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Republica Bolivariana de Venezuela

Ministerio de Poder Popular para la Educación Superior


PNF- Medicina

Efectos Psicológicos de la
COVID-19 en la Población

Estudiante:

Ricardo Romero
CI: 1830855

Caracas, 8 de diciembre 2020


Efectos psicológicos de la COVID- 19 en la población.

La enfermedad causada por el coronavirus, tanto en Venezuela como en el resto


del mundo, no es lo único que se expande entre las personas. También lo hacen
las emociones como el miedo, la ansiedad, y la angustia.

La confirmación de la llegada de la COVID-19 a Venezuela y su propagación ha


generado un impacto en la población. que están siendo afectados
psicológicamente por los días de confinamiento. Afectando el estado emocional de
la población de alguna manera porque nos encontramos en una situación primero,
inédita, y segundo que no estamos preparados para esto.

Mandar a la población a una cuarentena en su casa como mejor herramienta para


combatirla; se puede apreciar dos formas de reacción de las personas pudiendo
sacar lo mejor de si mismo o presentar estrés, agobio y otro desorden psicológico,
hasta lograr una respuesta de estrés traumático en niños.

En el momento del confinamiento se han elevado los problemas intrafamiliares, ha


habido conflictos, depresiones muy profundas, ha habido intentos de suicidio, por
el poco bienestar que tiene la población.

El hecho de tener familia en otro estado o país y no poder hacer nada debido al
confinamiento obligatorio, es lo que ha causado más ansiedad y preocupación.
Todo el día uno en la casa y viendo noticias nada buenas, entonces, eso afecta a
uno y genera más angustia porque uno se siente como solo, y si pasa cualquier
cosa, ni uno puede movilizarse para allá y ellos para acá.

La presencia de esta pandemia trae también repercusión psicológica entre los


personales de salud relacionado con la preocupación por el contagio o por la salud
de sus familiares todo esto produce una carga de estrés que podría aumentar
durante la pandemia. Los profesionales de salud quienes atienden a tantas
personas sospechosa del virus o confirmada se colocan en una situación de
vulnerabilidad por el alto riesgo de contagio así como problemas de salud mental,
pudiendo experimentar depresión, ansiedad, frustración y miedo por contraer el
virus y a la propagación del mismo a sus familiares.

La población venezolana ha atravesado situaciones difíciles que han desafiado su


supervivencia, sometidos a una crisis económica y social durante años, han
acumulado experiencia en la gestión de situaciones de emergencia, similares a las
vividas durante esta pandemia del Covid-19.

Esta situación nos hace sentir tristeza, incertidumbre, angustia, preocupación,


confusión y ansiedad, por la prolongación de la cuarentena para su prevención y
en medio de esta crisis económica. Que logra elevar las emociones de la
población. Por lo que se aconseja estar en comunicación con las personas
cercanas que se sientan afectadas, especialmente a los adultos mayores y los
niños.

Yo creo que es importante para esas personas, comunicarse con sus familiares,
mantener la relación. Hay muchas personas que están solas, y que también están
enfermas, la soledad los enferma más porque a lo mejor son personas que están
acostumbradas a tener vínculos familiares y ahora se encuentran solas.

Es importante que esas personas a través de una llamada telefónica en la cual le


hace sentir que todos estamos en esto y que entre todos vamos a salir de esto.
Además, se recomienda identificar los pensamientos que puedan generar malestar
y las acciones que le hagan sentir mejor, y sustentar una actitud optimista y
objetiva, esto permitirá mantener la calma y analizar la situación desde diferentes
perspectivas.
Síntomas psíquicos de la personalidad percibidos por los contagiados por la
COVID-19.

Se ha visto un aumento de los síntomas depresivos. Los factores de riesgo son


mujer joven, estudiantes, vivir en una ciudad, la presencia de soledad, mala salud
(física o psíquica), preocupación alta, estar sin empleo, tener una alta exposición a
noticias sobre la pandemia, y haber sufrido un periodo de confinamiento
prolongado.

También se ha detectado un aumento de síntomas de ansiedad. Siendo los


factores de riesgo similares a los mencionados: alta exposición a noticias sobre la
pandemia, periodo de confinamiento prolongado, estar en contacto con algún
afectado.

La aparición de estrés postraumático (insomnio, sueños relacionados con la


pandemia, síntomas disociativos de la realidad) se ha identificado en una
prevalencia muy variable. Los factores de riesgo han sido también ser mujer, tener
una edad inferior a 40 años, cercanía a zonas expuestas o críticas de un gran
número de casos, sueño pobre, soledad.

Miedo y paranoia: Exposición a estrés prolongado ante una inminente amenaza.


