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MON Cuarto Camino-Gurdjieff

LO "ÚTIL". MÁS ALLÁ DE LO APARENTEMENTE "BUENO" O "MALO".


(MON).
Comprender gradualmente que es realmente "bueno" o "malo" para nosotros, para
los demás o para el mundo en general, solo es posible cuando descubrimos que es
verdaderamente "útil" para uno mismo y los demás en base a la comprensión de
un conocimiento superior .
Esto es indispensable en el trabajo y debe darse en una medida gradual en su
tránsito.
Todo se resume en la posibilidad de ser "capaz" de comprender cada vez más en
nosotros mismos lo que es una "acción de verdadera conciencia", que lleva al
conocimiento superior de lo que es el verdadero amor y la verdadera compasión, y
que requiere de una acción correcta y justa de una única voluntad.
Pero nuestra condición es la incapacidad de todo esto, todo lo que en apariencia
hacemos contiene siempre una acción inconsciente, preconcebida y automática, y
no basta con lo que llamamos las "buenas intenciones" pues estas siempre tienen
por un lado resultados "imprevistos" o por otro lado, ocultan "placeres egoístas"
como la auto-satisfacción, la auto-complacencia y la necesidad de que los otros me
valoricen, y hasta me idolatren.
A la luz de una comprensión nacida del esfuerzo de observarme correctamente, y
en relación a mi ilusión de llevar a cabo una "buena acción", una acción de
"caridad", de "compasión" o "benevolencia"; tengo la posibilidad de vislumbrar de
que una "re-acción inconsciente" es una acción mecánica, es decir es una acción en
donde mi "falsa personalidad" está respondiendo automáticamente, y que por lo
tanto no tiene ningún valor real.
Un "falso yo", algunos lo llaman el "ego", es el "rey de mi mundo", desde hace
mucho, pues así fue considerado, preparado y mantenido por el medio que lo creo.
El "ego" es creado por una errada educación, y lucha por mantener su "imagen"
frente a los demás, y nos condena a "actuar" de ciertas maneras, a "reaccionar" de
forma automática a cualquier estimulo o impresión externa. De una forma
preconcebida y estereotiapada.
Este es un "actuar inconsciente" sacado de un repertorio adquirido y limitado
producido reiteradamente a ciertas influencias externas. Sin embargo este actuar
lo considero como "propio" y me identifico con el. Por lo visto también todo mi
"mundo interior" está sometido a su tiranía.
La "falsa personalidad", está siempre detrás de cada gesto y de cada acción
aparentemente "buena" y "benevolente" que solo existe por programación y
automatismo. Y este "falso yo" está lleno de vanidad, de intereses mezquinos y de
exigencias, esperando siempre retribución y consideración.
Definir lo que es "bueno" o es "malo" para los que estamos en el trabajo está
deslindado por el trabajo mismo, "bueno" es aquello que nos ayuda a "despertar";
"malo" es todo aquello que nos mantiene "dormidos". Esta es la premisa básica de
todo y para todo en el trabajo. Solo un hombre plenamente despierto tiene la
capacidad de diferenciar lo objetivamente "bueno" o "malo".
Pero para nosotros existe un significado profundo que podemos comprender, y es
la “utilidad” de nuestras tentativas, pues más allá de lo aparentemente “bueno y
malo” de nuestra limitada visión está el resultado concreto y consciente de una
acción.
Una acción "buena" debiera ser una acción consciente, que para nosotros debe ser
siempre una acción verdaderamente "útil", es decir verdaderamente justa y
necesaria, que va de acuerdo a cada momento y circunstancia, y en la tentativa
para "despertar".
Una enseñanza desconocida

La ley de tres y la ley de siete:


Según la teoría esotérica, la ley de tres y la ley de siete (también llamada ley de
octavas) son los principios fundamentales en los que se basa el funcionamiento del
Universo.
La ley de tres:
Piotr Ouspensky, al referise al sistema de Gurdjieff, señala : “Todo en el mundo,
todas las manifestaciones de la energía, todas las clases de acción, sea en el mundo
o en la actividad humana, internas o externas, son siempre manifestaciones de tres
fuerzas que existen en la naturaleza.
Estas fuerzas se llaman activas, pasivas o neutralizadoras (…). Debe entenderse
que no difieren la una de la otra como la actividad y la pasividad difieren en
nuestro entendimiento corriente de estos términos.
Las fuerzas activas y pasivas son activas. Dado que una fuerza, no puede ser pasiva.
Pero hay cierta diferencia en su actividad y esta diferencia constituye toda la
variedad de fenómenos que existen en el mundo.
Las tres fuerzas trabajan juntas, pero una de ellas predomina en cada combinación.
Al mismo tiempo, cada fuerza que es ahora activa, puede volverse pasiva o
neutralizadora en el momento siguiente, en otra tríada.
Cuando tres fuerzas se encuentran juntas, suceden las cosas.
“Si no sobrevienen juntas, no ocurre nada”.
Es obvio que la ley de tres es lo que Jesús trataba de explicar por medio del
concepto de la Santísima Trinidad. Él es el hijo de Dios, y fue creado por medio de
la acción de tres fuerzas:
El Padre (fuerza activa, o primera fuerza)
El Hijo (fuerza pasiva, material, resistencia al cambio) y,
El Espíritu Santo (fuerza neutralizante, resuelve el choque entre las dos primeras
haciendo cristalizar a El Cristo).
El sistema de Gurdjieff, tratando de adaptarse a la realidad cientificista de
principios del siglo XX, describe el nivel material de las tres fuerzas por medio de
un ejemplo muy bien elegido:
El carbono (fuerza activa), El Hidrógeno, fundamento de la vida. El oxígeno (fuerza
pasiva) y el nitrógeno (fuerza neutralizante), es el CHON.
En el terreno de la acción humana, por ejemplo, la fuerza activa puede ser el deseo
de un cambio en algún área de nuestra vida, la fuerza pasiva sería la resistencia
interna a ese cambio.
Si sólo se dan esos dos factores, no puede cristalizar ninguna nueva situación.
Se requiere de una fuerza neutralizante, como es la emoción que surge debido a
dicha acción y que es capaz de neutralizar la acción de las fuerzas activa y pasiva
(la discusión mental interna) para permitirnos trabajar por el cambio.
Sin dicha emoción, sólo hay charla mental, sin posibilidad de pasar de ahí.

Omraam Mikhaël Aïvanhov - Español

El Segundo Nacimiento (Parte 8/15)


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Cuando el vértice del prisma está arriba, el abanico de colores se extiende desde el
rojo (arriba) hasta el violeta (abajo).
Si el vértice está abajo, se produce lo contrario: el violeta está arriba y el rojo abajo.
La distribución de los colores dentro de nosotros es extraordinaria.
El rojo está relacionado con los órganos sexuales, el naranja con el bazo, el verde
con el estómago, el azul con los pulmones, y el amarillo, el violeta y el índigo con la
cabeza.
Cada órgano se cura mediante el color que le corresponde.
Consideremos ahora la figura siguiente. [NOTA: Ver figura con estrella, que
acompaña este post]
Comencemos por el rojo. Constatamos que si mezclamos el rojo y el amarillo, que
están situados en la base de un mismo triángulo, obtenemos el naranja, que está
situado entre los dos, en el vértice de otro triángulo. Asimismo, mezclando el
amarillo y el azul obtenemos el verde; mezclando el azul y el rojo obtenemos el
violeta.
Pero si mezclamos los colores que son diametralmente opuestos, tales como el
verde y el rojo, el azul y el naranja, el amarillo y el violeta, obtenemos unos tonos
muy feos. Estos colores no deben, pues, mezclarse.
Se ocultan grandes secretos en las afinidades o, al contrario, en las disparidades
entre los colores.
Si ignoramos la ley según la cual cada ser posee un color predominante, nos
arriesgamos a provocar catástrofes con nuestra forma de actuar.
Las consecuencias de ciertas mezclas de sentimientos y de pensamientos se
aclaran también con la ayuda de estas leyes, y asimismo, la mezcla de ciertas
virtudes y de ciertas flaquezas.
Se trata de toda una alquimia espiritual, pero no me extenderé hoy sobre esta
cuestión; otra vez tendremos ocasión de hablar sobre este tema.
(Continúa...)
Omraam Mikhaël Aïvanhov,
Del libro "El Segundo Nacimiento", Obras Completas vol. 1.
http://with-omraam.com/es/category/acceso-a-todo/
Omraam Mikhaël Aïvanhov - Español

Libros sagrados y Ciencia Iniciática (3/9)


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Un cantante que debe interpretar una partitura sólo puede hacerlo con su propia
voz, y expresa a través de ella todo lo que él mismo es en profundidad; pero debe
respetar la partitura, no tiene derecho a cantar otras notas que las que están
escritas.
De la misma manera, un filósofo no tiene derecho a cantar otras palabras que
aquellas que están inscritas en el gran libro de la vida, solamente tiene derecho a
cantarlas con su propia garganta.
Esto es lo que yo me esfuerzo en hacer, desde que descubrí la luz de la Ciencia
Iniciática.
Ahora que he encontrado la única filosofía, la única ciencia, la única religión
verdaderas - y las tres no hacen más que una - procuro conformarme a ellas sin
preguntarme si eso corresponde a mis gustos o a mis tendencias.
Claro que ciertos libros ricos, profundos, pueden ponernos en la vía, pero el
verdadero conocimiento, el que se vuelve en nosotros carne y hueso, sólo se
adquiere verdaderamente si llegamos a elevarnos hasta el mundo divino, allí
donde se encuentra el origen de todas las cosas.
Los grandes fundadores de religión recibieron su inspiración de arriba.
Según la tradición, fueron los arcángeles quienes les instruyeron; así, Metatrón
habría instruido a Moisés, el arcángel Gabriel a Mahoma, etc.
Lo que es otra manera de decir que el verdadero conocimiento viene de arriba y
que es arriba dónde hay que ir a buscarlo.
A todos aquellos que son capaces de elevarse hasta las regiones superiores de la
conciencia les son reveladas las mismas verdades; las formas, las expresiones son
diferentes, pero los principios son los mismos.
(Continúa...)
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Del libro "La Piedra Filosofal", Izvor 241
http://with-omraam.com/es/category/acceso-a-todo/
Enseñanzas del Maestro Tibetano

APRENDER A SERVIR

El primer efecto de la afluyente fuerza del alma, factor principal que conduce a
prestar servicio, es integrar la personalidad y unir los tres aspectos inferiores
del hombre en una sola unidad de servicio.

Esta etapa es elemental y difícil, respecto al estudiante que está en el Aula de la


Sabiduría. El hombre llega a ser consciente de su poder y capacidad después de
comprometerse a prestar servicio, lo hace impetuosamente; crea un canal tras
otro a fin de expresar la fuerza que lo impele, y derriba y destruye tan
rápidamente como crea.

Momentáneamente se convierte en un serio problema para los otros servidores


con los cuales está asociado, pues sólo percibe su propia visión; entonces el
ambiente de crítica que lo circunda y el fuerte empuje de la fuerza impulsora
contenida dentro de él, constituyen el obstáculo con que tropiezan los
“pequeños”, lo cual obliga a los discípulos más antiguos y experimentados a
hacer constantemente reparaciones, en vez de hacerlas él, quien es
momentáneamente víctima de su propio anhelo de servir y de la fuerza que
fluye a través de él.

