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Expediente: 2010-22831-46-AAC
Departamento: Oruro
Señala como vulnerados sus derechos al debido proceso a la “seguridad jurídica”, y a la “cosa
juzgada”, sin hacer cita de normas constitucionales.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela, disponiéndose la nulidad y/o revocatoria del Auto de 4 de agosto de
2010 para que el Juez “...con la absoluta pertinencia resuelva el recurso de apelación de fs. 184 a
185 de obrados…” (sic) con costas.
Hernán Ocaña Marzana, presentó informe escrito que cursa de fs. 253 a 254, en el que expresó lo
siguiente: a) A través del Auto de Vista de 4 de agosto de 2010, se anuló obrados para que se
pronuncie nueva resolución motivada decretando la autenticidad o no de la firma sometida a
investigación pericial, conforme manda el art. 319 inc. e) de la Ley de Abreviación Procesal Civil y
Asistencia Familiar (LAPCAF); b) Evidenció el incumplimiento de normas de carácter público que son
de cumplimiento obligatorio, como el caso del dictamen pericial que debe ser estimado por el juez a
los efectos de la determinación de la autenticidad de las firmas y rubricas sometidas a estudio
grafológico, máxime si en obrados cursan dictámenes contradictorios; c) En el recurso de apelación
se reclama que el informe pericial presentado por la parte ejecutada no ha sido considerado; d) En el
caso de un peritaje de estudio grafológico de firmas y rúbricas, lo que corresponde es declarar la
autenticidad o no de las firmas sometidas a estudio y aquello debe estar debidamente motivado y
fundamentado; e) La anulación es una sanción que se impone contra una resolución inválida, que
procede cuando la autoridad deja de cumplir con formalidades esenciales incurriendo en errores in
procedendo que por su importancia ameritan la sanción, debido a que se desconocen principios
generales del derecho, vinculados a la defensa y debida contradicción y otros; f) No se dio la debida
contradicción, con relación al tratamiento de los informes periciales, referidos a los estudios
grafológicos de firmas y rúbricas de la ejecutada, cuando de por medio existen peritajes
contradictorios, y que por el solo hecho de aprobarse el primer peritaje, ante la falta de
presentación oportuna dentro del plazo otorgado bajo conminatoria, éste ya no es considerado ni en
la instancia del trámite preliminar ni en el trámite del proceso ejecutivo, lo que atenta al derecho de
igualdad de las partes; y, g) Solicita que en aplicación del principio de subsidiariedad, se deniegue la
tutela solicitada, por cuanto ante la negativa del recurso de casación no interpuso el recurso de
compulsa previsto en el art. 283 del Código de Procedimiento Civil (CPC).
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; la
Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora Transitoria,
posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de la liquidación de
las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de diciembre de 2011,
modificada por la Disposición Transitoria Segunda del Código Procesal Constitucional vigente desde
el 6 de agosto de 2012. Con la referida competencia, se procedió al sorteo de la presente causa,
dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
De la revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes conclusiones:
II.1. Mediante memorial presentado el 30 de abril de 2009, Limbert Milton Rojas Rodríguez
demandó el reconocimiento de firmas y rubricas, así como la efectividad del documento privado de
21 de marzo de 2008, suscrito con Rosa Prado Ávila de Morales por Bs7 350.- (fs. 8 y vta.),
mereciendo la providencia de 4 de mayo de ese año, emitida por Victoria Cecilia Bernal Aguilar,
Jueza Cuarta de Instrucción en lo Civil, que determina citar y emplazar a la mencionada
“demandada” (fs. 9).
II.7. Limbert Milton Rojas Rodríguez -ahora accionante-, a través de su apoderado, mediante
memorial presentando el 7 de diciembre de 2009, solicitó entre otros, la intimación en mora de la
demandada (fs. 105 y vta.), que ocasionó el pronunciamiento del Auto de 8 de diciembre de ese
mismo año, que dispuso entre otros, citar y emplazar a Rosa Prado Ávila de Morales para que en el
plazo de quince días pague al demandante la suma de Bs7 350.-, bajo alternativa de ser considerada
morosa (fs. 106).
