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S ALA DE CAS ACIÓN CIVIL

Exp. 2023-000128

Magistrada Ponente: CARMEN ENEIDA ALVES NAVAS

En el juicio de nulidad de contrato de compraventa incoado ante el


Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la
Circunscripción Judicial del estado Táchira, por el ciudadano GIUSEPPE
BALBO D ANGELO, venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de
identidad V-5.688.519, representado judicialmente por el abogado José
Orlando Prato Gutiérrez, inscrito en el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo el Nro. 33.973, contra la ciudadana LILI ESPERANZA
ORDUZ BELTRÁN, venezolana, mayor de edad y titular de la cédula de
identidad Nro. V.-13.145.659, representada judicialmente por la abogada
Gloria Zulay Arenas de Salas, inscrita en el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo el Nro. 168.855; el Juzgado Superior Tercero en lo Civil,
Mercantil, Tránsito y Bancario de la misma Circunscripción Judicial, dictó
sentencia en fecha 16 de diciembre de 2022, que declaró con lugar el recurso
de apelación incoado por la parte actora, contra el fallo proferido el 11 de
marzo de 2022 por el prenombrado juzgado de primera instancia, por lo
tanto, anuló la decisión apelada, así como todo lo actuado desde el auto de
admisión de la demanda inclusive, de fecha 19-03.2021 , ordenando la
reposición de la causa al estado de admisión de la demanda debiendo el juez
de primera instancia que corresponda, conformar el litis consorcio activo
necesario obligatorio .

Contra la referida sentencia de la alzada, la parte demandada


anunció recurso extraordinario de casación, el cual fue admitido por auto
fechado 7 de febrero de 2023, formalizado el 15 de marzo de 2023, mediante
escrito presentado ante el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil,
Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del estado Táchira y
recibido por la esta Sala de Casación Civil el 21 de marzo de 2023. No hubo
impugnación por parte del actor.

En fecha 17 de mayo de 2023, se asignó la ponencia a la


Magistrada Doctora CARMEN ENEIDA ALVES NAVAS, quien con tal
carácter suscribe el presente fallo.

Concluida la sustanciación del recurso, la Sala procede a dictar


sentencia, en los términos siguientes:

PUNTO PREVIO

-ÚNICO-
De la revisión efectuada a las actas que conforman el presente
expediente, consta a los folios 349 al 384 del expediente, que la
representación judicial de la demandada recurrente, anexó conjuntamente
con su escrito de formalización legajos de copias fotostáticas certificadas
para ser apreciadas por esta Sala como instrumentos probatorios.

En este sentido, debe la Sala señalar que no le está dado a las


partes procesales durante el lapso de sustanciación del recurso
extraordinario de casación, consignar ningún tipo de pruebas ante
esta sede casacional, pues este Máximo Órgano de la Jurisdicción Civil
tiene el encargo de vigilar y corregir la aplicación del derecho, y en tal
virtud, determinar si los jueces de instancia cumplieron en el desarrollo de su
función sentenciadora, con todos los preceptos legales al efecto, dada su
condición de tribunal de derecho, y por cuanto que, en el procedimiento
establecido para la sustanciación del recurso extraordinario de
casación, no se prevé ninguna oportunidad procesal para la
promoción de pruebas, conforme a lo señalado en el libro primero, título
VIII, del Código de Procedimiento Civil, en sus artículos 312 al 326, las
mismas resultan no ha lugar.

A tal efecto, esta Sala en su fallo Nro. 014, de fecha 11 de febrero


de 2010, caso: Leydi Chávez de González contra Dora Yraima González Silva
y otros; reiterada -entre otras- en sentencia Nro. 429, del 10 de agosto de
2018, caso: Manuel Benigno Argüelles Agüero y otros contra Julio Alcalá
Lucero (De cujus) y otros, ratificada en decisión Nro. 091, del 28 de abril de
2021, caso: Ana Miguelina Muentes de Santana contra Eduardo José
Cisneros Barreto; reiteró su doctrina sobre la improcedencia de promoción,
admisión y evacuación de pruebas en el proceso de casación, señalando al
respecto lo siguiente:

Cursa anexo al escrito de la formalización copia certificada de un


documento que acredita la protocolización de la compra del
inmueble en controversia en fecha 18 de mayo de 1993. Ahora bien,
la Sala, ejerciendo su función pedagógica jurídica, informa a la
recurrente que ante esta Máxima Jurisdicción Civil, no resulta
pertinente presentar ninguna clase de pruebas, ya que, este
Tribunal Supremo de Justicia, por su condición de tribunal de
derecho, debe revisar y controlar la legalidad de los fallos emitidos
por los juzgados de instancia y es, sólo en casos excepcionales tales
como cuando se delatan violaciones al debido proceso, al derecho a
la defensa, entre otros y las que constituyen infracciones a
garantías constitucionales derivadas de transgresiones a reglas
procesales, que este Alto Juzgado analiza los hechos o las pruebas.

Asimismo, esta Sala de Casación Civil, observa con extrañeza que,


siendo la formalizante profesional de la abogacía no hubiese
promovido la documental en comentario, en las oportunidades
previstas legalmente para ello.
Con base a los razonamientos expuestos la Sala no procede al
análisis del instrumento consignado por la recurrente. Así se
decide . (Cursivas de la Sala).

De acuerdo, al precedente jurisprudencial y en aplicación al caso


bajo análisis, esta Sala de Casación Civil, se ve imposibilitada de entrar al
análisis de los instrumentos consignados por el abogado de la parte
formalizante, al ser un tribunal de derecho, donde no ha lugar a la
promoción ni evacuación de pruebas, razón por la cual se desestiman las
pruebas consignadas con la sustanciación del presente recurso de casación.
Así se establece.

RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD

-ÚNICO-

Con fundamento en el ordinal 1 del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil, el formalizante delata la infracción de los artículos 7,
11, 14, 15, 206, 208, 212, 321 y 364 eiusdem, así como el artículo 6 del
Código Civil; argumentando lo que sigue:

Señalo, que me he acogido al criterio doctrinario establecido, en el


sentido, de que cuando se denuncia un vicio de reposición que causa
indefensión o quebranta normas de orden público a) se debe indicar,
como se lesionó el derecho a la defensa o al orden público, lo
cometió el Juez de Primera o de Segunda Instancia y; esa infracción,
influyó en la parte dispositiva de su resolución judicial. Insisto que
el juez de alzada, no señaló en su fallo, cual actividad: acción u
omisión, cometió el a quo para tener la facultad de reponer la
causa, como lo hizo indebidamente.

Ni tampoco señaló, cual agravio o lesión legal le ocasionó a las


partes litigantes, pues es bien sabido, que para la procedencia de la
reposición vial , es necesario que se hayan quebrantado los
derechos subjetivos de las partes, que consisten en mantener,
conservar y sostener las defensas y contra defensas; o bien, se haya
violado normas de orden público , que radican en aquellas
infracciones de reglas jurídicas que no son disponibles por los
particulares.

Debo señalar, que durante la sustanciación del juicio no hubo, en


ningún caso, reclamo alguno, relacionado con la indefensión o
menoscabo del derecho a la defensa y subsiguientemente,
reposición .

Ciudadano Magistrado, el Juzgador del Tribunal Superior Tercero


en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial
del estado Táchira, contrarió la opinión transcrita precedentemente,
que es jurisprudencia y por ende, contravino lo dispuesto en el
artículo 321 del Código Procesal Civil ( ). De manera que cuando
sentenció, como lo hizo, incurrió en un paralogismo lo que quiere
decir, con un razonamiento falso, postergando, atrasando, el juicio,
con una mala o indebida reposición de la causa.

El juez en alzada, incurrió en una falta, de raciocinio y de legalidad


al tratar de fundamentar su decisión de reponer la causa y
definitivamente, anular el juicio hasta volver admitir la demanda,
debiendo el juez de primera instancia en lo civil, que le
corresponda, conformar el litis consorcio activo necesario, he aquí
su vicio o error casable.

Si en el recuento histórico, descrito, narrado de la sentencia dictada


por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Táchira, en
fecha 11 de marzo de 2022, el cual fue también realizado por el
tribunal en alzada, quedó demostrado que el presente juicio se trata
de una demanda de nulidad de venta celebrada entre el ciudadano
GIUSEPPE BALDO D ANGELO ( ), representado por la ciudadana
GENNY CARINA BALBO MARTÍNEZ ( ), a través de su apoderado
judicial abogado ORLANDO PRATO GUTIÉRREZ ( ); contra la
ciudadana LILI ESPERANZA ORDUZ BELTRÁN ( ); en el que
solicita la nulidad de los documento (sic) de compra-venta de fecha
22 de enero de 2020, inscrito por ante el Registro Público de los
Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado Táchira,
bajo el N 2020.23, asiento registral N 1, del inmueble matriculado
con el N 429.18.4.1.19398 y correspondiente al Libro del folio real
del año 2020; y, lo pactado en el instrumento privado de fecha 22 de
enero de 2020; documentos estos los cuales son del mismo tenor,
mismo inmueble, la diferencia es el precio de venta, y se desprende
que el ciudadano GIUSEPPE GIUSEPPE (sic) BALDO D ANGELO,
vende solamente el 50% de los derechos y acciones que le
corresponden en el inmueble a la ciudadana Lili Esperanza Orduz
Beltrán; quedando esta última en comunidad con la ciudadana
Gladis María Martínez Velasco, en consecuencia fue citada la
ciudadana LILI ESPERANZA ORDUZ BELTRÁN, una vez citada dio
contestación a la demanda de nulidad y consecuencialmente opuso
reconvención por cumplimiento de contrato, seguidamente, la parte
demandante dio contestación a la reconvención dentro del lapso de
ley correspondiente, el juicio siguió en todas su instancia, se
presentaron pruebas, las cuales fueron agregadas y admitidas, se
evacuaron las mismas, pruebas de ratificación de documentos,
pruebas de informes, pruebas de inspección judicial, las partes
presentaron escrito de informes y sus correspondientes
observaciones, y la juez del tribunal de primera instancia dictó la
sentencia en fecha 11 de marzo de 2022, la cual fue debidamente
apelada por la parte demandante reconvenida. Ahora, me preguntó
Cómo puede retrotraerse el juicio o el pleito al punto de dar nueva
admisión a la demanda? El juez de alzada no valora el tiempo, la
parte económica de la demandada, ya que incurrió en costos,
gastos, avalúo.
El juez de alzada en su sentencia expuso:

Siendo así, como bien se señaló antes, en la presente causa


este Tribunal constata que los ciudadanos Giuseppe Balbo D
Angelo y Gladys (sic) María Martínez Velasco, se encuentran en
estado de comunidad jurídica con respecto del bien objeto del
contrato de compra venta cuya nulidad es pretendida,
comunidad ésta que conforme se extrae de las actuaciones
cursantes a los autos deviene de la comunidad conyugal habida
entre los mencionados ciudadanos, quienes en razón de la
disolución por vía de divorcio del vínculo matrimonial que les
unía, procedieron conforme a derecho a realizar la partición y
liquidación amistosa de la comunidad conyugal, sin embargo,
decidieron de mutuo acuerdo permanecer en comunidad
ordinaria en cuanto a los bienes que precisaron en el
documento protocolizado por ante el Registro Público de los
Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado
Táchira, en fecha 09/04/2007, bajo el N 42, Tomo 2 , Folios 211
al 217, Protocolo Primero del año 2007, habiendo los
mencionados comuneros pactado en la parte final de la
cláusula tercera de dicho instrumento que sin el consentimiento
de ambas partes no podrían realizarse actos de disposiciones
que afecten los bienes comunes, con lo que a todo evento, y
cónsono con lo establecido en el citado artículo 146
establecieron un litisconsorcio necesario entre sí, no siendo
aplicable en consecuencia lo establecido en el artículo 765 del
Código Civil por cuanto en razón de lo pactado no le es dable
al accionante actuar libremente, concluyéndose que en razón
de la referida comunidad ordinaria con pacto entre los
comuneros en los términos antes expresados, resulta forzoso
considerar que al no haber sido invocado el artículo 168 del
Código de Procedimiento Civil por el condueño aquí
accionante, la legitimación para intentar la presente demanda
de nulidad de los contratos de venta de los bienes supra
señalados que se encuentran en comunidad, corresponde
conjuntamente a los comuneros Giuseppe Balbo D Angelo y
Gladys (sic) María Martínez Velasco, por conformar un
litisconsorcio activo necesario y obligatorio. Así se establece.

El juez de la instancia superior, en el razonamiento parcial y


precedentemente transcrito, vuelve a cometer otro error, que
consiste en afirmar, lo siguiente: Constatada por este Juzgado
Superior Civil la falta de integración del litis consorcio activo
necesario y obligatorio antes señalado, con basamento en las
decisiones citadas parcialmente en los artículos 206, 208 y 212 del
Código de Procedimiento Civil, resulta ineludible para esta alzada
anular la decisión recurrida, el auto de admisión dictado en fecha
19-03-2021 (folio 44) y todas las actuaciones posteriores al mismo,
en razón del quebrantamiento de formas sustanciales en menoscabo
del derecho a la defensa de la parte demandante en el presente
juicio, en especial de la comunera, ciudadana Gladys (sic) María
Martínez Velasco, en consecuencia, se repone la causa al estado en
que el Tribunal de Primera Instancia en lo Civil que corresponda,
dicte nuevo auto de admisión conformando el litis consorcio activo
necesario obligatorio en los términos explanados en el presente
fallo. Así se decide. Al providenciar una sentencia de fecha 16 de
diciembre del 2022, desestimando un quebrantamiento de forma
sustancial, como lo es el menoscabo del derecho a la defensa de la
ciudadana Gladis María Martínez Velasco, y a su vez pronunciarse
sobre un alegato no formulado por las partes del juicio, hizo su
razonamiento, un contradictorio.

De lo expuesto por el Juez de alzada, se evidencia que sentenció de


conformidad con lo dispuesto en un documento de partición, en
consecuencia lo llevó a dictaminar la reposición inútil; así como
analizó ese documento debió haber estudiado, demás las pruebas
cursantes en el expediente, debió analizar los contratos existentes
entre las partes las cuales fueron presentados también en la etapa
probatoria, de esos documentos Marcado con la letra E contratos
de arrendamiento, quedó evidenciado dentro del proceso de nulidad
que los tres contratos firmados por las partes en las cuales todas
las cláusulas fueron reproducidas y así como también consta la
reproducción de cada una de ellas en la notificación firmada; las
cláusula (sic) son claras, precisa, SI decidían vender la ciudadana
LILI ESPERANZA ORDUZ BELTRN (sic), era la primera en tener
el derecho de preferencia para la compra, en ningún momento
decía que existía una limitante para que ella pudiera
comprar; tampoco quedó estipulado que los primeros
opcionados eran los ciudadanos Giuseppe Balbo D Angelo o
Gladis María Martínez Velazco; es decir, en los contratos no
hicieron mención del supuesto acuerdo que este inmueble
permanecería en comunidad, y que sin el consentimiento de
uno de los comuneros no podría efectuarse actos de
disposición que afecte los bienes comunes; por lo tanto, Lili
Esperanza Orduz Beltrán, no tenía conocimiento de esa
condición existente; la cual el ciudadano Giuseppe D Angelo, si lo
sabía y no lo manifestó, es decir vendió su cincuenta (50%) por
ciento, sin limitación alguna, ejerciendo en el carácter de
arrendataria-compradora, la preferencia que le otorgaba el
contrato de arrendamiento; si bien es cierto de los contratos ut
supra, se evidencia la relación arrendaticia entre las partes, desde
hace once (11) años; es de señalar que nos encontramos en un juicio
de una supuesta nulidad absoluta de venta, interpuesta por el
ciudadano GIUSEPPE BALBO D ANGELO; más no en una
resolución de contrato o cumplimiento del mismo, sin embargo de
las cláusulas señaladas se evidencia que los arrendadores firmaron
los contratos, y son útiles para demostrar mi carácter de
arrendataria, los derechos que derivan de esta condición,
especialmente el relativo al derecho de preferencia del inmueble de
autos.

Por lo expuesto el juez de alzada no analizó esos documentos, los


cuales fueron presentaos (sic) por las dos partes; es decir solamente
repuso la causa, sin aplicar los criterios jurisprudenciales y las
normas aquí alegadas.

Quiero señalar, que cuando califico el fallo como


contradictorio, el acto judicial de sentenciar, está regido por
los supremos principios de la lógica jurídica, a saber: 1) el
de contradicción (dos preceptos de derecho contradictorios entre
sí no pueden ser ambos válidos); 2) el de exclusión del medio (dos
preceptos de derecho contradictorios entre si no pueden ser ambos
inválidos); 3) el de identidad (lo que no está jurídicamente
permitido, está jurídicamente prohibido; lo que no está
jurídicamente prohibido, está jurídicamente permitido) y 4) el de
razón suficiente (todo precepto de derecho para ser válido, debe ser
necesario un fundamento suficiente de validez). Con estas reglas,
quedan pedagógicamente explicadas, las razones para exigir la
nulidad expresa del fallo impugnado.

Es necesario señalar actuaciones relacionadas en el juicio como lo


es: que la demanda de nulidad de venta absoluta fue interpuesta por
el ciudadano GIUSEPPE BALDO D ANGELO, la cual fue presentada
para distribución en fecha 19 de enero de 2021,
correspondiéndole al Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
estado Táchira, quien la admitió en fecha 19 de marzo de 2021
(folio 44); ordenando la citación de la demandada Lili Esperanza
Orduz Beltrán.

Al folio 50, corre poder Apud acta otorgado por la ciudadana Lili
Esperanza Orduz Beltrán a la abogada Gloria Zulay Arenas de
Salas, en fecha 09 de junio de 2021; a los folios 51 al 73 corre
escrito de contestación a la demanda y reconvención presentada en
fecha 09 de junio de 2021.

Ahora bien, es trascendental exponer ante esta Sala, que en fecha


04 de marzo de 2021, la ciudadana Gladis María Martínez
Velasco, asistida por el abogado Medardo Vivas Vanegas, presentó
demanda por RETRACTO LEGAL, cuyo petitorio es del contenido
siguiente: Ciudadano Juez, ocurro ante su competente autoridad
para demandar como formalmente demando a los ciudadanos:
PRIMERO: GIUSEPPE BALBO D ANGELO ( ), en su persona o en la
persona de su apoderado judicial, JOSÉ ORLANDO PRATO
GUTIÉRREZ ( ), e inscrito en el Inpreabogado bajo el N 33.973 y
SEGUNDO: a la ciudadana LILI ESPERANZA ORDUZ BELTRÁN (
), para que convengan o a ello sean condenados por ese tribunal en
lo siguiente: PRIMERO: En dejar sin efecto y sin ningún valor
jurídico o ha (sic) ello sean condenados por ese tribunal, el
documento de compra-venta firmado entre GIUSEPPE BALBO D
ANGELO y LILI ESPERANZA ORDUZ BELTRÁN ( ). Por ante el
Registro Público de los Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés
Bello del estado Táchira, el 22-01-2020, he inscrito bajo el número
2020.23, asiento registral 1 del inmueble matriculado con el número
429.16.4.1.19398 y correspondiente al libro de folio real del año
2020. SEGUNDO: En que a mí, GLADIS MARÍA MARTÍNEZ
VELASCO ( ) se le dé en venta los derechos y acciones, por derecho
preferencial (retracto legal) del inmueble objeto del presente litigio
y en las mismas condiciones señaladas y descritas en el documento (
) ó que la sentencia dictada por este tribunal me sirva de documento
de propiedad para su correspondiente asentamiento ante el
Registro Subalterno respectivo.

Por otra parte, es necesario traer a colación que el Juez del


Superior Tercero en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del estado Táchira, conoció expediente N
4801, relacionado con RETRACTO LEGAL, interpuesto por la
ciudadana GLADIS MARTÍNEZ VELASCO ( ); en la que demanda a
los ciudadanos GIUSEPPE BALBO D ANGELO y LILI ESPERANZA
ORDUZ BELTRÁN ( ).

Vale decir, que el mismo Juez de alzada, en fecha diecinueve (19) de


mayo de dos mil veintidós (2022), dictó sentencia; de dicha
sentencia el Juez Tercero Superior, tuvo pleno conocimiento que
la ciudadana Gladis María Martínez Velasco, interpuso demanda
en contra de su ex cónyuge y de la compradora del inmueble; es
decir interpuso retracto legal, derecho de preferencia; sobre el
inmueble que pide el ciudadano Giuseppe Balbo D Angelo, la
nulidad a la ciudadana Lili Esperanza Orduz Beltrán, mediante
juicio en el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado
Táchira.

En el presente caso, el Juez Superior, en su sentencia aplicó


múltiples criterios jurisprudenciales relacionados con la
legitimación para intentar la acción de nulidad; el juez de alzada, no
aplicó los principios iura novit curia, implica que el tribunal puede
fundar su decisión en normas distintas a las alegadas, porque debe
conocer el derecho; el juez debe juzgar conforme a lo alegado y
probado por las partes, no según su conciencia; el Juez de Alzada,
debió tomar en consideración que la ciudadana Gladis María
Martínez Velasco, ya había intentado una demanda por retracto
legal en contra de su ex cónyuge y de la compradora, por la venta
del 50% de los derechos y acciones que le correspondían al ex
cónyuge Giuseppe Balbo D Angelo, proceso de retracto legal que él
sentenció antes de dictar la pretendida reposición de causa.

