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RESUMEN - Pulsion y Destinos de Pulsiones 1915
RESUMEN - Pulsion y Destinos de Pulsiones 1915
Concepto de PULSIÓN:
Desde la fisiología:
● Proporcionó el concepto del estímulo y el esquema reflejo: un estímulo aportado al
tejido vivo (sustancia nerviosa) desde fuera es descargado hacia afuera mediante una
acción. Acción que sustrae a la sustancia estimulada de la influencia del estímulo.
● Se podría subsumir el concepto de pulsión bajo el de estímulo: la pulsión sería un
estímulo para lo psíquico.
OM
● No ha de equiparar pulsión y estímulo psíquico. Para lo psíquico existen otros
estímulos que los pulsionales: se comportan similar a los estímulos fisiológicos
● Ejemplo de estímulo pulsional: sentir sequedad en la mucosa de la garganta o acidez
en la mucosa estomacal.
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Provienen del interior del propio organismo.
Opera diversamente sobre el alma. Se requieren diferentes acciones para eliminarlo.
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La pulsión actúa como fuerza constante. No ataca desde fuera. La huida no vale de nada
contra ella.
Llama necesidad al estímulo pulsional. Lo que cancela la necesidad es la satisfacción. La cual
se puede alcanzar mediante una modificación, apropiada a la meta (adecuada), de la fuente
LA
interior de estímulo.
Estímulo :
Opera de un solo golpe, choque momentáneo. Y se puede despachar con una única acción
adecuada. Se la puede discernir en la huida motriz ante la fuente de estímulo.
FI
OM
Se atiene a la siguiente hipótesis (imprecisa) hasta que pueda aclarar la índole del vínculo
entre placer-displacer y las oscilaciones de las magnitudes de estímulo que operan en la vida
anímica:
● Se halla que la actividad del aparato psíquico está sometida al principio de placer:
está regulada automáticamente por las sensaciones placer-displacer. Entonces, será
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difícil rechazar otra premisa, es decir, que esas sensaciones reflejan el modo en que
se cumple el dominio (por parte del SN) de los estímulos.
● En este sentido: el sentimiento de displacer tiene que ver con un incremento del
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estímulo y el de placer con su disminución.
decurso de los procesos anímicos es regulado por el principio de placer. Creen que en todos los
casos lo pone en marcha una tensión displacentera y después adopta tal orientación que su
resultado final coincide con una disminución de aquella, esto es con una evitación de displacer o
una producción de placer.
● En “El problema económico del masoquismo” Freud plantea que los 2 principios no
pueden ser idénticos ya que hay estados de tensión creciente que son placenteros
(excitación sexual) y prosigue que la cualidad placentera o displacentera de un estado
puede ser relativa a la característica temporal (o ritmo) de los cambios en la cantidad de
excitación presente.
● Concluye: los 2 principios no son idénticos: el principio de placer es una modificación
del principio de Nirvana. Este último atribuido a la “pulsión de muerte” y su
modificación (en principio de placer) se debe a la influencia de la “pulsión de vida” o
libido.
Términos que se usan en conexión con el concepto de pulsión: esfuerzo, meta, objeto, fuente
de la pulsión
El esfuerzo (Dang) de una pulsión es su factor motor, la suma de fuerza o la medida de la
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exigencia de trabajo que ella representa. Este carácter esforzante es universal de las
pulsiones, y aun su esencia misma.
La meta (Ziel) de una pulsión es la satisfacción que solo puede alcanzarse cancelando el
estado de estimulación en la fuente de la pulsión.
● Esta meta es invariable para toda pulsión pero los caminos que llevan a ella pueden
ser diversos. Para una pulsión se presentan múltiples metas más próximas o
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intermediarias, que se combinan entre sí o se permutan unas por otras.
● Se habla también de pulsiones “de meta inhibida” en el caso de procesos a los que se
permite avanzar un trecho en el sentido de la satisfacción pulsional pero después
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experimentan una inhibición o una desviación. En tales procesos va asociada una
satisfacción parcial.
El objeto (objekt) de la pulsión es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta.
● Es lo más variable en la pulsión, no está enlazado originariamente con ella, sino que
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más importantes.
