La evolución de la mercadotecnia se remonta a los primeros colonos que
comerciaban entre sí y con los americanos nativos. Algunos colonos se convirtieron en detallistas, mayoristas y comerciantes ambulantes. Sin embargo, la mercadotecnia en gran escala no empezó a tomar forma hasta el estallido de la Revolución Industrial en la segunda mitad del siglo XIX. A partir de entonces, la mercadotecnia ha evolucionado en tres etapas sucesivas de desarrollo: orientación al producto, orientación a las ventas y orientación al mercado. Estas etapas ilustran una evolución del enfoque de la mercadotecnia a través del tiempo, mismas que se vinculan de manera estrecha con el periodo histórico que se vivía en cada momento. En la figura 1 se pueden apreciar las tres diferentes orientaciones que se mencionan. Figura 1.
Las etapas de evolución del marketing
Fuente: (Stanton, Etzel y Walter, 2004).
Como se puede observar en la figura anterior, se presentan tres etapas de la mercadotecnia que son representadas en cada una de las flechas: la primera (que corresponde al número uno) se refiere a la etapa de la orientación hacia el producto y aunque no es recomendable, algunas empresas todavía la aplican. Esta etapa se refiere a que el enfoque principal de las empresas se centraba en la calidad y cantidad de producción, bajo el supuesto de que el cliente está interesado o necesita productos bien hechos y a precios accesibles. Esta corriente prevaleció hasta principios de los años 30, lo cual es razonable si se piensa que en ese momento de la historia, el interés principal de los negocios era producir la cantidad adecuada de productos aceptables para una población que crecía de manera acelerada, en la cual no existía mucha competencia. Si se hace una analogía, en esta época, las empresas en México nacían y creaban productos que el empresario consideraba necesarios, sin pensar en las necesidades y la satisfacción del cliente, ni en su entorno externo, ya que la competencia era incipiente. La segunda etapa (señalada en la flecha número 2) se refiere al enfoque de ventas, misma que prevaleció durante la década de los 50, ésta cambió la forma de hacer negocios, por ser insuficiente el solo manufacturar con calidad, ahora el problema se centraba en cómo poner el producto en las manos del consumidor, cuyos recursos, en ese momento, eran limitados. Con el ofrecimiento de numerosas opciones iniciaba la competencia, lo que generaba tácticas de ventas, en ocasiones con poca ética, como resultado del crecimiento de la competencia. En esta época, en México, las empresas que querían subsistir tuvieron que dar un giro en su forma de manejarse, ya no era suficiente contar con una producción eficiente, era inminente generar un ejército de vendedores que pusieran el producto o servicio en manos del consumidor a como diera lugar. Por último, la tercera etapa corresponde a la orientación del mercado, que surge como resultado de la poca ética en las ventas, así como el cambio de comportamiento en el consumidor, que era más exigente y sabía lo que quería, por lo que las empresas se dan a la tarea de investigar qué desean los clientes, con el fin de satisfacer dicha necesidad. Este concepto es llamado también “enfoque del cliente” y se centra en sus necesidades y deseos, lo cual conforma el proceso de satisfacción del cliente. Este enfoque se extiende hacia la entrega de un valor al consumidor, la empresa se orienta hacia sus preferencias y requerimientos y, después, combina y dirige las habilidades y recursos de la organización entera para la satisfacción total del cliente. Este fue el momento en que las empresas mexicanas que se conocen hoy como empresas globales, se dieron a la tarea de utilizar la mercadotecnia para investigar las necesidades del consumidor, con el fin de desarrollar un producto que se adecuara a sus necesidades y lograr con ello su satisfacción y, por supuesto, su lealtad a largo plazo. Sin embargo, hoy, este concepto pone en tela de juicio la idoneidad de la mercadotecnia pura en esta época de problemas ambientales, escasez de recursos, crecimiento demográfico acelerado, inflación a nivel mundial y despreocupación por los servicios sociales. La sociedad cuestiona a las compañías en el sentido de si siente, sirve y satisface las necesidades individuales, y si siempre hace lo mejor para los consumidores y la sociedad a largo plazo. Según la mercadotecnia social, la simple definición de mercadotecnia desafía los posibles conflictos entre los deseos de los consumidores a corto plazo y su bienestar a largo plazo. El concepto de mercadotecnia social sostiene que la organización debe determinar las necesidades, los deseos y los intereses de los mercados meta. Así, tiene que proporcionar las satisfacciones deseadas de manera más efectiva y eficiente que los competidores, para mantener y mejorar el bienestar del consumidor y de la sociedad. Éste el más reciente concepto en la evolución de la competencia.