Nuestro cuerpo se prepara física y mentalmente para una reacción extrema. Esto
produce un desgaste en nuestro nivel de alerta y en el sistema inmunológico.

Retraimiento y desvinculación: La cuarentena y el miedo a la infección, pueden


provocar aislamiento afectivo y retraimiento social.
Ideas irracionales y pensamientos intrusivos: Sobredimensionar el problema, el
estado de alerta constante y el retraimiento, pueden repercutir en el control de los
pensamientos y la veracidad de los mismos.

Pérdida de la rutina: Impacto directo en ritmo de sueño y alimentación.

Fallas cognitivas: El estrés crónico afecta el funcionamiento cerebral y el


desempeño de las funciones ejecutivas. Es así que una nula respuesta a dicho
fenómeno, impacta directamente en nuestra capacidad de reaccionar
correctamente, presentándose fallos a nivel de atención, memoria y planificación,
entre otras.

Técnicas de apoyos psicológico durante la COVID-19.

En Venezuela existen servicios de asistencia psicológica y psiquiátrica a distancia.


Psicólogos Sin Fronteras (PSF), la Federación de Psicólogos de Venezuela (FPV),
la Sociedad Venezolana de Psiquiatría (SVP) y la Fundación Humana son algunas
de las organizaciones listas para ayudar. Cientos de personas han solicitado
apoyo desde que inició la cuarentena para prevenir la propagación del nuevo
coronavirus.

La crisis es una afectación adversa, un trastorno temporal que tiene secuelas de


tipo intelectual, emocional y conductual. Cuando una crisis se nos presenta en
nuestras vidas y tenemos secuelas intelectuales, las personas pierden la
capacidad de concentración, de memoria y de resolución de problemas.

La especialista destaca que durante la cuarentena se han visto más afectadas a


nivel emocional las personas que ya soportaban un nivel de ansiedad, estrés y
tensión muy alto por la situación socioeconómica de Venezuela y los conflictos en
las familias. Afirma que las principales consultas en los últimos días han tenido
motivos intrafamiliares: hay desestabilización e incapacidad de ver cómo
solucionar problemas e incluso por no poder responder económicamente a ciertas
demandas. A esta condición de cuarentena y alarma social/sanitaria y
situacionales son más recomendados. Abarcan tanto el ámbito personal como
familiar como:

Mantener la perspectiva: Racionalizar el problema y sus dimensiones. Es el primer

paso para no crear falsas alarmas y no predisponer nuestro organismo a una


respuesta de lucha o huída. Para ello, es necesario cuestionarnos ¿Qué sé sobre
el virus? ¿Cómo nos afecta y cuáles son sus repercusiones? ¿Estoy tomando las
medidas correspondientes?

Mantenerse conectado: Utilizar la tecnología para comunicarnos con nuestros


familiares y amigos. Cuidar los vínculos y evitar el retraimiento, exteriorizando
nuestros sentimientos al respecto.

Controlar el pánico: Evitar la sobreinformación e identificar los momentos donde


los pensamientos se salen de control. Allí, implementar ejercicios de relajación,
tareas distractivas y buscar apoyo en los demás.

Mantener rutina y hábitos: Respetar horarios de alimentación y sueño, creando un


diario de rutinas donde no pueden faltar el ejercicio, el aseo, el esparcimiento y las
actividades intelectuales.

La población infantil no suele contar con las herramientas para comprender y


procesar la totalidad del problema, o lo que perciben de los medios de
comunicación. Por ello, es muy frecuente que expresen síntomas de malestar
psíquico y somáticos como ansiedad, dolores focales, angustia, miedo excesivo,
descanso deficiente y estrés. Las principales estrategias para padres son:

Escucharlos: Es fundamental dejarlos hablar y expresarse, para luego solventar


todas sus dudas, sin banalizar sus inquietudes. El desinterés por parte del adulto,
los llevará a buscar sus propias respuestas, las cuales pueden ser fantasiosas y
angustiantes.

Brindar seguridad: Luego de escucharlos y solventar sus dudas, es fundamental


hacerlos sentir seguros, sabiendo que existe un protocolo a seguir.

Dar el ejemplo: Si nos ven entrando en pánico, ellos también lo harán. Es


necesario no perder el vínculo afectivo, ya que el apego será una herramienta
fundamental para hacerlos sentir seguros.

Identificar síntomas y brindar estrategias: Abordar situaciones de estrés y angustia


con ejercicios de respiración, relajación y juego.

Respetar rutinas: Si la falta de rutinas hace mella en un adulto, en los niños tiene
peores repercusiones. Para que su salud mental no se vea alterada, es necesario
respetar horarios de sueño, alimentación y juego, ejerciendo el control parental
necesario.
Conclusión

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