En algunos casos, en esa etapa, se aventará la llama de la ambición latente. En


último análisis, esta ambición es sólo el anhelo de la personalidad por mejorar,
constituyendo en su debido lugar y tiempo un haber divino que debe ser
extirpado cuando la personalidad se convierte en instrumento del alma.

En otros casos, la visión del servidor será más amplia y amorosa y, se


despreocupará de sus propias realizaciones, trabajará al unísono y
silenciosamente con los grupos de verdaderos servidores y sumergirá sus
tendencias personales, sus ideas y ambiciones en el bien del todo, y el yo se
perderá de vista.

Quizás la sugerencia más valiosa que puede hacerse al hombre o a la mujer que
tratan de actuar como verdaderos servidores, es pedirles que pronuncien
diariamente, poniendo detrás de las palabras el corazón y la mente, la
dedicación del Catecismo Esotérico que se halla al final del libro Iniciación
Humana y Solar.

Quisiera recordar a dichos servidores qué si se rebelan o desalientan por las


ideas contenidas en las palabras, quizás indique cuán necesario es que este
objetivo de la vida se plasme en sus conciencias La promesa es:
“Desempeño mi parte con firme decisión y decidida aspiración; miro arriba,
ayudo abajo; no sueño ni descanso; trabajo; sirvo; ruego; Yo soy la Cruz; Yo soy
el Camino; olvido mi trabajo realizado; me elevo sobre mi yo vencido; mato el
deseo; me esfuerzo, olvidando toda recompensa; renuncio a la paz; rechazo el
descanso y, en la tensión del dolor, me pierdo a mí mismo, para encontrarme a
Mí mismo, y así penetrar en la paz.

Solemnemente me comprometo a realizar todo esto, invocando a mi Yo


Superior.

A medida que el trabajo de aprender a servir prosigue y el contacto interno se


afirma, le seguirá la profundización de la vida de meditación, y la luz del alma
iluminará con mayor frecuencia a la mente. Así se ha revelado el Plan. Esto no
significa que se arrojará luz sobre los planes del servidor, en lo que concierne a
su propia vida o al campo elegido para servir, lo cual debe ser bien
comprendido.

Si así ocurriera indicaría la capacidad mental del servidor para buscar medios
que justifiquen su propia ambición. Ello se debe a que su mente reconoce el
Plan de Dios que corresponde al mundo en ese momento particular en que vive
el servidor, y la parte que él puede desempeñar para desarrollar los objetivos
de quienes son responsables de llevar a cabo ese Plan.

Entonces, voluntariamente se convierte en una ínfima parte de ese gran Todo,


actitud que no varía, aunque el discípulo llegue a ser un Maestro de Sabiduría.

Se pone en contacto con un concepto mucho más vasto del Plan, y su humildad
y sentido de proporción permanecen inmutables.
Una personalidad integrada e inteligente es la adecuada para ejecutar la parte
que le corresponde al servidor en el trabajo activo mundial, siempre y cuando
su visión no sea empañada por la ambición personal ni su actividad degenere
en acciones precipitadas y en un despliegue de febril actividad. Le corresponde
al alma trasmitir las ideas que revelarán a la mente equilibrada y pacífica el
próximo paso que debe dar en la tarea de la evolución mundial. Tal es el Plan
para la humanidad.

A medida que la fuerza afluye a través de la personalidad y otorga al servidor la


visión requerida y el sentido de poder necesario que le permitirá colaborar, se
va abriendo camino hacia el cuerpo emocional o astral. Aquí también el efecto
será dual, debido a la condición del cuerpo astral del servidor y su orientación
interna. Puede magnificar el espejismo y ahondar la ilusión, llevando al
servidor a sufrir los efectos síquicos ilusorios que allí existen.

Cuando esto sucede, vuelve al plano físico ilusionado por la idea, por ejemplo,
de los asombrosos contactos personales que ha hecho, aunque sólo sea el
contacto con una forma mental grupal de los Grandes Seres.

Estará bajo la ilusión de que ha sido elegido como agente transmisor o portavoz
de la Jerarquía, cuando lo que sucede en realidad es que ha sido engañado por
las innumerables voces, porque la Voz del Silencio ha sido apagada por el
clamoreo del plano astral; entonces lo engañará la idea de que no existe otro
camino más que el suyo.

Estos engaños e ilusiones son comunes entre los instructores y trabajadores de


todas partes, porque son innumerables las personas que establecen
definidamente contacto con sus almas y, luego, se sienten impelidas a servir; sin
embargo, no se han liberado todavía de la ambición y su orientación está aún
dirigida básicamente a expresar la personalidad y no a fusionarse con el Grupo
de Servidores del Mundo.

Pero si ellos pueden eludir el espejismo y discernir entre lo Real y lo irreal,


entonces la Corriente de fuerza que afluye inundará sus vidas con un efectivo
amor altruista y se dedicarán al Plan, a aquellos a quienes el Plan sirve y a
Aquellos que sirven al Plan.

Observen la secuencia de estas actitudes y ríjanse de cuerdo a ellas. Entonces


ya no habrá lugar para la imposición o el interés Propios, ni para la ambición
egoísta.
Todo lo que se tendrá en cuenta es la necesidad y la apremiante urgencia de dar
el paso inmediato a fin de enfrentar esa necesidad que se manifiesta ante los
ojos del servidor.

Omraam Mikhaël Aïvanhov - Español

El Segundo Nacimiento (Parte 7/15)


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Estudiaremos ahora el prisma desde otro punto de vista. Supongamos que los tres
lados del prisma corresponden uno al intelecto (el pensamiento), otro al corazón
(el sentimiento), y el tercero a la voluntad (la acción).
El prisma equilátero es el símbolo del ser humano en el que el intelecto, el corazón
y la voluntad están igualmente desarrollados, es decir, del ser humano
perfectamente equilibrado: es inteligente, bueno, y capaz de realizar sus
pensamientos y sus sentimientos.
Todo en él es armonioso... Pero, evidentemente, estos casos son muy raros, y el
prisma equilátero representa al Iniciado, al Sabio, al gran Maestro. [Ver figura 1
que acompaña el post]
La mayoría de las veces, los hombres son triángulos cuyos lados son desiguales.
Algunos tienen el lado voluntad más desarrollado [Ver figura 2 que acompaña el
post], lo que significa que, en la mayoría de los casos, se contentan con realizar los
proyectos de los demás.
Otros, por el contrario, tienen los lados intelecto y corazón mucho más
desarrollados que el lado voluntad [Ver figura 3 que acompaña el post]; eso
significa que estas personas reflexionan y analizan mucho, que son, igualmente,
muy sensibles, pero cuando se trata de actuar, de realizar, esperan a que los demás
lo hagan en su lugar.
El triángulo que sigue [Ver figura 4 que acompaña el post] es el símbolo de las
personas inteligentes, activas, enérgicas, pero egoístas, duras, sin amor ni piedad,
ya que el lado sentimiento no está desarrollado en absoluto en ellas.
Mientras que el triángulo siguiente [Ver figura 5 que acompaña el post], en el que
el corazón y la voluntad están mucho más desarrollados que la inteligencia,
representa a personas muy buenas y muy generosas que, deseando siempre
sacrificarse, hacen tonterías y se dejan engañar por los demás.
Las combinaciones y los casos que pueden imaginarse son tan numerosos que no
puedo hablarles de todos; no hago sino resumir.
Lo esencial es comprender que debemos trabajar con todas nuestras fuerzas para
llegar a ser prismas equiláteros.
(Continúa...)
Omraam Mikhaël Aïvanhov,
Del libro "El Segundo Nacimiento", Obras Completas vol. 1.
http://with-omraam.com/es/category/acceso-a-todo/

Tlacaélel

En México, la arqueología ha sido practicada desde el siglo XIX; cuando algunos


viajeros europeos visitaron sitios como Monte Albán, Bonampak y Teotihuacán,
pero sería hasta mediados del siglo XX cuando la arqueología mexicana tomó su
propio cauce y se vinculó con la Antropología.
En los años cuarenta, con la corriente nacionalista y la idea de recuperar el
glorioso pasado indígena, la tendencia fue la reconstrucción de los sitios
arqueológicos que actualmente conocemos (Teotihuacán, Monte Albán, Tula,
Chichén Itzá, etcétera).
Posteriormente, el desarrollo de nuevas corrientes antropológicas y arqueológicas
como la ecología cultural, la arqueología británica y en especial la nueva
arqueología y la arqueología social permitieron el desarrollo de nuevos enfoques y
metodología de investigación y la extensión del objeto de estudio hasta los restos
materiales de las sociedades contemporáneas.
En este artículo te presento a cinco Arqueólogos mexicanos que pusieron el
nombre de México en alto.
Conoce a éstos cinco Arqueólogos aquí 👇

https://tuul.tv/…/cinco-arqueologos-pusieron-nombre-mexico-…
Nassim Haramein

El agua es el material más común y menos conocido en la tierra. A pesar de su


simplicidad, el agua tiende a formar orden tetraédrica a nivel local mediante
enlace de hidrógeno direccional.
La Voz de la Madre Tierra
En los siguientes dos días, le recuerdan todo lo bueno que ha hecho.
La tribu cree que cada persona viene al mundo como un ser bueno. Cada uno de
nosotros, deseando seguridad, amor, paz y felicidad. Pero a veces, todos
cometemos errores. La comunidad los ve como un grito de socorro. Así que todos
se unen para que sepa quién es realmente, hasta que recuerda la verdad de la cual
se había desconectado temporalmente:
“Yo soy bueno”.

En el Día del Sat-Chellah, para el Sat-Arhat, el 1º ante el Portal:


EN LA NOCHE OSCURA DEL ALMA
En la noche oscura del alma,
Antes del triunfo de la luz,
Por estrecho desfiladero
Un extenuado caminante
Se postra, agobiado
Bajo el peso de las edades,
los recuerdos, los anhelos,
Y la búsqueda incesante
De la Puerta Secreta de la Vida.

Forcejea para despojarse


De tan pesada carga
Sobre sus fuertes y agotados hombros;
Lo logra, y un aire fresco
Acaricia su rostro sudoroso,
Se siente ligero, cree poder volar,
Parecen alas sus espaldas.
A un lado, el abismo insondable, en penumbras,
Al otro, la montaña boscosa, volcánica, candente.

Ante sí el cielo azul y sereno le invita


A la danza de la libertad,
Pero del abismo surgen voces de desaliento:
“Todo es mentira, falsa la amistad,
Quien te guiaba te desprecia,
Otros te abandonan y te acusan,
Tus sacrificios vanos fueron;
Desciende al pozo fresco y profundo,
Allí olvidarás ingratitudes y agravios,
Tranquilo esperarás el fin de tu duro destino.”

Desde la ardiente montaña


El viento sus alas acaricia,
Y dulces cantos de sirena
Halagan sus oídos:
“¡Salve, oh victorioso vencedor
En mil batallas,
Ante el desdén de los débiles
Te esperan el poder, la gloria y la riqueza!
El mundo es tuyo cuando subas a ser coronado
Por los señores, si te sometes a su arbitrio.”

El cansado y ultrajado caminante


Se yergue y grita con firmeza:
“¡No, ni la amarga decepción del mundo de mentiras,
Ni la tentación del poder con sus placeres
Lograrán atarme a velos ilusorios y fugaces!
Mi alma, redimida en el dolor,
Avizora cercana la transparente aurora;
El cielo aguarda, único galardón que quiero,
El vínculo de la libertad.”

