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BLOQUE 3: LAS VANGUARDIAS (30%)

El impresionismo. Principales Representantes: Claude Monet, Pissarro, Morisot,


Eduard Manet.

El Impresionismo es uno de los estilos pictóricos más influyentes de toda la Historia del
Arte. Constituyó un auténtico punto de inflexión en el panorama artístico de finales del siglo
XIX, de manera que París, donde se originó, será desde entonces la punta de lanza del arte
experimental.
En la década de 1840 la introducción de la fotografía cambia el modo en que los pintores
perciben el mundo y se perciben a sí mismos. En ese deseo de desvincularse de la tradición
pictórica destacan: Monet, Pisarro y Renoir. Los impresionistas aprendieron mucho acerca
del uso de los colores estudiando las obras de Delacroix. Al ofrecer diversas versiones de un
mismo estímulo con apariencias distintas, la fotografía animó a los impresionistas a
investigar sobre fenómenos perceptivos relacionados con el color, antes que a hacer estudios
descriptivos de la realidad. Para los impresionistas la experiencia personal, y cómo se sentían
sobre ella, era más importante que la propia realidad. (Pueden verse las series de Monet sobre
la catedral de Ruán, o las de Pissarro sobre el bulevar de Montmartre).
El Impresionismo parte de una serie de postulados e innovaciones:

• Primacía de la creación y la libertad temática como reacción a los contenidos


histórico-narrativos. El tema deja de tener importancia, convirtiéndose en trivial. Se plasma
en los lienzos la vida parisina, los espectáculos, las aglomeraciones, los efectos de la luz y las
sombras, los pavimentos mojados, las atmósferas interiores, etc

• Primacía de la luz en el cuadro. Esta luz es coloreada y abocetada.

• Se prefiere la pintura al aire libre ya que permite captar la visión momentánea y fugaz de
los efectos lumínicos y los reflejos de la luz en la superficie.

• No existen formas ni colores permanentes sino formas y colores mudables en función de


la luz que reciban, intentando plasmar en el lienzo no una imagen perfecta sino una impresión
de lo que se pinta.

• Importancia de los nuevos elementos y puntos de vista que ofrecen la ciencia y el progreso:
teoría de los colores de Chevreul (Ley de los contrastes simultáneos), aparición de la
fotografía (nuevos encuadres, huida de los puntos de vista únicos, etc.), aparición de los
lienzos industriales, los tubos de colores vivos, etc.

• Las sombras se colorean, se destierra el color negro de la paleta y se aplican los principios
de complementariedad de colores.
• Se usan colores puros aplicados en pinceladas planas, cortas y yuxtapuestas, de manera
que los colores y las formas no se mezclan en el lienzo, sino en la retina del espectador. La
paleta se reduce a los colores primarios y secundarios.

• Toma de conciencia de los nuevos tiempos, de la modernidad: vida y paisajes urbanos,


velocidad, fugacidad, disipación frente a solidez, permanencia, etc..

Cobra mucha importancia en la época la difusión de las estampas japonesas, que muestran
una pintura distinta, hecha en colores planos y nítidos y líneas claras.

Pese a su modernidad, el Impresionismo tiene una serie de precedentes:

- La Escuela de Barbizón. Esta escuela, y sobre todo su figura principal, Camille


Corot (1796-1875), se centraron en la pintura rápida al aire libre (plein aire),
destacando la luminosidad y los contrastes tonales en perjuicio del detalle y la
precisión técnica.
- Los paisajistas románticos ingleses, como William Turner (1775-1851), con su
tratamiento de las atmósferas y la fugacidad del movimiento plasmadas en Lluvia,
vapor y velocidad (1844) o John Constable (1776-1837), con la pincelada abocetada
y suelta de paisajes de la campiña inglesa (El carro de heno, 1821).
- Édouard Manet (1832-1883), con su tratamiento de las superficies en forma de
pinceladas amplias y planas y falta de interés por el tratamiento correcto de la
perspectiva lineal.

De entre la pléyade de pintores que se adscribieron a la nueva moda destacan:

● Édouard Manet (1832-1883).


Sin él no habría impresionismo, movimiento que copió su novedosa técnica y sus
inéditas temáticas.
Siguiendo a los grandes maestros de la pintura, se copió prácticamente todo el
Louvre, pero le gustaba el Barroco Español, así que viajó a este país, donde pudo ver
directamente las obras de sus admirados Murillo, Zurbarán y sobre todo, Diego
Velazquez.
Manet era una especie de neo-tenebrista españolizado, pero en un momento dado
descubrió la luz, y su efecto en la vida urbana moderna. Empieza a desarrollar una
técnica ligera y brillante, que influirá en los impresionistas que encumbraron a
Manet como líder.
Pero Manet no quiso saber nada de movimiento alguno. Era libre y así siguió hasta
sus últimos días, abriendo puertas que llevarían a la pintura moderna. Bien conocido
era por su carácter rebelde, controvertido e irascible.
Dos de sus obras son esenciales en la comprensión de su influencia sobre el grupo.
En Almuerzo sobre la hierba, Manet presenta un bodegón. Pese a que las figuras
representadas son humanas, el autor trabaja el cuadro como si fuera una naturaleza
muerta. Esto se evidencia por la ausencia de conexión de unos personajes con otros,
tres personajes van vestidos mientras que el cuarto está desnudo; las miradas nunca se
encuentran aunque haya un personaje hablando y la disposición en primer (cesta y
comida), segundo (grupo) y tercer término (mujer en el agua) es meramente
compositiva. Este trabajo influenciará a los impresionistas en la desatención del
modelo y de la narración.
El bar del Folies-Bergère evidenciará el deseo de tratar los fenómenos lumínicos al
introducir un espejo al fondo que refleja toda la profundidad de la sala y las grandes
lámparas de araña, iluminación artificial que crea una luz difusa y menos directa y,
por tanto, más difícil de pintar, recordándonos a las escenas festivas de Renoir.