La sentencia que aquí se recurre, fue dictada por el Juez de Alzada


del Superior Tercero de la Circunscripción Judicial del estado
Táchira en fecha 16 de diciembre de 2022; en el expediente N
22-4818, relativo a Nulidad Absoluta de Venta; la cual le llegó por
distribución proveniente del Juzgado Tercero de Primera Instancia
en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial
del estado Táchira, a los fines de que conociera de la apelación
interpuesta por la parte demandante GIUSEPPE BALBO D
ANGELO, en contra de la ciudadana LILI ESPERANZA ORDUZ
BELTRÁN; pero es el caso que el mismo Juez del mismo Tribunal, en
fecha 19 de mayo de 2022, dictó sentencia en el expediente N
22-4801; contentivo de Retracto Legal, interpuesto por Gladis
María Martínez Velasco, asistida por el abogado Medardo Vivas
Vanegas, quien demandó: PRIMERO: GIUSEPPE BALBO D
ANGELO ( ), en su persona o en la persona de su apoderado
judicial, JOSÉ ORLANDO PRATO GUTIÉRREZ ( ), e inscrito en el
Inpreabogado bajo el N 33.973 y SEGUNDO: a la ciudadana LILI
ESPERANZA ORDUZ BELTRÁN, para que convengan o a ello sean
condenados por ese tribunal en lo siguiente: PRIMERO: En dejar sin
efecto y sin ningún valor jurídico o ha (sic) ello sean condenados
por ese tribunal, el documento de compra-venta firmado entre
GIUSEPPE BALBO D ANGELO y LILI ESPERANZA ORDUZ
BELTRÁN ( ). Por ante el Registro Público de los Municipios
Cárdenas, Guasimos y Andrés Bello del estado Táchira, el
22-01-2020, he inscrito bajo el número 2020.23, asiento registral 1
del inmueble matriculado con el número 429.16.4.1.19398 y
correspondiente al libro de folio real del año 2020. SEGUNDO: En
que a mí, GLADIS MARÍA MARTÍNEZ VELASCO ( ), se le dé en
venta los derechos y acciones, por derecho preferencial (retracto
legal) del inmueble objeto del presente litigio y en las mismas
condiciones señaladas y descritas en el documento ( ) ó que la
sentencia dictada por este tribunal me sirva de documento de
propiedad para su correspondiente asentamiento ante el Registro
Subalterno respectivo.

En consecuencia queda comprobado que el juez de alzada, conoció,


sentenció, el expediente de retracto legal, antes de que dictara
sentencia en el juicio de nulidad absoluta, por lo que sabía, era
conocedor que la ciudadana Gladis María Martínez Velasco, no le
fue quebrantado la forma sustancial en el menoscabo del derecho a
la defensa; al contrario ella demandó a su ex cónyuge y a la
compradora; es decir que ejerció su derecho a la defensa.

Sentado lo anterior, se puede verificar que el Juez del Superior


Tercero; tenía conocimiento que la ciudadana Gladis María
Martínez Velasco; no quedó indefensa con el juicio de nulidad
absoluta, intentó demanda por retracto legal en contra del
demandante y de la demandada del juicio cursante ante el Juzgado
Tercero Civil; consta que en la sentencia que dictó el mismo juez
realizó narración de los hechos, los cuales también fueron narrados
en el juicio de nulidad.

Es Juez de Alzada, debió aplicar la notoriedad judicial, tal y como lo


ha aplicado en otras sentencias dictadas por él a lo largo de su
trayectoria como Juez, ya que el Juez tenía cocimiento del juicio de
retracto legal, conocía los hechos, ya que los dos expedientes
fueron sentenciados por él como Juez de Alzada; que los dos juicios
le permitieron conocer los hechos, el contenido de los juicios,
identificar a los abogados y a las partes, y los otros hechos
semejantes, saber que el inmueble era el mismo por su situación y
linderos; que los documentos eran idénticos; y el juez debido a esos
efectos conocer la decisión, y verificar que los dos juicios tanto el
de nulidad de venta como el de retracto legal, versaba sobre el
mismo inmueble, el mismo documento, es decir, se ve en lo personal
atado al contenido de la determinación judicial. Así como el juez de
alzada hizo valer el documento de partición en la sentencia que aquí
se recurre, debió analizar exhaustivamente el expediente y aplicar
la notoriedad judicial, recordando que dictó sentencia en el
expediente de retracto legal; a los fines de no realizar reposición
inútil, que pone en desventaja a mi poderdante.

El juicio de nulidad absoluta fue interpuesto para distribución en


fecha 19 de enero de 2021, y admitido por el Tribunal Tercero de
Primera Instancia en fecha 19 de marzo de 2021, folio 44; en cuanto
al juicio de retracto legal fue presentado para distribución en fecha
04 de marzo de 2021, y admitido por el Juzgado Primero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de esta
Circunscripción Judicial en fecha 15 de abril de 2021; es decir, que
la ciudadana Gladis María Martínez Velasco, interpuso su demanda
al mismo tiempo que fue interpuesta la demanda de nulidad
absoluta de venta; ejerciendo su derecho de preferencia, demandó a
su ex cónyuge y a la compradora del inmueble, en resumen, ejerció
su derecho a la defensa, el debido proceso.

Ahora bien, en innumerables sentencias ha dicho la jurisprudencia


de esta Sala que la reposición de la causa, por tener como
consecuencia una nulidad, ella sólo debe declararse cuando se
constate que: a.) efectivamente se ha producido el quebrantamiento
de formas sustanciales del proceso; b.) que la nulidad este
determinada por la ley o se haya dejado de cumplir en el acto
alguna formalidad esencial para su validez; c) que el acto no haya
alcanzado el fin al cual estaba destinado y d) que la parte contra
quien obre la falta, no haya dado causa a ello o haya consentido en
ella expresa o tácitamente; vale decir, la reposición debe tener un
fin útil por cuanto, se repite, la consecuencia de su declaración es
una nulidad.

Cabe mencionar el siguiente criterio dictado en sentencia N 131, del


13/4/05, expediente N 04-763 en el juicio de Luz Marina Chacón de
Guerra contra el ciudadano Jorge Antonio Chacón Chacón, con
ponencia del Magistrado que con tal carácter suscribe esta,
se reiteró:

Omissis

Estos dos razonamientos son dicotómicos y contradictorios entre sí.


Por qué? Porque, en el primer texto copiado, dice: primero:
Constatada por este Juzgado Superior Civil la falta de integración
del litis consorcio activo necesario y obligatorio antes señalado, con
basamento en las decisiones citadas parcialmente en los artículos
206, 208 y 212 del Código de Procedimiento Civil, resulta ineludible
para esta alzada anular la decisión recurrida, el auto de admisión
dictado en fecha 19-03-2021 (folio 44) y todas las actuaciones
posteriores al mismo, en razón del quebrantamiento de formas
sustanciales en menoscabo del derecho a la defensa de la parte
demandante en el presente juicio, en especial de la comunera,
ciudadana Gladys (sic) María Martínez Velasco, en consecuencia, se
repone la causa al estado en que el Tribunal de Primera Instancia
en lo Civil que corresponda, dicte nuevo auto de admisión
conformando el litis consorcio activo necesario obligatorio en los
términos explanados en el presente fallo. Así se decide. Mientras en
el segundo, afirma: SEGUNDO: SE ANULA la decisión de fecha
once (11) de marzo de 2022 dictada por el Juzgado Tercero de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito, así como
todo lo actuado desde el auto de admisión de la demanda inclusive,
de fecha 19-03-2021, cursante al folio 44. TERCERO: SE REPONE
LA CAUSA al estado de admisión de la demanda debiendo el Juez de
Primera Instancia en lo Civil que le corresponda, conformar el litis
consorcio activo necesario obligatorio en los términos explanados
en el presente fallo. Todo lo cual produce, como consecuencia, que
la decisión traída ante este Tribunal Supremo, sea infundada y
contradictoria por consiguiente, es ilegal ( ).

Incluso, el juez de alzada no se percata, que cuando ordena la


reposición al estado de admitir la demanda viola en cascada, todos
los artículos citados, en el presente apartado, así: cuando dice que
REPONE LA CAUSA AL ESTADO DE ADMISIÓN DE LA DEMANDA
DEBIENDO EL JUEZ DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL QUE
LE CORRESPONDA, CONFORMAR EL LITIS CONSORCIO ACTIVO
NECESARIO OBLIGATORIO EN LOS TÉRMINOS EXPLANADOS
EN EL PRESENTE FALLO.- quebranta el artículo 15 del Código
Procesal Civil, que establece el principio de la igualdad entre las
partes y la obligatoriedad de los jueces de mantenerlas y
garantizarlas en el derecho a la defensa; no darle preferencia a
ninguna, ni menos aún, establecer desigualdades.

Cuando se le otorga a la contraparte nueva oportunidad para


descargarse, se infringe, no solamente el citado artículo, que rompe
el equilibrio procesal , sino también, el artículo 364 eiusdem que
pauta que terminada la contestación o precluida el plazo para
realizarla, no podrá ya admitirse la alegación de nuevos hechos, ni
la contestación a la demanda , ni la reconvención de terceros a la
causa. Si aceptamos la reposición, como lo declaró el Juez, el
demandante, y su ex cónyuge, tendrán procesalmente hablando,
oportunidad de realizar estos eventos, (contestar, promover y
evacuar pruebas, presentar informes y observaciones, nuevamente,
concediéndole ventaja en el juicio, ya que son conocedores de cada
una de las pruebas consignadas en el expediente, hacer valer en el
juicio lo que no hizo en el juicio primario; y ello, sería contrario a la
legalidad y a la constitucionalidad del ordenamiento jurídico
venezolano; aunado al caso que la ciudadana Gladis María Martínez
Velasco, ya ejerció su derecho a la defensa mediante juicio de
retracto legal; el juez de alzada, no señaló como la ciudadana
Gladis María Martínez Velasco, podría intervenir en el juicio de
nulidad como demandante, pues sería darle una oportunidad para
que el co-demandante realice argumentos no traídos al proceso, lo
que pondría en desventaja a la parte demandada. Por otra parte
judicialmente hablando a la ciudadana Gladis María Martínez
Velasco, la única opción en cuanto a derecho se refiere una vez que
en fecha 01 de noviembre de 2020, se dio por enterada de la
negociación realizada por su ex cónyuge como lo fue la venta del
inmueble, le correspondía interponer en el lapso previsto en la ley la
demanda de retracto legal (derecho de preferencia); lo cual lo hizo;
traerla al procedimiento de nulidad absoluta se estaría cometiendo
un fraude procesal, ya que como se ha dicho Gladis Martínez,
interpuso esa demanda de retracto en contra de su ex cónyuge y de
la compradora; demanda de retracto que actualmente se encuentra
en el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito
de esta Circunscripción Judicial, dilucidándose la caducidad de la
acción, lo cual pone fin al proceso.

No sólo se infringió o quebrantó los citados dispositivos, sino, que


tampoco se percató, de lo dispuesto en el artículo 202 del Código
Procesal Civil, que a la letra dice: los términos o lapsos procesales
no podrán prorrogarse ni abrirse de nuevo después de cumplidos,
sino en los casos expresamente determinados por la ley, o cuando
una causa no imputable a la parte lo solicite lo haga necesario ( ).

Más aún, es evidente, que la Superioridad quebrantó el artículo 14


del Código de Procedimiento Civil, que señala: El Juez es el director
del proceso y debe impulsarlo de oficio hasta su conclusión ( ).

Conculca el artículo 208, ibídem, que pauta: si la nulidad del acto la


observare y declarare un Tribunal Superior que conozca en grado
de la causa, repondrá ésta al estado de que se dicte nueva sentencia
por el Tribunal de la Instancia ( ).

El 211, que pauta lo siguiente: no se declarará la nulidad


(REPOSICIÓN) total de los actos consecutivos a un acto írrito, sino
cuando éste sea esencial a la validez de los actos subsiguientes o
cuando la ley expresamente preceptúe tal nulidad . Sin embargo, el
Juez hizo todo lo contrario, cuando dijo:

TERCERO: SE REPONE LA CAUSA al estado de admisión de la


demanda debiendo el Juez de Primera Instancia en lo Civil que le
corresponda, conformar el litis consorcio activo necesario
obligatorio en los términos explanados en el presente fallo.

De igual manera, agravió el dispositivo contenido en el artículo 212


eiusdem, que establece: no podrán decretarse ni la nulidad de un
acto aislado del procedimiento, ni la de los actos consecutivos a un
acto írrito, sino a instancia de parte, salvo que se trate de
quebrantamiento de leyes de orden público ( ). En este sentido,
explicamos que, el fallo impugnado, no dice si la presunta
infracción que generó la reposición, (fue el reclamo de haber
quedado confesos), subsanada por la parte contraria, vale decir,
que de aceptar las partes el presunto error, que da a lugar a
retrotraer el juicio, quedó convalidado por su falta de ataque. Nada
de esto lo explica el sentenciador, razón por la cual, mi denuncia
tiene que prosperar, porque el Tribunal recurrido, no razona si la
presunta falta , es o no, subsanable o saneable por una de las partes
en cumplimiento de lo previsto en el artículo 213 ibídem, que prevé:
las nulidades que sólo pueden declararse a instancia de parte
quedarán subsanadas si la parte contra quien obre la falta no
pidiere la nulidad en la primera oportunidad en que se haga
presente en autos . Y las firmas litisconsortes no plantearon, en
ningún momento, esos reclamos.

Queda demostrado el quebrantamiento de los artículos: 7, 11, 14,


15, 201, 206, 208, 209, 211, 212, 245, 252, 272, 321, 362 y
el 364 del Código Adjetivo, y el artículo 6 del Código Civil, debido a
la subversión del procedimiento en el cual incurrió el Tribunal
Superior Tercero en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial estado Táchira. El 7 que consagra el
principio de la legalidad del proceso y se infringe, porque se
quebrantaron normas sustanciales del procedimiento ( ). El 11,
porque, conforme al contenido de éste ( ) ninguna de las partes,
solicitó REPOSICIÓN CORRECTIVA del procedimiento, ni mucho
menos él, estaba facultado para retrotraer el juicio de manera
oficiosa, ya que el juez de alzada era conocedor del juicio de
retracto legal incoado por la ciudadana Gladis María Martínez
Velasco, es decir, no se le violó con el juicio de nulidad, el derecho
de la defensa, tal y como el juzgador de alzada lo expone en su
sentencia.

El 14, que erige al Juez como director del proceso y está obligado a
concluirlo definitivamente, sin reposiciones inútiles ( ). El 15, que
consagra el principio de la igualdad procesal, lo sacrifica, porque
cuando autoriza a que el Tribunal admita nuevamente la demanda,
llamando al proceso a la ciudadana Gladis María Martínez Velasco,
como demandante, por lo que produce desigualdad en el proceso,
confiriéndole una preferencia o privilegio, que no tiene; ya que la
misma Gladis María Martínez Velasco, ejerció su derecho a la
defensa mediante juicio de retracto legal.

El 201, porque éste establece que abiertos y cerrados los lapsos


procesales no podrán volverse a reabrir. De manera que, cuando en
el presente juicio se opusieron defensas previas, se contestó la
demanda, se interpuso reconvención, se promovieron y evacuaron
pruebas, existiendo un hecho importante como lo fue pagar el
precio del inmueble en euros, en tiempo que quedó estipulado en los
documentos tanto el registrado como en el privado; situación esta
que pone en riesgo manifiesto el cumplimiento de la obligación; el
cual es el único requisito que tenía que cumplir mi representada
para que el demandante Giuseppe Balbo D Angelo, liberara la
hipoteca constituida en los documentos; habiéndose pagado en el
tiempo útil; se presentaron informes y se dictó sentencia definitiva,
mal puede el Juez de Alzada, reabrirlos con la reposición decretada.

El 206, los Jueces procurarán la estabilidad de los juicios, evitando


o corrigiendo las faltas; quebranta este dispositivo, porque el
juzgador no señala cual ACTO, causó el supuesto estado de
indefensión a una de las partes.

El 209, porque, señala que la declaratoria del vicio de la sentencia


por el Tribunal que conozca en grado de la causa, no será motivo
de reposición de esta, y el Tribunal deberá resolver también sobre
el fondo del litigio. Este mandato legislativo no fue cumplido por el
Juez de la Justicia Superior, porque si el fallo no era violatorio de los
artículos 243 y 244 del Código de Procedimiento Civil, el
sentenciador debió pronunciarse sobre el fondo del litigio y no
retrotraer el proceso.

El 245, porque, salvo lo dispuesto en el artículo 209, la sentencia


podrá limitarse a ordenar la reposición de la causa, por algún
motivo legal, al estado en que la propia sentencia se determine. La
violación de este mandato ocurre por cuanto no existe ningún
motivo legal que origine la reanudación y la subsiguiente nulidad de
todo lo actuado en el juicio, destruyendo todos los lapsos, términos
y plazos procesales que cumplieron su fin.

Se concluye que, la Segunda Instancia al decretar malamente la


reposición decidió más allá de las cuatro esquinas del Código de
Procedimiento Civil; y transcendió su quebrantamiento a la Ley
Fundamental de la República, como quedó explicado a lo largo de la
presente formalización.

Ahora bien, el Juez del Tribunal Superior consideró llamar a juicio a


la ciudadana GLADIS MARÍA MARTÍNEZ VELASCO ( ), quien era
la cónyuge del vendedor; es decir decretó una reposición totalmente
injustificada, que genera un grave desequilibrio en el proceso y
ocasiona un retardo contario (sic) a los principios de economía y
celeridad procesal, perjuicios estos que en definitiva atentan contra
el debido proceso de mi representada, pues el llamado a juicio de
ciudadana GLADIS MARÍA MARTÍNEZ VELASCO, es
absolutamente inútil, habida cuenta de que, el Juez de alzada, en la
sentencia dictada por él al relacionar el expediente debió analizar
que la ciudadana Gladis María Martínez Velasco, tuvo conocimiento
de la negociación de compra venta entre su ex cónyuge GIUSEPPE
BALDO D ANGELO y LILI ESPERANZA ORDUZ BELTRÁN, en
fecha 01 de noviembre de 2020, por cuanto la compradora (Lili
Esperanza Orduz Beltrán), le entregó copia del documento
registrado; así lo dejó asentado el Juez en sus dos sentencia
(22-4801 retracto legal y 22-4818 nulidad absoluta de venta); en
consecuencia el ex cónyuge del vendedor opuso juicio en contra del
vendedor y de la compradora, por retracto legal, es decir, ejerció su
único derecho a la defensa.

En relación a este mismo tema, la Sala Constitucional de este


Supremo Tribunal, en sentencia N 2727, de fecha 18 de diciembre
de 2001, caso: Pedro Oswaldo Contreras Vivas, expediente N
01-0856, señala lo siguiente:

Omissis
En el presente caso, queda comprobado que la reposición de la
causa decretada por el Juez de alzada, es inútil, ya que la ciudadana
que el juez pretende sea llamada a juicio ejerció demanda en el
tiempo útil, en contra del ex cónyuge y de la compradora; es decir
estaba en conocimiento de la demanda de nulidad de venta.

Al ordenar el Juez de Alzada la reposición de la causa, ocasiona un


retardo en la administración de justicia en perjuicio e infracción de
los principios de celeridad y economía procesal, ya que la ex
cónyuge del vendedor formuló juicio en su favor; interponiendo
demanda como lo fue el retracto legal, lo cual era lo que debió
hacer al enterarse en fecha 01 de noviembre de 2020, que el ex
cónyuge vendió el 50% de los derechos y acciones que a él le
pertenecía del inmueble que tenían en comunidad. Hechos que
fueron conocidos por el Juez de alzada, al leer las dos sentencias
dictadas por el Juez Superior, se puede evidenciar que los dos
libelos, el de juicio de nulidad absoluta y el libelo de retracto legal,
son similares; es decir el juez hizo una reposición inútil.

El Juez de Alzada, no debió reponer la causa, ya que era conocedor


de la demanda de retracto legal, por lo que la reposición es inútil,
resulta sin utilidad alguna, la ciudadana Gladis María Martínez
Velasco, nunca se le violó el derecho a la defensa, derecho que no
ha sido vulnerado, ya que ejerció la defensa que la ley le otorga
como lo es el juicio de retracto legal. Cabe preguntarse: 1 ) Que
alegaría la ciudadana Gladis María Martínez Velasco en el juicio de
nulidad absoluta. Otra pregunta sería, podría esta ciudadana
intentar la acción de nulidad absoluta junto con su ex cónyuge
Giuseppe Balbo D Angelo? 3 ) Que pasaría con el juicio de retracto
legal interpuesto por Gladis María Martínez Velasco, en contra de
su ex cónyuge y de la compradora? Interrogantes estas que el juez
de alzada no previó.

En este mismo orden de ideas, se pronunció esta Sala en sentencia


N RC. 00255, de fecha 12 de junio de 2003, caso: Yaneth Josefina
Cárdenas Morillo contra Gelvis José Morillo, expediente N 02-209,
al indicar lo siguiente:

Omissis

En este mismo orden de ideas, es oportuno resaltar que de acuerdo


con lo previsto en el artículo 209 del Código de Procedimiento Civil,
es deber del juez del segundo grado de jurisdicción pronunciarse
sobre el fondo de la controversia, aún cuando encuentre que la
sentencia apelada se halle viciada por defectos de forma, lo que por
vía de consecuencia, deviene en que en ningún caso debe el ad quem
ordenar la reposición de la causa esgrimiendo para ello que la
decisión apelada, está viciada de nulidad en razón del
incumplimiento de los requisitos intrínsecos que deben contener las
sentencias que están establecidos en el artículo 243 del Código
Adjetivo Civil, pues en el actual régimen procesal el juez de alzada
debe reexaminar la controversia y proceder a corregir los defectos
de forma en que hubiese incurrido la sentencia de primera
instancia.

