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C. MAGISTRADOS DEL H.TRIBUNAL COLEGIADO

DEL DÉCIMO PRIMER CIRCUITO EN EL ESTADO

P R E S E N T E.-

JUAN TENA HERNANDEZ, mexicano, mayor de edad por mi propio


derecho y en cuanto albacea provisional de la sucesión intestamentaria a vienes
del señor J. JESUS TENA ROSAS, carácter que tengo debidamente
reconocido en autos de donde deviene el acto reclamado, señalando como
domicilio para oír todo tipo de notificaciones el marcado con el número 215
doscientos quince de la calle Curicaveri en la colonia Eréndira, en esta ciudad
capital, autorizando en términos amplios del artículo 27 de la Ley de Amparo a
los C.C Lics. CINTHIA BELTRAN MONTIEL Y/O SVAMI ROGELIO
PEÑALOZA SANTAMARIA, así como a pasante jurista JARRET VALLDARES
OLVERA, ante ustedes con el debido respeto comparezco a exponer lo
siguiente:

Mediante el ocurso de cuenta y con el carácter arriba expresado, vengo


a solicitar de este Honorable Tribunal Colegiado el AMPARO Y PROTECCION
DE LA JUSTICIA FEDERAL, en contra del acto de la autoridad que a
continuación señalo como responsable, por lo que en atención lo estipulado por
el numeral 166 de la ley de amparo me permito expresar:

I.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO. Los que se han


precisado en líneas precedentes,

II.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL TERCERO PERJUDICADO: DILIA


HERNANDEZ ESPINOZA, ROSALINA TENA HERNANDEZ, J. NICANOR
EDUARDO TENA HERNANDEZ O JOSE NICANOR TENA HERNANDEZ,
ADELAYDA TENA HENANDEZ, y MARIA GRISELDA TENA HERNANDEZ.
Quienes pueden ser emplazados en el domicilio en calle Morelos Norte número
129-2 ciento veintinueve, altos, despacho dos en al zona centro de esta ciudad,
los dos primeros de manera personal y los tres últimos a través de su
apoderado jurídico el Lic. Carlos Gutiérrez Curiel.

III.- AUTORIDAD RESPONSABLE: El C. MAGISTRADO DE LA NOVENA


SALA CIVIL DEL SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA DEL ESTADO.

IV.- ACTO RECLAMADO: LA SENTENCIA DEFINITIVA DICTADA


DENTRO DEL TOCA NÚMERO I-309/ 2009, POR LA AUTORIDAD ANTES
PRECISADA, DE FECHA 08 OCHO DE OCTUBRE DEL AÑO 2009.

V.- FECHA DE NOTIFICACIÓN: La resolución señalada como acto


reclamado fue notificada con fecha 09 NUEVE DE OCTUBRE DEL AÑO 2009
DOS MIL NUEVE.
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VII. PRECEPTOS CONSTITUCIONALES VIOLADOS. Al dictarse la


resolución causante de agravios al aquí quejoso viola las Garantías consagradas
en los numerales 14 y 16 constitucionales,

BAJO PROTESTA DE DECIR VERDAD, manifiesto que los hecho y


abstenciones que constituyen los antecedentes del acto reclamado, son ciertos
de manera sucinta a continuación se expresan.

ANTECEDENTES:

1.- Mediante escrito de fecha 08 ocho de Marzo del año 2006, el señor LUIS
ANTONIO TENA HERNANDEZ, en cuanto hijo y presunto heredero de J.
Jesús Tena Rosas, compareció ante el Juzgado Octavo en Materia Civil de este
Distrito Judicial a denunciar la sucesión intestamentaria a bienes de su extinto
padre J. JESUS TENA ROSAS, para lo cual señaló además del denunciante a
los C.C DILIA HERNANDEZ ESPINOZA, en cuanto cónyuge, J JESUS
ENRIQUE y ROSALINA, de apellidos TENA HERNANDEZ, como presuntos
herederos, para lo cual señaló su domicilio y la aclaración de si son mayores de
edad.

2.- Con data 15 quince de marzo del año 2006 dos mil seis el C. Juez Octavo
Civil, de Primera Instancia en esa ciudad dictó un auto mediante el cual tuvo
por radicada la sucesión intestamentaria a bienes de J. JESUS TENA ROSAS,
ordenó la publicación de un edicto convocando herederos, en los estados del
propio Juzgado y del Menor de Copándaro de Galeana, designó como albacea
provisional a LUSI ANTONIO TENA HERNANDEZ, y mando notificar de
manera personal al resto de los presuntos herederos señalados en la denuncia a
fin de que en el término de treinta días hábiles comparecieran a deducir sus
derechos.

3.- Una vez iniciado el juico sucesorio y dentro de la primera sección, los
presuntos herederos, DILIA HERNANDEZ ESPINOZA, J. JESUS ENRIQUE
Y ROSALINA TENA HERNANDEZ, ambos de apellidos TENA HERNANDEZ,
en fechas diversas acudieron ante el Juez del conocimiento a deducir sus
derechos hereditarios, a lo que se les proveyó de conformidad.

4.- Con motivo del incumplimiento de las obligaciones del entonces albacea
provisional LUIS ANTONIO TENA HERNANDEZ, éste fue removido y
sustituido en su encargo por el suscrito, protestando y aceptando el mismo.

5.- Con fecha 19 diecinueve de junio del año 2006 dos mil seis el señor LUIS
ANTONIO TENA HERNANDEZ, presentó un escrito mediante el cual señala
nuevo domicilio para oír y recibir todo tipo de notificaciones el ubicado en la
calle Morelos Norte número 129-2 ciento veintinueve, altos, despacho dos en al
zona centro de esta ciudad, el cual dicho sea de paso es el del Lic. CARLOS
GUTIERREZ CURIEL, quien a su vez es apoderado Jurídico de tres de los
terceros perjudicados, y quien así mismo autorizó dicha promoción, tal y como
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se aprecia en las copias certificadas de la misma que se anexan a la presente


demanda, lo que evidentemente denota el conocimiento que tal profesionista
tuvo de la radicación del sucesorio en cuestión, obsérvese además que dicho
profesionista siguió autorizando promociones del denunciante de la sucesión y
otros.

