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APS01 Clase 03
APS01 Clase 03
La inclusión
y la igualdad en las experiencias socioeducativas
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Hacer que la escuela sea escuela
Algo del mundo “habla” en la escuela para todos y cada uno de las y los estudiantes.
(Masschelein, 2019)
Les proponemos iniciar este apartado analizando una nueva escena escolar. Esta vez
hemos seleccionado la serie chilena El reemplazante (capítulo 4 de la temporada 1).
Fuente:
https://www.eldinamo.cl/entretencion/2018/01/10/protagonista-de-el-reemplazante-descarta-nueva-tempo
rada-con-acido-mensaje-por-regreso-de-pinera-a-la-moneda/
En nuestro país, esta serie podría titularse “El suplente”, porque su protagonista es
un contador que, obligado por los resultados de una mala operación financiera, asume un
cargo suplente como profesor de matemáticas en una escuela secundaria de la periferia sur
de Santiago de Chile. Su padre, un reconocido supervisor escolar, le consigue el puesto
después de su salida oprobiosa del mundo de los negocios.
La escena que analizaremos comienza cuando el profesor entrega los resultados de
las evaluaciones a las/os estudiantes. Preocupado por las bajas calificaciones, el “suplente”
abre un diálogo, primero con las/os estudiantes y, luego, con otros actores institucionales (la
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directora, una colega profesora de arte y un asesor pedagógico). Les proponemos mirar la
escena considerando, particularmente, lo que se discute allí y la posición de las/os distintos
actores institucionales. Luego, al finalizar la clase, volveremos sobre este visionado a partir
de los asuntos que nos interesa abordar: la igualdad, la libertad, la confianza, la autoridad y
la responsabilidad pedagógica.
“¿Qué se discute?”
https://vimeo.com/68347944
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1. Sobre la responsabilidad pedagógica
La segunda nota para destacar tiene que ver con esta frase “Lo que escuchó, profe:
nos arreglan las notas”. ¿Qué pasa con la condición de estudiantes a la que tienen derecho
estos/as jóvenes? ¿Qué “reciben” de una escuela que no los/as considera como
estudiantes? Dicho de otro modo: ¿qué da la escuela a las y los jóvenes cuando —por los
motivos que sean— “las tablas” (o cualquier otro contenido) no les “hablan”? Es decir, si no
tiene valor hacer que les interese la materia ni que se esfuercen por aprender matemática o
cualquier otra asignatura, ¿qué es lo que vale?, ¿qué es lo que la escuela ofrece? ¿Por qué
resulta (al asesor pedagógico, justamente) gracioso imaginar que las y los jóvenes pueden
querer seguir estudiando, ir a la universidad?
La escuela que (no enseña, pero) contiene, retiene, ¿abandona? o, como dice el
profesor, ¿“condena” a las y los jóvenes (por no confiar en que pueden ser estudiantes)?
¿Hay una forma más evidente, desde el supuesto de la igualdad de las inteligencias, de
negarse a su verificación, de obturar la posibilidad de que ese punto de partida se exprese
en toda su potencia?
Dicen Simons y Masschelein (2014) que esta cuestión de la responsabilidad
pedagógica supone ejercer la autoridad, esto es, hacer hablar al mundo, traer al mundo,
traer a la vida.
Lo que la forma escolar hace es habilitar a las y los estudiantes un tiempo para que
puedan estudiar. Si esto no ocurre cuando están en la escuela, ¿cuándo?, ¿dónde
encontrarán tiempo para aprender “las tablas” (es decir, matemática, lengua,
geografía, música, etc.)? ¿Quién confiará en que si ellas y ellos lo desean podrán
ingresar a la universidad? ¿Quién los preparará para ese anhelo?
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Las respuestas que damos de cara a problemas tan difíciles pueden llevarnos a
situaciones complicadas, como la que vimos en la escena de El reemplazante. La directora,
quien tiene muy buena predisposición hacia los/as jóvenes, justifica el “arreglo de las notas”
apoyada en datos: “solo el 1% ingresa a la universidad”.
Puede ocurrir que, a veces, se tomen estudios de otros campos o disciplinas —la
estadística, la sociología, la psicología o, en los últimos años, la neurociencia— para
extrapolarlos al campo educativo, limitando o anulando las posibilidades de la acción
propiamente escolar. No se trata de negar o desconocer dichos aportes, muy valiosos, por
cierto. Por el contrario, lo que proponemos es leerlos desde una perspectiva pedagógica.
