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M3 - L1

Trabajo: nuevas modalidades y proyecciones


1-La construcción social del trabajo y su progreso en el siglo XX

El trabajo es la actividad desempeñada por las personas para generar el sustento necesario para vivir.
Generalmente se aspira a lograr bienestar y cumplir con sueños y expectativas vinculadas a la vocación y el sentido
de la vida. "No vivir para trabajar, sino trabajar para vivir"

Existe una construcción social del trabajo. Lo que se entiende y se remunera como trabajo es definido en esa
especie de acuerdo social implícito en función de:

La dinámica de las act. económicas que existen en cada tiempo y lugar para satisfacer necesidades de
consumo de cualquier índole. Son las fuerzas de la creación de valor y la destrucción creativa las que generan
proyectos y organizaciones de bienes y servicios que requieren del trabajo de las personas en distintos niveles y
categorías, ejecutando así procesos de selección u contratación continuamente.

Las inversiones y prioridades que se definen desde el Estado. Siempre ha existido un actor público central, que
define estrategias y proyectos y así genera actividades que demandan o promueven trabajo. Pueden ser
trabajos públicos o privados, pero cuando el Estado con su enorme poder define sectores prioritarios y diseña
políticas, establece marcos y posibilidades para el desarrollo laboral de muchas personas.

Las regulaciones públicas que encuadran las actividades laborales. Antes, trabajar era sinónimo de esclavitud.
Entonces, las sociedades han ido progresando y buscando la manera de proteger al trabajador mediante
derechos y marcos que permitan la dignidad de las personas en sus trabajos. Es por ello que el trabajo siempre
depende del marco regulatorio que la misma se da a través del Estado.

El trayecto mundial para institucionalizar y regular el mundo del


trabajo es largo y lleno de obstáculos. Podemos recordar como hito Fueron siglos de trabajo inhumano, basado
fundacional de este criterio de la construcción del trabajo al en el esfuerzo físico de las personas bajo
episodio de los “Mártires de Chicago” de 1886, cuando un grupo de condiciones de baja o inexistente
trabajadores en USA fue condenado a prisión perpetua y la horca salubridad, remuneraciones arbitrarias e
por haber desatado una rebelión bajo la solicitud de la jornada inexistencia de protección de derechos o
laboral de 8 horas. Recordemos que hasta entonces era normal seguridad social (salud, accidentes de
que el trabajo tuviera jornadas extenuantes, a veces superiores a trabajo, aportes jubilatorios, etc.), los que
las 12 horas diarias, sin descanso de fin de semana. Las personas fueron creando el caldo de cultivo para
vivían para trabajar y morían muy jóvenes, pagando el precio de convertir al trabajo en una actividad digna y
cuerpos y mentes agotadas. regulada, principal sustento de las personas
y vital en la organización de una sociedad.

El 1 de mayo de 1886, la protesta de estos trabajadores logró lo que nunca antes, por imperio del miedo y las
presiones patronales, se había logrado: 340.000 personas se manifestaron en distintas ciudades de USA,
Chicago especialmente, para exigir el fin de la explotación laboral y la jornada de 8 horas. Luego vino la represión,
juicios a los cabecillas, y muertes. Será esta fecha la que origina el Día Mundial del Trabajador (salvo en USA), que
al decir de Eduardo Galeano (1989), es el único día verdaderamente universal de la humanidad entera, el único
donde coinciden todas las historias y las geografías, todas las lenguas y las religiones del mundo.