5.- Con fecha 26 veintiséis de junio del 2006 dos mil seis el Lic. CARLOS
GUTIERREZ CURIEL, compareció ante el Juez de la causa –en un primer
intento- a tratar de de apersonarse como apoderado jurídico de los C.C.
ADELAIDA, J. NICANOR EDUARDO Y MARIA GRISELDA, todos de apellidos
TENA HERNANDEZ, en virtud de tres poderes otorgados por éstos últimos a
favor de aquel, en el Estado de California de los Estados Unidos de América,
así mismo para deducir los derechos hereditarios de sus poderdantes, y no
obstante haber comparecido en tiempo, lo hizo sin forma, puesto que no se
ajustó a las disposiciones legales, para exhibir esa clase de documentos,
error atribuible solamente al multicitado profesionista. Nótese que al
momento de ocurrir a dicho juzgado para los efectos pretendidos se
encontraba dentro del término de los treinta días para deducir sus derechos
hereditarios.

6.- Al advertir lo anterior el Juez Natural, con fecha 03 tres de Julio del año
2006 dos mil seis dictó un acuerdo un acuerdo en el que “no ha lugar a tenerlo
como apoderado jurídico de los señores DELAIDA, J. NICANOR
EDUARDO Y MARIA GRISELADA de apellidos TENA HERNADEZ. En
razón de que los documentos que acompaña a su escrito, no cumplen con
los requisitos establecidos por los artículos 54, 456 del Código de
Procedimientos Civiles para el Estado de Michoacán, ya que no exhibe la
traducción de las apostillas, ni de los documentos expedidos por el Notario
Público de california: en consecuencia de lo anteriormente expuesto,
tampoco ha lugar a lo demás que solicita”.

7.- En virtud a lo anterior, el ya referido profesionista GUTIERREZ CURIEL,


nuevamente, en fecha 7 siete de julio del año 2006 dos mil seis presentó
nuevamente una promoción en la que se apersonó como apoderado jurídico de
DELAIDA, J. NICANOR EDUARDO Y MARIA GRISELADA de apellidos TENA
HERNADEZ, y al mismo tiempo para deducir los derechos hereditarios de sus
mandantes, esta vez en forma pero fuera de término. nótese que en
momento alguno, ninguno de los ahora terceros perjudicados recurrieron el
auto en que se tuvo por radicando la sucesión y si en cambio lo concitienron.

8.- Sin embargo, el Juez Natural, tuvo de forma ilegal, mediante proveído de
fecha 11 once de Julio del año 2006, por reconociendo la personería del
Licenciado CARLOS GUTIERREZ CURIEL, y por deduciendo los derechos
hereditarios de sus poderdantes.
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9.- Advirtiendo lo anterior, el suscrito, en mi carácter de albacea, promoví el


recurso de apelación en contra de dicho auto, por lo que al resolverse dicha
apelación, se declaró nulo lo actuado por el licenciado CARLOS GURIERREZ
CURIEL, señalando que los incidentistas no recurrieron dicha resolución.

10.- Con fecha, 12 doce de octubre del año 2006 dos mil seis, comparecieron,
DILIA HERNÁNDEZ ESPINOZA Y ROSALINA TENA HERNANDEZ, por
propio derecho, así como el licenciado CARLOS GUTIERREZ CURIEL, en
cuanto apoderado jurídico de J. NICANOR EDUARDO O JOSE NICANOR
EDUARDO TENA HERNADEZ, ADELAYDA TEAN HERNANDEZ Y MARIA
GRISELDA TEAN HERNANDEZ, a promover incidente de nulidad de denuncia
y radicación de juicio sucesorio, misma que se resolvió con fecha 26 veintiséis
de junio del año 2009 dos mil nueve, en la que “se tiene por no hecha la
denuncia formulada por LUIS ANTONO TENA HERNANDEZ, y ordenándose
volver las cosas al estado en que se encontraban hasta antes del momento en
cita”

11.- El suscrito me inconformé con la interlocutoria antes citada mediante el


recurso de Apelación, para lo cual se avocó a su conocimiento la Novena sala
Civil del Supremo Tribunal de Justicia del Estado mediante proveído de fecha
10 diez de septiembre del presente año, recurso que se resolvió con fecha 08
ocho de octubre de la presente anualidad, en la cual se expresa que “Resultaron
infundados por un lado e inoperantes por el otro, los agravios expresados por
JUAN ENA HERNANDEZ, en cuanto albacea provisional de la sucesión a
bienes de J, JESU TENA ROSAS(,,,) por lo que se confirma la resolución
combatida

CONCEPTOS DE VIOLACION.

PRIMERO.- El criterio sustentado por el Magistrado Resolutor, dentro


del considerando TERCERO de su fallo, consultable a foja 9 nueve y 10 diez de
su deplorable fallo, al aducir que “…con base en lo anterior, puede sostenerse
que el actual incidente persigue la nulidad de la denuncia y de la radicación del
intestado, de ahí que no pueda considerarse que opere la firmeza que invoca el
recurrente con sustento en los que dispone los artículo 95 y 96 del Código de
Procedimientos Civiles, pues los mismos aluden a la convalidación de
notificaciones mal efectuadas, debiendo tenerse en cuenta que la incidencia
que nos ocupa, no tiene como sustento la nulidad de una notificación realizada
en forma incorrecta, sino que se deriva del incumplimiento a un formalidad
específica en la radicación del juicio sucesorio Intestamentario …” , se torna
infundado e inmotivado, por los siguiente razonamientos:

En principio, de lo anteriormente resaltado, con meridiana claridad, se


infieren dos aspectos jurídicos:

I.- El primero de ellos consiste en que dicho Magistrado, en este


apartado sostuvo y admite que la fuente misma de la incidencia deviene de
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algunas “irregularidades” contenidas desde el planteamiento de la denuncia y


de la radicación del juicio sucesorio Intestamentario, lo cual inconcusamente
denota, tanto el proceder anómalo del denunciante del intestado, el C. LUIS
ANTONIO TENA HERNANDEZ otrora albacea de la sucesión y, el otro,
atribuible al propio Juzgador Natural, quien con fecha quince de marzo del año
2006 dos mil seis, tuvo al ocursante LUIS ANTONIO TENA HERNANDEZ, por
su propio derecho, radicando la sucesión intestamentaria a bienes del extinto
J. JESUS TENA ROSAS, así mismo se tuvo expresamente a DILIA
HERNANDEZ ESPINOZA Y ROSALINA TENA HERNANDEZ, como presuntos
herederos, de igual forma se ordenó mandar publicar el edicto
correspondiente, a efecto de que las personas que se concideraren con
derecho a la herencia, pasaran a deducirlo, por lo que en autos de fecha
diversa, las propias DILIA HERNANDEZ ESPINOZA Y ROSALINA TENA
HERNANDEZ, comparecieron a deducir sus derechos hereditarios, por lo que
en ese sentido acordó sus peticiones el juez de origen; luego entonces,
obsérvese que legalmente, en momento alguno se les violentó ningún derecho a
dichas personas, por ende su garantía de audiencia y de legalidad ha
permanecido incólume desde entonces, resultando una falacia el que ahora
sostengan que no tenían conocimiento de la existencia de tal juicio, ya que de
ser así debieron haber propuesto o entablado su nulidad, desde la denuncia
misma y del auto de radicación recaído; empero, de autos no se aprecia que así
haya ocurrido, quedando por tanto inimpugnable dicha denuncia y su proveído.

El Magistrado resolutor aduce que en el caso particular y concreto, el


incidente planteado persigue la nulidad de la denuncia y de la radicación del
intestado, y que por tanto no puede estimarse que en esas condiciones opere
la firmeza del procedimiento, como lo esgrimí en el primero de mis agravios;
tornándose por esas razones infundado e inmotivado el criterio vertido por
dicho resolutor, ya que de autos consta que tanto la denuncia como el auto de
radicación del juicio que nos ocupa en momento alguno fueron impugnados o
combatidos, por los incidentistas; determinación, que confirma su desacertado
criterio, toda vez que al no impugnarse éstas en tiempo y forma, de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 97, que a la letra dice: “ La nulidad
de actuación debe reclamarse dentro del término comprendido entre la fecha
de la actuación misma y los tres días siguientes a aquél en que sea notificada
legalmente la resolución subsecuente, pues de lo contrario aquélla queda
revalidada de pleno derecho, con excepción de la nulidad por defecto ene le
emplazamiento” teniendo aplicación los siguientes criterios jurisprudenciales:

Nulidad de actuaciones. Que debe entenderse por notificación


subsecuente para efectos del incidente de. El artículo 97 del Código de
Procedimientos Civiles del estado, establece que la nulidad de una
actuación, debe reclamarse, dentro del término comprendido entre la
fecha de la actuación misma y los tres días siguientes a aquél en que sea
notificada legalmente la resolución subsecuente; y en una sana
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interpretación de esas disposiciones, debe entenderse por resolución


subsecuente, aquella que procesalmente sea la siguiente a la estimada
nula, en relación al mismo juicio, con independencia de que sea dictada o
no, por la propia autoridad judicial que emitió la impugnada, puesto que el
precepto en comento no distingue sobre el particular”.

“Nulidad de actuaciones, es inadmisible si el incidentista compareció


a juico con posterioridad a ellas. Con excepción de la nulidad por vicios en
el emplazamiento, salvaguarda de la audiencia de las partes, por regla
general y en estricta aplicación de los artículos 72, 76 y 77 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, es correcta la inadmisión y
desechamiento de plano del incidente de nulidad que se proponga por el
promovente que compareció a juicio con posterioridad a las actuaciones
impugnadas, ya que quedan revalidadas de pleno derecho al no reclamarse
en la actuación subsecuente, es decir, la actuación nula se convalidad si el
interesado consiente la posterior”.

Registro IUS 230243

Octava Época, Tribunales Colegiados de Circuito, Semanario Judicial


de la Federación, Tomo II Segunda Parte Parte-2 Julio a Diciembre de
1988, p.355 aislada Civil.

“Actuación o notificación, nulidad de. Momento procesal en que debe


reclamarse, diferencias entre la legislación para el estado de Chihuahua y
la del Distrito Federal. Las hipótesis jurídicas que contemplan los artículos
88 del Código de Procedimientos Civiles para el estado de Chihuahua y el
77 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, son
sustancialmente las mismas, en cuanto al momento procesal en que debe
reclamarse la nulidad de una actuación o notificación; sin embargo, el
legislador del segundo precepto legal referido, requiere que la persona
notificada se hubiese manifestado sabedora de la providencia para que la
notificación indebidamente hecha surta sus efectos como si hubiese sido
legítimamente realizada, según se establece en el numeral 76v del referido
ordenamiento jurídico; el legislador del Código de Procedimientos Civiles
para el estado de Chihuahua, al no establecer el extremo antes apuntado,
consideró que un litigante al promover en el juico, conoce la exacta
situación del procedimiento y si no combate en la subsecuente promoción o
actuación indebidamente realizadas, es porque no le causa perjuicio o no
tiene interés en el asunto, sin que posteriormente pueda alegar lo
incorrecto de tal notificación o actuación.

Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Séptimo Circuito.

Precedentes: Amparo directo 224/93. Rosa Amelia Barrón de loa Ríos y


otros. 27 de enero de 1994. Unanimidad de votos.
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Ponente: Victor Manuel Campuzano Median. Secretario Rubén Martínez


Beltrán.