“¡Insensato! –rugen las voces del abismo-


Nuevas decepciones y golpes te aguardan,
Te hundirás, temerario, en la nada del mundo,
Ven, escóndete en el remanso acogedor,
Lejos de las falsas amistades,
¡Llora aquí tu soledad y tu fracaso!”
Y desafiante alega la montaña desde el cráter:
“No caigas en el vacío, peregrino,
La corona enjoyada te espera, trepa,
¡el mundo será tuyo si obedeces!”

“¡No, -proclama valiente el ermitaño-


Ni promesas ni amarguras
Volverán a encadenarme a un incierto y fugaz destino!
Voy al Todo en esa nada
Donde solo la luz existe,
No me rindo ni me entrego,
Renuncio al mundo y al descanso de la muerte,
¡Romperé los grilletes del destino,
Cortaré la telaraña del mundo de las sombras!”

Aleteando asciende poco a poco


Aquella alma solitaria, serena y dolorida,
Se oyen ayes y gritos de dolor,
Lanzas y flechas el aire hieren,
Cantos y formas seductoras lo provocan.
A un lado, el guardián de las sombras golpea su rostro,
Al otro, el guardián del fuego del rencor
Quema sus pies desnudos y sangrantes.
Nada lo detiene,
El dolor y la ausencia lo impulsan más al horizonte.

Las nubes se abren en lo alto,


Un camino azul y oro canta en coro:
“Avanza, vencedor de ti mismo,
Obedeciste al que libera,
Te entregaste al sacrificio,
Desdeñaste pasados y futuros,
Triunfaste en la prueba final de tu escarpada senda,
Pasaste entre las dos columnas del templo
Que desenmascaran a quien audaz se acerca,
Serpientes guardianas del tiempo y del espacio.
“Allí cortaron tus últimos eslabones
De egoísmos, ambiciones y tristezas,
No volverá la jauría tus talones a morder.
Tu envoltura de gusano
Se torna alada mariposa :
Vuela en las esferas de la Luz,
Tu único bien de renunciante.
Ni dardos envenenados ni licores embriagantes
Volverán a sujetarte al molino ensangrentado.
Sea ese aire puro y luminoso tu perenne y único tesoro.”

El bálsamo sanador de aquel coro sagrado


Reanima el corazón agonizante
Do brota de amor un manantial,
Embelleciendo la visión del Guerrero redivivo
Con el don sublime del olvido.

Así desató el osado caminante


Los nudos herméticos del Gran Arcano de la Vida,
Despejando la senda de plagas y malezas
Para el bien de futuros, audaces, peregrinos,
Desafiantes del imperio de las sombras.
Desobedeció de la urbana ley el imperio,
Mas se sometió al reino celeste de fe y amor.
Después de la noche oscura que antecede al parto,
Al clavar su pendón en el horizonte la dorada esfera,
Surge del Iniciador Sacrificador, un dulce canto:

“¡Eres ahora mi igual, oh noble amigo, fiel y combativo,


No tembló tu pulso en la prueba final de aquella entrega!
“Has desgarrado así el velo del misterio,
Forzaste la puerta cerrada de los tiempos,
Son brechas de luz las huellas de tus pies,
Demostrando que “el Reino de los Cielos
Se conquista por asalto.”
“Quede así tu memoria depurada
De acusaciones y juicios desquiciados.

Y sea tu ejemplo, radiante antorcha


Para quienes busquen, entre malezas,
las ancestrales huellas.”
SAT D. Días Porta.
Mérida, Venezuela, Junio 20, 2005,
Solsticio de Cáncer, Año 58 en Aquarius

MON Cuarto Camino-Gurdjieff

LA COMPRENSIÓN DE LA DUALIDAD.
LA CREACIÓN DEL TERCER PRINCIPIO.
(G.I. Gurdjieff).
El hombre, en su estado ordinario, es considerado como una dualidad.
Está enteramente constituido de dualidades, o de «parejas de contrarios».
Todas las sensaciones del hombre, sus impresiones, sus emociones, sus
pensamientos, están divididos en positivos y negativos, útiles y dañinos,
necesarios y superfluos, buenos y malos, agradables y desagradables.
Todo el trabajo de los ‘centros’ se hace bajo el signo de esta división. Los
pensamientos se oponen a los sentimientos. Los impulsos motrices se oponen a la
sed instintiva de tranquilidad.
Es en esta dualidad donde se efectúan todas las percepciones, todas las reacciones,
toda la vida del hombre. Y quienquiera sea capaz de observarse, aunque sea un
poco, podrá reconocer esta dualidad en sí mismo.

Pero esta dualidad aparece como una alternación; el vencedor de hoy es el vencido
de mañana; lo que nos domina actualmente, pronto será secundario, subordinado.
Y todo es igualmente mecánico, igualmente desprovisto de voluntad, igualmente
despojado de meta.
La comprensión de la dualidad en nosotros mismos comienza desde que nos
damos cuenta de nuestra ‘mecanicidad’, y desde que llegamos a captar la
diferencia entre lo que es automático y lo que es consciente.
Esta comprensión debe estar precedida por la destrucción de este mentirse a sí
mismo, que para un hombre consiste en tomar sus acciones, aun las más
mecánicas, por actos voluntarios y conscientes, y en considerarse a sí mismo un
ser uno y entero.
Cuando esta mentira es destruida el hombre comienza a ver en sí la diferencia
entre lo mecánico y lo consciente, entonces comienza una lucha para la realización
de la conciencia en la vida, y para la subordinación de lo automático a lo
consciente, es decir la creación en Sí Mismo de un tercer principio.
Con este fin, el hombre se pone a hacer esfuerzos para tomar una ‘decisión’
definida, basada en motivos conscientes, de luchar contra los procesos
automáticos que se efectúan en él, según las leyes de dualidad.
La creación de este tercer principio, principio permanente, será para el hombre la
‘transformación de la dualidad en trinidad’.

Omraam Mikhael Aïvanhov And Peter Deunov - Florida

No debemos olvidar nunca que el destino del ser humano es uno de los más
gloriosos. Dios lo ha creado para que viva en la armonía, en la luz, para que
manifieste el amor, la sabiduría, la fuerza.
Os preguntaréis: «Pero entonces, ¿por qué resulta tan difícil alcanzar este
estado de perfección al que estamos predestinados?

Porque no sabéis como rechazar a los enemigos interiores que intentan llevaros
hacia otra dirección.

Estos enemigos son todos aquellos malos hábitos por los que os dejáis
llevar, porque vuestra conciencia no ha despertado todavía.

Pero deciros: estos enemigos sienten muy bien si tenéis o no una conciencia
clara de vuestra predestinación.

Entonces, cuando ven que conocéis el camino a seguir y que lo mantenéis


porque sabéis que en él hay una finalidad a alcanzar, terminan poco a poco
alejándose... "

Omraam Mikhaël Aïvanhov


Omraam Mikhaël Aïvanhov - Español
Pensamiento del martes 29 de mayo de 2018

La verdadera felicidad se caracteriza por la estabilidad. Ustedes dirán que la vida


no es más que una sucesión de cambios: éxitos y fracasos, abundancia y pobreza,
paz y guerra, salud y enfermedad... y estamos necesariamente obligados a sufrir
estos cambios.
Exteriormente, si, es inevitable, pero interiormente, no. Una guerra puede estallar,
pueden caer enfermos, perder de pronto toda su fortuna, ser abandonados por su
marido o su mujer, por sus hijos, por sus amigos, sin por ello tambaleen.
¿Por qué? Porque sus conciencias no se estancan al nivel de los acontecimientos:
para cada dificultad, para cada prueba encuentran una explicación, una verdad que
les apacigua y les consuela.
Quien se ha habituado a subir muy alto con el pensamiento, ve las cosas desde una
óptica distinta.
Podemos despojarle, perseguirle, pero ahora que sabe que todo eso es pasajero,
que es inmortal, que nada puede realmente alcanzarle, ahí donde todos se
derrumban, este ser todavía encuentra la felicidad.
Omraam Mikhaël Aïvanhov

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Omraam Mikhaël Aïvanhov - Español

¡¡Buenos dias!! ¡¡Que sea una semana maravillosa, y llena de amor!!

"Debemos aceptar pacientemente las dificultades y los sufrimientos que


encontramos en nuestra vida, porque nos han sido impuestos por Seres superiores
que obran con justicia.
De nada sirve rebelarse contra la justicia divina, excepto para agravar las penas,
como sucede con los castigos terrenales.
Si un detenido se fuga de la prisión a la que le han conducido sus faltas, se le vuelve
a coger, se le conduce de nuevo al calabozo, y se le somete a un régimen más
severo.
Las leyes humanas son el reflejo de las leyes divinas. Si nos rebelamos y no
queremos aceptar el destino que ha sido fijado para nosotros según las leyes de la
justicia divina, sufriremos más: la justicia nos obliga a entrar de nuevo en la cárcel
(nuestras dificultades) y permanecemos en ella durante más tiempo.
Sólo existe una manera aceptable de acelerar nuestra liberación y es tener la
voluntad de reparar nuestros errores, de intentar progresar y ponernos al servicio
del Señor."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Pensamiento Diario: 7 de agosto de 2009
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Omraam Mikhaël Aïvanhov - Español


27 de mayo a las 17:00 ·
Pensamiento del lunes 28 de mayo de 2018
Ustedes conocen al menos un ser, vivo o muerto, que ha dado pruebas de una gran
sabiduría, de una comprensión superior de las cosas. Entonces, cada vez que se
presente la ocasión, díganse: "Esto es lo que yo pienso. Pero aquel ser, si estuviera
en mi lugar, ¿qué pensaría, cómo reaccionaría?" Y entonces, gracias al vaivén de su
pensamiento entre este ser y ustedes, realizarán ajustes y rectificaciones.

Instintivamente, los humanos tienen tendencia a compararse con los demás, pero
en general es para subrayar que son mejores, más honrados, más inteligentes, más
capaces que ellos. Pero ¿qué puede aportarles tal comparación? No mucho. No es
con las personas ordinarias, mediocres, con quienes debemos compararnos, sino
con aquellos que nos superan. ¡Y han habido tantos en la historia de esos seres
superiores que, si estudiamos su vida y su filosofía, pueden servirnos de criterio!
Es con ellos con quienes debemos compararnos para evolucionar.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
http://with-omraam.com/es/category/acceso-a-todo/

Una enseñanza desconocida


LAS ENSEÑANZAS DE DON JUAN
LOS CUATRO ENEMIGOS DEL HOMBRE DE CONOCIMIENTO.

