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SALA DE CASACIÓN CIVIL


Exp. 2010-000573
 
Magistrado Ponente: CARLOS OBERTO VÉLEZ
 

         En el juicio por prescripción adquisitiva intentado ante el Juzgado


Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas por la
ciudadana  JOSEFINA TOLEDO DE TOVAR , representada judicialmente
por los abogados en ejercicio de su profesión Jorge Bazó Targa, Antonio
Brando, Carlos Luís Petit, Irving Laurel, Miguel Ángel Galíndez, Mario
Brando, Federica Alcalá y Luís Rodolfo Herrera contra la
ciudadana  MARÍA DE LOURDES MATA HEUER , patrocinada
judicialmente por los profesionales del derecho Rene Plaz Bruzual, Oswaldo
Anzola Pérez, Enrique Alfonso, Francisco Javier Utrera, Elvira Dupouy,
Ignacio Hellmund, Eduardo Michelena, Pedro Uriola, Santos Michelena y
Luís Ortiz Álvarez; el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de la misma Circunscripción Judicial, conociendo en
reenvío, en fecha 14 de julio de 2010, profirió decisión mediante la cual
declaró sin lugar el recurso procesal de apelación interpuesto por la
demandada contra la sentencia proferida en fecha 31 de marzo de 2008   por
el Juzgado a quo, que declaró con lugar la demanda y, por vía de
consecuencia, confirmó la decisión apelada y condenó a la   demandada  al
pago de las costas procesales.
Contra el precitado fallo, la demandada anunció recurso de casación,
el cual fue admitido y formalizado. Hubo impugnación, réplica y
contrarréplica.

Concluida la sustanciación del recurso de casación,  la Sala  pasa a

dictar su máxima decisión procesal bajo la ponencia del Magistrado que

con tal carácter la suscribe , lo cual hace previas las siguientes

consideraciones:

DENUNCIAS POR DEFECTO DE ACTIVIDAD


I

Con fundamento en el ordinal 1º) del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil, se denuncia la infracción de los artículos 15, 206, 208,
211 y 691  eiusdem, sin señalarse cual es el error o motivo de casación en
que se fundamenta la delación.

La recurrente alega:
“…No aparece de los autos que junto con ese libelo se
hubiese consignado el informe del Registrador con la
Certificación exigida en la parte final del artículo 691 del
Código de Procedimiento Civil, pues, aunque en diligencia al
folio 4 se dice que la acompañan, lo cierto es que no se
encuentra allí.
(…Omissis…)
Es, pues, indispensable, siguiendo esa doctrina en condición
de presupuesto de admisibilidad de una demanda por
prescripción adquisitiva, la presentación con el libelo del
recaudo en referencia, en razón de lo cual no debió ocurrir en
modo alguno la admisión mencionada, y el sentenciador de la
recurrida  estaba en la obligación de corregir el vicio,
reponiendo la causa al estado de admisión, lo cual omitió.
Por otra parte, tampoco con la posterior reforma de la
demanda, se produjo la imprescindible presentación en copia
certificada del documento de propiedad de la parte
demandada, del “título respectivo” , pues lo que aparece a los
folios 81 a 90, es una reproducción fotostática simple. Ello,
se insiste, en relación con requisitos formales esenciales del
procedimiento, no subsanables ni aun con el consentimiento
de las partes, pues el mencionado  artículo 691 exige
taxativamente al demandante presentar el recaudo en copia
certificada.
Por consiguiente, infringió la recurrida las normas
denunciadas en tanto en cuanto no advirtió la falta radical
constituida por la citada irregular admisión de la demanda y
no corrigió el vicio en referencia, en la forma indicada…”
(Resaltado, subrayado y cursivas del texto transcrito).
 

Acusa la formalizante, sin señalar cual es el vicio de forma  en el cual


incurrió, que la recurrida infringió el artículo 691, con base a que, en su
decir, la demanda no debió ser admitida, por cuanto la accionante no
acompañó a la misma ni a su reforma, la documentación requerida para la
admisibilidad de una de la especie por lo que el ad quem ha debido corregir
el vicio, ordenando la reposición de la causa.

Para decidir, la Sala observa:

La denuncia que se informa en este capítulo, resulta confusa por


cuanto, aun cuando se alega que: “…no debió ocurrir en modo alguno la
admisión mencionada, y el sentenciador de la recurrida estaba en la
obligación de corregir el vicio, reponiendo la causa al estado de admisión,
lo cual omitió…”    no entiende esta Máxima Jurisdicción Civil, si lo
pretendido por la recurrente fue denunciar una reposición preterida o una
incongruencia negativa, ya que no explica si solicitó en alguna oportunidad
del iter del proceso la reposición de la causa por haber ocurrido una
subversión procesal, o si habiendo realizado la petición en informes ante el
superior, este no proveyó sobre tal solicitud.

Ahora bien, el artículo 691 del Código de Procedimiento Civil, prevé:


“La demanda deberá proponerse contra todas aquellas
personas que aparezcan en la respectiva Oficina de Registro
como propietarias o titulares de cualquier derecho real sobre
el inmueble. Con la demanda deberá presentarse una
certificación del Registrador en la cual conste el nombre,
apellido y domicilio de tales personas, y copia certificada del
título respectivo”

De la lectura realizada a la norma transcrita advierte la Sala que, ella


establece obligaciones para quien pretenda incoar una demanda por
prescripción adquisitiva, señalando que el incumplimiento de alguna de
ellas conlleve a inadmitirla vale decir, la norma no le señala a los jueces
acatamiento de algún precepto por el que deban, ante la ausencia de alguno
de los requisitos por ella indicados, declarar inadmisible la demanda  in
limine litis.

