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INTRODUCCIÓN: Los conquistadores se interesaron por América Latina, debido a que las regiones tropicales son las más
apropiadas para la agricultura, en especial de lo exótico (azúcar, cacao, café, tabaco)
Respecto a la producción tropical, el actual territorio argentino era “despreciado” porque no hacía suficiente calor. La
agricultura extensiva necesitaba mano de obra, por lo que la población autóctona no era suficiente. Es así como en el siglo
XVI empiezan a llegar las oleadas de esclavos africanos, que se convertiría en el negocio más próspero de los siglos XVI,
XVII y XVIII.
SIGLO XIX: LA TRANSICION AL CAPITALISMO PERIFÉRICO:
A) Bases de la transición:
- La independencia de los Estados Unidos, reconocida en el tratado de Versalles (1783), muestra no solo una ruptura exitosa
del dominio colonial, sino que ofreció un modelo de sociedad y de instituciones que connotará profundamente el
horizonte ideológico de las futuras clases dominantes de América Latina.
- La Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico tienen, en el campo político e ideológico, un impacto inmenso.
- La Revolución Industrial provocará transformaciones fundamentales en el comercio y en las relaciones internacionales, por
lo que se irá configurando una nueva división internacional del trabajo, que tendría como centro a la industria británica, o
también llamada “fábrica del mundo”
LA ABOLICION DE LA ESCLAVITUD:
FACTORES CENTRALES:
Cardoso define en 3 puntos los límites de la elasticidad del esclavismo americano, es decir, de su capacidad de cambiar y
adaptarse sin perder sus características estructurales fundamentales:
A- Que la trata pueda seguir efectuándose, para que el mercado de mano de obra sea abastecido adecuadamente y a precios
aceptables.
B- Que Coyunturas económicas propicien grandes ganancias sin que se necesiten cambiar las estructuras productivas,
caracterizadas por una “economía de despilfarro”
C- Que no se ejerza la competencia de una producción cuya mano de obra sea libre, asalariada. ( El capitalismo lleva a la
destrucción del sistema esclavista)
Gran Bretaña tuvo un papel activo y de particular prioridad en el largo proceso de la abolición de la trata. El telón de fondo
de fondo está constituido por un proceso de dimensiones macro-históricas y mundiales: el advenimiento del capitalismo
como sistema dominante, lo que modifica todos los niveles de la estructura social, inclusive la ética y las representaciones
mentales colectivas relativas a la mano de obra y al trabajo. Se presenta un CONFLICTO evidente entre el capitalismo
ascendente y todos los aspectos del “antiguo régimen” económico.
Al razonar en un contexto histórico global, las consideraciones humanitarias y morales abolicionistas tienen su lugar y son
lógicas, pero carece de sentido manejar en abstracto una “causalidad ética” de la abolición de la trata. No es coincidencia
que el país más avanzado en las transformaciones capitalistas haya tomado la delantera en la iniciativa contra la trata y en
seguida contra la esclavitud colonial. Sería ridículo considerar que Inglaterra era más “ética” que las demás metrópolis.
La trata británica fue abolida en 1807, y desde entonces gran Bretaña comenzó a ejercer presiones sobre las demás
potencias, y después sobre los nuevos países americanos, para que hicieran lo mismo. Aun así, el comercio de cautivos
siguió existiendo con gran prosperidad, principalmente hacia Brasil y hacia Cuba. Sus riesgos y costos de operación
aumentaron al punto de disuadir a una buena parte de los tratantes potenciales y de estimular la búsqueda de formas
alternativas de aprovisionamiento de mano de obra.
En Brasil, una de las soluciones intentadas después del cierre de la trata africana hacia ese país en 1850 fue la compra de
esclavos de las provincias entonces menos prósperas, del norte y del nordeste, por los exitosos hacendados del café; y aún
más importante fue la trata intra-provincial de Rio de janeiro. La trata interna fue una solución adoptada por casi todos los
países esclavistas luego del cierre de la trata africana.
Esto demuestra claramente el punto A que define Cardoso como límite de la elasticidad esclavismo: el sistema esclavista
no puede subsistir sin la trata, por lo que opta por la trata intra-provincial y la compra de esclavos de otras provincias al no
contar con la importación de esclavos del África.
El punto B de Cardoso de basa en “las características de despilfarro” e “irracionalidad” del sistema esclavista, y la
imposibilidad de racionalizar una economía sin abolirlo previamente. Se ha exagerado la imposibilidad de realizar cambios
técnicos y organizacionales en una economía esclavista de tipo colonial. En Brasil, una de las respuestas halladas por los
propietarios de esclavos al finalizar la trata africana en 1850, fue justamente una reorganización considerable de las
actividades económicas, incluyendo: innovaciones técnicas en el transporte y en el procesamiento de los granos de café, el
traslado de esclavos antes empleados en actividades económicas menos rentables a la producción cafetalera, entre otras.
Estas innovaciones fueron posibles gracias a la liberación de capitales antes invertidos en la trata africana. Esto demuestra
que no era imposible la realización de cambios bastante importantes en el marco del sistema esclavista.
El punto C de Cardoso se basa en la afirmación de que el desarrollo del capitalismo lleva a la destrucción del esclavismo de
tipo colonial. Esto no solo es exacto sino que contiene y explica los dos puntos anteriores. Aunque, a pesar de esta
afirmación, el fin de la esclavitud no significó necesariamente el triunfo del trabajo asalariado.
Este “desarrollo del capitalismo” debe entenderse de dos maneras diferentes, ligadas entre sí: Por una parte, la
constitución fuera de América de un núcleo capitalista dominante, en función de la revolución industrial en sus primeras
etapas. Podríamos clasificar a este primer factor dentro de lo “externo”. Por otro lado, en el interior de los países de
América (con máxima fuerza en los Estados Unidos, menos intensamente en países como Brasil y Cuba) el siglo XIX vio el
desarrollo gradual de sectores económicos progresivos, “modernos” que terminaron por chocar con las estructuras
esclavistas.
DIFERENTES TIPOS DE PROCESOS DE ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD:
Las notables diferencias entre los procesos de abolición de la esclavitud se explican por los grados de dependencia política
y vulnerabilidad a presiones externas, por la evolución interna y externa de las estructuras económicas y por las
coyunturas locales e internacionales. Podemos distinguir tres tipos fundamentales de procesos abolicionistas de la
esclavitud en América: (dejando de lado el caso norteamericano)
A) En un caso únicamente –Haití- el fin de la esclavitud resulto directamente de una revolución social y nacional, entre 1790 y
1804, que forzó la reorganización de la sociedad global y sirvió de punto de partida para una nueva nación. Por otro lado,
la abolición e independencia no significaron un pasaje directo al capitalismo dependiente, sino que Haití mantuvo por
mucho tiempo estructuras económico-sociales extremadamente arcaicas.
B) Una segunda forma de abolición puede ser encontrada en el Caribe británico, francés y holandés (Antillas y Guyanas). El fin
de la esclavitud fue ahí impuesto a territorios todavía coloniales por las metrópolis respectivas, que vivían todo su proceso
de advenimiento o consolidación del capitalismo como modo de producción dominante, y de eliminación de los restos del
antiguo sistema económico.
C) Finalmente, en Cuba y en Brasil la abolición fue un proceso muy lento, vinculado a la vez a las presiones británicas contra la
trata, y a la pérdida gradual de importancia y viabilidad del sistema esclavista debido a cambios estructurales ocurridos en
las regiones o los sectores económicos mas dinámicos: los grupos “modernos”.
mera similitud: El fin de la esclavitud fue seguido por una tendencia a la expansión de la economía campesina. Los ex esclavos
intentaban obtener tierra y volverse económicamente independientes.
unda similitud: En todos los casos, la esclavitud no cedió lugar predominantemente al trabajo asalariado, sino sobre todo a
formas que implicaban grados variables de dependencia personal: aparcería, arrendamiento, entre otras. En Haití, por
ejemplo, el sistema de trabajo en las plantaciones no era mucho mejor que la esclavitud. Se establecía así un “sistema de
trabajo dependiente” como modalidad predominante luego de la abolición de las esclavitud.
era similitud: El proceso abolicionista no resulto primariamente (salvo en Haití) de un movimiento de esclavos. En todos los
casos, los esclavos fueron abandonados a su suerte. Esto muestra bien el carácter y las finalidades reales de casi todos los
movimientos abolicionistas. La esclavitud no había preparado a la población negra para una eventual competencia con
trabajadores más calificados. Así, cuando la competencia se planteó, causó un grado variables, pero importante en todos
los casos, de desempleo, subempleo y marginalidad de los ex esclavos.
La segunda expansión, vinculada al ovino, culmina con la campaña al desierto de roca en 1879 y el exterminio de los indios.
La apropiación masiva de las nuevas tierras y la consolidación de una poderosa clase terrateniente constituyen los aspectos
más notorios de este proceso.
La inmigración europea cobrará auge recién hacia 1880. En una primera fase, iniciada hacia 1840, arriban cantidades
MODERADAS de inmigrantes. Entre 1850 y 1890 se produce en Santa Fe un proceso de colonización agrícola que logra
dotar a los inmigrantes de pequeñas y medianas propiedades. La inmigración masiva, entre 1903 y 1904, conoce otro
destino. Estos agricultores europeos llegarían a una pampa ocupada en cuanto a los derechos de propiedad sobre la tierra.
El gran propietario ganadero procedió a ceder parcelas de campo a los colonos inmigrantes, a través de un contrato de
arrendamiento o aparcería, que duraba en promedio unos cinco años, y que exigía la entrega final del campo sembrado
con alfalfa, forrajera esta ultima indispensable para el engorde del ganado vacuno de calidad. Este modelo de asociación
entre agricultura y ganadería permitió una expansión sin precedentes de los saldos de exportación de cereales y lino, por
un lado, y de los productos ganaderos, por otro. Conservó la hegemonía del sector terrateniente y determino un
desarrollo agrícola caracterizado por escasas inversiones. La afluencia de capital extranjero, particularmente británico, fue
esencial en este proceso agrícola.
La formación del estado es un aspecto fundamental para los procesos de construcción social. El
desarrollo relativo de fuerzas productivas y de recursos naturales disponibles, el tipo de relaciones
de producción establecidas y la inserción de la sociedad en las relaciones económicas
internacionales son tan solo algunos de los elementos que contribuyen a su formación. Cabe
destacar que el orden social establecido, nunca es el simple fruto de una sumatoria de relaciones
sociales sino que se trata más bien de cómo fueron apareciendo diversos conflictos y cómo fueron
enfrentándolos los diferentes actores de la sociedad. Saber cuándo una Nación llega a constituirse
como tal, requiere de un análisis bastante profundizado.
Para que un Estado sea conformado como tal, debe verificarse en él la existencia de un conjunto de
atributos que definan y legitimen su condición de ser Estado o estatidad. Esta estatidad (grado en el
que un sistema de dominación social ha adquirido el conjunto de propiedades que definen la
existencia de un Estado), supone la adquisición por parte de esta entidad en formación de una serie
de propiedades:
A lo largo del proceso constitutivo, las instituciones estatales tienden a apropiarse de ámbitos
y materias de actuación creados por el propio proceso de diferenciación social que tienen lugar
paralelamente. En otras palabras, la ampliación del aparato estatal implica también la
apropiación y conversión de intereses civiles comunes revestidos de la legitimidad que le otorga
su contraposición a la sociedad como interés general y, junto con ello, la apropiación de los
recursos que consolidarán las bases de dominación del Estado y exteriorizarán, en instituciones
y decisiones concretas, su presencia material. Esto derivará en el creciente involucramiento de
sus instituciones en áreas problemáticas de la sociedad frente a la que adoptan posiciones
respaldadas por sus recursos de dominación. Estos actos de apropiación siempre se hallan
respaldados por alguna forma de legitimidad, derivada del papel que el Estado cumple como
articulador de relaciones sociales, como garante de un orden social que su actividad tiende a
reproducir.
Emancipación, organización y Estados nacionales en América Latina: De más está decir que, en
América Latina, el acto de ruptura con el poder imperial no significó la automática suplantación
del estado colonial por un estado nacional y esto es en parte porque la mayoría de los
movimientos emancipadores tuvieron un carácter municipal, limitados generalmente a la
localidad de residencia de las autoridades coloniales. Los aparatos estatales existentes eran
débiles, y estaban constituidos por un grupo de instituciones muy reducidos. A este pequeño
grupo de aparatos, se le fueron interponiendo órganos políticos con los cuales se intentó
sustituir el sistema de dominación colonial y establecer un polo de poder alrededor del cual
constituir un Estado nacional (intentos que, por otro lado, no siempre fueron exitosos y
derivaron, incluso, en largos períodos de enfrentamientos regionales y lucha entre fracciones
políticas)
Muchas veces, el fracaso se debió a la escasa integración territorial, derivada de la
precariedad de los mercados y agravada por la interrupción de los vínculos con la vieja
metrópoli. Con la independencia, las tendencias hacía la automatización regional se vieron
reforzadas por el debilitamiento de los antiguos ejes dinámicos de la economía colonial y un
creciente aislamiento que dificultó el desarrollo y la integración de los nuevos circuitos
económicos.
La estructuración de los nuevos Estados, entonces, se vio condiciona por dos factores. En
primer lugar, la inexistencia de interdependencia real entre los señores de la tierra y en segundo
lugar, la acción de la burguesía urbana, que mantendría contactos con el exterior y exploraría
cualquier tipo de posibilidad de expansión del intercambio externo al cual se irían vinculando
segmentos del sector rural. De esta forma, el grupo urbano tendería a consolidarse al mismo
tiempo que se integraba con algún subgrupo rural, creándose de ese modo condiciones para la
estructuración de un efectivo sistema de poder. Sin dudas que esto fue efectivo gracias al grado
de articulación logrado entre los intereses rurales y los urbanos lo cual, a su vez, estuvo
relacionado con las condiciones existentes para la integración económica del espacio territorial.
Además, la acomodación de los grupos locales más tradicionales a las nuevas posibilidades
productivas, contribuyó a un rápido afianzamiento del poder centralizado del Estado, evitando
así cualquier vestigio de anarquía o caudillismo.
Sin embargo, en algunos casos como el de Brasil, el agente social que contribuyó a la
constitución del orden nacional fue el aparato burocrático y militar heredado de la Corona, el
cual permitió crear un sistema de dominación relativamente estable.
La efectiva posibilidad de creación de una economía más integrada y compleja sumada a –en
algunos caso- la preservación de ciertas instituciones coloniales como instrumentos de control
político, suministraron el sostén para una sociedad territorialmente asentada y para el
incipiente sistema de dominación: El estado nacional. Esto explica porque en algunos casos
como el de Argentina y Colombia, diversos factores negativos hicieron que el proceso de
amalgamamiento se viera demorado.
Cuestiones centrales en la etapa formativa del Estado: Hacía mediados del siglo pasado, el
continente europeo vivía la era de las nacionalidades. La integración de mercados en espacios
territoriales más amplios había sido en buena parte resultado de la posibilidad de condensar
alrededor de un centro el poder necesarios para forzar nuevas identidades nacionales. Al mismo
tiempo, se producía una extensión de la revolución industrial y junto con ella una renovación en
el sistema de transportes y un incremento en la demanda de bienes primarios, tanto para
alimentar el proceso productivo como para satisfacer las necesidades de consumo de una
población crecientemente urbana.
La extraordinaria expansión del comercio mundial y la disponibilidad e internacionalización del
flujo de capitales financieros, abrieron en América Latina nuevas oportunidades de inversión y
diversificación de la actividad productiva e intermediadora. A esto habría que sumarle las
grandes corrientes migratorias que proporcionaron una nueva fuerza de trabajo a las nuevas
naciones, las inversiones en infraestructura y el auge de las exportaciones.
A modo de resumen, podríamos decir que en sus orígenes, los estados nacionales
latinoamericanos implicaron la sustitución de la autoridad centralizada del estado colonial y la
subordinación de los múltiples poderes locales que eclosionaron, luego de la independencia,
como consecuencia de las fuerzas centrífugas desatadas por el proceso emancipador. La base
material de la nación recién comenzó a conformarse con el surgimiento de oportunidades para
la incorporación de las economías locales al sistema capitalista mundial y el consecuente
desarrollo de intereses diferenciados e interdependientes generados por tales oportunidades.
La articulación de los mercados internos y su eslabonamiento con la economía internacional, se
vieron acompañados por la consolidación de aquel poder que controlaba los nuevos circuitos de
producción y circulación de bienes en que se basó la expansión de la economía exportadora.
Pero estas nuevas formas de dominación económica, requerían una constitución y control de un
sistema de dominación capaz de articular, expandir y reproducir el nuevo patrón de relaciones
sociales. Este sistema de dominación, el estado nacional, fue determinante y consecuencia del
proceso de expansión del capitalismo iniciado con la internacionalización de las economías de la
región.
1. Transmisión del autoritarismo central sobre los espacios locales y moderación del
autoritarismo estatal.
2. Equilibrio de intereses racionales y locales.
En el debate sobre posibles salidas a la crisis del régimen intervienen: partidarios del auto-reformismo, la oposición
(Radicalismo) y la izquierda. Esta última tiene peso político-sindical creciente en los principales centros urbanos y está
compuesta mayoritariamente por extranjeros, son movimientos políticos expositores de ideologías que globalmente
podríamos denominar de contestación social o si se quiere anticapitalistas.
Socialistas
● Buscaban la construcción de un partido (estrecho vínculo entre lo político y sindical). Instrumento apto para
consecución de mejoras económicas y sociales para los trabajadores y para reformas democráticas republicanas profundas
a través de la acción legislativa parlamentaria.
● Tendencias dentro del socialismo. Las polémicas apuntaban en lo esencial al corazón de las tres cuestiones de
esa época (política, social, económica).
● Se cuentan como antecedentes directos los grupos actuantes en la década del `80: Vorwarts grupo de
alemanes escapados de las persecuciones bismarkianas y que adoptaban el programa de la social democracia alemana.
● Reacción frente a la crisis del `90. La actividad centrada en lo político-sindical se afecta; tentativas de construir
federaciones obreras y de intensificar su actividad en el movimiento sindical, fueron frágiles y efímeras; retracción del
movimiento huelguístico. Frente a estos fracasos se trata de rectificar el rumbo: la mayoría abandonaría la política
centrada en lo sindical, para orientarse más decididamente a una actividad que privilegiaba la construcción de un partido
socialista.
● Con la reactivación económica, se reanuda el movimiento huelguístico que en 1895-96 tendrá una intensidad
nunca alcanzada. Entonces se reactivan los lazos de los socialistas con el incipiente movimiento sindical.
● En 1894 se incorporan intelectuales argentinos (por nacimiento o naturalización) al socialismo. Estos proto-
intelectuales de izquierda ocuparán los principales espacios dirigentes. La mayoría son abogados y médicos y muchos de
ellos provienen de la frustrada experiencia de renovación democrática que habían parecido representar los levantamientos
de 1890.
● Proceso de argentinización del socialismo se combina con la acción política. Necesidad de naturalización de
los extranjeros para que estos pudieran ejercer los derechos electorales, intensa propaganda destinada a los trabajadores
extranjeros y exigencia para los propios militantes. Sobre esta última exigencia se genera una discrepancia ya que el
agrupamiento sobre la base de criterios por origen étnico, nacional o de comunidad lingüístico constituía una vieja
tradición entre los socialistas.
● Congreso de 1896. Ingenieros y Lugones como oposición a Juan B. Justo (reformista) logran imponer
enmiendas al proyecto original que preveía la posibilidad de alianzas electorales con otros partidos y empleo eventual de
violencia. En el segundo Congreso en 1898, Juan B. Justo logra imponer su reformismo.
● Las experiencias electorales que los socialistas hicieron en los últimos años del siglo XIX obtuvieron magros
resultados como consecuencia de las características aleatorias y fraudulentas del sistema electoral y porque muchos de los
potenciales electorales del socialismo eran extranjeros.
● Competencia en la política: la emergencia de la vida política de las clases medias urbanas y el sector de
universitarios dividirá las preferencias entre socialistas y radicales.
● Competencia en las organizaciones obreras: anarquistas organizadores
● La FOA nace en 1901 (más adelante FORA) gracias a que los anarquistas se mostraron dispuestos a confluir
con los socialistas en una federación obrera unitaria. Más adelante surgirán fuertes tensiones entre ambas corrientes que
llevarán a una ruptura.
El debate se da en torno a la huelga en general: los socialistas no veían en ella un instrumento insurreccional y deploraban
algunos aspectos de la violencia, el instrumento resultaba idóneo sólo en determinadas circunstancias generalmente
defensivas y privilegiaban las huelgas parciales.
Otra fuente de conflicto era la tentativa socialista de vincular acción sindical y acción política, lo que necesariamente
chocaba con el fuerte antipoliticismo de los anarquistas.
Los socialistas terminarían escindiéndose y constituyendo la Unión general del trabajo inferior en fuerza respecto a la
FORA anarquista.
● Comienzan a ser oposición reconocida gracias al triunfo de Alfredo Palacios como diputado en 1904. La
presencia de Palacios en el congreso y su acción por la consecución de reformas legislativas tendientes a mejorar el nivel
de la vida y las condiciones laborales de los trabajadores aceleraba las críticas anarquistas y las tensiones internas entre el
ala sindical y el ala política.
● Debate interno sobre la posición que el partido debía adoptar frente al proyecto del Código de Trabajo. Dos
grandes tendencias, una que lo rechazaba y otra que consideraba que debía apoyarse sus aspectos positivos y rechazar los
negativos. En el bloque que rechazaba de plano aparecían argumentos que rompían con algunas de las concepciones
teórico-políticas ya tradicionales del socialismo argentino dado que cuestionaba que pudiera apoyarse una iniciativa
proveniente del Estado.
● Dificultades de la estrategia socialista: el número de afiliaciones anuales comenzó a descender desde 1904,
una cuota importante de esos nuevos afiliados no eran obreros sino que pertenecían a distintas capas de sectores medios.
Anarquistas
● Características generales:
● Antipoliticistas y antiestatistas: combaten y rachazan todas las tentativas de auto-reforma propiciadas por la
elite gobernante. Abogan por la abolición del Estado y de toda forma de opresión.
● Rechazo a los principios de lucha de clases.
● Participación en las organizaciones obreras.
● Propaganda por los hechos.
● Aceptan la organización de grupos sobre la base de criterios de origen étnico o comunidad lingüística. Su
antipoliticismo descartaba cualquier preocupación por la naturalización de los extranjeros.
● Situación favorable entre 1902 y 1910: La FORA tenía evidente poder de convocatoria, periódicos como La
Protesta se editaba diariamente, su actividad propagandística se extendía más allá del plano sindical (centros feministas,
antimilitaristas).
● Dos grandes tendencias: organizadores y anti-organizadores, su eje de división era la aceptación o rechazo de
ciertas formas de organización estables del movimiento, la participación en las organizaciones sindicales y en la lucha por
reivindicaciones parciales.
Entre 1890 y 1894 son los anti-organizadores quienes llevarían la delantera. Dado el marco social de desocupación y
reflujo del movimiento huelguístico, su acción propagandística y agitativa encontrará situación para su desarrollo.
Los organizadores irán adquiriendo cada vez más un perfil anarco-sindicalismo su acción en la FORA. Tenían un doble
discurso: por un lado discurso sobre la clase obrera similar en algunos aspectos al de los socialistas, importancia de la
acción sindical, insistencia en las reivindicaciones de los trabajadores, planteos de unidad de acción del movimiento obrero
y rol que los trabajadores tenían en la acción insurreccional a través de la huelga general. Por otro lado un discurso de los
oprimidos que los separaba de los socialistas y de los sindicalistas revolucionarios ya que hacían reivindicaciones libertarias
para otros sectores como la mujer o los marginados
● Sectores de influencia: servicios, industria, artesanos, comerciantes ambulantes de centros urbanos y en su
mayoría inmigrantes.
● Declinación del anarquismo como fuerza. En 1910 hacen una huelga general y son derrotados. Después de la
ley Sáenz Peña (1912) comenzará a hacerse visible. Dos hipótesis centrales pueden intentar explicar este desplazamiento
de su influencia a favor del socialismo y particularmente del sindicalismo revolucionario: 1) la ampliación del régimen
político y la instauración de un marco democrático con la llegada del Radicalismo al poder y el establecimiento de un
nuevo tipo de relaciones entre Estado y sindicatos; 2) las modificaciones que se van produciendo en la estructura
productiva del país hacen necesaria una relación más fluida con el Estado por parte de los trabajadores y son los
sindicalistas revolucionarios los que estarán en mejores condiciones de adaptarse a la nueva situación.
Sindicalistas revolucionarios
● El socialismo revolucionario nace como producto de la fusión entre la crisis interna del partido socialista y la
llegada de los principios del sindicalismo revolucionario europeo por vía francesa e italiana. Primero como fracción
disidente del Socialismo fue esbozando un conjunto de planteos que sin implicar una ruptura, la ubicaban como un ala
izquierda. El movimiento congregará desde un principio a un sector de intelectuales socialistas
● Aunque en un primer momento no reniegan del parlamentarismo, en poco tiempo girarán hacia una ruptura
de fondo con la política socialdemócrata y compartiran el antipoliticismo y antiestatismo de los anarquistas.
● El sindicato es el eje presente y futuro de toda la vida social y política.
● Construcción de la clase obrera es el planteo central. Por eso hay una intolerancia frente a los intentos de
organización por principios étnicos, ya que todo particularismo debía se borrado en función de la necesaria unidad obrera.
Esto genera polémica con los anarquistas ya que los sindicalistas revolucionarios bombardearán a la FORA anarquista con
propuestas de unidad sindical. Sin embargo, en esta primera década no lograrán desplazar la hegemonía anarquista.
La constitución de un nuevo orden: la década de 1880: Tras la victoria del PAN, la vida pública
perdió algo de la efervescencia que había la caracterizado en las décadas previas. En alguna medida
fue resultado de la construcción de un sólido polo de poder que cerro muchos canales de
participación. Luego de 1880, el momento dorado de la vida política porteña, quedó definitivamente
atrás. En esos años la competencia electoral tendio a incorporar a una porción cada vez más
reducida de la población adulta masculina que estaba formalmente habilitada oara hacer valer sus
derechos políticos en los comicios nacionales.
Estos cambios no supusieron un giro drástico en el universo de las ideas de las elites gobernantes,
aunque ayudaron a acentuar el progresismo autoritario. A diferencia de otros países
latinoamericanos, un liberalismo progresista constituyo el núcleo central del mundo de ideas de las
elites que gobernaron la Argentina hasta 1916. Argentina carecía de un pasado colonial lo
suficientemente glorioso a partir del cual articular un discurso social y políticamente conservador.
Hasta comienzos del nuevo siglo, los grupos gobernantes se mostraron mas atraídos por la libertad
civil que por la libertad política. Esto favorecía la perspectiva del PAN. Las pasiones desatadas en la
puja por el poder podían fácilmente abrir paso a la anarquía y a la degradación de la autoridad.
La elite dirigente hizo suya la premisa de que el avance material y el progreso social y cultural
constituían un requisito imprescindible para el ingreso en la era de la libertad política. En su
momento formulada por Alberdi la idea de “república posible” era la condición necesaria la
“república verdadera” (idea predominante entre elites gobernantes > PAN).
La etapa iniciada en 1880 supuso un cambio cualitativo, en cuanto a los recursos de poder y a la
legitimidad de las autoridades federales. Desde entonces, el presidente conto con un ejercito y una
burocracia mas competentes y disciplinados. La intervencion federal o la amenaza de usarla, se
volvieron armas politicas decisivas para disciplinar a los gobiernos provinciales desafectos, o para
consolidar pocisiones de los aliados locales.
El mundo politico de la republica oligarquica suponia una compleja interaccion entre distintos
actores. El poder judicial, imponía limites al primer mandatario. El Congreso Nacional tambien
constituia un ambito de debate politico de enorme relevancia, en el que incluso los representantes
oficialistas solian mostrarse independientes de las orientaciones que provenian de la cumbre. Estaba
también la Constitución que sancionaba la prohibición de reelección y de este modo dificultaba la
concentracion del poder en el presidente. Finalmente, si no existio un regimen capaz de controlar el
poder desde la cumbre fue tambien porque los grupos gobernantes locales contaban con
importantes margenes de autonomía y porque el personalismo ocipaba un lugar muy relevante en la
cultura política argentina.
En el seno del PAN convivian representantes de intereses tan diversos como la propia realidad
geografica y economica del pais. El PAN constituia una organizacion muy laxamente articulada, cuyas
orientaciones se conformaba al margen de todo proceso de deliberancion formal y por fuera de sus
raquiticas estructuras constitucionales. El PAN era una suerte de vasta pero inestable federacion de
grupos de poder provinciales que se conguegaban en torno al presidente, pero cuyas fuentes de
autoridad local eran independientes del centro. El poder de las oligarquías provinciales dependia de
su capacidad para movilizar un sequito popular en tiempos de elecciones, de su dominio sobre la
administracion publica y del influjo de representantes provinciales sobre el Parlamento y altas
esferas de la administracion nacional. Parte considerable del ascendiente que figuras como Roca o
Pellegrini lograron mantener hasta el final de su vida publica, provenia de su capacidad para
funcionar como articuladores entre esos dos mundos.
Roca debió resignarse a entregar el baston presidencial a dos figuras cuyo ascenso a la primera
magistratura no habia promovido.
Estas limitaciones al poder presidencial tendieron a convertir al PAN en la principal arena politica de
la republica oligarquica. Derrotadas y desarticuladas, las agrupaciones opositoras se retiraron de la
puja electoral. Dentro de las fuerzas opositoras se destacaba el Partido Mitrista. El sistema electoral
en vigencia (de lista completa) desalentaba la participación de la oposición en los comicios si esta no
contaba con buenas oportunidades de obtener el triunfo. Los principales conflictos del periodo se
dieron en el marco de las disputas de notables dentro del PAN y todos giraron en torno a la sucesion
presidencial. Cuando promediaba el mandato de Roca, el gobernador de Bs As, Rocha, lo desafió
lanzando su propia candidatura presidencial y finalmente el PAN se alineo tras la figura de Miguel
Juárez Celman (gobernador y futuro senador de Córdoba). En las elecciones presidenciales de 1886,
Celman vencio sindificultades a una coalicion de agrupaciones opositoras.
A poco de su arrivo a la presidencia, Celman tomó distancia de Roca para rivalizar por el liderazgo
del PAN.
Convencido por la necesidad de profundizar un programa destinado a atenuar las desigualddaes
economicas y sociales del federalismo argentino, y de acelerar el progreso de las regiones atrasadas,
Juárez acentuo el sesgo porinterior del gasto y la inversion publicas, en el marco de una
administración de estilo inflexible y autoritario.
Juarez logro muchos exitos hasta 1889. A partir de ese momento, la baja en las exportaciones rurales
y una interrupcion de los prestamos al sector publico de los mercados europeos pusieron fin a una
decada de febril crecimiento economico y expansion monetaria, sumiendo al pais en una etapa de
grandes dificultades. En ese contexto, las fuerzas de oposicion se encontraron en condiciones de
expresar sus descontentos.
Revolución y elecciones: la vida política en la década de 1890: En la segunda mitad de 1889, la
juventud universitaria porteña salió de su mutismo, denunciando muchos de los males que la
opinión pública asociaba con el dominio del PAN: la degradación de la vida cívica, la ausencia de
libertad electoral, la corrupción de la élite gobernante. Este movimiento juvenil ofreció el impulso
inicial para la formación de la Unión Cívica bajo un programa de reparación institucional que miraba
más hacia el pasado que el futuro. Su norte era la restauración de la libertad electoral tal como lo
era antes de la consolidación del PAN. El vuelco del humor colectivo le dio a la Unión Cívica un eco
en la opinión que había estado ausente en 1886.
Los promotores de la Unión Cívica se decidieron a hacer avanzar su programa de restauración de la
libertad del sufragio mediante el levantamiento armado. Frente a un gobierno considerado
despótico, el uso de la fuerza era concebido no sólo como un derecho, sino también como un deber
cívico. Los revolucionarios siempre se encontraron ampliamente superados en número y poder de
fuego por las tropas federales. Incapaces de una victoria militar, los rebeldes depusieron las armas
tras cuatro días de combate.
La revolución de 1890 puso en crisis al partido gobernante. El presidente Juarez se vio obligado a
renunciar.
