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173. Los prestamistas J. W. Seligman & Co. y el Nacional City Bank de Nueva York fueron repre-
sentados por Broderick Haskell Jr. y Claud W. Calving. En enero de 1930, dicha representa-
ción fue transferida a Lionel Stahl.
174. Esta nueva unidad monetaria, creada por ley del 11 de febrero de 1930, tendría un peso de
6,6872 gramos y una ley de 900 milésimos fino. El menor peso de la moneda provocó una
devaluación en 20% respecto de la libra peruana.
175. Seminario y Beltrán 1998: 256.
Entre 1846 y 1879, el Estado habría recibido ingresos superiores a los 500 mi-
llones de soles por la venta de sus nitratos (guano y salitre).176 Conviene precisar
la forma en que el Gobierno y los particulares capitalizaron y gastaron la renta
producida por estos recursos patrimoniales. Al respecto, podemos distinguir
tres etapas: i) 1840-1860: el guano es “descubierto” como producto de alto valor
comercial, se suscriben los primeros contratos de venta y el fisco invierte los
ingresos obtenidos en gasto corriente y servicio de la deuda externa; ii) 1861-
1879: los productos futuros (adelantos) de las consignaciones y del Contrato
Dreyfus son utilizados en obras ferroviarias y como garantía de millonarios
empréstitos, que conducen a la bancarrota fiscal originada por la imposibilidad
de atender la deuda contraída con los acreedores; iii) 1884-1930: concluida la
Guerra del Pacífico, el Estado pierde la propiedad definitiva del salitre (Tratado
de Ancón) y temporal del guano (Contrato Grace); la posterior recuperación de
este último dio origen a la Compañía Administradora del Guano.
176. Esta cifra engloba los ingresos por nitratos registrados en los presupuestos correspondientes
al período 1846-1879 (Tantaleán 1983, Anexo cuadro 4: Ingresos del Estado); sin embargo,
dicho monto podría estar sobredimensionado, pues las partidas presupuestarias constituían
proyecciones con cierto grado de inexactitud.
177. Barroilhet 1857: 6.
Finanzas públicas | 349
durante el primer año; y dos tercios y un tercio para las partes citadas durante
los cuatro años restantes.178 Según el diario oficial, gracias a la renta guanera
[...] muchos operarios que hoy viven condenados a la inacción por falta de ocupa-
ciones productivas, se emplearán ganando los salarios que hoy no ganan, en la co-
lectación del huano […] El gobierno cree que éste es un verdadero descubrimiento
a favor de la riqueza nacional, como también de la renta pública y la de muchos
ciudadanos.179
190. “Memoria del Sr. Ministro de Hacienda Dr. D Pedro Gálvez”, citada en Dancuart 1905: VII,
160-161.
191. Contreras 2004: 73.
192. La garantía fiscal era un subsidio temporal otorgado por el Estado a favor del contratista
ferroviario. En 1852, el Gobierno garantizó a José Hegan, constructor del ferrocarril Arica-
Tacna, un 6,5% anual sobre el capital invertido de dos millones de pesos. Las resoluciones
legislativas del 28 y 29 de enero de 1863 elevaron la garantía fiscal al 7%, para el caso de las
líneas Pisco-Ica e Islay-Arequipa.
193. Castañeda 1862.
204. “Memoria del Ministro de Hacienda, Juan Ignacio Elguera”, citada en Dancuart 1906: VIII,
152.
205. “Contrato Dreyfus-Antecedentes-Origen de la autorización”. El Comercio, 12 de septiembre
de 1869.
206. Cisneros 1939: III, 37-38.
CUADRO 1
PROYECTO PARA LA VENTA DIRECTA DEL GUANO (1868)
Fuente: “Carta de Fernando Palacios dirigida al diputado José María Gonzáles el 16 de julio de
1870”. El Nacional, 9 de septiembre de 1870.
Poco después, los comisionados Toribio Sanz y Juan Martín Echenique, luego
de varias negociaciones saboteadas por los consignatarios, suscribieron el 5 de
julio de 1869 en París un contrato ad referendum con la Casa Dreyfus herma-
nos, que le concedía el monopolio de la venta del guano en Europa. Las condi-
ciones de este contrato se conocieron en Lima el 18 de agosto, en medio de la
desconfianza estimulada por los consignatarios, principales interesados en que
la operación fracasara. El Contrato Dreyfus comprendía dos operaciones dis-
tintas, pero vinculadas entre sí: la primera, de compra y venta de dos millones
de toneladas de guano, incluidas las que estaban aún en poder de los consigna-
tarios a la terminación de sus contratos; y la segunda, de empréstito, es decir, de
adelantos que serían garantizados por el guano recibido.