1. El miedo
2. La claridad
3. El poder
4. La vejez
"Un hombre de conocimiento se esfuerza, y suda, y resuella, y si uno lo mira, es
como cualquier hombre común, excepto que el desatino de su vida está bajo
control.
Como nada le importa más que nada, un hombre de conocimiento escoge cualquier
acto y lo actúa como si le importara.
Su desatino controlado lo lleva a decir que lo que él hace importa y lo lleva a actuar
como si importara, y sin embargo él sabe que no importa; de modo que, cuando
completa sus actos se retira en paz, sin pena ni cuidado de que sus actos fueran
buenos o malos, o tuvieran efecto o no.
Por otro lado, un hombre de conocimiento puede preferir quedarse totalmente
impasible y no actuar jamás, y comportarse como si el ser impasible le importara
de verdad; también en eso será genuino y justo, porque eso es también su desatino
controlado".
Una Realidad Aparte.
Cualquiera puede tratar de llegar a ser Hombre de Conocimiento; muy pocos
llegan a serlo, pero es natural. Los enemigos que un hombre encuentra en el
camino para llegar a ser un Hombre de Conocimiento son formidables, de verdad
poderosos.
Cuando un hombre empieza a aprender, nunca sabe lo que va a encontrar.
Su propósito es diferente; su intención es vaga.
Espera recompensas que nunca llegarán, pues no sabe nada de los trabajos que
cuesta aprender.
Pero uno aprende así, poquito a poquito al comienzo, luego más y más. Y sus
pensamientos se dan de topetazos y se hunden en la nada.
Lo que se aprende no es nunca lo que uno creía.
Y así se comienza a tener miedo. El conocimiento no es nunca lo que uno se espera.
Cada paso del aprendizaje es un atolladero, y el miedo que el hombre experimente
empieza a crecer sin misericordia, sin ceder. Su propósito se convierte en un
campo de batalla.
Y así ha tropezado con el primero de sus enemigos naturales: ¡El miedo!
Un enemigo terrible: traicionero y enredado como los cardos. Se queda oculto en
cada recodo del camino, acechando, esperando.
Y si el hombre, aterrado en su presencia, echa a correr, su enemigo habrá puesto
fin a su búsqueda.
- ¿Qué le pasa al hombre si corre por miedo?
- Nada le pasa, sólo que jamás aprenderá. Nunca llegará a ser un hombre de
conocimiento. Llegará a ser un maleante, o un cobarde cualquiera, un hombre
inofensivo, asustado; de cualquier modo, será un hombre vencido. Su primer
enemigo habrá puesto fin a sus ansias.
- ¿Y qué se puede hacer para superar el miedo?
- La respuesta es muy sencilla. No debe correr. Debe desafiar a su miedo, y pese a
él debe dar el siguiente paso en su aprendizaje, y el siguiente, y el siguiente.
Debe estar lleno de miedo, pero no debe detenerse. ¡Esa es la regla!
Y llega un momento en que su primer enemigo se retira. El hombre empieza a
sentirse seguro de sí. Su propósito se fortalece. Aprender no es ya una tarea
aterradora.
Cuando llega ese momento gozoso, el hombre puede decir sin duda que ha vencido
a su primer enemigo natural.
- ¿Ocurre de golpe, Don Juan, o poco a poco?
- Ocurre poco a poco, y sin embargo el miedo se conquista rápido y de repente.
- ¿Pero no volverá el hombre a tener miedo si algo nuevo le pasa?
- No. Una vez que un hombre ha conquistado el miedo, está libre de él por el resto
de su vida, porque a cambio del miedo ha adquirido la claridad.: una claridad de
mente que borra el miedo.
Para entonces un hombre conoce sus deseos; sabe como satisfacer esos deseos.
Puede prever los nuevos pasos del aprendizaje, y una claridad nítida lo rodea todo.
El hombre siente que nada está oculto.
Y así ha encontrado su segundo enemigo: ¡La claridad!
Esa claridad de mente, tan difícil de obtener, dispersa el miedo, pero también
ciega.
Fuerza al hombre a no dudar nunca de sí.
Le da la seguridad de que puede hacer cuanto se le antoje, porque todo lo que ve lo
ve con claridad.
Y tiene valor porque tiene claridad, y no se detiene en nada porque tiene claridad.
Pero todo eso es un error: es como si viera algo claro pero incompleto.
Si el hombre se rinde a esa ilusión de poder, ha sucumbido a su segundo enemigo y
será torpe para aprender.
Se apurará cuando debía ser paciente, o será paciente cuando debería apurarse. Y
tonteará con el aprendizaje, hasta que termine incapaz de aprender nada más.
- ¿Qué pasa con un hombre derrotado en esa forma, don Juan? ¿Muere en
consecuencia?
- No, no muere. Su segundo enemigo nomás ha parado en seco sus intentos de
hacerse hombre de conocimiento; en vez de eso, el hombre puede volverse un
guerrero impetuoso, o un payaso.
Pero la claridad que tan caro ha pagado no volverá a transformarse en oscuridad y
miedo.
Será claro mientras viva, pero ya no aprenderá ni ansiará nada.
- Pero ¿qué tiene que hacer para evitar la derrota?
- Debe hacer lo que hizo con el miedo: debe desafiar su claridad y usarla sólo para
ver, y esperar con paciencia y medir con tiento antes de dar otros pasos; debe
pensar, sobre todo, que su claridad es casi un error.
Y vendrá un momento en que comprenda que su claridad era sólo un punto
delante de sus ojos.
Y así habrá vencido a su segundo enemigo, y llegará a una posición donde nada
puede ya dañarlo. Esto no será un error ni tampoco una ilusión.
No será solamente un punto delante de sus ojos. Ese será el verdadero poder.
Sabrá entonces que el poder tanto tiempo perseguido es suyo por fin.
Puede hacer con él lo que se le antoje. Su aliado está a sus órdenes. Su deseo es la
regla. Ve claro y parejo todo cuanto hay alrededor. Pero también ha tropezado con
su tercer enemigo: ¡El poder!
El poder es el más fuerte de todos los enemigos. Y naturalmente, lo más fácil es
rendirse; después de todo, el hombre es de veras invencible.
Él manda; empieza tomando riesgos calculados y termina haciendo reglas, porque
es el amo del poder.
Un hombre en esta etapa apenas advierte que su tercer enemigo se cierne sobre él.
Y de pronto, sin saber, habrá sin duda perdido la batalla.
Su enemigo lo habrá transformado en un hombre cruel, caprichoso.
- ¿Perderá su poder?
- No, nunca perderá claridad ni su poder.
- Entonces: ¿qué le distinguirá de un hombre de conocimiento?
- Un hombre vencido por el poder muere sin saber realmente como manejarlo.
El poder es solamente una carga sobre su destino. Un hombre así no tiene dominio
de sí mismo, ni puede decir cómo ni cuándo usa su poder.
- La derrota a manos de cualquiera de estos enemigos, ¿es definitiva?
- Claro que es definitiva. Cuando uno de estos enemigos vence a un hombre, no hay
nada que hacer.
- ¿Es posible, por ejemplo, que el hombre vencido por el poder vea su error y se
corrija?
- No. Una vez que un hombre se rinde, está acabado.
- ¿Pero si el poder lo ciega temporalmente y luego él lo rechaza?
- Eso quiere decir que la batalla sigue.
Quiere decir que todavía está tratando de volverse hombre de conocimiento. Un
hombre está vencido sólo cuando ya no hace la lucha y se abandona.
- Pero entonces, Don Juan, es posible que un hombre se abandone al miedo
durante años, pero finalmente lo conquiste
- No, eso no es cierto. Si se rinde al miedo, nunca lo conquistará, porque se
asustará de aprender y no volverá a hacer la prueba.
Pero si trata de aprender durante años, en medio de su miedo, terminará
conquistándolo, porque nunca se ha abandonado a él en realidad.
- ¿Cómo puede vencer a su tercer enemigo, Don Juan?
- Tiene que desafiarlo, con toda intención. Tiene que llegar a darse cuenta de que el
poder que aparentemente ha conquistado no es nunca suyo en verdad.
Debe tenerse a raya a todas horas, manejando con tiento y con fé todo lo que ha
aprendido.
Si puede ver que, sin control sobre sí mismo, la claridad y el poder son peores que
los errores, llegará a un punto en el que todo se domina.
Entonces sabrá cómo y cuándo usar su poder. Y así habrá vencido a su tercer
enemigo.
El hombre estará, para entonces, al fin de su travesía por el camino del
conocimiento, y casi sin advertencia tropezará con su último enemigo: ¡La vejez!
Este enemigo es el más cruel de todos, el único al que no se puede vencer por
completo; el enemigo al que solamente podrá ahuyentar por un instante.
Este es el tiempo en que un hombre ya no tiene miedos, ya no tiene claridad
impaciente; un tiempo en que todo su poder está bajo control, pero también el
tiempo en que siente un deseo constante de descansar.
Si se rinde por entero a su deseo de acostarse y olvidar, si se arrulla en la fatiga,
habrá perdido el último asalto, y su enemigo lo reducirá a una débil criatura vieja.
Su deseo de retirarse vencerá toda su claridad, su poder y su conocimiento.
Pero si el hombre se sacude el cansancio y vive su destino hasta el final, puede
entonces ser llamado hombre de conocimiento, aunque sea sólo por esos
momentitos en que logra ahuyentar al último enemigo, el enemigo invencible.
Esos momentos de claridad, poder y conocimiento, son suficientes.

Una enseñanza desconocida

Esta es la Verdad acerca del Yo

0. Todo el Poder que fue o será está aquí y ahora.


1. Soy un centro de expresión para la Primaria Voluntad hacia el bien que
eternamente crea y sostiene el universo.

2. A través de mí, su infalible Sabiduría toma forma de pensamiento y palabra.

3. Lleno de Entendimiento de su perfecta ley, soy guiado momento a momento por


el sendero de la liberación.

4. De las inagotables riquezas de su Ilimitada Substancia, extraigo todas las cosas


necesarias espirituales y materiales.

5. Reconozco la manifestación de su In-desviable Justicia en todas las


circunstancias de la vida.

6. En todas las cosas grandes y pequeñas veo la Belleza de la Expresión Divina.

7. Viviendo de esa Voluntad, sostenido por su infalible Sabiduría y Entendimiento,


mía es la Vida Victoriosa.

8. Espero confiado la perfecta realización del Eterno Esplendor de la Luz Ilimitada.

9. En pensamiento, palabra y obra, confío mi vida, día a día, al firme Fundamento


del Ser Eterno.

10. El Reino del Espíritu está incorporado en mi carne.

MON Cuarto Camino-Gurdjieff

EL ACTUAR EN EL TEATRO CONSCIENTE.


(C.S. Nott).

En su "Carta a un Derviche", Gurdjieff escribió:


"...el signo de un hombre perfeccionado y su particularidad en la vida ordinaria
debe ser que, con respecto a todo lo que sucede fuera de él, es capaz, y puede,
como una acción valiosa, desempeñar a la perfección externamente la parte
correspondiente a la situación dada; pero al mismo tiempo nunca debe
involucrarse o estar de acuerdo con ella...
Yo también, en mi juventud, como ustedes más o menos saben, con el
convencimiento de esta verdad, trabajé mucho sobre mí con el propósito de
alcanzar una bendición que yo creía predestinada por el Cielo; y después de
enormes esfuerzos y de continuo rechazo de casi todo lo merecido en la vida
ordinaria, finalmente logré un estado en el que nada del exterior podía realmente
tocarme internamente; y, en lo que se refiere a la actuación, llegué a tal perfección
como nunca había sido soñado por la gente culta de la antigua Babilonia, para los
actores en el escenario"…
El teatro consciente tiene que ver con “interpretar papeles"…

Cuando un ser está viviendo experiencias, sus manifestaciones son la única forma
de comunicación.
Lo subjetivo en mí, nunca se convierte en lo objetivo del espectador; él sólo puede
ver mis manifestaciones y comprender solamente lo que yo mismo manifiesto.
En el teatro antiguo se enseñaba al alumno a “actuar conscientemente”, es decir,
no a dar rienda suelta a una manifestación inconsciente de sus sentimientos,
pensamientos y deseos, sino a transmitir la impresión que deseaba.