Los hombres que se habían congregado en la Unión Cívica comenzaron a organizarse con vistas a las
elecciones de renovación presidencial de 1892. En 1891, una fractura similar a la que dividía al PAN
comenzó a delinearse en el heterogéneo arco opositor. Por una parte, cobró forma un programa que
aspiraba a ampliar las bases de sustentación del gobierno mediante la incorporación de parte de la
oposición. Mitre y Roca, fueron los artífices de este acercamiento, denominado Acuerdo, que unió a
la Unión Cívica Nacional y a importantes núcleos autonomistas. Reaccionando contra esta
confluencia, surgió una Unión Cívica que se definió como radical, cuya figura fue Leandro Alem.
Destruido el PAN, y renacida la oposicion, la vida politica cobro una nueva dinámica, caracterizada
por una abierta competencia entre cívicos, radicales, modernistas y roquistas. La lucha electoral
favoreció un mayor grado de participación en los comicios y en el espacio público.
La oposición, particularmente el radicalismo, enfatizaban la importancia del sufragio libre y de la
defensa de los derechos del individuo frente al Estado y de los municipios y las provincias frente al
poder central. Centró sus críticas en la concentración del poder desde el Estado, y reclamó
elecciones honestas y el fin de un estilo de acción política receloso de la participación ciudadana y
orientado a la exclusión de los adversarios. La UCR, que había concitado grandes expectativas entre
las clases medias y altas de Bs As, comenzó su retroceso dos o tres años más tarde, cuando muchos
de los seguidores que habia logrado convocar en esos años tomaron distancia. En 1896, el suicidio
de Alem produjo una crisis en las filas radicales. Hacia 1898, la UCR se dividió
A mediados de 1897, Roca, que había recuperado su lugar como principal dirigente del PAN, se sintió
lo suficientemente fuerte como para lanzarse a la conquista de la primera magistratura sin el auxilio
de sus aliados mitristas. La reunificación de las dos ramas de la Unión Cívica terminó con un gran
fracaso. En octubre de 1898 Roca se convirtió en el primer argentino en alcanzar dos veces la
presidencia.
Maduración y crisis del orden oligárquico: Roca parecía comenzar su segundo mandato en un
escenario más favorable que el de 1880: la autoridad el Estado había salido reforzada luego de las
disputas, y la oposición había perdido terreno frente a un autonomismo reconstituido por su
liderazgo. El éxito del proyecto liberal había dado vida a una sociedad dinámica y compleja,
profundamente marcada por el fenómeno inmigratorio y la formación de vastos sectores de clase
media. Estas transformaciones afectaron con mayor profundidad a la región pampeana, donde el
crecimiento demográfico y el cambio social habían sido más veloces y más profundos.
Cuando las nuevas realidades demográficas puestas de relieve por el censo nacional de 1895 fueron
finalmente reconocidas por los parlamentarios, el centro de gravedad político del país se desplazó
irremediablemente hacia la región pampeana, volviendo más anacrónico y menos representativo al
sistema de poder sobre el cual se erigía el dominio del PAN.
Así, en esta región que cada vez cobraba mayor importancia, la política oligárquica comenzaba a
girar en el vacío. Las limitaciones del orden oligárquico eran particularmente visibles en las grandes
ciudades litorales, ya convertidas en las mayores y más modernas de América Latina. Tanto porque
la existencia de contingentes de la población al margen de la vida pública plantean desafíos
vinculados a la integración social, como porque en esos años cobraban forma nuevos actores
(trabajadores y empresarios, estudiantes y profesionales). El estrecho marco de la política
oligárquica se hallaba bajo presión.
En este periodo surgió un movimiento obrero dotado de un considerable poder de convocatoria. Las
primeras formas de asociación clasista de los trabajadores urbanos de alguna envergadura habían
surgido en la década de 1880 junto con las primeras grandes empresas que nacieron en el país al
calor del desarrollo exportador y la expansión del mercado interno. A fines de 1902 tuvo lugar la
primera huelga de importancia de la historia argentina, y desde entonces y a lo largo de toda la
historia argentina, y desde entonces y a lo largo de toda la primera década del novecientos, Bs As,
Rosario y Córdoba principalmente, fueron escenario de intensas disputas que anunciaban la llegada
de la era del conflicto de clase.
Las características del medio en el que debió desarrollarse dificultaron la organización de las fuerzas
del trabajo y fijaron límites al poder obrero. Los problemas que planteaba organizar una fuerza
sindical sobre bases tan heterogéneas se acentuaban puesto que estos extranjeros habían cruzado el
Atlántico para lanzarse a la aventura del progreso individual y el ascenso social. La organización
obrera debía batallar para convencer a los inmigrantes de las ventajas de identificarse con reclamos
clasistas o asumir una identidad que evocaba una condición que los propios inmigrantes aspiraban a
dejar atrás. El panorama que presenta la organización obrera sugiere que en ese período alcanzaron
protagonismo unas minorías militantes que solo en ocasiones se hallaban en condiciones de ejercer
una difusa influencia sobre círculos más amplios de los trabajadores.
Los militantes socialistas y anarquistas desempeñaron un papel crucial para articular políticamente
los reclamos de este heterogéneo universo. En la década de 1870 nacieron los primeros círculos
socialistas. Con la fundación del Partido Socialista (mediados 1890) bajo el liderazgo de Juan B. Justo
y un grupo de profesionales nativos de clase media, el socialismo comenzó a argentinizarse en el
mundo del trabajo. El socialismo argentino dirigió gran parte de sus esfuerzos a poner en marcha un
programa de reforma cultural y moral de las clases populares. Los socialistas insistieron en la
necesidad de construir una clase trabajadora educada, capaz de distinguir con claridad sus intereses
de clase. La ausencia de sindicatos poderosos y de una cultura de clase como la que nutrió a los
partidos socialdemócratas europeos instó al socialismo argentino a promover la construcción de una
vasta coalición reformista. Junto a un programa de reformas económicas moderadas (jornada 8hs,
rebaja de aranceles, etc), el socialismo otorgó particular importancia a la reforma del sistema
político, uno de los mayores defectos de la república oligárquica. La estrategia parlamentaria del
socialismo debió esperar a la reforma electoral de 1912 para cosechar sus primeros triunfos
significativos.
El anarquismo fue más exitoso que el socialismo a la hora de movilizar el potencial contestatario del
mundo popular. El impacto del anarquismo fue más decididamente obrero y popular que el del
socialismo. Eximidos de todo compromiso con el reformismo parlamentario, los anarquistas dieron
voz a demandas de la conciencia de clase de los trabajadores.
Desde 1902, hasta 1910, los militantes libertarios se pusieron al frente de conflictos, pero a pesar de
algunos triunfos, el anarquismo emergió dañado de esa ola de conflicto social. Estas derrotas,
sumadas a la dura represión estatal de que fueron víctimas (Ley de Resistencia de 1902 autorizó
poder ejecutivo a expulsar extranjeros sin juicio previo en violación de DD constitucionales). Esta
estrategia culminó durante los festejos del Centenario de la revolución de mayo de 1810; la violencia
con que el Estado respondió a la amenaza anarquista aceleró la decadencia de la influencia
libertaria. A partir de ese momento cobrarían mayor peso corrientes sindicalistas.
Además, en el nuevo siglo cobraron creciente importancia instituciones que se identificaba con
intereses sectoriales o espacios profesionales específicos. Para el cambio de siglo, la Unión Industrial
comenzó a concitar adhesiones entre los fabricantes, en gran medida por los temores que en ellos
provocaba el ascenso de la militancia obrera. Los universitarios volvieron a colocarse en el centro de
la atención en 1903 y 1905, ahora como protagonistas de huelgas estudiantiles por cuestiones
gremiales. En los años del cambio de siglo también nacieron las principales asociaciones
profesionales (ingenieros, abogados, arquitectos) destinadas a organizar el ejercicio profesional.
El notable éxito que la economía de exportación experimentó en esas décadas sirvió para silenciar
las impugnaciones frontales al orden establecido, y confirmó a las elites gobernantes que el principal
problema que debían abordar se refiería a la integración cultural y política de la población
extranjera. La élite gobernante respondió a los desafíos que planteaba esa sociedad cosmopolita
compleja, poniendo en marcha una serie de políticas nacionalizadoras, para reforzar la autoridad del
Estado sobre el conjunto social.
Durante los primeros años del nuevo siglo, cobraron forma dos grandes proyectos nacionalizadores.
En 1901 se aprobó la Ley de servicio militar obligatorio. Dotada por generosos recursos, la escuela
pública extendió su misión, a la vez civilizadora y nacionalizadora, por todo el territorio argentino.
A comienzos de siglo, Carlos Pellegrini fue la primera figura en señalar la necesidad de ampliar las
bases de sustentación de un sistema de poder que ya no podía seguir apoyándose sobre un régimen
de elecciones falseadas. Con el paso de los años, la crítica a la falsificación del régimen
representativo fue en aumento, y se torno un motivo dominante en la opinión pública. Sin embargo,
la reforma solo se abrió camino cuando la influencia de Roca comenzó a declinar. Su gran promotor
fue Roque Sáenz Peña, un antiroquista de toda la vida que hizo del programa de sufragio efectivo el
principal objetivo de su gestión presidencial (1910-1914). Al alcanzar la presidencia, Peña utilizó el
programa de reforma para hostilizar a los roquistas que seguían en el poder.
Este escenario de crecimiento afirmó la convicción de que los progresos de civilización alcanzados
por el país en los treinta años previos invitaban a la elite gobernante a avanzar por el camino que
debía rematar en la construcción de una república auténticamente democrática y representativa. Se
sumaban los temores que concitaba la actitud de los actores marginados de la vida política que
proclamaba su derecho a derrocar por las armas a un gobierno ilegítimo.
Este conjunto de circunstancias sentó los parámetros del proyecto de reforma. A comienzos de
1912, Sáenz Peña impulsó una nueva ley electoral que introdujo el sufragio secreto y obligatorio
para todos los ciudadanos de sexo masculino mayores de 18 años, y que adoptaba el registro de
enrolamiento militar como base para el padrón electoral.
En líneas generales, la reforma apuntaba a purificar el sufragio y a promover la participación
electoral. Los reformistas confiaban en que la sanción de un régimen de sufragio amplio y honesto
forzara a los partidos a transformarse en fuerzas populares y estar mejor preparados para forjar
relaciones más estrechas y transparentes entre Estado y sociedad.
La política: El problema mas notorio en la política es el de la relación entre Buenos Aires y la nación.
La revolución de mayo de 1810 fue un hecho porteño y su primera preocupación fue extender su
influencia. Su fracaso fue estrepitoso. BA para 1820 vio reducida su influencia a una muy estrecha
franja de unos pocos miles de kilómetros cuadrados. En los s50 años siguientes, BA amplio su
territorio a costa de tierras indígenas y multiplico su población. Finalmente en 1862 parecio
brindarle el triunfo cuando Mitre, gobernador de la provincia, se apropio de la presidencia de la
Republica y de la Constitucion Nacional aprobada una década atrás por sus rivales. Sería el único
gobernador de BA que alcanzara la máxima magistratura nacional a través del sistema electoral en
toda la historia del país. Las provincias del interior articularon una respuesta política a la pretendida
hegemonía porteña. Sin embargo, simbolica, económica y culturalmente, BA seguía siendo mas
poderosa. Aunque con su incorporación a la nación había perdido su principal fuente fiscal, seguía
siendo por mucho la mas rica de la Republica. Era incierta su subordinación a una nación en la que su
hegemonía no era reconocida.
1880 resoleria la incertidumbre. Cuando se disputo la candidatura para 1880, el grueso de las
provincias avalo a Roca, un provinciano con poco apoyo en BA. Carlos Tejedor apareció como el
candidato porteño. La facción mitrista carecia de fuerza para imponer la figura de Tejedor. Poco a
poco, fue transformándose en un enfrentamiento entre BA y la nación. Hubo revolución, hubo
guerra y hubo capitulación de BA. Roca fue electo presidente. BA, despojada de su ciudad madre que
paso a ser capital federal, descubriría que no hacia falta la hegemonía política para preservar su
sitial de honor, y que sus elites podían seguir siendo influyente en interaccion con las del interior.
Pero el conflicto revela otro problema, el de la legitimidad. Sorprendentemente, la idea del pueblo
elector fue rápidamente adoptada por las elites y permeo desde allí el cuerpo social. Aun después
del dictado de la Constitucion, los actos electorales contaban con una baja participación, y eran mas
bien confrontaciones de pequeños aparatos movilizados por los dirigentes. Asi, carente de
legitimidad de origen, todos los gobernantes del primer siglo independiente debían fundar su poder
en el ejercicio mismo del mando. Y esto dependía de su capaciada para obtener obedencia
necesaria, para evitar que un contendiente lo desplazara del poder. El problema de la legitimación
había dado lugar a numerosas confrontaciones antes de 1880. La alianza triunfante con Roca,
mantendría una prolongada hegemonía política a través del PAN. En la segunda mitad de los años
ochenta, una facción de ella liderada por Juarez Celman busco una concentración muy amplia del
control administrativo, excluyendo a Roca y otros importantes del PAN. Con la crisis financiera de
1890, la Union civica intento desplazarala mediante una revolución. Fracasada gracias a la
interencion del sector roquista del PAN, Juarez Celman tuvo que renunciar. Carlos Pellegrini, logro
reconstruir su poder y mantener la hegemonía del PAN y a su vez dividir a la Union Civica. Pero una
franccion de esta, la UCR, liderada por Alem, emergería de la coyuntura como un partido destinado a
ser protagonista de la vida política en el siglo XX. La dirigencia del PAN se enfrentaba al problema de
la legitimidad. Carentes de legitimidad electoral, las viejas elites comenzaron a sentir la amenaza no
ya de sus rivales de otras facciones oligárquicas, sino de los nuevos sectores sociales. El discurso
civista de la UCR podía resultar atractivo a estos sectores. Mas aun, el surgimiento del Partido
Socialista a fines de s. XIX, testimoniaba que las expresiones políticas tradicionales ya no contenían a
una incipiente demanda de participación. Estos temores promovieron la idea de una reforma
electoral, que se termino llevando a cabo en 1912 luego de algunos intentos fallidos.
Todo sugiere que las antiguas elites dirigentes del PAN contaban con que la reforma daría cabida a
otras fuerzas, sin quitaler la hegemonía. Parte de las viejas fuerzas se adaptaron bien al nuevo
contexto. Pero el radicalismo fue mas eficaz en la conquista del favor social, imponiendo un
predomino electoral considerables.
La economía: Para 1930 Argentina se encontraba entre los 10 o 12 paises con mayores ingresos del
mundo. Este extrordinario fenómeno sin duda se baso en un aprovechamiento consistente de sus
ventajas comparativas, vale decir, un crecimiento basado en el aprovechamiento de un rescurso
natural. La riqueza natural de la Argentina ha consistido hasta el dia de hoy sobre todo en la
disponibilidad de tierras capaces de producir diversos rubros de exportación. En 1880 las
posibilidades de crecimiento se multiplicaron.
Esta producción fue posible por la incorporación, a un ritmo entre paulatino y espasmódico, de una
enorme extensión de tierras. En el plano politco-militar, tomo forma de importantes oleadas. Este
ultimo movimiento, altero los equilibrios sociopolíticos permitiendo una definición mas certera de
los derechos de usufructo de la tierra, y por lo mismo, dfiniendo mejor las condicions en el mercado
laboral. En el plano productivo, fue sobre todo la expasion de la rd ferroviaria o que hizo factibl la
incorporación de suficiente capital y mano de obra como para multiplicar la producción de estas
tierras. La ferrovia iniciaron su crecimiento tímidamente en los años sesenta, creciendo luego a gran
ritmo entre 1885-1895, y en la década anterior a la Gran GGuerra. Por supuesto, fue la rica región
pampeana el foco de la expansión. La importancia del mercado interno tiene su explicación. La
producción de bienes exportables argentinos no solo requria mucha mano de obra sino que
promovió la estructura social compleja, con muchos productores independientes y asalariados
relatiamente bien remunerados. La demanada de bienes y servicios proviene de estos sectores
sociales emergentes. A su vez, creo nueas oportunidades de inversión y empleo.
Lo cierto es que el gran ritmo de crecimiento de la Argentina fue característico de los años ochenta y
del comienzo del siglo XX, y se interrumpió con la crisis de 1890 y luego con la que trajo la Gran
Guerra. Despues de esto, Argentina tuvo dificultades para adaptarse al contexto menos favorable de
los años veinte, pero en la segunda mitad de esa década volvió a crecer. El segundo problema es
entonces saber si, debía intentar consolidarse la visible pero aun modesta base industrial. La tercera
cuestión tiene que ver con el costo de crecer mirando hacia afuera.
El cambio social: La etapa que se perfila una vez superada la crisis de 1874-1877 ha sido definida
clásicamente como la de modernización social. En el plano demográfico se completqa en lo esencial
la llamada transición, el paso de un régimen poblacional en el cual la mortalidad y la natalidad son
altas. En el caso argentino, como la mortalidad era un poco inferior a lo habitual, el crimiento
vegetativo era importante, y lo seguiría siendo al final del procesos transicional, ya que la natalidad
baja menos.
Por otro lado, avanzan notablemente la educación, la urbanización y la comodidad de las viviendas,
se consolidad la estructura familiar nuclear con reducción del numero de miembros, se amplian,
diversifican y especializan los consumos, especialmente los consumos culturales y el entretenimiento
y se renuevan las instituciones asociativas. Esta renovación social afecta también a los sectores bajos
de la estructura laboral, donde el mundo campesino y las artesanías a el ligadas tienden a quedar
reducidas a unos bolsones en zonas alejadas y poco afectadas por el crecimiento económico, en
tranto se desarrolan el mundo de los obreros concentrados en grandes empresas en el transporte y
la comercialización, pero también en las incipientes plantas industriales. Junto con ellos, crecen los
sindicatos y la movilización social. Todos estos son procesos habituales en la consolidación del
capitalismo moderno. Pero en la Argentina, están acompañados por un fenómeno si no único, al
menos inusual. La inmigración masiva, cambia el perfil poblacional del país. Esto dio lugar a un
énfasis en la identidad nacional, del que paradójicamente también participarían los recién llegados.
Los sectores inmigrantes fueron los principales protagonistas del proceso de cambio entre las clases
populares. En la Argentina inmigración y modernización son fenómenos concomitantes.
Las viejas elites criollas mantuvieron su supremacia no sin cierta zozobra. Existia escasa renovación
social por la via de la movilidad ascendente. Sin embargo, con una sociedad y economía expansivas,
había lugar para una lenta renovación de las elites, especialmente por la incorporación de algunos
inmigrantes exitosos.
Participación política y espacio público en Buenos Aires (Sábato)
Los treinta años que van desde la caída de Rosas hasta la asunción de Roca a la presidencia fueron
testigos de cambios profundos en la sociedad porteña. Crecimiento económico, expansión
territorial, aumento de la población: En todos los campos las cifras no reconocen precedentes. Miles
y miles de inmigrantes llegaron a una ciudad que los incorporó en todas las capas sociales, ellas
mismas en redefinición, sus límites variables, difusos y permeables.
Los sectores populares se expandían conformando una masa heterogénea. Crecían también los
sectores medios y todos juntos, como trabajadores, compartían la esperanza en el ascenso, la vista
puesta en los escalones de una carrera posible, pero conocedores también de las caídas, los fracasos
y los existentes retrocesos.
Las clases altas, ampliadas y parcialmente renovadas, se enriquecían como nunca, firmemente
asentadas sobre actividades financieras y mercantiles en conexión con la exportación.
La actividad política, entonces, cobraba vida. Renacía en Buenos Aires la política tradicional y
facciosa de partidos, creándose un nuevo sistema de poder que se asentaban sobre una ampliada
base urbana. Sobre ella se afirmó el Partido Liberal, que más tarde se escindiría en dos grandes
figuras: Mitre y Alsina.
Sin embargo, la movilización política urbana que acompañó a la resurrección de las facciones fue
apagándose paulatinamente y, para mediados de la década del 60, la vida política de Buenos Aires
será cada vez más protagonizada por dos máquinas electorales.
Si bien la constitución garantizaba elecciones para todos los hombres mayores de edad
nacionalizados argentinos, la realidad es que el proceso eleccionario estaba plagado de fraudes,
manipulación y una escasa participación de la población en esa instancia.
Fue recién a partir del momento en el que se consolidó un régimen restrictivo eficaz (1880) que se
inició el debate sobre el tema de la ciudadanía y se formularon cuestionamientos a la limitación del
sufragio. Lo decisivo de esta etapa fue la definición de un espacio público ampliado, que operaba
como escenario de actuación para quienes –desde la sociedad- deseaban incidir sobre las esferas de
poder y a la vez como un ámbito de legitimación para aquellos que ocupaban o pretendían ocupar
algún lugar en ellas. La intervención en la escena pública cobraba, con frecuencia, dimensión política
y se convertía en una de las formas más típicas de participación del período. A la vez, tuvo por
entonces mayor centralidad que la representación ciudadana prevista por la Constitución que solo
más tarde adquiriría un lugar clave en la vida política nacional.
El surgimiento y desarrollo de una esfera pública ha sido señalado como uno de los procesos
centrales en la construcción de las sociedades burguesas.
En Buenos Aires, las décadas que siguieron a la caída de Rosas fueron las de un desarrollo
acelerado de una esfera pública que serviría, precisamente, como espacio de mediación entre
sociedad civil y poder público.
Este espacio público operaba en Buenos Aires, precisamente como un escenario: Era habitual la
intervención de grupos y sectores diversos tanto para expresar opinión como para presionar por sus
intereses de manera directa, sin mediaciones políticas pero traduciendo reclamos y posturas
particulares en términos del juego político local. A su vez, desde el poder se atendía a las señales que
provenían de este espacio público y, tanto personajes centrales como figuras secundarias del mundo
político, buscaban tener presencia en ese espacio.
La prensa escrita comenzó por esos años a mostrar una vitalidad sin precedentes que se tradujo en
una proliferación creciente de publicaciones periódicas cuyo número alcanzó las varias decenas en la
década del 70. Hubo diarios de larga y continuada presencia y es claro que esa prensa se constituyó
en un instrumento insoslayable para quienes aspiraban a tener alguna influencia en la vida política
local. Los dirigentes políticos porteños tenían prensa propia e incondicional –o ajena pero adicta- o,
en el peor de los casos, cultivaban cuidadosamente su relación con uno o más periódicos de Buenos
Aires. Los diarios, por su parte, necesitaban de sus padrinos políticos para sobrevivir
financieramente y, por lo tanto, no desempeñaban una relación que podía ser cambiante, pero
siempre podía ser estrecha con el mundo de los políticos.
Estos diarios de Buenos Aires estaban dirigidos a las élites políticas e intelectuales locales. Esto
provocó un lento surgimiento de una opinión pública que sería moderada a la vez que cortejada por
la prensa escrita. Tener un diario se convertía en una necesidad ya no solo para los dirigentes
políticos sino también para cualquier grupo que quisiera tener una presencia públicas, presionar por
sus intereses, defender sus posiciones. La prensa escrita fue así el instrumento clave de
intermediación entre sociedad civil y sectores públicos y, por lo tanto, un factor decisivo en la
conformación del espacio público.
Otro mecanismo de acción fueron las asociaciones. Integradas por argentinos e inmigrantes, por
gente de diferentes sectores sociales, podían tener fines diversos y fueron, por lo general,
mediadoras frente al Estado. Proliferaron las asociaciones civiles y profesionales, mutuales,
cooperativas, sindicatos obreros y patronales, pero no se vincularon con los partidos políticos sino
que actuaron directamente desde la sociedad.
Estas asociaciones contaron con prensa propia, se organizaban para protestar, expresar adhesión,
exponer demandas de distinta índole y, por lo tanto, se convirtieron en acotes permanentes en el
escenario porteño.
Sin embargo, el mundo político argentino estaba más fragmentado de lo que estos cuatro
agrupamientos pueden sugerir. El radicalismo, se encontraba dividido en algunas provincias, y luego
de la llegada al gobierno, esas divisiones se multiplicarían notablemente: casi no hubo provincias en
la que no se produjeran conflictos internos. Se entiende la importancia de estas pujas porque, las
provincias eran los escenarios donde las elecciones tenían lugar. Durante la primera presidencia de
Yrigoyen, las disidencias radicales no se articularon en un movimiento de alcance nacional, sio que
se trataban de peleas casi facciosas. En las elecciones de 1922, dos agrupaciones radicales
presentaron candidaturas diferenciadas a presidente: la UCR, cuyo candidato fue Alvear y la UCR
Principista, que promovió la candidatura de Laurencena.
En los grupos conservadores había fracasado, en la creación de una fuerza unificada de escala
nacional que pudiera enfrenar a la UCR en los años siguientes de esa unidad. El PS tenia arraigo en la
Capital Federal, donde logro competir con el radicalismo con cierto éxito; en el resto del Apis, su
poderío era escaso.
La disputa central: la importancia de las imágenes: Durante estos años la disputa política argentina
tuvo su núcleo en el conflicto entre el radicalismo y quienes habían sido los beneficiarios del antiguo
orden. Desde fines del siglo XIX, Yrigoyen había ganado un prestigio inigualado. Todavía hoy sigue
llamando la atención. Más proclive a la charla individual e intima, fue objeto de devoción por parte
de amplios grupos populares. Al mismo tiempo, la UCR era algo mas que un partido político. Era
concebido como la expresión de la mismísima nación, de toda ella. Su programa de gobiernos era la
propia constitución nacional. Alvear diría que ser radical era ser dos veces argentino. La certeza de
constituir la “causa” de la nación frente al “régimen” era una pieza central de la identidad radical. Sin
embargo no debe suponerse que la llegada del radicalismo al gobierno significo un cambio
violentísimo, ya que la dirigencia radical, tenia procedencias sociales muy semejantes a las de los
miembros del régimen. También integraron la UCR hombres que exhibían otros orígenes, algunos
altos funcionarios y diputaron fueron hijos de inmigrantes. Entre los conservadores, sus adversarios,
se extendió la imagen de os gobiernos radicales como gobiernos de “los incapaces”. Otra nota que la
oposición destaco por la negativa fuer la ruptura del protocolo en las relaciones entre el Poder
Ejecutivo y el Poder Legislativo.
El comienzo en 1916 fue complicado. La posición del gobierno nacional no era cómoda, dado que el
Congreso como muchos de los gobiernos provinciales estaba en manos opositoras. Yrigoyen busco
desactivar estas bases de la oposición. En las provincias, apelo a las intervenciones. Algunas
provincias fueron intervenidas en más de una oportunidad. N cuento al Congreso, las sucesivas
elecciones consolidaron a la bancada radical, aunque la Cámara de Senadores continuo siendo un
bastión opositor.
En cuanto al desempeño en el gobierno, hacia 1916 los radicales apenas disponían de dirigentes
entrenados en el manejo de la administración a nivel nacional. Se destaca el de la política exterior.
Yrigoyen decidió mantener la neutralidad. La guerra había impactado también en la economía local.
Se produjo una baja general en el comercio internacional, las exportaciones como las importaciones
disminuyeron. Luego, la exportación repunto, las importaciones continuaban deprimidas. Así, la
balanza comercial resulto favorable. El cuadro se completaba con una baja importante en los salarios
reales. Finalizada la guerra se produjo cierta recuperación que se frenaría hacia 1920-1921. La
inflación complico la situación, Yrigoyen intento solucionar el problema del financiamiento de las
actividades estatales, se presento al Parlamento un proyecto de impuesto a los ingresos personales,
sin embargo no fue tratado.
Ante la cuestión social, Yrigoyen comenzó su gestión intentando ubicar al gobierno como arbitro
frente a los conflictos obreros. Otorgaba a las organizaciones la posibilidad de instalarse en
posiciones de cierta fuerza a la hora del conflicto. El presidente se negó a reprimir. La política de
Yrigoyen fue criticad por la oposición conservadora. Luego de la Revolución soviética, surgieron en
la Argentina agrupaciones peculiares. La Liga Patriótica Argentina, por ejemplo.
La candidatura de Marcelo T. de Alvear: Era un radical de los primeros tiempos. En 1912 la relación
de Alvear con la política era irregular: largas estadías en Paris se combinaban con la actividad
partidaria. Alvear manifestó diferencias con las posiciones de Yrigoyen, los lazos de afectos entre
ambos eran antiguos. Hacia 1922, Alvear era un dirigente importante, con experiencia parlamentaria
y diplomática, de lealtad probada incluso a pesar de las diferencias de criterio, con extensa
pertenencia partidaria y relación personal con el líder.
¿Un nuevo eje del conflicto político? En los ministros designado por Alvear se leyó un primer gesto
de autonomía respecto de Yrigoyen. Ese conflicto se intensificaría. En esta ocasión, los radicales que
se distanciaron de Yrigoyen lograron articular una alternativa nacional, y luego, en 1924 los
disconformes organizaron un partido diferenciado, la Unión Cívica Radical Antipersonalista. El rasgo
en común era la critica a Yrigoyen, acompañada de la pretensión de constituir el autentico
radicalismo.
Los yrigoyenistas continuaban reteniendo la estratégica provincia de BA, Capital Federal y otros
distritos. La gestión de Yrigoyen tendría larga vida en a UCR. En ocasiones la crítica yrigoyenista se
detenía ante la figura de Alvear; sin embargo en 1928, la acusación de traición alcanzo al presidente
saliente.
El Congreso fue uno de los lugares en que se libro este conflicto entre personalistas y
antipersonalistas, Gran parte de las bancas estaban en manos yrigoyenistas. A través de decretos, el
presidente llego a clausurar en tres oportunidades las sesiones extraordinarias. Una de las piezas
clave para dirimir el entretenimiento era el control de la provincia de BA. Aun presionando, Alvear
no tomo la decisión de intervenir la provincia, en 1928 la UCR, nuevamente impulsaba a Yrigoyen.
Las líneas de acción del gobierno de Alvear: en 1922 Yrigoyen había creado una Dirección General
de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. También se creó la Fabrica Nacional de Aviones de Córdoba, en
1927. Alvear volvió a proponer al Congreso la creación de un impuesto a los bienes personales, que
tampoco recibió tratamiento.
Entre los opositores se contaron algunas agrupaciones que comenzaban a llamarse nacionalistas.
Tenían algunas coincidencias con intelectuales católicos, y con aquellas organizaciones de derecha
surgida en tiempos de la Semana Trágica. Exhibían algún perfil generacional relativamente
homogéneo: eran jóvenes nacidos con el siglo. Buscarían ofrecer el soporte intelectual y suministrar
cuadros de gobierno al uriburismo luego del golpe de 1930.
El camino hacia el golpe de estado: pronto los primeros indicios de la crisis que finalmente habría de
llevar a la caída de Wall Street en octubre de 1929 se hicieron sentir en la Argentina. Se produjo una
baja de sueldos y comenzó un proceso inflacionario. Ese año de 1929, el conflicto político se
intensifico. Pronto se llego a la violencia, que en diciembre se cobro la vida de Washington Lencinas.
Poco después, el propio Yrigoyen era víctima de un atentado, fallido. Tampoco faltaron los
enfrentamientos entre los grupos de choque del nacionalismo. En la opinión publica el clima estaba
cambiando, y en 1930, se multiplicaron las movilizaciones contra el gobierno.
La violencia se volvió más intensa en las elecciones de diputados nacionales de ese mismo año.
La oposición incluía ya públicamente no solo a los partidos sino también a órganos de prensa, y en
poco tiempo, a agrupaciones estudiantiles. Lo que podía verse como un éxito electoral propio aun
parcial no desactivo las simpatías de muchos por los planes de un golpe de estado a cargo del
ejército.
Otro factor a tener en cuenta a la hora de explicar este golpe de estado es la intensa competencia
interna entre altos funcionarios radicales cercanos al presidente. Esos pleitos ponían al propio
presidente en el papel de quien debía resolver las tensiones. El 6 de septiembre triunfo el golpe en
BA.
Interpretaciones: los golpista no contaban con guarniciones importantes y muchos mandos estaban
cerca del oficialismo radical. Por otra parte, desde la propia arena política se había alentado la
intervención militar. Estos planteos no bastan para caracterizar definitivamente el golpe. Sinceros o
no, debía ser presentada como un medio para restaurar la ley. El uriburismo, pronto fue derrotado.
El gobierno surgido del golpe militar abría una nueva disputa política se libro entre los bandos que
habían participado el movimiento, nacionalistas y conservadores.
El uriburismo intento impulsar una reforma corporativista de la Constitución Nacional, rápidamente
bloqueada por los partidos que habían participado en el golpe. La disputa entre Uriburu y Justo
término con el triunfo de este último, quien fue finalmente el candidato oficialista a presidente en
1931. Al año siguiente, se hizo cargo de la presidencia.
1912-1930: En principio, si se tiene en cuenta el intento de los reformistas, había sido promover la
aparición de partidos orgánicos como actores del sistema, deben admitirse que el resultado fue
bastante dudoso. El radicalismo se encontraba lejos de ese modelo, y tampoco los conservadores lo
habían conseguido. Así, el sistema de partidos en conjunto asumía los rasgos de los dos actores más
poderosos, radicales y conservadores.
