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Pedagogías Innovadoras - Introducción al Aprendizaje por Experiencias

El aprendizaje por experiencias y muchas estrategias pedagógicas que forman parte de este tipo
de aprendizaje, están entre las pedagogías innovadoras más en boga. En este caso, hablamos de
pedagogías innovadoras en el contexto del aprendizaje por experiencias, no porque sea una
nueva idea; sino porque son pedagogías que aun ahora, siguen siendo progresistas, alternativas,
poco comunes. De hecho el concepto del aprendizaje por experiencias surgió hace más de un
siglo. Sin embargo, el tiempo ha pasado, y aunque estas ideas se desarrollaron hace muchas
décadas, la educación estándar se ha mantenido tradicionalista. Este tipo de pedagogías sigue en
el margen, con poca absorción en los sistemas de educación a nivel mundial. Esto es a pesar de la
acumulada evidencia sobre su efectividad, resultando en comprensión mejor, más profunda, y
más duradera.

Raíces Históricas y Teóricas


Las raíces teóricas del aprendizaje por experiencias están en la filosofía de John Dewey, quien a
finales del siglo XIX señalaba que el aprendizaje sucedía naturalmente para los seres humanos
por medio de experiencias, que los niños aprenden haciendo, y que la educación debía facilitar
experiencias educativas para que podamos aprender de ellas. John Dewey explicaba que por
medio de la reflexión logramos aprender de las experiencias. John Dewey es conocido por la
educación pragmática y su preocupación por la democratización de la educación. Su filosofía
evitaba diferenciar entre la teoría y la práctica, conocimiento y acción, y defendía que las ideas
sirven en función de su aplicación como instrumentos para la vida. Aplicando esto a la
educación, la concedió como un proceso social e interactivo para el desarrollo de la capacidad de
resolver problemas y el alcance del potencial de cada persona al servicio de la sociedad, por
medio de la exploración del significado de las experiencias conectándola con experiencias y
conocimiento previo.

Además, a Dewey le debemos la clave pedagógica más importante para el aprendizaje por
experiencias: la importancia de la reflexión. El también nos deJaba claro, desde ese entonces,
que el aprendizaje depende de que reflexionemos. Decía: “Nosotros no aprendemos de la
experiencia; aprendemos de reflexionar sobre nuestras experiencias”. Es en la reflexión como el
link entre la experiencia y el aprendizaje en donde debemos enfocarnos los docentes
constructivistas. Dewey (1933) definía el pensamiento reflexivo como “la consideración activa,
persistente, y cuidadosa de cualquier creencia o supuesto conocimiento a la luz de las bases en
las que se apoya y las conclusiones a las que nos lleva”.

Dewey veía la vida y la educación como dos cosas integradas y no aparte. Decía: “La educación
no es la preparación para la vida, la educación es la vida misma”. Dewey se enfocaba en que el
aprendizaje no debería ser memorístico sino que era un proceso natural de los seres humanos que
los docentes podíamos facilitar guiándolos en experiencias de aprendizaje. Decía: “Denle a los
pupilos algo que hacer, no algo que aprender; y si se trata de un hacer que requiere pensar, el
aprendizaje ocurrirá naturalmente”. De esta manera, aunque fue el primer promotor del popular
“aprender haciendo”, nos indicaba, desde un principio, que no se trata de cualquier actividad que
llevara al aprendizaje, sino que debe ser una actividad muy particular, que requiera pensar,
descubrir, resolver un problema, etc. Indicaba ya en sus tiempos que el rol del docente no debía
ser frente al salon repartiendo migajas de conocimiento, sino entre sus estudiantes como
facilitador de procesos de descubrimiento.

