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Historia De Arte II

Taller Arte En La Edad Moderna

El Impresionismo

Jairo Carrillo Duran

Cesar Mauricio Londoño Duarte

T.I. 1093590699

Segundo Semestre

Universidad De Pamplona

2022-2
1. ¿Por qué se le denominó impresionismo a la corriente artística que se
desarrolló durante el siglo XIX?

El impresionismo es un movimiento artístico inicialmente definido para la pintura


impresionista, a partir del comentario despectivo de un crítico de arte (Louis Leroy)
ante el cuadro Impresión, sol naciente de Claude Monet, generalizado a otros
expuestos en el salón de artistas independientes de París entre el 15 de abril y el 15
de mayo de 1874 (un grupo en el que estaban Camille Pissarro, Edgar Degas,
Pierre-Auguste Renoir, Paul Cézanne, Alfred Sisley, Berthe Morisot). Aunque el
adjetivo «impresionista» se ha aplicado para etiquetar productos de otras artes,
como la música (impresionismo musical —Claude Debussy—) y la literatura
(literatura del Impresionismo; hermanos Goncourt), sus particulares rasgos
definitorios (luz, color, pincelada, plenairismo) lo hacen de muy difícil extensión,
incluso para otras artes plásticas como la escultura (Auguste Rodin) y la
arquitectura; de tal modo que suele decirse que el impresionismo en sentido
estricto solo puede darse en pintura y quizá en fotografía (pictorialismo) y cine
(cine impresionista francés o première avant-garde: Abel Gance, Jean Renoir; hijo
del pintor impresionista Auguste Renoir). El movimiento plástico impresionista se
desarrolló a partir de la segunda mitad del siglo XIX en Europa principalmente en
Normandía (Giverny y la costa normanda principalmente) caracterizado, a
grandes rasgos, por el intento de plasmar la luz (la «impresión» visual) y el instante,
sin reparar en la identidad de aquello que la proyectaba. Es decir, si sus
antecesores pintaban formas con identidad, los impresionistas pintaban el
momento de luz, más allá de las formas que subyacen bajo este. Fue clave para
el desarrollo del arte posterior, a través del posimpresionismo y las vanguardias.

Webgrafía: https://es.wikipedia.org/wiki/Impresionismo

2. ¿Cuáles fueron las bases filosóficas y técnicas que fundamentaron el


movimiento impresionista?

El impresionismo aspiraba a plasmar la luz en sus pinturas, mediante la


combinación de colores y pinceladas, en vez de formas y siluetas. La pincelada
impresionista, bautizada posteriormente como “pincelada gestáltica”, era breve
y usaba colores puros, sin importar que en solitario no fueran pertinentes al modelo
real, ya que una vez completa la imagen, se podría percibir globalmente la obra
y reproducir así una totalidad bien definida, con mucha luminosidad y vibrancia.
Esta técnica inspiraría posteriormente a los neoimpresionistas o puntillistas. Otro de
los avances del impresionismo fue la creación de nuevos pigmentos para obtener
colores más puros. Gracias a ello los pintores pudieron replantear muchas leyes
cromáticas de la época, entendiendo el color en relación a sus acompañantes y
al contraste que con ellos generan. Por eso los impresionistas hacían juegos de
sombra rompiendo con la dinámica usual del claroscuro, en favor de sombras
hechas con colores complementarios que dotaban de mayor profundidad a la
obra. De modo similar, los impresionistas relegaron la forma a un segundo plano,
prefiriendo explorar en cambio los paisajes. Los panoramas abiertos permitían la
justa de luz y colores para sus métodos pictóricos.