Por otra parte, se han mencionado ya la existencia de denuncias acerca de las precisiones ejercidas a
la hora de los comicios por autoridades locales. Tampoco faltaron las quejas puntuales, en particular
en la elección de 1930.
La ampliación de los derechos electorales estuvo a su vez condicionada por algunos modos previos
en los que los actores concibieron el conflicto político. De este modo, la democracia argentina de
1916 tendió a tener su centro mucho mas exhibición de apoyos populares en la contienda electoral
que el respeto a los mecanismos institucionales.
Pero estas mismas acciones, tenían también otros costados. Por una parte se trataba de modos de
participación y movilización política en la base, por la otra, esa misma practica e instituciones
pasaban a formar parte de redes que los caudillos barriales o de la localidad tejían.
Asa, el objetivo de la reforma no se había alcanzado. A pesar d estos fracaso relativos, las pautas
fijadas por la Ley Sáenz Peña funcionaban como un reglamento amplio que muy pocos se atrevían a
cuestionar públicamente. Las quejan, solían destacar precisamente que no se cumplían sus
disposiciones.
Los treinta años que van desde la caída de Rosas hasta la asunción de Roca a la presidencia fueron
testigos de cambios profundos en la sociedad porteña. Crecimiento económico, expansión
territorial, aumento de la población: En todos los campos las cifras no reconocen precedentes. Miles
y miles de inmigrantes llegaron a una ciudad que los incorporó en todas las capas sociales, ellas
mismas en redefinición, sus límites variables, difusos y permeables.
Los sectores populares se expandían conformando una masa heterogénea. Crecían también los
sectores medios y todos juntos, como trabajadores, compartían la esperanza en el ascenso, la vista
puesta en los escalones de una carrera posible, pero conocedores también de las caídas, los fracasos
y los existentes retrocesos.
Las clases altas, ampliadas y parcialmente renovadas, se enriquecían como nunca, firmemente
asentadas sobre actividades financieras y mercantiles en conexión con la exportación.
La actividad política, entonces, cobraba vida. Renacía en Buenos Aires la política tradicional y
facciosa de partidos, creándose un nuevo sistema de poder que se asentaban sobre una ampliada
base urbana. Sobre ella se afirmó el Partido Liberal, que más tarde se escindiría en dos grandes
figuras: Mitre y Alsina.
Sin embargo, la movilización política urbana que acompañó a la resurrección de las facciones fue
apagándose paulatinamente y, para mediados de la década del 60, la vida política de Buenos Aires
será cada vez más protagonizada por dos máquinas electorales.
Si bien la constitución garantizaba elecciones para todos los hombres mayores de edad
nacionalizados argentinos, la realidad es que el proceso eleccionario estaba plagado de fraudes,
manipulación y una escasa participación de la población en esa instancia.
Fue recién a partir del momento en el que se consolidó un régimen restrictivo eficaz (1880) que se
inició el debate sobre el tema de la ciudadanía y se formularon cuestionamientos a la limitación del
sufragio. Lo decisivo de esta etapa fue la definición de un espacio público ampliado, que operaba
como escenario de actuación para quienes –desde la sociedad- deseaban incidir sobre las esferas de
poder y a la vez como un ámbito de legitimación para aquellos que ocupaban o pretendían ocupar
algún lugar en ellas. La intervención en la escena pública cobraba, con frecuencia, dimensión política
y se convertía en una de las formas más típicas de participación del período. A la vez, tuvo por
entonces mayor centralidad que la representación ciudadana prevista por la Constitución que solo
más tarde adquiriría un lugar clave en la vida política nacional.
El surgimiento y desarrollo de una esfera pública ha sido señalado como uno de los procesos
centrales en la construcción de las sociedades burguesas.
En Buenos Aires, las décadas que siguieron a la caída de Rosas fueron las de un desarrollo
acelerado de una esfera pública que serviría, precisamente, como espacio de mediación entre
sociedad civil y poder público.
Este espacio público operaba en Buenos Aires, precisamente como un escenario: Era habitual la
intervención de grupos y sectores diversos tanto para expresar opinión como para presionar por sus
intereses de manera directa, sin mediaciones políticas pero traduciendo reclamos y posturas
particulares en términos del juego político local. A su vez, desde el poder se atendía a las señales que
provenían de este espacio público y, tanto personajes centrales como figuras secundarias del mundo
político, buscaban tener presencia en ese espacio.
La prensa escrita comenzó por esos años a mostrar una vitalidad sin precedentes que se tradujo en
una proliferación creciente de publicaciones periódicas cuyo número alcanzó las varias decenas en la
década del 70. Hubo diarios de larga y continuada presencia y es claro que esa prensa se constituyó
en un instrumento insoslayable para quienes aspiraban a tener alguna influencia en la vida política
local. Los dirigentes políticos porteños tenían prensa propia e incondicional –o ajena pero adicta- o,
en el peor de los casos, cultivaban cuidadosamente su relación con uno o más periódicos de Buenos
Aires. Los diarios, por su parte, necesitaban de sus padrinos políticos para sobrevivir
financieramente y, por lo tanto, no desempeñaban una relación que podía ser cambiante, pero
siempre podía ser estrecha con el mundo de los políticos.
Estos diarios de Buenos Aires estaban dirigidos a las élites políticas e intelectuales locales. Esto
provocó un lento surgimiento de una opinión pública que sería moderada a la vez que cortejada por
la prensa escrita. Tener un diario se convertía en una necesidad ya no solo para los dirigentes
políticos sino también para cualquier grupo que quisiera tener una presencia públicas, presionar por
sus intereses, defender sus posiciones. La prensa escrita fue así el instrumento clave de
intermediación entre sociedad civil y sectores públicos y, por lo tanto, un factor decisivo en la
conformación del espacio público.
Otro mecanismo de acción fueron las asociaciones. Integradas por argentinos e inmigrantes, por
gente de diferentes sectores sociales, podían tener fines diversos y fueron, por lo general,
mediadoras frente al Estado. Proliferaron las asociaciones civiles y profesionales, mutuales,
cooperativas, sindicatos obreros y patronales, pero no se vincularon con los partidos políticos sino
que actuaron directamente desde la sociedad.
Estas asociaciones contaron con prensa propia, se organizaban para protestar, expresar adhesión,
exponer demandas de distinta índole y, por lo tanto, se convirtieron en acotes permanentes en el
escenario porteño.
LUGONES POLÍTICO. Este trabajo se centrará en los escritos políticos de este autor dados a conocer
entre 1923 y 1930. Desde su adolescencia, Lugones manifestó una inclinación por las ideas
anarquistas y luego socialistas, que determinaron su militancia en este último partido.
De esta época quedan sus ardientes manifestaciones revolucionarias contra la burguesía, la iglesia y
los políticos. Según cuenta su hijo, los acontecimientos que definieron su vuelco hacia ideas
antidemocráticas fueron la Revolución Rusa (1917) y los hechos de la Semana Trágica (1919),
sucesos donde se dio la movilización de las masas populares.
El pensamiento político de Lugones puede ser resumido bajo el título con que da comienzo a una de
sus conferencias en el Coliseo: “La doble amenaza”: 1) la que constituían las ideas anarquistas y del
maximalismo ruso. 2) La que resultaba de la inclusión a la vida política de nuevos sectores a partir de
la Ley Sáenz Peña.
El primer factor cambió la estructura del mercado de trabajo y la organización sindical, como
consecuencia por las fuertes demandas para mejorar las condiciones de trabajo. El segundo factor
provocó un desplazamiento de los grupos tradicionales de poder y un ascenso de sectores, hasta
entonces excluidos, en los que Lugones vio una amenaza que lo llevó a criticar a la democracia.
Una imagen persistente de la historia económica argentina se apoya en las altas tasas de crecimiento
que la economía del país alcanzó entre las últimas décadas del siglo pasado y 1930, impulsado por las
exportaciones de productos agropecuarios al mercado mundial. A partir de la crisis de 1929, la
orientación económica cambió. Las exportaciones hacia el mercado internacional dejaron de ser el
impulsor del crecimiento. El mercado interno y el desarrollo industrial se transformaron en el nuevo
estímulo y la intervención estatal en la economía se acentuó.
CRISIS Y DEPRESIÓN. Las causas de la crisis en 1929, simbolizada en el crack de la Bolsa, siguen
siendo tema de debate entre los economistas. Para muchos de ellos, sus orígenes se encontraban en
los problemas generados en la economía norteamericana. Crisis monetaria o crisis de
sobreproducción, los efectos fueron mucho más claros que sus causas. Las dificultades que la
mayoría de los países encontraron para seguir con sus prácticas comerciales impulsaron, en los
Estados afectados, la adopción de medidas específicas. Ellas implicaban una retracción de las
economías dentro de las fronteras nacionales, el fortalecimiento de barreras proteccionistas, el
abandono del patrón del oro y la búsqueda de acuerdos bilaterales entre países. Argentina no fue
ajena a esos procesos. El impacto se sintió en la caída de los valores de las exportaciones de carne y
cereales, y en las dificultades para la obtención de capitales y de las divisas necesarias para el pago
de importaciones. La desocupación apareció también como una consecuencia de la crisis.
Para afrontar esto, los gobiernos del decenio de 1930 adoptaron medidas políticas que abarcaron la
creación del Banco Central, disminuir las importaciones, intentos de apoyo y regulación de la
producción agropecuaria y la búsqueda de caminos que permitieran salvaguardar la relación con los
mercados tradicionales, en particular el británico, para las exportaciones argentinas. Estas medidas se
daban en el contexto de una ilegitimidad política, proveniente del golpe de Estado que derrocó a
Yrigoyen en 1930, del fraude, y de la corrupción en el gobierno. El golpe había colocado en el poder a
Uriburu y en 1932, a partir de elecciones en que el Radicalismo se abstuvo de participar, Justo se hizo
de la presidencia. En 1943 un nuevo golpe de Estado pondría fin al experimento de un sistema de
gobierno difícil de caracterizar como democrático.
EL SECTOR EXTERNO Y CAMBIOS EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL. Desde las últimas décadas del
S XIX, la expansión de la economía argentina había impulsado una relación cada vez más estrecha
con Inglaterra. Muchos de los capitales invertidos provenían de allí, y hacia allá se dirigían las
exportaciones de cereales y la carne. Desde la 1º GM, Inglaterra perdió parte de su hegemonía en el
mundo. Sus productos perdían competitividad y New York reemplazaba a Londres como centro
financiero mundial. Tanto ingleses como norteamericanos defendían sus intereses. Desde EEUU
comenzaron a llegar en la década de ‘20 capitales dirigidos a la instalación de industrias que pudiesen
competir en el mercado interno.
Argentina, por su parte, elegiría mantener su alianza con Inglaterra. En 1928, las exportaciones
cayeron y el capital comenzó a salir del país, mientras los gastos estatales aumentaron. Así, la crisis
se instaló en el país antes que estallara en el mundo. Hacia fines de 1929 llegó al país una misión
comercial británica que tenía como objetivo consolidar las relaciones entre los dos países. Sus
resultados fueron halagüeños para Inglaterra. Argentina se comprometía a comprar en el mercado
inglés, durante dos años, los materiales que necesitaba para los ferrocarriles; Inglaterra se obligaba a
seguir adquiriendo los embarques de carne que Argentina exportaba. El acuerdo fue firmado por
Yrigoyen y aprobado en Diputados, aunque el gobierno fue depuesto en 1930 antes que fuera
aprobado en el Senado. De todas formas, se trataba de un antecedente del tratado Roca-Runciman.
Éste establecía que Inglaterra se comprometía a permitir la importación de la misma cantidad de
carne que en 1932, a menos que se produjera una nueva baja de sus precios en Inglaterra. A
cambio, Argentina reduciría las tarifas de importación de varios productos británicos al nivel que
tenían en 1930. También asumía el compromiso de mantener un trato benévolo hacia compañías
británicas y a facilitar el acceso a las divisas que éstas requerían para enviar sus ganancias a
Inglaterra. El pacto tenía una vigencia de 3 años y los acuerdos logrados se prorrogaron por un
nuevo tratado conocido como Eden-Malbrán, firmado en 1936. Como consecuencia de ambos
tratados, Argentina seguía accediendo al mercado británico a cambio de concesiones a los intereses
de ese origen.
LAS RESPUESTAS A LA CRISIS. La primera respuesta a la crisis por parte del gobierno de Uriburu
consistió en afirmar la vigencia de políticas ortodoxas. Se trataba de equilibrar el presupuesto del
Estado, al mismo tiempo que se mantenía el pago de la deuda pública. El equilibrio entre recursos y
gastos estatales recibió prioridad. Dado el contexto internacional, era normal que los recursos
estatales disminuyeran. Se redujeron los gastos disminuyendo los salarios de empleados públicos, se
restringió el gasto en obras públicas. La reducción del salario era atemperada por la deflación de
precios. Se trató de incrementar ingresos a través de nuevos impuestos internos y de aumentos en
los aranceles a las importaciones. El problema lo constituía la deuda pública. Varios países
americanos habían decidido suspender los pagos; Argentina los mantuvo. Esto le permitió al gobierno
mantener credibilidad.
El gobierno también enfrentaba el problema del valor de la moneda y la cantidad de circulante.
Uriburu mantuvo la inconvertibilidad del peso; en 1931, estableció el control de cambios intentando
mantener el valor de la moneda, para lo cual permitió la salida del oro.
A partir del ’33 cuando Federico Pinedo asumió como ministro de Hacienda, las medidas tomadas
tendieron a profundizar políticas anteriores e innovar. El establecimiento del impuesto a los réditos y
la creación del Banco Central fueron medidas que continuaban las tendencias ya insinuadas. Dispuso
también la devaluación del peso, mayor intervención estatal en el sostenimiento de los precios
agropecuarios y en la regulación de la producción del sector.
El Banco Central consistía en regular el crédito y el circulante adaptándolos al volumen real de los
negocios, en concentrar reservas, controlar a bancos promoviendo el buen funcionamiento del crédito
y en actuar como agente financiero del gobierno. La creación del banco generó polémicas por su
directorio, en el que participaban extranjeros y por los temores de que actuaran con demasiada
independencia del gobierno.
Las medidas innovadoras fueron el control de cambios y la devaluación del peso dispuesta en 1933, y
reiterada en 1938. El sistema del control de cambios implicaba la creación de un mercado oficial,
donde las divisas obtenidas de las exportaciones tradicionales se vendían al gobierno y éste las
revendía a las empresas favorecidas, que contaban con un permiso previo de importación, a un
precio más alto. Con estas medidas el gobierno mejoró las cuentas públicas. A la mejora económica
había contribuido un cambio en el sector externo, que se produjo a partir de 1934, cuando comenzó
una tendencia ascendente en las exportaciones y una mejora de precios. Aunque en 1937 las
exportaciones cayeron y produjo temores.
LA GUERRA. En 1939 estalló la guerra. EEUU se sumó al bando aliado en 1941 y el conflicto afectó a
casi todos los países del mundo. En Argentina se profundizaron las divisiones entre los defensores de
la neutralidad y los partidarios de los aliados. El gobierno militar inaugurado con el golpe del ’43 debió
soportar presiones de EEUU. Los desencuentros entre ambos países, que miraban con suspicacia el
surgimiento de Perón y sus simpatías fascistas, tendrían consecuencias en la posguerra.
Los efectos de la guerra en Argentina no fueron tan malos. La economía creció y hacia el fin del
conflicto, Argentina contaba con un importante saldo de libras a su favor acumuladas en Londres
como resultado del comercio con Inglaterra. Además, el crecimiento estaba basado en el sector
industrial. Junto con el crecimiento de la economía por las exportaciones, se desarrolló un mercado
interno que alentó al crecimiento de las industrias. Parte del crecimiento industrial se relacionó con la
instalación de empresas norteamericanas, en ramas textiles, de neumáticos y de productos eléctricos.
El fenómeno no era nuevo: a principios de siglo se habían instalado frigoríficos norteamericanos.
BALANCE FINAL. Argentina se recuperó de la crisis rápidamente y comenzó un proceso de
crecimiento basado en la industria. También, del registro del conflicto entre los intereses
norteamericanos y británicos por imponerse en el país. Éstas eran las condiciones que habrían llevado
al diseño paulatino de una política que contenía medidas estructurales y medidas anticíclicas. Las
primeras pretendían mantener la relación con Inglaterra preservando el mercado para las carnes
argentinas. Las medidas anticíclicas pretendían utilizar el control de cambios para desarrollar el apoyo
a la industria. Desde el Banco Central, se apoyaba a las industrias ya instaladas en el país, las cuales
usaban insumos que era necesario importar y estaban controladas por el capital extranjero. Luego del
golpe del ’43 y del surgimiento de Perón, se habría impuesto una estrategia diferente: asegurar el
pleno empleo y mejorar los salarios. Se apoyaría la industria existente así como el desarrollo del
mercado interno y la industrialización por sustitución de importaciones.
INTERVENCIÓN Y CIERRE ECONÓMICO. La eficacia del gobierno debía quedar demostrada por su
capacidad para enfrentar la crisis. Los precios internacionales de los productos agrícolas cayeron y
aunque el volumen de exportaciones no descendió, los ingresos del sector agrario y de la economía
se contrajeron. Como el gobierno optó por mantener el servicio de la deuda externa, debieron
reducirse las importaciones y los gastos del Estado. A mediados de 1933, con la designación de
Pinedo como Ministro de Hacienda, se avanzó en 2 tendencias: la creciente intervención estatal, y el
cierre progresivo de la economía. También, el reforzamiento de la relación con Inglaterra. A fines del
31 (con Uriburu), se estableció el impuesto a los réditos, antiguo proyecto de Yrigoyen, pero que fue
vetado, aunque con la crisis fue aceptado. Sumada a la reducción de gastos, en 1933 el gobierno
había equilibrado su presupuesto. También de 1931 fue el establecimiento del control de cambios,
mediante el cual el gobierno centralizaba la compra y venta de divisas. Desde el gobierno podían
establecerse prioridades para el uso de divisas, y esto era una cuestión que preocupaba a los
sectores internos y a los dos grandes aspirantes externos a disponer de ella: EEUU e Inglaterra.
El estado se hizo de una importante masa de recursos, y sobre todo pudo decidir sobre su uso. Así
estableció una serie de prioridades para vender las divisas que controlaba: el servicio de la deuda era
la primera; luego, atender las importaciones esenciales, 3ro, las remesas de las empresas de servicios
públicos.
En 1935 se creó el Banco Central que regulaba las fluctuaciones cíclicas de la masa monetaria y
controlaba la actividad de los bancos privados. El estado fue asumiendo funciones en la economía y
paso a la definición de las reglas del juego. La economía fue cerrándose a un mundo donde también
se dibujaban áreas cerradas. La más importante tuvo que ver con la industria. Creció el textil,
también las actividades volcadas al consumo: alimentos, confecciones y productos químicos. Los
grandes capitales, vinculados a las actividades agropecuarias, acentuaron su orientación hacia la
industria. La sustitución de importaciones ofrecía el atractivo de un mercado existente y cautivo y una
ganancia rápida. Así, el crecimiento industrial abrió un campo de negociación entre los sectores
propietarios y el estado. La producción agrícola no decayó aunque la situación de los productores se
deterioró, en especial los pequeños, y se fueron dando condiciones para el éxodo rural. El cambio
más importante se produjo fuera del área pampeana donde crecieron cultivos industriales orientados
al mercado interno del algodón, que desde 1930 se consumía en el país.
LA PRESENCIA BRITÁNICA. Presionada por el avance de EEUU, y en la crisis, Inglaterra optó por
reconcentrarse en su Imperio, fortalecer sus vínculos con las colonias y dominios. En 1933, Roca
negoció en Londres las condiciones para el mantenimiento de la cuota argentina de carne. Era vital
para asegurar la credibilidad del gobierno entre los diversos sectores ligados a la actividad pecuaria, y
en ese aspecto obtuvo un éxito relativo: se mantendrían las condiciones de 1932, y se consultarían
eventuales reducciones posteriores que fueran necesarias. No logró gran cosa en su 2do objetivo:
aumentar la participación de los productores locales en el control de exportaciones. El tratado,
firmado por Roca y Runciman, limitó a 15% el cupo que podía ser manejado por frigoríficos
nacionales, entre los cuales se preveía que podría existir uno sin fines de lucro. A cambio, Inglaterra
se aseguró de que la totalidad de las libras generadas por ese comercio se emplearían en la propia
Inglaterra: en el pago de la deuda, en la importación de carbón, material ferroviario o textil. Se
trataba de una victoria inglesa: a cambio del mantenimiento de la participación argentina en carnes
se aseguraban el cobro de los servicios de sus antiguas inversiones.
En 1935 el senador santafesino L. De la Torre solicitó una investigación sobre el comercio de las
carnes en el país y las actividades de frigoríficos. Denunció que estos no pagaban impuestos,
ocultaban sus ganancias y daban preferencias a algunos ganaderos, como el propio ministro de
Agricultura Luis Duhau. Esto atrajo la opinión pública y suscitó una violenta respuesta de Duhau y
Pinedo. En una de las sesiones cayó asesinado Bordabehere, compañero de banca de De la Torre, a
quien iba dirigido el disparo.
UN FRENTE POPULAR FRUSTRADO. Pese a sus éxitos económicos, el régimen de Justo fue visto
como fraudulento, corrupto y ajeno a los intereses nacionales. Se hicieron evidentes los signos de
una creciente movilización social y política. En 1935, los trabajadores de la construcción de Bs. As.,
conducidos por comunistas, iniciaron una huelga que duró más de 90 días; en los barrios de la ciudad
se manifestó una amplia solidaridad y en enero la CGT realizó una huelga general de dos días. El
saldo más importante fue la constitución de la Federación Obrera Nacional de la Construcción, un
sindicato importante. En 1936, la Confederación General del Trabajo (CGT) celebró el 1º de Mayo con
un acto conjunto con los distintos partidos de oposición: radicales, demoprogresistas, socialistas y
comunistas adhirieron a los reclamos de los trabajadores y reclamaron por la libertad y la democracia.
Por 1º vez en esa fecha, se cantó el himno, y Alvear fue elogiado como obrero auténtico de la
democracia nacional. En 1936 la UCR triunfó en las elecciones de diputados en algunas provincias. En
el campo opositor al gobierno fue importante el cambio de los comunistas, que en 1935 abrazaron la
consigna del Frente Popular. Se lanzaron a impulsar la unidad de los “sectores democráticos” para
enfrentar el nazifascismo.
Desde 1933, la recuperación económica y la reorientación industrial empezaron a hacerse notar. La
desocupación fue absorbida y empezó el movimiento de migrantes de las zonas rurales hacia los
grandes centros urbanos, atraídos por el nuevo empleo industrial. En Buenos Aires, este crecimiento
se radicó en los barrios periféricos de la ciudad. Entre las organizaciones gremiales seguían
dominando los grandes sindicatos del transporte y servicios: Unión Ferroviaria, la Fraternidad de
maquinistas de trenes, la Unión Tranviaria, los municipales, empleados de comercio. Fueron
creciendo grupos de trabajadores de las nuevas industrias manufactureras o de la construcción; allí
los dirigentes comunistas tuvieron éxito en organizar sindicatos que agruparan los antiguos oficios por
ramas de industria: metalúrgicos, textiles, madereros, alimentarios y obreros de la construcción. La
actividad sindical resurgió hacia 1934 y creció en los años siguientes hasta 1937.
Entenderse con uno de los actores principales de la sociedad formaba parte de la estrategia estatal al
reconocer al Estado como interlocutor principal. La democratización resultó tentadora para grupos del
oficialismo, preocupados por la legitimidad del régimen y espoleados por disputas internas crecientes.
En 1937 Justo impuso la candidatura presidencial de Ortiz, radical, pero debió aceptar para
vicepresidente a un conservador como Ramón Castillo. Para enfrentar a Alvear, se recurrió a
procedimientos fraudulentos.
Cuando todo parecía conducir al triunfo de esta versión oficialista y de derecha, la enfermedad del
presidente Ortiz obligó en 1940 a dejar el mando a Castillo. En octubre de 1941, Castillo disolvió el
Consejo Deliberante de Bs. As., sin despertar resistencias. Así, el intento de democratización de 1936,
se desmoronó a 1940.
Los años que nacen con el derrocamiento de Yrigoyen han quedado fijados en la política argentina
como la “década infame”. El país moderno nace en la crisis del ’30. La opción elegida por Argentina
no difiere de la adoptada por otros países parecidos, en los que se lanzó un proceso de
industrialización.
La caída de Yrigoyen marcó el comienzo del fin del estado liberal. En rigor y bajo control de los
conservadores la Argentina burguesa se reorganizará para adecuarse a las nuevas condiciones
generadas por la depresión. Con Justo como presidente en 1932 la fracción poderosa burguesa
agraria tomará las riendas del estado. En 1933, Argentina e Inglaterra subscribirán el pacto Roca-
Runciman, que aseguraba a esa fracción la cuota de exportación de carnes al mercado inglés en los
niveles anteriores al estallido de la crisis, mientras desamparaba al resto de los productores agrarios.
Cuando a partir de 1935 el sistema productivo se recupera de la crisis, la ilegitimidad de ese gobierno
conservador montado sobre la corrupción comienza a desnudarse. Hacia el fin de la década el sistema
busca generar un nuevo Sáenz Peña que lo saque de ese marasmo crítico incapaz de articular un
modelo de desarrollo económico con un modelo de hegemonía. Ese será el momento de la operación
transformista de Ortiz, el sucesor también fraudulento de Justo. Su proyecto postula una
transformación desde arriba que sea capaz de hacer más fluida la relación entre estado y sociedad.
Pero Ortiz deberá, en 1940, delegar el mando por enfermedad a Castillo. Ortiz muere en 1942, al
igual que Alvear. En 1943 lo hace Justo y cuatro años antes se había suicidado De La Torre. Sin
líderes, el estado se vio expuesto a los militares, que devoraron a Castillo y a toda una década.
A fines del S XIX ya estaban instalados en Argentina los cimientos del estado laico. Las premisas de
este proceso estaban presentes en la Constitución de 1853. La instrucción laica y pública recibió gran
impulso y el positivismo se convirtió en la corriente de pensamiento hegemónica en las universidades.
Con la institución del registro civil, los nacimientos, las defunciones y los matrimonios, dejaron de ser
momentos de exclusiva competencia de la Iglesia. Se introdujo la diferencia entre “ciudadano” y
“católico”.
La laicización de la vida pública erosionó la influencia social de la Iglesia, sobre todo en centros
urbanos, donde la inmigración ocasionó grandes transformaciones. Esta instigó un conflicto entre las
elites liberales y la Iglesia. Fue un enfrentamiento que alcanzó elevados niveles de paroxismo en
ocasión de las leyes de enseñanza laica de 1884 y de matrimonio civil en 1888. Sin embargo, este
conflicto no llegó a representar un obstáculo para la consolidación del estado laico. Esto resulta
comprensible si se considera que la iglesia argentina era débil, ni rica ni poderosa. No era fuerte para
amenazar la construcción del estado liberal, pero podía representar un buen instrumento de cohesión
y control social en regiones del interior.
La Iglesia nunca perdió sus prerrogativas en el área educativa; el culto católico no fue sometido a
restricciones. Estas ambigüedades en la relación entre estado e iglesia ya estaban presentes en la
Constitución, en la cual había artículos de signo confesional: un artículo prescribía que el presidente
debía ser católico, otro decía que la iglesia debía evangelizar a los indígenas.
Las manifestaciones de la rápida modernización del país eran la causa de la crisis. La necesidad de
nacionalizar inmigrantes, así como el crecimiento de la ciudad y los problemas de urbanización.
Aumentó la evidencia de que el modelo liberal no aportaba solo bienestar sino también conflictos. El
golpe militar del 30 que despojó al radicalismo y bloqueó sectores sociales emergentes al acceso a la
vida política, imprimió una decisiva aceleración a la crisis del proyecto liberal y definió sus límites.
En este clima, la reacción antiliberal no hizo más que crecer y fundirse con la antisocialista que
terminó asumiendo las características de una alternativa orgánica e integral al proyecto liberal. Estas
tendencias antiliberales surgieron fuera del ámbito eclesial y del catolicismo. No obstante, durante los
años 30 la Iglesia consiguió articularlas en un proyecto común. En el país, el catolicismo se convirtió
en elemento fundante de su identidad y núcleo de su proyecto político. En el plano institucional, esto
se dio en un proceso de romanización, nacionalización y clericalización de la Iglesia y del catolicismo
argentino. Desde el S XIX, la romanización conoció una aceleración. Sus vínculos con la Santa Sede
se multiplicaron y comenzaron a formarse en Roma sacerdotes. El Vaticano invistió al catolicismo
argentino de una misión de liderazgo continental para restaurar el nuevo orden cristiano en
Latinoamérica. En este marco, la Santa Sede designó en 1935 a un argentino como primer cardenal
de la América española.
La otra cara del proceso de romanización fue el compromiso emprendido para nacionalizar las iglesias
locales. Esto fue tanto de naturaleza institucional como ideológica. La savia nueva fue aportada por
inmigrantes que provenían de países católicos como Italia y España. Para ellos, la carrera eclesiástica
representó tanto un canal de ascenso social como de integración a la nación que los había acogido.
La organización institucional del catolicismo argentino fue reestructurada sobre la base de un duro
clericalismo. La finalidad de esto era garantizar, por un lado, la total ortodoxia doctrinaria de los
militantes católicos, y por el otro, hacer de ellos un instrumento al servicio de las jerarquías
eclesiásticas. Esto ocurrió con la creación en 1919 de la Unión Popular Católica Argentina, que asumió
los rasgos de un movimiento de masas que constituía al mismo tiempo el brazo secular de la iglesia.
La religión se vivía en su dimensión íntima, pero no era fuente de inspiración pública, y el catolicismo
era una voz débil culturalmente. Por el contrario, en los ’30, la Iglesia logró un gran prestigio y la
religión fue vivida como fundamento de la vida privada y pública. Lo que se manifestaba en el
catolicismo argentino era también el reflejo local de un proceso de transformación doctrinaria del cual
fue protagonista la Iglesia continental y universal. Basta recordad la encíclica “Rerum Novarum” con
la cual en 1891, León XIII puso por 1º vez a los católicos frente a la cuestión social y a los problemas
que el mundo moderno les planteaba a ellos y a la Iglesia. Ésta funcionó como estímulo para el
nacimiento de varias organizaciones sociales católicas y para la reanudación del asociacionismo
confesional en el trabajo, la educación, la prensa, la política. En 1931, la “Quadragesimo Anno” de Pío
XI renovó y reforzó ese mensaje. En esta obra, el catolicismo argentino se vio influido por la ola de
antiliberalismo intransigente y militante difundido en el país por numerosos sacerdotes europeos. Los
años ’30 se caracterizaron por el renovado auge del pensamiento tomista, en institutos educativos
católicos y luego en universidades públicas. Los tomistas sostuvieron una concepción social
organicista, la sacralización de la autoridad y de las jerarquías sociales, el rol del catolicismo como
fundante de la identidad nacional. Por lo tanto, en su conjunto, el catolicismo y la Iglesia argentinos
afrontaron la crisis de los ’30 en el momento de culminación de todo un período de reforzamiento y
reconquista.
La crítica de la Iglesia a la vida social y política del país de los años ’30 era una consecuencia de la
interpretación de la historia nacional. Las elites dirigentes cargaban a su juicio con la culpa de haber
troncado las raíces de la identidad nacional, de haber abandonado el catolicismo como fuente de
inspiración en el ejercicio del poder. Durante todos los ’20 y ’30 esta crítica fue alimentada por el
pánico sembrado por la difusión del socialismo y del comunismo. El anticomunismo católico acercó a
la Iglesia a sectores de la elite y los sectores medios. “Dios o Lenin” era la alternativa que la Iglesia
planteaba desde los días de revolución del ’30 y luego cada vez más. Solamente una restauración
católica habría de funcionar con eficacia como barrera del comunismo y de la revolución social.
La iglesia era promotora de un proyecto que consistía en la construcción de una nueva cristiandad en
el país: ni liberalismo ni comunismo, sino un “totalitarismo católico”. El nacionalismo fue la nota
dominante de la Iglesia en los ’30. Según ellos, el liberalismo, el socialismo, el comunismo y las
religiones no católicas eran pensamientos perniciosos y también “ideologías extranjeras” importadas
al país. Nación y catolicidad se impusieron como términos equivalentes e intercambiables y el
catolicismo se erigió como una “ideología nacional”. Sobre estas bases ideológicas surge un
movimiento nacionalista. La Iglesia apoyó a estas organizaciones nacionalistas que contaban entre
sus dirigentes a prestigiosos sacerdotes. En 1935 este proceso podía ser definido como un catolicismo
nacionalista.