● Que el mismo objeto sirva simultáneamente a la satisfacción de varias pulsiones
(Según Adler es el caso del entrelazamiento de pulsiones). Un lazo íntimo de la
pulsión con el objeto se acusa de fijación de aquella. (suele consumarse en períodos
Todas las pulsiones son cualitativamente de la misma índole, y deben su efecto solo a las
magnitudes de excitación que conducen o, quizás, aun a ciertas funciones de esta cantidad.
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primer objeto las psiconeurosis (las llamadas neurosis de transferencia: histeria, n.o), obtuvo
la intelección de que en la raíz de todas esas afecciones se hallaba un conflicto entre los
reclamas de la sexualidad y los del yo.
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● Debido a la trayectoria que ha seguido en su desarrollo el psicoanálisis ha aportado
datos más o menos satisfactorios únicamente sobre las pulsiones sexuales pues
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este grupo pudo ser observado como aislado en las psiconeurosis.
sexuales.
+En su primera aparición se apuntalan en las pulsiones de conservación (de las que poco a
poco se deshacen); también en el hallazgo de objeto siguen caminos que les indican las
pulsiones yoicas.
+Una parte de ellas permanece asociada toda la vida a las pulsiones yoicas, a las cuales
proveen de componentes libidinosos que pasan fácilmente inadvertidos durante la función
normal y solo salen a la luz cuando sobreviene la enfermedad.
+Se singularizan por el hecho de que en gran medida hacen un papel vicario unas respecto
de otras y pueden intercambiar sus objetos (cambios de vía).
+A consecuencia de estas propiedades últimas se habilitan para operaciones muy alejadas
de sus acciones-meta originarias (sublimación).
Circunscribe a las pulsiones sexuales la indagación de los destinos que las pulsiones pueden
experimentar en el curso de su desarrollo. La observación reconoce, como destinos de
pulsión de esa índole (sexuales) los siguientes:
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placer de ver-exhibición.
El trastorno sólo atañe a las metas de la pulsión: la meta activa (martizar, mirar) es
reemplazada por la pasiva (ser martirizado, ser mirado).
El trastorno en cuanto al contenido se descubre en este único caso: la mudanza del amor en
odio.
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● La vuelta hacia la propia persona.
Se hace más comprensible si pensamos que el masoquismo es sin duda un sadismo vuelto
hacia el yo propio, y la exhibición lleva incluido el mirarse el cuerpo propio.
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La observación analítica no deja subsistir ninguna duda en cuanto a que el masoquista goza
compartidamente la furia que se abate sobre su persona, y el exhibicionista, su desnudez.
Lo esencial en este proceso es el cambio de vía del objeto, manteniéndose inalterada la
meta.
● La represión. (no habla de esta aca. capitulo especial)
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ejemplos.
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La concepción del sadismo es perjudicada por la circunstancia de que esta pulsión parece
seguir, junto a su meta general, una acción-meta especial. Junto a la humillación y al
sojuzgamiento, el infligir dolores.
● Según el psicoanálisis el infringir dolor no desempeña ningún papel entre las
acciones-meta originarias de la pulsión.
● El niño sádico no toma en cuenta el infligir dolores, ni se los propone. Pero una vez
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se ha consumada la trasmudación al masoquismo, los dolores se prestan a
proporcionar una meta masoquista pasiva pues se tienen las razones para suponer
que también las sensaciones de dolor, como otras sensaciones displacenteras,
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desbordan sobre la excitación sexual y producen un estado placentero en aras del
cual puede consentirse aun el displacer del dolor.
● Cuando el sentir dolor se convierte en meta masoquista puede surgir retrogresiva
mete la meta sádica de infligir dolores; produciéndose en otro, uno mismo goza de
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Indagación del otro par de opuestos: el de las pulsiones que tienen por meta el ver y el
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Observación para los 2 ejemplos de pulsión considerados:
La mudanza pulsional mediante trastorno de la actividad en pasividad y mediante vuelta
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sobre la propia persona nunca afecta a todo el monto de la moción pulsional.
La dirección pulsional más antigua, activa, subsiste en cierta medida junto a la más reciente,
pasiva, aunque el proceso de la transmudacion pulsional haya sido muy extenso.