II.8. Con esos antecedentes, mediante memorial presentado el 13 de enero de 2010, el ahora
accionante formalizó demanda ejecutiva contra Rosa Prado Ávila de Morales por la suma de Bs7
350.- (fs. 114 a 115), pronunciándose el Auto Intimatorio de 15 de “diciembre de 2009” que citó y
emplazó a la referida ejecutada al pago de la deuda dentro de tercero día de su legal notificación (fs.
115 vta.).
II.9. Citada la ejecutada mediante cédula el 26 de enero de 2010 (fs. 119), mediante memorial de
30 de enero de ese año, opuso excepción de falsedad del documento base de la ejecución (fs. 122 a
123), que fue admitida mediante providencia de 22 de febrero de ese año (fs. 139 vta.); contestada
la misma, mediante Auto de 8 de marzo de 2010, se dispuso abrir período probatorio de diez días
comunes e improrrogables a las partes (fs. 151), en cuya vigencia ambas ofrecieron y se ratificaron
en la prueba documental adjunta al expediente (fs. 160 y 163), clausurándose mediante Auto de 22
de marzo de 2010 (fs. 168).
b) Principio dispositivo.- El art. 86 del CPC, establece que “La iniciación del proceso incumbirá a
las partes. El Juez lo iniciará sólo cuando lo estableciere la ley”. Lino Enrique Palacios, en forma
didáctica, resume la forma de manifestación de este principio, a saber: iniciativa, disponibilidad del
derecho material, impulso procesal, delimitación del thema decidendum, aportación de los hechos y
aportación de la prueba.
i. Iniciativa. “El proceso civil sólo puede iniciarse a instancia de parte (nenio iudex sine adore;
ne procedat iudex ex officio)”.
ii. Disponibilidad del derecho material. “Una vez iniciado el proceso, el órgano judicial se halla
vinculado por las declaraciones de voluntad de las partes relativas a la suerte de aquél o tendientes a
la modificación o extinción de la relación del derecho material en la cual se fundó la pretensión”.
iii. Impulso procesal. “Consiste en la actividad que es menester cumplir para que, una vez
puesto en marcha el proceso mediante la interposición de la demanda, aquél pueda superar los
distintos períodos de que se compone y que lo conducen hasta la decisión final”.
Sin embargo, ello no es exclusivo de las partes, pues el art. 2 del CPC, indica: “Los jueces y tribunales
tendrán a su cargo y responsabilidad el necesario impulso procesal, para que las causas no se
paralicen y concluyan dentro de los plazos legales”, disposición legal que guarda relación con el art.
128 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ) que indica: “I. Se incurrirá en demora culpable por dictar
resoluciones en los procesos fuera de los plazos fijados por la ley. Igualmente importará demora
culpable el uso impropio y reiterado de providencias de sustanciación como traslado, vista fiscal,
informe y otras, fuera de los casos señalados en las leyes procesales, bajo responsabilidad. II.
Quedan prohibidos los decretos que dispongan informe sobre aspectos contenidos en el
expediente”.
iv. Delimitación del thema decidendum. “El principio dispositivo impone que sean las partes,
exclusivamente, quienes determinen el thema decidendum, debiendo el juez, por lo tanto, limitar su
pronunciamiento a las alegaciones formuladas por aquéllas en los actos de constitución del proceso
(demanda, contestación, reconvención y contestación a ésta)”.
Esto se encuentra plasmado en el art. 190 del CPC que señala: “La sentencia pondrá fin al litigio en
primera instancia; contendrá decisiones expresas, positivas y precisas; recaerá sobre las cosas
litigadas, en la manera en que hubieren sido demandadas sabida que fuere la verdad por las pruebas
del proceso; en ella se absolverá o condenará al demandado” (las negrillas están agregadas).