Durante la década del ’30, el objetivo de la Iglesia fue instaurar en el país un régimen de nueva
cristiandad. La iglesia identificó como prioridad la cristianización del estado. Una vez obtenida ésta,
habría podido realizarse una política más eficaz de recristianización de la sociedad en su conjunto.
Pero el estado era liberal y los canales de acceso para su transformación eran los partidos políticos, el
Congreso, las elecciones. La recristianización no podría darse sino a través de otros canales, y el
canal principal fue el Ejército. Puede afirmarse una coherente y orgánica “vía militar hacia la
cristiandad”. ¿Por qué la Iglesia identificó en el ejército al potencial vehículo de la recristianización del
estado? En 1º lugar, sobre la base de que aquel era la institución pre-liberal más importante. En 2º
lugar, porque el Ejército era una institución nacional que abarcaba todo el territorio y era popular. En
3º lugar, porque por su estructura era opuesto a una institución liberal, ya que se fundaba en valores
como el respeto a las jerarquías, el orden, etc. Y en 4º lugar, porque en la crisis del régimen liberal,
el ejército emergía cada vez más como un factor de poder decisivo.
El desorden social y la amenaza comunista fueron el motivo de acercamiento entre Iglesia y Ejército.
En un primer momento, el Ejército recurrió a la Iglesia para mantener la disciplina en sus filas. Pero
para la iglesia, si el ejército era el vehículo para la recristianización del Estado, era necesario
recristianizar el ejército. Este proceso arrancó después de la revolución del ’30, durante la presidencia
de Justo.
Cuando el 4 de junio de 1943 los militares tomaron el poder, la Iglesia fue parte y causa, y acogió
con entusiasmo lo que venía. La iglesia se asignó a sí misma el rol de encarnación y tutora de la
identidad nacional. En ella triunfó el rechazo a considerarse parte de una comunidad formada por
entidades políticas, culturales, ideológicas y también religiosas, diferenciadas. El bloque construido
por la Iglesia y Ejército cumplió un rol crucial en la historia política argentina, basada en la defensa
del nacionalismo como identidad de catolicismo.
El populismo expresa el período de crisis que atraviesan a la vez la oligarquía y el liberalismo, siempre
muy ligados en la historia de Brasil; también expresa la democratización del Estado que debió
apoyarse en algún tipo de autoritarismo, sea el autoritarismo institucional de la dictadura de Vargas,
sea el autoritarismo paternalista o carismático de los líderes de masa de la democracia de posguerra
(1945-1964). El populismo expresa la emergencia de las clases populares y la necesidad de
incorporarlas al juego político. Desde 1945 hasta 1964 muchos líderes buscan asegurarse la adhesión
popular. Cada uno tiene su “estilo”, su política y su ideología. El populismo sirvió para manipular a las
masas, pero esta manipulación nunca fue absoluta. Representó un medio de expresión de sus
inquietudes. El populismo puede significar una organización del poder para los grupos dominantes y,
a la vez, la principal forma de expresión política del ascenso popular en el proceso de desarrollo
industrial y urbano.
ESTADO Y CLASES POPULARES. La exclusión de las clases populares de los procesos políticos fue una
de las características notorias del régimen derribado en 1930. La promoción de la participación
popular no se realizará a través de los grupos dominantes puesto que vieron con malos ojos el
ascenso político popular. La promoción de las masas dependerá de nuevas condiciones
específicamente políticas creadas por la crisis de la oligarquía y, fundamentalmente, de la
incapacidad, manifestada por todas las fuerzas sociales que componen la Alianza Liberal, para
establecer sólidamente las bases de una nueva estructura del Estado.
El nuevo gobierno deberá pasar por un largo período de inestabilidad que se prolonga hasta 1937,
cuando se establece la dictadura. Hay numerosas crisis derivadas de las luchas entre los tenentes y
los jefes de las oligarquías. Sin embargo, los problemas no emergen solamente de las confrontaciones
con la oligarquía que había perdido sus funciones de dominación. Los sectores de la clase media
radical se agrupan, bajo la dirección de Luis Prestes, en la Alianza Nacional Libertadora (ANL) y los
sectores de derecha encuentran expresión en el integralismo, movimiento de estilo fascista que trata
de conquistar las simpatías de Vargas. La estabilidad del nuevo régimen sólo será alcanzada con la
derrota de estos dos movimientos. La insurrección del ANL en 1935 dará a Vargas la posibilidad de
consolidarse como jefe de gobierno apoyándose en las fuerzas interesadas en combatir al
comunismo.
La derrota política de las oligarquías en 1930 no afectó el control que ellas conservaban sobre los
sectores principales de la economía. La derrota no pudo hacer olvidar que la exportación de café
continuaba y continuaría siendo el elemento central de la situación económica. Los grupos
oligárquicos que ocupan las nuevas posiciones de mando son marginales respecto de la economía de
exportación y sus intereses particulares no podrían servir de orientación a una reorganización global
del poder.
En estas condiciones, el nuevo gobierno no podrá más que moverse siempre en un contexto complejo
de compromisos y conciliaciones entre intereses diferentes y a veces contradictorios. De ninguno de
los grupos participantes se podría decir que ejerce con exclusividad el poder o que ha asegurado una
hegemonía política.
En estas condiciones de compromiso e inestabilidad se forman algunas de las características más
conocidas de la política brasilera en ese momento; entre ellas, componentes de lo que se convertirá
en esencial en el populismo: la personalización del poder, la imagen de la soberanía del estado sobre
el conjunto de la sociedad y la necesidad de la participación de las masas populares urbanas. La
nueva política es diferente de la anterior: ya no constituye la expresión de intereses de una sola clase
social.
La dictadura sirvió para consolidar el poder personal de Vargas e imponer la soberanía del Estado a
las fuerzas sociales presentes. Vargas encontrará la manera de responder a todo tipo de presiones sin
someterse a los intereses de ninguno de ellos. Se trata sin dudas de un estado burgués, sin que
pueda hablarse de una democracia burguesa tal como ella es concebida en la tradición europea. Si
fuera necesario designar de algún modo esta forma particular de estructura política, diríamos que se
trata de un Estado de Compromiso, que es al mismo tiempo un Estado de Masas. Los límites del
populismo: 1) la eficacia del líder populista en las funciones gubernamentales dependerá del margen
de compromiso que exista entre los grupos dominantes y de su habilidad personal para resolver los
conflictos como árbitro. 2) La manipulación populista estará siempre limitada, por parte de las masas
populares, por la presión que ellas pueden ejercer y por el nivel creciente de sus reivindicaciones.
PRESIÓN POPULAR Y CIUDADANÍA. El condicionamiento del ascenso político de las clases populares
por el Estado también sufrió la interacción de factores ligados al propio comportamiento popular.
¿Cómo podría analizarse la participación política de clases sociales sin tener en cuenta la gran
heterogeneidad interna de cada una de ellas? Obreros industriales, obreros agrícolas, obreros
urbanos no industriales, trabajadores urbanos por cuenta propia, o rurales sin salario, etc. En estos
sectores existen diferencias marcadas con relación a las condiciones de vida, las relaciones de
trabajo, etc. Además, ninguno de estos sectores podría ser considerado como un grupo políticamente
homogéneo. Ciertamente se puede hablar de clases populares o de masas populares. Las relaciones
políticas que las clases populares urbanas mantuvieron con el Estado y con otras clases fueron,
podría decirse, relaciones individuales de clase, el aspecto específico de las relaciones es el
encubrimiento de su contenido de clase, de tal manera que la posible significación clasista allí
presente no puede ser entendida sin que se pase primero por sus expresiones individuales.
Vargas, apoyado en el control de las funciones políticas, otorga a las masas urbanas una legislación
que comienza a formularse en los primeros años de gobierno provisorio y que se consolida en 1943.
La legislación está limitada a los sectores urbanos: ellos poseen la mayor capacidad de presión sobre
el Estado y una tradición de lucha. La restricción de la legislación laboral a las ciudades tiene la
ventaja de satisfacer a las masas urbanas sin interferir con los intereses de los granes terratenientes.
El contenido social de la manipulación ejercida sobre la legislación laboral va más allá del juego
personal del jefe de Estado, fue sobre actos de esta naturaleza que Vargas construyó su prestigio y
obtuvo la confianza necesaria para hablar en nombre de las masas populares.
Una vez que se ha establecido la legislación laboral como derecho, cuando un asalariado reivindica la
puesta en práctica de una disposición legal precisa, aquella relación original de “donación”
desaparece. Lo que cuenta de ahora en más es el ciudadano que reivindica sus “derechos” de
hombre libre en las relaciones de trabajo. La reivindicación de la ciudadanía es uno de los aspectos
fundamentales de la presión popular realizada sobre el estado en los últimos años.
EL ESTADO EN CRISIS. La joven democracia brasileña tendrá como sustento el mismo compromiso
social vigente antes de 1945: ella funda su legitimidad sobre las masas urbanas y sobre sus jefes, los
líderes populistas. Por 1º vez en la historia de Brasil, las masas urbanas aparecen libremente en la
política. En los primeros años de la democracia reaparece la figura de Prestes, líder del partido
comunista. Pero el PC fue declarado ilegal en 1947 con pérdida de influencia sobre las masas.
La continuidad del mismo esquema de poder se expresa en el hecho de que el sistema de partidos se
basaba sobre 2 grupos creados por Vargas al término del régimen, dictatorial, agrupaciones que
traducen el compromiso social sobre el cual se apoyaba la dictadura. El Partido Social Democrático
(PSD) debía ser la expresión de los conservadores agrarios. El Partido Trabalhista Brasileiro (PTB),
funcionó sobre todo como un aparato personal de su fundador. El tercer partido, la Unión
Democrática Nacional (UDN), se había formado durante la campaña a favor del derrocamiento de la
dictadura, apoyándose en grupos urbanos de clase media. Este partido se caracterizaría como un
partido de derecha.
A pesar de las semejanzas con el período anterior, ésta es la etapa en que se hace más claro el
enfrentamiento entre las fuerzas sociales en el gran compromiso que sirve de sustento al Estado y es
también la etapa en que ese compromiso entra en crisis.
La oposición de la derecha a la toma de poder por Vargas en 1950 y la crisis de 1954, son algunos de
los episodios de la inestabilidad que parecía marcar el fin del escenario político surgido en 1930. En
los últimos años del período democrático, la presión popular sobre la estructura de las instituciones se
hace cada vez más fuerte. Comienzan a surgir huelgas de trabajadores, crece la importancia de
grupos nacionalistas, se moviliza la opinión pública, son algunos de los hechos que anuncian la
emergencia de un movimiento popular de nuevo estilo. Este movimiento planteaba problemas cuyas
soluciones implicaban cambios de base en la composición de las fuerzas sociales en que se apoyaba
el régimen.
Aún en la fase final de la democracia, el marco político continuó siendo el del populismo. La
importancia política de las masas había dependido siempre de una transacción entre los grupos
dominantes y esta transacción se encontraba ahora en crisis. A pesar de las intenciones de algunos
de sus líderes, el régimen se encontraba condenado por la fragilidad del populismo, que se mostró
incapaz de mantener el equilibrio de todas las fuerzas y de ejercer un control eficiente sobre el
proceso de ascenso de las masas.
LA DOCTRINA SE INSTITUYE. Los 3 primeros años del peronismo fueron de bienestar: crecimiento de
la industria y de los salarios, altos precios para exportaciones agrícolas argentinas y expansión del
consumo, florecimiento de la legislación social y sindicalización masiva. En 1946, a poco de asumir
Perón a la presidencia, se publicó con su firma el volumen Doctrina Revolucionaria: “La Revolución no
puede consolidarse y afianzarse si no cuenta con una doctrina expuesta y accesible a todos los
sectores de la población”.
El mundo asistía a una acelerada evolución hacia nuevas fórmulas sociales y políticas y era necesario
que el país se preparara para esos cambios. “Nosotros –dirá Perón- no hemos hecho más que
interpretar este ‘ambiente del mundo’, concientes de que quien esté en contra de la evolución está
perdido”.
La idea de gobernar el cambio se conectaba con otra: la de administrar políticamente lo social y lo
económico. Ambos debían marchar al mismo paso, evitando que la autonomización de uno conspirara
contra el funcionamiento del otro. A esta regulación política, que reforzaba el poder del Estado, Perón
la llamaría “economía social”. El año en que el efímero Partido Único de la Revolución pasó a llamarse
Partido Peronista, 1947, fue prolífico en actos y ceremonias destinados a simbolizar la Nueva
Argentina. Uno de ellos fue la proclamación que hizo Perón de los “derechos del trabajador”. Otra
celebración fue la del 9 de julio de ese año cuando el aniversario de la independencia fue asumida
por el gobierno como ocasión para rubricar el acta de declaración de la independencia económica.
Con el objetivo de realizar la emancipación económica del país, liberándolo del dominio del
“capitalismo foráneo”. La promulgación del voto femenino tuvo también su escenificación: el 23/09,
en un acto en Plaza de Mayo, donde el presidente firmó la vigencia de dicha ley.
La serie de actos fundadores que distinguieron el año ’47 terminó en diciembre, con el congreso
constituyente del Partido Peronista. De acuerdo con el 1º artículo, el Movimiento de la Revolución
Nacional alcanzaba su organización definitiva en el Partido Peronista. En virtud del artículo 8vo, si un
afiliado del partido ejerciera la primera magistratura de la república, el titular del gobierno sería
reconocido como principal autoridad del partido con la facultad de “modificar decisiones de los
organismos”. La culminación de reformas sociales y políticas fue la Constitución de 1949, que
autorizara la reelección del presidente y vicepresidente. Pese a la oposición de varios partidos, el
proyecto se activó. Como se esperaba, en la elección para convencionales el peronismo triunfó. La
minoría quedó en manos del radicalismo. El 11/03 se sancionó la nueva constitución, la “Constitución
de Perón” que no se limitaba a autorizar la reelección presidencial, pero tampoco era la reforma
fascista que había augurado la oposición. La innovación estaba en los derechos y garantías. En lo
relativo a la economía, le atribuía al poder pública la facultad de “intervenir en la economía y
monopolizar determinada actividad” si lo exigía la custodia del interés general, nacionalizaba todas las
fuentes naturales de energía y establecía la propiedad estatal de los servicios públicos. La conversión
de la doctrina peronista en doctrina de la Nación toda había dado su primer paso con la reforma
constitucional. Los legisladores radicales debieron jurar dicha constitución. La CGT declaró en 1950 su
decisión de constituirse en fiel ejecutora de los altos postulados que alientan la Doctrina Peronista.
INTRANSIGENCIA Y RENOVACIÓN. La victoria del “candidato continuista” era, para los socialistas, el
signo de que la crisis nacional continuaba sin resolverse. Para los radicales intransigentes era la
prueba palpable de las consecuencias producidas por la táctica de sus rivales en el partido, los
“unionistas”, mariscales de una derrota que tenía su explicación en el abandono del yrigoyenismo
iniciado bajo la dirección de Alvear. La crisis resultaba indisociable de la crisis de un radicalismo que
había perdido su rumbo revolucionario. Por este extravío una parte de los votos radicales habían sido
atraídos por Perón. Los comunistas se autocriticaron por errores, eliminaron de sus declaraciones la
expresión “nazi-peronismo”. Para todos la nueva situación era anormal, si bien los comicios habían
sido limpios. Juzgaban que el triunfo de Perón representaba el triunfo de la constelación del 4 de
junio de 1943 y daba legalidad a un proyecto que no había dejado de ser el de la reforma fascista en
Argentina.
Los opositores no atravesaron el período ’46-’55 como unidades monolíticas. La aparición y desarrollo
del peronismo no sólo les restó votos, fuerzas y dirigentes de segundo rango, sino que provocó
brechas y disidencias en su interior. A partir del ’53 se dividió las filas del Movimiento de
Intransigencia y Renovación, la tendencia que gobernaba el partido desde 1948, en 2 líneas: la de los
partidarios que apoyaba la abstención, abandonar las elecciones y la denominada “combatiente”, que
proponía la disputa en todos los frentes.
Los conservadores que reingresaron a la arena como defensores del liberalismo económico, habrán
de conocer divisiones análogas a las del radicalismo. Los socialistas y comunistas conocieron otro tipo
de problemas asociadas a la definición del peronismo como régimen y movimiento y, de allí, a la
táctica adoptada frente a él. Partidos que se consideraban representantes de la clase obrera no
podían observar impasibles el hecho que la mayoría de los obreros votaron por Perón y se habían
vuelto peronistas.
En el período 46-55, ¿hubo cambios en el pensamiento político de los opositores? Sólo en el
radicalismo, que por 1º vez hizo suya una plataforma que llamaría el nombre de “Programa de
Avellaneda”. El documento fundador del Movimiento de Intransigencia y Renovación, la llamada
Declaración de Avellaneda, se aprobó en 1945, en una asamblea de radicales intransigentes. La
oposición al acuerdo con otras fuerzas políticas en la Unión Democrática está expuesta en los
términos de un partido que se considera uno entre otros, no el movimiento que encarna la Nación. En
cuanto a los postulados, gran parte eran las declaraciones de la juventud radical, como objetivo de la
“liberación del hombre y la Nación argentina”, la consigna de que la “tierra será para los que la
trabajen” y la de nacionalización de las fuentes de energía y los servicios públicos. El papel político
del texto es que le dio definición a una ideología de izquierda democrática, nacionalista, socializante.
El triunfo de la coalición peronista creó las condiciones para la ofensiva de los intransigentes, que
ahora podían endosar a sus adversarios no sólo el abandono de los principios del radicalismo, sino la
pérdida de una mayoría que se tenía por descontada.
El 18/12/46 los 3 integrantes intransigentes de la Junta Ejecutiva (Frondizi, Larralde y Sobral) dieron
a conocer un manifiesto político. Este no sólo era doctrinario, sino que anticipaba la cuestión de la
actitud política respecto del gobierno peronista. Explicaba la nueva situación política por la crisis del
país, indisociable a la crisis de un radicalismo perdido. No obstante, aunque la declaración era crítica
respecto del nuevo oficialismo, alertaba contra la tentación que veía surgir en el propio partido: hacer
de la UCR un mero recolector de votos opositores. El deber era recuperar su tradición. En 1947 se
celebró el 1º Congreso de la Intransigencia, donde se aprobó la Profesión de fe doctrinaria y las
Bases de acción política. Este otro documento exponía un programa de reformas políticas,
económicas y sociales que revelaban la intención de oponerse y suponer al peronismo por la
izquierda. Las divergencias en torno a la táctica opositora dividieron en 1953 las filas del Movimiento
de Intransigencia y Renovación. A la hora de designar una nueva conducción, la mayoría se agrupó
alrededor de Frondizi.
Al mismo tiempo que el peronismo se aplicaba a desandar el camino del nacionalismo económico y
buscaba atraer las inversiones extranjeras, bajo la dirección de Frondizi el pensamiento de la UCR
parecía curvarse al nacionalismo de izquierda.
El 9 de octubre del 45, Perón fue destituido como vicepresidente y secretario de Trabajo del gobierno
militar. En las primeras horas del 13/10 fue arrestado y luego trasladado a la prisión de la Isla Martín
García. Meses anteriores Perón fue una figura protagónica ya que comenzó a solucionar reclamos de
trabajadores. Su caída en octubre obedeció a que sus camaradas militares estaban preocupados por
su política pro obrera y el poder potencial que podía proporcionarle. Esta política pro obrera daría sus
frutos luego de la separación a sus cargos. Desde la mañana del 17/10 manifestaciones llegaron a
Buenos Aires provenientes de la Capital Federal y otros puntos del país para reclamar la liberación de
Perón. En las últimas horas de la tarde colmaban la Plaza de Mayo y entrada a la noche, la
movilización obligó a liberar a Perón y permitir que se dirija a los trabajadores.
Los trabajadores, atraídos por Perón, fueron manipulados por las cualidades de éste y los beneficios
que otorgaba por sus apelaciones nacionalistas. Estos trabajadores predominaron sobre la clase
obrera, y fueron el emblema de la movilización de octubre.
Es importante remarcar, en los dos años anteriores a octubre de 1945 Perón mantuvo relaciones
particularmente estrechas con los obreros de los frigoríficos y su incipiente Sindicato Autónomo de la
Industria de la Carne de Berisso, piezas claves en las manifestaciones de octubre de 1945. En la
semana posterior a la caída de Perón se hablaba de la huelga en los frigoríficos Swift y Armour. A
falta de iniciativa, éstas resolvieron organizar la huelga para el 17. A la tarde del lunes 15, los
trabajadores realizaron una manifestación. La multitud marchó durante horas por las calles de Berisso
coreando el nombre de Perón y exigiendo su libertad. La misma se repitió a la tarde siguiente. En la
noche del 16, Berisso se mantenía expectante. Había corrido la voz que el 17 sería el día de la
huelga. Al llegar el día, ya se habían formado piquetes frente a frigoríficos. Estos también se ubicaron
en todos los puntos de acceso a la ciudad. Los camiones y tranvías que venían de La Plata fueron
volcados y la ciudad quedó aislada. Al mediodía, muchos trabajadores provenientes de frigoríficos, el
puerto y la fábrica textil, se congregaron esperando la señal para partir a La Plata. En esta ciudad,
hacia el mediodía, manifestantes se dieron cita en el Paseo del Bosque y allí aguardaron la llegada de
los de Berisso. Alrededor de las 2 de la tarde, un grupo comenzó a marchar por la diagonal 79, al
pasar por una obra en construcción destruyeron el vallado de madera en el intento de asegurar que
nadie estuviera trabajando. Luego volvieron al punto de encuentro para seguir esperando el arribo de
trabajadores de Berisso, que llegaron a las 4 de la tarde. Los manifestantes tomaron la calle 1 y luego
partieron para el centro. A esta altura, la multitud había cobrado una actitud fervorosa y
amenazadora. Se detuvieron ante la Universidad, donde cantaron el himno y luego repitieron
“¡Alpargatas sí, libros no!”. Por último, avanzaron hacia la plaza San Martín, frente a la Casa de
Gobierno y algunos miembros del Comité Intersindical hablaron con el Gral. Sáenz expresando la
preocupación por el arresto del líder. En teoría, la manifestación había concluido. Sin embargo, para
muchos estaba lejos de culminar. Luego de abandonar la plaza San Martín, pasaron frente al Diario
La Prensa, el Banco Comercial y el Jockey Club y desde allí apedrearon a todos estos edificios. La
policía no intervino en ningún momento. Al amanecer el 18, los habitantes de La Plata se encontraron
con las calles sucias, vidrios rotos y puertas y ventanas destrozadas. No parecían mejoras las
perspectivas para esa jornada. La CGT había proclamado que el 18 haría una huelga nacional,
respaldando el del día anterior. Desde temprano, adolescentes caminaban en la calle con piedras y
palos cantando el nombre de Perón. Cerca de las 10, fue invadida la fábrica de Quilmes y se
distribuyeron las cervezas. Los blancos elegidos el día anterior fueron reelegidos para descargar la
bronca. Por la tarde, el Comité Intersindical procuraba retomar control. Los dirigentes de la carne de
Berisso (sobre todo Cipriano Reyes) habían estado casi todo el día anterior en Bs. As. y a su regreso
hicieron un llamamiento a trabajadores para que depusieran sus piedras y palos, a fin de demostrar
que quienes habían causado destrozos no eran trabajadores auténticos. Sin embargo, el desorden
siguió y a las 22.30 se arrojaron piedras y bombas molotov a edificios de periódicos. A medianoche,
la presencia policial hizo que los manifestantes desaparecieran.
¿Cómo debemos interpretar estos sucesos? La esencia de este mito fue, según Reyes, “una
revolución popular y pacífica de Latinoamérica y del mundo, que levantó sus banderas de la
emancipación de los trabajadores y la liberación de la República”. Las entrevistas que realicé con
trabajadores de Berisso que estuvieron en los hechos, me resultaron desconcertantes. Me contaron
con frecuencia que en esos días los trabajadores se movilizaron para defender sus reclamos de
justicia social armónicamente. La renuencia de los obreros de Berisso a recordar los sucesos del 17 y
el 18 debe entenderse en función de la historia posterior y el carácter simbólico que tuvieron aquellos
días. Aquel 17 fue el emblema del surgimiento de la clase obrera como fuerza auténtica. A esta
significación se le añadió el hecho de que el Estado peronista adoptó este día como fecha decisiva del
ritual público y de conmemoraciones nacionales. El nacimiento de Perón como figura nacional estaba
ligado a la intervención de los trabajadores, y en cierto sentido él carecía de historia anterior a esa
fecha. Admitir los hechos violentos de esa jornada hubiera empañado la legitimidad y autenticidad del
significado simbólico. En la cultura popular de la era peronista, los hechos de ese día encarnaron la
armonía social y la felicidad de la familia.
El desenlace de la jornada de Octubre puede ser visto como tributario de las transformaciones
sociales que acompañaban la marcha de la industrialización, y que se traducían en el crecimiento de
los sectores asalariados urbanos y en el surgimiento de las nuevas cuestiones del mundo del trabajo
(problemas de legitimidad que afectaban el orden político y el difuso sentimiento de exclusión
acumulado en amplias franjas de la población.
Es posible hipotetizar que en la Argentina de la posguerra las cuestiones del trabajo habrían de ganar
más relevancia en la agenda pública, en consonancia de un país más expuesto a las consonancias
sociales de la industrialización.
En principio eran más de una las formas concretas a través de las cuales era posible plasmar
históricamente estos hipotéticos escenarios futuros. Los sindicatos habían iniciado, bajo la conducción
de militantes comunistas y socialistas, la lenta pero progresiva implantación entre los trabajadores de
las nuevas industrias en expansión y se difundían las primeras experiencias de negociación colectiva
bajo auspicio de los poderes públicos.
Con el golpe militar de 1943, la oferta de alternativas institucionales se incrementa, y de manera
significativa, porque ahora desde el vértice del poder que se intenta influir sobre el perfil histórico de
la Argentina de posguerra.
Quien tiene a su cargo esta empresa es el coronel Perón. Su objetivo es conjurar a tiempo el peligro
potencial de un ascenso de las corrientes de izquierda que hace temer el precario estado en que se
encuentran las cuestiones del trabajo. Con esta consigna, los poderes públicos irrumpen en la vida de
las empresas, imponen la negociación colectiva, alteran las normas laborales, reparan viejos agravios
por el decreto. Al tiempo que se pone en marcha la apertura laboral, Perón se dirige a los sectores
empresarios invitándolos a colaborar con ella.
En su campaña pública coloca las iniciativas de la Secretaria de Trabajo bajo el auspicio de la doctrina
social de la Iglesia, aunque también se advierte en ellas la deuda para con las enseñanzas del
fascismo social europeo en su lucha contra la amenaza comunista, de las que ha sido un observador
privilegiado en una reciente estadía en la Italia de Mussolini.
Perón busca atraer y cooptar dirigentes y cuadros partidarios, a fin de poner a su servicio máquinas
políticas de probada eficacia en la arena electoral. Con el aporte de los dirigentes sindicales que lo
rodean en la Secretaria de Trabajo y la colaboración que espera encontrar en las clases patronales,
va reuniendo las piezas de la fórmula política con la que aspira presidir la Argentina de posguerra. Así
concebido, el de Perón será un intento fracasado.
En Argentina falto entonces la condición que en otros países hizo posible que el mundo de los
negocios secundara una política de reformas en favor de los trabajadores, aún el precio de sacrificios
inmediatos: la sensación de amenaza ante un movimiento obrero combativo. La fuente de las
preocupaciones de los empresarios estaba en la propia gestión de Perón, que alentaba la movilización
de las masas obreras y exasperaba las tensiones sociales.
La búsqueda de apoyos entre los partidos tradicionales tampoco encontró en ellos un número
apreciable de voluntarios dispuestos a recoger la herencia política del régimen militar.
Entre el proyecto original y este que emerge al compás de las vicisitudes políticas de las coyuntura de
1945 hay una diferencia capital: el sobredimensionamiento del lugar político de los trabajadores
organizados, que de ser una pieza importante pero complementaria dentro de un esquema de orden
y paz social se convierten en el principal soporte de la fórmula política de Perón.
El llamado a los trabajadores y los sindicatos cierra el paso a todo compromiso, agudiza la
polarización política y, por un breve tiempo, parece sellar su fuerte: sus camaradas en el ejercito
ceden entonces a las presiones de la oposición y el 9 de octubre es despojado del poder y, tres días
mas tarde, puesto en prisión.
Desde hacía quince años, G. Vargas se hallaba en el poder. En 1937, un nuevo golpe militar lo ha
ratificado en el gobierno, pero ahora como dictador del “Estado novo”, un régimen organizado según
los lineamientos del corporalismo fascista, bajo el que presidía.
A diferencia de la Argentina. Brasil había escogido la causa de los países en lucha contra las potencias
del Eje y enviado tropas a los campos de batalla de Europa.
Brasil era parte de la coalición militar antifascista, al mismo tiempo, era gobernado por una dictadura.
Era preciso que reorganizara sus instituciones políticas. Vargas pone en marcha la apertura en
febrero de 1945.
La liberación política es concebida por Vargas como un ajuste pragmático al nuevo clima internacional
y no entraña un desmantelamiento del Estado Novo.
Vargas cuenta con el control del aparato estatal y la creación de dos partidos en los que distribuye el
personal político de su coalición de apoyo, y el Partido Social-Democrático (PSD) Y EL Partido
Trabalhista Brasileiro (PTB).
La oposición liberal a Vargas se nuclea en la Unión Democrática Nacional (UDN). Hacia mayo de
1945, la lucha por la presidencia esta entablada entre dos partidos, uno a favor y el otro en contra
del Estado Novo: sus candidatos no logran un gran impacto popular.
En ese momento entran en escena política las masas obreras poniendo fin a un largo período de
pasividad.
Los dirigentes de la UDN, abandonan entonces toda cautela: reclaman abiertamente la intervención
de los militares para salvaguardar el proceso de democratización y proponen una salida similar a la de
la oposición argentina, la transferencia del poder a la Corte Suprema a fin de que ésta organice los
comicios de diciembre.
La noticia del desplazamiento de Vargas no provocó una reacción popular semejante; antes bien, las
masas obreras que hasta entonces descendían arrolladoramente sobre la escena política acogieron en
forma pasiva el desenlace.
Entre una masa obrera poco organizada, que mantiene relaciones difusas y directas con un liderazgo
de tipo paternalista y un movimiento popular igualmente identificado con una conducción política
externa a él pero basado en los sindicatos, hay un significativo contraste y éste es el que separa la
experiencia de Getulio Vargas en Brasil y la de Perón en la Argentina.
El desplazamiento de Vargas el 28 de octubre no implicó la quiebra definitiva del Estado Novo.
Realizadas en diciembre las elecciones previstas, la victoria correspondió al candidato del PSD, el
general Dutra.
El nuevo texto legal reestableció las libertades políticas pero ratificó en sus líneas generales los pilares
de la organización estatal preexistente.
Dos fueron las propuestas que jugaron su suerte frente al electorado. La primera es aquella que, a la
distancia, es posible asociar con una victoria eventual de la Unión Democrática. Esta propuesta
encaminaba el futuro de la Argentina por el sendero institucional de una democracia de partidos y un
pluralismo sindical orientado a la izquierda. La segunda propuesta tiene una naturaleza menos
hipotética porque con los votos de la coalición peronista se impuso en las urnas y dejo un legado
perdurable en la historia argentina. A través de ella, el problema de la fórmula de gobierno fue
resuelto mediante un liderazgo plebiscitario de masas y las nuevas realidades del trabajo se
organizaron dentro de un sistema de corporativismo sindical que neutralizó la influencia de la
izquierda en el movimiento obrero.
ROMERO – Capítulo 4.
El gobierno militar que asumió el 4/07/43 fue encabezado por los generales Ramírez y Farrell. Perón
logró concitar un vasto movimiento que le permitió ganar las elecciones de febrero de 1946, poco
después de que su apoyo popular se manifestara el 17/10/45. Perón completó su período de 6 años y
fue reelecto en 1951, para ser derrocado por un golpe militar en septiembre 1955.