El profesor Charly no desconoce la situación del contexto en el que se encuentran las
y los estudiantes. Sin embargo, a diferencia de sus colegas, confía en ellas/os: en que
pueden aprender, en que las matemáticas resultarán de su interés y, desde ya, en que es
posible ir a la universidad. Por tanto, a ellos/as, como a las y los estudiantes de cualquier
otra institución educativa, la escuela ha de responderles con su promesa.
Como vemos aquí, no basta con que un/a profesor/a lo piense, lo desee: la
responsabilidad pedagógica es un asunto institucional. Es la institución escolar la que ha de
sostener el compromiso. En ese caso, las y los profesores deberán “hacer que la escuela sea
escuela” generando estrategias para que el mundo —la matemática, la lengua, la
música…— “hable” a las y los estudiantes. En todos los casos, en todos los contextos, en las
condiciones que sean, aun cuando
Si hay escuela, hay mundo; aun en el hospital de enfermedades terminales, hay vida
si “algo del mundo habla”. Si la pedagogía, corporizada en las y los profesores de la escuela,
autoriza un cuento, el armado y desarmado de un motor, si un/a docente da voz al mundo
para que “hable” a las y los estudiantes, un nuevo comienzo es posible.
En ese momento escolar, en ese tiempo escolar liberado, se abre el diálogo con la
cultura y, por un rato, la enfermedad, la pobreza o las expectativas
familiares/sociales/políticas/económicas se suspenden, quedan entre paréntesis porque lo
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que está “sobre la mesa” (o sobre la cama, bajo un árbol, en la cima del cerro que tiene
conectividad o en un cuadernillo) es la música, la pintura, la poesía. ¿Quién podría afirmar
que del diálogo con ese fragmento del mundo no resulte una nueva fórmula matemática que
cambie la historia, una poesía que alumbre la vida de una abuela o una canción que nos
encuentre danzando a un nuevo ritmo?
Desde esta perspectiva pedagógica, la responsabilidad tiene que ver con dar lo
que la escuela promete, “hacer que la escuela sea escuela”. La forma escolar —en
el lugar que sea, un edificio o una plataforma— promete tiempo libre, tiempo de
estudio. Para que ello ocurra, es necesario partir de dos supuestos, dos
principios: la igualdad, que supone confiar en que todas/os las/os jóvenes
pueden aprender, y la libertad, que implica confiar en que todas/os tienen
capacidad para elegir qué hacer con lo que la escuela les da.
También sugerimos el visionado del video “En Defensa de los estudios escolares”.
Les acercamos algunas preguntas estructurales que pueden orientar la lectura y el
visionado: ¿con qué acciones escolares asocian la responsabilidad?, ¿a qué se
refieren con estudios escolares?, ¿qué supone que “el mundo hable”?
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tratamos en el módulo, tiene que ver con la resonancia de sus teorías en este tiempo
presente. Los y las invitamos a revisar ideas centrales de su obra: la educación como
recibimiento, la responsabilidad, la autoridad, la igualdad, la libertad y la importancia del
pensar como una acción ligada a la experiencia de la libertad.
Para Arendt —y adscribimos—, la educación es una cuestión de amor y de
responsabilidad. De amor al mundo y a nuestros/as hijos/as. Con los/as nuevos/as, con
los/as recién llegados/as se abre una nueva posibilidad de renovación, de reconstrucción del
mundo común. Tenemos la responsabilidad de recibirlas/os, de introducirlas/os, de darles
palabras/herramientas con las que puedan ocupar su lugar, hacer lugar a su voz.
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experimentación, de ejercicio. La escuela es un lugar donde construir puentes y generar
articulaciones cruciales entre la vida privada y la vida colectiva orientada a la construcción
del bien común.
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en la educación sin considerar la conservación, la tradición y la autoridad. La educación
busca conservar, en el sentido de cuidar el mundo, pero también busca conservar o mejor,
preservar, el derecho de las nuevas generaciones a renovarlo y transformarlo.
La autoridad en educación tiene que ver con la responsabilidad que se asigna a los/as
docentes para velar por ese juego que debe darse entre lo viejo que hay que conservar y
cuidar y lo nuevo que debe emerger de la mano de los/as recién llegados/as. La
transformación, la renovación del mundo depende, paradójicamente, de ese gesto de
autoridad y tradición.