Su vigencia, en segunda instancia, está plasmado en el art. 236 del CPC, que indica: “El Auto de Vista
deberá circunscribirse a los puntos resueltos por el inferior y que hubieren sido objeto de la
apelación y fundamentación a que se refiere el art. 227, excepto lo dispuesto en la parte final del
artículo 343” (las negrillas nos corresponden). Este principio es aplicable a toda la jurisdicción
ordinaria en el que se tenga que resolver las pretensiones de las partes, en especial a la actuación de
los Tribunales de alzada cuando tengan que resolver los recursos de apelación que hubieren sido
interpuestos.
v. Aportación de los hechos. “Como consecuencia del principio dispositivo, la aportación de los
hechos en que las partes fundan sus pretensiones y defensas constituye una actividad que les es
privativa, estando vedada al juez la posibilidad de verificar la existencia de hechos no afirmados por
ninguno de los litigantes. Igualmente le está vedado el esclarecimiento de la verdad de los hechos
afirmados por una de las partes y expresamente admitidos por la contraria”.
Este principio obedece a que “los conflictos entre derechos son resueltos por los órganos
jurisdiccionales en la forma determinada por las leyes de la República”. Art. 1281 del Código Civil
(CC).
vi. Aportación de la prueba. Si bien los arts. 4 inc. 4) y 378 del CPC, establecen que los jueces y
Tribunales tienen la facultad especial de “Exigir las pruebas que consideren necesarias, como
exhibiciones, peritajes y juramentos, llamar a los testigos ofrecidos por las partes, efectuar careos y
emplear cuantos medios fueren conducentes al mayor esclarecimiento del proceso”, pudiendo
ejercer dicha facultad dentro del período probatorio o hasta antes de la dictación de la sentencia; sin
embargo, ello no debe entenderse como un deber del órgano jurisdiccional de producir la prueba,
pues ello únicamente es una facultad correspondiendo a las partes su ofrecimiento y producción.
Al respecto, el art. 1283 del CC concordante con el art. 375 del CPC, sostiene que la carga de la
prueba “incumbe al actor en cuanto al hecho constitutivo de su derecho y al demandado en cuanto
a la existencia del hecho impeditivo, modificatorio o extintivo del derecho del actor”, siendo ello el
reflejo del principio dispositivo que regula al proceso civil.
c) Principio de impulso procesal.- Dada su esencia de formar parte del principio dispositivo,
que ya fue desarrollado precedentemente.
d) Principio del proceso escrito.- Esta es una característica del proceso civil vigente en nuestro
país, por el cual los actos de las partes, del juez y los que se encuentran involucrados en el proceso
deben plasmar su peticiones a través de un escrito conforme señala el art. 92 del CPC.
Por otra parte, manifestar que los mencionados principios no son únicos sino que existen otros que
fueron creados precisamente para facilitar la resolución de los conflictos, entre ellos:
1) Principio de inmediación.- José Decker Morales señala que el referido principio “significa que
el juez debe encontrarse en relación directa con los sujetos procesales o partes que intervienen en el
proceso y, recibir personalmente las pruebas, prefiriendo entre éstas las que se encuentran bajo su
acción inmediata”.
Al respecto el art. 16 de la LOJ establece: “I. Las y los magistrados, vocales y jueces, deberán
proseguir con el desarrollo del proceso, sin retrotraer a las etapas concluidas, excepto cuando
existiera irregularidad procesal reclamada oportunamente y que viole su derecho a la defensa
conforme a ley.
Debido a que la autoridad demandada, a tiempo de presentar su informe, sostuvo que correspondía
aplicar el principio de subsidiaridad de la acción de amparo constitucional, en razón a que el
accionante ante la negativa de conceder el recurso de casación planteado contra el Auto de Vista de
4 de agosto de 2010, pudo plantear el recurso de compulsa previsto por el art. 283 del CPC,
corresponde señalar que al haberse derogado el art. 255 inc. 1) del Código Adjetivo Civil por la
disposición especial tercera de la Ley de Abreviación Procesal Civil y Asistencia Familiar -que
establecía entre otros, la procedencia del recurso de casación contra Autos de Vista que resolvieren
las sentencias definitivas en procesos ejecutivos- los procesos ejecutivos no pueden ser recurribles
en casación; con esa aclaración, se pasa al análisis de fondo de la problemática planteada.