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El enunciado correcto acerca de la pulsión de ver seria: todas las etapas de desarrollo de la
pulsión subsisten unas junto a las otras; y esta aseveración se hace evidente si en lugar de
las acciones pulsionales se toma como base del juicio el mecanismo de la satisfacción.
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erupción de lava, la más originaria, prosigue inmutable. La oleada siguiente está expuesta
desde el comienzo a una alteración (x ejemplo la vuelta a la pasividad) y se agrega con este
nuevo carácter a la anterior.
● El hecho de que en esa época tardía del desarrollo se observa, junto a una moción
Freud dice que nos hemos acostumbrado (sin examinar al comienzo el vínculo entre el
autoerotismo y narcisismo) a llamar narcisismo a la fase temprana del desarrollo del yo,
durante la cual sus pulsiones sexuales se satisfacen de manera autoerótica.
● Se debería decir entonces que la etapa previa de la pulsión de ver (en que el placer
de ver tiene por objeto al cuerpo propio) pertenece al narcisismo, es una formación
narcisista.
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Hasta acá solo se examinó los dos opuestos pulsionales conocidos de las pulsiones sexuales.
Los otros componentes de la función sexual más tardía no son muy asequibles para
examinar. Solo se puede decir que actúan de modo autoerótico osea su objeto se eclipsa
tras el órgano que es su fuente y por lo común coincide con este último.
● El objeto de la pulsión de ver es también primero una parte del cuerpo propio, no
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obstante no es el ojo mismo.
● En el sadismo, el órgano fuente, que es probablemente la musculatura capaz de
acción, apunta directamente a un objeto otro, aunque se sitúe en el propio cuerpo.
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● En las pulsiones autoeróticas el papel del órgano fuente es decisivo. Federn y Jekels
dicen: forma y función del órgano determinan la actividad o pasividad de la meta
pulsional.
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propias pulsiones. Esta oposición luego se fusiona con la medida masculino y femenino.
Estas 3 polaridades del alma entran en enlaces recíprocos. Existe una situación psíquica
originaria en que 2 de ellas coinciden.
● El yo se encuentra originariamente, al comienzo de la vida anímica, investigando por
pulsiones, y es en parte capaz de satisfacer sus pulsiones en sí mismo. Llama
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narcisismo a ese estado, y autoerótica a la posibilidad de satisfacción.
● El mundo exterior, en esa época, no está investido con interés (en general) y es
indiferente para la satisfacción. En ese tiempo el yo-sujeto coincide con lo
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placentero, y el mundo exterior, con lo indiferente (y eventualmente, en cuanto
fuente de estímulos, con lo displacentero)
● Si por ahora definimos el amar como la relación del yo con sus fuentes de placer,
entonces la situación en que solo se ama a sí mismo y es indiferente al mundo
LA
*En la pág.128 Freud enumera los opuestos del amar: odiar, ser amado, indiferencia. En
este párrafo y en pg.131-34 adopta otro orden: indiferencia, odiar, ser amado.
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puede menos que sentir x un tiempo como displacenteros ciertos estímulos pulsionales
interiores.
● Bajo el imperio del principio de placer se consuma dentro de él un ulterior
desarrollo. Recoge los objetos ofrecidos en la medida en que son fuente de placer,
los introyecta y por otra parte expele de sí los que en su propia interioridad es
ocasión de displacer (mecanismo de la proyección).
A partir del yo-realidad inicial, que ha distinguido el adentro y el afuera según una buena
marca objetiva se muda en un yo-placer purificado que pone el carácter de placer por
encima de cualquier otro.
Con el ingreso del objeto en la etapa del narcisismo primario se despliega también la 2
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antítesis del amar: el odiar.
● El objeto es aportado al yo desde el mundo exterior en primer término por las
pulsiones de autoconservación; y no puede desecharse que también el sentido
originario del odiar signifique la relación hacia el mundo exterior hostil, proveedor
de estímulos.
● la indiferencia se subordina al odio, a la aversión. Lo exterior, el objeto , lo odiado,
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habían sido idénticos al principio. Si más tarde el objeto se revela como fuente de
placer es amado pero también incorporado al yo, entonces para el yo-placer
purificado el objeto coincide nuevamente con lo ajeno y lo odiado.