Por ello la nulidad, solo debe ser declarada por el juez cuando se
hayan menoscabado derechos como el de defensa y debido proceso,
o se haya violentado el orden público y siempre que dichas fallas no
puedan subsanarse de otra manera, lo que deviene en que tal
reposición debe tener una finalidad útil.

En este orden de ideas, la Sala en decisión N 00998, de fecha 12 de


diciembre de 2006, caso: P.P.P. contra Promociones y
Construcciones Oriente, C.A., reiterada entre otras, en sentencia N
00587, de fecha 31 de julio de 2007, caso: Chivera Venezuela,
S.R.L., contra Inversiones Montello, C.A., y otra, estableció lo
siguiente:

Omissis

El vicio de indefensión por la reposición mal decretada. El


modo como se desarrolló el iter procesal en esta causa, con sus
innegables errores procedimentales, no justifica ni valida la
reposición de la misma al estado de admisión de la demanda, por
cuanto no hubo un menoscabo de los derechos procesales en el
proceso, que le haya impedido el ejercicio de un recurso o del
derecho de activar un juicio a la ex cónyuge del vendedor, aunado al
hecho de que el ciudadano Giusepee (sic) Balbo D Angelo, vendió
solamente el 50% de sus derechos y acciones, que tenía en el
inmueble, dejando el 50% restante en comunidad con la
compradora.

Por ello, el reponer la causa para que se admita nuevamente,


estando precluida la oportunidad de la ciudadana Gladis María
Martínez Velasco, de interponer nuevamente demanda de retracto
legal (derecho de preferencia); por cuanto de los dos expedientes
queda verificado que en fecha 01 de noviembre de 2020, fue
conocedora de la negociación de la compra-venta de los derechos y
acciones sobre el inmueble que tenía en comunidad con su cónyuge,
sería inútil, llamarla al proceso, ya que ejerció su derecho, en
consecuencia carece de logicidad y practicidad, por cuanto ya
ejerció su derecho, no teniendo beneficio alguno.

Está comprobado en autos que el proceso de nulidad absoluta, se


realizó conforme al procedimiento ordinario, demanda, citación,
contestación - reconvención, pruebas, informes, observaciones,
sentencia, apelación; proceso este que la parte demandada Lili
Esperanza Orduz Beltrán, cumplió a cabalidad con cada fase del
proceso; consta que la parte demandante no aportó pruebas
suficientes para demostrar lo pretendido en el libelo de la demanda;
mal podría el tribunal de Alzada darle nuevo curso a la deficiencia
de la parte demandante, sería como reabrir la causa para que el
litigante negligente tenga una nueva oportunidad para sus alegatos,
en perjuicio de la celeridad procesal y de la conservación de los
actos jurídicos. Esto último, en verdad, lo que menoscaba es el
derecho a la defensa de mi representada demandada LILI
ESPERANZA ORDUZ BELTRÁN, por cuanto se ha afectado la
garantía del debido proceso, el principio de la igualdad de
las partes y la debida celeridad y economía procesal que
orienten al proceso jurisdiccional venezolano.

No se puede válidamente, ordenar que se vuelva a admitir la


demanda, por cuanto el trámite para su concreción y producción de
efectos transcurrió y se agotó total y sobradamente, habiéndose
logrado el fin de la actividad; a saber, que se dispusiese del período
de ley para pagar y dar cumplimiento al contrato de compra venta,
tanto el documento debidamente registrado como el documento
privado. De modo, que carece de sentido reponer para darle trámite
a una incidencia, que sería inútil, ya que como se dijo la ciudadana
Gladis María Martínez Velasco, interpuso demanda por retracto
legal, en contra su ex cónyuge y de la compradora, y el juez de
alzada es conocedor de este hecho.

Violación del artículo 15 del Código Procesal común. Se


delata la infracción del artículo 15 del Código de Procedimiento
Civil, por parte del tribunal a (sic) quem en el fallo recurrido, por
cuanto al incurrir en la reposición mal decretada violenta el
derecho a la defensa y al debido proceso, desde luego que se
produce el efecto nocivo del retardo procesal, al reponer la causa
para que se produzca una actividad que ya se verificó legalmente en
el proceso y en el cual las partes tuvieron la oportunidad de ejercer
sus derechos y defensas, siendo su carga procesal el obtener o no
los beneficios y expectativas de la actividad desarrollada.

El Tribunal Superior por el contrario debió considerar que la


ciudadana GLADIS MARÍA MARTÍNEZ VELASCO, ejerció juicio de
retracto legal, el cual fue sentenciado por él mismo, es decir, tuvo
conocimiento que existe demanda interpuesta por ella, en contra del
demandante y de la demandada en el juicio de nulidad; en
consecuencia el Juez de Alzada debió conocer el fondo de la
sentencia dictada por el Tribunal Tercero de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito, en fecha 11 de marzo de 2022, y no
decretar una reposición inútil, el cual ocasionó la violación del
derecho a la defensa y al debido proceso, por cuanto al reponer la
causa con la finalidad de restablecer la situación jurídica infringida,
es inútil, pues de lo contrario, significa que se le están vulnerando
los mismos derechos a la parte demandada en el juicio de nulidad.
(Sentencia N 436, de fecha 29 de junio de 2006, caso: René Ramón
Gutiérrez Chávez contra Luisa García García).

Se observa de las actas procesales que por el contrario, el


sentenciador de la recurrida, tal y como se explicó ut supra, dictó
sentencia en el juicio de retracto legal, hizo la narración de los
hechos, es decir, estaba en conocimiento que la ciudadana Gladis
María Martínez Velasco, interpuso demanda, en contra del
demandante y de la demandada del juicio de nulidad. Entonces se
puede afirmar que el juez de alzada sin analizar si la misma cumplía
con los presupuestos procesales de la acción y con ello garantizar
la validez del proceso, le fue fácil reponer la causa, al estado de que
se admitiera la demanda, causando un grave daño irreparable a la
parte demandada, por lo que el sentenciador de la recurrida debió
analizar, la sentencia dictada por el Tribunal Tercero de Primera
Instancia, valorando, analizando el libelo de la demanda, la
contestación, la reconvención, cada una de las pruebas, ejerciendo
la potestad y obligación que tenía para actuar como juez de Alzada,
en resguardo del orden público y constitucional, de la tutela judicial
efectiva, del equilibrio procesal, de la igualdad de las partes;
constando que ya la ciudadana Gladis María Martínez Velasco,
había interpuesto juicio por retracto legal, el cual como se ha dicho
en reiteradas oportunidades, fue sentenciado por este mismo juez,
entonces debió aplicar la tutela judicial efectiva, y principios, en
aras del derecho a la justicia.

Establece el artículo 206 del Código de Procedimiento Civil:

Omissis

La forma de proceder del sentenciador de la recurrida al no acatar


las disposiciones supra indicadas, también lo conllevaron a infringir
el artículo 206 del Código de Procedimiento Civil, incurriendo en
una actuación nula, pues es una formalidad esencial a la validez de
proceso que éste cumpla con los presupuestos procesales, entre
ellos que la acción no sea contraria al orden público, en lo cual
como se ha evidenciado está incursa la demanda de nulidad
absoluta, admitida por el Tribunal de Primera Instancia, pues con
creces la parte demandada Lili Esperanza Orduz Beltrán, presento
pruebas fehacientes como lo fue el pago dentro del lapso estipulado
en los dos contratos, en moneda extranjera, cumpliendo a cabalidad
con el proceso, con esta forma de anular la sentencia y reponer la
causa al estado de admitir la demanda, le está cercenado su
derecho, ya que ella como demandada cumplió con el proceso, lo
que no hizo la parte demandante, pues a lo largo del juicio NO
demostrado lo alegado en el escrito libelar, no siendo justo que se le
dé una nueva oportunidad, sería contrario al debido proceso y a la
tutela judicial efectiva.

En cuanto a la Normas aplicables para resolver la


controversia. El juzgador ante el análisis del iter procesal, ha
debido dar aplicación a la parte in fine del artículo 206 del Código
de Procedimiento Civil y determinar que todas las actuaciones
procesales del tribunal y las partes cumplieron su finalidad; y en
consecuencia, no debió acordar reposición alguna.

En apoyo de la denuncia delatada, debo citar sentencia dictada por


esta Sala de Casación Civil, en fecha 20 de junio de 2011, Exp.
AA20-C-2010-000400, en la cual CASA DE OFICIO Y SIN REENVIÓ
el fallo recurrido:

Omissis
Establece el artículo 15 del Código de Procedimiento Civil:

Omissis

En definitiva ciudadanos Magistrados, la actuación del sentenciador


de la recurrida violentó la norma antes transcrita, ya que, al
reponer la causa y anular la sentencia dictada por el Tribunal
Tercero de Primera Instancia, creó una desigualdad procesal que ha
perjudicado a mi representada, pero a su vez creó una preferencia
en favor de la parte demandante, pues su acción había resultado sin
lugar, por cuanto no presentó pruebas fehacientes para fortalecer
la demanda de nulidad absoluta de venta, por cuanto la misma no
tenía fundamentación alguna, inclusive el sentenciador de la
recurrida sin fundamentos de derecho, anuló la sentencia; no
razonó que la ciudadana Gladis María Martínez Velasco, ya había
interpuesto juicio, y que el mismo Juez de Alzada, dictó sentencia,
antes de dictar la sentencia en el presente juicio de nulidad
absoluta, acentuándose de esta forma la preferencia por la acción
de la demandante y la desigualdad hacía mi representada. Actos
que concluyeron con una sentencia definitiva desfavorable que es
objeto del presente Recurso de Casación, cuyos vicios son delatados
a lo largo de la presente formalización.

Las denuncias reseñadas en los párrafos que anteceden, dejan en


clara evidencia la necesidad de que por vía de Casación esta
Honorable Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia
conozca de las presentes actuaciones y, una vez verificada la
veracidad de las denuncias esgrimidas a través del presente escrito,
sea DECLARADO CON LUGAR y proceda a ANULAR la decisión
dictada por el Juzgado Superior Tercero (3 ) en lo Civil, Mercantil,
Transito y Bancario de la Circunscripción Judicial del estado
Táchira, de fecha 16 de diciembre de 2022 y que se ordene el
conocimiento de la causa a un nuevo Tribunal, para que dicte nueva
sentencia corrigiendo los vicios antes señalados.

De esta forma en nombre de mi mandante LILI ESPERANZA


ORDUZ BELTRÁN, dejó FORMALIZADO EL RECURO DE
CASACIÓN anunciado en contra de la sentencia proferida por el
Juzgado Superior Tercero en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario
de la Circunscripción Judicial del estado Táchira, en fecha 16 de
diciembre de 2022, que declaró con lugar el recurso de apelación y
ordenó SE ANULARA la decisión de fecha once (11) de marzo de
2022 dictada por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito, así como todo lo actuado desde el
auto de admisión de la demanda inclusive, de fecha 19-03-2021,
cursante al folio 44. REPUSO LA CAUSA al estado de admisión de
la demanda debiendo el Juez de Primera Instancia en lo Civil que le
corresponda, conformar el litis consorcio activo necesario
obligatorio en los términos explanados en el presente fallo,
quedando anulada la decisión apelada . (Cursivas de la Sala, demás
resaltado del texto).
Delata el formalizante que el juzgador de alzada vulneró el derecho
a la defensa de la demandada al ordenar la reposición de la causa al estado
en que se admita nuevamente la demanda a los fines de que el juez de
primera instancia que corresponda conocer conforme el litis consorcio activo
necesario; argumentando a tal efecto, que si bien, los ciudadanos Giuseppe
Balbo D Angelo y Gladis María Martínez Velasco se encuentran en
comunidad respecto al inmueble objeto del contrato cuya nulidad se
pretende, la prenombrada ciudadana tuvo su oportunidad de defenderse en
la demanda de retracto legal interpuesto contra los ciudadanos Giuseppe
Balbo D Angelo y Lili Esperanza Orduz Beltrán, que por lo tanto, mal podría
esta Sala otorgar una nueva oportunidad para defenderse.

Para decidir, la Sala observa:

La reposición de la causa ocurre, cuando el juez, en la oportunidad


de dictar sentencia, detiene el curso del proceso, anula las actuaciones
realizadas y retrotrae el proceso al estado en que, de acuerdo a su criterio,
deba renovarse el acto esencial que haya estimado como quebrantado.

En este sentido, el Código de Procedimiento Civil en materia de


reposición y nulidad de los actos procesales, inspirado en los principios de
economía y celeridad procesal, incorporó el requisito de la utilidad de la
reposición. Esto quiere significar que es imprescindible para que proceda la
reposición, que además haya quedado comprobado en el juicio que la
infracción de la actividad procesal haya causado indefensión a las partes o a
una de ellas y que el acto no haya cumplido su finalidad.

Todo lo anterior, es posible porque el juez es el director del proceso,


y por tanto es su deber mantener y proteger las garantías
constitucionalmente establecidas, evitando extralimitaciones, desigualdades
o incumplimiento de formalidades esenciales que puedan generar un estado
de indefensión a las partes involucradas en el juicio.

Sobre el particular, el artículo 12 del Código de Procedimiento Civil,


pone de manifiesto los deberes del juez dentro del proceso, cuando establece
que los jueces tendrán por norte de sus actos la verdad, que procurarán
conocer en los límites de su oficio. En sus decisiones el juez debe atenerse a
las normas del derecho a menos que la ley lo faculte para decidir con arreglo
a la equidad .

Asimismo, el artículo 15 eiusdem indica que los jueces garantizarán


el derecho de defensa y mantendrán a las partes en los derechos y facultades
comunes a ellas, sin preferencia ni desigualdades y en los privativos de cada
una, las mantendrán respectivamente, según lo acuerde la ley a la diversa
condición que tengan en el juicio, sin que puedan permitir ni permitirse ellos
extralimitaciones de ningún género .
Por su parte, el artículo 206 ibídem, contiene la nulidad de los actos
procesales, destacando el papel del juez como director del proceso, cuando
prevé que los jueces procurarán la estabilidad de los juicios, evitando o
corrigiendo las faltas que puedan anular cualquier acto procesal. Esta
nulidad no se declarará sino en los casos determinados por la Ley, o cuando
haya dejado de cumplirse en el acto alguna formalidad esencial a su validez.
En ningún caso se declarará la nulidad si el acto ha alcanzado el fin al cual
estaba destinado .

Acorde con lo antes expuesto, el artículo 208 del referido texto


adjetivo civil, establece la obligación del juez superior de reponer la causa al
estado de que el tribunal de primer grado dicte nueva sentencia cuando
hubiese detectado o declarado un acto nulo, ordenándole que haga renovar
el acto írrito.

En virtud de las normas precedentemente expuestas, se evidencia


no sólo la trascendencia del papel del juez como director del proceso, sino la
potestad y los mecanismos que posee para defender la integridad y la validez
de cada uno de los actos dentro del mismo.

Así las cosas, esta Sala encuentra necesario citar lo indicado en la


sentencia recurrida, a los fines de verificar los fundamentos en que se basó el
juzgador de alzada para decretar la reposición de la causa; en ese sentido, el
ad quem estableció lo que sigue:

Estando para decidir, el Tribunal observa:

La presente causa llega a esta Alzada por apelación propuesta por


la representación judicial de la parte demandada en diligencia
fechada quince (15) de marzo de 2022 contra la decisión proferida
por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Táchira el día
11 del mismo mes y año con aclaratoria del 17-03-2022, en la que
declaró sin lugar la falta de cualidad opuesta como defensa de
fondo por la parte demandada; sin lugar la demanda de nulidad
absoluta, con lugar la reconvención por cumplimiento de contrato,
y consecuencia ordenó a la demandada reconviniente hacer entrega
al actor las siguientes cantidades de dinero: 1) veinticinco mil euros
( 25.000,00) conforme lo pactado en el instrumento privado de
fecha 22 de enero de 2020 y; 2) cien bolívares (Bs. 100,00) de
acuerdo a lo pactado en el documento de compra-venta de fecha 22
de enero de 2020, inscrito por ante el Registro Público de los
Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado Táchira,
bajo el N 2020.23, asiento registral N 1, del inmueble matriculado
con el N 429.18.4.1.19398 y correspondiente al Libro del folio real
del año 2020, precisando que una vez constara en autos el pago de
dichas sumas, se procedería a declarar la extinción de la hipoteca
especial y del primer grado estipulada en ambos documentos de
conformidad con lo previsto en el ordinal 4 del artículo 1.907 del
Código Civil, condenando en costas a la parte actora reconvenida
por haber resultado totalmente vencida en el proceso. De
conformidad con lo previsto en el artículo 274 se condena en costas
a la parte demandante por haber resultado totalmente vencida.

Ahora bien, verificada como ha sido por esta Superioridad, la


sustanciación procesal en el presente asunto por parte del a quo,
conforme a las normas que rigen la materia, seguidamente previo a
la resolución del caso, pasa a realizar pronunciamiento en relación
a la defensa de fondo opuesta por la parte demandada-
reconviniente en el escrito de contestación a la demanda, relativa a
la falta de legitimación y de interés del actor para intentar y
sostener el juicio en los siguientes términos:

PUNTO PREVIO

DE LA FALTA DE LEGITIMACIÓN Y DE INTERÉS DEL ACTOR


PARA INTENTAR Y SOSTENER EL JUICIO

La demandada asistida de abogada opuso como defensa de fondo


previa la falta de legitimación activa así como la falta de interés del
demandante para intentar y sostener el juicio, con fundamento en el
artículo 361 del Código de Procedimiento Civil, alegando que el
ciudadano Giuseppe Balbo D Angelo es el vendedor, y que al ser uno
de los contratantes del negocio jurídico, no podía peticionar la
nulidad absoluta del mismo ya que la misma debe ser ejercida sólo
por aquellas personas que no sean parte del contrato, pero que
tengan interés siempre y cuando la nulidad verse sobre intereses de
orden público, es decir, cuando se violen intereses generales de la
comunidad, y no intereses particulares de las partes contratantes, y
que en el presente caso al estar en presencia de una nulidad relativa
la demanda ha debido ser instaurada por la comunera afectada
ciudadana Gladis María Martínez Velasco.

En relación a las instituciones procesales conocidas como cualidad


o legitimación ad causam, el Tribunal Supremo de Justicia, a través
de la Sala de Casación Civil en sentencia proferida el 23/04/2010
con el N RC.000118, Exp. N AA20-C-2009-000471, con ponencia del
Magistrado Luís Antonio Ortiz Hernández, precisó lo siguiente:

Omissis

De igual forma, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de


Justicia, en sentencia reciente, proferida el 09/03/2018, N RC.
000111, Exp. N AA20-C-2017-000401, con ponencia del Magistrado
Guillermo Blanco V., señaló lo siguiente:

Omissis

Ahora bien, siendo que la defensa de fondo opuesta por la


demandada se fundamenta en el alegato de que el accionante al
demandar la nulidad absoluta del instrumento objeto de la
pretensión no tiene cualidad para intentar la acción ni interés para
estar en juicio por ser parte integrante del instrumento en
cuestión, señalando que debió demandar la nulidad relativa y que
en el presente caso la legitimidad la tenía la ciudadana Gladys
María Martínez Velasco, conviene traer a colación lo expresado por
la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, respecto
a las características de las acciones de nulidad relativa y absoluta,
plasmadas en sentencia dictada bajo el N RC.000682 el 19/11/2013,
Exp. N AA20-C-2013-000315, cuya ponencia correspondió a la
Magistrada Aurides Mercedes Mora, en la que señaló lo siguiente:

Omissis

Conforme a lo establecido en decisiones transcritas, la cualidad


desde el punto de vista procesal expresa una relación de identidad
lógica entre la persona del actor y aquélla a quien la Ley le concede
la acción (cualidad activa), y entre la persona del demandado y
aquélla contra quien la acción es ejercida (cualidad pasiva) y siendo
que la falta de cualidad e interés afecta la acción, de configurarse
tal situación traería como consecuencia jurídica el desechar la
demanda, precisando la última de las decisiones, las características
de los tipos de nulidades existentes, extrayéndose de la misma entre
otras que, la cualidad o legitimación activa para intentar la
demanda en los casos de nulidades absolutas de una convención le
es dable a cualquier persona que tenga interés, de lo que se deduce
que inclusive le es potestativo a los intervinientes en el negocio
jurídico, y siendo que el aquí accionante, quien tiene el carácter de
vendedor en los instrumentos objeto de la pretensión, precisó en el
libelo de la demanda las razones por las que procura sea declarada
la nulidad absoluta de los mismos, esta Alzada con base en las
decisiones citadas, concluye que el actor, ciudadano Giuseppe Balbo
D Angelo tendría en principio legitimación e interés para intentar y
sostener la presente causa, por lo que la defensa previa de fondo
opuesta por la parte demandada en tal sentido no puede prosperar.