LA EMERGENCIA. La revolución fue encabezada por Rawson (renunció antes de asumir) y fue
reemplazado por el Gral. Ramírez. El episodio expresa la pluralidad de tendencias en el grupo y de su
identificación acerca del rumbo a seguir. Los militares en el gobierno coincidían en la necesidad de
acallar la agitación política y la protesta social: proscribieron a los comunistas, persiguieron a los
sindicatos e intervinieron la CGT, disolvieron Acción Argentina, y más tarde hicieron lo mismo con los
partidos políticos, intervinieron las universidades y establecieron la obligatoriedad de la enseñanza
religiosa. Con la colaboración de nacionalistas y católicos, dieron al régimen un tono autoritario,
antiliberal y mesiánico. No le fue difícil a la oposición democrática identificar al gobierno militar con el
nazismo. Sin embargo, en el gobierno había, junto con algunos simpatizantes de Alemania, otros
proaliados y partidarios de mantener la neutralidad. Por otra parte, en 1943 la guerra estaba
evolucionando de modo que un alineamiento con el Eje era impensable. A principios de 1944, luego
de que Ramírez decidiera romper relaciones con el Eje, fue desplazado por los oficiales. Aislado en lo
interno y externo, el gobierno se encontró metido en un callejón sin salida. La salida la proporcionó
un oficial: Perón. Éste sobresalía de entre sus colegas por su capacidad profesional y por la amplitud
de sus miras políticas. Preocupación lo llevaron a ocuparse de un actor social poco tenido en cuenta:
el movimiento obrero. A cargo de la Secretaría de Trabajo, se vinculó con dirigentes sindicales,
menos con comunistas que fueron perseguidos. Desde su cargo, Perón expandía los mecanismos del
Estado árbitro y a la vez estimulaba la organización de los trabajadores, incentivaba sus reclamos, y
presionaba para que éstos fueran satisfechos.
En el Consejo Nacional de Posguerra que constituyó, insistió en la importancia de profundizar las
políticas de seguridad social, así como de asegurar la plena ocupación y la protección del trabajo,
ante la eventual crisis de las industrias. A los empresarios les señaló la amenaza que entrañaba la
desorganización de los obreros y los comunistas. Progresivamente, las agrupaciones patronales
tomaron distancia de Perón, mientras éste se identificaba con los obreros.
La Unión Democrática expresaría el repudio de la civilidad a los militares y el frente político, que
incluía a comunistas, socialistas y demoprogresistas, y contaba con el apoyo de los conservadores,
estaba animado por los radicales, aunque un sector del partido rechazó la estrategia “unionista” y
reclamó una postura intransigente y “nacional”. El Ejército, presionado por la opinión pública, forzó la
renuncia de Perón el 8/10. Un hecho novedoso volvió a cambiar el equilibrio: una multitud se
concentró el 17/10 en la Plaza de Mayo reclamando por la libertad del líder y el coronel habló a la
multitud en la Plaza y volvió al centro del poder, como candidato a presidente. Lo decisivo de la
jornada fue que la composición de la multitud era obrera. La ocupación industrial había crecido, y la
masa de trabajadores industriales había empezado a engrosar con migrantes rurales. En el marco de
sus organizaciones marcharon el 17 a la Plaza de Mayo. Allí inauguraron una nueva forma de
participación: la movilización. Con elecciones a la vista, Perón se dedicó a organizar su fuerza
electoral. Los dirigentes sindicales, fortalecidos por la movilización, crearon el partido Laborista, que
nucleó a Perón como primer afiliado y candidato presidencial. Apoyaron también a Perón algunos
conservadores, y el Ejército y la Iglesia.
La Unión Democrática incluyó a los partidos de izquierda pero excluyó a los conservadores, que
debieron apoyarla desde fuera o pasarse al bando de Perón. Su programa era socialmente
progresista, pero su impacto quedó diluido por el apoyo recibido de las organizaciones patronales. Sin
embargo, lo esencial pasaba por la defensa de la democracia. Pero Perón asumió el discurso de la
justicia social y el 24/6 triunfó Perón por alrededor de 300.000 votos de ventaja. Perón ganó las
elecciones pero el peronismo estaba todavía por construirse.
MERCADO INTERNO Y PLENO EMPLEO. El nuevo gobierno mantuvo la retórica antinorteamericana,
que elaboró luego en la doctrina de la “tercera posición”, distanciada del capitalismo y el comunismo.
La hostilidad norteamericana no disminuyó y EEUU siguió dispuesto a hacer pagar al país por su
independencia en la guerra. El bloqueo a armamentos e insumos vitales no pudo mantenerse en la
posguerra. Las exportaciones industriales a los países limítrofes empezaron a retroceder ante la
competencia norteamericana. Las exportaciones agrícolas a Europa fueron obstaculizadas por EEUU,
restringiendo los transportes. En 1948 se lanzó el Plan Marshall, pero EEUU prohibió que los dólares
aportados a Europa se usaran para importaciones de la Argentina. En 1949 EEUU inundó el mercado
con cereales subsidiados y la participación argentina disminuyó drásticamente. Inglaterra no aceptó
las presiones de EEUU para restringir sus compras en la Argentina. La magnitud de las deudas
británicas (Argentina era un acreedor menor) hacía impensable el pago de las libras. La mala
situación de las empresas ferroviarias, hacían conveniente para los británicos desprenderse de ellas.
Luego de una larga negociación, se arregló la compra de ferrocarriles por un valor similar a las libras
bloqueadas. Vender cereales fue cada vez más difícil, y vender carne, menos interesante. La
consecuencia fue una reducción de la producción agropecuaria que se acompañó de un crecimiento
destinado al consumo interno.
El fin de la guerra y la conclusión de esa suerte de “vacío de poder” en el mundo planteaba distintas
opciones. Quienes estaban vinculados con los grupos empresarios más tradicionales, adoptaban las
ideas planteadas por Pinedo en 1940: estimular las industrias “naturales”, capaces de producir y de
competir en los mercados externos, asociarse con EEUU para sustentar su crecimiento, y mantener
un equilibrio entre el sector industrial y el agropecuario. Una segunda alternativa fue planteada por
grupos militares durante la guerra: profundizar la sustitución, extenderla a la producción de insumos
básicos, como el acero o el petróleo, mediante una intervención del estado. Perón venía participando
de estas discusiones que él mismo promovió en el Consejo de Posguerra. Su solución fue ecléctica y
también novedosa, y tuvo en cuenta los intereses de trabajadores. La inspiración de los militares se
dibuja en el 1º Plan Quinquenal, que debía servir para planificar la economía pero se limitó a una
serie de vagos enunciados. La política del Estado apuntó a la defensa industrial, y a su expansión.
Éste recibió créditos del Banco Industrial, protección aduanera para eliminar competidores y divisas
adquiridas a tipos preferenciales para equiparse. Además, la redistribución de ingresos hacia los
sectores populares contribuía a la expansión sostenida del consumo. La alta ocupación y los salarios
en alza trajeron una expansión de la demanda y una inflación cuyos niveles empezaron a elevarse.
La política peronista se caracterizó por un fuerte impulso a la participación del estado en la economía.
A los ferrocarriles se sumaron los teléfonos, la empresa de gas y algunas compañías de electricidad
del interior. Se dio fuerte impulso a Gas del Estado, construyendo el gasoducto desde Comodoro
Rivadavia, a la Flota Mercante y a la incipiente Aerolíneas Argentinas. Pero la reforma más importante
fue la nacionalización del Banco Central. Desde él se manejaba la política monetaria y el comercio
exterior.
EL ESTADO PERONISTA. La relación entre Perón y el sindicalismo fue sin duda compleja, negociada.
El Estado facilitaba su organización, les daba beneficio, y creaba una situación de participación fluida.
Reconocía a los trabajadores como tal. Pero a la vez, el estado peronista procuró extender sus apoyos
a la amplia franja de sectores populares no sindicalizados, con quienes estableció una comunicación
profunda por medio de Eva Perón y de la fundación que llevó su nombre. La Fundación realizó una
obra notable: creó escuelas, hogares para ancianos o huérfanos y policlínicos; repartió alimentos y
regalos navideños; estimuló el turismo y los deportes. Sus beneficiaros no iguales a los obreros:
muchos carecían de la protección de sus sindicatos, y todo lo debían al Estado y su intercesora. El
Estado también intentó redefinir su relación con la Iglesia: mantuvo la enseñanza religiosa obligatoria
y reservó un lugar importante en el ceremonial público a los altos prelados, como monseñor Copello,
e incorporó a su elenco político a algunos sacerdotes. Según la concepción de Perón, el Estado,
además de dirigir la economía y velar por la seguridad, debía ser el ámbito donde los distintos
sociales, previamente organizados, negociaran y dirimieran sus conflictos. Paradójicamente, un
gobierno surgido de elecciones, recorrió con decisión el camino hacia el autoritarismo. Utilizó el
recurso de intervenir las provincias. El poder Legislativo fue respetado pero se lo vació de contenido:
los proyectos se preparaban en las oficinas presidenciales y se aprobaban sin modificaciones. Los
diarios independientes fueron presionados de mil maneras: cuotas de papel, restricciones a la
circulación, clausuras temporarias, atentados, y en casos extremos, la expropiación. La reforma de la
Constitución en 1949, estableció la posibilidad de la reelección presidencial. Dos años después, en
1951, Perón y Quijano fueron reelectos, obteniendo en la ocasión (votaron las mujeres) alrededor de
las dos terceras partes de los sufragios.
El Partido Peronista, creado en 1947, adoptó una organización vertical, donde cada escalón se
subordinaba a la decisión del nivel superior, hasta culminar en el líder, presidente del país y del
partido, con derecho a modificar cualquier decisión partidaria. El Partido se limitó a organizar
candidaturas y Perón a mencionar quiénes debían ser electos. Lo que primero fue la doctrina
peronista se convirtió en la Doctrina Nacional. Se combinaban aquí las tradiciones del Ejército, donde
la conducción es un capítulo fundamental del mando, y la de los modernos totalitarios que, en su
versión fascista, impresionaron a Perón.
Al renovar el pacto fundador entre el líder y el pueblo, las concentraciones cumplían un papel
fundamental en la legitimación plebiscitaria del régimen. Además, eran el momento de la construcción
de una identidad que resultaba trabajadora, popular y peronista. Al apelar desde el balcón a los
“compañeros” incluía tanto una definición de su lugar como del de quienes lo apoyaban y aceptaban
su dirección, y de los enemigos, calificados como antipatrias y excluidos del sistema de convivencia.
La derrota del ’46 desarticuló el proyecto de la Unión Democrática y enfrentó a los partidos opositores
con un problema: desde dónde enfrentar a Perón.
UN CONFLICTO CULTURAL. El régimen peronista no atacó ningún interés de las clases altas, aunque
algunos segmentos de ellas pudieran verse afectados. Las instituciones que expresaban los intereses
corporativos de los propietarios no se opusieron al gobierno, e incluso aceptaron discretas
cooptaciones. Las clases medias tradiciones tuvieron más motivos de queja, especialmente quienes
gozaban de rentas fijas, reducidas por la inflación, o quienes perdieron sus empleos estatales. Pero
en cambio se nutrieron de nuevos y vigorosos contingentes llegados por las vías más tradicionales de
la sociedad argentina: la prosperidad económica de trabajadores y la educación de sus hijos. El
reconocimiento de la existencia del pueblo trabajador y el ejercicio de nuevos derechos estuvo
asociado con la acción del Estado, y la justicia social, que venía a completar el proceso de integración
de la sociedad argentina.
El estado facilitó el acceso a bienes. Al fuerte estímulo a la educación se agregó la protección y
promoción de conciertos y obras de teatro a precios populares, más la difusión del cine y la radio. Así,
el Estado también proporcionaba una dosis de propaganda.
El peronismo opuso lo “oligárquico” con lo “popular”. Lo popular combinaba las dimensiones
trabajadora e integrativa. La oligarquía era quien pretendía restringir el acceso a los bienes y excluir
al pueblo.
CRISIS Y NUEVA POLÍTICA ECONÓMICA. La coyuntura externa favorable en la que surgió el Estado
peronista comenzó a invertirse en 1949: los precios de cereales y carnes volvieron a su normalidad, y
los mercados se contrajeron, mientras que las reservas acumuladas se agotaron. La situación era
grave en 1952, la gente debió consumir un pan negruzco, faltó la carne y los cortes de luz fueron
varios. También en ese invierno murió Eva Perón, uno de los símbolos de la prosperidad perdida. En
aquel año el gobierno adoptó con firmeza un nuevo rumbo económico ratificado en el 2do Plan
Quinquenal, que debía tener vigencia entre el 53-57. Para reducir la inflación, se restringió el
consumo interno: fueron eliminados subsidios a distintos bienes, se estableció una veda parcial al
consumo de carne y se levantó el congelamiento de los alquileres. Perón hizo una apelación a la
reducción voluntaria y conciente del consumo. Por otra parte, se proclamó la “vuelta al campo”: el
IAPI empezó a estimular a los productores rurales con precios retributivos. Esto apuntaba a aumentar
la disponibilidad de divisas para seguir impulsando al sector industrial. En las fábricas, había procesos
productivos ineficientes, la industria empleaba una alta proporción de mano de obra, y el peso de los
salarios resultaba alto y difícil de reducir debido a la alta ocupación y a la fuerte capacidad sindical de
negociación. La nueva política apuntó a esos problemas. Se restringió el crédito industrial y el uso de
las divisas, y se dio prioridad a empresas grandes. El gobierno puso esperanzas en la concurrencia de
capitales extranjeros. En el marco de una reconciliación con EEUU, se comenzó a concretar algunos
proyectos: luego del ’55, la FIAT italiana se interesó en tractores, autos y motores, la Mercedes Benz
se radicó para fabricar camiones y la Kaiser se instaló en Córdoba. Lo más importante fue el proyecto
petrolero: en 1954 firmó con una filial de la Standard Oil de California un contrato de explotación de
40.000 hectáreas en Santa Cruz. Se trataba de una medida que suscitó un amplio debate público, por
lo que Perón prefirió llevarlo al Congreso para su ratificación. Allí fue discutido hasta por opositores, y
no fue ratificado.
Los logros de la nueva economía fueron modestos: se redujo la inflación y se reequilibró la balanza
de pagos, pero no se apreciaron cambios más sustanciales en el agro y la industria. Los comienzos de
la crisis económica fueron acompañados de importantes manifestaciones de disconformidad entre dos
de los principales apoyos del régimen, los sindicatos y el Ejército, cuya solución implicó un avance en
el camino autoritario.
Los problemas con los militares siguieron a un avance inicial del régimen sobre la institución y había
grupos de oficiales decididos a derribar a Perón. En 1951 el Gral. Benjamín Menéndez encabezó un
intento pero fue sofocado. Este hecho fue un llamado de atención para Perón, que luego aprovechó
la intentona para depurar los mandos militares de adversarios, restringió la acción de los políticos
opositores y luego obtuvo un triunfo en las elecciones de ese año con la inclusión del sufragio
femenino: logró el 64% de los votos.
CONSOLIDACIÓN DEL AUTORITARISMO. Perón inició su 2do período consolidad por el nuevo plan
económico, que parecía tener éxito, la victoria sobre los rebeldes militares y sindicalistas y el gran
triunfo electoral. En los 3 años finales de su gobierno Perón tuvo una conducta errática. Fue evidente
la dificultad para llenar el vacío dejado por la muerte de Evita: tanto en la Fundación, como en el
nuevo Partido Peronista Femenino o la misma CGT se advirtió una pérdida de iniciativa. Perón
manifestó cansancio y pasó más tiempo en la residencia de Olivos.
La Unión de Estudiantes Secundarios (UES) era una de las nuevas manifestaciones de esa vía
autoritaria, que procuraba encuadrar la sociedad en organizaciones controladas y “peronizadas”. La
máquina plebiscitaria producía convocatorias a la Plaza. Se avanzó en la “peronización” con la
exigencia de exhibición del “escudito”, la donación de sueldos para la Fundación, etc. Mientras por
esa vía el régimen marchaba hacia el totalitarismo, procuraba reconstruir un espacio de convivencia
con los opositores. Algunos de sus dirigentes se animaron a acercarse al gobierno: la respuesta que
encontraron fue tan cálida como dura la crítica de sus compañeros reluctantes. Este comienzo de una
apertura terminó en abril del 53: durante una concentración, mientras hablaba Perón, estallaron en
Plaza de Mayo bombas colocadas por opositores y murieron varias personas. La respuesta fue
parecida: peronistas incendiario la Casa Radical, la Casa del Pueblo socialista y el Jockey Club, centro
oligarca.
En 1954, en la convocatoria a elecciones para designar vicepresidente (Quijano había muerto), el
almirante Teisaire derrotó a Crisólogo Larralde, un dirigente de la intransigencia radical. Por entonces
el radicalismo había definido su perfil. El grupo de Intransigencia y Renovación, insistió desde el
comienzo en la lucha institucional e ideológica. En 1954, ganó el control del partido, cuando Frondizi
alcanzó la presidencia del Comité Nacional. Con él, había lanzado la propuesta de combatir al
peronismo. En 1954 se ubicaba en el debate público, un envejecimiento del régimen y de su líder.
Ese año, la fundación del Partido Demócrata Cristiano parece indicar que la Iglesia se sumaba a esta
visión del régimen envejecido.
LA CAÍDA. La fundación del Partido Demócrata Cristiano marcó el comienzo del conflicto entre Perón
y la Iglesia, que llevó a su caída. El Estado y la Iglesia comenzaron a chocar en una serie de campos
específicos. La Iglesia era sensible a los avances de beneficencia, a través de la Fundación, y en la
educación: al desagrado por el creciente culto laico al presidente de la Nación y su esposa se
agregaba la preocupación por los avances del Estado en la organización de los estudiantes
secundarios, en un contexto de sospechas de corrupción.
El conflicto estalló en 1954, cuando en Córdoba compitieron 2 manifestaciones celebratorias del día
del estudiante, una organizada por los católicos y otra por la UES. En noviembre, Perón lanzó su
ataque a la Iglesia: se prohibieron las procesiones, se eliminó la enseñanza religiosa, se permitió el
divorcio, se reabrieron los prostíbulos y se envió un proyecto para separar a la Iglesia del Estado.
El 16 de junio de 1955 se produjo un levantamiento de la Marina contra Perón. El proyecto de los
marines consistía en bombardear la Casa de Gobierno y asesinar a Perón. Pero su ejecución falló y
culminó en la muerte de 300 personas en Plaza de Mayo, reunidas para apoyar a Perón. Los
opositores utilizaron los medios de prensa del Estado, incluyendo la cadena nacional de radiodifusión,
a través del cual pudo oírse a Frondizi invitar al gobierno a volver a la senda republicana y formular
un programa de gobierno alternativo. Perón había concluido que la posibilidad de abrir un espacio
para la discusión democrática que lo incluyera era mínima. El 31 de agosto, luego de presentar
retóricamente su renuncia, convocó a los peronistas a la Plaza de Mayo, denunció el fracaso de la
conciliación y lanzó: “por cada uno de los nuestros, caerán 5 de ellos”. Poco después, el 16 de
septiembre, estalló en Córdoba una sublevación militar que encabezó el Gral. Lonardi. Perón había
perdido la iniciativa y no mostró voluntad de defenderse moviendo los recursos que disponía. El 20 de
septiembre de 1955 Perón se refugió en la embajada de Paraguay y el 23, el Gral. Lonardi se
presentó en Bs. As. como presidente provisional de la Nación, ante una multitud numerosa como las
reunidas por el régimen, pero sin duda distinta en su composición.
UNIDAD 3
TEMA: “LA CAMPAÑA ELECTORAL DE 1983”
UNIDAD 3
TEMA: “CHILE, DE LA DEMOCRACIA AL AUTORITARISMO”
Mazzei: “Chile: del Estado desarrollista y empresario a la revolución neoliberal”
2. Cobre: Allende planteó el rescate de la principal riqueza básica del país, “el sueldo
de Chile” por medio de una nacionalización inmediata. Para tal efecto presentó un
proyecto de enmienda constitucional al parlamento, que curiosamente fue aprobado
por una unanimidad en 1971, llamado por la unidad popular “el día de la dignidad
nacional”.
El estado nacional pasaba a ser el dueño absoluto de la GMC, debiendo compensar a las
compañías norteamericanas, pero con varias deducciones, de las cuales las más
importantes eran las intituladas “ganancias excesivas” percibida por esas compañías
durante los últimos 16 años de explotación. De manera que el Estado chileno no debía
pagar nada y las principales compañías quedaban como deudoras. Washington
rápidamente se denegó un crédito de 21 millones de dólares al gobierno chileno, a ellos se
agregaron otras represalias como la retención de las cuentas bancarias de las Corporación
del Cobre (CODELCO) en Estados Unidos y la prohibición de comprar insumos en ese país.
Pese a los obstáculos la nacionalización del cobre no se detuvo, era parte fundamental del
“avanzar sin transar”, El lema estratégico que animaba a los sectores populares y se
identificaban con el gobierno de Allende.
5. La revolución neoliberal
Encabezada por el comandante en jefe del Ejército Augusto Pinochet.
El Senado y la Cámara de Diputados, que conformaban el Congreso Nacional, fueron
clausurados.
Se dio paso a una nueva propuesta sustentada por jóvenes economistas chilenos formados
en la Universidad Católica, que en los años 60’ hicieron sus estudios de posgrado en la
Universidad de Chicago, tendientes a privilegiar la acción de los particulares en la economía
y a reducir al máximo la participación estatal.
La propuesta de los “Chicago’s boys” llamados también ortodoxos, postulaban el camino del
crecimiento económico sustentado en la empresa privada, como la vía expedita para
alcanzar el desarrollo. Para ello contaron con el apoyo de los ideólogos políticos del
régimen y con el aplastamiento del sindicalismo. Dado el avance que éste venía
experimentando, resultaba imposible que pudiera imponerse la nueva política económica en
democracia.
El modelo neoliberal fue implantado en Chile a partir de 1974. Para el sociólogo Moulián,
constituyó una revolución capitalista, que tuvo más bien las características de una
contrarrevolución y que estuvo realizada por la “mediación de los militares”.
Surgió el concepto del “Estado subsidiario”: sólo tendría participación económica en las
gestiones que por una u otra razón no asumieron los particulares y en corregir algunas
distorsiones que se presentaron en el mercado.
Ello implicaba un achicamiento del Estado que se materializó en la disminución de las
empresas públicas. Se procedió a una privatización de empresa.
La CORFO siguió actuando pero fundamentalmente en la concepción de préstamos. Se
eliminó el APS (Área de Propiedad Social), restituyendo a sus antiguos dueños las
empresas intervenidas.
Mientras que el sector empresarial veía restaurado su patrimonio y se le ofrecía una
coyuntura favorable para hacer buenos negocios, los asalariados debieron absorber los
costos del cambio profundo en la política económica. El actor social privilegiado fue el
empresario. Se proclamó entonces “la flexibilización del mercado laboral”, que se impuso
poco después del golpe al declararse suspendidos los sindicatos y terminar con la
inmovilidad en el empleo.
En 1981 se dictó una legislación laboral acomodaticia, que se basó en las negociaciones
colectivas y, como no había sindicatos ni federaciones obreras, estas negociaciones debían
efectuarse por empresas. De no llegar a un acuerdo la empresa con sus trabajadores, la
empresa precedía la huelga legal por tiempo determinado, dos meses, durante el cual el
empresario quedaba facultado para contratar mano de obra de reemplazo. Al cumplirse el
tiempo sin que se hubiese llegado a acuerdo, los trabajadores debían aceptar la propuesta
del patrón, en caso contrario eran despedidos sin indemnización. Se aclama al “milagro
económico chileno”, sin reparar en que tras esos positivos indicadores macroeconómicos,
se disfrazaban agudos problemas sociales: la pobreza e indigencia, los altos niveles de
desocupación, la seguridad en el empleo y la profunda desigualdad en la distribución del
ingreso.
El crecimiento global de la economía siguió hasta la crisis de 1981 1982 que hizo tambalear
a la economía triunfante. Luego de esto el modelo neoliberal del achicamiento del estado se
acentuó, acelerándose a partir de 1986 el proceso de las privatizaciones. Se privatizaron las
más importantes empresas públicas, exceptuando a la GMC. El crecimiento económico en
los últimos años de la dictadura mostraba porcentajes alentadores, no obstante la pobreza y
la miseria afligen a vastos sectores de la población.
6. Epílogo en democracia
En la campaña para el plebiscito de 1988, que permitiría la caída de Pinochet, la oposición
democrática enarboló el de la “la alegría ya viene”.
Se inició el primer gobierno democrático post dictadura en marzo de 1990, encabezado por
Patricio Aylwin Azócar. Sin embargo, las transformaciones, desde entonces hasta ahora no
han tenido la profundidad esperada. Un estudio del Banco Mundial de 1996, dio a conocer
que Chile no estaba entre los países de peor distribución del ingreso a nivel mundial.
El Ejército ha perdido su valioso concurso, pero guardará para siempre el legado que usted
le entregara como firme promotor de su desarrollo, que se apoyó en un orgánico plan que
coloca a tan vital rama de nuestras Fuerzas Armadas en situación de cumplir
adecuadamente sus altas funciones.
Es natural que quien fuera el alumno más brillante, tanto en la Escuela Militar como en la
Academia de Guerra, aplicara, en el desempeño de las más altas tareas del Ejército,
elevada eficacia, riguroso celo profesional y efectiva lealtad con los compromisos contraídos
con la nación, su defensa y su sistema de Gobierno.
Expreso una vez más el reconocimiento del Gobierno por su valiosa actuación como
Vicepresidente de la República, Ministro del Interior y de la Defensa Nacional. Su invariable
resguardo del profesionalismo militar estuvo siempre acorde con el desempeño de sus
difíciles responsabilidades, porque comprendió que, al margen de las contingencias de la
política partidista, ellas están ligadas a las grandes tareas de la seguridad del país.
Su nombre, señor general, también desbordó nuestro ámbito, al punto que en otras
naciones aprecian, en toda su dimensión, su actitud profesional insertada en el proceso de
cambios impuesto en Chile por la firme vocación de su pueblo.
Es este un momento en que hay chilenos que callan ante las acciones sediciosas, a pesar
de hacer constantes confesiones públicas de respeto a la Constitución. Por eso, su gesto
significa una lección moral que lo mantendrá como una meritoria reserva ciudadana, es
decir, como un colaborador de la patria con el cual estoy seguro ella contará cuando las
circunstancias se lo demanden.
Los peores ataques dirigidos contra usted constituyen una parte de la escalada fascista en
la cual se ha llegado a sacrificar al comandante de la Armada Nacional, mi edecán y amigo,
Arturo Araya Peeters, quien fuera ultimado por personas pertenecientes al mismo grupo
social que tronchó la vida del general Schneider. Es éste un duro momento para Chile, que
usted lo siente de manera muy profunda.
SALVADOR ALLENDE G.
Presidente de la República.
Seguramente, ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza
Aérea ha bombardeado las antenas de Radio Magallanes. Mis palabras no tienen amargura
sino decepción. Que sean ellas un castigo moral para quienes han traicionado su juramento:
soldados de Chile...
Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo. Y les digo que
tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y
miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán
avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La
historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de
lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que
serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas
presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas,
destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la
obligación de proceder.
Estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a
ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi
recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni
acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este
momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo
que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde
pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano,
tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la
cobardía y la traición.
Santiago de Chile, 11 de septiembre de 1973.
ECONOMÍA:
Aspectos económicos: (Populista reformista)
✔ Aumento de salarios
✔ Sanción de la ley de salario mínimo.
✔ Anuló los contratos firmados con las compañías petroleras internacionales.
✔ Incremento de créditos bancarios al sector privado en interés de una masa de
consumidores predominantemente urbanos.
✔ Disminución de la carga de las deudas contraídas con los empleados públicos y los
proveedores estatales.
✔ Pago de las transferencias atrasadas a las provincias.
POLÍTICA
Arturo Illia había asumió como Presidente en 1963. La coalición entre Perón y Frondizi
quebró y llevó al Triunfo a Illia.
Tener en cuenta: A este desenlace había contribuido la candidatura del General Aramburu y
los radicales con el liderazgo de Balbín.
Illia prefirió gobernar solo, los partidos menores que le habían dado su apoyo en el colegio
electoral pronto descubrieron que no obtienen ninguna recompensa.
En 1965, Illia le devolvió la legalidad al Partido Justicialista.
En diputados el peronismo ganó la mayoría de las bancas.
A pesar de que Illia llegó al gobierno gracias a la acción de los Azules, Illia se resignó a
aceptar la orientación militar dominante, sin mostrar un acercamiento a los azules.
SINDICATOS:
Illia pudo comenzar su gestión en el marco de la relativa indiferencia del sindicalismo.
Pronto los jefes sindicales cambiaron de estrategia y optaron la hostilidad hacia el gobierno.
La CGT anunció un Plan de Lucha:
- Objetivo: Se propone bloquear el proyecto de recortar el poder de las asociaciones
obreras mediante reformas a la ley sindical, y simultáneamente, mostrar a los
militares y a los empresarios que cualquier arreglo político futuro debía tenerlos
como aliados indispensables. La hora del marginalismo del sindicalismo había
terminado.
⮚ Se ocuparon las fábricas de manera pacífica, lo cual no dejaba otra opción a los
trabajadores.
⮚ Mientras se ocupaba, los jefes sindicales insistieron con el diálogo pero
preferentemente con los adversarios del gobierno.
Cumplidas las etapas del plan de lucha, comenzaron a organizar el retorno de Perón, el cual
falló en 1964.
GOLPE:
ECONOMÍA:
A fines de 1965 la actividad económica comenzó a decaer:
- Huelgas
- Tomas de fábricas
- Primeras apariciones de la guerrilla.
POLÍTICA:
Las instituciones democráticas no eran claves para lograr sacar adelante el país del atraso.
Los partidos políticos eran considerados instituciones arcaicas, tanto por la derecha como la
izquierda.
- Las izquierdas descreen la democracia política, la UCRP y sus aliados habían
contribuido a legitimar una democracia a medias, basada en la proscripción del
peronismo, y esa conducta restaba crédito a su apuesta democrática.
- La derecha no había podido organizar un partido político capaz de plasmar sus
heterogéneas conspiraciones.
Ya no se trataba de tomar el poder para buscar una salida electoral, sino había que
fundar una nueva Argentina.
La conclusión que llegaron algunos fue que solo suprimiendo las elecciones periódicas,
podrá asegurarse la continuidad del orden posperonista.
Las FFAA aparecían como el agente del cambio para los nacionalistas de izquierda y
derecha.
SINDICATOS:
Entre 1956 y 1959, el sindicalismo, débil y marginado optó por una estrategia de estímulo a
la acción de las masas obreras:
- Privilegio de los paros generales
- Los sindicales comprendieron que solo podían reforzar su posición en estrecha
asociación con los centros de poder.
- Adoptaron la lógica: golpear y luego negociar.
- La estrategia de Vandor era emanciparse del liderazgo de Perón e insertarse en el
campo electoral.
MILITARES:
El libre ejercicio de la actividad intelectual y sexual, los militares veían la semilla de la
subversión de los valores occidentales y cristianos.
Ante un gobierno debilitado por:
- Plan de lucha de la CGT
- Demasiada libertad que traía consigo el retorno del peronismo
Los militares sintieron que era tarea de ellos transformar la sociedad y la economía.
En nombre de la economía y la moral, las FFAA buscarán justificativo para un nuevo golpe.
La opinión pública había sido manipulada por Mariano Grondona (Primera plana).
En el clima de las clases medias, los nuevos valores tradicionales de la democracia
cedieron paso a la eficacia.
El 28 de junio de 1966, el golpe militar puso fin a la segunda experiencia de gobierno civil.
Juan Carlos Onganía, defensor de la legalidad (azules), lo lideró.
El ejército le concedió un plazo a Illia para presentar su renuncia, sin embargo este no
renunció y fue expulsado de la Casa Rosada.
El ejército ocupó las radios y las televisoras.
Los azules fueron percibidos como la fuerza que el país necesitaba para dar orientación al
movimiento político y las FFAA:
- Los azules eran antiperonistas pero consideraban al peronismo como una fuerza
nacional y cristiana que había hecho salvar a la clase obrera del peligro comunista.
- Los colorados veían al peronismo como un movimiento clasista, sectario y violento
que inevitablemente abriría las puertas al comunismo.
Los jefes azules, ahora en el poder, decidieron devolver a los civiles el gobierno para
replegarse a la misión específica de mejorar el nivel de profesionalidad y restablecer la
autoridad erosionada por las disidencias políticas.
El movimiento azul había hecho explícito su objetivo político era:
- Luchar por la normalización constitucional.
- Exigen las elecciones
- Sostenían que las FFAA no deben gobernar y si someterse al poder civil.
Sin embargo, los nuevos enfrentamientos en 1963, esta vez entre la Marina y el Ejército
terminaron por convencer a los azules de que la empresa democrática estaba plagada de
amenazas y se pronunciaron a favor de la proscripción del peronismo.