Fuente: https://concepto.de/impresionismo/#ixzz7mNE5Zm8o

3. Investiga la vida y obra de un artística perteneciente al movimiento


impresionista, elige una obra pictórica de su autoría (artista impresionista) en
el que nos explique el contexto, la temática y técnica en su elaboración
(incluir imagen para su desarrollo)

(Claude Oscar Monet; París, 1840 -


Giverny, 1926) Pintor francés, figura
clave del movimiento impresionista. Sus
inclinaciones artísticas nacieron del
contacto con Eugène Boudin en Le
Havre, y las excursiones al campo y la
playa durante su adolescencia
orientaron el posterior desarrollo de su
pintura. Después del servicio militar en
Argelia, regresó a París, donde en el
estudio de Gleyre conoció a jóvenes
artistas como Renoir, Sisley y Bazille, y en
el popular café Guerbois contactó con
un grupo de intelectuales, literatos y
pintores como Émile Zola, Nadar,
Cézanne y Degas, que junto con
Manet comenzaban a oponerse al arte
establecido. La pintura rápida como las
pochades o études era, en aquella
época, del agrado de la sociedad
siempre que ésta se circunscribiera al
tema del paisaje en pequeño formato.
La temprana obra de Monet, La costa
de Sainte-Adresse (1864, Institute of Arts,
Minneapolis), recuerda a su iniciador,
Boudin, pero adquiere mayor alcance
al aplicar la pintura directa a temas y
formatos de mayor complejidad y
tamaño. Similar innovación puede
apreciarse en Mujeres en el jardín (1866,
Museo de Orsay, París), obra rechazada en el Salón de 1867, en la que tres mujeres
se divierten en el campo bajo un sol tan intenso que sus vestidos alcanzan el
blanco en estado de gran pureza, con escasas modulaciones intermedias y
marcadas escisiones entre las zonas de luz y sombra. La instantaneidad de la
escena se pone de manifiesto tanto por la precisión luminosa del momento como
por el dinamismo de las figuras, correteando y girando caprichosamente
alrededor de un árbol. Con esta ambiciosa obra, Monet se aleja del tratamiento
tradicional que hasta entonces se dio al retrato -el retrato de su primera mujer,
Camile, había sido ensalzado por Zola en el Salón de 1866- y se inclina por la
integración de las figuras en la naturaleza. Los serios problemas económicos y el
nacimiento de su hijo ilegítimo,
Jean, en 1867, condujeron a Monet
a vivir una época de hambre y
pobreza extremas, así como a un
intento frustrado de s uicidio.
Durante la contienda franco-
prusiana, el artista se refugió en
Inglaterra, donde conoció
a Pissarro y obtuvo el apoyo
económico y la amistad de Paul
Durand-Ruel. Allí se interesó mucho
por la obra de Turner, que tanto
influiría en su percepción de la luz y
el color. Según Monet, el pintor que
se coloca ante la realidad no debe
hacer distinciones entre sentido e
intelecto.
A partir de 1872, Monet se interesó
por el estanque de Argenteuil como lugar idóneo para adaptar su técnica a la
representación rápida del agua y la luz. La obra titulada Monet trabajando en su
barco en Argenteuil (1874, Neue Pinakothek, Munich) representa esa especie de
laboratorio náutico desde el que el artista podía navegar sobre el agua del
estanque apreciando los cambiantes efectos luminosos de su superficie, que
reproducía mediante diversas variaciones sobre un mismo tema. El barco-taller de
Monet se oponía radicalmente a la idea de estudio que veinte años antes
exaltaba Courbet en su obra El estudio del pintor, y suponía n pintoresco
testimonio de las principales aspiraciones impresionistas a incipiente luz del
amanecer y sus aleatorios reflejos sobre el agua pueden apreciarse también en la
mítica obra Impresión, sol naciente (1872, Museo Marmottan, París), pintada en Le
Havre. En poco más de medio metro cuadrado numerosas pinceladas se
superponen en un solo color general neutro, captando el instante luminoso del
amanecer y los destellantes reflejos del sol rojizo sobre el agua; la rapidez que la
fugacidad del tema exigía condicionó el formato, la técnica e incluso el título,
condensado manifiesto de intenciones que dio nombre al grupo cuando, en 1874,
al mostrarse la obra en la primera exposición impresionista, el crítico Louis Leroy
empleó el término para referirse despectivamente, en Le Charivari, a quienes
hasta ese momento eran conocidos como el grupo de Manet. El primero de los
ismos modernos tenía ya denominación y Monet era considerado jefe del grupo.
De 1878 a 1881 el artista permaneció en Vétheuil, trabajando en la línea iniciada
en Argenteuil, sin participar en la quinta y sexta exposiciones impresionistas de los
años 1880 y 1881. Después de una estancia en Poissy, que se prolongó hasta 1883,
Monet, en compañía de su segunda esposa, Alice Hoschedé, se trasladó a
Giverny, donde vivió hasta su muerte. A partir de 1890 la pintura de Monet se
vuelve más compleja y la inmediatez y la euforia iniciales se transforman en
insatisfacción y melancolía, en un difícil intento por conciliar la técnica fresca y
expresiva de sus primeros años con búsquedas más profundas y ambiciosas que
podían prolongarse durante varios días, meses e incluso años, con la intención de
crear obras que encerraran una mayor complejidad: variaciones que en su
reiteración temática
permitieran enfatizar la
investigación de las
resoluciones formales.
Efecto de nieve (1891,
National Gallery of
Scotland, Edimburgo),
Almiares (1891, Museo de
Orsay, París) y Almiares,
puesta de sol (1890-1891,
The Art Institute, Chicago)
son obras que forman
parte de algunas de sus
primeras series. Sin
embargo, la más conocida es la que dedicó en 1892-1893 a la catedral de Ruán,
en la que se evidencia, de un modo poético y didáctico, cómo las variaciones de
la luz alteran la percepción del medio que modula esa energía, cómo la luz y color
constituyen fenómenos indisociables de la percepción humana. Monet pintó
cincuenta cuadros de la catedral, dieciocho de ellos del pórtico, y afirmó: "Podría
haber realizado cincuenta, cien, mil, tantos como segundos hubiera en su vida..."
Durante los últimos treinta años de su existencia, el artista trabajó en torno a su
jardín de agua de Giverny. En un prado vacío por el que pasaba un pequeño
arroyo construyó un exuberante jardín en el que un gran estanque, colmado de
nenúfares de todos los colores y rodeado por sauces y árboles exóticos, se cruzaba
por un pequeño puente, de forma ovalada, que aparecería en numerosas
pinturas de la época, como en El estanque de los ninfeas (1900, Museo de Orsay,
París) o la lírica composición titulada El puente japonés (1918-1924, Museo de
Orsay, París). Todo el tiempo y el dinero que Monet invirtió en la construcción de
este jardín se vio compensado por las pinturas que de él surgieron; el agua era
nuevamente un espejo cuya apariencia se modificaba con los efímeros e
imprevisibles cambios del cielo que en él se reflejaban. Allí nacieron también las
conocidas series de Ninfeas o nenúfares que, más tarde, se asociaron a las
aportaciones de Vasili Kandinsky, Paul Klee, Pablo Picasso y Georges Braque,
como símbolos del nacimiento de la abstracción en la pintura occidental, tras
largos siglos de predominio
de la representación
figurativa. Las Ninfeas:
paisaje acuático (1903,
Bridgestone Museum of Art,
Tokio), Nenúfares al
atardecer (1916-1922,
Kunsthaus, Zurich) o
Ninfeas (1919-1920, Museo
Marmottan, París) son
obras de gran formato
que, en cierto modo,
pueden ser contempladas
por el espectador
contemporáneo como
pinturas abstractas. Cézanne aludió a la capacidad del artista para captar
objetiva e inmediatamente la realidad. Sin embargo, su proceso creativo iba más
allá de la observación directa de la naturaleza, y empleaba la memoria visual
como recurso imprescindible para el acabado de sus composiciones. Las
imágenes que se forman en la memoria son percepciones, igual que las
determinadas por la visualización de las cosas, y entre ambas puede surgir, como
ocurrió en la pintura de Monet, una nueva concepción de la imagen pictórica de
la realidad. En sus últimas composiciones de lirios de agua, la forma está
prácticamente disuelta en manchas de color, lo que, de algún modo, resulta una
anticipación de lo que sería más tarde el arte abstracto.