No obstante, esta alzada observa de la lectura del libelo de la


demanda, que una de las razones por las que el actor pretende sea
declarada la nulidad absoluta de los dos documentos de compra-
venta suscritos en forma privada y pública en fecha 22 de enero de
2020, es que los bienes inmuebles que integran la venta en cuestión
se encuentran en comunidad con quien fue su esposa, ciudadana
Gladys María Martínez Velasco, por lo que se requería de su
aprobación para ser enajenados conforme al documento de
partición y liquidación amistosa protocolizado ante el Registro
Público de los Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del
estado Táchira, en fecha 09/04/2007, bajo el N 42, Tomo 2 , Folios
211 al 217, Protocolo Primero del año 2007; de cuyo contenido se
extrae que en la cláusula primera fueron descritos los bienes
adquiridos durante la unión conyugal, entre los que se destaca un
inmueble constituido por un lote de terreno ubicado en Las Vegas,
Municipio Cárdenas del estado Táchira con todos sus anexos,
mejoras, construcciones, pertenencias y bienhechurías en el
existentes, incluyendo un fondo de comercio denominado
Restaurant y Cervecería La Balbonera, describiendo en la cláusula
segunda la forma de adjudicación, liquidación y administración de
los bienes comunes, instituyendo que continuarían en comunidad, ya
no conyugal sino ordinaria en lo relativo al bien inmueble y a las
mejoras y bienhechurías sobre él construidas así como en cuanto al
referido fondo de comercio, señalando en forma expresa en la
cláusula tercera de dicho instrumento que: las partes manifiestan
no quedar a reclamarse mutuamente nada que guarde relación con
los bienes adjudicados, a excepción de aquellos en que
permanecerán en comunidad, sin cuyos consentimientos no podrán
efectuarse actos de disposición que afecten los bienes comunes , de
lo que se desprende que existe una comunidad ordinaria con pacto
expreso de los comuneros referente a la obligatoriedad de
requerirse el consentimiento de ambos para efectuar actos de
disposición de los bienes comunes.

Advierte esta superioridad que en el presente caso existe un litis


consorcio activo, y en tal sentido el artículo 146 del Código de
Procedimiento Civil establece:

Omissis

La norma transcrita dispone las condiciones por las que las


personas pueden ser demandantes o demandadas en forma
conjunta como litisconsortes, siendo oportuno traer a colocación el
fallo N RC.000208 dictado por la Sala de Casación Civil del
Tribunal Supremo de Justicia en fecha 31-03-2016, en la que precisó
lo siguiente:

Omissis

Más reciente, la Sala de Casación Civil en sentencia N RC.000472


de fecha 17-10-2022, señaló en cuanto a la ausencia de algunos de
los sujetos que integren un litisconsorcio lo siguiente:

Omissis

De las decisiones transcritas, se extrae que en cualquier estado o


grado de la causa, al verificar si en efecto se encuentran
válidamente constituidas las partes que por ley deben integrar la
relación jurídico-procesal, y que al advertir la existencia de un
defecto en la integración del litis-consorcio necesario, debe ordenar
de oficio su integración, para garantizar la legitimación de las
partes en contienda, y como bien lo señala la Sala de Casación Civil
en el citado fallo, la falta de cualidad o legitimación a la causa, es
una institución procesal que representa una formalidad esencial
para la consecución de la justicia, por estar estrechamente
vinculada a los derechos constitucionales de acción, a la tutela
judicial efectiva y defensa, debiendo ser atendida y subsanada
incluso de oficio por los jueces, ya que la falta de la correcta
integración de las partes o del litisconsorcio necesario genera una
falta de legitimación que impide que se dicte una sentencia eficaz y
en consecuencia desprovista de efectos jurídicos.
Siendo así, como bien se señaló antes, en la presente causa este
Tribunal constata que los ciudadanos Giuseppe Balbo D Angelo y
Gladys María Martínez Velasco, se encuentran en estado de
comunidad jurídica con respecto del bien objeto del contrato de
compra venta cuya nulidad es pretendida, comunidad ésta que
conforme se extrae de las actuaciones cursantes a los autos deviene
de la comunidad conyugal habida entre los mencionados
ciudadanos, quienes en razón de la disolución por vía de divorcio
del vínculo matrimonial que les unía, procedieron conforme a
derecho a realizar la partición y liquidación amistosa de la
comunidad conyugal, sin embargo, decidieron de mutuo acuerdo
permanecer en comunidad ordinaria en cuanto a los bienes que
precisaron en el documento protocolizado por ante el Registro
Público de los Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del
estado Táchira, en fecha 09/04/2007, bajo el N 42, Tomo 2 , Folios
211 al 217, Protocolo Primero del año 2007, habiendo los
mencionados comuneros pactado en la parte final de la cláusula
tercera de dicho instrumento que sin el consentimiento de ambas
partes no podrían realizarse actos de disposiciones que afecten los
bienes comunes, con lo que a todo evento, y cónsono con lo
establecido en el citado artículo 146 establecieron un litisconsorcio
necesario entre sí, no siendo aplicable en consecuencia lo
establecido en el artículo 765 del Código Civil por cuanto en razón
de lo pactado no le es dable al accionante actuar libremente,
concluyéndose que en razón de la referida comunidad ordinaria con
pacto entre los comuneros en los términos antes expresados, resulta
forzoso considerar que al no haber sido invocado el artículo 168 del
Código de Procedimiento Civil por el condueño aquí accionante, la
legitimación para intentar la presente demanda de nulidad de los
contratos de venta de los bienes supra señalados que se encuentran
en comunidad, corresponde conjuntamente a los comuneros
Giuseppe Balbo D Angelo y Gladys María Martínez Velasco, por
conformar un litisconsorcio activo necesario y obligatorio. Así se
establece.

Constatada por este Juzgado Superior Civil la falta de integración


del litis consorcio activo necesario y obligatorio antes señalado, con
basamento en las decisiones citadas parcialmente en los artículos
206, 208 y 212 del Código de Procedimiento Civil, resulta ineludible
para esta alzada anular la decisión recurrida, el auto de admisión
dictado en fecha 19-03-2021 (folio 44) y todas las actuaciones
posteriores al mismo, en razón del quebrantamiento de formas
sustanciales en menoscabo del derecho a la defensa de la parte
demandante en el presente juicio, en especial de la comunera,
ciudadana Gladys María Martínez Velasco, en consecuencia, se
repone la causa al estado en que el Tribunal de Primera Instancia
en lo Civil que corresponda, dicte nuevo auto de admisión
conformando el litis consorcio activo necesario obligatorio en los
términos explanados en el presente fallo. Así se decide.

DISPOSITIVO
Por lo expuesto, este JUZGADO SUPERIOR TERCERO EN LO
CIVIL, MERCANTIL, DEL TRÁNSITO Y BANCARIO DE LA
CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO TÁCHIRA,
administrando justicia, en nombre de la República y por autoridad
de la Ley, declara:

PRIMERO: CON LUGAR la apelación interpuesta en fecha 15 de


marzo de 2022, por el apoderado del demandante, ratificada en
diligencia de fecha 18-03-2022, contra la sentencia proferida el 11
de marzo de 2022 por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
estado Táchira, con aclaratoria del 17-03-2022.

SEGUNDO: SE ANULA la decisión de fecha once (11) de marzo de


2022 dictada por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito, así como todo lo actuado desde el
auto de admisión de la demanda inclusive, de fecha 19-03-2021,
cursante al folio 44.

TERCERO: SE REPONE LA CAUSA al estado de admisión de la


demanda debiendo el Juez de Primera Instancia en lo Civil que le
corresponda, conformar el litis consorcio activo necesario
obligatorio en los términos explanados en el presente fallo .
(Cursivas de la Sala, demás resaltado del texto).

De la lectura de la recurrida se desprende que el juzgador de alzada


ordenó la reposición de la causa al estado de admisión de la demanda, a los
fines de que se conforme el litis consorcio activo necesario, señalando que el
bien objeto de la controversia se encuentra en comunidad entre los
ciudadanos Giuseppe Balbo D Angelo (actor) y Gladys María Martínez
Velasco, quienes en razón de la disolución por vía de divorcio del vínculo
matrimonial que les unía, procedieron conforme a derecho a realizar la
partición y liquidación amistosa de la comunidad conyugal, sin embargo,
decidieron de mutuo acuerdo permanecer en comunidad ordinaria en cuanto
a los bienes que precisaron en el documento protocolizado por ante el
Registro Público de los Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del
estado Táchira, en fecha 09/04/2007, bajo el N 42, Tomo 2, Folios 211 al 217,
Protocolo Primero del año 2007, habiendo los mencionados comuneros
pactado en la parte final de la cláusula tercera de dicho instrumento que sin
el consentimiento de ambas partes no podrían realizarse actos de
disposiciones que afecten los bienes comunes .

Ahora bien, es pertinente invocar lo establecido en el artículo 146


del Código de Procedimiento Civil, el cual establece:

Artículo 146: Podrán varias personas demandar o ser demandadas


conjuntamente como litisconsortes: a) Siempre que se hallen en
estado de comunidad jurídica con respecto al objeto de la causa; b)
Cuando tengan un derecho o se encuentren sujetas a una obligación
que derive del mismo título; c) En los casos 1 , 2 y 3 del artículo 52 .
La norma antes transcrita regula la figura del litisconsorcio , que
no es otra cosa que la presencia en el mismo proceso de varias personas bien
sea como demandantes o demandados, es decir, la pluralidad de personas
actuantes en un mismo juicio. Dicho artículo indican tres hipótesis en las
cuales podrán ser demandantes o demandadas varias personas. En las dos
primeras, contenidas en los literales a y b de la mencionada norma, el
objetivo que se distingue, en ambos casos, es permitir, a los fines de
promover la economía procesal, que en aquellas situaciones en las cuales, la
relación jurídica con el objeto de la causa, un derecho u obligación que
deriven de un mismo título, sean comunes a varias personas, puedan ser
éstas demandantes o demandados en un mismo proceso. Es este también el
sentido que se deduce del literal c) de la mencionada norma, cuando permite
que sean varios los demandantes o demandados, pero desde una perspectiva
diferente, pues, refiere a los supuestos de los ordinales 1 , 2 y 3 del artículo
52 del Código de Procedimiento Civil, en los cuales se describen condiciones
objetivas (por ejemplo, identidad de títulos y personas, pero diferente título),
que cuando están presentes, hace posible que sean demandantes o
demandados, varias personas.

En relación al litisconsorcio necesario el doctrinario Vicente J.


Puppio, en su obra Teoría General del Proceso, página 310, expresa que
presupone una relación sustancial para varios sujetos, de tal manera que
cualquier modificación, sólo tiene eficacia cuando se hace contra todos o
frente a todos los integrantes del otro lado de la relación sustancial y así
ocurre cuando ésta es controvertida. En consecuencia, la legitimación para
contradecir en juicio corresponde a todos. Esas personas están vinculadas
por el mismo interés jurídico, y en virtud de la litisconsorcio necesaria esas
personas están unidas para hacer valer la pretensión o para contradecirla .

Asimismo, esta Sala en sentencia Nro. 225, de fecha 20 de mayo de


2011, caso: Constructora Oljape, C.A., contra Álvaro José Contreras
Sánchez, el cual ratificó el criterio establecido en decisión Nro. 094, del 12
de abril de 2005, caso: Vestalia de Jesús Zarramera de Hernández y otros
contra Dimas Hernández Gil Español y otro, estableció sobre el litisconsorcio
necesario lo siguiente:

Respecto a lo denunciado por el formalizante, como es el


menoscabo al derecho a la defensa, siendo que en el sub iúdice se
configura un litisconsorcio pasivo forzoso, la Sala considera
oportuno hacer mención a lo dispuesto en decisión N 94 de fecha 12
de abril de 2005, en el juicio seguido por Vestalia de Jesús
Zarramera De Hernández y Otros contra Dimas Hernández Gil y
Otro, expediente N 2003-024, mediante el cual se estableció, lo
siguiente:

el litisconsorcio puede definirse como la situación jurídica en


que se hallan diversas personas vinculadas por una relación
sustancial común o por varias relaciones sustanciales conexas,
que actúan conjuntamente en un proceso voluntaria o
forzosamente, como actores o como demandados.

Hay litisconsorcio necesario o forzoso cuando existe una


relación sustancial o estado jurídico único para varios sujetos,
de manera que las modificaciones de dicho vínculo o estado
jurídico deben operar frente a todos sus integrantes para tener
eficacia; por tanto, al momento de plantearse en juicio la
controversia, la pretensión debe hacerse valer por uno o por
varios de los integrantes de la relación frente a todos los
demás. En estos casos, la relación sustancial controvertida es
única para todos los integrantes de ella, de modo que no puede
modificarse sino a petición de uno o varios de ellos frente a
todos los demás y debe resolverse de modo uniforme para
todos .

De modo que, la figura del litisconsorcio se circunscribe a que


distintas personas se encuentran vinculadas por una o varias
relaciones sustanciales, las cuales actuarán simultáneamente en
una causa voluntaria o forzosamente, bien sea como demandantes o
como demandados.

Por lo que, ante la existencia en juicio de la figura del


listisconsorcio, se debe atender a la circunstancia de si la relación
sustancial debe estar configurada necesariamente por todos los
litisconsortes, a los fines de interponer la demanda, motivo por el
cual, se debe analizar la eficacia de la petición cuando se ejerza
individualmente . (Cursivas de la Sala).

De lo anterior se desprende que el litisconsorcio necesario se


origina en razón de la naturaleza del vínculo de la relación jurídica por
disposición de ley o por estar de manera implícita en ella, en donde
necesariamente la pretensión comprende un caso de legitimación, por cuanto
no se permite la cualidad dividida, por la existencia de la pluralidad de
sujetos o partes, que deben ser llamadas a juicio para ejercer su derecho,
defensas y excepciones, a los fines de obtener un pronunciamiento único por
el órgano jurisdiccional, para que surta efectos jurídicos a todos los sujetos
procesales. En este caso, solo se perfecciona la relación jurídica procesal si
todos los litisconsortes comparecen, es decir, interponen demanda judicial o
si todos los litisconsortes son emplazados, salvo disposición legal en
contrario.

De igual forma, tenemos que hay litisconsorcio voluntario y


litisconsorcio necesario, el primero se caracteriza por contener varias
relaciones sustanciales discutidas en el juicio, cuya acumulación bajo la
unidad de una sola relación procesal permite la ley, en razón de la voluntad
de las partes interesadas, por la relación de conexión que existe entre las
diversas relaciones, o por la conveniencia de evitar sentencias contrarias o
contradictorias si las diferentes relaciones son decididas separadamente en
juicios distintos. Por su parte, en el segundo, existe una única relación
sustancial controvertida para todos los integrantes de ella, de manera que
cualquier modificación de dicha relación, para su eficacia, debe operar
frente a todos sus integrantes, los cuales deben ser llamados todos a juicio
para integrar debidamente el contradictorio.

Así las cosas, contrario a lo afirmado por el juzgador de alzada, el


presente caso es sobre un litisconsorcio voluntario, en virtud de que se trata
de derechos comunes existente entre los ciudadanos Giuseppe Balbo D
Angelo y Gladys María Martínez Velasco, en virtud de que el bien objeto del
contrato de compra venta cuya nulidad es pretendida se encuentra en
comunidad ordinaria entre los prenombrados ciudadanos, vale decir,
cincuenta por ciento (50%) de la propiedad para cada uno, en virtud de la
partición y liquidación amistosa de la comunidad conyugal realizada por
dichos ciudadanos, en la que decidieron de mutuo acuerdo permanecer en
comunidad ordinaria sobre entre otros- el aludido bien, de acuerdo a
documento protocolizado ante la Oficina del Registro Público de los
Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado Táchira, de 9 de
abril de 2007, bajo el Nro. 42, Tomo 2, Folios 211 al 217, Protocolo Primero
del año 2007. Sin embargo, de la lectura de la recurrida se constata que el
actor presuntamente vendió solo el cincuenta por ciento (50%) de los
derechos que le corresponde, dejando intacto el porcentaje de la ciudadana
Gladys María Martínez Velasco y así fue aceptado por la supuesta
compradora, en virtud de lo cual, no le fue lesionado el derecho de propiedad
a la prenombrada ciudadana.

En sentido, si bien es cierto que en los casos de litisconsorcio activo


la legitimación para demandar en juicio corresponde en conjunto a todos,
aún a los que no han asumido la condición de demandante y no
separadamente a cada uno de ellos, no es menos cierto, que cuando se trata
de demandas de las cuales se deriven consecuencias que surtan efectos sobre
el patrimonio comunero, el litisconsorcio activo, no es necesario, en virtud de
que ello no implica acto de disposición de los bienes que afecten al otro . (Ver
sentencia Nro. 295, de fecha 4 de agosto de 2022, caso: Delia Febres contra
Ofelia Febres).

Con base a los razonamientos que preceden, la Sala considera que


el juzgador ad quem infringió los artículos 12, 15, 206, 208 del Código de
Procedimiento Civil, al decretar una reposición que bajo cualquier óptica
resulta inútil, dado que el litisconsorcio no es necesario al no encontrarse
afectados los derechos del otro comunero. Así se establece.

Dada la procedencia de la referida denuncia, esta Sala pasa a


conocer el mérito del asunto empleando la nueva redacción de los artículos
320, 322 y 522 del Código de Procedimiento Civil, según lo dispuesto en las
decisiones Nro. RC-510 de la Sala de Casación Civil, de fecha 28 de julio de
2017, expediente Nro. 2017-124; sentencia vinculante Nro. 362 dictada por la
Sala Constitucional de fecha 11 de mayo de 2018, Exp. Nro. 17-1129, caso:
Marshall y Asociados C.A., y las sentencias de esta Sala de Casación Civil
números 254 (caso: Luis Antonio Díaz Barreto, contra Ysbetia Rocío
González Zamora) y 255 (caso: Dalal Abdrer Rahman Masud, contra Yuri
Jesús Fernández Camacho y otra), ambas de fecha 29 de mayo de 2018. Así
se establece.

SENTENCIA DE MÉRITO

En la presente causa, el ciudadano Giuseppe Balbo D Ángelo


demandó a la ciudadana Lili Esperanza Orduz Beltrán por nulidad absoluta
de documento de compraventa protocolizado ante la Oficina del Registro
Público de los Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado
Táchira, el 22 de enero de 2020, bajo el Nro. 2020.23, Asiento Registral 1 del
inmueble matriculado con el Nro. 429.16.4.1.19398, correspondiente al libro
de folio real del año 2020, asimismo, solicita la nulidad del documento
privado de compraventa suscrito por los prenombrados ciudadanos en esa
misma fecha (22-1-2020); argumentando a tal efecto que celebró dos (02)
contratos de arrendamiento, ambos de fecha 22 de noviembre de 2011, a
través del primero le arrendó a dicha ciudadana un fondo de comercio
denominado Restaurant y Cervecería La Balbonera , constituido por el
terreno y las mejoras donde funciona dicho fondo de comercio. Aduce que en
virtud del divorcio ocurrido entre el actor y la ciudadana Gladis María
Martínez Velasco, procedieron a realizar una partición de la comunidad
conyugal de manera amistosa ante la Oficina de la Notaría Pública Quinta de
San Cristóbal estado Táchira, el 17 de junio de 2004, quedando anotado bajo
el Nro. 50, Tomo 114 y posteriormente protocolizado ante la Oficina del
Registro Público de los Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del
estado Táchira, el 9 de abril de 2007, bajo el Nro. 42, Tomo 02, Protocolo
Primero, donde -afirma- se evidencia que el bien objeto de la presente
demanda quedó en comunidad entre los prenombrados ciudadanos, en el que
se estableció en el numeral primero de dicha partición ( ) mediante este
documento las partes manifiestan no quedar a reclamarse mutuamente nada
que guarde relación con los bienes adjudicados; a excepción de aquellos que
permanecerán en comunidad, sin cuyo consentimiento no podrán efectuarse
actos de disposición que afecte los bienes comunes . Por medio del segundo le
otorgó en arrendamiento a la demandada un local comercial dentro del
mismo inmueble destinado a la venta de verduras y frutas.

Alega que a principios de enero de 2020, el actor necesitaba la


cantidad de cinco mil euros ( 5.000) y recurrió a la demandada para que se
los diera en préstamo y la misma acepto, indicándole que debían firmar un
documento de hipoteca para garantizar el dinero prestado; en virtud de lo
cual el 22 de enero de 2020 se vieron frente a la Oficina del Registro Público
del Municipio Cárdenas estado Táchira, donde la demandada le mostro el
dinero que le iba a prestar pero que debía firmarle ese día en el Registro
Subalterno un documento de préstamo por dicha cantidad de dinero, que
tenían que colocarlo en bolívares, porque el Registrador no aceptaba que se
colocara el préstamo en euros, lo que fue aceptado , que posteriormente, a la
01:30 pm los llamaron para firmar dicho documento, que en ese momento el
actor le indicó a la demandada que él debía tener un documento donde se
indicara que el préstamo era en euros, a lo que la demandada aceptó,
indicándole que ella traía uno allí, para firmarlo en privado ( ) y enseguida
suscribieron lo que ( ) creía que era el préstamo que él había recibido .
Señala que las partes (respecto a los antes citados contratos de
arrendamiento), convinieron de manera verbal que el 22 de diciembre de
2019 empezaría a correr el lapso de prorroga legal, cuyo vencimiento era el
22 de diciembre de 2021, siendo suscrito dicho acuerdo el 24 de enero de
2020, es decir que se firmó dos (02) días después de haberse firmado el
documento de compra-venta ante el registro subalterno con lo cual se
demuestra también el dolo existente pues es imposible que una persona que
ha adquirido un bien inmueble firme un documento de prorroga legal,
después de la adquisición , alegando que la demandada firmó dicho
documento a los fines de que el actor no se diera cuenta del grave error al
cual había sido inducido cuando firmo un documento de venta, creyendo él
que había sido un documento de hipoteca por el monto de dinero recibido en
préstamo .