El contrato de compra y venta se ajustó bajo los siguientes términos:
Dreyfus hermanos pagaría 36,50 soles por cada tonelada de guano recibida y
puesta a bordo de los buques fletados; 35,50 soles por cada una de las que ce-
dieran los antiguos consignatarios; y 60 soles por cada una de las depositadas
en los mercados europeos, libres de todo gravamen (cláusula 5.ª). Estos precios
se abonarían en una cuenta que sería abierta al Gobierno peruano un año des-
pués de recibido el cargamento o inmediatamente después de realizada la venta
(cláusula 9.ª), en el caso del guano que los consignatarios tenían depositado,
cuyo precio era de £12,10 (cláusula 12.ª). Las mermas futuras por debajo de
dicho precio no perjudicarían a los compradores, porque en dicha circunstan-
cia el Gobierno disminuiría proporcionalmente el precio pactado y recibiría a
cambio un 50% en las alzas por encima del precio pactado (cláusula 14.ª).
El comisionado Juan Martín Echenique trató de convencer a sus opositores
de las ventajas del precio por tonelada fijado en el Contrato Dreyfus. Así, des-
pués de exponer una reseña histórica sobre la forma como había oscilado el va-
lor del producto neto del guano durante los 25 años precedentes, concluyó que
el precio de 39 soles pagadero al Estado, merced al nuevo contrato, representaba
un aumento de 150% sobre el vigente en 1842, cuando dicho abono solo signifi-
caba 16 soles, y también superaba los 37 soles abonados entonces en promedio
por los consignatarios. La respuesta a Echenique fue inmediata y numerosos
artículos publicados en diarios se encargaron de señalar las argucias empleadas
en sus cálculos para exagerar los beneficios del contrato y, al mismo tiempo,
ocultar los perjuicios que sufriría el fisco a causa de las concesiones establecidas
en varias de sus cláusulas.
Debido al carácter arbitrario de los cálculos elaborados por los analistas
de la época, algunos autores prefieren realizar los suyos a partir de la diferencia
entre los precios de compra y venta fijados en el contrato; no obstante, estas
generalizaciones solo deben ser tomadas como referencia, pues, más allá de lo
establecido en las cláusulas, el margen de ganancia dependía en gran medida
de las maniobras llevadas a cabo sobre los factores citados por el monopolista
CUADRO 2
CÁLCULOS SOBRE PROBABLE GANANCIA DE DREYFUS (1869)*
Guano exportado de las islas Guano a flote Guano almacenado en Europa Ganancia
(1.500.000 toneladas) (200.000 toneladas) (500.000 toneladas) total
Costo unitario Precio Costo unitario Precio Costo unitario Precio
(incluye flete unitario Ganancia (incluye flete unitario Ganancia (incluye flete unitario Ganancia
y otros gastos) de venta y otros gastos) de venta y otros gastos) de venta
Cálculos del analista Samuel Bernard
61,49 65,79 6.450.000 59,87 65,79 1.184.000 60,00 65,79 1.737.000 9.371.000
Cálculos del diputado Francisco Flores Chinarro
59,41 65,75 9.510.000 58,41 65,75 1.468.000 58,80 (1) 65,75 2.097.000 13.075.000
Cálculos del comisionado Juan Martín Echenique
62,51 (2) 65,00 3.735.000 61,51 (3) 65,00 1.047.000 62,50 (4) 65,00 0.500.000 5.282.000
(1) Esta cifra resulta del descuento de 1,20 soles, por concepto de gastos de entrega y comisión de venta al precio fijado de 60 soles.
(2) Esta cifra resulta de la suma entre el valor de la tonelada de guano (38,1 soles) y el flete (24,41 soles).
(3) El cálculo considera 300.000 toneladas, y resulta de la suma entre el valor de la tonelada de guano (37,10 soles) y el flete (24,41 soles).
(4) El cálculo considera 200.00 toneladas y resulta de la suma de 10 chelines (2,50 soles) al precio fijado en el contrato (60 soles).
* Bernard 1869, Echenique 1869, Flores Chinarro 1870: 162-163.