Eran tiempos de agitación social y política profunda. Movimientos socialistas y anarquistas agitaban con más
fuerza que nunca a partir del desarrollo de una creciente conciencia de clase obrera y trabajadora y a la luz de
pensadores y escritores de gran influencia como Karl Marx. Y comenzaron a llegar las primeras conquistas de los
trabajadores convertidas en políticas y derechos sancionadas por Estados nacionales. Es en Alemania donde la
protección al trabajador cobra, por primera vez en la historia, un formato de sistema de seguridad social, con la
sanción en 1883 de la Ley de Seguros de Enfermedades, en 1884 la Ley de Seguros de Accidentes de Trabajo, y en
1889 la Ley se Seguro Contra la Invalidez y la Vejez.
Estas primeras implementaciones de Este siglo fue un gran generador de trabajo cada vez más digno y
seguridad social y derechos de los mejor pago para las personas, más allá de los matices y
trabajadores, y su creciente particularidades de cada país y el marco de enfrentamiento que vivió
expansión en alcance y cobertura, gran parte del siglo entre los países más grandes y sus aliados
con matices y tiempos propios en (guerras mundiales primero y décadas de Guerra Fría después entre
cada país del mundo, harán del siglo USA y la URSS).
XX el gran siglo de la dignidad y
seguridad laboral, bajo la premisa de La segunda y la tercera revolución industrial y tecnológica, generaron
fuertes impactos, disminuyendo las condiciones indignas del trabajo de
la construcción social del trabajo.
las personas, pero generando las corrientes de opiniones y la
proliferación de nuevas actividades económicas que facilitaron exponer
la problemática y resolverla de forma progresiva. La humanidad
Por ejemplo: en 1910 existían 12 millones de
trabajadores agrícolas en USA, mientras que 100 años demostró fuerte capacidad de adaptación a los cambios históricos y
después quedaban solo 700 mil, con una población 3 tecnológicos. Los trabajos se hicieron cada vez más limpios, dignos y
veces mayor que alimentar. En muchas otras seguros. Y los que fueron desapareciendo por obsoletos se fueron
actividades y sectores se repite este patrón de
evolución y cambio del trabajo. Es signo de evolución reemplazando sin mayores dificultades por los nuevos que se fueron
que no necesitemos que tanta gente deba trabajar en generando.
tareas manuales a la intemperie para alimentar al resto
y, en cambio, consigan empleo en actividades menos
expuestas al desgaste físico y el agotamiento mental.

Un símbolo de este camino es la Organización Internacional del Trabajo, creada en 1919 luego del enorme impacto
social y político de la Primera Guerra Mundial, bajo una estructura donde están representados tanto las autoridades
de los países, como de los empresarios y los trabajadores. La OIT ha sido fuente de estudios, políticas y
recomendaciones para dignificar y promover el trabajo humano en todas sus manifestaciones. Y justo en este año
2019 cumple un centenario desde su nacimiento, en momentos en que como nunca antes está en discusión la
naturaleza y el futuro del trabajo. Todo esto hace de la OIT un organismo especial, pluralista y diverso, que oficia de
foro global en la permanente tarea de predicar y promover la mejora del trabajo.

Una síntesis apropiada de este camino de


organización del trabajo en el siglo XX es el
Promover las oportunidades de trabajo decente.
Programa Estratégico de Trabajo Decente que lleva
Mejorar la protección social.
adelante la OIT en sintonía con el Objetivo Número 8
Fortalecer la actividad tripartita y el diálogo social.
de Desarrollo Sostenible de la ONU y que tiene los
Garantizar los principios y derechos laborales fundamentales
siguientes objetivos globales, respaldados por
múltiples acciones y programas en marcha:
Podemos ver reflejado mucho de este camino de construcción social del trabajo en distintas actividades o sectores
del trabajo. Especialmente, por ejemplo, en el sector de la gastronomía, que es muy intensivo en mano de obra para
distintos roles y ha sido a lo largo de la historia, en el país y en el mundo, objeto de abusos y discriminaciones por
parte de la patronal. Se trata de un rubro con jornadas de trabajo largas y complejas en cuanto a franjas horarias y
con tendencias históricas a retacear el salario en virtud de la existencia de las famosas propinas, que generalmente
se dejan en cabeza de los mozos, pero que en muchos casos se comparte con diversas fórmulas entre todo el
equipo de un local o empresa gastronómica. Por ejemplo, en Argentina a principios de siglo, comienzan a proliferar
las instancias de sindicalización de trabajadores del rubro, como cocineros, mozos, barmans, mucamas, etc.
Recién en 1948 se constituye la Federación Argentina de la Industria Hotelera (FOAIH), agrupando bajo su
organización a todos los gremios específicos que se habían creado en los últimos 40 años. Y en 1999 adquiere su
formato final como Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Utgra). Esta
representación sindical más integral, que ha seguido modelos de otras partes del mundo, ha sido en general muy
efectiva en impulsar la dignificación y fortalecimiento del trabajo gastronómico, especialmente a través de
soluciones y regulaciones vinculadas a las categorías de los distintos roles en empresas gastronómicas y hoteleras,
la consideración de las propinas y su relación con los salarios, las indemnizaciones por despidos y la duración de las
jornadas de trabajo, especialmente del llamado turno noche, y las horas extras que deben abonarse al trabajador
por encima del salario, etc. Es la gastronomía una actividad por demás relacionada a nuestros consumos
habituales de alimentación, esparcimiento y descanso, un sector que simboliza la construcción social del trabajo
que la humanidad ha transitado durante el siglo XX
2- El trabajo en plena transformación a principios del siglo XXI