● Claude Monet (1840-1926).


Fue el aglutinante del grupo y quien le dio nombre con una de sus pinturas
(Impresión, sol naciente, de 1872). Solía pintar del natural, con técnica propia
consistente en pinceladas yuxtapuestas menudas, rapidísimas y en forma de coma.
Son famosas sus series, en las que intenta captar la luz reflejada en cada instante.
Entre las más importantes podemos mencionar El montón de heno, La estación de
Saint Lazare, la Catedral de Rouen o los Nenúfares, donde Monet se llegó a
aproximar a la abstracción, aunque nunca quiso dar el salto.

● Pierre Auguste Renoir (1841-1919).


Se trata de la cara más amable del grupo de los impresionistas, con sus cuadros
plagados de escenas festivas del París de su tiempo. En sus obras destaca el colorido y
el optimismo, y, sobre todo, el juego de luces y sombras en la piel y la ropa de sus
personajes. Su pincelada es, como en todos los impresionistas, yuxtapuesta, pero la
alarga a veces en forma de línea, lo que da a sus lienzos aspecto de haber sido
pintados al pastel. Sus mejores obras son retratos de grupo muy movidos, como El
almuerzo de los remeros (1881), o escenas de género, como Baile en el Moulin de la
Galette (1876). Al final de su vida se desencantó del Impresionismo y regresó
parcialmente al academicismo recuperando el claroscuro, aunque el colorido siguió
siendo vibrante y explosivo.

● Edgar Degás (1834-1917). Aunque fue quizás el mejor pintor impresionista en


captar las atmósferas interiores y el movimiento, jamás se consideró a él mismo como
un pintor impresionista, sino clasicista. Sin embargo, era capaz de pintar la fugacidad
de la luz en el aire y el reflejo de esta en cualquier superficie. Llegó incluso a crear
pequeñas esculturas de bailarinas donde lo más importante es el contraste lumínico en
la superficie de las piezas. Adinerado y de vida acomodada, Degás representa el
mundo elitista de la burguesía parisina, con sus escenas de ballet, de carreras de
caballos, etc. Utiliza puntos de vista antiacadémicos y de gran influencia de la
fotografía (horizontes muy bajos, vistas picadas y contrapicadas, planos cortados,
etc.), y su estilo se asemeja a la pintura al pastel. Sus mejores obras presentan el
mundo del ballet, como La clase de ballet (1874).
● Mary Cassatt (1844-1926). Excelente grabadora y pintora estadounidense, vivió en
París durante el periodo Impresionista, donde conoció a Degás, quien fue su mentor.
El estilo de Cassatt pasó por una etapa impresionista tras un inicio academicista, pero
con la madurez, debido a su condición femenina, se tuvo que conformar con temáticas
domésticas. De hecho, sus mejores obras, como el pastel Maternidad (1890),
presentan escenas intimistas de carácter familiar.

● Berthe Morisot (1841-1895). Pionera del impresionismo, ya en 1875 desarrolló una


técnica rápida de captación de impresiones que causó gran impresión y una pequeña
revolución en la forma de trabajar de sus compañeros de estilo varones. Casada con
Eugene Manet, hermano del pintor, tuvo la fortuna de ser apoyada por su esposo en
todo momento, por lo que pudo participar en pie de igualdad en casi todas las
exposiciones de los impresionistas en París, aunque sería relegada de la Historia del
Arte por el hecho de ser mujer, ya que, como Cassatt, solía pintar escenas familiares,
algo visto como secundario y anecdótico dentro del machismo imperante en su
tiempo. Una de sus mejores obras es Día de verano (1879).

● Marie Bracquemond (1840-1916). Pintora de excelente técnica y formación,


trabajaba sus cuadros con minuciosidad y realizaba estudios y bocetos antes de
acometer la obra. Aunque sus trabajos tenían una excelente acogida y llegó a exponer
en algunas muestras impresionistas, siempre se se encontró con el rechazo de su
marido y dejaría de pintar de forma abierta al público de manera temprana. Una de sus
mejores obras es En la terraza de Sévres (1880).

● Alfred Sisley (1839-1899). Pintor francobritánico, es quizás el que más se dejó


influenciar por el arte japonés, sobre todo de las estampas de Ukiyo-e de Hiroshige y
Hokusai. Fue el gran maestro de los celajes y de los reflejos de las grandes superficies
de agua, como en Inundación en Port-Marly (1876).

