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Reflexión sobre la inclusión en educación

Clark, Helen, Presidenta del Consejo Consultivo del Informe GEM menciona
que la inclusión en la educación consiste en velar porque cada educando se sienta
valorado y respetado, y pueda disfrutar de un claro sentido de pertenencia. Es lo
ideal y capaz lo que todos queremos, sin embargo, se presentan obstáculos que
dificultan alcanzar ese ideal.
En ese sentido, la educación contribuye a formar sociedades más inclusivas
y democráticas, atendiendo a una diversidad de personas para dar acceso a
“todos sin excepción”, por supuesto que la inclusión en la educación es un proceso
continuo que requiere del apoyo de todos.
Una educación inclusiva planificada e impartida de forma cuidadosa puede
mejorar los logros académicos, el desarrollo social y emocional, la autoestima y la
aceptación de los compañeros.
El avance que se ha logrado en el mundo de acuerdo al reporte es que los
países están ampliando la visión de la inclusión en la educación y otorgando a la
diversidad un lugar central en sus sistemas.
Por otro lado, se definen prácticas en materia de gobernanza y finanzas,
planes de estudio, manuales escolares y evaluaciones; formación de los docentes,
infraestructura escolar; y relaciones con los alumnos, los padres y las
comunidades que pueden desbloquear el proceso hacia la inclusión. Se formulan
recomendaciones de política para que la diversidad de los educandos sea una
fuerza que se valora, una fuerza de cohesión social.
Aunque la inclusión no esté bien documentada a nivel mundial, el Informe de
Seguimiento de la Educación en el Mundo 2020 recoge información acerca de las
respuestas que aporta cada país al desafío de la inclusión en la educación.
También menciona sobre un sitio web PEER que permite compartir experiencias y
aprender de los demás.
Cabe mencionar que el compromiso del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4
(ODS 4) de garantizar “una educación inclusiva, equitativa y de calidad” y
promover “el aprendizaje durante toda la vida para todos” forma parte del
compromiso de no dejar a nadie atrás que asume la Agenda 2030 de Desarrollo
Sostenible de las Naciones Unidas. La agenda promete un “mundo justo,
equitativo, tolerante, abierto y socialmente inclusivo en el que se atiendan las
necesidades de los más desprotegidos”.
Por lo tanto, el reto de educación para todos es lograr que los sistemas
educativos traten a todos los educandos con dignidad a fin de superar las
barreras, elevar el nivel alcanzado y mejorar el aprendizaje.
A pesar de que el informe reconoce variedad de contextos y problemas que
enfrentan los países para proporcionar una educación inclusiva sumado a la crisis
del COVID-19 que ha puesto en evidencia las desigualdades, es importante que
se siga luchando por lograr un mundo mejor para cada ser humano y que
realmente la educación sea para todos, sin excepción.
La pregunta es ¿qué hacemos cada uno para colaborar y mejorar la
educación desde el rol que desempeñamos en la sociedad?, es fácil muchas
veces juzgar u opinar sin involucrase, pero al final nuestra inacción empeora la
situación en la que vivimos. Por eso, en necesario tomar conciencia de que todos
podemos colaborar en ofrecer una educación inclusiva en nuestro contexto,
atendiendo que la educación es un derecho humano fundamental que permite
lograr la igualdad de oportunidades y mejorar las futuras generaciones.

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