Sostuvo, que el 1 de noviembre de 2020, la ciudadana Gladis María


Martínez Velasco, se dirigió al Restaurant y Cervecería La Balbonera , para
recordarle a la demandada que ya se acercaba la entrega del inmueble
arrendado, quien le respondió que ella no tenía que entregarle nada porque
ese inmueble se lo había comprado a su ex marido Giuseppe Balbo D Ángelo
y le entregó una copia del documento de propiedad de dicho inmueble a su
nombre, e inmediatamente la ciudadana Gladis María Martínez Velasco ( ) se
comunicó con su ex cónyuge ( ) para preguntarle si era cierto el contenido de
dicho documento y se lo envió para que este lo revisara e inmediatamente le
contestó que él tenía un documento privado firmado al mismo momento en
que se estaba firmando el documento en el registro y que lo iba a leer,
observando que el mismo es de igual contenido con la excepción de que
indica que es una venta por treinta mil euros ( 30.000,00), de los que él
recibía cinco mil euros ( 5.000,00) y los restantes veinticinco mil euros (
25.000,00) pagaderos en un lapso de dieciocho meses . Arguye que para la
fecha de la firma de los documentos del préstamo el actor tenía ochenta y
cinco (85) años de edad, por lo que se aprovecharon de su falta de
coordinación mental y análisis, pues lo único que veía era los cinco mil euros
( 5.000,00) que le iba a dar en calidad de préstamo, y le anuló el raciocinio,
más aún cuando en ese acto le entregó dicho documento privado que no le
permitió leer, indicándole que era la hipoteca por los cinco mil euros (
5.000,00) que en ese momento estaba recibiendo y aprovechando también el
poco conocimiento del idioma español, así como la poca visión por el
deterioro de su vista, es decir, la compradora actuó de forma dolosa, pues
convenció plenamente al vendedor que lo que estaba realizando no era una
venta sino una hipoteca .

Asimismo, aduce que no le permitió ser acompañado por un


miembro de su familia o amigo para la lectura del documento, bajo el
argumento de que si la familia se enteraba le quitarían el dinero dado en
préstamo. Que del documento protocolizado cuya nulidad se demanda, se
puede determinar que la venta fue por los derechos y acciones del lote de
terreno y las mejoras y bienhechurías sobre él construidas, vendidas por la
cantidad de doscientos millones de bolívares (Bs. 200.000.000,00), los
primeros cien millones de bolívares (Bs. 100.000.000,00) pagados
presuntamente con cheque Nro. S-91 46004159 del Banco de Venezuela, de
fecha 20 de diciembre de 2019, de la cuenta corriente Nro.
0102-0219-11-0000217806, que según información de dicha entidad
financiera no ha sido presentado en taquilla para su cobro, perteneciendo la
referida cuenta bancaria a la ciudadana Karem Crisbel Delgado Jaimes,
familiar de la abogada Belkis Xiomara Delgado Jaimes, funcionaria de la
Notaría Pública Primera de San Cristóbal estado Táchira, y quien aparece en
la nota de asiento registral como la abogado redactora del documento de
compra venta, dado que ella había redactado un documento privado
presentado al Registro Subalterno pero devuelto por varias incongruencias,
a saber, que era documento privado, que había sido elaborado el 19 de
diciembre de 2019, que la forma de pago era en euros y no en bolívares y
errores en los linderos. Que ese documento también se hizo con la mala
intensión de que era una venta y no el préstamo convenido. De igual forma,
que en el documento que fraudulentamente se registró el 22 de enero de
2020, se indicó que la venta es sobre el terreno y bienhechurías, siendo un
inmueble aún en comunidad entre el actor y su ex esposa, ciudadana Gladis
María Martínez Velasco; situación que conocía la demandada por cuanto
tenía copia del aludido documento de partición debido a que se le había
entregado para el pago del canon de arrendamiento, que debido a la
prohibición expresa de disposición del bien sin el consentimiento de la otra
parte contenida en el mismo, referente a que se requería del consentimiento
de la prenombrada ciudadana para efectuar la hipoteca, por lo que afirmó se
ocultó el documento de partición porque de lo contrario el registrado no le
hubiera dado curso al negocio de compra venta.

Fundamentó la demanda de nulidad de contrato de compra-venta en


los artículos 1.133, 1.141, 1.142, 1.146, 1.151, 1.154, 1.159 y 1.474 del
Código Civil.

Solicita que se declare la nulidad absoluta del documento de


compra-venta suscrito entre los ciudadanos Giuseppe Balbo D Ángelo y Lili
Esperanza Orduz Beltrán, ante el Registro Público de los Municipios
Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado Táchira, el 22 de enero de
2020, inscrito bajo el Nro. 20.23, asiento registral 1 del inmueble
matriculado con el Nro. 429.16.4.1.19398, correspondiente al Libro de Folio
Real del año 2020, asimismo, del documento privado de compraventa
celebrado por los prenombrados ciudadanos en la misma fecha (22/1/2020).

Por su parte, el apoderado judicial de la demandada dio


contestación a la demanda en los siguientes términos:

Que niega, rechaza y contradice la demanda, tanto en los hechos


alegados como en el derecho, toda vez que lo primero no se ajustan a la
realidad fáctica, según la narración del demandante, y en el derecho, porque
las normas invocadas no resultan aplicables al planteamiento de la litis.
Aduce que es cierto que celebró con los ciudadanos Giuseppe Balbo D Ángelo
y Gladis María Martínez Velasco contratos de arrendamiento sobre el
inmueble objeto de la controversia, pero no dos (2), sino tres (3) y una
notificación, a saber: El primero, en fecha 22 de noviembre de 2011,
mediante el cual se le daba en arrendamiento el Fondo de Comercio
denominado Restaurant y Cervecería La Balbonera ; el segundo en fecha 18
de noviembre de 2015; el tercero, el 24 de enero de 2018; y la notificación, el
24 de enero de 2020, donde se le comunica que se le ha concedido una
prorroga legal de dos (2) años, es decir hasta el 21 de diciembre de 2021,
aun está vigente, a pesar de que la misma es contraria a derecho, la firmé
por cuanto estoy consciente que solamente compre el cincuenta por ciento
(50%) de los derechos y acciones . Que en dichos contratos de arrendamiento
los prenombrados ciudadanos tienen el carácter de arrendadores, de los
cuales se desprende que el canon de arrendamiento se debe pagar en cuentas
diferentes, correspondiendo a cada uno el cincuenta por ciento (50%) por
dicho concepto.

Señaló que de las cláusulas de los aludidos contratos de


arrendamiento se deduce que si los arrendadores decidían vender, la
demandada (arrendataria) era la primera en tener el derecho de preferencia
para la compra. Que en los mismos no se hizo mención del supuesto acuerdo
que ese inmueble permanecería en comunidad, y que sin el consentimiento de
uno de los comuneros no podría efectuarse actos de disposición, por lo tanto
no tenía conocimiento de esa condición existente, situación que si sabía el
actor y no lo manifestó, es decir, vendió su cincuenta (50%) por ciento, sin
limitación alguna, ejerciendo en mi carácter de arrendataria-compradora, la
preferencia que me otorgaba el contrato de arrendamiento.

Asimismo, argumentó que el fundamento de la demanda de nulidad


absoluta radica en dos (2) contratos de compra-venta del cincuenta por
ciento (50%) de los derechos y acciones que tenía el co-propietario (hoy
demandado) sobre el lote de terreno y las bienhechurías que dio en venta, en
los cuales se aprecia que en ambos son las mismas partes, el mismo objeto, el
mismo lapso para pagar, la misma fecha de venta, y que en ambos contratos
se constituyó hipoteca especial de primer grado a favor del demandante
vendedor; que la diferencia entre el documento público y el privado es el
precio establecido, el primero por la cantidad de doscientos millones de
bolívares (Bs. 200.000.000,00) y el segundo por la cantidad de treinta mil
euros ( 30.000,00), monto último considerable pero que representa el precio
real convenido en la negociación, mientras que el establecido en el
instrumento público fue realizado con fines meramente registrales, en virtud
de las limitaciones para expresar el monto de las operaciones en moneda
extranjera, estando en presencia de un sólo negocio jurídico, en el cual, el
privado sirve de contradocumento al de carácter público.

Alega que no es cierto que el actor recurrió a la demandada para


que le prestara cinco mil euros ( 5.000), pues lo cierto es que el vendedor le
ofreció en venta el cincuenta por ciento (50 %) de los derechos y acciones
que tenía sobre el inmueble de autos y le propuso que hicieran dos contratos,
uno registrado con un precio irrisorio y otro privado con el precio verdadero.
Sostuvo que si hubiera actuado de mala fe, no habría firmado el segundo
contrato que se realizó en euros y por un monto significativo.
Afirmó que su obligación como compradora es pagar el precio
convenido en el lapso pactado, vale decir, dieciocho (18) meses, por lo que
habiendo sido suscritos dichos convenios el 22 de enero de 2020, dicho lapso
finaliza el 22 de julio de 2022, fecha en la que debe pagar la cantidad
acordada.

De igual forma, manifestó que respecto al argumento de que hubo


dolo por haber firmado un documento de prórroga legal después de
registrada la compra del inmueble, arguye que del documento protocolizado
se desprende que aceptó quedar en comunidad con la ciudadana Gladis
María Martínez Velasco, afirmando que entonces el deber ser, es si ella
quiere su cincuenta por ciento (50%) del terreno y de las bienhechurías, yo se
la debo entregar en el lapso según ellos estipulado en ese documento de
prórroga legal, no siendo lo correcto por mandato de ley; ya que en ninguno
de los dos documentos aclaramos cuál es el cincuenta por ciento (50%) de
cada uno, es decir, no sé sabe que me corresponde, y por ser un bien
inmueble divisible, lo lógico es que se pueda dividir de conformidad con la
ley , entonces no existe dolo alguno, siendo compradora de buena fe, ya que
de dichos contratos se desprende que el vendedor era divorciado. Que en
todo caso, el dolo vendría del actor-vendedor, quien pretende desconocer la
existencia de un contrato de venta con garantía hipotecaria, del que recibió
en un sólo acto en dinero en efectivo, la suma de cinco mil euros ( 5.000,00),
equivalentes al 16, 66% del monto de la operación, y traer de vuelta a su
patrimonio objeto de venta a través de esta acción. Que el demandante alega
que recibió en préstamo la suma de cinco mil euros ( 5.000,00), pero no
señala la fecha convenida para su devolución, y menos aun sugiere la
posibilidad de pago del mismo.

Alega que falso que se aprovechó de la edad de ochenta y cinco (85)


del vendedor y menos aun de su falta de coordinación mental y análisis, así
como del poco conocimiento del idioma español y de la poca visión por el
deterioro de su vista, dado que el actor trabajó en el país por dieciocho (18)
años y catorce (14) días, en una empresa venezolana, por lo que si habla
español, oponiendo Cuenta Individual emanada del Instituto Venezolano de
Seguros Sociales, Dirección General de Afiliación y Prestaciones en Dinero
actualizada a la fecha 3 de mayo de 2021. Asimismo, a los fines de desvirtuar
que el vendedor no tenía coordinación mental, opuso la constancia médica
solicitada por el Registrador Mercantil del Municipio Cárdenas del estado
Táchira; afirmando igualmente, que no consta en actas que su familia haya
tramitado una acción de interdicción o inhabilitación ante algún Tribunal, en
consecuencia, el ciudadano demandante está habilitado para realizar
negociaciones, transacciones y demás actos de comercio, tal como otorgó el
poder aquí consignado.

Asimismo, señala que desconocía la existencia del condicionamiento


de consentimiento para la realización de actos de disposición de los bienes
que aún permanecen en comunidad entre los ex cónyuges, situación que
debía ser alegada por el vendedor en el registro. Igualmente aduce que la
ciudadana Gladis María Martínez Velasco tuvo conocimiento de la
negociación de compraventa el 1 de noviembre de 2020, y siendo comunera
le correspondía desde esa fecha gestionar la demanda por retracto legal.

Señaló que la parte actora afirmó en el libelo de demanda que el


contrato de venta se encuentra viciado de nulidad absoluta aseverando que
existió dolo, error, engaño, presión o violencia, aprovechamiento, falta de
consentimiento de la del ex cónyuge, sin embargo, de conformidad con la
jurisprudencia de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia,
la acción intentada se corresponde con una pretensión de nulidad relativa de
contrato de venta y no de nulidad absoluta, ya que para la existencia de la
última debe haber la inobservancia de alguna norma imperativa o prohibitiva
de la ley en materia de contratos destinada a proteger intereses del orden
público o de las buenas costumbres, por lo que al haber fundamentado la
nulidad aducida en vicios del consentimiento se está frente a una nulidad
relativa.

Alegó que el ciudadano Giuseppe Balbo D Ángelo carece de


cualidad activa e interés para sostener la acción intentada, por cuanto él es
el vendedor, es decir uno de los contratantes del negocio jurídico, pues la
nulidad absoluta ha de ser ejercida sólo por aquellas personas que no sean
parte del contrato, pero que tengan interés siempre y cuando la nulidad verse
sobre intereses de orden público, es decir, cuando se violen intereses
generales de la comunidad, y no sobre intereses particulares de las partes
contratantes, y que en el presente caso al estar en presencia de una nulidad
relativa la demanda ha debido ser instaurada por la comunera afectada, por
lo que ha de ser declarara la falta de cualidad del demandante para intentar
y sostener el presente juicio.

Finalmente indicó que en el supuesto de ser declarada con lugar la


acción de nulidad absoluta, peticionó que le sea ordenado al actor la
restitución inmediata de la cantidad de cinco mil euros ( 5.000,00), más los
gastos ocasionados. Solicitó que se declare sin lugar la demanda.

Establecido lo anterior, y descendiendo a los autos, a los fines de


dar cumplimiento al principio de exhaustividad probatoria establecida en el
artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, observa la Sala que cursan a
los autos:

Pruebas aportadas por la parte demandante:

1- Copia fotostática simple de contrato de arrendamiento celebrado


entre los ciudadanos Giuseppe Balbo D Ángelo y Gladis María Martínez
Velasco como arrendadores y la ciudadana Lili Esperanza Orduz Beltrán
como arrendataria, mediante el cual otorgaron en arrendamiento el fondo de
comercio Restaurant y Cervecería La Balbonera , autenticado ante la Oficina
de la Notaría Pública Primera de San Cristóbal estado Táchira el 22 de
noviembre de 2011, quedando anotado bajo el Nro. 17, Tomo 374 de los
Libros de Autenticaciones llevados por dicha notaría (folios 16 al 20 del
expediente). Documental que se desecha dado que no es un hecho
controvertido la relación arrendaticia existente entre dichos ciudadanos.

2- Copia fotostática simple de sentencia dictada por el Juzgado


Cuarto de Primera Instancia Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del estado Táchira, del 19 de octubre de 2004 (folio
21 del expediente); a la cual se le tiene como fidedigna, dado que no fue
impugnada por el adversario, por lo tanto se le otorga valor probatorio de
conformidad a lo establecido en el artículo 429 del Código de Procedimiento
Civil; desprendiéndose de la misma que en dicha fecha (19/10/2004) el
aludido tribunal disolvió el vinculo matrimonial existente entre los
ciudadanos Giuseppe Balbo D Ángelo y Gladis María Martínez Velasco.

3- Copia fotostática simple del Acta mediante el cual se cambio la


denominación y el objeto del Fondo de Comercio denominado Restaurant y
Cervecería La Balbonera , presentada ante el Registro Mercantil de la
Circunscripción Judicial del estado Táchira el 27 de septiembre de 1995
(folios 22 al 23 del expediente). Instrumento que se desecha pues no es un
hecho controvertido el cambio de denominación y objeto de dicho fondo de
comercio.

4- Copia fotostática simple de documento mediante el cual los


ciudadanos Gladis María Martínez Velasco y Giuseppe Balbo D Ángelo de
mutuo acuerdo procedieron a realizar liquidación y partición de los bienes
que conformó su comunidad conyugal, autenticado ante la Notaría Pública
Quinta de San Cristóbal estado Táchira, el 17 de junio de 2004, quedando
anotado bajo el Nro. 50, Tomo 114 y protocolizada ante el Registro Público
de los Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado Táchira, el 9
de Abril de 2007, bajo el Nro. 42, Tomo 02, Folios 211 al 217, Protocolo
Primero (folios 24 al 27 del expediente); el cual se le tiene como fidedigno,
dado que no fue impugnado por el adversario, por lo tanto se le otorga valor
probatorio de conformidad a lo establecido en el artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil. Realizando dicha partición en los siguientes términos:

Nosotros, GLADYS (sic) MARÍA MARTÍNEZ DE BALBO ( ) y por la


otra GIUSEPPE BALBO D ÁNGELO ( ); por medio del presente
documento declaramos: Hemos convenido de mutuo acuerdo
liquidar y partir los bienes de la comunidad conyugal que existió
entre nosotros, una vez declarada la disolución del vinculo
matrimonial por divorcio; partición que hacemos en los siguientes
términos:

PRIMERO: DESCRIPCIÓN DE LOS BIENES DE LA COMUNIDAD.


Durante la unión conyugal, adquirimos los siguientes bienes que con
posterioridad a la declaración del divorcio hemos decidido liquidar,
distribuir, partir así: 1) Un inmueble constituido por un lote de
terreno ubicado en las Vegas, Municipio Cárdenas del Distrito (hoy
Municipio) Cárdenas del estado Táchira, con todos sus anexos,
mejoras, construcciones, pertenencias y bienhechurías en él
existentes, comprendidas dentro de los siguientes linderos y
medidas: ORIENTE: Una toma de agua; NORTE Y SUR: Predios que
son o fueron de Luis Manuel Toro y PONIENTE u OCCIDENTE: La
carretera asfaltada que conduce de Táriba a Cordero. Dicho lote de
terreno mide ciento treinta y dos metros de largo (132 mts) por
veintitrés metros con cincuenta centímetros (23,50 mts) de ancho.
Sobre el mencionado lote de terreno se encuentran construidas
unas mejoras consistentes en: Una casa de tres habitaciones, un
baño, cocina, lavadero, sala-comedor; patio con árboles frutales y
plantas ornamentales; una habitación anexa con entrada
independiente y baño privado; un tanque de agua con capacidad de
1.800 litros; un área consistente en un salón que mide 22 metros de
largo por 16,30 metros de ancho, en el cual funciona una cancha de
tejo con sus baños (2 baños); otro salón que mide 22 metros de
largo por 16,30 metros de ancho en el cual funciona una cancha de
bolas criollas y una cancha de mini-tejo; un kiosco para venta de
comida; un salón para bar y restaurante con sus baterías de baño (4
baños mixtos 2 para hombres y 2 para mujeres) que mide 16,50
metros de largo por 15,30 metros de ancho; un salón en
construcción que mide 13 metros de largo por 6,60 metros de
ancho; salón de billares o pool que mide 18 metros de largo por
6,60 metros de ancho; dichas mejoras les pertenece tal como consta
así: El terreno por documento protocolizado por ante la Oficina
Subalterna de Registro Público del Distrito Cárdenas del estado
Táchira, en fecha 21 de abril de 1975, bajo e! No 13, folios 20 y 21,
Protocolo y Tomo I, Segundo Trimestre; y las mejoras, en parte
según título supletorio emanado del Juzgado Segundo de Primera
Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del
estado Táchira, San Cristóbal, en fecha 23 de mayo de 1983,
registrado en la misma, Oficina de Registro Subalterno en fecha
tres (03) de julio de 1.996, bajo el No. 10, Tomo 33, Protocolo
Primero; y en parte por haberlas construido a sus expensas. En
estos últimos salones funciona el fondo de comercio denominado
RESTAURANT Y CERVECERÍA LA BALBONERA, más adelante
identificado. 2) Cuatro (04) Casas Prefabricadas en terreno
propiedad del ciudadano GlUSEPPE BALBO D ÁNGELO, signadas
con los números 1, 2, 3 y 4, ubicadas en la Provincia de Salermo
(sic), Comune San Giovanni A piro, Italia, el terreno registrado en la
Conservatoria del Registro inmobiliario de Salerno, Registro de
Zona No. 29869 y un registro particular No. 26298 de fecha 20 de
diciembre de 1.980. 3) un Fondo de Comercio denominado
RESTAURANT Y CERVECERÍA LA BALBONERA constituido
inicialmente según documento registrado en la Oficina de Registro
Mercantil del estado Táchira, bajo el No. 140, Tomo 2-B y
modificado según documento registrado en la Oficina de Registro
Mercantil Primero de la Circunscripción Judicial del estado Táchira,
en fecha 27 de septiembre de 1.995, anotada bajo el No. 95, Tomo
30-B, en el cual existen 01 mesa de billar, 07 mesas de pool, 06
mesas de domino con su respectivas sillas, así como mobiliario
propio al fin del negocio, tales como: cocina industrial, un freidor
eléctrico y un calentador con sus bandejas, dos enfriadores. 4) El
moblaje de la casa ubicada en el terreno descrito en el numeral 1
consistentes en: nevera, cocina, televisores, juego de muebles,
cuadros, adornos y demás utensilios, enseres propios para el uso
del hogar. SEGUNDO: ADJUDICACIÓN, LIQUIDACIÓN Y
ADMINISTRACIÓN DE LOS BIENES COMUNES: 2.1. Los
ciudadanos GLADYS (sic) MARÍA MARTÍNEZ DE BALBO y
GIUSEPPE BALBO D ÁNGELO, se adjudican en plena propiedad,
dominio y posesión el 50% del valor del inmueble y las mejoras
identificadas en el numeral 1 de este documento, el cual no es
susceptible de ser separado equitativamente, dividido ni
desmembrado, puesto que se menoscabaría la rentabilidad del
negocio que allí funciona y se desmejoraría el valor de la propiedad.
2.2- Así mismo han convenido en continuar en comunidad en cuanto
al Fondo de Comercio denominado RESTAURANT Y CERVECERÍA
LA BALBONERA, correspondiéndole a cada uno un cincuenta por
ciento (50%) de los derechos y acciones sobre la totalidad de la
propiedad del mismo y de los equipos, mobiliario y demás
accesorios del negocio, el cual tiene licencia para expendio de
bebidas y especies alcohólicas a nombre de GIUSEPPE BALBO D
ÁNGELO expedido por el Ministerio de Hacienda con el número 397
del año 1.984; y se encuentra en régimen de arrendamiento, se
acuerda distribuir equitativamente el monto del canon de
arrendamiento mensual, entre ambos co-propietarios. La licencia de
licores, ni el Fondo de Comercio podrán ser traspasados, ni cedidos
total o parcialmente sin el consentimiento de ambos co-propietarios.
2.3.- Dentro del terreno descrito en el numeral 1, se encuentra una
casa para habitación, la cual han convenido las partes en
adjudicarse el 50% de su valor para cada uno, con sus usos,
costumbres, servidumbres y demás anexes; quedando convenido en
que el moblaje de dicha casa se adjudica en plena y exclusiva
propiedad a la cónyuge GLADYS (sic) MARÍA MARTÍNEZ; con
excepción de la habitación utilizada por el ciudadano GIUSEPPE D
ÁNGELO, quien podrá utilizar el inmueble y su mobiliario cuando se
encuentre en Venezuela, dando cumplimiento al compromiso
contraído en la solicitud de divorcio de no agredir física ni
verbalmente a la ex cónyuge GLADYS (sic) MARÍA MARTÍNEZ, y
que no introducirá al inmueble personas ajenas a la familia BALBO-
MARTÍNEZ que perturben la armonía en las relaciones familiares y
de los ex cónyuges.