Luego entonces es inconcuso que, contrario a lo aducido por el


Magistrado de la Novena Sala Civil, en la especie, se configura plenamente la
firmeza del procedimiento, dado que, para recurrir un auto o resolución de
esta naturaleza, por disposición legal lo es el improrrogable término de tres
días contados a partir de la notificación de la resolución subsecuente o bien,
desde el momento en que el afectado tenga conocimiento de su existencia, lo
cual no ocurre en la especie, por la simple y sencilla razón de que los
incidentistas inconformes, jamás atacaron dentro de esos términos la denuncia
donde supuestamente se les causaba una violación, al no habérseles señalado
como presuntos herederos o bien el auto que recayó a ésta, que dicho sea de
paso, es el origen de la incidencia que pretenden ilegalmente hacer valer ahora
los inconformes cuando tuvieron el tiempo para ello y lo desaprovecharon, pues
cuando comparecieron, lejos de resaltar las violaciones que ahora aducen,
se limitaron a tratar de deducir sus derechos los diversos incidentistas J.
NICANOR EDUARDO O JESUS NICANOR EDUARDO, ADELAIDA Y
GRISELDA GUADALUPE, todos de apellidos TENA HERNANDEZ, por
medio de su apoderado jurídico CARLOS GUTIERREZ CURIEL, quien por
cierto y apréciese, que, además de autorizar las promociones del
denunciante de la sucesión LUIS ANTONIO TENA HERNADEZ, al mismo
tiempo es apoderado jurídico de tres de los multicitados incidentistas J.
NICANOR EDUARDO O JESUS NICANOR EDUARDO, ADELAIDA Y
GRISELDA GUADALUPE, todos de apellidos TENA HERNANDEZ, lo que se
acredita con la copia certificada del escrito signado por el señor LUIS
ANTONIO TENA HERNANDEZ y AUTORIZADO POR EL LICENCIADO
CALRLOS GUTIERREZ CURIEL, DE FECHA 19 DE JUNIO DEL AÑO 2006
DOS MIL SEIS, POR MEDIO DEL CUAL SEÑALA NUEVO DOMICILIO
PARA OIR Y RECIR TODO TIPO DE NOTIFICACIONES SIENDO ÉSTE
EL MISMO QUE SEÑALARON LOS INCIDENTISTAS AHORA
INCONFORMES, ASÍ COMO DEL AUTO QUE RECAYÓ A DICHA
PROMOCION, MISAMS QUE SE ACOMPAÑAN A LA PRESENTE
DEMANDA, CON LO QUE SIN LUGAR A DUDAS CORROBORA EL
CONCOCIMIENTO DE LA RADICAIÓN DE LA SUCECIÓN DE LOS
INCIDENTISTAS A TRAVES DE SU APODERADO JURÍDICO EN FECHA
ANTERIOR A QUE ÉSTE ULTIMO COMPARECIERA A TRATAR DE
DEDUCIR LOS DERECHOS HEREDITARISO DE SUS PODERDANTES, por
tal motivo es obvio que tuvo la oportunidad de hacer valer cuanto recurso o
incidente les confiere la ley para resaltar las eventuales anomalías de la
denuncia; sin embargo y debido a su falta de pericia y ética profesional
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compareció a deducir los derechos de sus también patrocinados, pero con


notables defectos en la forma y posteriormente de manera extemporánea, y en
un intento de subsana el error atribuible únicamente al precitado apoderado
jurídico, pretende ahora provocar la nulidad del intestado, causando así un
grave perjuicio al suscrito y la sucesión, por lo que jurídicamente no es dable
y en obsequio al principio de estricto derecho, y formalismo que predomina en
materia civil, que ahora pretendan incluso darle efectos retroactivos a esa
impugnación que formulan, a todas luces improcedente por los motivos y
consideraciones antes expuestos.

II.- el otro aspecto concierne a que en este apartado también el


magistrado resolutor confundió o apreció de manera por demás errónea, que el
caso particular y concreto, los artículos 95 y 96 del Código de Procedimientos
Civiles del Estado resultaba inaplicables al caso a estudio, toda vez que los
mismos aluden a la convalidación de notificaciones mal efectuadas, es decir,
el Magistrado de la Novena Sala Civil eludió emprender el estudio y alcance de
estos dispositivos, de orden público y observancia obligatoria para todo
juzgador, por estimar que no tenia ninguna aplicación, por referirse a
notificaciones mal hechas y no a actuaciones judiciales, como las que nos
ocupan.

Apreciación totalmente deplorable, precisamente por su indebida


consideración, ya que dichos artículos textualmente estatuyen lo siguiente:

“Artículo 95. Las notificaciones que se hicieren en forma distinta a la


prevenida en este capítulo serán nulas; pero si la persona notificada se hubiere
manifestado en juicio sabedora de la providencia, por haber hecho alguna
promoción o recibido alguna notificación posterior, la notificación indebida
surtirá desde entonces sus efectos, como si estuviere legalmente hecha, sin
que por eso quede relevado el que la hizo, de la responsabilidad a que se
refiere el artículo anterior”.

“Artículo 96. Las actuaciones serán nulas cuando les falte alguna de las
formalidades esenciales de manera que quede sin defensa alguna de las partes
y cuando la ley expresamente lo determine; pero no podrá ser invocada por la
parte que dio lugar a ella.

La firmeza del procedimiento del proceso es garantía de las partes y por


eso todo auto o sentencia que notificada en forma no haya sido recurrida,
produce todos sus efectos y para invalidarla, lo mismo que de las diligencias
posteriores a ella, no se admitirá incidentes de nulidad de actuaciones; en su
contra solo procederán los recursos, establecidos por la ley. Todo incidente de
nulidad que no esté comprendido, dentro de las prescripciones de este artículo,
seré desechado por el juez o por el tribunal ante quien se intente y contra la
resolución no procederá recurso alguno”.
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Consecuentemente, es de sostenerse, que la autoridad señalada como