En el caso de Autos, el accionante por su representado, denuncia la conculcación de su derecho al
debido proceso a la “seguridad jurídica”, y a la “cosa juzgada”, por cuanto la autoridad demandada,
dentro del proceso civil ejecutivo seguido contra Rosa Prado Ávila de Morales por cobro de Bs7
350.- que contaba con sentencia, pronunció el Auto de Vista de 4 de agosto de 2010, que determinó
anular obrados “hasta fs. 36”, ordenando a la Jueza a quo a emitir resolución motivada que declare
la autenticidad o no de las firmas y rúbricas estampadas en el documento base del proceso
ejecutivo, apartándose del recurso de apelación planteado por la ejecutada al dejar sin efecto actos
procesales que se encuentran ejecutoriados.
En cuanto al debido proceso y la cosa juzgada, previsto en el art. 115.II de CPE, entendido por el
Tribunal Constitucional, en la SC 2798/2010-R de 10 de diciembre, que cita la SC 0418/2000-R de 2
de mayo, como: “…el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo, en el que sus
derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos
aquellos que se hallen en una situación similar, comprende el conjunto de requisitos que deben
observarse en las instancias procesales, a fin de que las personas puedan defenderse
adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos"
(las negrillas nos corresponden), cabe señalar que de la compulsa de antecedentes, se advierte que
el ahora accionante inició demanda preliminar de reconocimiento de firmas y rúbricas del
documento de 21 de marzo de 2008, contra Rosa Prado Ávila de Morales, quien luego de ser citada y
emplazada en la audiencia pública realizada el 13 de mayo de 2009, negó la autenticidad de sus
firmas estampadas en el citado documento, habiéndose solicitado la realización de pericia
documentológica, que luego de ser presentado por el accionante fue aprobada mediante Auto de 1
de agosto de 2009, confirmado por Auto de Vista de 4 de septiembre de ese mismo año, emitido por
el Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial, ocasionando que la Jueza de Instrucción Cuarta en
lo Civil pronunciara el Auto de 23 de septiembre de ese año que dice: “Habiendo sido aprobado el
informe pericial cursante a fs. 16 a 27 de obrados en fecha 1 de agosto de 2009, en observancia del
Auto de Vista de fs. 68-68 vta. y del inc. e) del Art. 19 de la Ley de 1760, se tiene por reconocida la
firma y rúbrica del recibo doméstico cursante a fs. 2 de obrados, consiguientemente la efectividad
del mismo. Se condena a la Sra. Rosa Prado Ávila de Morales al pago de costas de la pericia…”(sic)
(las negrillas están agregadas), que luego de ser notificada fue ejecutoriada mediante Auto de 8 de
diciembre de 2009.
Con los referidos actuados; y, luego de haberse constituido en mora judicial a Rosa Prado Ávila de
Morales, el accionante formalizó demanda ejecutiva contra ella exigiendo el pago de Bs7 350.- más
intereses legales, pretensión que fue resistida por la ejecutada a través de la excepción de falsedad
de titulo, habiéndose pronunciado la Resolución 36/2010 de 3 de mayo, que declaró probada la
demanda e improbada la mencionada excepción conminándose a la deudora al pago del adeudo y
los intereses; empero, fue apelada por la ejecutada alegando: i) El fallo es incompleto en relación a
la prueba de descargo que no fue tomada en cuenta y menos valorada; ii) Se restringió su derecho a
la defensa al no señalarse si el informe pericial es o no un elemento de prueba idóneo que enervar el
contenido de su excepción de falsedad de título opuesta; y, iii) La sentencia es incongruente en
relación a la excepción y las pruebas ofrecidas.
Sin embargo, la autoridad demandada haciendo uso del art. 15 de la LOJ.1993, determinó anular
obrados “hasta fs. 36” instruyendo se emita Resolución motivada que declare la autenticidad o no
de la firma y rúbrica sometida a investigación pericial conforme prevé el art. 19 inc. e) de la LAPCAF,
que señala: “El dictamen pericial será estimado por el juez, a los efectos de la determinación de la
autenticidad. Si las firmas y rúbricas fueren declaradas auténticas, el falsario será condenado al pago
de las costas de la pericia”.