Se puede decir que sí hacemos esto en la vida se trata de una falta de sinceridad; lo
es si por sinceridad se quiere decir una incapacidad para controlar las
manifestaciones…

La Escuela de Pitágoras, era un campo de entrenamiento de esa categoría. Los


pitagóricos eran creadores de "misterios".
En el misterio está lo extraordinario, lo no ordinario.
En las representaciones de su "teatro", los espectadores tenían que mantener su
atención sobre el actor para discernir lo inesperado, de lo cual podían aprender
algo.
Y en las formas más elaboradas del "teatro consciente" se esperaba que el alumno
tomara una situación e interpretara un papel consciente con actores inconscientes,
pero de manera que pudiera ser comprendido.
En la vida ordinaria la gente desempeña papeles inconscientemente. Gurdjieff los
desempeñaba conscientemente, y los que trabajaban estrechamente con él
usualmente sabían cuando estaba desempeñando un papel.

Sabía y hacía saber de esta capacidad, interpretaba papeles que pocos


interpretarían o podrían interpretar.
Yo mismo me sentía desconcertado a menudo; e incluso Stjoernval, De Hartmann y
De Salzmann, y especialmente Ouspensky, a veces se sentían hasta engañados, y
eso sin mencionar a los más jóvenes.

Una enseñanza desconocida


Kal Fulcanelli
SOBRE LAS OPINIONES DE LA GENTE...

Omraam Mikhael Aïvanhov And Peter Deunov - Florida

Pensamiento de hoy: 29 de mayo de 2018


Tomar un pensamiento, es examinarlo, procesarlo y luego colocarlo en su lugar.
Hacer un deseo, es estudiar su carácter y sus orígenes, nutrirlo y ponerlo en su
lugar.
Hacer un buen acto es realizar una semilla que contiene el pensamiento y el deseo
animado, y luego ponerlo en el camino que la naturaleza le ha asignado.
Poner todo en su lugar significa que has resuelto adecuadamente una de las tareas
difíciles de la vida.
Maestro Peter Deunov

Mundo Mágico
Una vez leí un libro delicioso, “The Mists of Avalon”. Las nieblas de Avalon son una
alusión mítica a las leyendas del rey Arturo.
Avalon es una isla mágica que permanece oculta tras unas tupidas e impenetrables
nieblas. A menos que se desvanezcan, no hay manera de que un barco se abra paso
hasta la isla, y sólo se desvanecen cuando uno cree que la isla está allí.
Avalon simboliza un mundo que está más allá del mundo que percibimos con los
sentidos físicos. Representa un sentimiento milagroso de las cosas, el ámbito
encantado que conocíamos de niños. Nuestro yo infantil es el nivel más profundo
de nuestro ser. Es aquel o aquella que realmente somos, y lo que es real no
desaparece. La verdad no deja de serlo simplemente porque no estemos
mirándola. El amor sólo puede quedar oculto tras las nubes o las nieblas mentales.
Avalon es el mundo que conocíamos cuando todavía estábamos conectados con
nuestra ternura, nuestra inocencia, nuestro espíritu. En realidad, es el mismo
mundo que vemos ahora, pero configurado por el amor, interpretado con ternura,
fe y esperanza, y con un sentimiento de admiración y de asombro. Es fácil de
recuperar, porque la percepción es una opción. Las nieblas se desvanecen cuando
creemos que detrás de ellas está Avalon.
Y en eso consiste un milagro: en la desaparición de las nieblas, en un cambio de la
percepción, en un retorno al amor.
Volver al Amor de un curso de Milagros
MARIANNE WILLIAMSON Los Ángeles, California
Gurdjieff-Discípulos de C.M.

Atención a la atención
Un discípulo fue a visitar a su maestro y solicitó que le impartiera alguna
enseñanza importante para su desarrollo. El maestro contestó irónicamente:
-Atención.
-¿Y qué más? -preguntó el discípulo.
-Atención, atención -repitió el maestro.
El discípulo insistió.
-Pero ¿qué más?
-Atención, atención, atención -dijo el maestro.
-Pero ¿qué es la atención?
El maestro contestó:
-Atención es atención.
Una enseñanza desconocida
https://www.facebook.com/cgskaizen/posts/1030206690468950
Kal Fulcanelli

La involución o proceso descendente es parecido al "juego del teléfono" en que un


grupo de personas se reúne para dar un mensaje específico de oído a oído.
Siempre se observa al final de la gran ronda que el mensaje inicial fue trastocado o
enturbiado como el agua de la fuente que baja de la gran montaña a la planicie.
- K. F.
La Taberna del Derviche

“Cuando Dios creó al ego, le dijo: - ¡Ven hacia mí!


Pero el ego se dio la vuelta y caminó en dirección contraria.
Entonces Dios le dijo: - ¡Escúchame!
Pero el ego se tapó los oídos.
Entonces Dios le advirtió: - ¡No hagas daño a mis criaturas!
Pero el ego ya estaba demasiado lejos como para poder entender nada. Así que
Dios sentenció: - Siguiendo tus pasos, enseñarás a mis hijos el camino que nunca
deberán tomar.” 99 Cuentos y Enseñanzas Sufíes. Ediciones Almuzara.
https://www.amazon.es/99-Cuentos-Ense%C3%B1anz…/…/8416392951

Paramahansa Yogananda en Español

DIOS ESTÁ AHÍ. ESCUCHA Y RESPONDE:


"Dios está ahí. Escucha y responde. Vemos eso ejemplificado en las vidas de los
santos y de los maestros divinos. Incluso una persona en la vida ordinaria, que solo
por un momento toca esa Conciencia Infinita, tal vez cuando se le concede alguna
oración, obtiene un vislumbre y siente: 'Ah, Dios es real, Él responde' ".
Sri Mrinalini Mata

Bóveda de Luz
La llave de los misterios
Pitá goras dijo que el Creador Universal había hecho dos cosas a Su propia imagen:
la primera, el sistema có smico con sus miríadas de soles, lunas y planetas; la
segunda, el hombre, en cuya naturaleza existe todo el universo en miniatura.
Mucho antes de la introducció n de la idolatría en la religió n, los sacerdotes
primitivos, para facilitar el estudio de las ciencias naturales, trazaban la figura de
un hombre y la colocaban en el santuario de sus templos, pues la figura humana
simbolizaba el Poder Divino en todas sus intrincadas manifestaciones.

