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Durante el siglo XIX fueron naciendo diversas corrientes que desde ángulos distintos
exigieron la intervención del Estado en defensa de los trabajadores, como las escuelas
intervencionistas y las escuelas socialistas.
Las escuelas intervencionistas quieren que el Estado proteja, por medio de una política
adecuada, a las clases sociales y culturales perjudicadas con la libre distribución de la
riqueza.
El socialismo, particularmente en su desarrollo formulado por Karl Marx, procuraba
sustituir la estructura capitalista por un régimen en que no existiera la propiedad privada de
los medios de producción ni la explotación por unos seres humanos de la fuerza de trabajo
de otros. El objeto del socialismo es la emancipación de los proletarios por obra
revolucionaria de los mismos proletarios.
La Iglesia católica adoptó inicialmente, durante mucho tiempo, una actitud de condena
sistemática de todas las tendencias que pretendían imponer límites a la libre explotación del
trabajo. Su evolución solo comenzó a fines del siglo XIX. Lo que hoy se conoce como
"doctrina social de la Iglesia" tuvo sus principales jalones son las Encíclicas Rerum
Novarum (1891), Quadragesimo Anno (1931), Mater et Magistra (1961) y Laborem
exercens (1981). La Rerum Novarum abogó por la reglamentación de las horas de trabajo,
del trabajo femenino y de menores. Asimismo condenó la fijación de un salario
insuficiente, declarando un deber de estricta justicia del patrón pagar al asalariado una
remuneración que le permita vivir en condiciones humanas. Las otras encíclicas
complementaron y ampliaron la primera.
2. Síntesis Histórica del Trabajo Humano:
Concepto estricto: Hablando más estrictamente, desde la concepción del Derecho del
Trabajo, decimos que: es toda actividad lícita basada en la actividad productiva y creadora
del hombre, prestada a otro (persona física o jurídica) a cambio de una remuneración.
El derecho del trabajo se preocupa del trabajo humano realizado en relación de
dependencia. Lo vemos en el artículo 4 de la Ley de Contrato de Trabajo; Constituye
trabajo toda actividad lícita que se preste en favor de quien tiene la facultad de dirigirla,
mediante una remuneración.
A continuación veremos cuál ha sido el concepto del trabajo humano a través de la
historia:
El trabajo que predominó en la Edad Antigua fue bajo la forma de esclavitud, donde
quien lo realizaba no era una persona sino un ser humano, objeto de derecho, carente de los
mismos, y proporcionaba un alto grado de rédito económico, ya que no se remuneraba,
pues el esclavo trabajaba para su dueño, que había invertido dinero en su compra, o había
fructificado de una esclava suya. Esta forma persistió hasta el siglo XIX.
Había algunos trabajos en esta etapa que eran más prestigiosos que otros, como el de los
escribas en Egipto, o los escultores o constructores de templos, cuyas actividades
estuvieron protegidas en el Código de Hammurabi.
En la etapa medieval el trabajo estaba a cargo de los vasallos, siendo los siervos de la
gleba, los últimos de la cadena, que estaban tan unidos a la tierra que trabajaban, que se
vendían junto a ella. Las actividades independientes se reglaban a través de los gremios.
En la Edad Moderna, cobró auge la actividad comercial, con las nuevas tecnologías que
dieron origen al despegue industrial, y al nacimiento del capitalismo. Junto al trabajo
asalariado, y a la Revolución Industrial, creció la explotación de los trabajadores fabriles,
sin leyes protectoras, por lo que sus condiciones de trabajo eran insalubres, sin protección
de la maternidad, ni de la familia, ni del trabajo de menores; sin descansos y con jornadas
laborales agotadoras.
5. El Trabajo Post-industrial:
Otra familia que hace parte de la historia precolombina de Colombia fue la familia
Arawak que pobló Guajira y Caquetá, dedicándose a la ganadería, la agricultura, la
pesca y la caza. Oficios similares realizó la familia Caribe, que fue guerrerista y no
evidenció mayor desarrollo cultural. Una característica común entre estos pueblos era el
politeísmo.