2.4) Se adjudican en plena propiedad, dominio y posesión al


ciudadano GIUSEPPE BALBO D ÁNGELO ya identificado en este
documento dos (02) de las 04 casas prefabricadas construidas en
terreno de su propiedad identificadas en la letra B) signadas con los
Nos. 1 y 2, ubicadas en la Provincia de Salermo (sic), Comune San
Giovanni A piro, así como el moblaje que se encuentra en su
interior. 2.5) Se adjudican a la ciudadana GLADYS (sic) MARÍA
MARTÍNEZ VELASCO, quien mediante este mismo documento cede
y traspasa en plena propiedad a los hijos comunes del matrimonio
ciudadanos GENNY CARINA BALBO MARTÍNEZ ( ), FLOR
GIANINNA BALBO MARTÍNEZ ( ), CARLOS ALBERTO BALBO
MARTÍNEZ ( ) y MARÍA JOSÉ BALBO MARTÍNEZ ( ), las dos (02)
restantes casas prefabricadas en terreno perteneciente a
GIUSEPPE BALBO D ÁNGELO, signadas con los Nos. 3 y 4,
ubicadas en la Provincia Salermo (sic), Comune San Giovanni A
piro. Las partes convienen en otorgar los documentos públicos y
privados necesarios a fin de formalizar los acuerdos en relación a
la partición y liquidación de los bienes de la comunidad conyuga.

TERCERO: Ambas partes manifiestan que no tienen contraídas


obligaciones a nombre propio en favor de terceros, o en .nombre
del Fondo de Comercio Restaurant La Balbonera a favor de
terceros y que sobre lo (sic) bienes de la comunidad no pesan
gravámenes, garantías, ni hipotecas de naturaleza alguna y en
consecuencia cualquier obligación que apareciere aun cuando
hubiere sido contraída con anterioridad a este documento, será
asumida exclusivamente por aquel de los co propietarios que la
contraiga quedando sujeto al pago por los daños y perjuicios que
ocasione al co propietario que no haya contraído la obligación.
Mediante este documento las partes manifiestan no quedar a
reclamarse mutuamente nada que guarde relación con los bienes
adjudicados; a excepción de aquellos en que permanecerán en
comunidad, sin cuyos consentimientos no podrán efectuarse actos
de disposición que: afecten los bienes comunes. Estimamos el valor
de este documento a los fines de su registro en la cantidad de
VEINTE MILLONES DE BOLÍVARES (Bs. 20.000.000,00). Así lo
decimos y firmamos en San Cristóbal, a la fecha de la nota de
autenticación para posterior registro . (Cursivas de la Sala, demás
resaltado del texto).

Del precitado documento de partición se desprende que los


ciudadanos Gladis María Martínez Velasco y Giuseppe Balbo D Ángelo luego
de haberse dictado su sentencia de divorcio, decidieron realizar la
liquidación y partición amistosa de la comunidad conyugal mediante el cual
convinieron quedar en comunidad ordinaria sobre entre otros- un lote de
terreno ubicado en las Vegas, Municipio Cárdenas del Distrito (hoy
Municipio) Cárdenas del estado Táchira, con todos sus anexos, mejoras,
construcciones, pertenencias y bienhechurías en él existentes ( ). Dicho lote
de terreno mide ciento treinta y dos metros de largo (132 mts) por veintitrés
metros con cincuenta centímetros (23,50 mts) de ancho . Sobre el mencionado
lote de terreno se encuentran construidas unas mejoras . Quedando el
cincuenta por ciento (50%) de propiedad de dicho bien para cada uno de los
comuneros. De igual forma, se estableció que las partes no podrán efectuar
actos de disposición de los bienes que permanecen en comunidad sin el
consentimiento del otro.

6- Copia fotostática simple de contrato de arrendamiento celebrado


entre los ciudadanos Giuseppe Balbo D Ángelo y Gladis María Martínez
Velasco como arrendadores y la ciudadana Lili Esperanza Orduz Beltrán
como arrendataria, mediante el cual otorgaron en arrendamiento un salón
con sus respectivas anexidades a los fines de actividad comercial de venta de
verduras y frutas, autenticado ante la Oficina de la Notaría Pública Primera
de San Cristóbal estado Táchira el 22 de noviembre de 2011, quedando
anotado bajo el Nro. 18, Tomo 374 de los Libros de Autenticaciones llevados
por dicha notaría (folios 28 al 32 del expediente). Documental que se desecha
dado que no es un hecho controvertido la relación arrendaticia existente
entre dichos ciudadanos.

7- Copia fotostática simple de contrato de compraventa privado


suscrito el 22 de enero de 2020 (folios 33 al 35 del expediente), el cual se le
tiene como fidedigno, dado que no fue impugnada por el adversario, por lo
tanto se le otorga valor probatorio de conformidad a lo establecido en los
artículos 429 del Código de Procedimiento Civil y 1.363 del Código Civil;
desprendiéndose del aludido instrumento que el ciudadano Giussepe Balbo D
Ángelo dio en venta a la ciudadana Lili Esperanza Orduz Beltrán el cincuenta
por ciento (50%) de los derechos y acciones que le corresponde sobre un lote
de terreno y las mejoras sobre el construidas, ubicado en Las Vegas de
Táriba, Municipio Cárdenas del estado Táchira; estableciendo el precio de la
venta en treinta mil euros ( 30.000,00), de los cuales el vendedor recibió
cinco mil euros ( 5.000,00) en el acto de la firma de dicho contrato,
indicándose que el saldo restante, a saber, veinticinco mil euros ( 25.000,00),
serán cancelados en el lapso de dieciocho (18) meses, contados a partir del
mes de enero de 2020, determinándose asimismo, que solo se
entenderá cumplida la obligación con el pago en euros. De igual
forma, a los fines de garantizar la venta, se constituyo hipoteca especial y de
primer grado sobre el inmueble objeto del contrato.

8- Copia fotostática simple de contrato de compraventa


protocolizado ante la Oficina de Registro Público de los Municipios
Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado Táchira el 22 de enero de
2020, quedando anotado bajo el Nro. 20200.23, Asiento Registral 1 del
inmueble matriculado con el Nro. 429.18.4.1.19388 y correspondiente al
Libro de Folio Real del año 2020 (folios 36 al 37 del expediente), el cual se le
tiene como fidedigno, dado que no fue impugnada por el adversario, por lo
tanto se le otorga valor probatorio de conformidad a lo establecido en el
artículo 429 del Código de Procedimiento Civil; desprendiéndose del aludido
instrumento que el ciudadano Giussepe Balbo D Ángelo dio en venta a la
ciudadana Lili Esperanza Orduz Beltrán el cincuenta por ciento (50%) de los
derechos y acciones que le corresponde sobre un lote de terreno y las
mejoras sobre el construidas, ubicado en Las Vegas de Táriba, Municipio
Cárdenas del estado Táchira, adquiridos en comunidad conyugal con la
ciudadana Gladis María Martínez Velasco, disuelta según consta en
documento protocolizado ante el Registro Público de los Municipios
Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado Táchira, el 9 de abril de 2007,
bajo el Nro. 42, Tomo 02, Folios 211 al 217, Protocolo Primero; estableciendo
el precio de la venta en doscientos millones de bolívares (Bs.
200.000.000,00), los cuales serían pagados de la siguiente manera: a) cien
millones de bolívares (Bs. 100.000.000,00), en el acto de otorgamiento y
firma del presente documento, a través de cheque Nro. S-91 46004159 del
Banco de Venezuela, de fecha 20 de diciembre de 2019, de la cuenta Nro.
0102-0219-11-0000217806, que fue recibido a su entera y cabal satisfacción;
b) el saldo restante, vale decir, cien millones de bolívares (Bs.
100.000.000,00), en el lapso de dieciocho (18) meses, contado a partir de la
fecha de otorgamiento del presente instrumento. De igual forma, a los fines
de garantizar la venta, se constituyo hipoteca especial y de primer grado
sobre el inmueble objeto del contrato. Indicándose igualmente, que la
compradora aceptó quedar en comunidad con la ciudadana Gladis María
Martínez Velasco.

9- Copia fotostática simple de notificación realizada por los


ciudadanos Giuseppe Balbo D Ángelo y Gladis María Martínez Velasco en su
carácter de arrendadores, mediante el cual informan a la ciudadana Lili
Esperanza Orduz Beltrán en su condición de arrendataria, que el lapso de
prorroga legal arrendaticia de dos (2) años inicia desde el 22 de diciembre de
2019 (folios 38 al 39 del expediente). Documental que se desecha dado que
no es un hecho controvertido la relación arrendaticia existente entre dichos
ciudadanos.

10- Copia fotostática simple de cédula de identidad del ciudadano


Giuseppe Balbo D Ángelo (folio 40 del expediente). Documental que se
desecha pues no es un hecho controvertido la identidad del prenombrado
ciudadano.

11- Copia fotostática simple de documento de venta, del cual no se


evidencia firma de ninguna de las partes, en virtud de lo cual se desecha la
misma (folio 41 al 42 del expediente).

12- Promueve alegatos realizado por la demandada en su escrito de


contestación y reconvención como confesión, en ese sentido, vale destacar
que los alegatos esgrimidos por las partes en los escritos de libelo de la
demanda, contestación de la demanda e informes, no constituyen prueba de
confesión, pues son hechos con la finalidad de argumentar y rebatir los
argumentos de la contraparte en juicio, más no como prueba, dado que no
están revestidos del animus confitendi, requisito esencial para que se
considere a una declaración confesión judicial, en conformidad con lo
previsto en los artículos 1.400 y 1.401 del Código Civil . (Ver sentencia Nro.
540, de fecha 1 de agosto de 2012, caso: Yamile Mercedes Jiménez Uzcátegui
contra Miguel Jacobo Supelano Cárdenas). En virtud de lo cual se desecha la
misma.

13- Promovió la testimonial de la ciudadana Karem Crisbel Delgado


Jaimes, la cual no fue evacuada, por lo tanto se desestima la misma.

Pruebas aportadas por la parte demandante:

1- Copia fotostática simple de contrato de compraventa privado


suscrito el 22 de enero de 2020, mediante el cual el ciudadano Giussepe
Balbo D Ángelo dio en venta a la ciudadana Lili Esperanza Orduz Beltrán el
cincuenta por ciento (50%) de los derechos y acciones que le corresponde
sobre un lote de terreno y las mejoras sobre el construidas, ubicado en Las
Vegas de Táriba, Municipio Cárdenas del estado Táchira; documental que fue
valorado ut supra .

2- Copia fotostática simple de cheque de gerencia Nro. 92400581


del banco Mercantil, de fecha 8 de junio de 2021, a la orden del ciudadana
Giuseppe Balbo D Ángelo, por la cantidad de cien millones de bolívares (Bs.
100.000.000,00) (folio 84 del expediente); documental que se le otorga valor
probatorio como tarjas; las cuales son documentos privados de especiales
características, los cuales no son susceptibles de ser ratificados por el emisor
en juicio, y que estos instrumentos deben ser valorados por el Juez, bajo el
principio de sana critica como indicios, dado su carácter especial, al ser
diseñados en un formato específico por la compañía o institución bancaria,
ya sea pública o privada, en cumplimiento a una serie de requisitos que
hacen que sean claramente reconocidos por los suscritos de los servicios o
usuarios de los servicios bancarios, para con esto hacer más seguras dichas
operaciones de servicios masivos . (Ver sentencia Nro. 501, de fecha 17 de
septiembre de 2017, caso: Valores Nueva Esparta, Sociedad Anónima contra
Betty Marcano). De la cual se desprende la intención de la demandada de
cumplir con su obligación de pago del saldo restante asumida en el aludido
documento de venta debidamente protocolizado.

3- Copia fotostática certificada de contrato de compraventa


protocolizado ante la Oficina de Registro Público de los Municipios
Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado Táchira el 22 de enero de
2020, quedando anotado bajo el Nro. 20200.23, Asiento Registral 1 del
inmueble matriculado con el Nro. 429.18.4.1.19388 y correspondiente al
Libro de Folio Real del año 2020. Instrumento que fue valorado
anteriormente. Asimismo, se observa de la nota de certificación que el
referido contrato de compraventa fue presentado para su protocolización
junto con los siguientes instrumentos (folio 150 del expediente):

3.1.- Constancia Nro. 035338, expedida por la Oficina de Catastro


de la Alcaldía del Municipio Cárdenas del estado Táchira el 23 de diciembre
de 2019, mediante el cual se hace constar que el ciudadano Giuseppe Balbo
D Ángelo es propietario del inmueble objeto de la presente controversia
(folios 139 al 140 del expediente).

3.2.- Certificado de Solvencia Municipal Nro. 000845/2019A,


emitido el 29 de diciembre de 2019 por la Dirección de Administración
Tributaria de la referida alcaldía, solicitada por el prenombrado ciudadano a
los fines de vender el bien in commento, con fecha de vencimiento para el 29
de marzo de 2020 (folio 141 del expediente).

3.3.- Declaración y pago de la forma 33 expedida el 15 de enero de


2020 por el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria (SENIAT), en la que se observa el bien objeto de enajenación el
inmueble aquí disputado, evidenciando igualmente al actor como enajenante
y la demandada como adquiriente (folio 142 del expediente).

3.4.- Sentencia de divorcio a través del cual se disolvió el vinculo


matrimonial de los ciudadanos Giuseppe Balbo D Ángelo y Gladis María
Martínez Velasco (anteriormente valorada).

3.5.- Informe emitido por la Médico Internista Dra. Glenda Lisbeth


Sandia Bueno, en fecha 21 de enero de 2020 y ratificado a través de la
prueba testimonial de conformidad con lo previsto en el artículo 431 del
Código de Procedimiento Civil, en la que indicó que el ciudadano Giuseppe
Balbo D Ángelo está apto física y mentalmente para realizar actos civiles y
legales; asimismo, señalo que el prenombrado ciudadano le comentó que
dicho informe sería utilizado para ser llevado al registro para gestionar una
venta (folios 148 y 201 y Vto. del expediente ).

3.6- Cheque Nro. S-91 46004159 del Banco de Venezuela de fecha


20 de diciembre de 2019, Nro. de cuenta 0102-0219-11-0000217806, a la
orden del ciudadano Giuseppe Balbo D Ángelo, por la cantidad de cien
millones de bolívares (Bs. 100.000.000,00), que por efecto de la reconversión
monetaria sucedida en el año 2021, equivale a la cantidad de cien bolívares
(Bs. 100,00),

Instrumentos que se valoran de conformidad a lo previsto en el


artículo 510 del Código de Procedimiento Civil, dado que en su conjunto
constituyen indicios de que efectivamente el vendedor, ciudadano Giuseppe
Balbo D Ángelo, gestionó los recaudos necesarios para efectuar la venta del
inmueble in commento.

4.- Copia fotostática simple de contratos de arrendamiento


celebrado entre los ciudadanos Giuseppe Balbo D Ángelo y Gladis María
Martínez Velasco en su carácter de arrendadores y la ciudadana Lili
Esperanza Orduz Beltrán en su condición de arrendataria, mediante el cual
otorgaron en arrendamiento el Fondo de Comercio denominado Restaurant y
Cervecería La Balbonera , fechados 22 de noviembre de 2011, 18 de
noviembre de 2015 y 24 de enero de 2018. (Folios 151 al 167 del expediente).

4.1- Copia fotostática simple de notificación realizada por los


ciudadanos Giuseppe Balbo D Ángelo y Gladis María Martínez Velasco en su
carácter de arrendadores, mediante el cual informan a la ciudadana Lili
Esperanza Orduz Beltrán en su condición de arrendataria, que el lapso de
prorroga legal arrendaticia de dos (2) años inicia desde el 22 de diciembre de
2019 (folios 168 al 169 del expediente).

Documentales que se desechan dado que no es un hecho


controvertido la relación arrendaticia existente entre dichos ciudadanos.
5.- Cuenta individual del Seguro Social a nombre de Giuseppe
Balbo D Ángelo, fecha de primera afiliación 16 de mayo de 1977, fecha de
egreso el 12 de julio de 1994, empresa Agua Mineral Los Alpes, C.A. (folios
170 al 171 del expediente). Instrumento que no fue cuestionado, por lo que se
le otorga valor probatorio conforme a lo establecido en el artículo 4 del
Decreto con Fuerza de Ley Sobre Mensaje de Datos y Firmas Electrónicas,
así como los artículos 395, 429 y 507 del Código de Procedimiento Civil (Ver
sentencia Nro. 460, de fecha 5 de octubre de 2011, caso: Transporte Doroca,
C.A. contra Cargill de Venezuela, S.R.L.). Instrumento que guarda relación
con lo controvertido, respecto al argumento del desconocimiento del idioma
español del actor, pues del mismo se desprende que el prenombrado
ciudadano trabajo en una empresa venezolana durante diecisiete (17) años,
lo que hace presumir que ciertamente dominaba el idioma español.

6.- Informe Técnico de Avaluó realizado por la arquitecto Mildred


Eliana Becerra Moreno, el 21 de abril de 2021, sobre el inmueble in
commento, el cual fue ratificado mediante prueba testimonial de
conformidad con lo previsto en el artículo 431 del Código de Procedimiento
Civil (folios 172 al 184 y 202 al 203 del expediente). Desprendiéndose de
dicho informe que el bien objeto de la controversia fue valorado en la
cantidad de treinta y siete mil quinientos treinta y siete dólares con cuarenta
centavos (USD 37.537,40).

7.- Promovió prueba de informes de conformidad con lo previsto en


el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil, a los fines de que se
oficiara a la Oficina del Registro Público de los Municipios Cárdenas,
Guásimos y Andrés Bello del estado Táchira para que informe lo siguiente:

1) Si, existe documento debidamente registrado ante ese Registro


sobre los derechos y acciones de compra-venta de un inmueble
ubicado en las Vegas de Táriba, Municipio Cárdenas del estado
Táchira, el cual quedó inserto bajo el N 2020.23, asiento registral 1
del inmueble matriculado con el N 429.18.4.1.19398 y
correspondiente al libro del folio real del año 2020, de fecha
veintidós (22) de enero de 2020.

2) Si, el documento antes señalado se evidencia que el vendedor fue


el ciudadano GIUSEPPE BALBO D ÁNGELO ( ) y DECLARA que da
en venta pura y simple, perfecta e irrevocable a la ciudadana LILI
ESPERANZA ORDUZ BELTRÁN ( ), los derechos y acciones sobre el
lote de terreno y las mejoras sobre el construidas ubicado en las
Vegas de Táriba, Municipio Cárdenas del estado Táchira.

3) Si, en el cuaderno de comprobante aparecen los siguientes


recaudos:

Cédula catastral expedida por la Oficina de Catastro de la


Alcaldía Bolivariana del Municipio Cárdenas a nombre del
ciudadano Giuseppe Balbo D Ángelo ( ) de fecha 23 de
diciembre de 2019.
Certificado de Solvencia Municipal N 000845/2019A, Tipo A ,
de fecha 29 de diciembre de 2019 a nombre del ciudadano
Giuseppe Balbo D Ángelo ( ), la cual es válida para venta de
todos los derechos y acciones de terreno y sobre el (sic)
mejoras construidas en las Vegas.

Declaración y pago del SENIAT, FORMA 33, objeto de


enajenación a nombre de del ciudadano Giuseppe Balbo D
Ángelo ( ), del inmueble ubicado en las Vegas de Táriba entre
carrera 2 y 3 N 2-28 Cárdenas, Táchira.