responsable violentó en mi detrimento y el de la sucesión que represento, los
numerales antes invocados, no obstante de habérsele citado como violados a
dicha autoridad en mi pliego de agravios, y toda vez que los mismos tienen
alcance no solo para las notificaciones, sino para las ACTUACIONES judiciales
entendidas éstas – según la Suprema Corte de Justicia de la Nación- “… debe
entenderse como actuación judicial, no solo las propiamente dichas, ósea,
las razones acuerdos, diligencias y determinaciones, todas referentes a un
procedimiento judicial, sino también las promociones, peritajes,
ratificaciones, y en general cuanto se refiere al procedimiento…
obsequiándonos de esta manera el siguiente concepto: ”Actuación es el
conjunto de actos formales que en ejercicio de sus funciones lleva a cabo
el juez en el proceso”. De lo anterior se colige que el incidente y por lo tanto
la resolución aquí señalada como acto reclamado son violatorias de la garantía
de firmeza del proceso consagrada en el citado precepto legal 96, puesto que
el origen de la incidencia plateada lo es el auto de radicación de la sucesión,
mismo que no fue combatido, como ya se ha dicho, en el término estipulado por
la ley, y toda vez que el origen de tal incidencia es contemplada claramente
como una actuación -en atención al concepto que de ella se ha
proporcionado-, luego entonces queda subsana y convalidada la actuación
mal realizada con la comparecencia de quienes pudiesen haber sido
afectadas con las eventuales anomalías de las mismas, que en el particular
se actualiza con la propia comparecencia de los incidentistas a deducir sus
derechos hereditarios, y que lo acontecido en ese momento procesal, es decir
la falta de forma, es imputable a los propios incidentistas, quienes al
manifestarse sabedores de la existencia de lo que ahora llaman
“irregularidades”, éstas jamás fueron impugnadas por ellos y, al no hacerlo
indudablemente que las consintieron y a la vez inconcusamente, las
convalidaron; circunstancias que lamentablemente fueron desestimadas por el
resolutor, ya que en este apartado de su fallo lamentablemente confundió o
creyó que en el caso se trataba de una notificación y no de una actuación, en
aras de eludir emprender el estudio a cabalidad de los agravios que le fueron
esgrimidos, lo que me deja en un total estado de indefensión, merced a que no
está abordando los aspectos torales de mis agravios, cuando en estricto rigor,
en el supuesto no admitido una notificación viene a constituir una actuación
judicial, pero jamás sostener únicamente, como lamentable mente lo hizo, que
en la especie estamos en presencia del incumplimiento de una formalidad
específica en la radicación del Juicio Sucesorio, persistiendo su incorrecta
apreciación del caso, dado que en dicho pliego de agravios se le expusieron los
motivos y las razones legales por las cuales se obró en la forma en que se hizo,
del planteamiento de la denuncia, sin que ello produjera repercusiones o
afectaciones a ninguno de los coherederos.
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Con lo cual queda de relieve la notoria improcedencia de la incidencia


planteada, contrario a lo expuesto por el magistrado, tal proceder del
denunciante del intestado, no les depara perjuicio alguno a los ahora
incidentistas por la simple y sencilla razón de que a alguno de los presuntos
herederos se les señaló como tales, incluso bajo protesta de decir verdad, a
mas de que de autos consta que el denunciante del intestado si señaló BAJO
PROTESTA DE DECIR VERDAD, en cumplimiento a lo dispuesto por los
artículos 1067 y 1069 del Código Instrumental del ramo, como presuntos
herederos a DILIA HERNANDEZ ESPINOZA, J. JESUS ENRIQUE TENA
HERNANDEZ, ROSALINA Y EL PROPIO LUIS ANTONIO TENA
HERNANDEZ, habiendo proporcionado sus nombres y sus domicilios, como
consta de autos; a mayor ahondamiento, de autos se aprecia claramente que
jamás han quedado sin defensa los incidentistas, y que mas bien,
paradójicamente fueron ellos quienes dieron pie o lugar a la nulidad que
plantean, en razón a que si bien, comparecieron en tiempo a deducir sus
derechos, mas no en forma, lo que constituye el punto de partida de lo que
ahora se quejan, pero que indebidamente pretenden hacerlo retroactivamente
desde la denuncia misma, cuando de autos se encuentra demostrado que en su
momento, al comparecer a juicio estas irregularidades de las que ahora se
quejan no las hicieron valer oportunamente.

SEGUNDO.- Así mismo, el propio resolutor, arguyó en la foja 10 diez y


11 once del considerando de su precitado fallo, esencialmente, que el hecho de
no haber expresado los nombres y domicilio de los incidentistas, “… se provocó a
los incidentistas un estado de indefensión, respecto de la tramitación del
sucesorio, pues no se les colocó en igualdad de condiciones que a las personas
cuyos nombres y domicilios si fueron expresados en la denuncia del intestado
(…) lo que generó que éstos no se encontraran en plena aptitud de comparecer
oportunamente a deducir sus derechos…”

Argumentación que se torna a todas luces desacertada e inexacta, virtud


a que contrario a lo aducido en este punto, por el resolutor, de autos se
aprecia, precisamente con la denuncia del intestado, el auto recaído de data 15
quince de Marzo del 2006, dos mil seis, del escrito de comparecencia de los
ahora terceros perjudicados por medio de su apoderado jurídico el Lic.
CARLOS GUTIERREZ CURIEL, de fecha 26 veintiséis de Junio del año 2006
dos mil seis y del auto respectivo de fecha 03 tres de julio del mismo año, por
medio del cual pretendió apersonarse y deducir los derechos hereditarios de
sus poderdantes, circunstancia que claramente denota que, contrario a lo
vertido al respecto por el magistrado, jamás quedaron en un estado de
indefensión, en virtud de que con su actuar procesal antes resaltado,
inconcusamente se manifestaron sabedores, por el hecho de ocurrir al juzgado
y hacer las manifestaciones que a sus intereses convenía, precisamente dentro
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del lapso de treinta días conferidos para tal efecto, empero, por un error
únicamente atribuible a ellos lo hicieron en ese término que se les concedió,
pero no en la forma en que lo dispone los numerales 54 y 456 del Código
Instrumental del Ramo, tal y como así se le esgrimió en el AGRAVIO
PRIMERO, a dicho Magistrado, al decírsele: “... Sin embargo, en el caso
particular y concreto, se cometió un craso y gravísimo error, pero solo y
únicamente atribuible al Lic. CARLOS GUTIERREZ CURIEL, toda vez de que
compareció, en tiempo, en cuanto apoderado jurídico de las multicitadas
incidentistas que manifestó representar, sin embargo la forma que lo hizo
dista mucho de estar ajustada a los requisitos y presupuestos establecidos en
los artículos 54 y 456, del Código Instrumental del Ramo, tan es así que el
propio resolutor, al advertir que el profesionista señalado no estaba
exhibiendo la respectiva traducción y apostillamiento de los documentos que
acompañó a su ocurso, acertadamente, por auto de fecha de tres de julio del
año dos mil seis (obsérvese como estaban trascurriendo aún los treinta días de
la convocatoria de herederos ordenada mediante la publicación del edicto de
estilo), textualmente se acordó y le dijo al profesionista de marras, lo
siguiente: Dígasele al ocursante LICENCIADO CARLOS GUTIERREZ
CURIEL, que no a lugar a tenerlo como apoderado jurídico de los señores
ADELAIDA , J. NICANOR EDUARDO Y MARIA GRISELDA de apellidos
TENA HERNÁNDEZ. En razón de que los documentos que acompaña a su
escrito no cumplen con los requisitos establecidos por los artículos 54 y
456 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, ya que no exhibe la
traducción de las apostillas, ni de los documentos expedidos por el Notario
Público de California: en consecuencia de lo anteriormente expuesto.,
tampoco ha lugar a lo demás que solicita.