El Derecho del Trabajo no es muy antiguo, pero el trabajo existe desde que el
hombre ocupa el mundo e incluso se habla en la Biblia específicamente en el libro del
Génesis del trabajo pero como castigo, no era una norma jurídica si no una manera de
disciplinar a nuestros primeros padres por desobediencias a Dios, eso hizo que naciera el
trabajo como un castigo y en realidad no existía legislación sobre la actividad laboral, no se
sabía lo que significaba pacto entre trabajador y empleador. En los primeros años no existía
una sociedad de consumo como la que conocemos hoy en día, el hombre se dedicaba a
subsistir y no se colocaba en relación a la subordinación respecto a alguien, sólo tomaba lo
que necesitaba de la naturaleza, pero como el hombre necesitaba agruparse para su sobre
vivencia, comenzó a organizar el trabajo de su producción el excedente para intercambiarlo
por otro (trueque), así se interrelacionaba con los demás y a la vez satisfacía sus otras
necesidades.
No fue sino a través del cristianismo, cuando en la edad media, el trabajo comenzó
a ser visto como un deber, moralmente aceptado y necesario para la supervivencia.
Posteriormente, y abolida la esclavitud, el feudalismo se impone como régimen, dando
origen a la figura del vasallo, quienes a cambio de protección, pagaban con trabajo.
Paralelamente, en las grandes ciudades se instauraba el sistema artesanal, controlado por
sociedades profesionales vale decir: asistenciales, políticas, económicas y educativas.
El capitalismo, viene a romper con los regímenes anteriores, dando origen a
sistemas de trabajo diferentes. Con la desaparición de la esclavitud, surge la figura del
salario, para determinar la disposición de mano de obra trabajadora para la producción
común; para ese entonces el salario se generalizaba a través de la afluencia del oro. Este
sistema se nutre potencialmente, de la mano de obra campesina, la cual se muda a las
ciudades en búsqueda de oportunidades, mujeres y niños eran insertos en este mercado
laboral, por salarios inferiores a lo de los hombres, a pesar de hacer un trabajo igual. Para
formalizar esta actividad, se da uso del contrato de trabajo, en el cual quedaba asentado por
escrito el compromiso del trabajador a realizar alguna actividad a cambio de un costo,
basándose el referido contrato, en los arrendamientos de servicios, establecidos en el
derecho romano.
Al igual que con el resto de los países del mundo, el derecho laboral en Venezuela
es de reciente data, conociéndose ciertos antecedentes históricos relativos a las leyes
regulatorias impuestas por los reyes de España, relacionadas con el trato de los indios
“Leyes de Indias”. La evidencia sobre la evolución del Derecho del trabajo en Venezuela,
se limita a dos circunstancias trascendentales, o periodos como lo citan los autores. 1.830 /
1.917 En este lapso de tiempo, las provincias, estados y municipalidades de la Republica,
aprobaron ordenanzas, leyes y códigos, en las cuales insertaban lo que fueron las primeras
reglas de aplicación regional, vinculadas al trabajo de sirvientes, artesanos y jornaleros.
Estas “reglas”, no disponían de un carácter formal, en cuanto al derecho laboral se refiere,
las mismas, eran estrictamente “policiales”, destinadas más al resguardo del orden público
que a la protección del trabajador. Las mismas, se aplicaban paralelamente al contenido de
los códigos civiles, los cuales hasta el año 1942, incluían la figura del contrato de
arrendamiento de personas, que comprometían su trabajo al servicio de otra.
La Ley del Trabajo de 1.936, acogió los diferentes convenios impulsados por la
OIT, e inspirada en la Ley Federal de la Republica de México, reconoce por vez primera el
Derecho de Asociación, de Huelga y Contratación Colectiva, puntos ignorados por
completo en anteriores legislaciones. Sufrió sucesivas reformas en 1.945, 1.947, 1.966,
1.974, 1.975 y 1.983, logrando mantenerse en vigencia hasta 1.991. La Ley del Trabajo de
1.990, sustituye a la de 1.936, la cual se mantuvo en vigencia durante 55 años. Se
caracteriza fundamentalmente, ya que se constituye en un cumulo o agregado de
disposiciones de contenido constitucional.
Estas leyes, intentaron mejorar las condiciones a las que estaban sometidos los nativos,
mediante la prohibición de la esclavitud de los aborígenes, protección de la Corona, y la
prohibición de la creación de nuevas encomiendas. Este último punto, la prohibición de la
creación de nuevas encomiendas, provocaría que este sistema de trabajo desapareciese, lo
cual creó fuertes recelos entre los encomenderos limeños, quienes se rebelaron contra el
virrey llegando incluso a derrocarlo. El orden fue restablecido por las autoridades y se
decidió permitir la creación de nuevas encomiendas, ya que su ausencia perjudicaba
gravemente a los colonos españoles. Las Leyes de Indias sufrieron
numerosas modificaciones a través de los años. Estas modificaciones se realizaban en
función de los cambios a los que se veía sometida la administración y las necesidades de la
metrópoli.