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Para finalizar este recorrido breve por el pensamiento de Arendt —que nos deja una
invitación a profundizar su lectura— recordemos que el “mundo” que ponemos sobre la
mesa es lo que hace posible la construcción del lazo y el ejercicio de la responsabilidad
del/de la educador/a. Lo que enseñamos, la materia, y la posibilidad de hablar sobre ella,
con ella, que el “mundo hable” a los/as estudiantes, que los/as estudiantes se interesen por
el mundo, se inscribe en esta perspectiva que reconoce en la acción y la palabra la
experiencia de la libertad, de la igualdad, de la política, de la pluralidad.
Tomamos las citas de Arendt del libro Entre el pasado y el futuro. Ocho
ejercicios sobre la reflexión política (2016), en el que se publica “La crisis de
la educación”, un artículo muy leído en el ámbito educativo que les dejamos
para su lectura completa en la biblioteca pedagógica que incluimos en la
Clase 4.
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la posibilidad de la experiencia de la igualdad, de la libertad, del recibimiento, la
inscripción-inclusión cultural, la autorización-habilitación a participar en el espacio público,
en el lugar común que nos encuentra. También, en el hecho de ejercer la autoridad
vinculada al hacer crecer se abre la posibilidad de la renovación, de la diferencia, en la que
cada singularidad puede desplegar su potencial.
https://youtu.be/5CovrzrEM30
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poder distinto al de la desconfianza. Uno sabe que la desconfianza tiene efectos poderosos y
lo que se trata es de demostrar que la confianza también los tiene” (2002, p. 21).
Para revisar los efectos de la confianza a los que alude Cornú los invitamos a leer La
confianza en las relaciones pedagógicas (2002).
http://www.amsaferosario.org.ar/uploadsarchivos/cornu._la_confianza_en_las_relacion
es_pedaggicas.pdf
La autora en cuestión parte de los trabajos de George Simmel, pero sus desarrollos
se orientan al análisis de la confianza en las relaciones pedagógicas. Del texto que les
compartimos, destacamos a continuación algunas ideas interesantes, más o menos
textuales, más o menos ordenadas: notas incompletas que ustedes podrán completar con la
lectura del artículo.
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● La confianza es una experiencia inicial y determinante. El ser humano
nace en una incertidumbre que lo vuelve necesariamente “relativo” a las palabras
que lo reciben y a las relaciones que preparan el futuro de sus relaciones.
● El niño, la niña, no tiene opción; tiene que dirigir la confianza a las
personas adultas que lo/a reciben.
● No hay que abusar de ese poder que da la confianza; hay que ir
renunciando progresivamente a ese poder sobre la niña o el niño con tacto, con
cuidado. Es exactamente en esto en lo que consiste el acto de dar o tener confianza.
● Se trata de responder a la confianza de la niña, del niño dándole
confianza.
● La confianza supone reducir esa asimetría. Tiene que ver con la
autoridad, con el hacer crecer, con aumentar. Tiene que ver con la libertad, con una
liberación doble, una liberación común, una renuncia liberadora, la renuncia a un
poder absoluto.
● La confianza es algo así como una ofrenda de libertad.
En el tiempo que vivimos parece necesario revisar y volver a pensar qué supone la
igualdad, la responsabilidad, la autoridad, la confianza en las relaciones pedagógicas, puesto
que acontecen en nuevos escenarios. Las pantallas —de un celular, una computadora o una
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tableta— y las aulas virtuales son nuevos escenarios en los que se producen las relaciones
pedagógicas, las prácticas de estudio, la enseñanza.
Actividad obligatoria
Consigna
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● ¿Hay algo de la escena que pueda decirse en términos de responsabilidad
pedagógica, autoridad y confianza?
● ¿Es posible pensar a partir de ella una experiencia de la libertad y la igualdad?
Material de lectura
Bibliografía de referencia
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● Bárcena, F. (1999). La educación como creación de novedad. Una perspectiva
arendtiana. Revista de Educación, 318, pp. 189-210. Disponible en
https://www.educacionyfp.gob.es/dam/jcr:c804ee09-b678-45c3-b6e7-378f6a75458
c/re3181007707-pdf.pdf.
● Meirieu, P. (2016). La educación para la libertad: de la abstención educativa a la
imputación. En Recuperar la pedagogía. Buenos Aires: Paidós.
● Meirieu, P. (15 de septiembre de 2020). Philippe Meirieu: “La educación solo es
aceptable si se articula desde la libertad”. [Entrada de blog]. Disponible en
https://blog.vicensvives.com/philippe-meirieu-la-educacion-solo-es-aceptable-si-se-a
rticula-desde-la-libertad/.
Créditos
Autores: Adriana Fontana
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