Ese siglo de avances sostenidos en la construcción social del trabajo, comenzó a mostrar signos de agotamiento a
finales del mismo. Justo cuando la Humanidad parecía haber logrado ciertos consensos en torno a la democracia
liberal y la economía de mercado, luego de la caída del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría, comenzaron a
crecer las opiniones e indicadores negativos en torno al mundo del trabajo humano, que tantos progresos había
evidenciado durante las décadas previas.
Un libro de 1995, el “Fin del Trabajo”, del autor que ya hemos
Por otra parte, Rifkin (1995) fue uno de los citado en el módulo anterior, Jeremy Rifkin, llegó para
primeros en advertir que esta revolución reflejar esta especie de cambio de tendencia. La capacidad
tecnológica ya no se limitada, como las de la humanidad para seguir protegiendo y expandiendo el
anteriores, a reemplazar trabajadores de baja trabajo humano comenzaba a estar seriamente
calificación (obreros, peones de agricultura, amenazada. Este autor recoge la tesis histórica acerca de
operarios en general) sino también a aquellos que que, en virtud del cambio tecnológico, cada vez serán
ocupaban roles con mayor utilización de las necesarios menos trabajadores para producir los bienes y
capacidades cognitivas frente a las físicas. Es servicios que necesitamos y que, a diferencia de otras
decir, nunca antes la humanidad había tenido épocas o revoluciones tecnológicas, esta vez sería muy difícil
que enfrentar el desafío de pensar la que los trabajadores desplazados fueran reabsorbidos por
reconversión y recreación laboral de tantas otras actividades o trabajos que pudieran crearse.
personas juntas y de tanta diversidad en sus
perfiles y calificación.

A partir de Rifkin, muchos autores, analistas y proyectos de investigación comienzan a profundizar sobre la
transformación del trabajo y a fundamentar con evidencias las miradas negativas sobre el mismo. Podemos
sintetizar tres grandes fenómenos propios de esta nueva revolución industrial, caracterizada por la extrema
digitalización, que abrían una época de complicaciones severas para la sustentabilidad del trabajo humano:

A. La carrera por el crecimiento y la productividad no siempre alimenta un círculo virtuoso de consumo y empleo.
Comienzan a haber en la Humanidad fuertes comunidades que promueven consumos responsables y más
medidos, la economía colaborativa comienza a priorizar el uso limitado de los bienes en lugar del desenfreno por
poseerlos y los costos decrecientes impulsan con más fuerza que nunca los precios bajos o bien la gratuidad de
productos y servicios (que como ya expresamos en el Así, estamos en presencia de un proceso muy relevante. Y por
ello, uno de los grandes expertos de la economía mundial, Dani Rodrik, ha expresado en que el éxito de la
globalización con aceleración tecnológica, dependerá de la creación de modelos que aseguren un reparto
equitativo de los dividendos digitales. Es decir, que los frutos de esta expansión de la productividad y la
comercialización internacional, gracias a las tecnologías, puedan generar mejores oportunidades laborales para
las mayorías. Los tres grandes fenómenos que acabamos de describir se combinan de forma muy fluida y van
construyendo el escenario de luces y sombras en el que hoy nos encontramos en materia de trabajo humano. Los
procesos humanos deben ser leídos y analizados en forma de película, es decir, en movimiento a partir de sus
estados presentes, pero sobre todo su evolución y proyecciones.