En la misma linea que Dewey, al considerar la educación un proceso social e interactivo, desde
principios del siglo XX el psicólogo ruso Lev Vygotsky enfatizó que los seres humanos
aprendemos en contextos socioculturales, es decir que la relación personal entre docente y
estudiante es de suma importancia en el proceso. Basándose en la filosofía de Baruch Spinoza en
el siglo XVII, Vygotsky prestaba especial atención a los procesos emocionales relacionados al
aprendizaje. También nos dejó la teoría de desarrollo próximo con la cual aprendimos a presentar
a nuestros estudiantes retos cercanos a su habilidad actual, tanto en lo cognitivo como en lo
emocional. Su raíz en el aspecto social de los procesos educativos presentados por Vygotsky, es
el concepto de que la zona de desarrollo próximo es el espacio entre lo que un estudiante puede
hacer solo y lo que puede hacer con ayuda de alguien con mayores habilidades relevantes.

Durante las mismas décadas de principios del siglo XX, el psicólogo suizo Jean Piaget elaboró su
teoría sobre las etapas de desarrollo cognitivo de los niños, y estudió los procesos por medio de
los cuales, los niños integran nuevas experiencias a sus conocimientos existentes. Frente a una
nueva experiencia que no comprendemos, los seres humanos expandimos nuestros mapas
mentales, agregando el nuevo concepto que explique lo observado.

Jean Piaget dedicó gran parte de su vida a observar, entrevistar y hacer experimentos con miles
de niños para desarrollar teorías de cómo aprendemos. Las evidencias que recolectó señalaban
que los niños no absorben el conocimiento de otros, sino que lo construyen activamente a través
de sus interacciones cotidianas con personas y objetos en el mundo. Su teoría del aprendizaje es
el constructivismo. Está basada en el proceso cognitivo que conocemos como esquemas. Este
proceso es fácil de observar en los niños pequeños cuando están empezando a hablar. Por
ejemplo, si un niño pequeño tiene un perro en su casa y ha aprendido la palabra (y por lo tanto el
concepto) “perro”, lo más probable es que la primera vez en su vida que vea un gato, lo señala
con su dedito y diga “perro”. De esta manera está asimilando una nueva experiencia en el
mundo, a su mapa mental, en el cual tiene una cajita para el concepto “perro” en la que este ser
que acaba de encontrar (peludo, con cuatro patas, amistoso, peque;o, etc.) parece embonar muy
bien. A estas “cajitas” en nuestro mapa mental, les llamamos “esquemas”. Esto es lo que
llamamos la etapa de asimilación. El ni;o asimila la nueva experiencia a su mapa mental
existente, sin modificarlo.
Sin embargo, el adulto que acompaña al niño, lo observa se;alar y balbucear “perro”,
probablemente sonría y lo corrija explicándole que, en realidad, es un gato. Probablemente, el
niño no entienda la diferencia inmediatamente, pero después de observar repetidas veces mas
perros y gatos, irán notando las diferencias: las uñas, las orejas, el comportamiento, la cola, etc.
Poco a poco, construye, una cajita, o esquema, nuevo que dice “gato” y es un concepto
relacionado, pero diferente al del perro. En el momento en el que el niño crea un esquema nuevo,
pasa a la etapa de acomodación, en el que la experiencia ha modificado su mapa mental. Es
decir, en vez de asimilar la nueva experiencia a sus esquemas existentes, ha acomodado su mapa
mental generando un nuevo esquema para el nuevo concepto de “gato”. Ese es el proceso
cognitivo por el que construimos nuevo conocimiento a partir de las experiencias.

También en el siglo XX, en Italia, la pediatra María Montessori creó métodos de enseñanza con
materiales diseñados especialmente para facilitar el aprendizaje de los niños al interactuar con
ellos. Es uno de los métodos que más acogida han tenido en el mundo, y cuenta con dos
entidades que certifican a los centros educativos en su uso: La Asociación Internacional Maria
Montessori y la Sociedad Montessori Americana. El método junta a niños de diversas edades en
los mismos salones y les permite opciones de actividades de entre las cuales escoger para
enfocarse en ellas por períodos extensivos ininterrumpidos. Es constructivista desde su enfoque
en que los estudiantes aprenden trabajando con los materiales en vez de recibiendo instrucción de
los docentes. Los niños están en un ambiente ajustando a su tamaño para permitirles
independencia.