Por otra parte, resulta pertinente acotar que, revisadas las actas
procesales, encuentra esta Máxima Jurisdicción Civil que a los folios
setenta y cinco (75) y setenta y seis (76) de la pieza No. 1 del expediente,
cursa un documento de fecha 13 de septiembre de 1996 emanado de la
Oficina Subalterna del Tercer Circuito de Registro del Distrito Sucre del
estado Miranda que contiene la Certificación de Gravámenes
correspondiente al inmueble controvertido y en el que se señala como
propietaria del mismo a la demandada de autos, María de Lourdes Mata
Heder; asimismo a los folios setenta y siete (77) al ochenta y cinco (85) de
la misma pieza corre documento de partición amigable de herencia, en el
que se le adjudica a la demandada el referido bien.   Constatación que,
fulmina la afirmación hecha por la formalizante ya que, las instrumentales
revisadas y consignadas en autos por la demandante, llenan lo requerido por
la norma denunciada para incoar la demanda de prescripción adquisitiva.

En el sub iudice , observa esta Sala de Casación Civil que, aun cuando
invoca la infracción del artículo 15 del Código de Procedimiento Civil, la
formalizante no expresó de que forma le fue menoscabado su derecho a la
defensa, ya que lo que presuntamente arguye es la falta de presentación de
la copia certificada del documento que demuestre la propiedad del inmueble
objeto del juicio, hecho que ha quedado demostrado en las actas procesales,
ya por declaración de la propia demandada, ya por documentos cursantes en
actas. Igualmente, se advierte que la recurrente no realiza fundamentación
alguna que apoye su acusación, sólo señala los artículos que pretende
violados por la alzada.

De manera que al no estar debida y suficientemente fundamentada la


delación bajo análisis, no le corresponde a esta Sala escudriñar cual fue la
intención de la formalizante al exponerla; de igual forma se advierte que en
ningún otro acto del iter procesal, entiéndase contestación de la demanda e
informes ante ambas instancias jurisdiccionales, la recurrente acusó el
presunto vicio que hoy alega ante esta sede de casación, hecho del que
debió haberse percatado al inicio del juicio.

Con base a las consideraciones precedentemente expuestas, dada la


sucinta fundamentación de la presente denuncia y evidenciado que no se
produjo la infracción de los artículos 15, 206, 208 y 211 del Código de
Procedimiento Civil, se declara improcedente la delación analizada. Así se
decide.

II

Con fundamento en el ordinal 1°) del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil, la recurrente denuncia la infracción de los artículos
206, 208, 231 y 692 eiusdem por quebrantamiento de formas esenciales del
proceso, lo que hace con las siguientes alegaciones:
“…En efecto, por auto de fecha 13-10-04 cursante al folio
428, se ordenó la publicación del edicto ordenado en el
artículo 692 citado, cuyas publicaciones fueron consignadas
en autos en actuación del 15-12-04 (folio 467) y cursan en
número de trece (13) a los folios del 468 al 480, ambos
inclusive, respecto de las cuales concurren dos circunstancias
que afectan de nulidad lo así actuado.
En efecto, el caso es que aparecen consignados sólo trece
ejemplares de periódicos (folios 468 al 480), esto es, 13
publicaciones del edicto, mientras que para cumplir con la
prescripción del artículo 231 citado –dos veces por semana
durante sesenta días- tendrían que haberse publicado y
consignado 16 ejemplares de los diarios respectivos. Al
respecto, la recurrida se limita a reseñar en forma genérica,
que en autos consta diligencia de fecha 15-12-04 donde  “…la
parte accionante consignó los edictos librados…”.
(…Omissis…)
De acuerdo con lo expuesto, concluyo señalando que en
atención a las citadas irregularidades relacionadas con el
edicto, el sentenciador de las recurridas incumplió con la
obligación de  corregirlas según las previsiones de los
artículos 206 y 208 del Código de Procedimiento Civil, con
lo cual su fallo resulta afectado de nulidad.  (Cursivas del
texto transcrito).
 

Acusa la formalizante que la demandante no cumplió con el


requerimiento de la publicación de los edictos que ordena, en los casos de
juicios como el de la especie, el artículo 692 del Código de Procedimiento
Civil, ya que, según la demandada, sólo se publicaron trece (13) y debieron
publicarse diez y seis (16).

Para decidir, la Sala observa:

La recurrente alega que fueron incumplidos aspectos importantes del


proceso, tal y como lo es la publicación de los edictos cuyo fin es el de
permitir a aquellos terceros que pudieran tener algún interés sobre el
inmueble controvertido, tomar conocimiento sobre el litigio y que ello
infringe los artículos 692 y 231 del Código de Procedimiento Civil y que al
estar presentes las referidas irregularidades el ad quem debió corregirlas y
al no hacerlo infringió los artículo 206 y 208 eiusdem.

Ahora bien, la Sala realizó una detenida revisión de las actas


procesales y pudo evidenciar que a los folios 217 a 230 y 254 a 260 de la
primera pieza del expediente, cursan ejemplares de los diarios Últimas
Noticias y El Universal contentivos de los referidos edictos y a mayor
abundamiento y en razón de las alegaciones de la formalizante, fueron
consignadas con el escrito de contrarréplica cuatro (4) copias   de las
publicaciones de los edictos en cuestión, certificadas por la ciudadana
Carmen Cecilia Sulbarán, en su carácter de Directora de la Colección de
Publicaciones Seriadas del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de
Servicios de Bibliotecas. Esta constatación conlleva a esta Máxima
Jurisdicción Civil a determinar que resulta incierta la afirmación hecha por
la recurrente.