B. La tercera revolución industrial, en su fase más madura, y la cuarta revolución en sus primeras etapas, tienen el
común denominador de reemplazar átomos por bits. Es decir, abren y espiralizan el mundo de las computadoras.
Con múltiples beneficios en materia de procesamiento, trabajo en equipo y gestión de la información y el
conocimiento, sin lugar a dudas. Pero también con una inevitable propensión a adoptar actividades y tareas que
seres humanos realizaban de forma total o parcial, de forma directa. No existen sectores o actividades inmunes a
esta irrupción de sistemas o artefactos tecnológicos que propongan tomar a su cargo, con beneficios de costos e
incluso de calidad, actividades que nos eran propias, de forma cada vez más agresiva.
C. La globalización, verdadero mantra del mundo conectado y plural, comienza también a mostrar que tiene un
correlato creciente de impacto asimétrico entre países y regiones. En otras palabras, la globalización avanzada y la
expansión del comercio por todo el planeta, arrojan ganadores y perdedores. La expectativa de que los países y
regiones puedan destacarse de forma progresiva en aquellas creaciones de valor que mejor hacen, exportarlos, y
generar las divisas para importar todo lo que necesitan y que otros países del mundo hacen mejor y más barato, se ve
erosionada por las distintas velocidades, escalas y políticas de los países, especialmente de aquellos que mayor
desarrollo tecnológico o poder político para imponer condiciones, tienen.
Mientras países como USA, Alemania o Japón pueden explotar a fondo sus ventajas en la economía del conocimiento
y vender al mundo valor agregado que genera nuevas oportunidades de trabajo, otros países de enorme tamaño
como China o India, se llevan las fábricas del mundo a partir de su dotación masiva y barata de recursos humanos.
Hay muchos matices y oportunidades para otros países, pero la asimetría emerge como un problema relevante para
que todos puedan encontrar beneficios sustentables en el comercio internacional y generar empleo creciente en
consecuencia
Así, estamos en presencia de un proceso muy relevante. Y por ello, uno de los grandes expertos de la economía
mundial, Dani Rodrik[MMD1] (Las Paradojas de la Globalización, Antoni Bosch), han expresado en varias
oportunidades que el éxito de la globalización con aceleración tecnológica, dependerá de la creación de
modelos que aseguren un reparto equitativo de los dividendos digitales. Es decir, que los frutos de esta expansión
de la productividad y la comercialización internacional, gracias a las tecnologías, puedan generar mejores
oportunidades laborales para las mayorías.to

Desacople entre empleo y trabajos:


Existen nuevas modalidades de trabajo y se combinan con distintas características e intensidades según el
rubro y cada persona. Tienen en común que suelen ser a tiempo parcial, bajo demanda y bajo esquemas
contractuales más flexibles, o bien en forma independiente. Todos los trabajos en forma independiente o
cuentapropista entran dentro de esta categoría que no para de crecer y responde a nuevas modalidades.
Inclusive, el llamado empleo en plataformas o bajo demanda, como se conoce al trabajo de personas a través de
los encargos de plataformas tecnológicas para distintas necesidades de los usuarios, como Rappi, Uber, Glovo,
Lift, etc. Esta expansión de modalidades independientes genera fuerte polémica actualmente y muchas
iniciativas de regulación para proteger y acompañar a las personas que se desenvuelven a través de las mismas.

Expansión de las desigualdades en el mercado laboral:


Se produce en el mercado de trabajo una brecha creciente en lo que podemos considerar los mejores empleos,
mejores pagos, y bajo condiciones de alta satisfacción para el trabajador, y los peores, cuyas remuneraciones no
crecen o lo hacen de forma raquítica, y que transcurren en condiciones deficitarias para el trabajador. Y en
general, las economías tienen dificultades para cubrir la totalidad de la demanda (programadores de software,
científicos de datos, expertos en biotecnología, expertos en computación en la nube, etc.). Por otro lado, los
trabajos del medio, como administrativos, contables y muchos otros, tienen grandes dificultades para sostenerse
si no se reconvierten hacia otras funciones mejor remuneradas. Y los trabajos de la base de la pirámide, como
operadores, ordenanzas, recolectores, personal de atención y soporte, en general se sostienen al no ser
reemplazados totalmente por las máquinas aun, pero con remuneraciones decrecientes. Los trabajos más
favorecidos comienzan a conocerse como SuperJobs. Requieren de una combinación de habilidades técnicas y
humanas (blandas), y son menos operativos y más interpretativos, orientados a servicios y a la resolución de
problemas de forma creativa. Hablamos de managers, arquitectos, analistas, diseñadores, científicos, etc. Los
Automatización de tareas:
trabajos menos favorecidos sufren aun esquemas de tareas repetitivas, con controles y estándares
Agregar texto asfixiantes y
bajos entrenamientos. Agregar texto