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Compendio IV.indb 359
CUADRO 3
PÉRDIDAS ESTATALES POR EL CONTRATO DREYFUS (1869)*
Guano exportado de las islas Guano a flote Guano almacenado en Europa Pérdida
(1.500.000 toneladas) (200.000 toneladas) (500.000 toneladas) total
Precio unitario Precio unitario Precio unitario
Producto Producto Producto
pagado por Pérdida pagado por Pérdida pagado por Pérdida
neto neto neto
Dreyfus Dreyfus Dreyfus
Cálculos del analista “El Perú soy yo”
39,11 34,80 6.465.000 39,11 33,31 1.160.000 60,00 68,38 2.286.000 9.371.000
Cálculos del diputado Francisco Flores Chinarro
39,00 35,00 6.000.000 39,00 34,00 1.000.000 58,80 64,11 (1) 1.593.000 8.593.000
Cálculos del comisionado Juan Martín Echenique
37,40 (2) 39,00 1.590.000 (2) 37,40 38,00 18.000 (3) 62,50 60,00 0.500.000 1.108.000 (4)
(1) Esta cifra resulta del descuento de 1,64 soles por comisión de venta al precio de 65,75 soles.
(2) El cálculo de esta ganancia es sobre 300.000 toneladas y resulta del premio de 1,60 soles, pagado por Dreyfus por cada tonelada de guano
respecto del producto neto vigente (37,4 soles).
(3) El cálculo de esta ganancia es sobre 200.000 toneladas y resulta del premio de 0,60 soles, pagado por Dreyfus por cada tonelada de guano
respecto del producto neto vigente (37,4 soles).
(4) El cálculo de la ganancia total resulta de la diferencia entre el rendimiento de 1.700.000 toneladas ascendente a 1.608.000 soles menos la pérdida
de 500.000 soles en 300.000 toneladas.
* El Perú soy yo. “Empréstito Dreyfus”, El Comercio, 28 de agosto de 1869; Echenique, Juan Martín. “Empréstito. Réplica del Sr. Echenique”, El Nacional,
31 de agosto, 2 y 7 de septiembre de 1869; Flores Chinarro, Francisco. “Discurso...”, citado en Contrato Dreyfus 1870: 162-163.
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360 | Alejandro Salinas
212. En 1865, el dictador Prado creó un impuesto de 3 centavos por quintal de salitre exportado.
El presidente Balta lo aumentó a 4 centavos en 1869, después de haber suspendido la adju-
dicación de estacas salitreras un año antes.
213. Madueño 1919: 5.
214. Bravo 1990: 40-41.
215. “El Salitre”, El Comercio, 30 de septiembre de 1872.
CUADRO 4
COSTO DEL EMPRÉSTITO DREYFUS 1869-1870*
* Cálculos del comisionado Juan Martín Echenique y las comisiones de Hacienda y Justicia de la Cámara de Diputados sobre la base de Echenique
1869 y “Documentos Parlamentarios. Informe de las Comisiones de Hacienda y Justicia de la Cámara de Diputados sobre el contrato celebrado
por el Supremo Gobierno con la Casa Dreyfus, Hermanos y Compañía de París en 17 de agosto de 1869”, El Comercio, 21 de septiembre de 1870.
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tomados de los habilitadores, formaba una carga excesiva que podría provocar
la clausura de las calicheras tarapaqueñas y la pérdida de capitales.216 En 1870,
el ministro Piérola descartó la intervención estatal en el negocio salitrero, por-
que consideraba preferible aumentar el impuesto de 4 a 10 centavos por quintal
exportado.217 La insistencia del Ejecutivo dio como fruto la ley del 18 de enero
de 1873, que implantó el monopolio estatal y lo facultó para comprar dicho
producto a un precio fijo de 2,40 soles por quintal, con opción de reajustarlo en
caso de que subiera el precio de venta en Europa. Los críticos del estanco decían
que ocasionaría la fuga de capitales y empresarios hacia las salitreras bolivianas,
donde el transporte y tributos eran más baratos.218
Hacia mediados de 1873, la comisión reglamentaria del estanco confiaba
en que podría elevarse la producción salitrera hasta los nueve millones de quin-
tales. Como el Estado había limitado la compra a cuatro y medio millones de
quintales por año, resultaba imperioso duplicar la cuota de salitre rescatable
para beneficiar a la industria tarapaqueña. Una sociedad empresarial denomi-
nada Compañía Administradora del Estanco del Salitre, compuesta por los ban-
cos de Lima, Nacional del Perú, del Perú y La Providencia, se hizo cargo de la
compra-venta del nitrato, cuyo valor sería determinado periódicamente, según
las cotizaciones de las plazas europeas. La subcontratación de los bancos para
administrar el estanco del salitre fue propuesta por una comisión consultiva,
formada por Alfredo Bohl, Julián Zaracondegui, Enrique Ayulo, Pablo Escobar
y Manuel Moscoso Melgar. Ellos pidieron al Gobierno que dejara en manos de
la banca privada la formación de una compañía salitrera.219 De igual forma, los
productores interesados en exportar el nitrato directamente podrían hacerlo a
condición de abonar la diferencia entre el precio de compra y el de venta, reba-
jado este último en diez centavos.