Otras corrientes de la época con raíces constructivistas que han tenido influencia a nivel global,
incluyen la educación Waldorf, creada por el filósofo austriaco Rudolf Steiner, con gran énfasis
en las artes, visuales y escénicas. Se enfoca en la cultivación de la creatividad y la imaginación,
así como las habilidades socioemocionales y la responsabilidad social. La enseñanza también
incluye actividades prácticas como la artesanía, la cocina, y la jardinería; además del
multiculturalismo y multilingüismo. Utiliza la evaluación primordialmente cualitativa;
permitiendo, además, flexibilidad para que los estudiantes avancen a su propio ritmo. Lo anterior
es facilitado debido a que un mismo docente suele acompañar a un grupo de estudiantes por
varios años.

También ha tenido mucho impacto la educación Reggio Emilia, del pedagogo italiano Loris
Malaguzzi, que pone particular énfasis en el ambiente educativo. Algunos de sus principios
centrales son la comunidad, cultivando la responsabilidad y respeto en los estudiantes, y
facilitando experiencias de aprendizaje y de expresión. Su eje principal son los ambientes de
aprendizaje, considerando el ambiente como otro docente, y poniendo especial énfasis en la
arquitectura de los espacios escolares que se integran a sus alrededores, y la disponibilidad de
equipo y materiales variados. Los salones incluyen espacios con materiales accesibles y estéticos
para la creatividad artística, así como espacios para trabajo en grupos, y suelen conectarse a un
espacio teatrico común. Pone énfasis en las relaciones entre los estudiantes, con sus docentes, y
con los materiales que utilizan para aprender y expresarse; dando considerable independencia a
los estudiantes, permitiéndoles errores, y reconociéndonos como seres sociales constructores
activos de su conocimiento en vez de receptores de la instrucción del docente. Las escuelas
Reggio Emilia también involucran muy activamente a los padres, y los docentes permanecen con
un mismo grupo de estudiantes por varios años. Los estudiantes trabajan en grupos, muchas
veces incluyendo varias edades y habilidades, en proyectos a largo plazo que pueden emerger de
los intereses de los estudiantes, los docentes y/o los padres, y que requieran de habilidades de
creativas y de resolución de problemas. Los docentes están preparados para improvisar según el
comportamiento e intereses de los estudiantes, y confían en su capacidad de guiarlos en las
experiencias de aprendizaje.

En la segunda mitad del siglo XX, el filósofo brasileño, Paulo Freire, desarrolló la educación
popular y trabajo en la alfabetización de adultos, enfocándose en gran parte en las teorías de
Dewey. Freire llamó praxis al ciclo de acción y reflexión, en el que aprendemos de los que
hacemos y aplicamos ese aprendizaje a la próxima acción. Es reconocido principalmente por su
libro “Pedagogía del Oprimido” (1970), uno de los textos fundamentales de la pedagogía crítica,
en el que critica el “modelo educativo bancario” que trata a los estudiantes como alcancías vacías
que llenar de conocimiento. Reconociendo que la educación prepara a los estudiantes a formar
parte conforme de una sociedad particular, la identifica siempre como un acto político, y critica
el hecho de que históricamente mucho de ese conocimiento de relleno favorece a aquellos
privilegiados. Defiende que, en cambio, la educación tiene el potencial de ser liberadora para
aquellos desaventajados. Este objetivo se puede llevar a cabo, con una educación que cultiva la
conciencia sobre la inequidad y el descubrimiento que por medio de la educación pueden
aprender como transformar su situación y el mundo.