Fuentes: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/monet.htm
IMPRESIÓN, SOL NACIENTE - CLAUDE MONET
Impresión, sol naciente es un cuadro del pintor francés Claude Monet, que dio su
nombre al movimiento impresionista. Se conserva en
el Museo Marmottan Monet de París. Pintado
aproximadamente en el año 1872, representa el
puerto de Le Havre, ciudad en la que Monet pasó
parte de la vida. La pintura fue robada del museo en
1985 y recuperada en 1990. Desde 1991 ha estado
de nuevo en exhibición.
A día de hoy está en Europa. El único canal de
exposición que tenían los pintores en la Francia del siglo XIX era el Salón de París,
vinculado a la Escuela de Bellas Artes, que contaba con un prestigioso jurado que
seleccionaba las obras enviadas. El escándalo de 1863 con la presentación del
Almuerzo en la hierba de Édouard Manet originó la creación del Salón de los
Rechazados, el cual tenía más éxito entre los jóvenes creadores que el oficial al
mostrar obras más modernas. Los pintores que se reunían en el Café Guerbois en
torno a Manet decidieron
crear un foro de exposición
diferente a los oficiales, en el
que pudieran mostrar sus
obras todos los artistas
independientes. Así surge la I
Exposición de la sociedad
anónima de artistas pintores,
escultores y grabadores que
tuvo lugar entre el 15 de abril
y el 15 de mayo de 1874 en
las salas que el fotógrafo
Nadar les prestó. Acudieron
3500 visitantes, que se rieron
de la pintura tan moderna
que contemplaban. A esa
exposición Monet presentó nueve cuadros, entre los que destacó esta obra. El
crítico Louis Leroy, inspirado por el título del cuadro, tituló su hostil crítica en el
periódico Le Charivari «Exhibición de los impresionistas», dando nombre
inadvertidamente al movimiento. Leroy escribió allí:
“Monet pintó el sol casi con la misma luminancia del cielo, una condición que
sugiere humedad alta y atenuación atmosférica de la luz. Este detalle descansa
sobre el uso de colores complementarios y variedad de temperaturas de color, en
lugar de cambios de intensidad o valores contrastantes, para diferenciar el sol del
cielo circundante. La pintura trata el valor de contraste simultáneo de los colores,
situando tonos cálidos sobre otros opuestos que permiten resaltar, en la retina del
espectador, unos tonos sobre otros. La vaporización será el elemento fundamental
que invade la superficie, destacando esa humedad que invade la obra y que
atenúa las tonalidades, es decir, el color se condiciona a esta atmósfera húmeda.
El principal objetivo al que intentaba llegar Monet con esta obra es provocar una
impresión en el espectador, por lo que nos encontramos con la importancia que
se atribuye al espectador en el impresionismo.”