Automatización de tareas:
Ergo, las máquinas toman tareas a su cargo de forma creciente. Hemos entendido en los últimos años con más
claridad, que todos los trabajos tienen tareas específicas que son propensas a ser absorbidas por las
tecnologías, es decir, más que un reemplazo de trabajos enteros (que también sucede, por cierto) se trata de un
fenómeno de cambio en la manera de trabajar para todas las ocupaciones dado que siempre hay tareas que
conviene, por razones de menores costos y mayor calidad, entregarlas a dispositivos tecnológicos. Diversidad de
estudios expresan que entre 65% y 80% de todas las tareas que ejecutamos en el mundo del trabajo podrían ser
ejecutadas por tecnologías de forma más eficiente. Las que menos pueden ser reemplazas son aquellas que
mayor componente de variabilidad, interacción e incertidumbre tienen. Esto genera temor y expectativas al
mismo tiempo. No habrá manera de sostener tareas que las maquinas hacen mejor y más barato, pero existen
enormes oportunidades de que podamos rentabilizar nuestro tiempo laboral haciendo tareas que requieren
mejor uso de nuestras capacidades más humanas.
Se traduce en una doble opción cada vez más visible para las empresas: incorporar tecnología para reemplazar
horas de mano de obra y bajar costos. O hacerlo para diseñar mejores productos, negocios, y procesos de
atención y retención de clientes. Es decir, hacerlo solo para mejorar la rentabilidad de los negocios actuales, o
hacerlo para potenciar la dinámica del capitalismo más puro: crear valor y satisfacer necesidades humanas.
Mientras una primera etapa de automatización digital tuvo un claro predominio de la perspectiva del costo,
comienza a haber cada vez más manifestaciones que ponen primero al valor, generando grandes oportunidades
para el desempeño humano, de la mano de las nuevas tecnologías.

Nuevas habilidades para el mundo del trabajo y arbitrajes entre oferta y demanda en el mercado de trabajo:
Las competencias técnicas necesarias para cada posición laboral siguen siendo importantes, pero la relevancia
mayor según la demanda del mercado, la tienen ese conjunto de habilidades relacionadas con nuestra más
profunda humanidad, como comunicación, empatía, negociación, creatividad, trabajo en equipo, manejo de la
incertidumbre, etc. El conocimiento que una persona pueda tener en cualquier campo o rama disciplinar queda
obsoleto con mayor frecuencia que nunca antes. En cambio, las competencias vinculadas al dominio personal,
interpersonal, y emocional, son bases cada vez más firmes y necesarias para acceder a distintos trabajos, lograr
buenos desempeños y ampliar el potencial de las personas En este marco el mecanismo de “arbitrar” entre la oferta
de trabajadores y la demanda de ellos se hace cada vez más SUBMIT de las personas. En este marco, el mecanismo
de arbitrar entre la oferta de trabajadores y la demanda de ellos, se hace cada vez más dinámico y flexible. Se
requiere mucha data para conocer las habilidades de las personas en cada momento y cruzarlas con las que
demandan los trabajos en la sociedad del conocimiento. Los rezagos que existan en las habilidades existentes frente
a las demandadas, pueden cubrirse con acciones focalizadas que permitan a las personas desarrollarlas
rápidamente. Y ello es lo que comienza a hacerse con mucha fuerza en el mundo a través de distintas plataformas
educativas.

Trabajo no remunerado o poco remunerado por el mercado:


Otro elemento que caracteriza este presente en plena transformación del mercado laboral global, tiene que ver
con la expansión de roles y actividades que usualmente no son remuneradas por mecanismos de mercado, pero
que no pueden ser encasilladas en actividades propias del ocio o del voluntariado. De la mano de las nuevas
economías y especialmente de esta instancia colaborativa y de bienestar común que explicaba Rifkin (1995) y
otros autores, se revalorizan y expanden una multiplicidad de actividades que agregan valor, satisfacen a quienes
las ejecutan, pero tienen limitaciones o restricciones para ser “vendidas” en el mercado bajo los criterios habituales
de oferta y demanda. Trabajos comunitarios, cuidados de niños propios o ajenos, apoyo educativo para niños,
asistencia personal a personas con necesidades de acompañamiento, tareas de enfermería y cuidado de
personas, etc. Estas y otras actividades están en pleno análisis bajo la expectativa de consolidarlas dentro del
mundo del trabajo, especialmente si las tecnologías seguirán haciendo mucho del trabajo repetitivo en reemplazo
de personas. Más tiempo humano queda disponible para este tipo de tareas usualmente no remuneradas. La
innovación pasa por encontrar mecanismos para financiar estos trabajos para millones de personas. Y allí el rol del
Estado es imprescindible, quizás no para contratar de forma directa (empleo público) sino para que generar los
marcos e incentivos para que ello sea posible.