De modo general, las Leyes de Indias constituyen una recopilación de las distintas
normas legales vigentes en los reinos de Indias, realizada durante el reinado de Carlos II.
Básicamente estas eran las Leyes de Burgos, las Leyes Nuevas y las Ordenanzas de Alfaro.
Este conjunto de normativas fueron enunciadas entre 1523 y 1542 y recopiladas a finales
del siglo XVII, siendo publicadas en fecha de 18 de mayo de 1680, y su texto resume los
principios políticos, que ocupara gran parte de Latinoamérica y Europa.
Los vestigios más tangibles de la aplicación de las Leyes de Indias se pueden constatar
en la conformación físico-espacial de los núcleos de las primeras villas fundadas en
América. En este sentido las Leyes de Indias fueron las normativas para el trazado y
conformación urbanos que rigieron la construcción de las nuevas ciudades fundadas por los
conquistadores al iniciarse el proceso de colonización en América. El cumplimiento estricto
de las Leyes de Indias fue en la mayoría de los casos urbanísticos violado; pero su esencia
se manifiesta en el esquema deformado o no de las antiquísimas ciudades de la América
hispana.
9. Antecedentes Post-coloniales:
1) Primer Periodo desde 1830 hasta1917:
Gran Parte de las provincias, estados y municipalidades de la República sancionaron
Códigos, leyes y ordenanzas de policías en los cuales se insertaban reglas de aplicación
regional sobre el trabajo jornalero ya que poseían un carácter estrictamente policial atento
al cuidado del orden público y las buenas costumbres que a la regulación moderadora del
trabajo y la protección del trabajador. Resultaría prolijo elegir en ese abigarrado conjunto
de preceptos algo más que algunos institutos jurídicos de interés ejemplar, referentes a la
prestación personal de los servicios, jornadas, días feriados, salario, preaviso, causas de
resolución y sanciones aplicables. Dichas disposiciones se aplicaban simultáneamente con
las previstas en los Códigos Civiles, los cuales, hasta 1942, solían incluir entre las especies
de contratos de arrendamiento, el de las personas "que comprometen su trabajo al servicio
de otra" (Art.1.678 del Código Civil de 1916, equivalente al 1.577 y 1.585 de los Códigos
Civiles de1896 y 1904, respectivamente).Los códigos y ordenanzas de policía promulgados
con posterioridad a 1820 establecían reglas expresas sobre el preaviso, si bien no faltan
ejemplos de ordenamientos de ese cuño que llegaban a contemplarlo como una obligación
unilateral del peón o jornalero para con su empleador. En relación con los daños y
perjuicios causados por el despido o el retiro antes del vencimiento del contrato a término
cierto, los Códigos Civiles de 1896,1904, y 1922, preveían expresamente la obligación de
las partes de indemnizarse recíprocamente. Mas, los dueños, patronos o arrendadores,
conservaban la facultad de compeler a su jornalero o sirviente a cumplir el contrato
mediante denuncia policial.
2) Segundo Periodo desde 1917 Hasta la Actualidad:
El 23 de julio de 1928 se promulgó la primera Ley del Trabajo. Fue una forzada concesión, para
los solos efectos de la política exterior, del Gobierno de Gómez. Nunca se hizo nada por cumplirla,
si se exceptúa la materia de los riesgos profesionales, única reglamentada por el Ejecutivo, que dio
lugar a alguno que otro litigio. La Ley del Trabajo de 1928 prescribía la jornada de trabajo de nueve
horas. De hecho, pudo comprobarse en 1936, que existían jornadas de trabajo de 12 y 16 horas,
no por vía de excepción, sino como sistema normal, en empresas de importancia. (La jornada de
8horas, fijada en la Ley de 1928 para trabajos en el interior de las minas, fue introducida como
norma general en 1936).Importantes disposiciones de principios sobre higiene y seguridad
industrial, días hábiles para el trabajo, trabajo de mujeres y menores y riesgos profesionales,
formaban parte de la Ley. Así mismo, normas fundamentales sobre la propia legislación del
trabajo; la reglamentación del salario, que debía pagarse en dinero, diariamente o por semana, si
no se hubieran convenido plazos más largos, con expresa prohibición del truck system y de pagar
en lugares de recreo, tabernas, cantinas, tiendas o pulperías; ciertas reglas - muy deficientes -
sobre conflictos colectivos.