● Camille Pissarro (1839-1899). De nacionalidad danesa, suele ser considerado como


uno de los pintores impresionistas más puros. Su pincelada es minúscula y muy
contrastada, de manera que sus lienzos son una suerte de campo de puntos de color.
Fue teórico del anarquismo y un enamorado de la vida sencilla, por lo que su temática
favorita era la vida rural francesa, pintando tanto campesinos como paisajes, escenas
de cosecha, etc., aunque también, como Monet, hizo series sobre paisajes urbanos,
como sus vistas del Boulevard Montmartre (1897).

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Los pintores posimpresionistas: Cézanne y Van Gogh.

Es un término histórico-artístico que se aplica a los estilos pictóricos de finales del siglo XIX
y principios del XX posteriores al impresionismo. Este término engloba diversos estilos
personales, planteándolos como una extensión del impresionismo y a la vez como un
rechazo a las limitaciones de éste.

Pese a lo experimental del Impresionismo, el movimiento se agotó pronto dando lugar, por
evolución, a múltiples escuelas que serán a su vez el germen de las llamadas vanguardias
históricas de inicios del siglo XX. En el mismo seno del Impresionismo surgieron pronto
personalidades que quisieron dar un paso más allá, porque lo que en un momento fueron un
conjunto de ideas y técnicas novedosas, pronto se llegó a un cansancio donde cada cuadro se
parecía a los demás como gotas de agua.

Sin embargo, no por ello se abandonaron los avances del Impresionismo, porque a partir de
ahora las conquistas del Impresionismo pasaron a formar parte de lo normativo, usando
con normalidad la pincelada yuxtapuesta, los colores en tonos puros, el claroscuro construido
con color, la temática sacada de la vida cotidiana, o las sombras coloreadas.
Surgió así lo que ha venido en llamarse Postimpresionismo, como una reacción al
Impresionismo, englobando algunos pintores muy diferentes entre sí, pero con algunos
puntos en común:

- Partían del Impresionismo, del que heredaron técnicas y temáticas, pero en el que se
encontraron con un callejón sin salida.
- Recuperaron el dibujo y la línea de contorno que define los objetos.
- Experimentaron un gran influjo de la estampa japonesa o Ukiyo-e.
- Utilizaban colores vivos
- Aplicación compacta de la pintura
- Pinceladas distinguibles
- Temas de la vida real
- Fueron incomprendidos en su momento, creadores puros que no alcanzaron en vida
el éxito profesional y se adelantaron a algunas vanguardias del siglo XX.

El nombre fue acuñado a partir de la exposición conjunta de la obra de Van Gogh,


Cézanne y Gauguin que tuvo lugar en Londres en 1910. De hecho, no podemos hablar de
unidad de estilo, sino de pintores a título individual.

● Paul Cézanne (1839-1906).


Considerado como uno de los pintores precursores del cubismo, pretendió devolver
a la pintura la prestancia de los volúmenes rotundos sin recurrir a recursos como el
claroscuro o la unidad perspectiva, dando a su pintura una solidez descriptiva de los
objetos reducidos a planos de color y figuras geométricas que dotan a sus pinturas,
paradójicamente, de gran realismo. Geometrizó sus composiciones hasta el punto de
adelantarse al Cubismo, tanto más cuanto no usaba con rigidez la perspectiva
unifocal, sino que prefería plasmar en el lienzo la sutil diferencia entre la visión de
cada uno de los dos ojos. En cuanto al volumen, además de intentar reducir las formas
a cuerpos geométricos, recurría a los contrastes entre tonos fríos y cálidos para
construirlo.
Se interesó por resaltar las cualidades materiales de la pintura, representando seres
vivos y paisajes, volúmenes y relaciones entre superficies. Su interés por las formas
geométricas y la luz prismática inherente en la percepción de la naturaleza anticipó
los experimentos del cubismo.

Bañistas (Las grandes bañistas, 1906): Cézanne pintó reiteradamente bañistas,


renovando el tema de la mujer en el baño, haciendo de él una construcción moderna.
Así lo hizo a partir de la década de 1870, en cuadros en los que los personajes se
funden con la naturaleza que los rodea.
El tratamiento que da a los desnudos en un paisaje es completamente distinto al de los
maestros de siglos precedentes como Tiziano o Poussin. No se trata aquí de figuras
mitológicas o literarias. Tampoco las representa según los cánones de la anatomía
tradicional. Pinta a las bañistas en diversas posturas: unas de pie, otras sentadas, otras
tumbadas. Los cuerpos y sus poses están reducidos a elementos vivos que están ya
cercanos a la abstracción, y lo mismo cabe decir del paisaje. Las bañistas se integran
en la naturaleza que las rodea.
Utiliza la técnica del «passage» o transición de color. Del verde oscuro se pasa a verde
claro y de éste al amarillo.

Los jugadores de cartas (1892-1895): es una serie de cinco cuadros sobre el tema de
la partida de cartas, que realizó el pintor francés Paul Cézanne entre 1890 y 1895
En sus paisajes, intentó conseguir una síntesis ideal de la representación naturalista, la
expresión personal y el orden pictórico. Ordenaba estructuralmente todo lo que veía
en formas simples y planos de color.

