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Depresión exógena: definición, causas y síntomas

Es el tipo de depresión más común, y puede desencadenarse a causa de experiencias muy


variadas.

La depresión exógena es un tipo de trastorno del estado de ánimo ligada a la incapacidad o a las
dificultades a la hora de experimentar sensaciones de bienestar y motivación.

La depresión en general, por otro lado, es un espectro de alteraciones mentales cuyos síntomas se
dan de manera relativamente frecuente; en España, se estima que afecta al 5% de la población. Es
por eso que ha recibido mucha atención mediática en comparación a otros trastornos.

Sin embargo, y a pesar de las campañas de concienciación que se han realizado, muchas personas
siguen creyendo en un concepto de la depresión altamente estereotipado. Una de las
consecuencias de esto es que se entiende la depresión como un trastorno totalmente homogéneo,
asociado siempre a los mismos síntomas.

Para dar cuenta de estas variaciones y matices suele distinguirse entre categorías como las de
depresión endógena y depresión exógena. En este artículo hablaremos sobre esta última.

Artículo relacionado: "¿Existen varios tipos de depresión?"

¿Qué es la depresión exógena?

La depresión exógena es el tipo de depresión cuyas causas pueden ser atribuidas a un evento o
cadena de eventos relacionados con el modo en el que la persona se relaciona con su entorno (y
con las personas que hay en él).

Dicho de un modo más resumido, es aquella en la que las causas del trastorno no se deben a un
cambio espontáneo en el funcionamiento interno del organismo, tal y como ocurre en la
depresión endógena, sino que es provocado desde fuera.

Además, la depresión exógena es la variante más frecuente, mientras que la endógena, a pesar de
no ser muy rara, se da menos.
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Principales causas de la depresión exógena

Tal y como hemos visto, las situaciones que desencadenan la aparición de la depresión exógena
pueden ser tanto puntuales como continuadas en el tiempo.

Por lo que respecta a las causas más frecuentes de la depresión exógena, estas son las siguientes:

1. Acontecimientos traumáticos ligados a la violencia

La depresión exógena puede ser causada por experiencias traumáticas, típicamente puntuales o
de pocos días de duración, que van siendo rememoradas en forma de flashbacks

2. Duelo

El duelo, generado típicamente por la muerte o la enfermedad de un ser querido, es un estado


mental asociado a los problemas de ansiedad y, en ocasiones, puede derivar en depresión
exógena a causa del bucle de pensamientos ansiógenos que produce mediante la rumiación y las
ideas vinculadas a la muerte.

3. Divorcios y separaciones

En realidad, tanto los divorcios como las rupturas de pareja en general pueden ser entendidas
como un tipo de duelo. A fin de cuentas, se pierde tanto a una persona a la que sea ama o a la que
una vez se amó, como un estilo de vida que ha llegado a fusionarse con la propia idea del "Yo".

4. Situación de pobreza y desempleo

Los problemas para subsistir por los propios medios no solo favorecen la aparición de hábitos de
vida menos saludables, también tienen un impacto psicológico profundo que afecta a la
autoestima y a las expectativas de vida.

5. Rechazo del propio aspecto físico

Algunos eventos dan como resultado un cambio en la apariencia física que es muy mal recibida
por quien la experimenta. Por ejemplo, la aparición de una cicatriz en una parte del cuerpo muy
visible, un proceso acelerado de envejecimiento, la alopecia y ciertas enfermedades de la piel
pueden hacer que algunas personas se sientan muy mal.
Síntomas

En cuanto a los síntomas de la depresión exógena, los más típicos son los siguientes, si bien no
tienen por qué darse todos a la vez en todos los casos.

1. Problemas de sueño

Las alteraciones en el patrón de sueño suelen estar entre los primeros síntomas de aparición de la
depresión, y desencadenan otras muchas complicaciones vinculadas con la falta de descanso y el
aumento del estrés.

2. Falta de iniciativa y de motivación (abulia)

La abulia es uno de los síntomas característico de las distintas formas de depresión. Quienes la
experimentan no sienten motivación por nada y son incapaces de realizar las tareas de
automantenimiento más básicas, como mantener la higiene personal, cocinar o incluso asistir a
eventos de ocio.

3. Experimentación de placer limitada o ausente

La anhedonia, o incapacidad para experimentar placer, también es otro de los efectos de la


depresión exógena.

4. Estado subjetivo de tristeza y episodios de llanto incontrolado

Al contrario de lo que suele pensarse, la sensación de tristeza no se da en la inmensa mayoría de


los casos de personas con depresión, ni cuando aparece tiene por qué estar presente siempre.

5. Aparición de ideas acera del suicidio

La ideación suicida también es relativamente frecuente, y en ocasiones lleva a que la persona


planifique la cadena de sucesos que terminará con su vida.

A su vez, hay que tener en cuenta que la depresión, en general, puede aparecer con diferentes
grados de intensidad, y lo mismo ocurre con los síntomas que se asocian a ella.

Una categorización de trastornos que tiene sus límites


Merece la pena tener en mente que la frontera que separa la depresión exógena de la endógena
es tan solo un constructo teórico que existe porque resulta útil, no porque plasme una
diferenciación entre dos entidades clínicas fundamentalmente separadas.

Esto es así porque no hay ningún trastorno mental que aparezca espontáneamente en nuestro
interior: el contexto siempre influye en mayor o menor medida. Defender lo contrario sería
defender una visión dualista de la mente, una en la que todo lo que ocurre en la naturaleza está
conectado entre sí menos nosotros mismos.

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