Error que con posterioridad subsanó y se volvió a apersonar por lo


que con fecha 11 once de julio del año 2006 se le tuvo por reconocida su
personería en mérito a los poderes aludidos…”

Punto medular de este agravio, que no obstante ser toral y determinante


para la procedencia de los mismos, lamentablemente fue desestimado y
soslayado por el magistrado, por los motivos y consideraciones antelativamente
expuestos y transcritos; por lo que el criterio adoptado por la autoridad
responsable resulta deplorable y aberrante, pues pareciera que está
sustituyendo o relevando una postura a favor de los ahora terceros
perjudicados; máxime que de autos se aprecia también que al momento de
comparecer los incidentistas, a través de su apoderado jurídico EN
MOMENTO ALGUNO EXPUSIERON, AL HACERLO, QUE QUEDABAN EN
ESTADO DE INDEFENSIÓN, POR EL HECHO DE QUE NO SE LES
HABIA SEÑALADOS COMO PRESUNTOS HEREDEROS; MOMENTO Y
OCASIÓN PROPICIO, POR LÓGICA NATURAL PARA HACERLO, SIN
EMBARGO HICIERON MUTIS AL RESPECTO.
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Así mismo, obsérvese que el propio Magistrado, sigue sosteniendo en


este apartado, que por el multicitado hecho, de no habérseles señalado en la
denuncia, les deparaba un agravio y los colocaba en “desigualdad” jurídica,
respecto de los demás que si fueron señalados expresamente como presuntos
herederos; manifestación que por sí sola es inocua e irrelevante para los fines
pretendidos por el Magistrado de la Novena Sala Civil; habida cuenta de que
este criterio se refuta y sucumbe totalmente con el criterio jurisprudencial, a
continuación se transcribe: de conformidad con el criterio jurisprudencial
invocado en el segundo de mis agravios que a la letra dice:

SUCESIONES, DENUNCIA DEL JUICO INTESTAMENTARIO,


REQUISITOS DE LA (LEGISLACION DEL ESTADO DE MICHOACAN).

Solo se desacata lo ordenado por el artículo 1069 del Código


Procesal Civil del Estado y se da causa para que la autoridad judicial tenga
por no hecha la denuncia correspondiente e informe de ello al Ministerio
Público y al Representante del Fisco del Estado, para los efectos a que
hubiere lugar, en aquellos casos en que, habiendo presuntos herederos, el
promovente omite señalarlos, indicar su domicilio y aclarar si son mayores
de edad, mas no cuando se proporcionan estos datos acerca de uno o mas
sucesores, pero se deja de mencionar a alguno de ellos.

Consecuentemente, a pesar de ser ilustrativa y orientadora, el resolutor


tampoco abordó su análisis, trascendencia y aplicabilidad de dicho criterio
jurisprudencial, con el cual de manera muy precisa y contundente refuta
legalmente el aberrante criterio judicial aducido en este apartado que nos
ocupa, mismo que se encuentra armónica y congruentemente concatenado con
las actuaciones judiciales ya mencionadas, por ende, se infiere que con este
proceder, el resolutor vulneró, por su indebida aplicación, lo dispuesto por el
artículo 1067 y 1068 del Código Adjetivo Civil Estatal, pues con este criterio
jurisprudencial se advierte claramente los casos de excepción estatuidos por
dichos numerales; siendo incuestionable que al no abordar su estudio y
aplicabilidad con la litis, de acuerdo al actuar de los incidentistas y del
denunciante del juicio, se me dejó en total estado de indefensión, por los
motivos antes vertidos, lo que constituye un evidente concepto de violación,
que se hace valer en esta demanda de Garantías y, que desde luego trasciende
en una vulneración de las Garantías Individuales de audiencia y legalidad
previstas en los numerales 14 y 16 Constitucionales en detrimento de la
suscesión que represento como albacea y de todos los demás coherederos
diversos a los incidentistas.
Congruente con lo anterior, en el caso particular y concreto, con el
criterio adoptado en este apartado de su ejecutoria por el resolutor, se
sostiene que contraviene en perjuicio del Amparista y de la sucesión que
represento las Garantías individuales antes citadas, ya que de prevalecer la
aberrante ejecutoria combatida en este amparo, incuestionablemente se nos
estarían afectando nuestros derechos hereditarios, a través de un incidente
de Nulidad de actuaciones que se tilda de suyo, notoriamente improcedente,
por encontrarse en contraposición de las constancias de autos antes
resaltadas; en cuya incidencia planteada, no se han observado las formalidades
13

esenciales del procedimiento, así como tampoco se encuentra fundado y


motivado la causa legal del mismos como lo ordenan los artículos
constitucionales en cita.
TERCERO. La autoridad señalada como responsable, en la foja 12 doce
de su resolución señaló: “… Es obvio entonces que en la denuncia del juicio
sucesorio no se observó con puntualidad lo dispuesto por el artículo 1067 del
Código de Procedimientos Civiles, lo que implica una afectación a los derechos
de los incidentistas en los términos antes precisados.