En sus bodegones (1895-1900), Cézanne se esforzó por comprender y reflejar la


complejidad de la percepción visual humana. Quería ofrecer una visión auténtica de la
realidad, y para ello observa los objetos desde distintos puntos de vista, lo que le lleva
a representarlos desde perspectivas diferentes simultáneamente.
“Todo en la naturaleza se modela según la esfera, el cono, el cilindro. Hay que
aprender a pintar sobre la base de estas figuras simples; después se podrá hacer todo
lo que se quiera.”

Impacto en el arte posterior: Puede decirse que Cézanne crea el puente entre el
impresionismo del siglo XIX y el nuevo estilo de principios del siglo XX, el
cubismo.
Durante muchos años la obra de Cézanne sólo fue conocida por sus antiguos colegas
impresionistas y por unos cuantos artistas jóvenes radicales de la línea del
postimpresionismo. La retrospectiva de Cézanne de 1907 en el Salón de Otoño
impactó grandemente la dirección que tomó la vanguardia parisina, dando crédito a su
posición como uno de los artistas más influyentes del siglo XIX y al advenimiento
del Cubismo. Fueron las exploraciones de Cézanne de simplificación geométrica y
fenómenos ópticos las que inspiraron a Picasso, Braque, Gris, y otros para
experimentar con múltiples visiones aún más complejas del mismo tema, y, con el
tiempo, a la fractura de la forma. Hay una frase, atribuida tanto a Matisse como a
Picasso, según la cual «Cézanne es el padre de todos nosotros». Matisse admiraba su
utilización del color y Picasso desarrolló la estructura de la composición plana de
Cézanne para crear el estilo cubista.

● Vincent Willem van Gogh (1853-1890).


Se aproximó a la naturaleza con vigorosas pinceladas coloristas, evocadoras de las
emociones internas del artista. Su experimentación subjetiva. Vincent van Gogh
produjo toda su obra (unas 900 pinturas y 1600 dibujos) durante un período de
solamente 10 años (etapa de 1880-90) hasta que sucumbió a la enfermedad mental
(posiblemente un trastorno bipolar o una epilepsia) y que marcó tanto su
personalidad como su obra. Decidió ser pintor cuando tenía 27 años y siempre quiso
reflejar la vida en sus obras. Su carrera pictórica está marcada por los lugares donde
vivió y trabajó.
Así se aprecia en la primera etapa de los Países Bajos (1880-1886), donde la
pintura tradicional y popular de este país, exclusivamente en colores terrosos,
fueron lo que más influyó en obras como Los comedores de patatas y las pinturas
sobre los tejedores. Realizó numerosos dibujos de mineros, de personajes populares
y copió obras de su pintor favorito Millet.

Etapa impresionista
La siguiente etapa, en París (1886-1887), es la que le pone en contacto con los
impresionistas que pretendían romper con el academicismo de la época, con el
traslado a la pintura de las impresiones de sus sentidos mediante la observación de la
naturaleza. En París, conoció pintores como Henri de Toulouse-Lautrec y Paul Signac,
descubrió una nueva percepción de la luz y el color, aprendió la división de las gamas
claras y los tonos y mostró una simplificación a la vez que una mayor intensidad en el
tratamiento de los colores. En esta época empezó a copiar láminas japonesas, siendo
uno de los pintores europeos a los que más influyó este tipo de pintura.

Etapa posimpresionista
Quizá Van Gogh representó mejor el posimpresionismo, estilo que sucedió
aproximadamente en un periodo entre 1885 y 1915. Representó una vía divergente del
impresionismo, donde los pintores hacen de la vida cotidiana su tema principal. Este
término fue utilizado por primera vez en 1910 por Roger Eliot Fry; surge del título
que dio a la exposición de la Grafton Gallery en Londres: «Manet y los
postimpresionistas». Fue utilizado por artistas como Cézanne, Van Gogh y Seurat
pero a veces también por otros artistas de la gran década impresionista (1870-1880)
como Matisse y Pierre Bonnard.

Etapa precursora expresionismo y fauvismo


Su obra destaca por el uso del color y una técnica frenética que contiene algunos
trazos del expresionismo. Van Gogh y Gauguin tenían técnicas diferentes; Gauguin
acostumbraba a pintar normalmente en el taller de memoria y Van Gogh necesitaba
siempre copiar in situ, fuesen paisajes o un modelo. Su temperamento exaltado quiso
demostrarlo por la vía del color.
Los inicios del expresionismo aparecen durante las dos últimas décadas del siglo XIX,
en la obra de Van Gogh, La italiana de finales de 1887, y en la de Edvard Munch
(autor de El Grito) y, en otro nivel, en la del belga James Ensor (autor de La entrada
de Cristo a Bruselas). Una tendencia a la que contribuiría Van Gogh, después de su
llegada en 1888 a Arlés, donde el choque con la luz del sur, le empuja a la conquista
del color, con obras como La noche estrellada y Los Olivos de Saint-Rémy (1889).
Las pinturas del periodo de Saint Rémy de Provenza, se caracterizan en general por
remolinos y espirales. Desde la dramatización de las escenas de sus primeros
trabajos, a la simplificación que caracterizó sus últimas obras, en las que Van Gogh ya
anuncia el comienzo del expresionismo. Se tuvo que esperar hasta agosto de 1911,
cuando el crítico de arte Wilhelm Worringer fue el primero en hablar del
expresionismo.