Aunado a lo antes expuesto, se advierte que en el escrito de réplica la


formalizante pretende complementar su delación argumentando que existen
otras irregularidades en las publicaciones en comentario, dichos que no
pueden ser apreciados por esta Sala en razón de haber sido expuestos
extemporáneamente, vale decir, vencido el lapso útil para la formalización.
Distinto hubiese sido si esa acusación se hubiere planteado en el escrito de
formalización o en una ampliación pero durante los cuarenta días que la ley
otorga para que se realicen las dichas alegaciones.

Asimismo, debe esta Máxima Jurisdicción Civil destacar que la


recurrente no realiza una satisfactoria fundamentación que permita a los
Magistrados integrantes de esta Sala entender el sentido y alcance de la
denuncia, pues de ninguna manera explica como y porqué afirma que la
alzada infringió las normas acusadas como violadas.

Con base a los razonamientos precedentes, que demuestran que no se


produjo la infracción de los artículos 206, 208, 231 y 692 del Código de
Procedimiento Civil, la Sala declara improcedente la presente denuncia.

III

Con fundamento en el ordinal 1°) del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil, se denuncia la infracción de los artículos 12 y 243
ordinal 5°)  eiusdem por incongruencia.

Para apoyar su delación la recurrente alega:


“…En efecto, la recurrida establece como cuestión en
definitiva de primer orden o relevancia respecto del
dispositivo final en que declara adquirida por prescripción la
propiedad del inmueble a que e refiere lo siguiente:
(…Omissis…)
Sin embargo, es el caso que ese planteamiento de haberse
consumado la prescripción frente a la causante de la
demanda, Luisa Heuer de Dominici, no aparece expuesto
como tal en el libelo de la demanda, de modo que al
establecer su procedencia de la forma incluida en los párrafos
transcritos, se apartó el sentenciador de lo alegado en la
oportunidad hábil para ello y devino en incongruente
respecto de los planteamientos de la demanda, no ajustándose
con ello a lo alegado y probado en los autos y supliendo
argumentos de hecho a la parte actora, infringiendo con ellos
los artículos 12 y 243, ordinal 5°, denunciados.
 

Acusa la recurrente que la demandante no realizó en su demanda el


planteamiento referente a que se habría consumado la prescripción
adquisitiva contra la ciudadana Luisa Heuer de Dominici, madre de la actual
propietaria del inmueble en litigio y, sin embargo, el  ad quem así lo
declaró, apartándose con esa conducta, de lo alegado y probado en autos.

Para decidir, la Sala observa:

La alzada en su sentencia expresó:


“…Así, se puede concluir que el objeto de dicha excepción es
proteger aquellas personas a quienes no se le puede imputar
en modo alguno dicha negligencia para dar lugar a la
declaratoria de la prescripción adquisitiva en su contra, por
cuanto no son capaces de defender sus derechos por sí
mismas.
De tal manera, quien aquí decide debe verificar si en el caso
objeto de análisis se encuentran llenos los requisitos de
procedencia con respecto a la excepción alegada,
desprendiéndose de autos, que es un hecho admitido por las
partes la existencia de la deficiencia en cuanto a la capacidad
de la parte demandada, es decir, la existencia de una
deficiencia mental que produjo la interdicción de la
ciudadana MARÍA DE LOURDES MATA HEUR, lo que se
desprende de los fallos ya valorados por la esta alzada,
proferidos por los Juzgado Primero de Primera Instancia en
lo Civil del Distrito Federal y de la Corte Superior en lo
Civil y Mercantil del Distrito Federal, en fechas 21 de julio y
1 de octubre de 1947, respectivamente, por lo que debe
este ad quem   analizar si efectivamente el tiempo que alega
la actora haber tenido la posesión legítima del inmueble de
marras, se produjo antes de que la entredicha demanda pasara
a ser la propietaria del referido inmueble, o si en su defecto,
la suspensión de dicho lapso de prescripción, incide en la
determinación de la ocurrencia de la prescripción pretendida.
En este sentido, se desprende de autos que la actora a los
fines de probar sus asertos, aportó al proceso diversos
medios de prueba, entre los cuales tenemos: a) Recibos de
pago de servicios públicos de aseo urbano, gas, teléfono,
electricidad y agua, prestados al inmueble mucha veces
descrito,; b) Prueba de informes emanados de la C.A.
ELECTRICIDAD DE CARACAS, HIDROCAPITAL y
CANTV; c) Título supletorio evacuado en fecha 6 de
noviembre de 1995, por ante el Juzgado Tercero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de caracas,
d) Testimoniales de los ciudadanos GUSTAVO LEÓN,
JORGE BAZO, GABRIEL AROCHA y JORGE IGNACIO
BAPTISTA ZULUOGA, ya analizados por este Tribunal y
conteste en os siguientes hechos: i) Que conocen de vista,
trato y comunicación   a la parte actora desde hace más de
treinta (30) años. ii) Que la actora y su familia residen en el
inmueble en discusión. iii) Que han poseído de forma
pacífica, pública e ininterrumpida desde hace más de treinta
(30) años, un inmueble constituido por una parcela de terreno
distinguida con el N° 22, situada en la manzana “F” de la Av.
Principal de la Urbanización la castellana, Parte Alta,
Distrito Sucre del Estado Miranda, (hoy Municipio Chacao).
iv) Que con dinero de su propio peculio, la actora construyó
una vivienda sobre el inmueble de marras, casa N° 84. E)
Inspección judicial evacuada por el Tribunal de la causa en el
inmueble ya descrito, donde se dejo constancia de las
características del inmueble y de las personas que habitan e
el mismo, medios de pruebas que fueron valorados por este
sentenciador y que le llevan a la convicción de que la parte
actora se encuentra en posesión del inmueble objeto de la
presente por más de veinte (20) años, que es el tiempo
necesario para usucapir.  Así se declara.
Fijado lo anterior, esta alzada pasa a considerar el alegato
esgrimido por la parte demandada, en lo atinente al momento
en que la demanda entredicha pasó a ser propietaria del
inmueble objeto del presente proceso, a los fines de
determinar el tiempo que tiene la parte actora poseyendo el
inmueble legítimamente.
En este sentido, la representación judicial de la parte
demandada alegó que la decisión recurrida no se encuentre
ajustada a derecho por cuanto estimo que la demandada
ostenta el carácter de propietaria del inmueble desde el 4 de
noviembre de 1993, fecha en que quedó protocolizado el
acuerdo de participación por ante la Oficina Subalterna del
Tercer Circuito de Registro del Distrito Sucre del estado,
bajo el N° 26, Tomo 8, Protocolo Primero, aduciendo que tal
derecho no fue adquirido por su patrocinada al momento de
la participación amistosa de la ciudadana LUISA HEUER de
DOMINICI, sino desde el momento en que ocurrió el
fallecimiento de su causante, es decir, desde la muerte del
de cujus y no desde el momento en que se protocoliza la
participación de la herencia, lo que determina que la
demandada es propietaria del inmueble desde el día 2 de abril
de 1988, fecha de fallecimiento de la ciudadana LUISA
HEUER de DOMINICI.
(…Omissis…)
si bien es cierto que la sucesión se abre con la muerte del
de cujus, no lo es menos que la adquisición de los bienes
objeto de dicha sucesión ingresan al patrimonio de los
herederos con posterioridad, en la especie se evidencia que la
adquisición de la propiedad del bien inmueble objeto del
presente litigio se produjo cuando se materializó la partición
amistosa celebrada entre los herederos de la causante LUISA
HEUER DE DOMINICI, presentada por ante el Juzgado
Tercero de Primera Instancia de Familia y Menores de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
autenticada en fecha 21 de junio de 1993 por ante la Notaria
Pública Trigésima Segunda de Caracas.
(…Omissis…)
Por lo que se puede concluir que desde el año 1953 hasta el 4
de noviembre de 1993, momento en que la ciudadana MARIA
DE LOURDES MATA HEUER, adquirió la propiedad del
inmueble había transcurrido con creces más de los veinte (20
años) exigidos, en el artículo 1.977 del Código Civil para que
se produzca la prescripción adquisitiva de un inmueble, el
cual operó contra la causante ciudadana LUISA HEUER de
DOMINICI, quien era la titular del derecho de propiedad
para el momento en que la ciudadana JOSEFINA TOLEDO de
TOVAR, tenía mas de veinte (20) años ejerciendo la posesión
legítima del referido inmueble, siendo que para el momento
en que la ciudadana MARIA DE LOURDES MATA HEUER
adquirió el inmueble objeto de la controversia, ya se habían
dado los supuestos fácticos para que se produjera la
declaratoria de prescripción adquisitiva que aquí se analiza,
razón por la cual, este sentenciador determina que por
encontrarse llenos tales requisitos, resulta forzoso declarar
improcedente la excepción alegada por la representación
judicial de la parte demandada consagrada en el artículo
1.965 del Código Civil, Así se decide.
Por último, debe resaltar quien aquí decide que la actora
alegó durante la secuela procesal de este proceso que
instauró su pretensión contra la ciudadana MARIA DE
LOURDES MATA HEUER, por ser ésta quien aparecía como
propietaria en la certificación de gravamen allegada al
proceso con el escrito de reforma de demanda, pese a que la
misma había sido declarada entredicha desde el año 1947,
conforme a sentencias proferidas por el Juzgado Primero de
Primera Instancia en lo Civil del Distrito Federal y de la
Corte Superior en lo Civil y Mercantil del Distrito Federal,
en fechas 21 y 1 de octubre de 1947, valoradas
oportunamente.
(…Omissis…)
Al hilo del criterio anterior asentado por nuestro Máximo
Tribunal, es evidente que la demanda fue correctamente
interpuesta contra la persona que aparecía como propietaria
del inmueble cuya prescripción o usucapión se pretende, en
este caso, contra la ciudadana MARIA DE LOURDES MATA
HEUER, ya que como se expresó precedentemente, el lapso
correspondiente a la prescripción corrió contra la causante de
la demandada, por lo que la suspensión de dicho lapso
conforme a lo establecido en el artículo 1.965 del Código
Civil como quedó explanado resulta inaplicable, Así se
declara. Igualmente, se desprende de autos que la parte
demandada señaló que a la parte actora no le era aplicable la
previsión contenida en el artículo 1.966 eiusdem, que es del
tenor siguiente:
(…Omissis…)
Al respecto, comparte esta alzada el criterio esgrimido por el
a quo en lo atinente a que la parte demandada incurrió en una
confesión espontánea conforme lo dispone el artículo 1.401
del Código Civil, y en lo que respecta a los elementos
facticos relacionados con la existencia del inmueble y a la
ocupación o posesión del mismo, al expresar en su informe
presentado en primera instancia (f. 398) lo siguiente:…”
 

Ahora bien, los artículos 12 y 243 ordinal 5°) del Código de


Procedimiento Civil, ordenan a los jueces a decidir conforme a lo alegado y
probado en autos por los litigantes. En un proceso donde la pretensión del
demandante sea la prescripción adquisitiva sobre un inmueble, debe el juez,
siempre acatando los preceptos señalados  supra, ahondar en el elemento
tiempo de ejercicio de la posesión por parte el demandante, ya que ese es el
factor determinante para que se acuerde la procedencia de la prescripción
adquisitiva.

En el caso bajo decisión, encuentra la Sala que, efectivamente, lo


controvertido es si realmente la accionante ha ocupado el bien objeto del
litigio durante el tiempo suficiente (20 años) para acceder al derecho a
accionar y usucapir el mismo, vale decir, que lo discutido no es quien es el
propietario del inmueble, sino si la demandante tiene o no aptitud para
proponer esa demanda.