De tal consideración se aprecia a todas luces inmotivada, puesto que solo


se limita a mencionar que " no se observó con puntualidad (…) lo que implica una
afectación a los derechos de los incidentistas…” sin embargo no hace
manifestación alguna respecto del porqué les causa tales afectaciones, que en
criterio del suscrito no existe tal, puesto que si partimos del hecho de que se
debe poner en igualdad de condiciones a todos los presuntos herederos, y que
en el supuesto, sin conceder, de que por no haberse señalado a los incidentistas
en la multicitada denuncia, lo anterior no se hubiese cumplido, esto queda
totalmente rebasado y convalidado con la comparecencia de los propios
incidentistas, ya que al hacerlo quedaron efectivamente en un plano de
igualad con los presuntos herederos que si fueron señalados, por lo que se
torna totalmente improcedente el incidente planteado, y que de prevalecer
éste se traduciría en una clara y gravísima violación a la garantía de
legalidad, puesto que, los incidentistas carecen de interés jurídico para
deducirlo, en virtud, de que por causas SOLAMENTE IMPUTABLES A LOS
PROPIOS INCONFORMES,DEJARON TRASCURRIR Y CON EXCESO EL
TÍEMPO QUE SE LES OTORGÓ PARA DEDUCIR SUS DERECHOS
HEREDITARIOS, por lo que no se les ha reconocido el carácter de
herederos y por tal razón carecen de interés en el incidente que nos
ocupa, al efecto es ilustrativo el criterio emitido por la Segunda sala Civil, del
Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Michoacán el día 10 diez de
septiembre del 2003, en los autos del toca número I- 185/2003, formado con
motivo del recurso de apelación interpuesto por María Elena Magaña Naranjo,
en contra de la sentencia definitiva del 05 cinco de marzo de la presente
anualidad, dictada por la Juez Civil de Distrito judicial de Tacámbaro,
Michoacán, en el juico ordinario civil número 285/2002, sobre Nulidad del
Juicio Sucesorio y de escrituras promovió la apelante frente a la sucesión
intestamentaria a bienes de Rafael Magaña Martínez, a través de su albacea
Guadalupe González Aguilar, Miguel Magaña Naranjo, Notarios Públicos número
33 y 61 en el Estado, Director del Registro Público de la Propiedad Raíz en el
Estado y Administrador de Rentas de esta ciudad. Magistrada: María
Alejandra Pérez González, el cual versa de la siguiente manera:

“SUCESORIO, NULIDAD DEL. FALTA DE INTERÉS JURÍDICO. En un


juicio de nulidad de juico Sucesorio Intestamentario, debe acreditarse no
únicamente los hechos en que se funde su nulidad, sino además que el derecho
14

de la herencia aún se encuentre tutelado por al ley; lo que no se actualiza,


cuando de autos se colige que la autora, dejó transcurrir con exceso los
términos concedidos en los artículos 1067, 1068 y 1044 del Código de
Procedimientos Civiles, para deducir sus derechos hereditarios; pues a efecto
de que le prosperara la nulidad tenía que acreditar que le asiste derecho a ala
herencia, lo que no acontece al no haberse ejercitado en tiempo y forma,
puesto que el mismo quedó prescrito. Por consiguiente, aún cuando resultaran
verídicas sus afirmaciones acerca de que los ad intestatos de estudio, se
tramitaron en forma fraudulenta, ello no le acarrearía ningún beneficio, toda
vez que, no es exacto que se le esté afectando un derecho que en la
realidad jurídica no existe pues tuvo a su alcance las acciones
correspondientes sin que las hubiese hecho valer oportunamente. En estas
condiciones dado que no se cumplió por parte del actor con su obligación de
demostrar el interés jurídico para deducir la acción planteada es inconcuso
su acción ejercida no amerita prosperar…”

Por lo que amén a lo anterior es evidente que el Magistrado resolutor, no


conforme con desestimar los puntos de los agravios que he venido citando a lo
largo de la presente demanda, dio curso y confirmó el incidente planteado, el
cual debió haber sido repelido de plano, por lo antes expuesto.

Por otra parte la autoridad responsable omitió señalar y pronunciarse


respecto de lo vertido por el suscrito en el punto segundo, del pliego de
agravios ante él expuesto, en los que se refiere al derecho que tienen
expedito, los ahora terceros perjudicados para ejercer la acción de
reclamación de herencia, del cual gozan por término de diez, años y que por
supuesto no existe impedimento legal para que así lo efectúen, ni existe
oposición por parte del suscrito ni de la sucesión para que así se haga, con los
efectos procedentes tal y como lo establece el numeral 1044 y relativos del,
del Código Adjetivo de la materia, y que en tal supuesto sería una forma legal
de ocurrir y deducir los derechos hereditarios por parte de los ahora terceros
perjudicados, sobre todo tomando en consideración que de esa forma se
estaría evitando un PERJUICIO a toda la suceción, con el retardo y repetición
de las actuaciones procesales del juicio de donde proviene la incidencia que
data de mas de tres extenuantes años, solo por el ahora capricho y error de
los incidentistas, alentados anti éticamente por su abogado patrocinador a
pesar de que es el mismo que es el que asesora curiosa y paradójicamente, al
denunciante del intestado, lo cual acredita efectivamente, que sabía de la
existencia de la denuncia intestamentaria a bienes de J. JESUS TENA
ROSAS, circunstancias que la responsable no quiso o no pudo tomar en
consideración y que constituye el punto toral de los conceptos de violación de
15

la presente demanda de garantías. Sirve de aplicación al respecto los


siguientes criterios jurisprudenciales:

Tipo de documento: Tesis aislada

Novena época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XXI, Abril de 2005
Página: 1450