Vida y obra de Van Gogh:


Nació el 30 de marzo de 1853 en Groot-Zunder, hijo de un pastor protestante
holandés. Con 27 años ya había trabajado en una galería de arte, dado clases de
francés y estudiante de teología y evangelizador entre los mineros de Wasmes, en
Bélgica.
Sus experiencias como predicador se pueden observar en sus primeras composiciones
sobre campesinos, de las cuales la más conocida es la tosca y directa Los comedores
de papas, uno de los diez únicos grabados que el pintor hizo a lo largo de su carrera.
Oscuras y sombrías, a veces descarnadas, sus primeras composiciones ponen en
evidencia el intenso deseo de expresar la miseria y los sufrimientos de la humanidad
tal y como él los vivió entre los mineros de Bélgica.
En 1886 viaja a París para vivir con su hermano Théo van Gogh, que era marchante
de arte, y allí se familiarizó con los nuevos movimientos artísticos que estaban en
pleno desarrollo. Recibió gran influencia de la obra de los impresionistas y por la de
los grabadores japoneses, comenzó a experimentar con las técnicas de la época. Más
adelante adoptó los brillantes matices pictóricos de artistas franceses como Camille
Pissarro y Georges Seurat.
En 1888 abandonó la capital francesa para trasladarse a Arlés al sur de Francia con la
esperanza de atraer allí a algunos de sus amigos y fundar con ellos un Taller de
Mediodía. Bajo el sol ardiente de la Provenza, pintó escenas rurales, cipreses,
campesinos y otras características de la vida de la región.
Empezó a utilizar las pinceladas ondulantes y los amarillos, verdes y azules
intensos relacionados con obras tan conocidas como Dormitorio en Arles y Noche
estrellada. Para él todos los fenómenos visibles, los pintara o los dibujara, parecían
estar dotados de una vitalidad física y espiritual. Logró contagiar su entusiasmo al
pintor Paul Gauguin, al que había conocido en París, para que fuera a verle a Arles.
Tan sólo les duró dos meses la paz y la armonía ya que después empezaron a tener
violentos enfrentamientos que culminaron en una pelea en la que Van Gogh, fuera de
sí, amenazó a Gauguin con una navaja; esa misma noche, sumido en un profundo
remordimiento, Van Gogh se cortó parte de la oreja. Pasó algún tiempo internado en
un hospital de Arles y un año en el manicomio de Saint-Rémy, situado en esa
misma región. Durante ese periodo siguió trabajando entre los varios ataques de
locura que sufrió. Más tarde pasó tres meses en Auvers atendido por un médico
cordial cuyo retrato pintó El doctor Paul Gachet.
Inmediatamente después de acabar su inquietante Trigal con cuervos, se disparó un
tiro en el estómago el 27 de julio de 1890. A pesar de su herida se arrastró de vuelta a
la casa en Auvers-sur-Oise, donde murió dos días después en brazos de su hermano
Theo. Realizó cerca de 750 cuadros y 1600 dibujos.

● Eugène Henri Paul Gauguin (1848-1903).


La obra de Gauguin está considerada como una de las más influyentes en la pintura
del siglo XX. Fue un pintor muy experimental que, a partir del uso muy potente de los
colores puros aplicados en grandes superficies delimitadas por una línea neta de
contorno, supo plasmar en sus cuadros no solo la apariencia física sino también el
propio espíritu de lo representado. Se suele enmarcar a Gauguin en el Sintetismo,
tendencia que tiene en cuenta no solo la apariencia física del objeto, sino también los
sentimientos que evoca en el pintor y el estilo de este, haciendo una síntesis de los tres
elementos (apariencia, emoción y estilo). Fue un enamorado del arte precolombino,
africano y asiático, llegando a emigrar a la Polinesia, donde pretendía encontrar un
paraíso entre gentes sencillas y despojadas de toda maldad, y donde produjo algunas
de sus mejores obras, como Arearea (1892), más conocida como El perro rojo.

● Georges-Pierre Seurat (1859-1891). Pionero del puntillismo, sus mejores obras son
Un baño en Asnieres (1884) y Tarde de domingo en la Gran Jatte (1885).

● Paul Signac (1863-1935). Amigo y continuador del estilo de Seurat, sus mejores
obras son paisajes y escenas de género en interiores burgueses, como El desayuno
(1886).

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La escultura de Rodin.

La escultura de Auguste Rodin se produjo a finales del siglo XIX y principios del XX, en un
momento de importantes transformaciones sociales, culturales y políticas en Occidente. En
Europa, la Revolución Industrial estaba cambiando la forma en que se producían y se
consumían los bienes, y se estaban poniendo las bases para la Primera Guerra Mundial.
En este contexto, el arte experimentaba una profunda transformación, con la emergencia
del modernismo y la búsqueda de nuevas formas de expresión.
La escultura experimentó un gran auge durante todo el siglo XIX, ya que gracias a las
academias se desarrollaron escuelas nacionales cuya principal característica fue la
inspiración en el Clasicismo. Son tantos y tan excelentes los grandes escultores que es
imposible un estudio detallado de cada uno o de las particularidades de su escuela (foco con
características comunes en un lugar y época determinados).
A finales del siglo XIX aparecen en escena una serie de grandes genios que revolucionaron la
escultura a partir de los descubrimientos tanto de los realistas como de los impresionistas. El
más importante de todos ellos fue Rodin.

