtración “para el momento del dictado de la sentencia definitiva”.