Además de cuestionar la validez jurídica del estanco, considerado violato-
rio del artículo 23 de la Constitución vigente, los salitreros lamentaban el daño
que sufriría el comercio con Chile, porque “estando habilitados el mayor nú-
mero de los industriales [de Tarapacá] por los capitalistas de Chile, con la con-
dición forzosa de remitir sus salitres para su venta en aquella República, se les
pondrá con el establecimiento del estanco en la imposibilidad de cumplir sus
compromisos”.2 2 0 La férrea negativa de los salitreros y habilitadores frustró la
marcha del estanco y depreció la cotización del nitrato (véase el cuadro 5). El
precio del quintal de salitre cayó a 1,50 soles. Según el ministro Elguera, cuatro
libras de menos por tonelada de salitre representaban una pérdida de £800.000
anuales para el fisco.221 Esta baratura del salitre abatía el comercio del guano y,
por ende, amenazaba con mermar las rentas fiscales.
En mayo de 1875, el estanco fue derogado y se impulsó el cobro del im-
puesto a la exportación salitrera. A mediados de 1874, los salitreros se habían
opuesto al “derecho arbitrario” de 15 centavos por quintal. Según El Comercio,
el excesivo gravamen arruinaría a la provincia de Tarapacá, porque “si compara-
mos el costo de un quintal de salitre en el Perú que es de 2 soles 11 centavos hoy
día, con el de 1 sol 30 centavos que cuesta o costará el que se elabora en Bolivia,
tendremos una diferencia de 19 centavos, en favor de la industria boliviana”.222
Con lo cual se rebatió el criterio de quienes aseveraban que la rebaja de los pre-
cios del guano y el salitre aumentaría su demanda. Los analistas P. Esselens y P.
Blanc defendieron, a través de varios artículos publicados en El Nacional, la idea
de uniformizar los precios del guano y salitre.223 Quizás recogiendo esta opinión
fue presentado en el Congreso un proyecto para asociar al Estado, salitreros y capi-
talistas extranjeros para vender el salitre y guano en Europa durante diez años. El
salitre que no fuese exportado pagaría un derecho para evitar que compitiera con
el guano. El proyecto incluía el establecimiento de un banco de emisión, descuento
y anticipos en Tarapacá. Las utilidades serían repartidas de la siguiente manera:
Gobierno (66%), capitalistas (17%), productores (17%). En el caso del guano se
formaría otra sociedad, de cuyas utilidades se repartiría el 94% para el fisco y el
resto para los capitalistas.224
El Gobierno fue autorizado a comprar las calicheras y los establecimientos
de beneficio y a contratar la venta y elaboración del salitre, para lo cual utili-
zaría £4.000.000 de un futuro empréstito que sería garantizado con el valor de
las salitreras adquiridas. Esta disposición dividió a los salitreros en dos grupos:
quienes vendieron sus terrenos a cambio de certificados estatales redimibles en
plazo de dos años y aquellos que los retuvieron bajo compromiso de vender el
salitre al Estado o exportarlo pagando un impuesto de 60 centavos por quintal.
Para agosto de 1876, el Gobierno de Prado poseía dos tercios de las salitreras,
que eran administradas por una sociedad bancaria (Nacional, del Perú, La
Providencia, Perú y de Lima), responsable de cancelar los certificados. La renta
salitrera crecía sólidamente a causa de la duplicación del gravamen y justificó
221. “Memoria del Ministro de Hacienda, Juan Ignacio Elguera”, citada en Dancuart 1908: X, 125.
222. “El impuesto sobre el salitre”, El Comercio, 3 de octubre de 1874.
223. Esselens y Blanc 1874: 7.
224. Proyecto nacional sobre huano 1874: 6 y ss.
CUADRO 5
VOLÚMENES DE EXPORTACIÓN, PRECIOS, RENTA SALITRERA E INGRESO NACIONAL (1840-1879)*
Los empréstitos de 1870 y 1872 hipotecaron la renta guanera a favor de los bo-
nistas ingleses. Por ello, en 1880, exigieron a Chile compartir el producto de la
venta del guano arrebatado al Perú. Los bonistas manejaron diversos proyectos
para conseguir de Chile la explotación del guano peruano. En 1880, ofrecieron
pagar un royalty (regalía), pero el Gobierno de La Moneda prefirió firmar un