Nació en París y estudió en la Escuela de Artes Decorativas y la Escuela de Bellas Artes


de París, pero no tuvo mucho éxito en su carrera temprana.
Viajó a Italia, donde se sintió atraído por el tratamiento del movimiento y la acción muscular
en las obras de los escultores del Renacimiento, Donatello y Miguel Ángel (el fuerte
impacto de la terribilitá de Miguel Angel se aprecia en toda su obra).

● Rompe con todos los cánones académicos.


● Temas que esculpe:
○ El desnudo como soporte de los estados anímicos, en todas las posturas y
tamaños.
○ Hombres y mujeres; humaniza la escultura
○ El placer sexual, las pasiones
○ Las manos.
○ Retratos
● Técnica impresionista, Sensación de piezas inacabadas. Contornos difusos.
● Pretende esculpir el interior de ahí que distorsione las esculturas.
● Utilizó la técnica del vaciado, hacía los borradores en barro, los moldes en yeso y
luego fundía el bronce.
● Gran protagonismo de la masa y el volumen.
● Talla superficies muy contrastadas: rugosas/pulidas
● Utiliza líneas abiertas
● Fuerte expresividad, lo observamos en:
○ Multiplicidad de los puntos de vista (obliga al espectador a girar y
detenerse)
○ Fuertes contrastes lumínicos, cambios bruscos de luces y sombras
○ Transmite a través de su modelado pasiones, sentimientos.
● Recibe influencias sobre todo de Miguel Ángel (la terribilitá) y también de los
artistas Barrocos.
● Será un referente para los escultores modernistas y para las vanguardias.

La edad de bronce. Para Rodin, la belleza en el arte consistía en una representación


fidedigna del estado interior, y para lograr este fin a menudo distorsionaba sutilmente la
anatomía.
Manos de amantes, obra de 1904. Esculpidas en mármol blanco, las dos manos se acarician
con gran sensualidad. Con ellas, Rodin alcanza la máxima depuración formal. Las manos
eran uno de los temas favoritos del artista. Cuentan que tenía montones de ellas en su taller.
De todos los tamaños y de ambos sexos. En esta escultura se puede apreciar la influencia de
Miguel Ángel en el tipo de bases que utiliza para sus piezas. Son soportes que dan una idea
de inacabado, forma de decir: ahí lo dejo. Rodin dejaba sin acabar las partes menos
significativas para centrarse en las más comunicativas, jugando con efectos como el pulido
contrastado con extensas áreas sin desbastar que recuerdan al non finito de Miguel Ángel,
aunque multiplicado. El non finito es especialmente evidente en Fugit de amor, una obra en
la que un hombre y una mujer están fundidos en un abrazo. Una escultura que es necesario
rodear totalmente para poder aprehenderla en todos sus detalles. El escultor francés dotaba a
su trabajo de gran fuerza psicológica expresada a través del modelado y la textura. En el arte
de Rodin se funden una técnica impresionista, que con la rugosidad de las superficies y la
multiplicación de planos obtiene efectos de luz, la profundidad vital y la fuerza colosal que
anima las figuras.

El beso, es una representación visual del amor en la que una fuerza interna une en audaces
enlaces y abrazos a seres que así manifiestan la expansión de su energía vital, de la felicidad
compartida. 1888 – 1889. Esta desmitificación y la representación del amor como parte del
comportamiento de todo ser humano provocó una fuerte reacción en sus contemporáneos que
juzgaron como crudamente realista e impúdica a El Beso (escena aceptada y gozada siempre
que se diera un contexto mítico o literario)

Las puertas del infierno (1880-1917) La puerta representaba principalmente escenas del
Infierno, la primera parte de la Divina Comedia de Dante. Aunque Rodin no completó las
Puertas del infierno, creó modelos y estudios de muchos de sus componentes escultóricos,
siendo todos ellos aclamados como obras independientes.

El pensador es una de las obras en la que la influencia de Miguel ángel se refleja con mayor
intensidad. La enérgica concentración del rostro y de los músculos tensos y las manos
fornidas, recuerdan al gran maestro florentino

Los burgueses de Calais, 1889. Anuncia las vigorosas deformaciones del Expresionismo,
anticipando con sus formas sarmentosas y sus expresiones enigmáticas algunos de los
caminos que la escultura recorrerá en el siglo XX; esta escultura es un monumental grupo en
bronce en el que se representan personajes históricos con gran diferenciación psicológica.