De lo trascrito del texto de la recurrida se advierte, que se accionó


peticionando la prescripción adquisitiva sobre el inmueble determinado en
la demanda, para lo que se aportaron las pruebas que se consideraron
pertinentes, sobre las que el jurisdicente del conocimiento jerárquico
vertical realizó su análisis, concluyendo que, efectivamente, la demandante
demostró que ha permanecido por más de veinte (20) años ejerciendo la
posesión sobre el inmueble en comentario que, en opinión del ad quem, es
el hecho relevante para acordar lo peticionado, no así quien pudiera detentar
la propiedad del bien en controversia durante el transcurso de ese tiempo y,
por vía de consecuencia, estimó procedente acordar lo solicitado.

Como conclusión de lo expresado, la Sala determina que la alzada


decidió conforme a lo consignado en autos, ya que de ninguna manera
suplió argumentos a la accionante ya que se ajustó a lo demandado y
resolvió, habiendo evidenciado que así sucedió, que el tiempo necesario
para prescribir había transcurrido y, por ende, así lo declaró.

Por todo lo expuesto debe establecer esta Sala que no se produjo la


infracción de los artículos 12 y 243 ordinal 5°) denunciados y en tal razón
se declara improcedente la denuncia. Así se decide.

IV
Con apoyo en el ordinal 1°) del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil se denuncia la infracción de los artículos 12 y 243
ordinal 5°) eiusdem por no emitirse la decisión conforme a lo alegado y
probado en autos. Como fundamento de sus alegaciones la formalizante
acusa:
“…El sentenciador de la recurrida, en un claro caso de
incongruencia positiva, tergiversa los términos de la litis de
modo que introduce en ellos un elemento determinante para
la decisión de con lugar la demanda, consistente en su
categoría afirmación     de que las partes están “contestes ” en
que la demandante ejercicio sobre el inmueble de autos una
ocupación con clasificación de “posesión legítima ”.
(…Omissis…)
En consecuencia, visto el señalado defecto formal de la
recurrida, solicito se declare con lugar la presente denuncia,
con los pronunciamientos pertinentes…”

Acusa la formalizante que la alzada incurre en incongruencia positiva


ya que tergiversó los términos de la litis, estableciendo que la accionada
habría aceptado que la demandante ejerció la posesión legítima sobre el
inmueble al haber confesado este hecho en la contestación de la demanda y
en los informes.

Ahora bien, estima la Sala pertinente   transcribir la parte que


corresponda de la recurrida en la que se resuelve sobre el punto:
“…Al respecto, comparte esta alzada el criterio esgrimido
por el a quo en lo atinente a que la parte demandada incurrió
en una confesión espontánea conforme lo dispone el artículo
1.401 del Código Civil, y en lo que respecta a los elementos
fácticos relacionados con la existencia del inmueble y la
ocupación o posesión del mismo, al expresar en su informe
presentado en primera instancia (f,398) lo siguiente: …”

Esto fue lo dicho por la recurrida y que interpretó de lo expresado por


la demandada en la oportunidad de dar contestación a la demanda, cuando
manifestó:
“…En el momento de dar contestación al fondo de la
demanda, nuestros argumentos no estuvieron en ningún
momento a desvirtuar elementos fácticos como la existencia
del inmueble, el hecho de su ocupación por parte de la
demandante o el hecho de hubiere obrado de buena fe o de
que hubiere pagado o no los servicios inherentes a la
ocupación del inmueble. En realidad ciudadano Juez, tal
como puede constatar de los autos, se trata de un juicio muy
peculiar, aún considerando los peculiares que suelen ser los
juicios sobre usucapión, pues se trata de que los elementos
que impiden que ésta ocurra son, esencialmente, elementos
de objetivos basados en excepciones legales. En efecto, no se
trata de decidir si la demandante efectivamente ocupó o no el
inmueble, ya que tales hechos nunca los controvertimos, por
lo que el despliegue probatorio efectuado es francamente
inoficioso, si no que se trata de determinar la veracidad de la
excepción invocada en la defensa…”.

La formalizante endilga a la recurrida haber establecido


categóricamente que la accionada habría reconocido que la demandante
ejercía la posesión legítima sobre el inmueble objeto del juicio. Esto es
incierto y así ha quedado evidenciado de los párrafos trascritos, ya que lo
que determinó el ad quem, confirmando lo aseverado por el  a quo, fue la
confesión de la demandada en cuanto a la existencia del inmueble y que el
mismo estaba en posesión de la demandante.

Con base a los razonamientos que preceden y evidenciado que no


incurrió la alzada en la incongruencia acusada y por ende no se produjo la
infracción de los artículos 12 y 243 ordinal 5°) del Código de
Procedimiento Civil, se declara improcedente la presente denuncia. Así se
establece.

DENUNCIAS POR INFRACCIÓN DE LEY

Con fundamento en el ordinal 2°) del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil en concordancia con el artículo 320 eiusdem se
denuncia la infracción de los artículos 507 y 509  ibidem  por silencio de
pruebas.