Es así como los sacerdotes de la antigü edad tomaban al hombre como libro de
texto, y mediante su estudio llegaban a comprender los mayores y má s abstrusos
misterios del plan celestial del cual ellos formaban parte.
No es improbable que esa misteriosa figura levantada en los primitivos altares
fuera algo así como un maniquí y que, como ciertas manos emblemá ticas en las
Escuelas de Misterios, estuviera cubierta con jeroglíficos, bien sea grabados en su
superficie o pintados con pinturas eternas.
La estatua podía abrirse para mostrar así la relativa posició n de los ó rganos,
huesos, mú sculos, nervios y demá s partes.
La presente generació n está siempre dispuesta a desdeñ ar los conocimientos
anató micos que poseían las antiguas razas.
Debido a la acció n destructiva del tiempo y del vandalismo, los documentos
existentes no pueden revelarnos la sabiduría de la antigü edad.
El profesor James H. Breasted, arqueó logo de la Universidad de Chicago, afirmó
recientemente que sus investigaciones habían demostrado que los sabios mé dicos
egipcios durante la XVIII dinastía esto es, unos diecisiete siglos antes de Cristo
tenían un conocimiento científico comparable al que poseemos en pleno siglo XX.
El profesor Breasted dice textualmente “Por ejemplo, en é l (el papiro de Edwin
Smith, un documento científico antiquísimo) aparece por primera vez registrada
en lenguaje humano la palabra “cerebro”, y hay pruebas de que los egipcios
conocían las localizaciones cerebrales que dominan los mú sculos, cosa que só lo ha
sido redescubierta en la ú ltima generació n.
”El conocimiento de los sacerdotes-mé dicos egipcios relativo a las funciones de las
diferentes partes del cuerpo humano no só lo igualaba al de muchos hombres de
ciencia modernos, sino que, con respecto a aquellas funciones y poderes
relacionados con la naturaleza espiritual del hombre y a los ó rganos y centros por
medio de los cuales las esencias espirituales controlan el cuerpo, excedía al que
poseemos en el mundo actual.
Durante siglos de investigaciones mucho se contribuyó en favor de los principios
fundamentales de los filó sofos primitivos, y cuando Egipto alcanzó la cumbre
gloriosa de su civilizació n, el maniquí era una masa de intrincados jeroglíficos y
figuras simbó licas.
Cada una de sus partes tenía un significado secreto. Las medidas de esta figura de
piedra correspondían a un modelo bá sico por medio del cual resultaba posible
medir todas las partes del cosmos. Era un glorioso emblema compuesto por el
conocimiento de los sabios y hierofantes de Isis, Osiris y Serapis.
Luego vino el tiempo de la idolatría.
Los Misterios decayeron internamente. Los significados secretos se perdieron y
nadie conocía la identidad del hombre misterioso que se erigía en el altar.
Só lo se recordaba que esa figura era un símbolo sagrado y glorioso del poder
universal. Esta figura llegó a ser considerada un dios, a cuya imagen había sido
creado el hombre.
Habié ndose perdido el conocimiento secreto del objeto para el que había sido
construido ese maniquí, los sacerdotes veneraron la madera y la piedra de las que
estaba hecho, hasta que finalmente su falta de comprensió n espiritual derribó el
templo, cuyas ruinas cayeron sobre sus propias cabezas, y la estatua se desmoronó
junto con la civilizació n que había olvidado su significado.
En nuestros días la gran fe de nuestra raza - el cristianismo - es profesada por un
gran nú mero de hombres y mujeres sinceros, devotos y honrados.
Y aunque todos está n dedicados a sus tareas, só lo en parte son eficientes, porque la
mayoría de ellos ignoran absolutamente el hecho de que el llamado cristianismo
bíblico es só lo una alegoría del verdadero espíritu del cristianismo y de esa
doctrina esoté rica creada en el templo por las mentes iniciadas del paganismo y
promulgada para satisfacer las inclinaciones religiosas de la raza humana.
Hoy en día esta gran fe es profesada por millones de almas, y comprendida só lo
por un puñ ado, porque si bien ya no existen los templos de Misterios como
instituciones en las esquinas de las calles, como ocurría en la antigü edad, la
Escuela de Misterios todavía existe como una estructura filosó fica invisible.
Só lo confía el conocimiento de sus secretos a unos pocos, dejando que la gran masa
entre solamente en su recinto externo y haga sus ofrendas sobre el altar de bronce.
El cristianismo es esencialmente una Escuela de Misterios, pero la mayoría de sus
adherentes no lo comprenden lo bastante bien como para darse cuenta de que hay
secretos en sus pará bolas y alegorías que constituyen importante parte de su
dogma.
¿Por qué no habría de ser el cristianismo una Escuela de Misterios? Su fundador
fue un iniciado en los Misterios Esenios. Los esenios fueron discípulos del gran
Pitá goras y estaban tambié n en contacto con las Escuelas Secretas de la India.
El Maestro Jesú s fue un hierofante profundamente versado en el antiguo Arcano.
San Juan mismo, por sus escritos, prueba que estaba familiarizado con el
ritualismo de los cultos egipcios, y se sostiene que San Mateo fue el maestro de
Basílides, el inmortal sabio egipcio, fundador, juntamente con Simó n el Mago, del
Gnosticismo, el sistema de misticismo cristiano má s elaborado que jamá s surgiera
del tronco principal de la iglesia de San Pedro.
Durante su historia primitiva en Roma, el cristianismo estuvo en constante
contacto con el Mitraísmo, la filosofía del fuego, en Persia, de la cual extrajo no
pequeñ a parte de sus rituales y ceremonias.
Si se contemplare al cristianismo menos como iglesia y má s como Escuela de
Misterios, el mundo moderno obtendría rá pidamente una comprensió n má s clara
de sus principios. Cada sacerdote del cristianismo, cada ministro del Evangelio,
debería ser un anatomista y un fisió logo, un bió logo y un químico, un mé dico y un
astró nomo un matemá tico y un mú sico, y sobre todo un filó sofo.
Por filó sofo entendemos aqué l que puede estudiar inteligentemente todas estas
diferentes líneas de pensamiento y descubrir la relació n mutua existente entre
ellas, y usar todas las artes y las ciencias como medios para interpretar la
magnífica representació n emblemá tica y el misterioso drama de la fe cristiana.
Si ellos pudieran considerar inteligentemente los secretos transmitidos por los
sacerdotes de la antigü edad pagana (cuyo estupendo genio se remontó muy por
encima de los prejuicios rutinarios del pensamiento moderno), podrían hacer una
serie de importantes descubrimientos.
En primer té rmino, descubrirían que en las actuales traducciones del Antiguo y
Nuevo Testamento hay numerosos errores, debido al hecho de que sus traductores
no fueron espiritualmente competentes para interpretar los sagrados misterios de
las lenguas hebrea y griega.
Encontrarían innumerables contradicciones debidas a malentendidos, y
descubrirían tambié n que los llamados libros apó crifos (rechazados como no
inspirados) contienen algunas de las claves má s importantes que nos haya legado
la antigü edad.
Aprenderían que el Antiguo Testamento no debió ser considerado literalmente:
que entre líneas existen ciertas enseñ anzas ocultas sin cuyo conocimiento no
puede descubrirse el verdadero significado de las escrituras hebreas.
No ridiculizarían má s a los paganos por su pluralidad de dioses, pues descubrirían
que ellos mismos, si son fieles a su escritura, son politeístas. La palabra “Elohim”
tal como se emplea en los primeros capítulos del Gé nesis, y que ha sido traducida
como Dios, es una palabra plural, masculino-femenina, que designa a cierto
nú mero de dioses andró ginos y no a una Suprema Deidad.
Tambié n comprenderían que Adá n no fue un hombre sino una especie, una raza de
criaturas, y que el Jardín del Edé n no estaba en el Asia Menor.
Pero, aunque algunos hombres supieran que estas cosas son verdaderas, una gran
parte de la humanidad todavía las rechazaría, porque no concuerdan con las
tradiciones aceptadas y veneradas no por ciertas, sino por haber sido admitidas
durante generaciones.
Ellos coronarían sus descubrimientos al darse cuenta de que la Tierra de
Promisió n de todas las naciones es el cuerpo humano, y que é sta es la tierra santa
consagrada a los dioses.
Comprenderían que sus propios cuerpos son los Santos Sepulcros, que tanto
tiempo han permanecido en manos de los infieles, y que no hay infiel de raza
alguna la mitad de malvado que el que mora en el corazó n del mismo hombre; que
no hay enemigo mayor de la fe que la propia naturaleza inferior individual; ni
Judas compararle al egoísmo, ni traidor como la ignorancia, ni tirano como el
orgullo, ni Mar Rojo que deba ser cruzado como el que comprende la naturaleza
emocional del hombre, que brota de los rojos centros creadores de sangre en el
hígado humano.
Si los teó logos modernos pudieran ver el antiguo maniquí sobre el altar,
comprenderían claramente todo esto, pero como no saben que existe una doctrina
secreta, no la buscan.
Sin embargo, ¿quié n puede leer el Libro de Ezequiel o la Revelació n y no darse
cuenta de que el bien amado discípulo Juan, trascendiendo a todos los demá s en su
visió n, fue indudablemente exaltado o “elevado”, como podría decir el masó n
moderno, y contempló el fasto de los Misterios?
Las alegorías de San Juan son extraídas de todas las religiones de la antigü edad.
El drama que é l desarrolla en la Revelació n es sinté tico y, por consiguiente,
verdaderamente cristiano, porque incluye las grandes enseñ anzas de todas las
edades.
Algunos creen que Dios no ha querido que el hombre comprendiera el misterio de
su propio destino, pero permítasenos recordar aquellas inmortales palabras: “No
hay nada oculto que no será revelado, ni nada escondido que no será dado a
conocer”. Si esto es cierto, emprendamos la tarea de resolverlo, revelarlo o
reconstruirlo.
Tras las huellas de los iluminados de todas las é pocas, nosotros tambié n
descubriremos la verdad si continuamos el ascenso por las escaleras en espiral por
las que han subido los aspirantes de todas las naciones y religiones, dejando
marcados sus pasos en las piedras.
El espíritu del hombre es un pequeñ o anillo de fuego invisible del cual emergen
corrientes y rayos centelleantes de fuerza. Por un proceso místico, estos rayos
construyen cuerpos en torno de ese germen central informe, y el hombre mora en
el medio de esos cuerpos, goberná ndolos mediante ondas de energía en una forma
muy difícil de apreciar a menos de estar familiarizados con la constitució n oculta
del hombre.
Este anillo de fuego invisible es el fuego eterno, la chispa de la Rueda Infinita, sin
nacimiento ni muerte, centro eterno que incluye dentro de é l mismo todo lo que ha
sido, todo lo que es y todo lo que perpetuamente será .
Este gérmen mora, en el estado llamado Eternidad, porque para esta chispa
inmortal el tiempo es ilusorio, la distancia no existe, la alegría y la tristeza son
desconocidas, porque en lo concerniente a su funció n y conciencia todo lo que
puede decirse es que ES.
Mientras las demá s cosas vienen y van É L ES.
Este germen de inmortalidad entra en el embrió n en el momento de la vivificació n
y sale al producirse la muerte. Con su venida se genera el calor; con su partida, el
calor desaparece.
Así como la llameante esfera del Sol se encuentra en el centro del sistema solar,
este flamígero anillo del espíritu está en el medio de los cuerpos del hombre. Es el
fuego del altar que jamá s se extingue y a cuyo servicio se han consagrado los
sabios de todas las naciones, porque en esta llama reside toda perfecció n y la
posibilidad del logro definitivo.
Esta llama se manifiesta en individualidades y personalidades, pero, las esencias
extraídas de la experiencia, inteligencia y actividad acumuladas en dichas
individualidades y personalidades son finalmente absorbidas por esta llama,
suministrá ndole el combustible con el cual luce y arde má s brillantemente.
De este fuego ú nico del altar se encienden todos los fuegos del cuerpo humano,
igual que las innumerables llamas que han sido originadas por los fuegos sagrados
de los Parsis.
Comparad el llameante espíritu del hombre con la llama de una vela. Primero, en el
centro de la vela, junto al pabilo, se ve un resplandor azul casi incoloro.
Alrededor de é ste hay un anillo de luz dorada, y má s hacia la periferia, rodeando la
parte amarilla, se produce una llama de color anaranjado oscuro o rojo ladrillo,
que despide má s o menos humo.
Estas tres luces - azul, amarilla y rojiza - está n estrechamente relacionadas con la
llama del hombre, porque hay una azul, que da luz sin combustible, y una amarilla,
alimentada por ó leo puro, que arde con firme fulgor sin producir humo.
Despué s hay una llama roja, que consume combustible má s basto.
A é sta se la denomina el fuego aniquilador de los antiguos, porque en el cuerpo
humano la llama azul es el fuego del espíritu aspirante y trascendente.
La llama amarilla es la clara y ardiente luz de la razó n que ilumina la mente y
alumbra la oscuridad de la noche, mientras que la llama roja es la falsa luz, el fuego
de la pasió n y la lujuria.
É sta es humeante como el campo de batalla, en que los odios y temores se elevan
juntos en un bullir, llama rojo-ladrillo que es una mortaja espeluznante.
É stos son los tres fuegos: el fuego de la divinidad, el fuego de la humanidad, el
fuego de los demonios. Los tres está n encerrados dentro de la naturaleza humana,
de donde su brillo sale afuera como la sagrada palabra trisilá bica mediante la cual
se crearon los cielos, se formó la Tierra y se destruyeron las obras del mal.
Los discípulos de la Antigua Sabiduría sabían que, en la alborada de este esquema
terrestre, ciertas instrucciones fueron depositadas en lugares seguros por los Hijos
de la Aurora, o como nosotros los llamamos, los Dioses, quienes despué s de
haberse asegurado de que estas doctrinas quedarían preservadas para la salvació n
final de la raza, penetraron en la constitució n del hombre y perdieron su identidad.
Por esta razó n se dice que el Reino de los Cielos está dentro de nosotros, porque é l
incluye al Padre Divino, su Trinidad y sus serafines, querubines, poderes,
dominaciones, principados, tronos, á ngeles y arcá ngeles.
Cada una de estas criaturas celestiales ha aportado algo a la naturaleza del
hombre. Por medio del poder de uno, siente; por el poder de otro, ve; a travé s del
poder de un tercero, habla; gracias al poder de un cuarto, comprende; por el poder
del Padre Divino, es inmortal; por el poder de la Trinidad, es triple en su
constitució n - espiritual, intelectual y física - por medio del poder de los serafines,
le fueron dados los grandes fuegos, mientras que por el de los querubines obtuvo
su forma compuesta.
De ahí que estos espíritus esté n confinados dentro de su propia naturaleza hasta
que el hombre haya logrado elevarla al punto en que libere a esos poderes
có smicos dá ndoles una expresió n adecuada y dejando de limitarlos o esclavizarlos
má s con su propia ignorancia y perversió n.
En realidad, el Reino de los Cielos está dentro del hombre mismo, mucho má s de lo
que é l imagina; y así como el cielo está en su propia naturaleza, así tambié n la
tierra y el infierno se encuentran en su constitució n, porque los mundos
superiores circunscriben e incluyen a los inferiores, y la tierra y el infierno está n
incluidos dentro de la naturaleza del cielo.
Como hubiera dicho Pitá goras: “Los mundos superiores e inferiores está n
comprendidos dentro del á rea de la Esfera Suprema." Así todos los reinos de la
naturaleza terrestre, minerales, vegetales, animales y su propio espíritu humano,
está n incluidos en su cuerpo físico y é l mismo ha sido designado espíritu guardiá n
del reino mineral, siendo responsable ante las jerarquías creadoras del destino de
las piedras y los metales.El mundo infernal es tambié n una parte de é l mismo,
porque dentro de su naturaleza se encuentran Lucifer, la Bestia de Babilonia,
Mammon, Belzebú y todas las otras furias infernales.
En la base de su espina dorsal arde un fuego infernal, y el Sá bath de las Brujas, tan
esplé ndidamente descripto por Eliphas Levi, puede ser seguido hasta su origen en
los centros emocionales inferiores del cuerpo humano.
Así el hombre es en sí mismo cielo, tierra e infierno, y su salvació n es un problema
mucho má s personal de lo que é l imagina. Sentado que el cuerpo humano es una
masa de centros psíquicos, que durante la vida esa estructura es cruzada por
incesantes corrientes de energía y que a travé s de toda su constitució n se
encuentran vó rtices de fuerza elé ctrica y poder magné tico, el hombre puede ser
contemplado, por aqué llos que saben có mo verlo, como un sistema solar
compuesto de estrellas y planetas, soles y lunas, con cometas que giran en ó rbitas
irregulares a travé s de ellos.