PETICIÓN DE HERENCIA. CUANDO YA SE INICIÓ EL JUICIO, SE


NOMBRÓ ALBACEA Y ÉSTE ACEPTÓ Y PROTESTÓ EL CARGO, LA ACCIÓN
DEBE ENDEREZARSE CONTRA ÉSTE PUES EN ESTE SUPUESTO NO SE
ACTUALIZA EL LITISCONSORCIO PASIVO NECESARIO
(INTERPRETACIÓN DE LOS ARTÍCULOS 485 Y 486 DEL CÓDIGO DE
PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL ESTADO DE MÉXICO ABROGADO).
La interpretación de los artículos 485 y 486 del Código de Procedimientos
Civiles para el Estado de México, vigente hasta el quince de julio de dos mil
dos, permite deducir que la acción de petición de herencia la ejerce el
heredero testamentario o ab intestato, asimismo, que dicha acción debe
enderezarse: a) contra el albacea; b) contra el poseedor de las cosas
hereditarias con el carácter de heredero o cesionario de éste; y, c) contra el
que no alega título alguno de posesión de bienes hereditarios o dolosamente
dejó de poseerlo; y que los efectos de la acción son: que el actor sea declarado
heredero, que se le haga entrega de los bienes hereditarios con sus accesiones,
que sea indemnizado y que se le rindan cuentas; de igual forma, la referida
acción puede ejercerse: a) cuando ya se inició el juicio testamentario o
intestamentario, se nombró albacea y éste ya aceptó y protestó el cargo; en tal
caso, la acción de petición de herencia debe enderezarse únicamente contra
éste por ser el representante de la sucesión a la cual no se llamó al heredero;
b) cuando el juicio ya inició  pero no se ha designado albacea; y, c) cuando no se
ha iniciado el juicio; en esas dos últimas hipótesis, la acción debe enderezarse
contra el heredero si quien está en posesión del bien o los bienes hereditarios
alega tener la posesión con el carácter de heredero o cesionario de un
heredero. Además, como la herencia la constituyen los bienes del de cujus,
mientras éstos no se adjudiquen, pertenecen al acervo hereditario y no a los
herederos aunque éstos ya se encuentren reconocidos, por lo que aunque la
sucesión la integran todos los herederos, ello no significa que la acción de
petición de herencia deba entablarse en contra de ellos, cuando ya se inició el
juicio, se nombró albacea y éste aceptó y protestó el cargo sino, precisamente,
en contra del albacea, por disposición legal y porque es la persona designada
para cumplir con las disposiciones testamentarias, ejercer las acciones
correspondientes al de cujus y cumplir con sus obligaciones, en cambio, el
heredero sólo es un adquirente a título universal de los bienes, pero no
representa a la sucesión; de ahí que en este supuesto al no llamarse al
heredero, no se actualiza el litisconsorcio pasivo necesario.
16

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO


CIRCUITO.

Amparo directo 748/2002. Roberto Nieto González, su sucesión. 14 de enero


de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Solís Solís. Secretaria: Laura
Rojas Vargas.

Tipo de documento: Tesis aislada


Octava época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XII, Septiembre de 1993
Página: 276

PETICION DE HERENCIA, QUIENES PUEDEN EJERCER LA ACCION DE


(LEGISLACION DEL ESTADO DE MICHOACAN). La interpretación
sistemática y no gramatical, del artículo 1044 del Código Procesal Civil de
Michoacán, permite entender que el legislador, al expresar que tienen
derecho a ejercer la acción de petición de herencia, los herederos o
legatarios que no se hayan presentado al juicio sucesorio, se refirió
a los sujetos que, ostentándose con alguna de esas calidades, no hubieran
sido reconocidos como tales en el juicio sucesorio, a causa de que se les
excluyó en forma expresa o porque no se presentaron a deducir derechos;
de modo que, aunque algunos de ellos hubiesen comparecido al juicio
sucesorio, si al resolverse la primera sección de éste, no se les reconoció el
derecho a suceder al autor de la
herencia, quedan en condiciones de ejercer, en juicio autónomo, la acción
prevista por los artículos 13 y 14 del enjuiciamiento civil de Michoacán,
tanto más que en estos numerales no se establece que dicha acción será
deducida, únicamente, por los herederos o legatarios que no se hayan
presentado al juicio sucesorio y es
obvio que si el legislador hubiese querido limitar a ellos esa facultad, así lo
habría precisado en tales dispositivos, por ser éstos los que señalan quiénes
pueden intentar la acción de petición de herencia, en contra de qué
personas se da la misma y cuál es su objeto.

RIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 262/93. Elías Vargas Juárez por sí y en cuanto


representante de Salvador y Luis Vargas Juárez. 21 de junio de 1993.
Unanimidad de votos. Ponente: Joel González Jiménez. Secretario: Ricardo
Díaz Chávez.

Consecuentemente, al no abordar el estudio de estas consideraciones


que se le expusieron como AGRAVIOS, a la autoridad responsable,
inconcusamente se infiere que a la sucesión que represento.
17

CAPÍTULO DE SUSPENSIÓN.

De conformidad a lo dispuesto por los numerales 170, 173, en relación


con el diverso 124 de la ley de Amparo, solicito se me conceda la
SUSPENSIÓN PROVISIONAL Y EN SU OPRTUIDAD LA DEFINITIVA,
del acto reclamado a fin de que las cosas se mantengan en el estado procesal
que actualmente guardan, ordenando se tomen las medidas para evitar para
evitar la consumación del acto reclamado toda vez que de lo contrario
acarrearía un GRAVE PERJUICIO, al suscrito y la sucesión que represento, y
sería de imposible reparación las Garantías Violadas, a más de que con dicha
suspensión no se sigue perjuicio al interés social ni se contravienen
disposiciones de orden público.

Por lo anteriormente expuesto y con fundamento en los artículos 166,


167, 170 173 y demás relativo aplicables de la Ley de Amparo.

A USTEDES C. MAGISTRADOS, ANTENTAMENTE PIDO:

1.- Se me tenga por presentado en tiempo y forma la presente demanda


de garantías y admitirla en los términos propuestos.

2.- Se ordene emplazar a la autoridad responsable, a fin de que rinda los


informes respectivos, se señale día y hora para que tenga verificativo la
audiencia de ley.

3.- Conceda al quejoso la suspensión provisional y posteriormente la


definitiva del acto reclamado, solicitando desde este momento copia
certificado por duplicado de las mismas.

4.- en su oportunidad, se conceda al quejoso el AMPARO Y


PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL.

PROTESTO LO NECESARIO:

__________________________________

JUAN TENA HERNÁNDEZ

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