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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular


Para la Educación Superior
Universidad Yacambú
Cabudare Estado Lara

COVID-19

Profesora: Olga Meléndez Nombre:


Sección: MB01M0P Lorena Perez
Materia: Diseño Educativo HPS-17300213
V-28199201
Venezuela no es la excepción en lo que a esta pandemia respecta,
sin embargo, como futuros psicólogos tenemos las herramientas para
abordar semejante situación, el temor y la ansiedad con respecto a una
enfermedad pueden ser agobiantes y generar emociones fuertes tanto en
adultos como en niños. Lidiar con el estrés permitirá, las personas importantes
de nuestras vidas y nuestra comunidad se vean fortalecidos.

El estrés durante el brote de una enfermedad infecciosa puede


incluir reacciones como el temor y preocupación por nuestra salud y la
salud de nuestros seres queridos, además los cambios en los patrones
de sueño o alimentación pueden causarnos también grandes problemas,
las dificultades para dormir o concentrarse, los agravamiento de
problemas de salud crónicos sobre todo en personas con problemas de
salud se convierten en situaciones muy difíciles de llevar, Los niños y
adolescentes reaccionan, en parte, a lo que observan en los adultos que
los rodean.

Cuando los padres y los cuidadores manejan el tema del COVID-19


con calma y seguridad, pueden dar el mejor apoyo a sus hijos. Los padres
pueden llevar más tranquilidad a quienes los rodean, especialmente a los
niños, si están mejor preparados y cuentan con la psicoeducación
necesaria y por supuesto conocer los síntomas, incluidos los físicos como
cansancio excesivo por ejemplo y los mentales como el temor,
aislamiento, culpa y otros, tomarse un tiempo para que usted y su familia
puedan recuperarse de la respuesta a una pandemia, debemos crear un
menú de actividades de cuidado personal que disfrutemos, como pasar
tiempo con familiares, hacer ejercicio o leer un libro, además debemos
descansar de la cobertura que hacen los medios con respecto al COVID-
19 ya que también hay una gran oleada de desinformación, si es
necesario es importante tomar la posibilidad de pedir ayuda si se siente
agobiado o si le preocupa que el  COVID-19 esté afectando la capacidad
de cuidar a su familia y a sus pacientes que tenía antes del brote.
Es de crucial importancia entender lo normal que es sentirse triste,
estresado, confundido, asustado o enfadado ante una situación de
emergencia. Y la creada por el coronavirus lo es. De modo que es muy
lógico, e incluso saludable, que muchas personas sientan en algún
momento miedo debido a la expansión del brote de Covid-19, que nos
enfrenta a una situación desconocida y amenazadora. Otra cosa es que
ese miedo se instale en el estado de ánimo, nos angustie y acabe por
convertirse en un fenómeno que interfiera en nuestra capacidad de
gestionar la situación con eficacia o, peor aún, que se contagie y se
extienda hasta suponer un problema añadido en la ya compleja situación
sanitaria. La base de todo informarse bien, ya que una gran parte de
los mensajes e información que se comparten por redes sociales e
internet son falsos o, como mínimo, no está contrastada, informarse bien
también significa no desinformarse, es decir, no caer en la sobre
información o llenarse información errada

Estar todo el día conectado y pendiente de la información sobre el


coronavirus no hará que estemos mejor informado ni le dará más
protección ante el virus y, en cambio, aumentará la sensación de riesgo
innecesariamente. También se ha de informar bien a los niños. Es
fundamental estar atento a sus dudas y preocupaciones e ir respondiendo
a sus preguntas a medida que aparecen, con explicaciones claras, sin
mentirles, pero sin abrumarles tampoco con mucha información. En este
sentido, se les debe dar información clara sobre cómo reducir el riesgo de
infectarse.

El miedo es una respuesta adaptativa que nos ayuda a mantenernos


alerta y a tomar las medidas necesarias para minimizar riesgos, ya sea
por la vía de evitar el peligro o de buscar la manera de afrontarlo. Por eso
instan a no rechazarlo ni taparlo, reconoce tus sentimientos y acéptalos; y
si hace falta, compártelos con las personas más próximas.

También es importante entender que, si se tiene fiebre, tos y dificultad


para respirar o dudas sobre la posibilidad de haberse contagiado, es crucial
contactar con las autoridades sanitarias y seguir sus instrucciones para recibir
atención médica. Pero cuidarse no significa sobreprotegerse y hacer
consultas médicas superfluas a los servicios de atención médica, que ya
van bastante colapsados, y por supuesto seguir las recomendaciones y
medidas de prevención que determinen las autoridades sanitarias para
protegerse de un posible contagio de Covid-19.

Pero sólo esas. Tomar más precauciones de las que los médicos consideran
justificadas por la evidencia científica no nos dará mayor protección frente al
virus y, en cambio, alimenta el miedo y la angustia, tanto en nosotros mismos
como en las personas del entorno.

En cuanto al estilo de vida es importante que tanto en el caso de los


adultos como especialmente en el de los niños, mantener las rutinas y
agendas cotidianas en la medida de lo posible. El miedo se controla
mucho mejor a través de nuestros comportamientos saludables que a
través de los razonamientos autoinducidos o de las precauciones
innecesarias

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