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Este documento trata sobre la intolerancia a la lactosa y la evolución humana. Explica que la mayoría de la población carece de la enzima lactasa necesaria para digerir la lactosa en la leche, y que la tolerancia a la lactosa es más común en poblaciones con una larga tradición de consumo de leche. También sugiere que la evolución humana no se ha detenido en los últimos 50,000 años y que los cambios culturales como la ganadería pueden conducir a cambios genéticos en diferentes poblaciones de
Este documento trata sobre la intolerancia a la lactosa y la evolución humana. Explica que la mayoría de la población carece de la enzima lactasa necesaria para digerir la lactosa en la leche, y que la tolerancia a la lactosa es más común en poblaciones con una larga tradición de consumo de leche. También sugiere que la evolución humana no se ha detenido en los últimos 50,000 años y que los cambios culturales como la ganadería pueden conducir a cambios genéticos en diferentes poblaciones de
Este documento trata sobre la intolerancia a la lactosa y la evolución humana. Explica que la mayoría de la población carece de la enzima lactasa necesaria para digerir la lactosa en la leche, y que la tolerancia a la lactosa es más común en poblaciones con una larga tradición de consumo de leche. También sugiere que la evolución humana no se ha detenido en los últimos 50,000 años y que los cambios culturales como la ganadería pueden conducir a cambios genéticos en diferentes poblaciones de
En 1903, el filósofo George Edward Moore lo llamó la "falacia natural"
con la creencia de que "todas las cosas naturales deben ser necesariamente buenas". En el caso de los adultos que consumen leche, las cosas son más complejas en varios niveles. Aunque podemos decir que no todo el mundo tiene la capacidad de digerir la lactosa, hay estudios que demuestran que la mayoría de la población carece de esta capacidad, por así decirlo. Contenido:
Aunque la lactosa es el carbohidrato principal de la leche, para que
nuestro cuerpo hable correctamente necesitamos una enzima llamada lactasa, cuyo trabajo es romper el vínculo entre estos dos componentes. Estos carbohidratos, aunque en humanos, solo causan malestar estomacal, acompañados de síntomas tales como: • Inflamación • Diarrea • Flatulencia, etc.
Hablando en los animales es diferente su forma de digestión con esta
enzima, lo que podría provocarles un malestar insoportable esto debido a que su cuerpo se va desarrollando va dejando de lado la producción de dicha enzima hasta llegar al grado donde ya no se produce más. Hablando respecto a los seres humanos, estudios han revelado que a partir de los años sesenta solo algunos adultos son tolerantes a esta. Curiosamente, la enzima en sí es idéntica en individuos tolerantes o intolerantes: la diferencia radica en la regulación del gen (su persistencia más allá de la lactancia).
La tolerancia a lactosa es frecuente en poblaciones con una larga
tradición en el uso de leche y productos lácteos. Este asunto de la tolerancia a lactosa nos sugiere una serie de cosas: 1. La primera es que la evolución de los humanos no parece que se haya detenido en los últimos 50.000 años. 2. La segunda es cambios culturales (el invento de la ganadería) pueden propiciar cambios genéticos y que tales procesos pueden ocurrir en distintas poblaciones de forma independiente. Conclusión:
Aunque podemos decir que durante la vida en diferentes partes del
mundo nuestros cuerpos difieren y se desarrollan, pero en caso de intolerancia a la lactosa debido al estilo de vida y la ingesta de ciertos alimentos esto, sin mencionar el hecho de que es un alimento de la dieta diaria. Asimismo, el consumo de este alimento también está relacionado con los hábitos de las personas cuando encuentran fincas o tienen acceso a este alimento. En general, en cada parte del mundo, se puede decir que el proceso de evolución se lleva a cabo en todas las formas de vida del hombre.