Estamos ante un mundo del trabajo en plena transformación. Y es por ello que tanto se habla y especula
sobre el trabajo del futuro. Como elemento final, podemos expresar que en el escenario actual, sin hacer
futurología, es cada día más importante que el mundo pueda procesar un cambio de paradigma: ha
llegado quizás la hora de proteger más a la persona del trabajador, que al trabajo en sí que en cada
momento de su vida le toque realizar. Mientras la persona es permanente, y necesitará cada vez mayor
apoyo, formación y sostén para seguir el ritmo de los cambios, el trabajo específico empezará y
terminará varias veces en la vida de una persona.

La empresa norteamericana Momentum Machines, desde el año 2009 desarrolla robots capaces de cocinar
hamburguesas, agregarles vegetales, salsas, y colocar todo dentro del pan. La empresa se jacta de que
sería imposible servir hamburguesas de tan buena calidad y a tan buen precio sin la automatización
culinaria. Si esta tecnología se expande exitosamente, se calcula que 3.6 millones de empleos en cadenas
de comida rápida en USA podrían desaparecer.
3- Una mirada sobre el futuro del trabajo
Hay un factor que emerge como el gran común denominador de los pronósticos acerca de los
trabajos del futuro: la danza de humanos con tecnologías. No hay dudas que, en el campo o en la
industria, en las finanzas o la economía social, en la empresa o en el Estado, en relación de
dependencia o de forma independiente, etc., trabajaremos montados sobre tecnologías que nos
permitirán acceder a plataformas, información, reportes y herramientas para hacer mejor la parte
que nos toca como humanos, dejando en manos de ellas todo aquello que resuelven con menores
costos u mayor eficacia.

Donde aparecen los mayores riesgos, y donde el La última milla de la tecnología: siempre requiere de tareas
ingenio y la capacidad organizada de los seres humanas para ser configuradas, preparadas, aprovechadas,
humanos, a través de sus autoridades públicas, interpretadas y mantenidas. Pero ello requiere de preparación
se pondrá a prueba con mayor crudeza, será en de las personas para una rápida y amplia adopción de las
el camino para subir a todas las personas, tecnologías, lo cual puede hacerse sin mayores dificultades.
especialmente a los de estratos más bajos, a
esos trabajos de mayor calidad en reemplazo de
los trabajos feos, sucios y aburridos del pasado.
Allí está el gran desafío y donde distintos
aspectos nos permiten ser optimistas, a pesar de
la dura transición que tenemos por delante.
Estos aspectos son:

El potencial de la economía social.


Los sectores de la economía que prometen necesitar cada vez más mano de obra a pesar de la tecnología
(por ejemplo, la economía de los cuidados, que va a generar millones de empleos futuros vinculados a
enfermerías y rehabilitaciones).

La creación de esos nuevos empleos basadas en las nuevas tecnologías y especialmente la inteligencia
artificial. Según datos del Foro Económico Mundial para 2022 se crearán 50 millones más de empleo de los
que se habrán destruido.

La expansión esperable del trabajo por proyectos, independiente, a tiempo parcial, bajo demanda, que si
bien nos obligará a movernos en terrenos más flexibles y menos previsibles, puede ayudarnos a construir el
bienestar de ese sueño eterno de la humanidad que hemos mencionado anteriormente: dejar de vivir para
trabajar, y trabajar solo para vivir, como cada uno quiera, pueda, y sienta.

Podríamos estar yendo hacia un mundo inmensamente rico, donde la gente no necesite trabajar, o solo algunos
que así lo quieran trabajarán en las artes, las humanidades, los deportes, la meditación u otras actividades
destinadas a hacernos la vida más placentera. En síntesis, la automatización del trabajo y los robots podrían
llevarnos a un futuro triste, como el de los caballos, o a un mundo feliz, donde ya nadie tenga que trabajar contra su
voluntad o en trabajos indeseables

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