Copia de la sentencia de divorcio de los ciudadanos del


ciudadano (sic) Giuseppe Balbo D Ángelo ( ) y GLADYS (sic)
MARÍA MARTÍNEZ ( ), emanada del Juzgado Cuarto de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la
Circunscripción Judicial del estado Táchira, de fecha 19 de
octubre del 2004.

Informe Médico expedido por la Dra. Glenda Lisbeth Sandia


Bueno ( ); quien valoró al ciudadano Giuseppe Balbo D Ángelo (
), el día 21 de enero de 2020.

Copia de cheque N 46004159, por Bs. 100.000.000,00, contra


el Banco de Venezuela, a nombre del ciudadano Giuseppe
Balbo D Ángelo, de fecha 20 de diciembre de 2019.

4) Informe al Tribunal sí los ciudadanos GIUSEPPE BALBO D


ÁNGELO ( ), en su condición de vendedor y la ciudadana LILI
ESPERANZA ORDUZ BELTRÁN ( ), como compradora, asistieron el
día 22 de enero del 2020, a firmar el documento de venta en forma
persona (sic) y si estamparon sus huellas digitales en el documento
señalado.

5) Informe al Tribunal si, al momento de firmar el documento de


compra venta antes identificado, le es leído, u opuesto a las partes
(vendedor-comprador) para verificar lo que se está realizando y
firmando en ese Registro.

6) Informe al Tribunal si, el vendedor y la compradora cumplieron


con los requisitos exigidos por el Registro para la formalización,
firma del documento de compra-venta.

7) Si, usted como Registrador firmo el documento de compra venta


de los derechos y acciones el cual quedó inserto bajo el N 2020.23,
asiento registral 1 del inmueble matriculado con el N
429.18.4.1.19398 y correspondiente al libro del folio real del año
2020, de fecha veintidós (22) de enero de 2020.

8) Si los testigos Ilcy Gisela Medina y Nelly Josefina Roa ( ),


firmaron el documento señalado.

9) Si el documento de compra-venta de los derechos y acciones fue


sujeto a revisión legal y la revisión de prohibiciones las cuales
deben ser realizadas por el abogado revisor funcionario de ese
Registro.

10) Si fueron debidamente identificados el vendedor y la


compradora . (Cursivas de la Sala, demás resaltado del texto).

Ello así, a los folios 205 al 206 del expediente riela Oficio N 7570-
ADMON-0028, de fecha 13 de septiembre de 2021, mediante el cual la
Registradora de la Oficina del Registro Público de los Municipios Cárdenas,
Guásimos y Andrés Bellos del estado Táchira dio respuesta a dicha prueba, al
que se le otorga valor probatorio de conformidad a lo previsto en el artículo
433 del Código de Procedimiento Civil; desprendiéndose del mismo que sobre
lo solicitado por el promovente indicó: respecto al numeral 1, que si existe el
aludido documento. En lo referente al numeral 2, señaló que se evidencia que
en dicho documento el ciudadano Giuseppe Balbo D Ángelo declaró que dio
en venta pura y simple, perfecta e irrevocable a la ciudadana Lili Esperanza
Orduz Beltrán los derechos y acciones que le corresponde sobre el referido
inmueble. Sobre el numeral 3 indicó que los precitados recaudos se
encuentran en el cuaderno de comprobantes insertos bajo el Nro. 2020.23
AR1 de fecha 22 de enero de 2020. Respecto a lo solicitado en el numeral 4
afirmó que los prenombrados ciudadanos asistieron de manera personal a
firmar el documento in commento y estamparon sus huellas digitales. De
igual forma, sobre lo peticionado en el numeral 5 sostuvo que efectivamente,
antes de firmar el documento de compraventa se lee a las partes el contenido
del mismo a los fines de que verifiquen lo que están firmando. En lo referente
al numeral 6, señaló que ambas partes cumplieron con los requisitos exigidos
para la formalización y firma del documento. Respecto al numeral 7, afirmó
el Registrador que si firmó dicho documento. Sobre lo solicitado en el
numeral 8, indicó que la prenombradas testigos si firmaron el aludido
contrato. Sobre lo peticionado en el numeral 9, sostuvo que el referido
documento si fue sujeto a revisión por el funcionario correspondiente para
dicho fin. Y finalmente, en lo referente al numeral 10, indicó que ciertamente
las partes fueron debidamente identificadas.

8.- Con fundamento en lo establecido en el artículo 472 del Código


de Procedimiento Civil promovió inspección judicial a los fines de que el
tribunal se traslade y constituya en el Banco Mercantil, Agencia Las Lomas,
San Cristóbal estado Táchira a los fines de que se deje constancia de lo
siguiente:

1. Si en esa entidad bancaria existe cuenta signada bajo el N


5063026567 a nombre de la ciudadana LILI ESPERANZA ORDUZ
BELTRÁN ( ).

2. Si esa cuenta N 5063026567, es en moneda extranjera EUROS.

3. Si esa cuenta N 5063026567, es por la cantidad de de (sic)


VEINTICINCO MIL OCHENTA Y OCHO EUROS CON
VEINTICINCO CENTAVOS DE EUROS ( 25.088,25).
4. Si a la fecha de la presente inspección judicial el monto de la
cuenta N 5063026567 en moneda extranjera EUROS, es por la
cantidad de VEINTICINCO MIL OCHENTA Y OCHO EUROS CON
VEINTICINCO CENTAVOS DE EUROS ( 25.088,25) .

5. Dejar expresa constancia de la fecha en que la ciudadana Lili


Esperanza Orduz Beltrán, antes identificada, apertura la cuenta en
moneda extranjera.

6. Dejar expresa constancia desde que fecha existe en la cuenta


5063026567, perteneciente a Lili Esperanza Orduz Beltrán, antes
identificada, la cantidad de VEINTICINCO MIL OCHENTA Y OCHO
EUROS CON VEINTICINCO CENTAVOS DE EUROS ( 25.088.25).

7. Si en fecha 08 de junio de 2021, la ciudadana LILI ESPERANZA


ORDUZ BELTRÁN ( ), gestionó cheque de gerencia N 30581, por Bs.
100.000.000,00; a nombre del ciudadano GIUSEPPE BALBO D
ÁNGELO . (Cursivas de la Sala, demás resaltado del texto).

Dicha prueba fue evacuada en fecha 3 de septiembre de 2021, a la


que se le otorga valor probatorio conforme a lo previsto en el artículo 472
del Código de Procedimiento Civil, evidenciándose que el tribunal de la causa
se trasladó y constituyó en la agencia de la entidad financiera antes
nombrada, con la presencia de la demandada y su apoderada judicial,
dejando constancia que la parte actora ni su representación judicial se
presentaron al acto. En dicho acto se dejó constancia de los siguientes
particulares: 1.- Que si existe la cuenta Nro. 5063026567 a nombre de la
demandada. 2.- Que la referida cuenta es en moneda extranjera,
específicamente en euros. 3. y 4.- Que para la fecha de dicho acto
(03/09/2021), la referida cuenta bancaria dispone de veinticinco mil noventa
y cinco euros ( 25.095,00). 5. y 6.- Que la aludida cuenta fue aperturada el
12 de mayo de 2021. 7.- Que la Gerente de Atención al Cliente de la
institución financiera in commento, coloco a la vista la nota de débito donde
se observó que en fecha 8 de junio de 2021, la demandada gestionó cheque
de gerencia Nro. 2699400581, por la cantidad de cien millones de bolívares
(Bs. 100.000.000,00), cuyo beneficiario es el ciudadano Giuseppe Balbo D
Ángelo, que por efecto de la reconversión monetaria sucedida en el año
2021, dicha suma equivale a cien bolívares (Bs. 100,00).

De dicho medio probatorio se desprende que antes de la fecha de


vencimiento de los aludidos contratos, a saber, 22 de julio de 2021, la
compradora, hoy demandada, gestionó los medios necesarios para cumplir
con su obligación de pagar el saldo restante del precio pactado en los
referidos documentos de venta.

Ahora bien, previo a decidir el mérito debe esta Sala pronunciarse


sobre la falta de cualidad del ciudadano Giuseppe Balbo D Ángelo para
demandar la nulidad de los referidos contratos de compraventa; en ese
sentido, ha sido criterio reiterado de la Sala que la cualidad o legitimación a
la causa es una institución procesal que constituye una formalidad esencial
para la búsqueda de la justicia, pues está estrechamente vinculada a los
derechos constitucionales de acción, a la tutela judicial efectiva y a ser
juzgado sin indefensión, aspectos ligados al orden público y, por tanto, el juez
tiene la facultad de examinar, aun de oficio la subsistencia de la legitimación
en todo grado y estado de la causa.

Al respecto, el procesalista Vicente Puppio en su obra Teoría


General del Proceso (2009), página 304, nos enseña que el juicio debe
plantearse entre sujetos que tengan un interés jurídico; entre personas que
consideren titulares (aunque no lo sean o ello quede desvirtuado) activos y
pasivos de la relación sustantiva. Como dice Loreto en su estudio sobre la
excepción de inadmisibilidad por falta de cualidad contemplada en el Código
de Procedimiento Civil de 1916: La persona que se afirma titular de un
interés jurídico propio, tiene legitimación para hacerlo valer en juicio,
legitimación activa, y la persona contra quien se afirma la existencia de ese
interés, en nombre propio, tiene a su vez legitimación para sostener el juicio,
vale decir legitimación pasiva .

Ahora bien, a los fines de dilucidar dicha defensa previa, esta Sala
encuentra pertinente traer a colación lo establecido en sentencia Nro. 1342,
de fecha 15 de noviembre de 2004, caso: Flor de la Chiquinquirá Caldera de
Ramírez contra Luis Fernando Bohorquez Montoya, en la que indicó lo que
sigue:

Es principio general y universal del derecho contractual la


autonomía de la voluntad de las partes, entendiéndose como tal que
éstas son libres para crear, modificar, reglamentar o extinguir sus
relaciones jurídicas de carácter contractual. (López Herrera,
Francisco: La nulidad de los contratos en la Legislación civil de
Venezuela , Caracas 1952, p. 13).

Este principio, si bien no está consagrado explícitamente en nuestro


Código Civil, surge de dos disposiciones legales a saber: la primera,
del artículo 1.159 del Código Civil que establece los contratos tienen
fuerza de ley entre las partes ; la segunda, del artículo 1.262
eiusdem que dispone que las obligaciones deben cumplirse
exactamente como han sido contraídas; por tanto, de conformidad
con las referidas disposiciones la ley permite la libertad
contractual.

No obstante, esa libertad contractual no es ilimitada y, en


consecuencia, las partes o un tercero pueden solicitar ante el
órgano jurisdiccional su nulidad si contraviene las leyes de la
República, el orden público o las buenas costumbres, y es la
intensidad de la sanción de nulidad junto con la intención de la
norma sustantiva imperativa o prohibitiva violada la que distingue
entre la nulidad absoluta y la nulidad relativa del contrato, pues
mientras unas están dirigidas a la protección del orden público o a
la salvaguarda de las buenas costumbres, otras están destinadas a
amparar a uno de los contratantes o un particular que por hallarse
en situación especial, la ley mira con particular simpatía. (Ob. cit. p.
18).

De esta manera, al ser violada una norma del primer tipo, todos los
interesados en el contrato, además de las partes contratantes,
pueden prevalerse de ella y solicitar del juez la declaración de
nulidad absoluta correspondiente; en cambio, si se viola en un
contrato una norma destinada a proteger exclusivamente a un
particular por no encontrarse en juego intereses superiores, sólo el
interesado tiene la titularidad de la acción de nulidad (relativa) y
está única y exclusivamente en sus manos determinar si el contrato
ha de ser anulado por el tribunal o si ha de continuar existiendo en
el mundo del derecho.

Por consiguiente, la nulidad absoluta es la sanción aplicable a la


inobservancia de alguna norma imperativa o prohibitiva de la Ley,
por parte de un contrato, cuando tal norma está destinada a
proteger los intereses del orden público o las buenas costumbres y a
menos que la misma Ley indique que es otra la sanción aplicable o
que ello surja de la finalidad que persigue . (Ob. cit. p. 93).

Sus características son: 1) Tiende a proteger un interés público; 2)


Cualquier persona interesada puede intentar la acción para que un
contrato se declare afectado de nulidad absoluta; 3) Puede ser
alegada en cualquier estado y grado del juicio; 4) No es susceptible
de ser confirmado por las partes; y, 5) La acción de nulidad
absoluta no prescribe nunca. (Maduro Luyando, Eloy: Curso de
Obligaciones. Derecho Civil III. Fondo Editorial Luis Sanojo,
Caracas 1967, p. 596).

Por su parte, la nulidad relativa es la sanción legal a la


inobservancia de alguna norma imperativa o prohibitiva de la ley,
por parte de los contratantes, cuando esa norma está destinada a
proteger los intereses de uno de ellos, a quien la Ley ve con especial
simpatía, dada la particular circunstancia que se encontraba al
contratar . (Ob. cit. p. 146).

Sus características son: 1) No afecta el contrato desde su inicio y


éste existe desde su celebración; por tanto, produce sus efectos
hasta tanto no sea declarado nulo por la autoridad judicial; 2) La
acción para obtener la declaración de nulidad sólo puede ser
ejercida por la persona en cuyo favor o protección se establece la
nulidad; 3) La acción es prescriptible; y, 4) Este tipo de nulidad es
subsanable. (Ob. cit. p. 598) . (Cursivas de la Sala).

De acuerdo con lo señalado en la precitada decisión, ambas


nulidades (absoluta y relativa), tienen características distintivas que atienden
a los efectos de los actos afectados ella, por ejemplo, cuando el acto se
encuentre viciado de nulidad absoluta, la decisión tomada jamás podrá
convalidarse por el concierto de voluntades de las partes, contrario a lo que
sucede con la nulidad relativa, la cual, puede ser convalidada por los
contratantes. Asimismo, tenemos que en la primera, cualquier persona con
interés jurídico actual puede intentar la acción, mientras que en la segunda
sólo puede ser ejercida por la persona en cuyo favor o protección se
establece la nulidad . En ese sentido, tanto la nulidad absoluta, como la
relativa la puede pedir las partes contratantes; pues la nulidad absoluta la
puede solicitar las partes y eventualmente un tercero que tenga interés
jurídico actual.

Así las cosas, del estudio de las actas procesales se desprende que
la nulidad solicitada deviene del vicio de consentimiento alegado por el
ciudadano Giuseppe Balbo D Ángelo en su condición de vendedor en los
contratos aquí impugnados, lo que evidencia con meridiana claridad la
cualidad del prenombrado ciudadano para ejercer la presente acción.

En consecuencia, se declara improcedente la falta de cualidad


activa opuesta por el demandado. Así se establece.

Ahora bien, sobre el fondo de la controversia, tenemos que lo


pretendido por el actor es la nulidad de los referidos contratos de
compraventa, alegando vicios en el consentimiento, argumentando a tal
efecto, 1. La falta de consentimiento de su ex cónyuge, ciudadana Gladis
María Matinés Velasco; 2. La incapacidad del ciudadano Giuseppe Balbo D
Ángelo para realizar actos jurídicos; 3. El engaño por parte de la
compradora; y 4. La falta de pago de la compradora.

En ese sentido, tenemos que el contrato es una convención entre


dos o más personas para constituir, reglar, transmitir, modificar o extinguir
entre ellas un vínculo jurídico y el mismo tiene fuerza de ley entre las partes,
así lo dispone expresamente los artículos 1.133 y 1.159 del Código Civil y
dispone el artículo 1474 eiusdem que la venta es un contrato por el cual el
vendedor se obliga a transferir la propiedad de una cosa y el comprador a
pagar el precio .

Por su parte, el artículo 1.141 del Código Civil, establece que el


contrato debe contener ciertos elementos o condiciones para su existencia,
los cuales son: a) Consentimiento de las partes, que constituye el acuerdo
entre estas y se perfecciona cuando manifiestan su voluntad de contratar. b)
Objeto que se refiere a la cosa cuya propiedad se transfiere y c) Causa lícita.
Asimismo, el artículo 1.142 eiusdem, prevé que el contrato puede ser anulado
por: 1) por incapacidad legal de las partes o de una de ellas; y 2) por vicios
del consentimiento.

El primero se refiere a las condiciones requeridas para la existencia


del contrato (consentimiento, objeto y causa lícita) y, el segundo contempla la
anulabilidad de los contratos (incapacidad legal de las partes y vicios del
consentimiento), disposiciones que delimitan lo que debe entenderse por
nulidad absoluta, a diferencia de lo que constituye la nulidad relativa, pues
de faltar uno de los requisitos de existencia del contrato nos encontramos
ante una nulidad absoluta, no convalidable, e imprescriptible.

Siendo que el consentimiento de las partes es uno de los elementos


esenciales del contrato, una condición sine qua non para su existencia, el
cual es definido como la manifestación de voluntad expresada en forma libre
por las partes para normar una relación jurídica. Esta manifestación puede
ser expresa o tácita, según las diversas situaciones, y la apreciación de su
existencia en cada caso la hace el Juez del mérito en forma soberana, de
acuerdo con las normas que regulan el establecimiento de los hechos y de las
pruebas . (Ver sentencia Nro. 319, de fecha 17 de julio de 2002, caso:
Herederos de Nicola D amato contra Doce 34, C.A.).

En ese sentido, sobre el argumento respecto a la falta de


consentimiento de la ciudadana Gladis María Martínez Velasco, del acervo
probatorio se observa que el bien objeto de controversia para la fecha en que
fueron suscritos los contratos de compraventa cuya nulidad se pretende, a
saber, 22 de enero de 2020, se encontraba en comunidad con la
prenombrada ciudadana, según el contenido de acuerdo de liquidación y
partición amistosa de comunidad conyugal, estableciéndose que dicho bien
pertenecería en cincuenta por ciento (50%) de propiedad para cada uno de
los comuneros; indicándose asimismo, que las partes no podrán efectuar
actos de disposición de los bienes que permanecen en comunidad sin el
consentimiento del otro.

Sin embargo, de la lectura de los contratos aquí impugnados se


evidencia que el actor vendió solo el cincuenta por ciento (50%) de los
derechos y acciones que le correspondía de dicho bien, dejando intacto e
incólume el otro cincuenta por ciento (50%) que le corresponde a la
ciudadana Gladis María Martínez Velasco, garantizándose de esa manera su
derecho de propiedad sobre el inmueble in commento; en ese sentido, de
haberse afectado algún derecho a la prenombrada ciudadana le
correspondía a esta interponer acción por retracto legal a los fines de
ejercer su derecho de preferencia como comunera del referido bien o por
incumplimiento de contrato contra el hoy actor. En virtud de lo anterior se
declara improcedente dicho argumento. Así se establece.

Sobre el alegato relacionado a la incapacidad del vendedor para


realizar actos jurídicos, el artículo 1.143 del Código Civil dispone que pueden
contratar todas las personas que no estuvieren declaradas incapaces por la
Ley , por su parte el artículo 1.144 eiusdem indica que son incapaces para
contratar en los casos expresados por la Ley: los menores, los entredichos,
los inhabilitados y cualquiera otra persona a quien la Ley le niegue la
facultad de celebrar determinados contratos .

En sintonía con lo anterior, el principio general es que toda persona


tiene la capacidad para contratar; no obstante, existen dos excepciones: 1)
los menores de 18 años; y 2) Los sujetos que padecen de una enfermedad
mental suficiente para que a través de un procedimiento judicial sean
declarado entredichos o inhabilitados.

Así las cosas, de las actas que conforman la presente causa no se


evidencia que exista alguna sentencia definitivamente firme que haya
declarado la inhabilitación o interdicción del vendedor, hoy actor, para
realizar actos jurídicos, al contrario, del informe médico traído a los autos,
ratificado por el tercero emisor, se constató la capacidad mental y física de
la parte actora para contratar en esa fecha (22/01/2020). En consecuencia,
se declara improcedente el referido alegato. Así se establece.

Asimismo, aduce el actor que fue conducido a firmar los referidos


contratos de compraventa por medio del engaño; ello así, el artículo 1.146
del Código Civil, dispone que aquel cuyo consentimiento haya sido dado a
consecuencia de un error excusable, o arrancado por violencia o sorprendido
por dolo, puede pedir la nulidad del contrato . Desprendiéndose de dicha
norma que la negociación jurídica consentida a través de maquinaciones
engañosas, debe ser anulado, en razón de que la buena fe sería sustituida por
la mentira. Sin embargo, es importante destacar, que la doctrina imperante
ha señalado que el elemento fundamental del dolo es el ánimo de engañar, la
intención de engañar -animus decipiendi-, ya que, a falta de este requisito
fundamental el dolo debe ser excluido . (Ver sentencia Nro. 562, de fecha 12
de diciembre de 2019, caso: Anubis Murguey y otros contra N & D, C.A. y
otros).

Ahora bien, en sintonía con lo anterior, del análisis del acervo


probatorio no se observan las maquinaciones engañosas que haya
desplegado la compradora, hoy demandada, para inducir al error al
comprador, hoy actor, pues lo que se desprende de las pruebas consignadas
por las partes es la intención del actor de concretar dicha venta, pues el
mismo participó personalmente en las diligencias para conseguir los
recaudos necesarios para protocolizar el aludido documento de
compraventa.