Debido a la Revolución Cubana, USA ya no cuestionaba las soluciones autoritarias, por el
contrario, estaba dispuesto a apoyarlas para combatir el peligro comunista en América
Latina.
La Doctrina de Seguridad Nacional (DSN), abrazada por Onganía, las FFAA Argentinas
deberían defender la legalidad hasta un cierto límite: El límite era cuando las instituciones
constitucionales amenazara las instituciones de la Nación y su estilo de vida occidental y
cristiano.
Nueva significación al nacionalismo abrazado por Onganía: la Nación no es solo un
territorio a defender contra las fuerzas armadas extranjeras, es un conjunto de valores,
creencias, instituciones y una religión.
En 1963, apareció el primer foco guerrillero en Salta, la idea del fantasma comunista cubano
estaba presente.
NUEVAS IZQUIERDAS:
Para los integrantes del Movimiento Revolucionario Peronista (ERP), el golpe significaba el
abandono de la situación de semi legalidad en la que se encontraban y el encauzamiento
del peronismo por la vía de la lucha armada.
SOCIEDAD:
El golpe fue acogido por variados sectores sociales como una esperanza de renovación y
fortalecimiento de una Argentina supuestamente estancada.
REVOLUCIÓN ARGENTINA:
✔ Las FFAA asumieron la representación del pueblo.
✔ La Corte Suprema de Justicia fue removida y los nuevos miembros de esta juraron
con la fórmula revolucionaria.
✔ El presidente reunió las funciones legislativas y ejecutivas en sus manos.
✔ La centralización del poder disolvió la estructura federal del Estado.
✔ Los poderes políticos provinciales pasaron a ser una prolongación natural de la
función presidencial.
✔ La función que Revolución Argentina asignaba a los militares era de garantes del
nuevo régimen.
✔ Partidos disueltos y políticos detenidos.
✔ Se combinaron criterios técnicos e ideológicos: la mayoría eran católicos, todos
anticomunistas y se definía como apolíticos, invocando al nacionalismo.
Otras de las cuestiones habría ser la autonomía del presidente de la Nación respecto de las
FFAA. Onganía declaraba: “Las FFAA no gobiernan”.
SINDICATOS:
El mundo sindical no estuvo en el centro de la escena durante esta primera etapa.
El puerto fue intervenido, la huelga reprimida, luego le llegó el turno a los ferrocarriles. El
conflicto de los ferrocarriles dio impulso a un plan de lucha lanzado por la CGT. Augusto
Vandor fue la figura principal.
SOCIAL:
A un mes de la instalación del gobierno, las universidades fueron intervenidas, el activismo
estudiantil (PC, PS, troskos, socialistas) eran irritantes para Onganía.
La intervención y abolición del estatuto reformista culminaron en la primera represión policial
masiva del gobierno: “La noche de los bastones largos”.
Un mes después de la represión de una manifestación estudiantil, cobró la vida de Santiago
Pampillón.
También en este periodo se inició un ciclo de cierre de periódicos y revistas.
Los servicios públicos se convirtieron en otro de los blancos elegidos por el gobierno.}
ECONOMÍA:
Al comienzo asume como ministro de economía el doctor Néstor Salimei.
Transcurrido un semestre, el esperado plan de acción se había reducido a la declaración de
objetivos sin que se pudiera deducir cuál era el programa económico y en qué consisten las
innovaciones con las que se pretendía cambiar al país.
El malestar en las FFAA, el descrédito entre las grandes empresas nacionales y extranjeras
y la creciente disconformidad de la opinión pública, colocaron a la defensiva a la Revolución
Argentina.
Llegó el momento de definir el rumbo. Onganía se vio obligado a cambiar su gabinete:
- Krieger Vasena (liberal): ministro de economía
- Guillermo Borda: ministro del interior.
-
El presidente apresuró anunciar las tres etapas que tendría la Revolución Argentina:
1. Económico: Vasena y su equipo con el objetivo de estabilizar y modernizar el país.
2. Social: Distribuir las riquezas alcanzadas durante la etapa inicial.
3. Político: Transferencia del poder a organizaciones representativas de la sociedad.
La gran Transformación
Desde el ascenso de Vasena, comenzó una etapa (1966-1969) caracterizada por la
ausencia de una oposición civil bien organizada y unificada:
- Se reprimió la resistencia sindical.
- La CGT había lanzado un plan de lucha por el cual hubo castigo para los sindicales.
- Esto dio cuenta a los sindicales que: su acceso a los mecanismos de decisión
dependen de decisiones políticas.
- En 1968 hubo una suspensión de las negociaciones colectivas.
POLÍTICA:
Se realizó una política de designación de los gobernadores. Los gobernadores, tratados
como interventores federales por el presidente, no eran hombres representativos del lugar.
Considerados intrusos, fueron un elemento clave en el malestar de las provincias.
La Revolución a la deriva
La protesta social
ESTUDIANTES:
La protesta estudiantil fue la primera señal del estado de convulsión social.
La influencia eclesiástica que ejercía sobre miles de jóvenes argentinos estaba siendo
agotada y este hecho habría de tener importante importancia en la aceptación de la lucha
armada y el florecimiento de expresiones del nacionalismo izquierdista y popular.
La Iglesia asume una función abierta al liderazgo social y político. (Tener en cuenta
Conferencia Episcopal Latinoamericana en Colombia, 1968.)
Ante la gravedad de los sucesos, el Episcopado pide al gobierno a “aceptar por las vías
normales el contacto y el diálogo con los diversos sectores que integran y contribuyen al
progreso de la Nación”.
La preocupación de la iglesia era la participación de los curas rebeldes en las luchas
populares.
La crítica a la gestión del gobierno en las universidades proviene de círculos laicos como
católicos.
CORDOBAZO:
Debido a la derogación de la ley del “Sábado inglés”, la agitación estudiantil converge con la
movilización del Sindicato del sector automotor.
29 y 30 de mayo de 1969 fue el Cordobazo.
Hubo una rebelión en la ciudad encabezada por los estudiantes, obreros, CGT y civiles.
Luego cedió más tarde con la ocupación de la ciudad por las tropas del ejército.
El saldo de la rebelión cordobesa fue de 14 muertos y 50 heridos graves.
El gobierno concluyó que se trataba de un complot subversivo planeado por las guerrillas
urbanas.
¿Qué hizo posible la adhesión masiva y la participación de la gente?
- Frustración política
- Ausencia de libertad intelectual
- Deterioro de la economía por la política centralista
- Gestión autoritaria del gobernador Caballero
MILITARES:
El Cordobazo sacudió al régimen militar y puesto en duda su capacidad para imponerse por
la sola voluntad de la fuerza.
En el nuevo clima que dejó el Cordobazo, el general Aramburu, comenzó a propiciar una
salida negociada a través de la rehabilitación de los partidos políticos, responsables de
canalizar la protesta, con el objetivo de llevar al poder a un candidato presidencial con el
buen visto de las FFAA.
El partido militar
ECONOMÍA:
Con la salida de Krieger Vasena, desaparecieron los avales políticos que el establishment
había concedido al gobierno.
En un contexto de violencia, se deterioró la economía: (Montoneros, asesinó a Vandor)
- Fuga de capitales por la remoción de Vasena.
- Aceleración en el aumento de los precios de la carne.
- Salarios negociados en un aumento del 20% más.
- Promesa de la vuelta de las negociaciones colectivas: 1970, Onganía entrega el
control de las obras sociales a los sindicatos para neutralizar el descontento laboral.
POLÍTICA:
El poder del presidente estaba debilitado.
Onganía persiste de dejar fuera al ejército de la política.
Se fijaban los objetivos de la política económica, social, educativa pero no se establece
como habrán de instrumentarse.
El 8 de Junio, Onganía debió abandonar la Casa Rosada.
El ex presidente y varios funcionarios de su gobierno atribuye su caída a la traición de
Lanusse.
ECONOMÍA:
Carlos Moyano Llerena, nuevo ministro de economía tomó las siguientes medidas:
- Devaluó el peso
- Bajó aranceles de importación.
- Convocó a nuevo acuerdo de precios
Debido al descontento y la opinión pública, la Junta Militar, designó a Aldo Ferrer como
ministro de economía.
Ferrer, vinculado a la CEPAL, era partidario del fortalecimiento del Estado y de la industria
nacional.
La nueva dirección realizó medidas favorables a las empresas argentinas.
La prioridad volvía a ser el desarrollo en detrimento de la estabilidad, lo que llevó a una
política de gastos más expansiva que culminó en el deterioro de las cuentas públicas.
A fines de 1970 la política de estabilización había fracasado.
El tiempo político
Se inició el último tramo del régimen militar iniciado en 1966.
Desbordados por la movilización popular, los militares se decidieron a buscar una salida
política que les permitiera canalizar la ola de protestas y regresar a los cuarteles.
Lanusse asumió la presidencia. (1971 - 1973)
A diferencia con Levingston, el nuevo presidente era conocido por la opinión pública.
- Para los peronistas era el prototipo “gorila”.
- Para los nacionalistas, Lanusse era un típico liberal, al que no podían
perdonarle el papel que desempeñará en la caída de Lonardi, ni la de Onganía.
- Los radicales, en cambio, no podía ignorar la participación al golpe de Illia.
- Para la izquierda, era un agente del imperialismo norteamericano.
Por primera vez de 1955, las FFAA se disponían a admitir que toda solución política de la
que se marginara al peronismo habría de ser ilusoria y destinada a tener corta vida.
La sospecha de que el GAN (Gran Acuerdo Nacional) no era más que el instrumento
diseñado por Lanusse para llegar a la presidencia constitucional comenzó a cobrar fuerza,
alentando la actividad conspirativa dentro del ejército y la desconfianza de los políticos de la
Hora del Pueblo.
Wikipedia: GAN: Se trataba de garantizar la estabilidad de las instituciones mediante un
acuerdo para una transición pacífica que impulsara la candidatura presidencial del propio
Lanusse. La agitación generalizada contra el régimen, la negativa de Perón –exiliado en
España- a negociar oficialmente con el gobierno las condiciones de la transición y la
disconformidad de los sectores antiliberales del ejército debilitaron las tentativas
acuerdistas.
NUEVAS IZQUIERDAS:
A su apoyo tradicional (sector obrero), Perón logró sumar la adhesión de intelectuales y
universitarios. La juventud de finales de los 60´ adhirió a Perón como un modo de
identificarse con el pueblo y así los hijos de los antiperonistas se convirtieron en peronistas.
Bajo las ideas del Che, Franz Fanon y la Teología de la liberación, Perón y el peronismo
fueron convertidos en la encarnación militante del socialismo nacional.
Pie de página: Bajo el impacto de las ideas de los teólogos de la liberación, numerosos
sacerdotes católicos definidos como “tercermundistas” llegaron a la conclusión de que el
peronismo era la clave para la solución de los problemas argentinos.
A partir del Cordobazo, la palabra de Perón comenzaba a circular más abiertamente.
El respaldo de Perón a las guerrillas no le impidió comenzar a tejer su esquema de
alianzas.
POLÍTICA:
El presidente aceptó suprimir los topes a los aumentos salariales y se comprometió a
devolver el cadáver de Eva Perón.
En el mes de abril, mandó al Coronel Cornicelli a entrevistar a Perón en Madrid. Este
debería repudiar públicamente a la guerrilla y dar su apoyo al plan político del gobierno.
El sistema elaborado por el gobierno con el asesoramiento de juristas, estaba diseñado a la
medida del objetivo de impedir el triunfo del peronismo.
El gobierno desafiado por la guerrilla y con su imagen deteriorada en el exterior, tenía poco
margen de acción.
El parlamentarismo negro, la forma de ejercer influencia en el sistema político fuera de los
ámbitos institucionales, se convirtió en un rasgo permanente de la política argentina.
Perón selló un pacto de garantías con el Partido Radical que lo comprometía a respetar los
derechos de las minorías a cambio de que ambas políticas brega en juntas a favor de
elecciones libres y sin proscripciones.
Se creó el Frente Cívico de Liberación Nacional (FRECILINA), una coalición electoral que
incluía al peronismo, el Movimiento de Integración y Desarrollo de Frondizi, el Partido
Intransigente, los demócratas cristianos, el Partido Conservador Popular, la CGT y la CGE.
Lanusse se vió obligado a hacer su renuncia a la candidatura a la presidencia.
El presidente dio a conocer las reglas fijadas por los militares para la transición institucional:
No podrían ser candidatos quienes:
- Desempeñarán cargos en el Ejército.
- Quienes no residen en el país
Perón puso de candidato a Héctor Cámpora.
El duelo entre dos generales
El periodo entre el conocimiento de las condiciones y las elecciones de 1973, la escena
política fue dominada por el enfrentamiento entre Perón y Lanusse.
Wikipedia:
El Pacto Social consistió en un acuerdo que definió la política económica de las primeras
fases del gobierno peronista de Héctor Cámpora y la tercera presidencia de Juan Domingo
Perón. Se realizó entre las bases obreras representadas en el sindicalismo (nucleadas en la
CGT) y el empresariado argentino (nucleado en la CGE Confederación General Económica)
Objetivos Trazados por el pacto:
La muerte de Perón
Tener en cuenta: Enfrentamientos entre dos vertientes:
1. La que venía a la cabeza de la ola de movilizaciones previas a 1973 y apuntaba a la
quiebra del orden político en nombre de un militante populismo revolucionario.
2. La que respondía a las consignas distribucionistas y nacionalistas del peronismo
histórico.
2 meses antes de la muerte de Perón, se registró el mayor promedio mensual de conflictos
durante el gobierno peronista. (aumentos salariales).
Los mecanismos de concertación sobre los que estaba montado el Pacto Social ya no
conciliaba conflicto social alguno. La confrontación entre capital y trabajo se había
replegado al ámbito de las empresas, dejando a la CGT y a la CGE entregadas a una
negociación cuyos resultados eran violados sistemáticamente.
Perón había sido consciente de que una mayoría electoral como el 62% no era suficiente
para ejercer el poder en un país cuya vida política reciente estaba pautada por las
intervenciones militares y las proscripciones.
Para limitar los riesgos del aislamiento político, el líder peronista optó por un régimen
político articulado sobre una red de acuerdos. (Pacto social entre empresarios y sindicatos).
Hacia junio de 1974, dicho régimen había experimentado un deterioro. Los sucesores del
caudillo muerto dedicaron a desmantelar los acuerdos heredados y a proclamar llegada la
hora de la exaltación del peronismo.
El primer movimiento en la dirección de este nuevo diseño político, que modificaría en
pocos meses la faz del régimen, se produjo dentro de la cúpula sindical.
Los partidarios del sindicalismo de presión proponen que el movimiento obrero entrara en la
nueva política que se abría libre de compromisos y de gravosas lealtades.
La CGT solicitó una nueva renegociación del Pacto Social.
La nueva presidenta Isabel,procedió a una nueva reorganización del gobierno:
- Sustituyendo a los representantes de los partidos no peronistas integrantes del
frente electoral por hombres de su círculo íntimo, y por otro,
- desplazando al Partido Radical de toda intromisión en la adopción de decisiones de
política general.
Otro frente ocupó la preocupación de los sucesores de Perón: las actividades de la
oposición sindicalista.
Con la aprobación de la Ley de Seguridad, el número de conflictos cayó considerablemente.
Las ocupaciones de las fábricas desaparecieron después de agosto.
Dada la vigencia de la Ley de Seguridad por un lado y la aprobación por el parlamento de la
Ley de Contrato del Trabajo, preparada por la CGT, que reforzaba la estabilidad del empleo
dificultando los despidos, el ausentismo se convirtió en un canal opcional de expresión del
descontento obrero.
La escena política fue recompuesta.
La crisis política
La eliminación de la oposición sindical despejó el camino para la normalización de las
organizaciones obreras y hacia fines de 1974 una serie de elecciones y asambleas confirmó
a los principales jefes sindicales en el control de la extensa estructura sindical.
Tal como acordó el Pacto social, en junio de 1975, las negociaciones debían reanudarse.
En julio el mercado europeo prohíbe la importación de carne argentinas, y los insumos
importados seguían en suba.
Gomez Morales pasa a ser ministro de economía en lugar de Gelbard.
Convocadas en nombre de la libertad de contratación, las negociaciones colectivas no
podían ignorar los parámetros fijados por la intervención del Estado; para conocerlos, los
líderes sindicales solicitaron una entrevista a la presidenta a fines de febrero, no hubo
respuesta y la economía seguía deteriorándose.
Al llegar el 31 de mayo, la fecha prevista para concluir las negociaciones, sin decisión
alguna la protesta obrera desbordó los controles sindicales y comenzaron las
manifestaciones callejeras y las ocupaciones de fábricas. Gomez Morales renuncia y asume
su cargo Celestino Rodrigo.
Tres días después de asumir el nuevo ministro tomó las siguientes medidas:
- Devaluación de la tasa de cambio en un 100%
- Incremento del precio de combustible
- Incremento del precio de la electricidad
La presidenta resolvió el 27 de junio anular los convenios negociados y dispuso un aumento
del 50% . El anuncio provocó la paralización del trabajo.
La crisis política concluyó con la victoria de los líderes sindicalistas quienes volvieron a
renovar su solidaridad con la presidente. (Le hicieron paro de 48hs., renovaron contratos y
López Rega y Rodrigo renunciaron).
La larga agonía
Luego de los conflictos, el peronismo ya no tenía credibilidad.
Tener en cuenta: Una vez en el poder, Perón rompió con la izquierda juvenil y repuso los
valores tradicionales. La paz retornó a las filas sindicales mientras los jóvenes se
radicalizan.
Concluida la crisis política con la renuncia de los colaboradores más cercanos de Isabel, la
presidente se alejó de sus funciones en uso de licencia y una coalición de sindicalistas y
políticos se hizo cargo del gobierno en agosto.
La amenazante situación económica no provocó la caída de los conflictos, sino que hizo que
estos fueran más largos y de más difícil solución. En este contexto, comenzó a ser más
frecuente la intervención de los grupos guerrilleros y la pérdida de control del conflicto por
parte de los trabajadores involucrados.
(La guerrilla intervenía secuestrando y asesinando a directivos de empresas para forzarlos a
aceptar las demandas obreras).
Tener en cuenta: Antonio Cafiero ministro de economía con apoyo sindical.
En enero de 1796 la presidenta Isabel retoma sus actividades y reorganizó el gobierno,
desprendiéndose de los ministros ligados a la entende sindical-política.
Actuando con la mirada puesta en lo que vendria despues del golpe de Estado, sindicalistas
y políticos desoyeron los llamados de la oposición civil para evitarlo y se negaron a
constituir un gobierno sin Isabel Perón.
Sindicalismo entre la reivindicación y la participación
Participar permaneciendo en la oposición, he ahí la fórmula que mejor condensa la
orientación dominante en los círculos sindicales y el principio que comandó la estrategia de
presión política desplegada por el sindicalismo peronista en el periodo posterior a 1955.
Con el pacto social, Perón se propuso sustituir la negociación descentralizadora entre
empresarios y sindicatos por una negociación central única en el marco fijado por el
programa económico oficial . La clave de la negociación descansaba en que las partes se
comportan como actores unificados.
La decisión de la presidente al disolver el entente sindical-política que gobernó durante su
retiro y retomar el control del poder a comienzos de 1976, reavivó los peligros de una
quiebra institucional.
La renuncia de los líderes sindicales a ofrecer una opción a la crisis aceleró el debacle de la
democracia, y a la vez, del sindicalismo, ya que ambos fueron anulados en el mismo
proceso. El poder sindical probó ser capaz de provocar la caída de las columnas
institucionales.
CRISTALIZADO
PERONISMO TRADICIONAL
Sin embargo, debió enfrentar lo que ya no era el problema sino una contradicción
insoluble: aquella entre la pretensión de hablar en nombre del pueblo, y la necesaria
sumisión a otra palabra, la de Perón.
Con la llegada del peronismo al poder, la lucha entre las diferentes facciones dentro
del movimiento estalla a la luz del día. El enfrentamiento entre la derecha
(burocracia sindical) y la izquierda (juventud) se vuelve una lucha de poder.
En 1973 se presentan dos proyectos de ley, uno sobre la ley sindical y otro
modificando el Código Penal, el cual permite la represión de todo movimiento
considerado subversivo y huelgas ilegales. Mientras tanto, Montoneros y la JP
continúan realizando movilizaciones para que el gobierno cumpla las pautas
programáticas, sucediendo también los asesinatos de activistas y “ajusticiamientos”
por parte de Montoneros.
Post 1955, la resolución de la cuestión peronista implica afirmar la búsqueda de una fórmula
que permitiese incorporar al electorado peronista al sistema institucional.
No solo hubo a lo largo del periodo reglas constantes de cómo arribar la solución, sino que
tampoco hubo una definición inmutable de los rasgos de la solución deseada. Ambos
puntos fueron objeto de lucha política.
Intentos de salida:
1. El primer intento tuvo lugar durante la llamada “Revolución Libertadora”. Se realizó
un diagnóstico acerca de la constitución de la lealtad política peronista.
Se suponía que la adhesión al peronismo era por una política demagógica que se logró a
través de del manipulamiento de un electorado con escaso entrenamiento político y bajos
niveles educativos.
En este contexto, la “desperonización” se basaba en un proceso de “educación
democrática” que debía revelar los aspectos manipuladores y totalitarios del régimen, así
como también modificar sus valores. El electorado peronista debía perder su identidad
como tal. Se quería destruir la identidad colectiva.
Para alcanzar estos objetivos, la Revolución Libertadora incluyó:
- Represión
- Disolución del Partido Peronista
- Prohibición de su organización futura
- Prohibicion de propagandas y difusión de ideas.
Causas del fracaso de esta solución:
- Fracaso en el intento de desarticulación de la identidad peronista
- Divisiones en la UCR y sus derivaciones.
- El acuerdo de Frondosa con Perón provocó el fracaso del primer intento de
salida, ya que los la idea de los partidos que apoyaron la Revolución Libertadora
era que el peronismo no gane las elecciones y además no reconocerlo como
actor político. Frondizi hizo todo lo contrario.
Cavarozzi: Introducción y el fracaso de las semidemocracias y sus legados.
En 1955 no sólo se derrocó a Perón sino que también se desmanteló el modelo político
prevaleciente hace 10 años.
La relación directa entre líder y masas había hecho a Perón como único depositario de la
representación del pueblo, a causa de esto los parlamentarios y partidos fueron perdiendo
relevancia en la escena política.
El peronismo consideraba a las actividades de los partidos de la oposición como
manifestaciones de intereses sectoriales ilegítimos.
Los líderes del golpe de 1955 consideraban al peronismo como una dictadura totalitaria y
en consecuencia, levantan los estandartes de la democracia y la libertad, proponiendo como
objetivo el restablecimiento del régimen parlamentario y el sistema de partidos.
Tanto en 1955-1958 como en 1962-1963 las administraciones militares no se propusieron a
reemplazar la democracia parlamentaria por un régimen político, el principal objetivo fue la
imposición de mecanismos proscriptivos del peronismo (intentaban erradicarlo mientras
tanto).
Los fracasos de establecer estabilidad constitucional luego de 1955 no impidió que durante
esos años se configurarán nuevos modos de hacer política que implican una profunda
redefinición de los patrones de procesamiento de los conflictos y relaciones socio-
económicas. Tres elementos importantes:
1. El surgimiento de desfasajes (colapso, desarticulación) significativos entre el nivel de
los intereses socio-económicos y el de los bloques políticos.
2. La formación de un movimiento sindical peronista con características nuevas
(autonomía, con estrategia defensiva y opositor).
3. El ingreso de militares a la arena política asumiendo un rol tutelar en el marco de
regímenes democráticos y su intervención con el objetivo de acabar con las
prácticas democráticas y las instituciones parlamentarias.
El derrocamiento de Perón fue promovido por un amplio frente político que incluyó a todos
los partidos no peronistas, representantes corporativos e ideológicos de las clases medias y
las burguesías urbanas y rurales, las FFAA y la Iglesia.
El peronismo igualmente sobrevivió a su caída y se constituyó como fuerza opositora.
La proscripción del peronismo introdujo una distinción entre la sociedad y el funcionamiento
de la política argentina, que resultó en la emergencia paulatina de un sistema político dual.
Como el sector popular se quedó sin representación, sus presiones fueron en su gran
mayoría de carácter extra-institucional. En última instancia la presión popular se redujo a la
capacidad de desestabilizar desde afuera del escenario político a cada uno de los
regímenes. Esta desestabilización se logró a través de demandas económicas, como
mediante el apoyo a candidatos antioficialistas en elecciones nacionales, provinciales y
locales.
Hubo una disyunción (separación) entre partidos antiperonistas y los militares, por los
conflictos y los conflictos y los alineamientos sociales y por el otro lado las modalidades
institucionales de hacer política. Poco a poco los partidos antiperonistas y los militares
comenzaron a tener contenidos diferentes por dos razones:
1. Los militares “democráticos” fueron perdiendo progresivamente su “vocacion
democratica” para concluir respaldando el establecimiento d e regímenes de
carácter autoritario. (Tiene que ver con al rol del gobierno con respecto a la
erradicación del peronismo).
2. En 1955 el frente antiperonista se había coaligado en torno al estandarte
“oposicionista”, es decir, el proyecto de destrucción del régimen peronista. Sin
embargo, comenzó a desvanecerse cuando llegó el momento de ejercer el poder
desde el Estado y hallar otras vías de resolución. (Tiene que ver con con el modelo
socio-económico)
A partir de 1956 fueron emergiendo fuerzas divergentes en el campo antiperonista.
- Populismo reformista: No cuestiona las premisas básicas del modelo impulsado
durante la década peronista. Alentó la posibilidad de promover los intereses de la
clase obrera y la burguesía urbana y propuso una política nacionalista moderada
que impidiera o al menos limitará la presencia de capital extranjero.
- Realizó dos críticas al peronismo: sostuvo que las políticas de Perón habían
desalentado la producción agropecuaria y la otra que que había fracasado en la
promoción de la industria pesada y el desarrollo de la infraestructura económica.
- Las consignas del populismo reformista fueron promovidas por el radicalismo.
Radicalismo intransigente (Frondizi): era partidaria de una gradual legalización del
peronismo.
Radicales del pueblo : Permanecieron en la posición de la prescripción
- Desarrollistas:
- Sostuvieron que el estancamiento económico se debía principalmente a un retardo
en el crecimiento de las industrias de base. Tal debilidad podría superarse mediante
un proceso de “profundización” que abarcara la expansión de los sectores
productores de bienes de capital e intermedios, y de la infraestructura económica.
- Sostenían que debía haber inversiones extranjeras.
- El desarrollismo no cuestionó los aspectos centrales del proceso de industrialización
sustitutiva inaugurado en los años 30´. Por el contrario, los desarrollistas impulsaron
tanto la aceleración como la ampliación cualitativa del proceso de industrialización.
- Liberales:
- Los liberales no sólo criticaron el modelo de conciliación de clases, cuestionaron
también la premisa según la cual el desarrollo industrial debe constituir el núcleo
dinámico de una economía cerrada.
- Argumentaron que desde los años 30´ el país se había enfrentado con dos
problemas: El progresivo deterioro de la disciplina de los trabajadores y la eficiencia
de amplias franjas de la burguesía industrial. Estos problemas tienen raíz en las
políticas que habían cerrado la economía favoreciendo la proliferación de industrias
“artificiales” y en el excesivo crecimiento del Estado.
La complejidad de la política argentina del período 1955-1966 se debió en gran medida a
que las adhesiones y oposiciones políticas generadas.
Esto tiene que ver con:
- La aplicación de las políticas económicas alternativas sobre lo que cada grupo
percibe como “sus” intereses.
- Las reacciones de los distintos grupos con respecto a las estrategias alternativas de
exclusión o incorporación del peronismo a la escena política legal, estaban
relacionadas pero no fueron totalmente coextensivas.
Uno de los rasgos sobresalientes de la disyunción que recorre al antiperonismo fue que
cada uno de los resultados sucesivos estuvo determinado por el sentido en que,
alternativamente, oscilaron los liberales. Al mismo tiempo, los liberales ejercieron una
influencia mínima en el curso seguido por la politica y economia. Tuvieron éxito en la
proscripción del peronismo pero fracasaron en liderar el régimen semi democrático que
pretendieron fundar.
El intento del régimen militar de fundar un régimen político basado en los partidos y en el
fortalecimiento de los mecanismos parlamentarios fracasó por completamente.
El estilo de control político de la clase obrera establecido en la época peronista fue
radicalmente modificado. Ese estilo había sido basado en el trato benévolo de la clase
obrera por el Estado y en la subordinación (dependencia).
- 2° elemento: Los sindicatos
El frustrado proyecto de los militares creó las condiciones para el surgimiento de un
movimiento sindical peronista independiente de Perón, capaz de desarrollar su propia
estrategia política.
(Perón no desapareció de la escena pero sí sufrió cambios significativos). La figura de
Perón apareció como el principal símbolo del retorno.
El mismo perdió en parte su poder de controlar a los líderes peronistas. Algunos políticos
provinciales, sobre todo en zonas ajenas a las áreas metropolitanas de la región pampeana
y numerosos líderes sindicales generaron bases propias de poder.
El peronismo se transformó en un peronismo crecientemente proletario, esta gradual
transformación fue favorecida por un factor adicional: en cada ocasión la proscripción del
peronismo fue levantada de acción de los líderes sindicales se vio considerablemente
expandida al tener la oportunidad de incidir en la lucha política en torno a los comicios. El
voto de los trabajadores se convirtió en un instrumento de presión y negociaciones,
comparable a los paros y huelgas. A consecuencia, los líderes sindicales peronistas
desarrollaron la capacidad de negociar con los actores políticos no peronistas, tales como
los partidos, las asociaciones empresariales y los militares.
Con el crecimiento de la industria, los líderes sindicalistas peronistas en su discurso
reclamaban la restauración de los atributos prevalecientes antes de 1955: alianza entre la
burguesía nacional y clase obrera bajo la protección del Estado, políticas redistributivas,
nationalism, definición de la oligarquía agraria como el principal adversario social de las
fuerzas Nac&Pop y el poder arbitral de Perón.
El símbolo unificador de la recuperación de esa época era el retorno de Perón al poder.
Consideraciones:
- Líderes sindicalistas interpelan a los obreros como obreros peronistas para rescatar
las raíces de su identidad colectiva para que no llegó a ser borrada por los sucesivos
regímenes post-peronistas.
El movimiento peronista se convirtió para sus adversarios una fuerza subversiva.
La estrategia del movimiento sindical peronista tuvo una ventaja importante: su poder se
materializó en buena medida a través de las acciones de otros actores. Esto permitió a los
sindicalistas disociarse de las consecuencias de los ciclos de golpes, y repliegues de los
militares, como ocurrió reiteradamente entre 1955 y 1966.
El exitoso despliegue de las acciones de contraataque del movimiento sindical impidió la
completa ejecución y consolidación de la década del 50´y principios de los años 60´, pero
no pudo revertir las transformaciones sufridas en la economía a partir de 1959.
- 3° elemento: Militares
Los militares constituyeron el tercer elemento de la fórmula política que emergió a partir de
1955. Durante la primer etapa desarrollaron un estilo de intervención tutelar que resultó la
proscripción del peronismo y de las instituciones representativas del Estado y el ejercicio de
presiones y de su poder de veto sobre las medidas e iniciativas políticas del gobierno
constitucional instalado en 1958, con el propósito de imponer sus propias preferencias en
los asuntos públicos.
La fragmentación militar alcanzó su punto más crítico entre los años 1959 y 1963 a raíz de
confrontaciones opuestas (azules y colorados. ganaron los azules con Onganía)
Wikipedia:
Los azules proponían una integración limitada del peronismo a la vida política argentina y
unas Fuerzas Armadas con alto grado de autonomía y unificadas mediante una estricta
cadena de mandos. Los colorados equiparaba al peronismo con el comunismo, abogando
por erradicar a ambos completamente, y se caracterizaban por una mayor politización de los
militares y un funcionamiento interno deliberativo. Hacia 1962, cada bando luchaba para
lograr el control sobre el conjunto de las Fuerzas Armadas y, de ese modo, estar en
condiciones de ejercer la tutela sobre el gobierno y establecer el rumbo que debía seguir la
política nacional. Políticamente, los radicales del pueblo (balbinistas) estaban más cerca de
los colorados, mientras que los radicales intransigentes (frondizi estas) estaban más cerca
de los azules. Los combates contaron con la participación de comandos civiles,
principalmente en el bando Colorado.
El hecho de que los liberales como los sindicalistas aparecieran apoyando el golpe de 1966
(Illia) reflejó dos cosas: la ambigüedad de las propuestas de Onganía en materia de política
económica y el atractivo que tuvo para el vandorismo la posibilidad del establecimiento de
un régimen político autoritario. (Corriente paternalista de las FFAA).