Y así como se supone que la Vía Lá ctea es un embrió n có smico gigantesco, así
tambié n el hombre mismo es una galaxia, cada una de cuyas estrellas se convertirá
en constelació n algú n día.A dondequiera que dirijamos la mirada, encontramos la
vida.
En cualquier lugar que hallemos la vida, descubrimos la luz, porque en medio de
todas estas cosas vivientes hay tenues chispas de esplendor inmortal. Aqué llos
cuyos ojos está n encadenados por las limitaciones, terrenas, só lo ven las formas,
pero para los que pueden trascender la materialidad, cada vida aparece como un
destello de inmortal brillantez. Hasta la misma atmó sfera está llena de luces, y el
clarividente cruza, a travé s de esferas de llama.
Hay luces de miles de colores y matices irisados que sobrepasan en brillantez la
luminosidad del Sol, luces mil veces má s variadas que las del espectro que
conocemos, colores ni siquiera soñ ados, luces tan brillantes que no pueden ser
vistas sino sentidas como repiques sonoros en la cabeza; unas, luces que deben ser
oídas, y otras, como só lidas columnas de fuego que deben ser sentidas. A
dondequiera el vidente dirija la mirada, contempla fuego.
Surge de la piedra; relampaguea en estrellas geomé tricas desde los pé talos de las
flores y se irradia en ondas desde la piel de los animales. Rodea al hombre con una
aureola brillante y a la tierra con el halo de un arco iris cuyas franjas se extienden
por millas desde su superficie.
El fuego irradia luz hacia arriba a travé s de la superficie de la Tierra; envía luz
hacia abajo desde el inmenso espacio; irradia luz hacia afuera desde el centro de
todas las cosas y hacia adentro desde la circunferencia de cada cosa.¿Es extrañ o
que este viviente esplendor universal fuera dorado?
Es el símbolo humano má s perfecto de Dios, porque esta luz es la manifestació n
primaria del Eterno Inmanifestado.Este fuego eterno, que arde sin combustible en
el alma de todas las cosas, ha sido desde el comienzo de los tiempos el símbolo má s
sagrado en todo el mundo, porque si bien las imá genes de madera o piedra, los
cuadros sobre lienzo y aun los cantos son má s o menos expresiones de la forma, el
lado físico de la Naturaleza, esta luz radiante, este esplendor flamígero, simboliza
el espíritu, la vida, el germen inmortal encerrado en el corazó n de la forma.
Estaba consagrado a la Deidad Superior y todos lo adoraban y le hacían ofrendas.
Era la causa, y los hombres adoraban la causa, intentando mediante la secreta
cultura legada a travé s de las edades y basada en las enseñ anzas de los mismos
dioses, que la luz brillara má s intensamente desde el interior de ellos mismos.
É ste es el origen del simbolismo de la luz y el fuego.
La luz no só lo es sagrada porque dispersa las tinieblas en las que se esconden
todos los enemigos de la vida humana.
Es tambié n sagrada porque es el vehículo de la vida. Esto lo evidencia el efecto de
la luz solar sobre la vida vegetal, animal y humana. La luz es tambié n el vehículo
del color, pues el Sol es quien imparte a toda materia terrestre su color.
Es igualmente el vehículo del calor, y segú n la antigua sabiduría, lleva consigo el
esperma de todas las cosas, procedente del Sol. A travé s de la luz tambié n pasan
todos los impulsos del Gran Hombre.
De acuerdo con los Misterios, Dios gobierna Su universo por medio de impulsos de
inteligencia que É 1 proyecta mediante rayos de luz visibles o invisibles. Esta luz
desempeñ a en el universo el mismo papel que el sistema nervioso en el cuerpo.
Pitá goras dijo que “el cuerpo de Dios está compuesto por la substancia de la luz”.
Donde hay luz está Dios. El que adora a la luz, adora a Dios. El que sirve a la luz,
sirve a Dios.
¿Qué símbolo má s adecuado podría concebir el hombre del eterno y latente Padre
Divino que el viviente, vibrante y radiante fuego?
El fuego es el má s sagrado de todos los elementos y el má s remoto de todos los
símbolos. Siendo así, los antiguos no dejaban de tener razó n cuando adoptaron el
fuego, o la luz, como su símbolo supremo y eligieron como emblema de la luz
universal la gloria central del Sol.
Al hacerlo así, se convirtieron no en adoradores del Sol, sino en adoradores de Dios
tal como É l se manifiesta mediante la luz de la verdad.Los filó sofos del fuego
adoraban tres luces - la luz del sol, de la Tierra y la del alma -, siendo esta ú ltima la
luz que hay en el hombre y que ellos creían sería finalmente reabsorbida en la
Divina luz, de la que se encontraba temporalmente separada por los muros de la
prisió n de la naturaleza inferior del hombre.
Los Misterios de todas las é pocas estuvieron dedicados a facilitar la reunió n de esa
pequeñ a luz con la Gran Luz, su Padre y Fuente. Para los Gnó sticos, Cristo fue la
incolora Luz Divina que asumió la forma de un radiante esplendor (la Verdad),
atendiendo así a las necesidades de la pequeñ a luz que luchaba por expresarse en
el alma de cada criatura humana.
Esta Divina luz entraba en la luz de la Naturaleza y, fortalecié ndola, ayudaba a
vitalizar todas las cosas vivientes.
La luz que existe en el hombre, el Dios en miniatura, era salvada - o mejor dicho,
liberada - por medio de un proceso llamado regeneració n.
El mé todo secreto usado para lograr esta regeneració n sin tener que seguir el
largo sendero en espiral del progreso evolutivo, fue el grande y supremo secreto
de los Misterios, revelado ú nicamente a aqué llos que habían demostrado ser
merecedores de poseer el poder de la vida y de la muerte.
Estos Misterios han sido perpetuados hasta nuestros días por la
Francmasonería.La Orden Masó nica está basada en las Escuelas Secretas de la
antigü edad pagana, muchos de cuyos símbolos han sido preservados hasta
nuestros días en los diversos grados de la Logia Azul y del Rito Escocé s.
Respecto al origen del termino “Francmasó n”, que constituye en sí mismo una
clave de las doctrinas de la Orden, Robert Hewitt Brown, Grado 32, escribe:
“Mucho antes de la construcció n del Templo del rey Salomó n, se conocía a los
masones con el nombre de Hijos de Luz.
La Masonería era practicada por los antiguos bajo el nombre de Lux (luz), o su
equivalente en los diversos idiomas de la antigü edad. Hemos sido informados por
varios autores eminentes de que la palabra Masonería es una corrupció n del
termino griego Mesouraneo, que significa “yo estoy en el medio del cielo”,
aludiendo al Sol, el cual, “encontrá ndose en el medio del cielo”, es la gran fuente de
luz. Otros la derivan directamente del antiguo egipcio Phre, el Sol, y Mas, un hijo, o
sea Phre- Massen - Hijos del Sol o Hijos de la Luz.
”El verdadero secreto de la regeneració n del fuego en el alma humana es revelado
por el ritual del tercer grado de la Logia Azul, bajo la alegoría de la muerte de
Hiram Abiff.
El nombre Hiram está , como ya se ha hecho notar, estrechamente relacionado con
el elemento fuego. Su descendencia directa de Tubal-Caín, el primer gran artesano
en metales mediante el uso del fuego, relaciona aú n má s a este diestro operario
con la inmortal llama de vida en el hombre.
En su obra Secreta Societies of All Ages (“Las Sociedades Secretas de todas las
é pocas”), Charles W. Heckthorne expone una antigua leyenda cabalística referente
a la relació n de la primitiva Masonería con la adoració n del fuego.
Segú n esta leyenda, Hiram Abiff no era descendiente de Adán o Jehová , como los
hijos de Set, sino de má s noble estirpe, porque por sus venas corría el fuego de
Samael, uno de los Elohim. Ademá s, hay dos clases de hombres en el mundo: los
que tienen aspiraciones y los que no las tienen. Aquéllos sin aspiraciones son los
hijos de Set, verdaderos hijos de la Tierra, que se apegan a su madre con tenacidad,
siendo Terrenalidad la palabra clave de su naturaleza.Hay otra raza, la de los Hijos
del Fuego, descendiente de Samael, el regente del fuego.
Estos hijos de la llama está n siempre animados por la ambició n y la aspiració n. Son
los constructores de ciudades, los que erigen monumentos, los conquistadores de
mundos, los precursores, los que trabajan los metales, verdaderos hijos de la llama
eterna.
Sus almas son vehementes y tempestuosas, y la Tierra para ellos es una carga,
Jehová no contesta sus sú plicas, porque ellos son hijos de otra estrella. La
Aspiració n es la nota clave de sus naturalezas, y muchas veces ellos resurgen como
nuevos Fé nix, de las cenizas del fracaso.
Jamá s descansan, como el elemento del cual forman parte: andan errantes sobre la
faz de la Tierra, con los ojos fijos en la flamígera estrella de la cual vinieron.
Esta diferencia fundamental es claramente visible en la vida diaria.
Algunos está n siempre contentos; otros, jamá s llegan a la meta. Unos son los Hijos
del Agua, los guardianes del rebañ o; otros son los Hijos del Fuego, los
constructores de ciudades.
Un grupo es conservador, el otro es progresista. Uno es el rey, el otro el sacerdote.
Pero dentro de la naturaleza de todas las cosas vivientes coexisten los Hijos del
Fuego y los Hijos del Agua.
En las Sagradas Escrituras, a los nacidos de la llama se los denomina Hijos de Dios,
y los nacidos del agua son llamados Hijos de los Hombres, porque el nacido de la
llama es la divinidad en el hombre y el nacido del agua es la humanidad en el
hombre.
Estos dos hermanos son enemigos mortales, pero en los Misterios se les enseñ aba
a cooperar el uno con el otro, y está n simbolizados en la Francmasonería por el
á guila de dos cabezas del Grado 33.
Segú n la antigua sabiduría, llegará un tiempo en que el hombre tendrá dos
sistemas espinales completos, ambos igualmente desarrollados, y su vida estará
gobernada por dos poderes que trabajará n juntos y en armonía.
Para expresar esto, los antiguos alquimistas simbolizaron esta realizació n con una
figura bicé fala, una de cuyas cabezas era masculina y la otra femenina. El
hermafrodita Ishwar, el señ or planetario de los Brahmanes, tiene la mitad derecha
del cuerpo masculina y la izquierda femenina, para simbolizar así que é l es el
arquetipo de la raza humana final.
El hombre, una vez que sea positivo y negativo a la vez, no se reproducirá má s
como actualmente.Uno de los antiguos Misterios enseñ aba que el fin de todas las
cosas es igual a su principio má s la experiencia del ciclo, y algú n día la raza
humana dará nacimiento a sus nuevos cuerpos por propia generació n, como lo
hacen todavía ciertos animales primitivos.
Entonces, indudablemente, el hombre será su propio padre y su propia madre,
completo en sí mismo.
La iniciació n hace posible este proceso en el hombre mucho antes de lo que
permitiría el curso natural de la evolució n humana.
Tal es el verdadero misterio de Melquisedec, rey de Salem, el rey sacerdote
(sacerdote, agua; rey, fuego), que fue su propio padre y su propia madre y
cuyas huellas siguen todos los iniciados.
Só lo la má s elevada de todas las ó rdenes ocultas que existen ú nicamente en el
mundo interno puede ser llamada “Orden de Melquisedec”, aunque en otras
naciones tenga otros nombres.
Esta Orden está compuesta internamente por los graduados de otras Escuelas de
Misterios que hayan alcanzado ya ese punto en que les es posible darse nacimiento
a si mismos de sus propias naturalezas, al igual que la misteriosa ave Fé nix, la cual,
al morir, deja salir de adentro de sí misma otra ave que sale volando.
El ave Fé nix era considerada antes como una verdadera rareza zooló gica, pero
ahora se sabe que jamá s existió , salvo como símbolo de un elevado estado de
desarrollo del hombre.
Ademá s, construía su nido con llamas, lo que es extraordinariamente
significativo.La secreta Orden de Melquisedec no podrá jamá s aparecer en el
mundo físico mientras la humanidad esté constituida de acuerdo con su presente
esquema.
Es la suprema Escuela de Misterios, y só lo unos pocos han alcanzado ese punto en
que se han unido sus naturalezas humana y divina tan perfectamente que han
llegado a ser simbó licamente bicé falos.
Hay que conseguir el perfecto equilibrio del corazó n y de la mente antes que el
verdadero pensar o la verdadera espiritualidad puedan ser logrados.
La funció n má s elevada de la mente es la razó n; la funció n má s elevada del corazó n
es la institució n. Un proceso sensitivo no necesita del trabajo normal de la mente.
La razó n sola es fría; el sentimiento solo carece de razó n, pero ambos juntos
atemperan la justicia con la misericordia y la benevolencia con la fortaleza.
El espíritu no es masculino ni femenino, sino ambas cosas a la vez: una entidad
andró gina. La manifestació n perfecta del espíritu andró gino debe ocurrir a travé s
de un cuerpo andró gino que se genere a sí mismo.
Pero muchos millones de añ os deberá n pasar antes que la raza humana aprenda
las lecciones de polarizació n suficientemente bien como para asumir esta nueva
naturaleza con inteligencia.
Ese día todo estará completo por sí mismo.
El entendimiento estará maduro y será de tal profundidad y amplitud que no
podría manifestarse en un organismo masculino o femenino aisladamente.
Tal es el misterio del rey-sacerdote y tal fue la posició n que Jesú s alcanzó
cuando fue llamado por siempre sacerdote segú n la Orden de Melquisedec.
Todo esto se encuentra simbolizado en los emblemas del Grado 33 de la
Francmasonería.Cuando se lo considera clarividentemente, el cuerpo del hombre
semeja un gran ramo de flores, porque en toda su forma física se encuentran
grupos como pé talos de emanantes rayos de fuerza de diferentes formas y colores.
Hay uno de estos centros misteriosos en la palma de cada mano y en la planta de
cada pie.
Casi todos los ó rganos vitales tienen radiantes vó rtices remolineantes de luz como
bases espirituales. Estas flores girantes y vibrantes son centros ocultos
extremadamente importantes. Cada uno de ellos puede, bajo ciertas condiciones
ayudar al hombre a conseguir una mayor amplitud de conciencia.
Es posible ver con la palma de las manos o la planta de los pies.
En realidad, el hombre llegará a ver finalmente con todas las partes de su cuerpo.
Un símbolo de esta condició n final fue preservado en los Misterios Egipcios, en la
figura de Osiris, a quien suele representá rsele sentado en un trono y con el cuerpo
enteramente formado por ojos.
El dios griego Argos fue tambié n famoso por su habilidad para ver con las
diferentes partes de su cuerpo.
Los buddhas orientales son simbolizados a menudo con dibujos geomé tricos en la
palma de las manos y la planta de los pies. Las famosas huellas de Buddha,
marcadas en la piedra, tienen un Sol en miniatura frente al taló n de cada pie.
Algunos de los artistas japoneses del jiu-jitsu dominan la ciencia secreta de estos
misteriosos centros nerviosos, aunque este conocimiento ha sido ocultado por la
mayoría de esos luchadores.
En el Japó n existen dibujos en los que se muestra la posició n exacta de estos
centros sagrados. La má s ligera presió n sobre alguno de ellos paraliza el cuerpo
entero, tan grande es su dominio sobre el resto del sistema nervioso.
Tambié n se enseñ a a los expertos en jiu-jitsu có mo se puede resucitar a una
persona que esté muerta por medio de presiones producidas en determinados
puntos de las vé rtebras superiores de la espina dorsal.
Este mé todo da resultado en casi todos los casos, aú n despué s que otros han
fracasado.
Los vó rtices de abigarradas luces del cuerpo constituyen los capullos de los lotos
sagrados de la India y de Egipto, y las rosas de los Rosacruces.
Son tambié n las cuentas inmortales del Bhagavad Gitá , ensartadas en un solo hilo.
A travé s de estos centros entraron los clavos de la crucifixió n.
La crucifixió n encierra el secreto de como abrir los centros de las manos, pies,
costado y cabeza. Los tres clavos que realizaron esta obra han sido preservados en
la Francmasonería como los tres principales dignatarios de una Logia y como los
tres asesinos de Hiram Abiff.
El Osiris indio-mexicano, llamado príncipe Coh, murió de tres heridas inflingidas
por sus enemigos, y su corazó n fue encontrado en una urna por Augustus Le
Plongeon, que pasó muchos añ os investigando las antigü edades centroamericanas.
La relació n entre estos centros sagrados y las joyas de la placa pectoral del Sumo
Sacerdote de Israel no debe ser olvidada, porque ambos símbolos tienen un
significado similar.
La parte má s sagrada del cuerpo humano es el cerebro y el sistema espinal,
reverenciado desde la antigü edad y simbolizado una y otra vez en todas las
religiones del mundo.
Mientras otras partes del cuerpo son de gran interé s para el estudiante, la
obra misteriosa de los fuegos espinales, mediante los cuales es lograda la
liberació n, es tan formidable, que hay que emplear muchos añ os aú n en
comprender los principios fundamentales. La espina dorsal es la vara que
floreció , el Arbol Yggdrazil, la espada flamígera, el bá culo de apoyo, la vara del
Mago.