Camille Claudel:
Colaboraría con Rodin en la ejecución de dos de las obras más célebres del escultor: Los
burguese de Calais y Las puertas del infierno, una de las obras magnas de su autor, de más
de seis metros de altura y con más de 200 figuras en su composición, considerada una de las
más extraordinarias muestras del impresionismo escultórico de todos los tiempos. Durante
todo aquel tiempo, Camille trabajó arduamente como ayudante y modelo de Rodin, la
mayoría de las veces a expensas de su propio trabajo; y es que la alumna se había enamorado
irremediablemente del maestro.
Durante casi diez años, Rodin y Camille trabajaron codo con codo, influyéndose e
inspirándose uno a otro, y creando algunos de sus mejores trabajos ugit Amor, en el caso de
Rodin; Sakountala, en el de Camille. Sin embargo, su relación pasional era cada vez más
tormentosa, debido al maltrato psicológico al que el escultor sometió a su joven amante; no
sólo la humillaba y menospreciaba como artista, también se exhibía con otras mujeres ante
ella.

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Pablo Picasso.

(INTRODUCCIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN)

El panorama artístico del paso del s. XIX al s. XX era de los más variado: se había
desarrollado el Neoimpresionismo, el Simbolismo y Postimpresionismo; se daban los
primeros pasos expresionistas y al mismo tiempo, jóvenes artistas como Matisse, Paul Klee,
Kandinsky o Kirchner comenzaban a abrir nuevos caminos. El arte del s .XX supone unos
cambios profundos que pueden sintetizarse del siguiente modo:

• Creación de nuevos lenguajes acordes con las nuevas transformaciones que se daban en
todos los ámbitos. Estos lenguajes van a construir una vía de protesta ante un mundo que no
satisfacía a intelectuales ni a artistas, y apostaban por un cambio.
• Las tendencias artísticas se suceden velozmente e incluso se solapan.
• París es epicentro artístico hasta después de la II Guerra Mundial que se traslada a
EEUU.
• Cambia el concepto de arte y de artista, cambia la función del espectador y aparece el
mercado del arte, el merchandising y la especulación.
• Se rompen los elementos de la pintura tradicional, cambiando el concepto de realidad
como imitación de la naturaleza.

En este ambiente de efervescencia cultural, cuyo epicentro fue París, va a destacar uno de los
principales artistas del s. XX y de la historia de la pintura: Pablo Picasso.

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Nació en Málaga en 1881, su padre era profesor de arte y su madre modista. Con 14 años
comenzó a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona y más tarde en la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. A principios del siglo XX se trasladó
a París, donde se hizo conocido por ser uno de los fundadores del cubismo, junto con Georges
Braque. Tuvo muchas relaciones y se casó dos veces. Finalmente murió en 1973 con 91 años
en Francia.
Destacó en pintura, ilustración de libros, cerámica, escenografía, escultura, grabado… En
escultura, introdujo el uso de los vacíos y pionera de la técnica del ensamblaje, acoplando
objetos para crear una realidad nueva, como en su Cabeza de toro, con un sillín y manillar
viejos de una bicicleta.

Aunque es conocido internacionalmente por su época cubista, su obra experimenta una


evolución continua a lo largo de su vida. Empezó con un estilo académico, luego se dejó
llevar por el expresionismo y posimpresionismo vigentes en París a comienzos del XX. Tras
esto, se metió de lleno en el cubismo, al que le siguió una vuelta al realismo, un periodo
surrealista y una etapa final en la que desbordó su creatividad. Pintó más de 2000 obras,
repartidas por diferentes museos en Europa y todo el mundo.

→ Formación: hasta 1900


Pese a nacer en Málaga, su formación académica se inició en Barcelona. Sus primeras obras
académicas, como La primera comunión (1895) y Ciencia y caridad (1897) dejan ver ya su
talento como pintor. Hacia 1899, después de un intento de proseguir estudios en Madrid,
regresa a Barcelona, donde se integra en el ambiente modernista de la cervecería Els Quatre
gats e inicia su acercamiento a la pintura postimpresionista, sobre todo después de su visita a
París en 1900 para visitar la Exposición Universal.

→ Periodo azul: 1901-1904


La pintura de Picasso da un vuelco, influido por la obra de su amigo Isidre Nonell, de quien
aplicará en sus cuadros técnica y temática, como en La espera (Margot), de 1901. Ese mismo
año su vida da un giro tras el suicidio de su amigo. Con El entierro de Casagemas se inicia el
llamado periodo azul, por el predominio de dicho color, con la representación sobre todo de
la figura humana, que Picasso, lleno de dolor, representa en actitudes tristes, melancólicas o
desoladas, con un toque expresionista al alargar los miembros y aislar a los personajes en su
soledad. La mejor obra del periodo es La vida (1903). Destacan otras como La celestina o El
viejo guitarrista.

→ Período rosa: 1904-1906


En 1904 se traslada de forma definitiva a París. El ambiente de Montmartre hace que su
paleta se aclare, utilizando colores cálidos y tonos pastel, destacando el rosa. Su dibujo va
haciéndose cada vez más esquemático y geométrico. Los temas se hacen más alegres,
representando con dibujo definido y formas alargadas personajes del mundo de la farándula o
del circo, como gitanos, acróbatas, arlequines, etc. En La familia de saltimbanquis (1905) ya
se aprecia el cambio con respecto a la etapa anterior. Destacan Familia circense o Gran
holandesa.