Revolución Libertadora
El general Lonardi encabezó el golpe de 1966 que se presentó como provisional hasta
restaurar el orden constitucional.
Los dirigentes sindicales se mostraron actualizados con el gobierno, aunque en muchas
barriadas obreras hubo manifestaciones espontáneas contra los militares.
En el ejército, luego de una lucha se impusieron los partidarios de una política de abierta
ruptura con el derribado régimen peronista.
El 13 de noviembre Lonardi tuvo que renunciar y fue reemplazado por Aramburu (liberal y
antiperonista) mientras rojas se mantenía en la vicepresidencia.
En 1955 ese reordenamiento era estimulado y hasta exigido por un mundo que concluía
con la reconstrucción de la posguerra y en plena Guerra Fría plantea nuevos desafíos.
En 1947, los acuerdos monetarios de Bretton Woods establecieron el patrón dólar y los
capitales volvieron a fluir nuevamente. Las áreas cerradas fueron desapareciendo y las
grandes empresas comenzaron a instalarse en los mercados antes vedados.
El FMI propuso políticas llamadas “ortodoxas”: estabilizar la moneda abandonando la
emisión fiscal, dejar de subvencionar a los sectores “artificiales”, abrir los mercados y
estimular las actividades de exportación tradicionales.
Progresivamente comenzó a formularse: la CEPAL (Comisión económica para América
Latina): los países desarrollados podrían ayudar a los subdesarrollados a eliminar los
factores de atraso mediante adecuadas reformas estructurales como la agraria.
Para adecuarse a este mundo del capitalismo reconstruido, el liberalismo y la democracia
no bastaba con restaurar el orden constitucional. Era necesario modernizar y adecuar la
economía, transformar el aparato productivo.
La apertura y modernización fueron valores compartidos pero las herramientas de esa
transformación generaron una amplia polémica entre quienes confiaban en el capital
extranjero y quienes desde la tradición nacionalista que había alimentado el peronismo o la
izquierda antiimperialista desconfiaban de él.
Los empresarios nacionales y extranjeros coincide en que cualquier modernización debe
modificar el estatus logrado por los trabajadores durante el peronismo. Apuntaron a revisar
su participación en el ingreso nacional y también elevar la productividad, racionalizando las
tareas y reduciendo la mano de obra. Esto implicaba restringir el poder de los sindicatos.
Recuperar el poder por parte de los patrones eran los puntos más salientes.
Como señala Juan Carlos Torre, se trata de una clase obrera madura, bien definida en un
mercado de trabajo que se acercaba a la situación de pleno empleo, homogénea y con una
clara identidad social y política.
Libertadores y desarrollistas
El general Aramburu encabezó el gobierno provisional hasta 1958, quien desde ese
momento comenzó a desmontar el aparato peronista:
- El partido fue disuelto.
- Se intervino la CGT y los sindicatos.
- Políticos y dirigentes detenidos y proscritos políticamente.
- La administración pública y las universidades fueron limpiadas de peronistas.
- Se controlaron medios de comunicación.
- Se prohíbe propaganda favorable al peronismo.
- Se derogó la Constitución de 1949.
Esta política fue respaldada por la Marina que fue pionera del antiperonismo, sin embargo
hubo dudas y divisiones en el ejército, donde mucho de los oficiales habían acompañado a
Perón hasta último momento.
El 9 de junio de 1956, un grupo de oficiales peronistas hizo un levantamiento que contaba
con apoyo de civiles y aprovechaba el descontento y la movilización gremial. El gobierno
reprimió, ordenando el fusilamiento de varios oficiales incluyendo al General Juan José
Valle. Los gorilas fueron ganando el ejército.
Proscripto el peronismo, se llamó a la formación del “Pacto de la proscripción” a integrar la
Junta Consultiva presidida por el vicepresidente Rojas. El acuerdo incluía a todas las
tendencias del frente civil, menos los comunistas. Los conservadores y progresistas
dominaron en las universidades, pese a que el ministro de Educación era un católico
tradicionalista, pero pronto se fue enfrentando con el gobierno cuando éste propuso
autorizar la existencia de universidades privadas, según demandaba la Iglesia.
En la política económica asumió Raúl Prebisch, quien era mentor de la CEPAL. Elaboró un
plan que combinaba principios de la nueva doctrina con un programa más ortodoxo de
estabilización y liberalización.
- El IAPI y los instrumentos del Estado interventista fueron eliminados.
- Se devaluó el peso.
- El sector agrario recibió un importante estímulo, con lo que se confiaba equilibrar las
cuentas externas.
- Ingreso al país el FMI y la ayuda del Banco Mundial.
- No hubo una legislación clara sobre el capital extranjero.
La política social fue más definida:
- Combinando eficiencia y represión, patrones y gerentes empezaron a recuperar
autoridad en las plantas.
- Las convenciones colectivas fueron suspendidas
- Los salarios reales cayeron por una fuerte crisis cíclica en 1957.
- Numerosas huelgas en 1956 y frecuencia de ataques terroristas.
- Firme resistencia de los trabajadores peronistas.
- Surgimiento de nuevos dirigentes sindicales. En septiembre de 1957 se reunió el
Congreso Normalizador de la CGT y los personalistas nucleados en Las 62 y
accedieron a su control. Estas organizaciones fueron la “columna vertebral” del
peronismo.
Para el gobierno y las fuerzas políticas que apoyaban el “pacto de prescripción” planteaban
un problema para el futuro : ¿Qué hacer con el peronismo?,y esto hizo que las distintas
opciones dividieran a todas las fuerzas políticas.
- La derecha optó por acercarse al peronismo algunos de los viejos nacionalistas y los
conservadores “populares”.
- La izquierda, la política represiva del gobierno libertador apartó pronto a muchos de
un bloque antiperonista en el que hasta entonces habían convivido con sus
enemigos naturales. Su misión era dirigir la clase obrera y esta era peronista.
- El Partido Socialista se dividió en 1956 entre quienes se mantenían fieles a la línea
antiperonista y se vincularon a los grupos de derecha y quienes creyeron que el
partido debía construir una alternativa de izquierda para los trabajadores más
atractiva que la del peronismo.
Arturo Frondizi con un discurso moderno, y una propuesta novedosa se había convertido sin
dificultades en la alternativa para las fuerzas progresistas y para un sector amplio de la
izquierda.
Su vinculación con Rogelio Frigerio introdujo un sesgo importante en su discurso, al
subrayar la importancia del desarrollo de las fuerzas productivas y el papel que en ello
debía cumplir los empresarios.
La estrategia mayor consistió en negociar con el propio Perón su apoyo electoral a cambio
del levantamiento de la proscripción.
Frondizi ganó las elecciones de febrero de 1958 contra Ricardo Balbín.
Frondizi presidió el gobierno entre 1958 y 1962.
Invitaba a renovar los acuerdos entre los empresarios y los trabajadores, quienes eran
convocados a renovar los acuerdos y compartir los beneficios de un desarrollo económico
impulsado por el capital extranjero.
El nuevo gobierno tenía mayoría en el Congreso y controlaba la totalidad de las
gobernaciones.
Las FFAA no simpatizaban con quien había roto el compromiso de la proscripción por su
pasado izquierdista y su reciente conversión al capitalismo progresista.
El presidente realizó un aumento de salarios del 60% y el levantamiento de las proscripción
es (menos del peronismo), así como la sanción de la nueva Ley de Asociaciones
Profesionales. También libró la batalla del Petróleo, esto es, la negociación con compañías
extranjeras para la exploracion y explotacion de los pozos.
También anunció la autorización para el funcionamiento de universidades no estatales, lo
que generó un profundo debate entre los defensores de la enseñanza “laica” y los de la
“libre”, en su mayoría católicos. (El petróleo y la enseñanza laica terminarían neutralizando).
En el terreno social la Revolución actuó movida por la igualdad ya sea en la política salarial
y ocupacional, mejorar y universalizar el acceso a la educación pública y los servicios
sanitarios.
- Otras.
- Estudiantes.
En este proceso, nacieron las guerrillas rurales, en las bases urbanas organizaciones
estudiantiles, en otros casos movimientos populistas y en lucha contra los regímenes
militares (Montoneros, grupos comunistas en Brasil, etc.).
- Creció la población.
Se consolidó en América Latina un perfil social peculiar, no como Europa, sino yacían
muchedumbres del subproletariado, estas se caracterizaban por su ajenidad a las
instituciones públicas.
- En Córdoba donde en 1969 las protestas cumplieron un rol clave al poner de rodillas
al régimen militar del General Onganía.
Hubo dos oleadas de contrarrevolución que barrió la región en aquellos años. Son dos
nuevas dimensiones destinadas a asumir mayor peso en el futuro:
1. Indigenismo (Bolivia)
2. Feminismo.
Entre fines de los años 50´y 70´, cobraron forma y comenzaron a establecerse las
premisas intelectuales y maduraron las consecuencias políticas del pensamiento
económico elaborado en la posguerra por Raúl Prestica y la CEPAL.
Años 60´y 70´: guerra civil ideológica. Dada la dimensión de las masas alcanzadas por la
sociedad y el boom de la escolarización es comprensible que el panorama ideológico fuese
variado.
La mezcla del marxismo y nacionalismo reprodujo una antigua y profunda esencia del
universo ideal latinoamericano, rastreable en la tendencia al monopolio del poder en la
aversión al pluralismo político en nombre de la homogeneidad del pueblo.
La corriente del Guevarismo tuvo incidencia en gran parte de la región y que más que
cualquier otra, encarnó la vía latinoamericana a la revolución. El hecho que la distingue del
marxismo ortodoxo no fueron sus elementos fundamentales (la socialización de los medios
de producción, la planificación económica, la dictadura del proletariado, el antiimperialismo,
etc.), que Guevara compartió y profesó acusando al régimen soviético de haberlos
traicionado o desnaturalizado, sino la apelación a la ética y a la voluntad como principales
motores de la revolución, para superar las limitaciones impuestas por la realidad y la razón.
Entre los años 60´y 80´, las convulsiones que sacudieron la Iglesia y el catolicismo de
América Latina fueron un factor clave para comprender el panorama político e ideológico.
Nació la Teología de la Liberación (La opción más preferencial por los pobres, es decir,
la determinación de la dimensión social como terreno de la evangelización, que se
realizaría promoviendo la liberación del hombre de las estructuras sociales opresoras.
Los teólogos se propusieron a concientizar a los sectores populares sobre las injusticias
sociales), en la que la refutación del orden social y la condena del capitalismo se hizo
más dura, la deuda con las ciencias sociales más directa, el recurso a la crítica del
marxista más abierto y el enlace entre teología y praxis más orgánico.
Fallaron los sujetos que en otras partes eran protagonistas: desde los sectores medios
legalistas hasta el catolicismo democrático, desde el socialismo reformista hasta los
militares profesionales.
Alianza para el progreso: el proyecto de cooperación con América Latina que largo
Kennedy, presentado como un plan Marshall para la región, pero que nunca llegó. ¿Por
qué fracaso?
- Reforma agraria
Donde más se evidencia el fracaso es que los sectores medios actuaron tal como los
teóricos de la modernización habían previsto. Asustados por las movilizaciones de la clase
obrera y el crecimiento del subproletariado, tendieron a privilegiar el orden a la democracia
y a sostener a los nuevos regímenes autoritarios. La democracia política no se amplió y
pronto fue eliminada en gran parte de la región.
Tres años después fue depuesto y sustituido por el General Augusto Pinochet.
Varios fueron los factores que concurrieron a hacer del gobierno de la Unidad Popular un
caso mundial:
1. Por primera vez un gobierno marxista era elegido por medio de las elecciones
y afirmaba querer construir el socialismo con métodos democráticos.
2. Tener en cuenta como un desafío radical era que Chile se destacaba por su
antigua y sólida democracia. Era por lo tanto uno de los países menos
sensibles a las sirenas del comunismo.
- La escisión entre la derecha y el centro fue crucial para su victoria, así como su
acuerdo se revelaría decisivo para su caída.
Medidas de Allende:
La caída de Allende dividió a Chile y el mundo. USA hizo todo lo posible para impedirle a
Allende asumir la presidencia en 1970, tanto por vía constitucional como por la violencia y el
secreto, no obstante fracasaron al no obtener el apoyo de la Democracia Cristiana, ni de las
FFAA chilenas.
La política economía de Allende tuvo frutos pero luego se volvió insostenible. En poco
tiempo la balanza comercial y la solvencia económica colapsaron.
Las causas políticas fueron las que dieron el peor golpe al gobierno.
Cuando faltaba menos de una década para el siglo XX, seguía siendo una colonia. Un
intento independentista anterior había fracasado en la guerra de los diez años (1868-
1878), cuando los nacionalistas cubanos no lograron reunir a la elite y fueron lentamente
desalojados por las tropas españolas.
Algunos nacionalistas cubanos que nunca habían aceptado su derrota en 1878, huyeron
al exilio y tramaron una nueva rebelión, el más famoso de ellos era José Martí (poeta y
abogado).
Una nueva revuelta estalló en 1895, la guerra duró tres años y los españoles apelan a
métodos brutales.
Dado su gran interés en Cuba, USA no podía permanecer al margen de esa batalla.
La guerra duró siete meses y los yankees ganaron, a España no le quedó otra que
otorgarles la independencia a Cuba en 1898.
- Rutas
- Alcantarillas
- Líneas telegráficas
- Escuelas
- Etc.
USA permitió e impulsó a los cubanos para que eligieron una Asamblea Constitucional, pero
USA dudaba de la capacidad del nuevo país para autogobernarse, así que forzó a los
cubanos a aceptar una enmienda (Platt) que le otorgaba el derecho a supervisar su
economía, de veto sobre los compromisos internacionales y de intervenir en la política
interna. Esta provisión quedó vigente hasta 1934 e hizo de Cuba un protectorado
estadounidense.
Su primer presidente fue Tomás Estrada Palma. El sistema político cubano estaba lejos del
espíritu democrático.
- La cosecha sólo duraba tres meses, el resto del año había desempleo.
Cuba fue testigo del surgimiento del proletariado obrero, estos tenían contacto con la
clase obrera urbanizada.
Gerardo Machado obtuvo la presidencia en 1925 y utilizó sus poderes para hacerse
invisible en las urnas.
- Estudiantes
- Dirigentes obreros
- Políticos descontentos
Protestaron. La policía y el ejército reprimen.
Machado huyó del país en 1933, y los jóvenes radicales dominantes en el gobierno
provisional se unieron al ejército al mando de Fulgencio Batista.
El nuevo líder civil era Ramón Grau San Martín, médico y profesor. Se formaron soviets
y después se ocuparon fábricas y granjas. El nuevo gobierno proclamó la Revolución
Socialista.
A una señal de USA, Batista echó a Grau y los radicales para poner un presidente del
gusto de Washington.
Durante los siguientes 25 años la política cubana fue dominada por Fulgencio Batista.
Fidel Castro (1927, hijo de inmigrantes españoles), había ido al colegio de los jesuitas y
había seguido la carrera de derecho. En la política estudiantil tenía ramas de
pensamiento nacionalista, izquierdista y revolucionario.
Se fueron en un yate pero este encalló en una zona de pantanos. Fueron días de
pesadilla.
La mayor parte de la prensa cubana creía que Fidel había muerto. Fidel sabía que para
derrocar a Batista era imprescindible erosionar su apoyo externo con USA.
Un periodista del New York Times, fue hasta el escondite de Fidel y escribió un par de
historias. Los lectores de todo el mundo estaban admirados.
En 1958, Fidel decidió cambiar su estrategia, las guerrillas deberían volverse más
violentas.
No hubo una guerra formal, sino era atacar y esconderse con bombardeos, sabotajes y
acosos.
Batista recurrió al terror, hecho que beneficio a la guerrilla ya que su estrategia era que
el gobierno reprima para poder reclutar nuevos rebeldes.
En noviembre, Batista presentó un nuevo candidato para las elecciones. Esto fue señal
de que el gobierno había perdido apoyo.
La guerra civil no solo había desacreditado a Batista, sino que había ensuciado a toda la
clase política. El impulso ahora estaba en manos de los hombres de Sierra Maestra.
La primer crisis política surgió sobre qué hacer con los oficiales batistas capturados. En
los seis primeros meses hubo condenas de muerte, hecho que preocupó a los liberales
cubanos y a sus simpatizantes del exterior, en especial USA.
Luego de su visita a las Naciones Unidas (NYC, abril de 1959), regresó a la isla para
poner en proactiva su medida más radical hasta la fecha: la ley de Reforma Agraria del
17 de mayo de 1959, que elimina las propiedades. Desde ese momento no se permitiría
a ningún extranjero poseer tierra agrícola.
Debido a conflictos políticos por una conspiración contra la Revolución, Fidel renuncia a
su cargo, sin embargo la opinión pública pide su regreso y promete que no habría
elecciones aunque sea durante cuatro o cinco años.
1. La nacionalización de la economía
En febrero de 1960, antes de la ruptura económica con USA, Cuba firmó un acuerdo
comercial con la Unión Soviética que le concede un crédito de 100 millones de dólares
para adquirir equipamiento y le prometía la compra de 4 millones de toneladas de
azúcar por año.
Debido a las movilizaciones contra los invasores, problemas sociales y económicos internos
todos los cubanos se convertirían en guerrilleros.
Lo que preocupaba a la población era el modo en que la revolución cambiaría sus vidas.
Fidel y cita. Mantuvieron su mirada fija en los pobres y en especial en los rurales.
- Subas salariales
La estrategia más obvia para Washington era apoyar la invasión a Cuba de los exiliados.
En 1962 los rusos instalaron bases de misiles en Cuba. Había temores por una posible
guerra nuclear.
El Che elaboró un Plan de cuatro años que acababa Por la diversificación agrícola (restando
importancia al azúcar) y la industrialización (manufacturas de bienes de consumo ligero).
En 1962 los resultados ya habían sido desalentadores. Se habían agotado los suministros
de bienes de consumo, no había reserva de divisas, había escasez por todas partes y la
producción azucarera se hundió.
Desde 1960 USA procedió a un embargo económico estricto contra la isla y había
presionado a todas las empresas yankees a que interrumpieron su comercio con Cuba. Este
forzó a la isla a depender en gran medida de Rusia y el bloque del Este. El Che renunció,
confesando sus errores.
Los líderes cubanos atravesaban el conocido dilema de los regímenes comunistas: cómo
conciliar el idealismo marxista con una política económica pragmática.
Los idealistas guevaristas sostenían, además, que la construcción del socialismo interno
requería la promoción agresiva de la revolución en el exterior. Querían probar que una
estrategia guerrillera podía funcionar en toda América Latina y quizás en todo el Tercer
Mundo. Las instituciones pragmáticas y convencionales desempeñaban solo un papel
secundario, se necesitaba una revolución ahora.
Junto a esa movilización idealista interna, se produjo un aumento del compromiso con la
revolución en el exterior. Cuba buscó por América Latina movimientos guerrilleros para
ofrecerles armas, entrenamiento y experiencia. Che Guevara encabezó el impulso. Siempre
una figura heroica, se convirtió en el enemigo de la CIA y los ejércitos latinoamericanos.
En 1967, el Che muere a manos de las tropas de asalto boliviano entrenadas por USA.
El 26 de julio de 1970 Fidel ofreció su renuncia pero las multitudes gritaron que no. El
fracaso económico fue borrado por el teatro revolucionario.
Este paso hacia una mayor ortodoxia (práctica soviética) también afectó a la cultura
(educación y medios de comunicación).
En 1980 hubo un masivo éxodo, una de las razones fue por la llegada de familiares
exiliados que traían nuevos bienes.
El reto básico para los revolucionarios era transformar las guerrillas en una base creciente
de seguidores leales, para esto había que ampliar las bases del Partido Comunista.
En el terreno social la Revolución actuó movida por la igualdad ya sea en la política salarial
y ocupacional, mejorar y universalizar el acceso a la educación pública y los servicios
sanitarios.
- Otras.
A medida que se fue institucionalizando, el régimen político de la Revolución asumió los
rasgos típicos de los regímenes socialistas de partido único e ideología de Estado.
- Estudiantes.
En este proceso, nacieron las guerrillas rurales, en las bases urbanas organizaciones
estudiantiles, en otros casos movimientos populistas y en lucha contra los regímenes
militares (Montoneros, grupos comunistas en Brasil, etc.).
Durante la década del 60´ y mediados del 70´ fue la etapa más dramática de la historia
latinoamericana del siglo XX. Muchos de los modelos sociales fueron impuestos manu
militari.
- Creció la población.
Se consolidó en América Latina un perfil social peculiar, no como Europa, sino yacían
muchedumbres del subproletariado, estas se caracterizaban por su ajenidad a las
instituciones públicas.
- En Córdoba donde en 1969 las protestas cumplieron un rol clave al poner de rodillas
al régimen militar del General Onganía.
Hubo dos oleadas de contrarrevolución que barrió la región en aquellos años. Son dos
nuevas dimensiones destinadas a asumir mayor peso en el futuro:
1. Indigenismo (Bolivia)
2. Feminismo.
Entre fines de los años 50´y 70´, cobraron forma y comenzaron a establecerse las
premisas intelectuales y maduraron las consecuencias políticas del pensamiento
económico elaborado en la posguerra por Raúl Prestica y la CEPAL.
A mediados de los años 60´ y a partir de la crítica del marxismo a que el desarrollismo
atraía la mayor cantidad de capitales extranjeros, surgió la teoría de la dependencia.
Años 60´y 70´: guerra civil ideológica. Dada la dimensión de las masas alcanzadas por la
sociedad y el boom de la escolarización es comprensible que el panorama ideológico fuese
variado.
La mezcla del marxismo y nacionalismo reprodujo una antigua y profunda esencia del
universo ideal latinoamericano, rastreable en la tendencia al monopolio del poder en la
aversión al pluralismo político en nombre de la homogeneidad del pueblo.
La corriente del Guevarismo tuvo incidencia en gran parte de la región y que más que
cualquier otra, encarnó la vía latinoamericana a la revolución. El hecho que la distingue del
marxismo ortodoxo no fueron sus elementos fundamentales (la socialización de los medios
de producción, la planificación económica, la dictadura del proletariado, el antiimperialismo,
etc.), que Guevara compartió y profesó acusando al régimen soviético de haberlos
traicionado o desnaturalizado, sino la apelación a la ética y a la voluntad como principales
motores de la revolución, para superar las limitaciones impuestas por la realidad y la razón.
Entre los años 60´y 80´, las convulsiones que sacudieron la Iglesia y el catolicismo de
América Latina fueron un factor clave para comprender el panorama político e ideológico.
- Los métodos de evangelización y los sistemas clericales eficaces treinta años antes,
ahora resultaban inadecuados.
Nació la Teología de la Liberación (La opción más preferencial por los pobres, es decir,
la determinación de la dimensión social como terreno de la evangelización, que se
realizaría promoviendo la liberación del hombre de las estructuras sociales opresoras.
Los teólogos se propusieron a concientizar a los sectores populares sobre las injusticias
sociales), en la que la refutación del orden social y la condena del capitalismo se hizo
más dura, la deuda con las ciencias sociales más directa, el recurso a la crítica del
marxista más abierto y el enlace entre teología y praxis más orgánico.
Fallaron los sujetos que en otras partes eran protagonistas: desde los sectores medios
legalistas hasta el catolicismo democrático, desde el socialismo reformista hasta los
militares profesionales.
Alianza para el progreso: el proyecto de cooperación con América Latina que largo
Kennedy, presentado como un plan Marshall para la región, pero que nunca llegó. ¿Por
qué fracaso?
Donde más se evidencia el fracaso es que los sectores medios actuaron tal como los
teóricos de la modernización habían previsto. Asustados por las movilizaciones de la clase
obrera y el crecimiento del subproletariado, tendieron a privilegiar el orden a la democracia
y a sostener a los nuevos regímenes autoritarios. La democracia política no se amplió y
pronto fue eliminada en gran parte de la región.
Tres años después fue depuesto y sustituido por el General Augusto Pinochet.
Varios fueron los factores que concurrieron a hacer del gobierno de la Unidad Popular un
caso mundial:
1. Por primera vez un gobierno marxista era elegido por medio de las elecciones
y afirmaba querer construir el socialismo con métodos democráticos.
2. Tener en cuenta como un desafío radical era que Chile se destacaba por su
antigua y sólida democracia. Era por lo tanto uno de los países menos
sensibles a las sirenas del comunismo.
- La escisión entre la derecha y el centro fue crucial para su victoria, así como su
acuerdo se revelaría decisivo para su caída.
Medidas de Allende:
La caída de Allende dividió a Chile y el mundo. USA hizo todo lo posible para impedirle a
Allende asumir la presidencia en 1970, tanto por vía constitucional como por la violencia y el
secreto, no obstante fracasaron al no obtener el apoyo de la Democracia Cristiana, ni de las
FFAA chilenas.
La política economía de Allende tuvo frutos pero luego se volvió insostenible. En poco
tiempo la balanza comercial y la solvencia económica colapsaron.
Las causas políticas fueron las que dieron el peor golpe al gobierno.
Cuando faltaba menos de una década para el siglo XX, seguía siendo una colonia. Un
intento independentista anterior había fracasado en la guerra de los diez años (1868-
1878), cuando los nacionalistas cubanos no lograron reunir a la elite y fueron lentamente
desalojados por las tropas españolas.
Algunos nacionalistas cubanos que nunca habían aceptado su derrota en 1878, huyeron
al exilio y tramaron una nueva rebelión, el más famoso de ellos era José Martí (poeta y
abogado).
Una nueva revuelta estalló en 1895, la guerra duró tres años y los españoles apelan a
métodos brutales.
Dado su gran interés en Cuba, USA no podía permanecer al margen de esa batalla.
La guerra duró siete meses y los yankees ganaron, a España no le quedó otra que
otorgarles la independencia a Cuba en 1898.
- Alcantarillas
- Líneas telegráficas
- Escuelas
- Etc.
USA permitió e impulsó a los cubanos para que eligieron una Asamblea Constitucional, pero
USA dudaba de la capacidad del nuevo país para autogobernarse, así que forzó a los
cubanos a aceptar una enmienda (Platt) que le otorgaba el derecho a supervisar su
economía, de veto sobre los compromisos internacionales y de intervenir en la política
interna. Esta provisión quedó vigente hasta 1934 e hizo de Cuba un protectorado
estadounidense.
Su primer presidente fue Tomás Estrada Palma. El sistema político cubano estaba lejos del
espíritu democrático.
- La cosecha sólo duraba tres meses, el resto del año había desempleo.
Cuba fue testigo del surgimiento del proletariado obrero, estos tenían contacto con la
clase obrera urbanizada.
Gerardo Machado obtuvo la presidencia en 1925 y utilizó sus poderes para hacerse
invisible en las urnas.
- Estudiantes
- Dirigentes obreros
- Políticos descontentos
Machado huyó del país en 1933, y los jóvenes radicales dominantes en el gobierno
provisional se unieron al ejército al mando de Fulgencio Batista.
El nuevo líder civil era Ramón Grau San Martín, médico y profesor. Se formaron soviets
y después se ocuparon fábricas y granjas. El nuevo gobierno proclamó la Revolución
Socialista.
A una señal de USA, Batista echó a Grau y los radicales para poner un presidente del
gusto de Washington.
Durante los siguientes 25 años la política cubana fue dominada por Fulgencio Batista.
Fidel Castro (1927, hijo de inmigrantes españoles), había ido al colegio de los jesuitas y
había seguido la carrera de derecho. En la política estudiantil tenía ramas de
pensamiento nacionalista, izquierdista y revolucionario.
Se fueron en un yate pero este encalló en una zona de pantanos. Fueron días de
pesadilla.
La mayor parte de la prensa cubana creía que Fidel había muerto. Fidel sabía que para
derrocar a Batista era imprescindible erosionar su apoyo externo con USA.
Un periodista del New York Times, fue hasta el escondite de Fidel y escribió un par de
historias. Los lectores de todo el mundo estaban admirados.
En 1958, Fidel decidió cambiar su estrategia, las guerrillas deberían volverse más
violentas.
No hubo una guerra formal, sino era atacar y esconderse con bombardeos, sabotajes y
acosos.
Batista recurrió al terror, hecho que beneficio a la guerrilla ya que su estrategia era que
el gobierno reprima para poder reclutar nuevos rebeldes.
En noviembre, Batista presentó un nuevo candidato para las elecciones. Esto fue señal
de que el gobierno había perdido apoyo.
La definición de la revolución
La guerra civil no solo había desacreditado a Batista, sino que había ensuciado a toda la
clase política. El impulso ahora estaba en manos de los hombres de Sierra Maestra.
La primer crisis política surgió sobre qué hacer con los oficiales batistas capturados. En
los seis primeros meses hubo condenas de muerte, hecho que preocupó a los liberales
cubanos y a sus simpatizantes del exterior, en especial USA.
Luego de su visita a las Naciones Unidas (NYC, abril de 1959), regresó a la isla para
poner en proactiva su medida más radical hasta la fecha: la ley de Reforma Agraria del
17 de mayo de 1959, que elimina las propiedades. Desde ese momento no se permitiría
a ningún extranjero poseer tierra agrícola.
Debido a conflictos políticos por una conspiración contra la Revolución, Fidel renuncia a
su cargo, sin embargo la opinión pública pide su regreso y promete que no habría
elecciones aunque sea durante cuatro o cinco años.
1. La nacionalización de la economía
En febrero de 1960, antes de la ruptura económica con USA, Cuba firmó un acuerdo
comercial con la Unión Soviética que le concede un crédito de 100 millones de dólares
para adquirir equipamiento y le prometía la compra de 4 millones de toneladas de
azúcar por año.
Debido a las movilizaciones contra los invasores, problemas sociales y económicos internos
todos los cubanos se convertirían en guerrilleros.
Lo que preocupaba a la población era el modo en que la revolución cambiaría sus vidas.
Fidel y cita. Mantuvieron su mirada fija en los pobres y en especial en los rurales.
- Subas salariales
La estrategia más obvia para Washington era apoyar la invasión a Cuba de los exiliados.
En 1962 los rusos instalaron bases de misiles en Cuba. Había temores por una posible
guerra nuclear.
En 1962 los resultados ya habían sido desalentadores. Se habían agotado los suministros
de bienes de consumo, no había reserva de divisas, había escasez por todas partes y la
producción azucarera se hundió.
Desde 1960 USA procedió a un embargo económico estricto contra la isla y había
presionado a todas las empresas yankees a que interrumpieron su comercio con Cuba. Este
forzó a la isla a depender en gran medida de Rusia y el bloque del Este. El Che renunció,
confesando sus errores.
Los líderes cubanos atravesaban el conocido dilema de los regímenes comunistas: cómo
conciliar el idealismo marxista con una política económica pragmática.
Los idealistas guevaristas sostenían, además, que la construcción del socialismo interno
requería la promoción agresiva de la revolución en el exterior. Querían probar que una
estrategia guerrillera podía funcionar en toda América Latina y quizás en todo el Tercer
Mundo. Las instituciones pragmáticas y convencionales desempeñaban solo un papel
secundario, se necesitaba una revolución ahora.
Junto a esa movilización idealista interna, se produjo un aumento del compromiso con la
revolución en el exterior. Cuba buscó por América Latina movimientos guerrilleros para
ofrecerles armas, entrenamiento y experiencia. Che Guevara encabezó el impulso. Siempre
una figura heroica, se convirtió en el enemigo de la CIA y los ejércitos latinoamericanos.
En 1967, el Che muere a manos de las tropas de asalto boliviano entrenadas por USA.
El 26 de julio de 1970 Fidel ofreció su renuncia pero las multitudes gritaron que no. El
fracaso económico fue borrado por el teatro revolucionario.
Este paso hacia una mayor ortodoxia (práctica soviética) también afectó a la cultura
(educación y medios de comunicación).
En 1980 hubo un masivo éxodo, una de las razones fue por la llegada de familiares
exiliados que traían nuevos bienes.
El reto básico para los revolucionarios era transformar las guerrillas en una base creciente
de seguidores leales, para esto había que ampliar las bases del Partido Comunista.
La crisis llevó a que el nivel de vida de los cubanos cayera. La Habana tenía electricidad
solo cuatro horas por día, desaparecieron los autobuses, hubo escasez de combustible.
Wikipedia:
La bicicleta financiera (en inglés carry trade) o bicicleta a secas, es una inversión realizada
en moneda local para, luego de un determinado plazo, obtener un beneficio en moneda
extranjera.
Se le llama carry al retorno (beneficio) que produce un activo mientras se lo mantiene en
posesión (si es positivo) o el costo (si es negativo).