Buscadores de la Verdad

Algunos siempre encuentran motivos para quejarse


Los fatigados miembros de una caravana llegaron por fin a un oasis y se
dispusieron a descansar. A los diez minutos, y en medio del silencio, oyeron una
voz que lastimosamente decía:
-¡Qué sed tengo! ¡Qué sed tengo!
El jefe de la caravana mandó a un hombre a ver que ocurría. A su regreso dijo:
-Es sólo un viajero que también trata de descansar pero no puede por la sed.
-Dadle agua -ordenó el jefe-, así podremos descansar todos.
El enviado llevó un odre de agua al sediento, que éste bebió con deleite.
Pasados otros diez minutos, y de nuevo en medio del silencio de la noche se
escuchó la misma voz quejumbrosa:
-¡Qué sed tenía! ¡Pero qué sed tenía!
Omraam Mikhaël Aïvanhov - Español

Libros sagrados y Ciencia Iniciática (4/9)


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Creen que sólo existen bibliotecas en la tierra: la de ustedes, la de sus allegados, o


bien las bibliotecas públicas a las que podéis ir a leer o a pedir prestados libros.
Pues no, sepan que existen otras bibliotecas, con otros libros que también pueden
consultar. Y estos libros, son todas las grabaciones conservadas en el universo y en
el ser humano, porque todo, hasta el más mínimo acontecimiento, hasta la mínima
palabra, sí, todo se graba.
¡Cuántas veces les he explicado que los fenómenos del mundo físico pueden
ilustrarnos sobre las realidades de los mundos psíquico y espiritual! Escuchan la
radio, miran la televisión: estas emisiones han sido, a menudo, previamente
grabadas, o bien lo son en el momento de su emisión. Así, cada cadena de radio y
de televisión posee sus archivos que pueden ser consultados en todo momento y
revelar lo que ha sido realmente dicho o mostrado.
Al llegar a poner a punto aparatos capaces de grabar imágenes y sonidos, los
humanos han dado pruebas de un gran ingenio. Pero la naturaleza, también ella
hace grabaciones ¡desde el origen del universo! Y si estas grabaciones son posibles,
es porque la materia no es inerte e insensible. La materia es sensible, y no sólo es
sensible, sino que está dotada de memoria: todos los acontecimientos que se
producen dejan huellas en las capas profundas de la materia; nada sucede que no
sea grabado, y nada desaparece. Es el ser humano el que todavía no ha
desarrollado los medios de leer o de oír estas grabaciones.
(Continúa...)
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Del libro "La Piedra Filosofal", Izvor 241
http://with-omraam.com/es/category/acceso-a-todo/

Omraam Mikhaël Aïvanhov - Español

¡¡Buenos días!! ¡¡Que tengan un martes luminoso, lleno de paz y amor!!


"Todo lo que se halla a nuestro alrededor nos habla de la presencia de Dios.
Pero para cuánta gente esto no es suficiente: ¡desearían que viniese a presentarse
a ellos en persona! Eh incluso, aun así, no es del todo seguro que esto les bastara.
Miren: ¿qué hay de más presente, de más visible, de más brillante que el sol?
Solamente si permanecemos parapetados detrás de los postigos cerrados, no
sabremos, incluso, que existe. Quien quiere verlo, debe abrir, al menos, una
ventana, porque el sol no tratará de imponerse atravesando las paredes y los
postigos.
Del mismo modo, para descubrir la presencia de Dios, debemos abrir en nosotros,
al menos, un pequeño tragaluz.
Sí, somos nosotros los que debemos hacer algo y no Dios. Dios ya hace lo que debe
hacer: está aquí, es suficiente.
A nosotros nos corresponde procurar alcanzar este grado de conciencia superior
que nos revelará su presencia. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Pensamiento Diario: 12 de mayo de 2012
http://with-omraam.com/es/category/acceso-a-todo/

MON Cuarto Camino-Gurdjieff


https://web.facebook.com/notes/mon-cuarto-camino-gurdjieff/los-guardianes-del-
umbral-y-el-razonamiento-activo-el-amor-propio-gi-gurdjieff/1765481976808609/

LA LIBERTAD.
LA DESTRUCCIÓN DE LOS "GUARDIANES DEL UMBRAL".
(G.I. Gurdjieff).

La libertad de la que hablamos acá, es la que constituye la meta de todas las


escuelas y de todas las religiones de todos los tiempos.
Todo el mundo quiere esta libertad, e incluso se esfuerza, por conseguirla; pero
nunca se puede alcanzar sin antes haber alcanzado el primer tipo de libertad, que
llamaré ‘Libertad Menor’.
La "Libertad Mayor" es nuestra liberación de todas las influencias que actúan
desde el exterior. La "Libertad Menor" es nuestra liberación de todas las
influencias que actúan dentro de nosotros mismos.
De partida la Libertad Menor es muy grande, ya que no está sujeta a nuestra
dependencia de las influencias externas.
Las influencias internas, que producen nuestra esclavitud interior, proceden de
muchos orígenes distintos.
O sea, que hay un gran cúmulo de factores independientes que hacen que un
hombre se convierta, interiormente, en un esclavo. Estas influencias son distintas
para cada persona.
En unos casos es una la más fuerte y en otros casos es otra. Pero, en todos sin
excepción, hay tantos factores de esclavitud que, si tuviéramos que luchar con cada
uno de ellos separadamente, y liberarnos de ellos uno a uno, se requeriría tanto
tiempo que la mitad de la vida no sería suficiente.
Por lo tanto, debemos encontrar unos medios o un método de trabajo que nos
permita destruir simultáneamente el mayor número posible de "enemigos" que
hay dentro de nosotros, que originan esas influencias que producen la esclavitud.

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