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Así como el par amor-indiferencia refleja yo-mundo exterior. La 2da oposición amor-odio,
reproduce la polaridad placer-displacer, enlazada con la primera.
● luego de que la etapa purament narcsisita es rlavada por la etapa del objeto, placer y
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proposito de aniquilarlo,
Que una pulsion “odie” a un objeto suena extraño, y se cae en la cuenta de que los vínculos
de amor y de odio no son aplicables a las relaciones de las pulsiones con sus objetos, sino
que están reservados a la relación del yo-total con los suyos.
● De los objetos que sirven para la conservación del yo no se dice que se los ama; se
destaca que se necesita de ellos y tal vez se expresa la injerencia de una relacion de
otra índole empleando giros que indican un amor muy debilitado: me gusta, lo
aprecio.
La división entre pulsiones yoicas y pulsiones sexuales que hemos impuesto a nuestra
psicología está acorde con el espíritu de nuestro lenguaje.
● Si no solemos decir que la pulsión sexual singular ama a su objeto, y en cambio
hallamos que el uso más adecuado de la palabra «amar» se aplica al vínculo del yo
con su objeto sexual
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● esta observación nos enseña que su aplicabilidad a tal relación sólo empieza con la
síntesis de todas las pulsiones parciales de la sexualidad bajo el primado de los
genitales y al servicio de la función de la reproducción.
● El yo odia, aborrece y persigue con fines destructivos a todos los objetos que se
constituyen para él en fuente de sensaciones displacenteras, indiferentemente de
que le signifiquen una frustración de la satisfacción sexual o de la satisfacción de
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necesidades de conservación
Amor y odio no mantienen una relación simple. No han surgido de la escisión de algo común
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originario, sino que tienen orígenes diversos y cada uno ha recorrido su propio desarrollo
antes que se constituyeran como opuestos bajo la influencia de la relación placer-displacer.
● El amor proviene de la capacidad del yo para satisfacer de manera autoerótica, por la
ganancia de un placer de órgano, una parte de sus mociones pulsionales. Es
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la existencia del objeto como algo separado, y que por tanto puede denominarse
ambivalente.
● En la etapa que sigue, la de la organización pregenital sádico-anal, el intento de
alcanzar el objeto se presenta bajo la forma del esfuerzo de apoderamiento, al que le
es indiferente el daño o la aniquilación del objeto. Por su conducta hacia el objeto,
esta forma y etapa previa del amor es apenas diferenciable del odio.Sólo con el
establecimiento de la organización genital el amor deviene el opuesto del odio.
● El odio es, como relación con el objeto, más antiguo que el amor; brota de la repulsa
primordial que el yo narcisista opone en el comienzo al mundo exterior prodigador
de estímulos. Como exteriorización de la reacción displacentera provocada por
objetos, mantiene siempre un estrecho vínculo con las pulsiones de la conservación
La historia de la génesis y de los vínculos del amor nos permite comprender que tan a
menudo se muestre «ambivalente», es decir, acompañado por mociones de odio hacia él
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mis objeto.
● odio mezclado con el amor proviene, en una parte, de las etapas previas del amar no
superadas por completo, y en otra parte tiene su fundamento en reacciones de
repulsa procedentes de las pulsiones yoicas, que a raíz de los frecuentes conflictos
entre intereses del yo y del amor pueden invocar motivos reales y actuales. En
ambos casos, entonces, ese odio mezclado se remonta a la fuente de las pulsiones de
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conservación del yo.
● Cuando el vínculo de amor con un objeto determinado se interrumpe, no es raro que
lo reemplace el odio, por lo cual recibimos la impresión de que el amor se muda en
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odio.
● superando esa descripción, podemos concebirlo así: en tales casos el odio, que tiene
motivación real, es reforzado por la regresión del amar a la etapa sádica previa, de
suerte que el odiar cobra un carácter erótico y se garantiza la continuidad de un
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vínculo de amor.
Los destinos de pulsión consisten, en lo esencial, en que las mociones pulsionales son
sometidas a las influencias de las tres grandes polaridades que gobiernan la vida anímica.
● De estas tres polaridades, la que media entre actividad y pasividad puede definirse
como la biológica; la que media entre yo y mundo exterior, como la real; y, por
último, la de placer-displacer, como la económica.