→ Etapa cubista: 1906-1915


Desde 1906 inicia un nuevo camino. Es en este año cuando acaba el Retrato de Gertrude
Stein y en los años siguientes, influido por Cézanne y por el arte primitivo y africano, así
como el arte egipcio, la escultura ibérica y el arte griego arcaico. Así empieza a desarrollar
junto a Braque el nuevo estilo cubista. Su punto de partida es Las señoritas de Avignon
(1907), donde los rostros de las prostitutas presentan una clara influencia de las máscaras
africanas o de las damas íberas. Este cuadro le abre una alternativa al Fauvismo y
Expresionismo del momento, pero que, al contrario de estos, valora la pintura como medio
objetivo para interpretar el mundo. Rompe con el realismo y utiliza planos angulares sin
fondo ni perspectiva, rompiendo definitivamente con la pintura tradicional. Tratando las
formas de la naturaleza a través de diversas formas geométricas.
En 1907 George Braque se alía con Picasso para desarrollar el nuevo lenguaje cubista, cuya
evolución pasa por dos fases:

CUBISMO ANALÍTICO.
Basado en el análisis de la realidad mediante su descomposición en elementos geométricos
que luego se reorganizan en el cuadro en multitud de quebraduras. En Pan y Frutero sobre la
mesa el color sigue siendo importante; en Hombre con clarinete, pese a la maraña de planos
analíticos, tiene gran claridad estructural y la música como tema acentúa la concepción
mental del Cubismo. Buscaba una pintura pura, inspirándose en los objetos de su taller desde
una perspectiva intelectual.

CUBISMO SINTÉTICO.
Entre 1912 y 1914, Picasso y Braque introducen en sus lienzos elementos plásticos para crear
collages, que mezclan con dibujo y óleo creando bodegones, retratos y naturalezas muertas
(Naturaleza muerta con rejilla). Impactó en la escultura, donde algunos ensamblajes fueron
fundidos en bronce y luego policromados, como la Copa se asenjo.
Picasso nunca abandonó el Cubismo, reapareciendo en épocas posteriores: Los 3 músicos
(1921) o La danza (1925), donde anticipa la ambigüedad de formas que utilizará en el
Surrealismo.

→ Período neoclásico: 1916-1925


En 1916 viaja a Roma y entra en contacto con los ballets clásicos rusos, para los que crea
decorados y vestuarios y conoce a Olga Koklova.
Es una especie de “vuelta al orden”, se replantea su estilo y regresa al arte clásico y al
realismo, sorprendiendo a la crítica y al público. En 1916 pinta Retrato de Apollinaire, muy
académico, como otro de Jean Cocteau, al mismo tiempo que realiza obras de diversos
estilos. Abandona el cubismo, pero sus figuras seguirán teniendo cierta geometrización, como
Las bañistas (1918). Destacan también Olga Koklova en su sillón, Pablo de arlequín.

→ Periodo surrealista: 1925-1934


En este momento entra en una etapa convulsa en lo personal, marcada por sus incontrolables
impulsos sexuales y la polarización política en Europa.
Sin formar parte del grupo, en 1925 conoce a Breton y a Elouard e inicia una serie de cuadros
de bañistas con trasfondo surrealista, donde las figuras aparecen distorsionadas y añade
símbolos de contenido sexual como la mantis religiosa: Bañista sentada (1930), Figuras a
orillas del mar (1931), El sueño (1932). También aparece con recurrencia el Minotauro.
→ Etapa expresionista:
En determinados momentos de su trayectoria se desenvuelve en un lenguaje en el que las
figuras se distorsionan y quebrantan. Estos rasgos son patentes en momentos dramáticos
como la Guerra Civil, en la que se posicionó en el bando republicano, cuyo gobierno le
encargó en 1937 la decoración para el Pabellón de España de la Exposición de París. En el
Guernica hace una denuncia al Fascismo utilizando como temática el bombardeo alemán
sobre la población de Guernica. Es también significativa Mujer llorando (1937) o las obras
que realiza durante la II Guerra Mundial como Pájaro y gato o Cráneo de buey.
La carga expresionista reaparece en los años 50 en el contexto de la Guerra Fría (Matanza de
Corea), pero también en los años de soledad que vive tras la ruptura con Francois Gilot,
momento en el que pinta sus series Ateliers (1956) y Las meninas y la vida (1957).

→ Última etapa: 1960-1973


Su producción será muy extensa, abarca desde el grabado en linóleo y al aguafuerte, hasta la
cerámica y la escultura. En estos años su principal rasgo es su libertad de ejecución, pasando
desde la recreación de los grandes maestros clásicos (Cranach, Manet o Velázquez) como
Desayuno en la hierba (1960) o Las Meninas hasta el expresionismo caricaturesco y el puro
colorido jovial de El pintor y la modelo (1963).
Su reconocimiento fue ilimitado, lloviéndole los encargos públicos como La caída de Ícaro
para el edificio de la UNESCO en París la La Guerra y la Paz, para la capilla de Vallauris.
Aún en vida se fundaría el Museo Picasso de Barcelona en 1963. Actualmente contamos
también con el de Barcelona y el de Málaga.

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