La bicicleta financiera es una técnica que los grandes inversores y especuladores llevan
practicando en el mercado Forex desde sus inicios.
La bicicleta se produce cuando un inversor vende una moneda con una tasa de interés
relativamente baja y compra otra diferente con una tasa de interés más alta, también consiste en
la diferencia entre el carry negativo de un activo que se ha pedido prestado a bajo costo y el
carry positivo de un activo en el que se ha invertido.
Supone comprar una moneda para simultáneamente vender otra, o lo que es lo mismo,
financiarse en una divisa e invertir ese dinero en otra. El inversor de esta forma especula con
que una de las divisas se va a apreciar (divisa de inversión) respecto a la otra (divisa de
financiación).
No hay que confundir el carry trade con el arbitraje. Con el arbitraje se gana siempre una
utilidad, con el carry trade sólo si nada cambia.
El Estado debió hacerse cargo de créditos externos tomados por esas entidades, de los que
había sido garante.
UNIDAD 3
TEMA: “MENEM, NEOLIBERALISMO, FRAGMENTACIÓN Y EXCLUSIÓN”
Wikipedia:
El Plan Bonex fue un plan económico impulsado en Argentina en diciembre de 1989,
durante la presidencia de Carlos Saúl Menem. Consistió en el canje compulsivo de los
depósitos a plazo fijo por títulos públicos denominados Bonex 89, y se dio en un contexto
hiperinflacionario. Bonex era la abreviación de BONos EXternos. En efecto, uno de los
objetivos del plan era reducir la liquidez de los ahorristas (al cambiar efectivo por bonos).
Esto generaría menor demanda por bienes y servicios o compra de dólares, lo que ayudaría
a reducir la inflación. Los bonos podrían negociarse en mercados secundarios.
El Plan Brady fue una estrategia adoptada en 1989 para reestructurar la deuda contraída
por los países en desarrollo con bancos comerciales, en el ámbito de la Crisis de la deuda
latinoamericana que se basaba en operaciones de reducción de la deuda y el servicio de la
deuda efectuadas voluntariamente en condiciones de mercado. Los esquemas de reducción
de deuda se sustentaban en el hecho de que existía un exceso de deuda en las economías
de los países en desarrollo que mermaba la posibilidad de inversión, por lo que la reducción
en el saldo adeudado (extensión de los plazos junto con periodos de gracia) debería
generar un cierto nivel de inversión productiva que se traduciría luego en un incremento de
la capacidad de pago.
El punto más importante de este plan consistía en combinar de algún modo las recompras
descontadas con la emisión por parte del país de los denominados "bonos Brady" a cambio
de los títulos de crédito en manos de los bancos. Dichas operaciones complementarán las
medidas que apliquen los países para restablecer la viabilidad de la balanza de pagos en el
marco de los programas de ajuste estructural a medio plazo respaldado por el Fondo
Monetario Internacional y otros acreedores multilaterales y por acreedores bilaterales
oficiales
El presidente, a dos meses de asumir, había indultado a los detenidos por las sucesivas
rebeliones, a varios jefes montoneros y a los oficiales aún procesados por violaciones a los
DDHH, avasallando los expresos límites fijados a esa atribución por la Constitución y a
pesar del rechazo mayoritario de la opinión pública.
El radicalismo sufría un proceso de fragmentación: Angeloz apoyaba, en general, las
medidas económicas.
Alfonsín, por su lado, retomó las ideas que había defendido antes de conocer los rigores del
Gobierno y llegó incluso a apoyar los planteos de Ubaldini (Secretario de la CGT).
El 2 de diciembre se anotaría otro éxito al reprimir la que sería la última sublevación
carapintada. Desde ese entonces, el nacionalismo extremista ya no tendría expresión
militar, solo política. Ahora bien, a Menem se lo acusaba de estar quitándoles toda la razón
de ser a las FFAA, él respondió ofreciéndoles la participación en las “Misiones de Paz”.
A comienzos de 1991, su dato discordante fue la inflación. Por esto, reemplazó a González
y nombró a Cavallo como ministro.
La Convertibilidad
Este plan se nutrió de los consensos forjados a la luz de una larga experiencia en planes de
estabilización. Usaba el ancla cambiaria y la apertura comercial para combatir el alza de
precios, exponiéndose a la competencia internacional; se ató de una vez al dólar,
renunciando a la posibilidad de devaluar; recuperar la confianza en la moneda local.
El objetivo final era recuperar un sistema monetario propio.
Su lanzamiento fue todo un éxito: al reducirse el impuesto inflacionario y la tasa de interés,
se reactivó el consumo, y con él, la producción industrial.
El gobierno pudo evitar que la puja distributiva se intensifica con la reactivación. El FMI al
principio no apoyó el plan, luego sí.
Las cuentas se equilibraron por primera vez en décadas. Sin embargo, también había
problemas: Cavallo (y su equipo) esperaba que ciertos precios retrocedieron y se evitará,
así, una subvaluación demasiado fuerte del dólar que favorece las importaciones y perjudica
las exportaciones. En 1993, el “retraso” del dólar se podía calcular en un 46%. Las
exportaciones cayeron en picada en 1991. El ingreso de capitales, compensa con creces
esta sangría de divisas.
La consolidación del modelo
La drástica caída de la inflación aseguró el triunfo oficial en las elecciones de gobernadores
y legisladores de la segunda mitad de 1991.
La capacidad de Menem (para mantener unido al peronismo) fue fundamental para ese
triunfo, y desde entonces se fortaleció.
Comenzó la “edad de oro” del menemismo:
- Creció el PBI;
- el crédito de consumo se sextuplicó;
- creció el crédito hipotecario, etc.
Todo esto le permitió decir al presidente que estaba cumpliendo sus promesas.
La consolidación del modelo se reflejó en la opinión pública. Su privatización y la formación
de poderosos multimedios ayudaron a darle solidez al consenso favorable a la “estabilidad”
y rompieron clivajes tradicionales. Se volvió, por lo tanto, muy difícil para la oposición
plantear una batalla global contra el menemismo.
Los costos sociales de las reformas aparecieron como efectos secundarios y transitorios o
bien como puntuales problemas heredados del que el gobierno no era responsable.
Tras su fracaso en los comicios, la CGT opositora terminó por disgregarse.
En cambio, en el grueso del sindicalismo peronista maduró la idea opuesta, la de que ese
modelo tradicional era la última trinchera a defender contra el avance reformista.
El éxito inicial de la estabilización ayudó a que nuevas iniciativas que la Convertibilidad
requerir se demoraron o abandonaran. Se logró avanzar en la integración comercial con
Brasil a través del acuerdo del Mercosur que incluían a Uruguay y Paraguay.
Mientras tanto, las privatizaciones continuaban a toda marcha. El modelo fue exitoso,
también, en su esfuerzo por atraer capitales. Pero buena parte de ellos ni se destinó a
inversiones productivas, sino a financiar el gasto público a través de nuevos bonos de
deuda que el gobierno emitió para conseguir los dólares que no podía obtener del comercio
exterior.
Mientras la economía seguía creciendo (y la inflación desapareciendo) hubo muchos
problemas que pasaron inadvertidos (Reforma previsional, venta de YPF, etc.)
Así lo confirmó las elecciones legislativas de 1993, el PJ subió dos puntos y alcanzó el
42%. Esta mejora electoral habilitó el proyecto reformista que había ganado cada vez más
centralidad para el Ejecutivo: la Reforma Constitucional.
Ahora bien, para habilitar y remover la prohibición de la reelección presidencial, Menem
necesitaba el voto de dos tercios de las cámaras.
Pese a la oposición del radicalismo, convocó a plebiscito para hacer pesar el consenso
social del que disfrutaba y presionó a los gobernadores y legisladores radicales más afines,
como Angeloz.
Alfonsín, finalmente, decidió negociar, llegando a un acuerdo (Pacto de Olivos, noviembre
de 1993).
Wikipedia:
El Pacto de Olivos es el nombre con el que se conoce en Argentina al acuerdo firmado
entre la Unión Cívica Radical representada por el expresidente Raúl Alfonsín y el Partido
Justicialista representado por el presidente Carlos Menem en 1994, en el que los dos
principales partidos argentinos se comprometían a impulsar una reforma constitucional y
votar en la asamblea constituyente a favor de un "Núcleo de Coincidencias Básicas"
establecidas en el acuerdo. El Pacto fue el antecedente directo de la reforma de la
Constitución Argentina de 1994.
El pacto de paso a la elección de convencionales constituyentes, en abril de 1994, donde
quedó en evidencia el alto costo que Alfonsín había pagado.
UNIDAD 3
TEMA: LOS NUEVOS AUTORITARISMOS EN AMÉRICA LATINA
Garretón: “Proyecto, trayectoria y fracaso de las dictaduras del Cono Sur”.
Puede decirse que el proyecto de estos regímenes consagra como enemigo principal al
Estado de compromiso o la sociedad populista.
El régimen militar no constituía la meta final sino la condición histórica necesaria para
realizar las transformaciones estructurales e institucionales sobre las que se basará el
futuro del orden político autoritario, definido como “nueva democracia”.
La combinación del polo militar con algn polo que expresara parcial o totalmente a la clase
capitalista debía, así, construir el núcleo hegemónico o dirigente del régimen.
Caracterización de estos regímenes como una combinación de dos dimensiones:
1. Defensiva
- Depende de percepción de amenaza y de la complicidad del silencio social
respecto a la represión, como a la eficacia del aparato represivo militar.
2. Transformadora
- Aspira a la reorganización de la base material, de la estructura institucional y
la creación de un nuevo orden sociopolítico.
Sobre la trayectoria
Es en términos de las dos dimensiones constitutivas de estos regímenes que puede
trazarse su evolución, indicando para cada fase los actores principales y la problemática
central que encaran tanto el régimen como la oposición de él.
Según el peso otorgado a una u otra fase, podemos distinguir una fase fundacional, a su
vez la ausencia, debilidad o fracaso de la dimensión transformadora puede hacer
evolucionar el régimen hacia una fase de administración de crisis recurrentes. En ella se
trata de un régimen a la deriva, sin propuesta a la sociedad. Se trata de sobrevivir.
Finalmente se distingue una fase terminal.
El paso de la fase reactiva a la transformadora, aun cuando puedan coincidir en parte,
está dado por el agotamiento de los principios de legitimidad.
La problemática básica del régimen es aquí la definición de un modelo de desarrollo de un
nuevo sistema de relaciones sociales en las diversas esferas de la sociedad y de un modelo
político para el futuro, que se perfila como el sucesor del régimen militar.
El contenido básico está dado en general y con variaciones por el esquema económico
neoliberal.
El paso a la fase de administración de crisis recurrentes está dado por el fracaso del
modelo económico
La problemática de la oposición en esta fase es la unificación de todos los descontentos y
resistencias de un movimiento que evite la mera transformación del régimen y lo empuje
hacia una crisis terminal. Se trata de una fase en que la sociedad civil pierde el miedo y se
moviliza aprovechando la debilidad del régimen . Este proceso es llamado “Resurrección
de la sociedad civil” , tiene dos fases:
1. Vinculación entre el mundo social dotado de su propia dinámica de movilización
política unilateral y,
2. El mundo político que vuelve a hacerse presente en la escena pública donde
reemergen antiguas organizaciones y liderazgos.
En la fase terminal son las condiciones de salida de los actores predominantes de este y los
elementos básicos del régimen de reemplazo.
Democracia en las fases:
- Fase reactiva: referente negativo para el régimen militar. Se apunta a un nuevo
orden.
- Fase fundacional: desde el régimen surge un nuevo sentido de democracia: es la
meta a la que llegar después de un largo periodo de régimen militar pero entendida
como “nueva democracia”, dotada de poder de “protección” militar y mecanismos de
exclusión.
- Fase de administración de crisis y terminal: aparece para el régimen como un
camino defensivo a un sistema que proteja las conquistas capitalistas obtenidas bajo
el régimen militar.
Hacia un balance
Las dictaduras militares del Cono Sur terminan o se dirigen a su fin en el contexto de un
doble fracaso:
1. Incapacidad de resolver problemas de la Nación
2. Fracaso de un proyecto de clase o hegemónico.
Para cierta oposición, transición significa término del régimen militar y establecimiento de
las instituciones clásicas de la democracia representativa. Este significado es compartido
por otros sectores de oposición que incluyen la participación popular. Es evidente que la
vigencia del régimen militar implicó para todos los sectores que constituyeron la oposición
una revalorización definitiva de la democracia como régimen político al que aspiran, pero
también queda como interrogante el significado concreto a otorgar este valor en todas las
otras esferas de la vida social, es decir, al concepto democracia no sólo como forma de
gobierno sino como lucha contra las dominaciones.
Zanatta: “Los años sesenta y setenta, el ciclo contrarrevolucionario”
- El primero y más largo fue el de Brasil en 1964, que se prolongó hasta 1985.
- En Argentina el primero en 1966 con Onganía y luego en 1976 con Videla.
- En Uruguay y Chile en 1973 que se prolongó hasta 1985 y 1989.
¿Que tenía de nuevo aquel autoritarismo, en particular en un continente que había visto
tantos?
Se trataba de causas que, para las fuerzas armadas, abrevaban en el comunismo, es decir,
en las fuerzas sociales, en los modelos económicos y en las orientaciones ideológicas de
las cuales se nutría la mezcla entre marxismo y nacionalismo que crecía entonces en la
región y contra la cual desencadenan su violencia.
En sus orígenes estaban los temores expresados por los militares acerca de la seguridad y
el desarrollo del país. Seguridad que juzgaban amenazada por el gobierno a cargo de Joao
Goulart, a quien acusaban de simpatizar con Cuba y el comunismo.
Respecto del desarrollo, creían que se encontraba obstruido por el populismo del
gobierno, al que acusaban de estimular el caos social y espaldar preciosos recursos
alentando la organización campesina y secundado las luchas obreras, causa de la inflación.
Con esa percepción y con ayuda del gobierno de USA, los militares tomaron el poder
mediante un golpe al que denominaron “Revolución”.
Entre fines de los años 70´se organizaron protestas estudiantiles y sindicales, surgió la
guerrilla y la Iglesia tomó distancia del gobierno.
Brasil vivió una modernización autoritaria, en este periodo se dió un boom demográfico, una
rápida urbanización y una reducción del analfabetismo.
Los únicos que tuvieron éxito fueron países con el mayor mercado interno y en los que
estas políticas fueron sostenidas largo tiempo y con mayor coherencia: Brasil y México
concentran la producción industrial latinoamericana.
Todo era peor en Argentina y Chile donde los regímenes militares se propusieron a
desanudar el modelo económico basado en la industria y el mercado interno, y llevar a cabo
una radical liberalización económica. Se concentraron en la producción de bienes
requeridos por el mercado mundial, en particular materias primas.
Hacia el final de la dictadura el poder adquisitivo de los salarios era más bajo que veinte
años antes, el gasto social se había reducido y el hubo un leve crecimiento económico.
La antipolítica y la DSN
La DSN, fruto del adoctrinamiento masivo de los ejércitos latinoamericanos en las escuelas
militares yankees.
La doctrina fue bien acogida porque expresa ideas y valores que les eran cercanos,
empezando por el anticomunismo y siguiendo por las funciones que les reconocía a las
FFAA en la custodia de la identidad y la unidad de la Nación.
Se trataba ante todo de una doctrina típica de la Guerra Fría, que partía del presupuesto de
que el mundo estaba dividido en bloques, que el bloque occidental estaba representaba el
mundo libre amenazado por un enemigo totalitario y que a él, por historia y civilización,
pertenecía y debía continuar perteneciendo a América Latina.
Fueron regímenes antipolíticos que libres de los estorbos de la dialéctica política y social,
crearon las condiciones en las cuales aplicar las leyes y la ciencia del desarrollo económico,
con resultados muy variados.
Entre el periodo de la Revolución Cubana y la Guerra Fría, USA hizo más intensa su
presencia en la región, tanto en términos políticos y económicos como diplomáticos y
militares.
El uso creciente de la fuerza para combatir el comunismo en la región y su alianza con las
FFAA de los distintos países fue el segundo pilar, junto a la ayuda económica de la Alianza
del Progreso en los años sesenta.
El enemigo ya estaba en casa (Cuba), de acuerdo con la DSN era preciso actuar contra él.
USA ofrece cursos en que los oficiales latinoamericanos eran instruidos en la guerra
irregular contra las guerrillas y la acción cívica.
Las relaciones de USA con América Latina parecen haber cambiado luego del 1976, con el
arribo del Presidente James Carter, y sus intentos de reafirmar el liderazgo político y moral
estadounidense en el hemisferio, predicando y favoreciendo la democracia.
Conceptos:
⮚ Empate: Fuerzas alternativamente capaces de vetar los proyectos de las otras, pero
sin recursos suficientes para imponer de manera perdurable los propios
⮚ Carencia de un orden político: Incapacidad para construir de alguna forma
dominación legitima sobre una sociedad progresiva y desintegrada.
⮚ Crisis hegemónica: Incapacidad del sector que deviene predominante en la
economía para proyectar sobre la sociedad un orden político que lo exprese
legítimamente y lo reproduzca.
⮚ Sistema político: Sistema institucional complejo de toma de decisiones, en el que
una pluralidad de actores sociales gradúa la obtención de sus demandas a partir de
niveles que van desde el poder efectivo para decidir, hasta la capacidad para influir
defensivamente para vetar a través de variadas formas de presión.
⮚ Consideraciones:
- El empate político de Argentina esta articulado con el empate social. Lo que
interesa aquí es el modo con que ese complejo proceso se expresa en el nivel
mismo de las fuerzas sociales que actúan en el sistema político: como esa
estructuración entre Sociedad civil y Estado influye sobre comportamientos de
los distintos actores.
Frondizi:
Tener en cuenta: las clases dominantes fueron afectadas por el nacionalismo popular de
Perón. Estas querían establecer orden y desarmar su actor político más conflictivo: el
sindicalismo.
El autor afirma que “cada sociedad debe ser definida como un producto y no como un dato”,
tener en cuenta EMPATE POLITICO=EMPATE SOCIAL.
La burguesía industrial deberá amoldarse a las decisiones del capital extranjero, con esta
medida económica, en apenas tres años, los rasgos de las clases dominantes
experimentaron cambios sustanciales.
El movimiento hacia la modernización política, que dejó como principal derrotado al sistema
de partidos políticos, involucró el acceso de otra fuerza social: la burocracia sindical.
El crecimiento del papel político del sindicalismo colocó tambien en un primer plano
institucional a las organizaciones corporativas empresarias. (clase tecnoburocratica)
Tener en cuenta: Frondizi depuesto por Guido, por ende cuando son las elecciones de
1962, los partidos políticos retomaran el control del gobierno pero con el 25% de los votos
del electorado, llegando a la presidencia Arturo Illia.
Uno de los jefes militares del golpe afirmaba que la política fundada en el interes nacional
supone el esfuerzo acelerado para transformar esa estructura de producción en una similirar
a las de las sociedades industriales:
Para esta tarea las FFAA no podían contar con el viejo sistema de partidos.
- Tiempo económico
- Tiempo social
- Tiempo político
1° Acumulación (de riqueza y poder) que supone el sostén del autoritarismo militar a la
reestructuración económica operada a favor de los sectores modernos del capitalismo.
Los partidos políticos aparecen como una institución ejemplar del “empate”: incapacitados
como ordenadores de ninguna hegemonía estable, son instrumentos eficaces para bloquear
la posibilidad de salidas alternativas.
Con Krieger Vasena (1966 – 1969) el predominio del capital monopolista industrial se
transforma en hegemonía dentro del bloque dominante y el capital nacional y la burguesía
agraria debieron subordinarse a él. Este proyecto sacrificaba a los partidos políticos. (Crisis
hegemonica, empate político y social articulados).
El principal fracaso del plan de Vasena consistió en que la elite militar y política encabezada
por Onganía no pudo superar la crisis estatal argentina. (Tener en cuenta movilizaciones
populares).
Es a partir de esa confrontación que el Estado refuerza sus roles y diseña con precisión los
rasgos políticos el proyecto económico asumido. El sistema probó su dinamismo,
mostrando que sus límites no se hallan en las leyes de la economía, sino en los
movimientos del sistema político.
Estos factores crearon una acumulación de fuerzas opositoras abriendo una crisis social
que precipitó la fractura del monolitismo militar. A partir de esa grieta, entró en juego la
Burocracia sindical y el sistema de Partidos.
La grieta que abre la crisis en las FFAA desnudará al Estado y hará crecer los poderes de la
sociedad civil, reabriendo la crisis de representación.
El objetivo es recrear las condiciones que gestaron la coalición sobre la que se fundó el
peronismo, a mediados de la década del 40´: sus interlocutores no pueden ser otros que los
representantes de la burguesía nacional y los grupos nacionalistas de las FFAA.
- La estructura del Poder debía basarse en una coalición entre las FFAA, la
burocracia sindical y la tecnoburocracia. Dejando afuera a los Partidos políticos.
Las FFAA fueron convocadas para que se transformaran en el principal sostén de un
proceso tendiente a permitir que la burguesía agraria y el capital urbano nacional ganaran
posiciones frente al capital monopolista.
En efecto, Levingston adoptó una serie de decisiones que contrariaba concretos intereses
de las grandes empresas petroleras extranjeras. Esas medidas que indican un
desplazamiento a favor del capital nacional, no impidieron sino precipitaron una crisis
política.
Se produce un acercamiento entre Perón y los radicales, se forma la “Hora del Pueblo”.
La política bajo Lanusse ocupa el “puesto de mando”, el tema de la legitimidad del Poder
aparece como central y la “reconciliación” para obtener bases de consenso es planteada
como objetivo supremo.
Perón no podrá crear siquiera las condiciones mínimas para romper las bases sociales y
políticas del empate.
La ilusión democrática
La Iglesia, que en 1981 se había definido por la democracia, fue evolucionando hacia una
creciente hostilidad hacia el gobierno radical y a un cuestionamiento del régimen
democrático mismo. Le irritaba su poca influencia en área clave de la enseñanza privada, la
sanción de la ley de divorcio y el robo en general laico del discurso cultural que circulaba
por las instituciones y los medios del Estado.
El gobierno mantuvo una buena relación con el norteamericano, que respaldó con firmeza
las instituciones democráticas, cortando cualquier vinculación con militares y apoyó luego
los diversos intentos de estabilización económica.
La corporación militar y la sindical
En el terreno internacional y cultural, el gobierno radical avanzó rápido, pero se le complicó
en el militar y sindical.
Se supieron los horrores de la dictadura gracias a la CONADEP (Comisión Nacional sobre
la Desaparición de Personas), constituida por el gobierno y presidida por Ernesto Sabato.
Las FFAA estaban debilitadas, sin embargo no podían quedar afuera del poder.
Alfonsí sin duda compartía los reclamos generalizados de justicia, pero también se
preocupa en encontrar la manera de subordinar las FFAA al poder civil. Para ello propone
algunas distinciones lógicas pero difíciles de ser admitidas por la sociedad movilizada:
- Separar el juicio a los culpables del juzgamiento a la institución que era y seguía
siendo parte del Estado.
- Poner límite a ese juicio, deslindando responsabilidades y distinguiendo entre
quienes dieron las órdenes que condujeron al genocidio, quienes se limitaron a
cumplirlas y quienes se excedieron, cometiendo delitos aberrantes.
Se procedió a reformar el Código de Justicia Militar, estableciendo una primera instancia
castrense y otra civil, y se dispuso el enjuiciamiento de las tres primeras Juntas Militares, a
la que se sumó la cúpula de las organizaciones armadas (ERP y Montoneros).
El abril de 1985, en un clima agitado comienza el juicio a las Juntas.
El gobierno inició un largo intento de acotar y poner límites a la acción judicial, para así
contener la agitación en los cuarteles.
Se trataba de una decisión política, ni ética, ni jurídica, materializado en las leyes de Punto
Final y de Obediencia Debida.
Ley de Punto Final: pone un límite temporal de dos meses a las citaciones judiciales,
pasado el cual ya no habría nuevas. (Nadie apoyó al gobierno en la sanción).
En semana santa de 1987, un grupo de oficiales, encabezado por el teniente Aldo Rico, se
acuarteló en Campo de Mayo, exigiendo una solución política a la cuestión de las citaciones
y en general, una reconsideración de la conducta del Ejército, a su juicio injustamente
condenado.
Los militares no cuestionaban el orden constitucional, sino le pedían al gobierno que
solucionara el problema de un grupo de oficiales.
Frente a ellos todos los partidos políticos y todas las organizaciones de la sociedad
manifestaron su apoyo al orden constitucional firmando un Acta de Compromiso
Democrático, que incluía desde las organizaciones empresarias a los dirigentes de
izquierda.
Alfonsín, no es entrevistó con los amotinados en Campo de Mayo. El gobierno sostuvo que
haría lo que ya había decidido hacer y los amotinados no impusieron ninguna condición y
aceptaron la responsabilidad de su acción.
Para la sociedad fue el fin de la ilusión democrática, para el Gobierno el fracaso de intento
de resolver de manera digna el enfrentamiento del Ejército con la sociedad.
Los sindicatos, ya con la crisis que pasó en la dictadura, estaba debilitado por la derrota del
peronismo. El gobierno se propuso a aprovechar esa debilidad y se lanzó a democratizar los
sindicatos, para abrir las puertas a otras corrientes.
Debido a este intento de democratización sindical, la CGT organizó trece paros generales
contra el gobierno, cifra que contrastaba con la escasa movilización en tiempos del gobierno
militar.
El sindicato logró integrar a más personas y hacer alianzas con los empresarios, la Iglesia y
los grupos de izquierda con reclamos poco coherentes pero se unían en un común ataque
contra el gobierno. La consigna era : “Que se vayan”.
El gobierno abrió las puertas para el diálogo, sin discutir los lineamientos de la política
económica, pudo resistir las presiones sindicales.
La apertura de distintos frentes de oposición y particularmente el militar, impulsaron al
gobierno a una maniobra: Formar “las 15” que incluyen importantes sindicatos de la
actividad privada y las empresas del Estado, poniendo luego a su dirigente como ministro
de Trabajo.
La oposición sindical quedó dividida.
El Plan Austral
La inflación desatada desde mediados de 1982 estaba institucionalizada, y todos los
actores habían incorporado a sus prácticas el supuesto de la incertidumbre y la
especulación, incluso para defender modestos ingresos.
Había déficit fiscal y deuda externa, era una economía estancada desde principios de la
década, cerrada e ineficiente y fuertemente vulnerable en lo externo
Pese a que el flujo de capitales se había cortado, la deuda seguía creciendo por la
acumulacion de intereses. El Estado en 1982 había asumido la deuda de los particulares.
Sec contaba con la buena voluntad del FMI, que a cambio exigía la adopción de las políticas
orientadas a aumentar la capacidad inmediata de pagos de los servicios.
Durante el primer año radical, la política económica orientada por Grinspun, se ajustó a las
fórmulas dirigistas y redistributivas clásicas, similares a las aplicadas entre 1963 y 1966,
que en sus rasgos generales el radicalismo compartía con el peronismo histórico.
- La mejora de los salarios
- Créditos ágiles a los empresarios medios
Sirve para la reactivación del mercado interno y la movilización de la capacidad del aparato
productivo.
- La política incluía el control estatal del crédito,
- El mercado de cambios y los precios
- Importantes medidas de acción social como el Programa Alimentario Nacional.
Con todo ello se satisfacen las demandas de justicia y equidad social, que fueron banderas
durante la campaña electoral.
Tal política concitó la activa oposición de los distintos sectores empresarios, que desafiaron
las consignas del liberalismo, contra lo que denominaban populismo e intervención estatal,
pero también la resistencia de la CGT, en este caso de raiz definitivamente política, lo que
hizo fracasar los intentos de concertación que eran parte de la estrategia del gobierno.
Debido a la hiperinflación, las movilizaciones de la CGT, voceros políticos como Frondizi, la
agitación militar por el juicio de las Juntas, a fines de abril, hay una convocatoria en Plaza
de Mayo para defender al gobierno y evitar un posible Golpe de Estado.
El 14 de mayo de 1985, se anunció el Plan Austral.
➢ Su objetivo era superar la crisis y estabilizar la economía en el corto plazo, de modo
de crear las condiciones para poder proyectar transformaciones más profundas, de
reforma o crecimiento.
- Se congelaron precios, salarios y tarifas.
- Se regularon cambios y tasas de interés.
- Se suprimió la emisión monetaria para equilibrar el déficit fiscal.
- Se eliminaron los mecanismos de índices desarrollados durante la anterior etapa de
alta inflación y responsables de su mantenimiento inercial.
- Se cambiaba la moneda del peso por el austral.
No hubo caída de actividad, ni desocupación, tampoco afectó a los sectores empresariales,
incluyendo a los que medraban con el Estado, cuyos contratos fueron en general
respetados.
La recaudación mejoró sobre todo como consecuencia de la reducción fuerte de la inflación,
sumado a algunos impuestos excepcionales, pero no hubo drásticas reducciones en los
gastos del Estado.
A fines de 1985, debido al derrumbe de los precios mundiales de los cereales a
consecuencia de decisiones políticas yankees, se volvió a advertir la inflación.
Renacieron las pujas que realimentan la inflación: la CGT, y los empresarios enojados por el
congelamientos de salarios y precios.
Se intentó reactivar la inversión extranjera, especialmente en el área petrolera, y se
esbozaron planes de reforma fiscal más profunda, privatización de empresas estatales y
desregulación de la economía.
Todas esas medidas chocaban con las ideas y convicciones arraigadas en la sociedad por
el peronismo.
Quizá por eso en 1987 comienza el malestar social.
Un sindicalista se hacía cargo del ministerio de trabajo, un grupo de funcionarios de las
grandes empresas ligadas a los contratos estatales fueron convocadas para dirigir las
empresas públicas y un político radical de militancia en las asociaciones rurales era
nombrado ministro de agricultura.
Se renunciaba al sueño de controlar las corporaciones, se cerraba la etapa de la ilusión del
predominio del interés público y volvían a dominar los intereses particulares de los distintos
sectores de la sociedad.
La apelación a la civilidad
Mayoría de radicales en diputados, mayoría de peronistas en el senado. Problema para el
gobierno. Se le planteó la opción de gobernar efectivamente o tratar de concertar las
distintas opiniones y llegar a acuerdo que fortaleciera el sistema institucional. Adoptó,
mientras pudo, una suerte entre ambas.
Fue articulando, dentro del peronismo, una corriente opuesta que combatió duramente la
conducción oficial: La renovación, donde estaban: Cafiero, De la Sota y Menem, quienes
proponían adecuar el peronismo al nuevo contexto democrático. Cuando se produjo el
levantamiento en Semana Santa, su comportamiento fue excelente: manifestaron
solidaridad total con la institucionalidad democrática y respaldaron sin condiciones al
gobierno. No sólo escribían al peronismo en el juego democrático, sin que, finalmente,
parecían crear la condición de éste: la posible alternancia entre partido competidores y
copartícipes.
El fin de la ilusión
El año 1987 fue decisivo para el gobierno de Alfonsín.
En la Pascua de 1987 concluyó definitivamente la ilusión del poder ilimitado de la
democracia.
Alfonsín perdió la exclusividad del liderazgo sobre la civilidad. Si bien los competidores de
derecha e izquierda cosecharon algo, las mayores ganancias fueron para el peronismo
renovador.
El radicalismo perdió la mayoría en la Cámara de Diputados y el control de todas las
gobernaciones (menos Cba. Río negro y Capital Federal).
En el propio partido lanzaron sus voces los disconformes con la conducción de Alfonsín.
Había fracasado el intento de reconciliar a la sociedad con las FFAA.
La cuestión política tampoco se cerró satisfactoriamente para la civilidad democrática.
Luego de la elección de septiembre de 1987, creció la figura de Antonio Cafiero, gobernador
de Bs As. y presidente del Partido Justicialista y jefe del grupo “renovador”.
Menem: notable capacidad para en torno suyo todos los segmentos del peronismo,
heterogéneo apoyo.
Ganó las internas y en julio de 1988 quedó consagrado como candidato a presidente.
En los meses siguientes, extendió y perfeccionó su fórmula. Tejió en privado sólidas
alianzas con los grandes intereses corporativos.
Faltaba el ingrediente final: el Plan Primavera, para controlar la inflación hasta las
elecciones.
Dificultades hicieron que se dé una situación explosiva. Cavallo, economista afiliado al
justicialismo, recomendó que se limitaron los créditos del Banco Municipal y el FMI al
gobierno argentino. El 6 de febrero de 1989 el gobierno anunció la devaluación del peso e
inició un periodo en que el dólar y los precios subieron vertiginosamente y la economía
entró en descontrol. Hiperinflación