A su vez, el psicólogo estadounidense Jerome Bruner nos dio el concepto de que los docentes
provean “andamiaje” para apoyar a los estudiantes en su construcción del conocimiento, del
proceso de comprensión cognitiva que va de lo concreto a lo pictórico y finalmente a lo
abstracto, del currículum en espiral que repasa y va complejizando, y del aprender descubriendo
(discovery learning). Fue uno de los pioneros de la psicología cognitiva con el libro “Un estudio
del pensamiento” (1956). Bruner también abogaba que el aprendizaje es mejor si es motivado
por interés personal, en vez de por pruebas o castigos. En su libro “El Proceso de la Educación”
(1960) abogo que no debía enfocarse en la memorización, sino en la comprensión. Uniendo las
teorías de Piaget y Vygotsky, defendió la corriente social-constructivista en la educación,
basándose en la manera en la que los humanos aprender a hablar. En “La Cultura de la
Educación” (1996), Bruner hizo uso de la creciente psicología cultural, entendiendo al ser
humano como un ser que solo llega a serlo por medio de su participación en una cultura que lo
rodea, para discutir posibilidades educativas en muchas áreas que todavía nos preocupan.

Métodos contemporáneos
Más recientemente, Seymour Papert, fundador del MIT Media Lab, inició la pedagogía del
construccionismo que pone un énfasis en que los estudiantes aprenden mejor cuando pueden
construir cosas tangibles, descubriendo, resolviendo problemas, y completando proyectos
guiados por docentes facilitadores. En su libro, “Lifelong Kindergarten”, Mitch Resnik (2017),
quien trabajó con Seymour Papert en MIT, explica:
“Seymour desarrolló las bases intelectuales para el aprendizaje a través de la
creación, junto con tecnologías y estrategias convincentes para apoyarlo. A Seymour le
encantaba el aprendizaje en todas sus dimensiones: entenderlo, apoyarlo, practicarlo.
Después de obtener un doctorado en matemáticas en la Universidad de Cambridge en
1959, Seymour se mudó a Ginebra, Suiza para trabajar con el gran psicólogo suizo Jean
Piaget. [Unos años después], se mudó a Cambridge, Massachusetts, para trabajar en el
MIT. Al hacerlo, Seymour se movía del epicentro de una revolución en el desarrollo
infantil al epicentro de una revolución en la tecnología informática—y pasó las siguientes
décadas haciendo conexiones entre las dos revoluciones.
Seymour pronto emergió como líder en una batalla intelectual sobre cómo
introducir las computadoras en la educación. La mayoría de los investigadores y
educadores adoptaron un enfoque de instrucción asistida por computadora, en el que las
computadoras desempeñarían el papel de los docentes: entregar información e instrucción
a los estudiantes, realizar pruebas para medir lo que los estudiantes habían aprendido, y
luego adaptar la instrucción en el futuro en función de las respuestas de los alumnos a las
preguntas del cuestionario. Seymour tuvo una visión radicalmente diferente. Para
Seymour, las computadoras no serían un reemplazo del profesor, sino un nuevo medio de
expresión, una nueva herramienta para hacer cosas.
El enfoque de Seymour se basó en lo que había aprendido de Piaget, al ver a los
niños como constructores activos, no receptores pasivos, del conocimiento. Seymour fue
un paso más allá, argumentando que los niños construyen el conocimiento de manera más
efectiva cuando participan activamente en la construcción de cosas en el mundo—es
decir, cuando son creadores de cosas. Seymour llamó a su enfoque construccionismo,
porque reúne dos tipos de construcción: los niños, al construir cosas en el mundo,
construyen también nuevas ideas en sus cabezas, lo que los lleva a construir nuevas cosas
en el mundo, y así sucesivamente, en una espiral de aprendizaje interminable”