Para apoyar su delación la recurrente alega:


“…Es el caso que ese Título Supletorio, que cursa al folio
51, en su solicitud suscrita por la demandante y asistida de
abogado, se expresa sobre la “Parcela de Terreno N° 22”, que
es el inmueble cuya posesión legítima se alega y respecto de
la que pretende usucapión, lo siguiente:
“La Parcela de Terreno N° 22 de la Manzana letra “F”, se
encuentra comprendida dentro de los linderos y medidas
siguientes:
NORTE: En CINCUENTA METROS (50Mts) de extensión con
la parcela N° 23 de la Manzana Letra “F”; SUR: En En
CINCUENTA METROS (50Mts) de extensión con la parcela
N° 21 de la Manzana Letra “F”, perteneciente al vendedor
…(omissis)… y por el OESTE: En veinte metros (20Mts) de
extensión con la Avenida Mohedano.”
Pero puede observarse que sobre ese contenido absolutamente
nada expone la recurrida, siendo el caso que se trata de
expresiones de muy relevante importancia en cuanto
contradicen seriamente las afirmaciones de la recurrida en el
sentido de que el inmueble al que se contrae la acción y
sobre el que se declara la adquisión por prescripción, tiene
unas medidas completamente distintas y da su frente, por el
lindero Oeste, a la Avenida Mohedano; lo cual implica,
necesariamente, que no se trata de un mismo y único
inmueble.
Al silenciar de ese modo el indicado contenido de la prueba,
no aplica el sentenciador las reglas de la sana crítica ni la
juzga adecuadamente como imponen al respecto los artículos
507 y 509 denunciados, en un aspecto determinante para los
dispositivos finales del fallo, por cuanto de haberlos
analizados y juzgado aplicando como debió esas normas, en
relación con las restantes pruebas y razonamientos que
expone, tendría que haberse pronunciado sobre ellas en su
conjunto, en su concordancia y convergencia entre sí,
tomando en cuenta esa insalvable contradicción, que afecta
nada menos que la cuestión central del asunto y a las
probanzas que apoyan las conclusiones finales….”.
 

Para decidir, la Sala observa:


Delata la recurrente un presunto silencio de prueba en que incurrió la
alzada, pero de la lectura del texto de la denuncia no le es posible a la Sala
discernir porqué y como se produjo la infracción, ya que sólo expresa el
texto señalado que el juez superior del conocimiento no expuso  “…nada la
recurrida, siendo el caso que se trata de expresiones de muy relevante
importancia en cuanto contradicen seriamente las afirmaciones de la
recurrida en el sentido de que el inmueble a que se contrae la acción y
sobre el que se declara la adquisición por prescripción, tiene unas medidas
completamente distintas…” 

De una detenida lectura de la delación cuyo texto integro la Sala


estimó pertinente transcribir, resulta evidente la deficiencia manifiesta en la
conformación del documento en comentario. En este sentido, esta Máxima
Jurisdicción Civil, no obstante la consideración que ha venido imponiendo
como parte de la doctrina flexibilista apegada a los nuevos presupuestos de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, contenidos en
sus artículos 26 y 257, no puede extremar sus deberes para proceder a
revisar los escritos elaborados en forma confusa.

En este orden de ideas advierte la Sala que el recurrente al delatar la


supuesta falta de aplicación del artículo 509 del Código de Procedimiento
Civil, lo hace en concordancia con el artículo 320 del citado Código, no
determina en cuál de las infracciones contenidas en el referido artículo
habría incurrido el sentenciador, situación ésta que al no verificarse en el
asunto bajo análisis, dado que el recurrente no lo estableció en su delación,
impide a la Sala realizar el estudio de la denuncia, ya que no es de su
competencia inferir la intención del recurrente.

No habiendo demostrado el formalizante de que manera se produjo el


silencio de pruebas que acusa, en que consiste la contradicción en la que
acusa incurre la recurrida sobre  el título supletorio, en conclusión al no
haber explicado, satisfactoriamente, el sentido de su delación, concluye la
Sala que la presente denuncia debe desecharse por falta de fundamentación.
Así se decide.

II

Con apoyo en el ordinal 2°) del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil se denuncia la errónea interpretación del artículo
937 eiusdem y la falsa aplicación del artículo 1.359 del Código Civil, lo que
se argumenta de la siguiente manera:
“…En efecto, dentro de su acápite sobre pruebas de la "LA
PARTE ACTORA", la recurrida expresa:
(…Omissis…)
Sobre lo cual insiste mas adelante al referirlo entre los
elementos de convicción en que sustenta el fallo.
De .ese modo, aun cuando menciona al respecto el artículo
937 del Código de Procedimiento Civil y puesto que no tiene
éste aplicabilidad alguna relativa a la cuestión probatoria, lo
que hace en realidad la recurrida es otorgar indebidamente al
titulo supletorio mencionado la plena fe que conforme al
dispositivo del artículo 1.359 del Código Civil, corresponde
al instrumento publico o auténtico, con lo cual incurre en
falsa aplicación del mismo.
Abundando en esto, agregamos: dado que en este aspecto la
sentencia solo menciona la presencia en autos, promovido por
la parte actora, de un “titulo supletorio declarado por el
juzgado…”; y puesto que sabemos que tal clase de títulos no
son otra cosa que unas actuaciones escritas donde se vierten
declaraciones de testigos ante un tribunal y que éste entrega
al solicitante (936 y 937 CPC), lo que la recurrida aprecia en
los términos mencionados es el instrumento/documento en
que constan aquellas, esto es, se trata de pretender apreciar el
sentenciador una "prueba escrita" y otorgarle el valor que las
normas probatorias acuerdan a esa clase de pruebas.
(…Omissis…)
Cuando la recurrida dice apreciar como prueba el titulo
supletorio mencionado y lo cita entre los recaudos que
establece como relevantes a los fines de comprobar los
alegatos de la actora, todo ello con base en el articulo 937
del Código de Procedimiento Civil, interpreta erróneamente
el contenido y alcances de esa norma, en cuanto entiende y
establece equivocadamente que tal título tiene  per se, como
recaudo escrito, la aptitud probatoria en juicio
contradictorio, que la ley otorga a los instrumentos públicos,
auténticos o legalmente reconocidos…” (Cursivas del texto
transcrito).
 

Delata la recurrente que el ad quem otorgó, indebidamente, fuerza y


valor de plena prueba que poseen los documentos públicos o auténticos,
conforme al dispositivo del artículo 1.359 del Código Civil.