Al respecto, expresar que el Auto de 23 de septiembre de 2009, el cual aprueba el informe pericial
de 1 de agosto de ese mismo año, no está fundamentado ni motivado conforme prevé el art. 188 del
CPC, limitándose a indicar: “…se tiene por reconocida la firma y rúbrica del recibo doméstico
cursante a fs. 2 de obrados, consiguientemente la efectividad del mismo…” (sic); sin embargo, la
demandada luego de ser notificada dejó que se ejecutoríe mediante Auto de 8 de diciembre de
2009, revistiéndose así al indicado Auto con la inmutabilidad y firmeza que caracteriza al acto judicial
que goza de la cualidad de cosa juzgada, hecho fáctico que no podía ser cuestionado por la
autoridad demandada, ya que conforme se desarrolló en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente
Resolución, el proceso civil se caracteriza por la existencia de principios procesales, entre ellos el de
disposición y de preclusión por el que Rosa Prado Ávila de Morales tuvo la potestad de objetar la
falta de motivación y fundamentación del Auto de 23 de septiembre de 2009, pero, como no hizo
uso de su derecho dentro del plazo legal dejó que precluyera su derecho, situación que no afecta al
orden público como erróneamente sostiene la autoridad demandada, en razón a que ella no estuvo
en estado de indefensión ni se encontraba restringida de ejercer su derecho de impugnación.
Asimismo, formalizada la demanda ejecutiva mediante memorial presentado el 13 de enero de
2010, citada y emplazada la ejecutada Rosa Prado Ávila de Morales, no cuestionó la falta de fuerza
ejecutiva del documento base del proceso ejecutivo sino simplemente se limitó a oponer excepción
de falsedad de documento asintiendo, nuevamente bajo el principio dispositivo desarrollado en el
Fundamento Jurídico III.2, en la competencia del Juez del proceso ejecutivo, en sus actuaciones
realizadas, así como en estar a las resultas del fallo judicial, habiéndose desarrollado etapas
procesales que no pueden retrotraerse por estar vigente el principio de preclusión procesal. Ahora
bien, pronunciada la Resolución 36/2010 de 3 de mayo, que declaró probada la demanda e
improbada la excepción de falsedad de documento la ejecutada cuestionó entre otros, que el fallo
era incompleto y que no existe relación con la prueba de descargo ofrecida, debiendo el Tribunal de
alzada resolverla observando el principio de congruencia previsto por el art. 236 del CPC, mas no
anular de oficio las actuaciones procesales que no fueron cuestionadas por la ejecutada.
Sobre este último punto cabe manifestar que la facultad de fiscalización que se encontraba prevista
en el art. 15 de la LOJ.1993 no era absoluta ni discrecional, conforme se desarrolló en el
Fundamento Jurídico III.3 de la presente Sentencia, ya que la nulidad sólo procedía por falta de
citación con la demanda, notificación con la apertura del término de prueba y notificación con la
sentencia. En materia penal, la falta de defensor del procesado; situaciones que no se dan en el
presente caso, habiéndose vulnerado así el derecho al debido proceso del representado del
accionante, así como a la efectividad de la cosa juzgada.
En cuanto a la “seguridad jurídica” mencionar que al ser un principio constitucional que sustenta la
potestad de administrar justicia (art. 178.I de la CPE), su vigencia y respeto se realizó al analizar los
derechos del accionante denunciados como conculcados.
Por lo expuesto, el Tribunal de garantías al denegar la acción tutelar, no ha actuado correctamente.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Liquidadora Transitoria, en virtud de lo previsto
en el art. 20.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; en revisión, resuelve:
1º REVOCAR la Resolución 08/2010 de 11 de noviembre, cursante de fs. 261 a 263, pronunciada por
la Sala Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de
Justicia- de Oruro; y, en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada.
2º Se dispone anular el Auto de Vista de 4 de agosto de 2010, pronunciado por el Juez Quinto
de Partido en lo Civil y Comercial del Distrito Judicial -ahora departamento- de Oruro, debiendo
pronunciarse uno nuevo, fundamentado y motivado que observe el principio de congruencia
previsto por el art. 236 del CPC, y los fundamentos expuestos en la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional.
3º Debido al transcurso del tiempo, se determina que la presente Sentencia anulatoria se
efectivizará siempre y cuando no exista sentencia judicial ejecutoriada.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.