Para Seymour Papert, esa espiral de aprendizaje debe centrarse en las ‘ideas poderosas’
de los mismos estudiantes, ya que ellas los motivan. Hoy en dia, el construccionismo de Papert,
el aprendizaje creativo, están ahora empezando a ganar fuerza una vez más, como lo demuestra
el surgimiento del Movimiento Maker. De hecho, Paper tambien creo un lenguaje y software de
programación Logo Writer, que entre las décadas de los 70s a los 90s le permitía a niños al
rededor del mundo crear con computadoras. Logo Writer, a su vez, inspiró en Mitch Resnick el
ahora popular programa Scratch con el que los niños aprender a programar, completando y
compartiendo sus proyectos digitales.
En las últimas décadas, una variedad de métodos se han popularizado a partir del aprendizaje por
experiencias. Algunos acercamientos relacionados incluyen el aprender haciendo, el aprender
jugando, el aprendizaje basado en temas, y el aprendizaje activo. Tres métodos populares que
basan sus procesos en al aprendizaje por experiencias son” el aprendizaje basado en problemas,
el basado en proyectos, y el basado en indagación. Todos reemplazan el énfasis en la enseñanza
por el énfasis en el aprendizaje guiado, cada uno con experiencias particulares.

En el aprendizaje basado en problemas o retos, los estudiantes buscan una solución a un


problema real. Se utiliza frecuentemente en las facultades de medicina e ingeniería. Requiere la
presentación a los estudiantes de problemas complejos, con objetivos claros y posibilidades
abiertas, pero también restricciones claras. Por ejemplo encontrar una manera de que la escuela
sea accesible a un compañero en sill de rueda con un presupuesto limitado, o encontrar una
solución al problema de los ratones en el granero del abuelo que no involucre matarlos. En el
aprendizaje basado en proyectos, los estudiantes se plantean un objetivo y llevan a cabo un
proyecto para alcanzarlo. Frecuentemente se trata de un producto tangible, como una casa del
árbol, pero también podría ser una obra de teatro. En el aprendizaje por indagación los
estudiantes se plantean una pregunta para la cual llevan a cabo una investigación para ir
construyendo la respuesta. Se utiliza con frecuencia en la enseñanza de las ciencias naturales y
las ciencias sociales, donde los estudiantes tienen la posibilidad de hacer investigaciones
originales y seguir el método científico para hallar las respuestas a sus preguntas, por ejemplo
descubrir si la levadura en polvo está viva con una serie de experimentos que vayan indicando si
se alimenta, si crece, y si muere.

En los tres casos el problema, proyecto o pregunta deben ser complejos y abiertos. Es decir
puede haber más de una posible respuesta, producto o solución correcta, o diferente maneras de
llegar a ellos. Por lo general requieren días semanas, o meses para terminarlos. Involucran el
desarrollo de habilidades y/o el aprendizaje de conceptos de diferentes áreas temáticas o
materias, es decir, son interdisciplinarios. Y, como en la vida real, frecuentemente hay suficiente
trabajo para poder repartirlo entre varias personas, lo que permite el desarrollo de habilidades
socioemocionales y de trabajo en equipo. Todos estos métodos tienen en común que los
estudiantes aprenden con procesos involucrados, y no simplemente recibiendo la instrucción del
docente. Además, el aprendizaje basado en problemas proyecto o indagación, aplica el
constructivismo, facilitando experiencias y reflexión que permiten a los estudiantes construir sus
propios aprendizajes.

Todas estas, en resumen, son pedagogías basadas en la filosofía del aprendizaje por experiencias
iniciada por John Dewey. Estas pedagogías se cimentan en la teoría psicológica constructivista,
con la que Jean Piaget explica cómo funciona el proceso de aprendizaje humano. De esta
manera, las observaciones y experimentos de psicología cognitiva y de desarrollo de Piaget,
explican los procesos de aprendizaje por experiencias defendidos por John Dewey, y proveen
una base científica para las pedagogías constructivistas desarrolladas en alineamiento con la
comprensión de estos procesos.

Referencias y Bibliografía

Abelson, Hal; Goodman, Nat; Rudolph, Lee (December 1974). "Logo Manual". Artificial
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September 11, 2016. Retrieved August 28, 2016.

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https://www.forbes.com/sites/michaeltnietzel/2019/10/29/new-strong-evidence-for-problem-
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Rodgers, C. (2002). Defining reflection: Another look at John Dewey and reflective thinking.
Teachers college record, 104(4), 842-866.

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