DESCRIPCION DE LA OBRA:

Se trata de una pintura realizada a óleo


sobre lienzo, con pinceladas cortas,
gruesas, rápidas, luminosas, dinámicas,
y vigorosas. En esta obra Monet nos
muestra tres botes de remos que
navegan por el puerto de la Havre,
mientras al fondo, entre la niebla
matinal y la humareda de las
chimeneas de las fábricas, muelles del
puerto y las barcas sale el sol. Monet, al
intentar captar la atmósfera de la
naturaleza en un momento fugaz, en el
El incendio del Parlamento (1835). Monet
mismo instante, opta por no definir
pudo haberse inspirado en la obra de Turner
claramente el contorno de los botes y para crear Impresión, sol naciente.
todo se entremezcla con el humo de las
chimeneas y la bruma. La composición es simétrica ya que los reflejos del sol del
amanecer anaranjados dividen el cuadro en dos partes desiguales. En relación a
los colores predominan los fríos, destacando los tonos azules y grisáceos creando
así una tenue neblina que envuelve todo el lienzo. que contrastan con pequeñas
zonas cálidas anaranjadas del sol y sus reflejos siendo sustituido el tradicional
claroscuro. El gran protagonista del cuadro es la luz, el cuadro se ejecuta con
pinceladas sueltas y rápidas con el objetivo de captar el momento y los efectos
de luz, como en este caso los reflejos del sol naciente sobre el mar.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Impresi%C3%B3n,_sol_naciente

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