La recurrida en su parte pertinente y para apreciar el título supletorio


consignado en el juicio, expresó:
“…Título supletorio original expedido por el Juzgado
Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Transito de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, en fecha 6 de noviembre de 1995,
con respecto objeto de la presente discusión judicial, emitido
a favor de la actora, el cual constituye al ser adminiculado
con el resto del material probatorio aportado al proceso,
especialmente la prueba testimonial, inspección judicial
evacuada y la prueba de información ex articulo 433 Código
de Procedimiento Civil, una presunción desvirtuable
conforme al artículo 1.399 del Código Civil, respecto a la
posesión que aduce la actora, quien construyo unas
bienhechurías sobre el inmueble objeto de la pretensión y
evacuado dicho justificativo a favor de la accionante
conforme a lo previsto en el articulo 937 del Código de
Procedimiento Civil, quedando a salvo los derechos de
terceros, declarando a los ciudadanos Antonio Poleo y Pedro
Lorca, que conocían a la ciudadana Josefina Toledo de Tovar
desde hace muchos años, quien ha venido ocupando y
poseyendo desde el año 1.953 las parcelas Nos. 21 y 22,
situadas en la manzana "F", de la Av. Principal de La
Castellana (Parte Alta), realizando movimientos de tierra,
instalaciones eléctricas y tuberías de aguas negras y blancas,
construyendo con dinero de su propio peculio una casa con
taller y garaje identificada con el No. 84, la cual le sirve de
vivienda (f. 51 al 58), Así se declara.
 

Para decidir, la Sala observa:

La errónea interpretación se produce en los casos en los que el juez


escoge acertadamente la norma a cuyo contenido se adapta la situación de
hecho, pero al interpretarla hace deducir de ella consecuencias que la misma
no prevé.

En el sub iudice , lo impugnado es la manera como el ad quem apreció


el título supletorio consignado en autos y el que sirvió, entre otras pruebas,
de apoyo a la decisión favorable a la demandante. Ahora bien, el juez
superior del conocimiento jerárquico vertical al analizar las probanzas
consignadas a los autos, tal como se constata en el trascrito realizado  supra,
expresó que el título supletorio se había  “…evacuado dicho justificativo a
favor de la accionante conforme a lo previsto en el artículo 937 del Código
de Procedimiento Civil, quedando a salvo los derechos de terceros…” , en
consecuencia, no entiende la Sala que con esta manifestación la Alzada haya
hecho derivar de la norma denunciada como infringida, consecuencias que
ella no prevé.

La formalizante alega la infracción por falsa aplicación del artículo


1.359 del Código Civil sin que, realmente, haya realizado una debida
fundamentación sobre de que manera se incurrió en la referida violación;
pero de la lectura realizada por la Sala sobre la recurrida no es posible
establecer como cierta la delación de la recurrente ya que, de ninguna
manera, la forma en que el ad quem apreció la referida probanza no otorgó
tal cualidad al referido título supletorio.

Con base a las precedentes consideraciones que han evidenciado que


no fueron infringidos por la recurrida, los artículos 937 del Código de
Procedimiento Civil y 1.359 del Código Civil, esta Máxima Jurisdicción
Civil declara improcedente la denuncia analizada. Así se decide.

III

Con fundamento en el ordinal 2°) del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil se denuncia la infracción, por errónea interpretación,
de los artículos 1.965 y 1.966 del Código Civil, con la siguiente
argumentación:
“…En criterio de la recurrida, la excepción contemplada en
el ordinal 1° del articulo 1.965 del Código Civil, en el
sentido de que no corre la prescripción contra quienes, como
la demandada, se encuentran en estado de interdicción, no es
aplicable en el caso de autos, pues tal estado carece de
relevancia en razón de que la prescripción alegada se habría
consumado en contra de su causante.
También para la recurrida, resultan inaplicables en el caso,
por la misma razón, las consecuencias que implica la norma
del artículo 1.966 del Código Civil, en el sentido de que, en
cuanto a la prescripción adquisitiva de 29 años, solamente
quedan fuera de la citada excepción, vale decir, no tiene
efectos esta frente a ellos, quienes califiquen como "tercer
poseedor del inmueble o de un derecho real sobre el
inmueble” cuales no se cuenta la actora.
Ahora bien, sostenemos en contra de esos criterios, que las
normas en referencia tienen aplicación absoluta, pues tienen
de suyo un carácter eminentemente excepcional y restrictivo,
habida cuenta del fin de protección al incapacitado que
persiguen.
Como se indicaba por nuestra parte ante las instancias, estas
normas, por tratarse de la regulación de supuestos de hecho
de carácter excepcional que, según se den en la vida real
implican la desaplicación de la norma general que permite
adquirir por prescripción, no son extensibles a supuestos
como el de autos, en el cual, no se trata por definición ni de
un tercer poseedor ni del titular de un derecho real sobre el
inmueble, quienes si podrían acogerse a la exclusión de
efectos que autoriza el citado articulo 1.966, sino de alguien
que se pretende poseedor legitimo y quien, en consecuencia,
no puede sustraerse alas consecuencias de la excepción
contemplada en el ordinal 1° del articulo 1.965. Todo ello en
virtud de lo que el legislador ha considerado oportuno decidir
en materia de los conflictos de intereses involucrados en este
tipo de situaciones, cuya decisión no es posible que sea
soslayada por el intérprete.
 

Acusa la recurrente que la alzada erró en la interpretación de los


artículos señalados en razón de que, en su decir, consideró que no era
aplicable al caso la excepción referente a que el lapso de prescripción no
podría haberse consumado en contra de la demandada.