De igual forma, no se evidencia el ánimo de engañar de la


compradora, hoy demandada, dado que las partes contratantes gestionaron
los requerimientos necesarios para la protocolización del contrato de
compraventa aquí impugnado, todo ello con la participación del actor; en ese
sentido, contrario a lo afirmado por el demandante, lo que se evidencia es su
intención de finiquitar la referida venta, situación que no logró desvirtuar la
parte actora.

En virtud de lo antes expuesto, se desestima dicho argumento. Así


se establece.

De igual forma, arguye el actor la falta de pago de la compradora,


hoy demandada, en ese sentido, la nulidad del aludido contrato de venta por
la presunta falta de pago del precio pactado en el mismo, a pesar de haber
fundamentado la demanda por vicios en el consentimiento ( ) debe
fundamentarse como una nulidad de venta por simulación, de acuerdo a lo
previsto en el artículo 1.281 del Código Civil . (Ver sentencia Nro. 769, de
fecha 8 de diciembre de 2021, caso: Sociedad de Comercio Wuayuu, C.A
contra Elías Khoury).

Asimismo, vale destacar que del documento de venta protocolizado


ante la Oficina de Registro Público de los Municipios Cárdenas, Guásimos y
Andrés Bello del estado Táchira el 22 de enero de 2020, quedando anotado
bajo el Nro. 20200.23, Asiento Registral 1 del inmueble matriculado con el
Nro. 429.18.4.1.19388 y correspondiente al Libro de Folio Real del año 2020,
se constata que el comprador pago la primera parte del precio pactado en el
mismo, a saber, cien millones de bolívares (Bs. 100.000.000,00), en el acto de
otorgamiento y firma del aludido documento, a través de cheque Nro. S-91
46004159 del Banco de Venezuela, de fecha 20 de diciembre de 2019, de la
cuenta Nro. 0102-0219-11-0000217806, que fue recibido a su entera y cabal
satisfacción. Aunado al hecho que la falta de pago no acarrea la nulidad del
documento. En consecuencia, se declara improcedente el referido argumento.
Así se establece.

En virtud de lo antes expuesto, esta Sala declara sin lugar la


presente demanda por nulidad de venta. Así se establece.

Determinado lo anterior, pasa esta Sala a pronunciarse sobre la


reconvención por cumplimiento de contrato de compraventa con garantía
hipotecaria propuesta por la demandada, a los fines de que se declare: 1.- la
existencia y plena eficacia jurídica del negocio que consta en el documento
debidamente protocolizado ante el Registro Público de los Municipios
Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado Táchira, en fecha 22 de enero
de 2.020, bajo el Nro. 2020.23, Asiento Registral 1 del inmueble matriculado
con el Nro. 429.18.4.1.19398, correspondiente al Libro de Folio Real del año
2020, contentivo de contrato de compra venta con garantía hipotecaria,
sobre los derechos y acciones en proporción del cincuenta por ciento (50%)
del inmueble in commento; 2.- la existencia plena y eficacia jurídica del
negocio contenido en el documento privado suscrito entre los ciudadanos
Giuseppe Balbo D Ángelo (actor) y Lili Esperanza Orduz Beltrán
(demandada), el 22 de enero de 2020, sobre el aludido bien. 3.- Que se
ordene el cumplimiento de todas las obligaciones establecidas los referidos
contratos, como consecuencia de ello y en contraprestación y cumplimiento
de su obligación como vendedor, el demandante-reconvenido reciba el saldo
deudor del precio pactado por la venta del inmueble, por la cantidad de
veinticinco mil euros ( 25.000,00) y cheque de gerencia por la cantidad de
cien millones de bolívares (Bs. 100.000.000,00), hoy cien bolívares (Bs.
100,00). 4.- En la extinción de la obligación y en consecuencia de la garantía
de pago constituida por hipoteca especial de primer grado sobre el aludido
inmueble. 5.- Que en caso de incumplimiento por parte del actor
reconvenido, de conformidad con lo establecido en el artículo 531 del Código
de Procedimiento Civil, que la sentencia haga las veces de documento
extintivo del gravamen hipotecario, por aplicación del ordinal 4 del artículo
1.907 del Código Civil, y se oficie lo conducente al Registro Subalterno.
A los fines de dar cumplimiento al contenido del artículo 1.527 del
Código civil, consignó ante el a quo cheque de gerencia Nro. 92400581 del
Banco Mercantil, fechado 8 de junio de 2021 a nombre el ciudadano
Giuseppe Baldo D Ángelo, por la cantidad de cien millones de bolívares (Bs.
100.000.000,00) en cumplimiento del contrato debidamente registrado y para
cumplir con el saldo restante de veinticinco mil euros ( 25.000,00)
establecido en el contrato privado, estando dentro del lapso estipulado de 18
meses, señaló que acogiéndose a las políticas establecidas por la
Superintendencia Bancaria, realizó la apertura de una cuenta bancaria en
euros en el Banco Mercantil, Agencia Las Lomas de la ciudad de San
Cristóbal estado Táchira, signada con el N 5063026567 por la cantidad antes
señalada, para lo que solicitó al Tribunal oficiar a la referida institución
bancaria a los fines de verificar lo señalado, demostrando con tal prueba
tener la capacidad de pago de la obligación contraída.

Destacó que a los fines de dar cumplimiento al pago del precio


pactado en los contratos de compra-venta en razón de la demanda
interpuesta por el vendedor demandante realizar una oferta real de pago
sería innecesaria e inoficiosa, por lo que habiendo el vendedor realizado
todas las diligencias pertinentes para la realización de la venta como fue el
pago de los impuestos municipales necesarios para la certificación de
solvencias requeridas por el Registro Público para la protocolización de
documentos de venta de inmuebles, el vendedor está en la obligación de
cumplir con la obligación contraída y no declararla como de plazo vencido
por lo que la hipoteca especial de primer grado constituida en el documento
debe ser extinguida, afirmando que da cabal cumplimiento al pago de las
cantidades acordadas en el tiempo establecido toda vez que la suma
adeudada se halla dispuesta en su totalidad en la entidad bancaria antes del
vencimiento del plazo convenido.

Fundamentó la reconvención en los artículos 1.133, 1.159, 1.474,


1.167 y 1.907 del Código Civil, invocando los hechos aducidos en su defensa
en la contestación de la demanda, precisando que se hace necesario
interponer la reconvención por cumplimiento de contrato por cuanto el
incumplimiento del vendedor se materializa con el ejercicio de la acción de
nulidad, con lo que evidentemente desconoce su existencia y pretende a
través de una declaratoria judicial hacerle desaparecer.

Por su parte, el actor - reconvenido dio contestación a la


reconvención alegando que su mandante recibió cinco mil euros ( 5.000,00)
en calidad de préstamo y no como parte del monto de la venta, pues si
hubiese sido una venta, habría pagado veinticinco mil euros ( 25.000,00) y se
hubiese constituido la hipoteca por cinco mil euros ( 5.000,00). Igualmente
señaló que la demandada-reconviniente de los doscientos millones de
bolívares (Bs. 200.000.000,00), contenidos en el documento público, no pagó
nada, demostrando que actuó con mala intención y fraude, puesto que indicó
que ese monto equivalía a los cinco mil euros que estaba recibiendo en
préstamo y que se firmaba así para garantizarse la devolución del dinero.
Afirmó que el contrato público y privado son completamente diferentes en lo
que respecta al monto a pagar, pues si hubiese sido de buena fe, el monto
convenido en el documento público hubiese sido expresado en su totalidad en
bolívares, es decir, la totalidad del negocio de compraventa fue de dos mil
quinientos veintisiete millones ciento setenta y cuatro mil ochocientos
bolívares (Bs. 2.527.174.800,00) como la reconviniente señaló en la
contestación de la demanda, pues el documento público prevalece sobre el
documento privado, aprovechándose de la edad, del poco conocimiento del
idioma, la descoordinación mental y la necesidad monetaria de su mandante.
Sostuvo que siempre se solicitó los cinco mil euros ( 5.000,00) en préstamo y
no vender el inmueble, que nunca contradijo en la contestación de la
demanda que en el momento en que estaba registrando y firmando el
documento fue cuando se le entregó el dinero prestado en efectivo y que ello
conllevó a que el demandante mantuviera su atención en contarlo y firmara
sin leer ambos documentos, por lo que solicita que la referida reconvención
sea declarada sin lugar.

Así las cosas, observa esta Sala que el artículo 1.167 del Código
Civil establece que en el contrato bilateral, si una de las partes no ejecuta su
obligación, la otra puede a su elección reclamar judicialmente la ejecución
del contrato o la resolución del mismo, con los daños y perjuicios en ambos
casos si hubiere lugar a ello . Dicha norma otorga la posibilidad a la parte
que no haya incumplido con las obligaciones pactadas en el contrato
bilateral, de ejercer, a su elección, las acciones dirigidas al cumplimiento del
contrato o bien a su resolución, con la posibilidad de reclamar los daños y
perjuicios ocasionados.

Ahora bien, la parte demandada-reconviniente pretende el


cumplimiento del documento debidamente protocolizado ante el Registro
Público de los Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado
Táchira, en fecha 22 de enero de 2.020, bajo el Nro. 2020.23, Asiento
Registral 1 del inmueble matriculado con el Nro. 429.18.4.1.19398,
correspondiente al Libro de Folio Real del año 2020, contentivo de contrato
de compraventa con garantía hipotecaria, sobre los derechos y acciones en
proporción del cincuenta por ciento (50%) del aludido inmueble, así como del
contrato privado suscrito entre los ciudadanos Giuseppe Balbo D Ángelo
(actor-reconvenido) y Lili Esperanza Orduz Beltrán (demandada-
reconviniente), el 22 de enero de 2020, mediante el cual esta última dio en
venta el bien in commento al primero de los nombrados; señalando que el
vendedor pretende desconocer su obligación con la interposición de la
demanda de nulidad de documento antes del vencimiento de los referidos
contratos, a saber, 19 de enero de 2021, antes del vencimiento del lapso de
vigencia de los aludidos convenios, vale decir, 22 de julio de 2021, por lo
tanto, solicita que el vendedor cumpla con su obligación de recibir el saldo
restante del precio pactado y de esa manera extinguir sus obligaciones y la
garantía hipotecaria.

Ello así, el artículo 1.474 del Código Civil establece que la venta es
un contrato por el cual el vendedor se obliga a transferir la propiedad de una
cosa y el comprador a pagar el precio . Por su parte, el autor José Luis
Aguilar Gorrondona en su obra Contratos y Garantías, Derecho Civil IV
(2017), página 174, nos enseña que la venta es un contrato por el cual una
persona llamada vendedor se obliga a transferir y garantizar la propiedad u
otro derecho a una persona llamada comprador, la cual se obliga a pagar el
precio en dinero . Conforme a la doctrina actual de la Sala de Casación Civil
del Tribunal Supremo de Justicia, son los jueces de instancia los facultados
para interpretar y calificar los contratos, con la limitación de que en tal
actividad, no pueden distorsionar los hechos que hubieren sido alegados por
ellas, puesto que si bien la labor del juez es indagar la voluntad e intención de
las partes contratantes al establecer determinadas obligaciones y derechos,
no obstante en modo alguno puede errar en la calificación del contrato o
incurrir en una suposición falsa.

Ahora bien, el contrato es una convención entre dos o más personas


para constituir, reglar, transmitir, modificar o extinguir entre ellas un vínculo
jurídico, conforme a lo dispuesto en el artículo 1.133 del Código Civil. Por
otra parte, el artículo 1.167 eiusdem, establece que en el contrato bilateral, si
una de las partes no ejecuta su obligación, la otra puede a su elección
reclamar judicialmente la ejecución del contrato o la resolución del mismo,
con los daños y perjuicios en ambos casos si hubiere lugar a ello.

En este sentido, se evidencia del análisis de las actas procesales que


comprenden el presente expediente, específicamente del documento de
compraventa protocolizado ante la Oficina de Registro Público de los
Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado Táchira el 22 de
enero de 2020, anotado bajo el Nro. 20200.23, Asiento Registral 1 del
inmueble matriculado con el Nro. 429.18.4.1.19388 y correspondiente al
Libro de Folio Real del año 2020, que el ciudadano Giussepe Balbo D Ángelo
dio en venta a la ciudadana Lili Esperanza Orduz Beltrán el cincuenta por
ciento (50%) de los derechos y acciones que le corresponde sobre un lote de
terreno y las mejoras sobre el construidas, ubicado en Las Vegas de Táriba,
Municipio Cárdenas del estado Táchira, adquiridos en comunidad conyugal
con la ciudadana Gladis María Martínez Velasco, disuelta según consta en
documento protocolizado ante el Registro Público de los Municipios
Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado Táchira, el 9 de abril de 2007,
bajo el Nro. 42, Tomo 02, Folios 211 al 217, Protocolo Primero; estableciendo
el precio de la venta en doscientos millones de bolívares (Bs.
200.000.000,00), los cuales serían pagados de la siguiente manera: a) cien
millones de bolívares (Bs. 100.000.000,00), en el acto de otorgamiento y
firma del presente documento, a través de cheque Nro. S-91 46004159 del
Banco de Venezuela, de fecha 20 de diciembre de 2019, de la cuenta Nro.
0102-0219-11-0000217806, que fue recibido a su entera y cabal satisfacción;
b) el saldo restante, vale decir, cien millones de bolívares (Bs.
100.000.000,00), en el lapso de dieciocho (18) meses, contado a partir de la
fecha de otorgamiento del presente instrumento, es decir, el 22 de enero de
2020, por lo tanto el mismo vencía en fecha 22 de julio de 2021. De igual
forma, a los fines de garantizar la venta, se constituyo hipoteca especial y de
primer grado sobre el inmueble objeto del contrato.

Asimismo, se constata que paralelamente dichos ciudadanos


firmaron contrato de compraventa privado suscrito el 22 de enero de 2020,
el cual de conformidad con lo previsto en el artículo 1.363 del Código Civil
tiene entre las partes y respecto de terceros, la misma fuerza probatoria que
el instrumento público en lo que se refiere al hecho material de las
declaraciones; hace fe, hasta prueba en contrario, de la verdad de esas
declaraciones ; evidenciándose de dicho documento que el ciudadano
Giussepe Balbo D Ángelo dio en venta a la ciudadana Lili Esperanza Orduz
Beltrán el cincuenta por ciento (50%) de los derechos y acciones que le
corresponde sobre el aludido inmueble; estableciendo el precio de la venta en
la suma de treinta mil euros ( 30.000,00), de los cuales el vendedor recibió
cinco mil euros ( 5.000,00) en el acto de la firma de dicho contrato,
indicándose que el saldo restante, a saber, veinticinco mil euros ( 25.000,00),
serán cancelados en el lapso de dieciocho (18) meses, contados a partir del
mes de enero de 2020, por lo tanto la fecha de vencimiento es el mes de julio
de 2021; determinándose asimismo, que solo se entenderá cumplida la
obligación con el pago en euros. De igual forma, a los fines de garantizar la
venta, se constituyo hipoteca especial y de primer grado sobre el inmueble
objeto del contrato.

Así las cosas, del acervo probatorio traído a los autos por la
demandada-reconviniente, específicamente de la inspección evacuada el 3 de
septiembre de 2021 por el tribunal de la causa, se evidencia que la
compradora, hoy demandada-reconviniente, gestionó los medios necesarios
para cumplir con su obligación de pagar el saldo restante del precio pactado
en los referidos documentos de venta antes de la fecha de vencimiento de los
aludidos contratos, a saber, 22 de julio de 2021, tal como lo prevé el
artículo 1.527 del Código Civil, al establecer que la obligación del comprador
es pagar el precio en el día y en el lugar determinados por el contrato .
Observándose que la ciudadana Lili Esperanza Martínez Velasco
(compradora) aperturó una cuenta bancaria en moneda extrajera,
específicamente en euros, el 12 de mayo de 2021, en el Banco Mercantil,
Agencia Las Lomas, contando con la disposición de veinticinco mil noventa y
cinco euros ( 25.095,00); de igual forma, en fecha 8 de junio de 2021,
gestionó cheque de gerencia Nro. 2699400581, por la cantidad de cien
millones de bolívares (Bs. 100.000.000,00), cuyo beneficiario es el ciudadano
Giuseppe Balbo D Ángelo.

En virtud de lo anteriormente expuesto, esta Sala declara con lugar


la reconvención por cumplimiento de contrato de compraventa propuesta por
la demandada-reconviniente; en consecuencia, se ordena a la ciudadana Lili
Esperanza Martínez Velasco a pagar al ciudadano Giuseppe Balbo D Ángelo
las siguientes cantidades de dinero: A) veinticinco mil euros ( 25.000,00), de
conformidad con lo convenido en el documento protocolizado ante la Oficina
de Registro Público de los Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del
estado Táchira el 22 de enero de 2020, quedando anotado bajo el Nro.
20200.23, Asiento Registral 1 del inmueble matriculado con el Nro.
429.18.4.1.19388 y correspondiente al Libro de Folio Real del año 2020. B)
Cien bolívares (Bs. 100,00), de acuerdo a lo convenido en el documento
suscrito de manera privada el 22 de enero de 2020, suma que se ordena a
indexar mediante experticia complementaria del fallo, de conformidad con lo
previsto en el artículo 249 del Código de Procedimiento Civil; la cual se
calculará desde la fecha de admisión de la demanda, hasta el día efectivo de
pago. Una vez conste el pago de dichas cantidades de dinero, las referidas
hipotecas quedaran extintas, de conformidad con lo previsto en el ordinal 4
del artículo 1.907 del Código Civil. En caso incumplimiento voluntario por
parte del actor-reconvenido, este fallo servirá de justo título, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 531 del Código de Procedimiento Civil, en cuyo
caso la parte demandada-reconviniente deberá consignar ante el tribunal
ejecutor el saldo deudor. Así se establece.

DECIS IÓN

Por las razones de hecho y de derecho antes expuestas, este


Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, en
Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República y
por autoridad de la Ley, declara: CON LUGAR el recurso extraordinario de
casación anunciado y formalizado por la parte demandada, contra la
sentencia dictada por el Juzgado Superior Tercero en lo Civil, Mercantil,
Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del estado Táchira, en
fecha 16 de diciembre de 2022. En consecuencia se declara:

PRIMERO: IMPROCEDENTE el alegato esgrimido por la


demandada respecto a la falta de cualidad del actor.

SEGUNDO: SIN LUGAR la demanda por nulidad de venta,


interpuesta por el ciudadano Giuseppe Balbo D Ángelo, contra la ciudadana
Lili Esperanza Martínez Velasco.

TERCERO: Se condena al demandante al pago de las costas del


juicio de conformidad con lo dispuesto en el artículo 274 del Código de
Procedimiento Civil.

CUARTO: CON LUGAR la reconvención por cumplimiento de


contrato de compraventa propuesta por la ciudadana Lili Esperanza
Martínez Velasco contra el ciudadano Giuseppe Balbo D Ángelo.

QUINTO: SE ORDENA a la ciudadana Lili Esperanza Martínez


Velasco a pagar al ciudadano Giuseppe Balbo D Ángelo las siguientes
cantidades de dinero: A) veinticinco mil euros ( 25.000,00), de conformidad
con lo convenido en el documento protocolizado ante la Oficina de Registro
Público de los Municipios Cárdenas, Guásimos y Andrés Bello del estado
Táchira el 22 de enero de 2020, quedando anotado bajo el Nro. 20200.23,
Asiento Registral 1 del inmueble matriculado con el Nro. 429.18.4.1.19388 y
correspondiente al Libro de Folio Real del año 2020. B) Cien bolívares (Bs.
100,00), de acuerdo a lo convenido en el documento suscrito de manera
privada el 22 de enero de 2020, suma que se ordena a indexar mediante
experticia complementaria del fallo, de conformidad con lo previsto en el
artículo 249 del Código de Procedimiento Civil; la cual se calculará desde la
fecha de admisión de la demanda, hasta el día efectivo de pago.

SEXTO: Una vez conste el pago de dichas cantidades de dinero, las


hipotecas constituidas en los precitados documentos, quedaran extintas, de
conformidad con lo previsto en el ordinal 4 del artículo 1.907 del Código
Civil.

SÉPTIMO: En caso de incumplimiento voluntario por parte del


actor-reconvenido, este fallo servirá de justo título, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 531 del Código de Procedimiento Civil, en cuyo caso
la parte demandada-reconviniente deberá consignar ante el tribunal ejecutor
el saldo deudor.

OCTAVO: Se condena al actor reconvenido al pago de las costas de


la reconvención propuesta al resultar completamente vencido, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 274 del Código de Procedimiento
Civil.

Queda de esta forma CASADA la sentencia recurrida y SIN


REENVÍO.

No ha lugar la condenatoria al pago de las costas procesales del


recurso, dada la naturaleza del dispositivo del presente fallo.

Publíquese, regístrese y remítase el expediente al Juzgado Tercero


de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción
Judicial del estado Táchira, con sede en San Cristóbal. Particípese de esta
remisión al juzgado superior de origen ya mencionado, de conformidad con
lo dispuesto en el artículo 326 del Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de


Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los catorce
(14) días del mes de julio de dos mil veintitrés (2023). Años: 213 de la
Independencia y 164 de la Federación.

Magistrado Presidente de la Sala,

_____________________________

HENRY JOSÉ TIMAURE TAPIA

Magistrado Vicepresidente,

____________________________

JOSÉ LUIS GUTIÉRREZ PARRA

Magistrada-Ponente,
________________________________

CARMEN ENEIDA ALVES NAVAS

Secretario,

__________________________________

PEDRO RAFAEL VENERO DABOÍN

Exp. AA20-C-2023-000128

Nota: Publicada en su fecha a las

Secretario,

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