La recurrida en sobre el asunto de la excepción en referencia y que


fuera opuesta, estableció:
“…Ahora bien, se observa que la norma in comento consagra
dos supuestos, para la no aplicación de las causales de
impedimento para que se consume la prescripción ex artículo
1965, empero, las mismas no operan en el sub lite por cuanto
el lapso necesario para que la prescripción adquisitiva del
inmueble objeto de este debate judicial, se produjo contra la
ciudadana LUISA HEUER de DOMINICI, causante de la hoy
demandada ciudadana MARÍA DE LOURDES MATA
HEUER, es decir, se produjo antes de la adquisición por
parte de la demandada entredicha del mencionado inmueble,
amén de que quien suscribe este considera que dentro del
tercero poseedor a que se refiere, dicha norma se encuentra
justamente el poseedor legítimo, por lo que dicha defensa no
resulta aplicable al caso de marras, por lo que la posesión de
la parte actora no se encuentra viciada por equivocidad, como
fue alegado por la representación judicial de la parte
demandada, lo que eliminaría a su decir toda posibilidad de
que la posesión alegada por la parte actora fuera legitima y
en consecuencia, no se producirían los eventuales efectos de
una prescripción adquisitiva, los eventuales errores de
parcelamiento suscitados en la zona, creyendo la actora que
la parcela le pertenecía…” (Cursivas del texto transcrito).
 

Para decidir, la Sala observa:

En relación al transcurso del tiempo necesario para que se consume la


prescripción, pueden presentarse dos supuestos: a) la suspensión y b) la
interrupción.

Ahora bien, existen entre estas dos figuras características diferentes,


ya que las causas que suspenden  la prescripción no anulan el tiempo que
haya transcurrido a tal efecto antes de que ocurriera el hecho que la difiere
y al cesar aquel, se sumará el ya transcurrido con el tiempo que comenzará a
correr; mientras que cuando se interrumpe  la prescripción se producen
efectos hacía el pasado, se  fulmina el tiempo anterior y cuando cesa el
motivo de la interrupción, habrá que empezar a contar de nuevo el lapso; de
esta manera lo entendió el maestro Anibal Dominici quien expresó:  “…Hay
diferentes características entre la suspensión y la interrupción de la
prescripción. Las causas que suspenden no anulan el tiempo de la
prescripción corrida antes, y al casar aquéllas se suma el tiempo anterior
con el subsiguiente. Las causas que interrumpen borran el tiempo anterior
y cuando cesan, la prescripción ha de principiar a contarse de nuevo…”
(DOMINICI, Anibal. Comentarios al Código Civil de Venezuela, Movil-
Libros, Tomo 4. Caracas 1982, pp. 402).

El Código Civil en sus artículos 1.965 y 1.967 prevé las causas que
suspenden y las que interrumpen, en su orden, la prescripción. Entiende la
Sala que aquí se resalta la diferencia entre ambas situaciones y entre las
personas protegidas por la norma están los menores no emancipados y los
entredichos.

En el caso que se resuelve, aun cuando ambos litigantes están


contestes en la minusvalía que sufre la demandada; tal como lo estableció
el ad quem, no es posible aplicar la excepción  supra citada, ya que como se
explicó precedentemente, el lapso de prescripción no corrió en contra de la
demandada sino contra su causante, ello en razón de que la accionante
demostró, según los dichos de la alzada, haber ejercido sobre el inmueble la
posesión pacífica, pública, no equívoca, no interrumpida por un lapso de
más de treinta años y ello antes de que el inmueble controvertido pasara a
ser propiedad de la demandada por herencia. De forma que, aun cuando se
haya producido a favor de la accionada la suspensión de cualquier lapso, el
de la prescripción a favor de la demandante ya estaba cumplido y, por vía
de consecuencia, consumada la misma.

En atención a la delación por errónea interpretación del artículo


1.966, debe la Sala concluir en que la alzada no pudo infringirla por errónea
interpretación ya que, la única referencia hecha a dicha norma en el texto de
la recurrida, fue:  “…quien suscribe este fallo considera que dentro del
tercero poseedor a que se refiere dicha norma se encuentra justamente el
poseedor legítimo, por lo que dicha defensa no resulta aplicable al caso
…”;  por ende dicha disposición no fue aplicada por el juez como
fundamento de su decisión, lo que de ella hizo fue un comentario que en
nada afectaría lo ordenado en el dispositivo del fallo. Asimismo, observa
esta Máxima Jurisdicción Civil que la recurrente debió, en todo caso, acusar
no una errónea interpretación de la referida disposición adjetiva, pues, el
supuesto abstracto de la misma no es aplicable al hecho que se discutió. Lo
que procedía, si elle hubiese sido utilizada por el juez, era delatar la falsa
aplicación de la misma.

Con base a los razonamientos expuestos, la Sala determina que al no


haberse demostrado que el ad quem hubiese incurrido en las infracciones de
los artículos 1.965 y 1.966 del Código Civil, debe declararse la
improcedencia de la delación bajo decisión. Así se establece.

DECISIÓN

Por los razonamientos expuestos, el Tribunal Supremo de Justicia de


la República Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil,
administrando Justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley,
declara: SIN LUGAR  el recurso de casación, anunciado y formalizado por
la demandada, contra la sentencia dictada por el Juzgado Superior Segundo
en lo Civil, Mercantil, y del Tránsito de la  Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, en fecha 14 de julio de 2010.
Se condena al recurrente al pago de las costas procesales del recurso,
de conformidad con lo establecido en el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil.
Publíquese, regístrese y remítase el expediente al tribunal de la
cognición, Juzgado Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil  
y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas. Particípese de esta remisión al Juzgado Superior de origen ya
mencionado, de conformidad con el artículo 326 del Código de
Procedimiento Civil.
         Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de

Casación Civil, del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los

veinticuatro (24) días del mes de marzo de dos mil once. Años: 200º de la

Independencia y 152° de la Federación.

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