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Contexto de los hechos. En 1861, el general Pedro Santana pidió a España que retomara el control su
antigua posesión bajo la categoría de provincia, Es así como El 18 de marzo de 1861, se anunció
la anexión, y Santana se convirtió en gobernador general de la recién creada jurisdicción.
EXPORTACIONES
Para 1861 la población dominicana ascendía a cerca de 250 mil habitantes y las principales actividades
eran agrícolas, se elevaron las exportaciones de tabaco a los 700,000. Pesos fuertes, seguido de la miel de
abeja y cera que exportaron cerca de 30 mil libras con un valor cercano a 25,000 pesos fuertes, la
exportación de azúcar disminuyo, la cría de ganado sufrió a causas de la guerra que su exportación era
casi nula, los yacimientos mineros estaban abandonados y el corte de madera prácticamente paralizado
Por otra parte, los ingresos del Estado; provenientes en su mayor parte de los impuestos a las
importaciones y en menor medida a las exportaciones, apenas llegaron en 1860 a 302,741.61, cuando los
gastos superaban el medio millón de pesos fuertes.
POLITICAS ESPAÑOLAS
La economía no mejoro al anexarse a España incluso empeoro España aplicó una política que ahondó aún
más el ya deteriorado panorama económico de Santo Domingo, llegando a afectar los intereses de los
propios propiciadores del proyecto anexionista
LA GUERRA DE LA RESTAURACIÓN
La Restauración fue un movimiento popular y nacionalista que, mediante la guerra revolucionaria,
devolvió a la República Dominicana su independencia de España, iniciada el 16 de agosto del 1863,
culminando el 3 de marzo de 1865.
En plena guerra de la Restauración, el gobierno colonial promulgó dos disposiciones sumamente odiosas;
la primera fue el impuesto del 4 por ciento sobre el valor de las viviendas a los habitantes de la ciudad
capital, y la segunda era el denominado “servicio del bagaje” que arruinó el negocio del transporte a base
de recuas, pues obligaba al campesinado dominicano a prestar sus animales, sus hombres y familia res,
para el traslado de las tropas en campaña.
Este suceso fue el proceso que más afecto la economía debido a que sustrajo miles de brazos a la
agricultura, deterioró la administración pública y dejó amplias zonas del país comercialmente paralizadas.
Características - Crisis permanente
ENDEUDAMIENTO EXTERIOR
Entre los intentos de endeudar el Estado dominicano con préstamos exteriores, ocurrieron durante el
gobierno del general Cabral en 1867, pero también fracasaron. Sin embargo, las juntas de crédito le
suministraban dinero al gobierno dominicano y más a Báez. El endeudamiento exterior se inició con el
fatídico empréstito que el 1ro. de mayo de 1869 efectuó el presidente Báez por intermedio de la casa
financiera, Harmont y Cia., de Inglaterra, por la suma de 420,000 libras esterlinas, Con un contrato que en
sus cláusulas obligaba al gobierno a pagar la suma de 1,472,500 libras esterlinas por un préstamo de
420,000 libras. Este contrato cedía “Como garantía suplementaria, el gobierno otorga a los empresarios de
este empréstito primera hipoteca sobre las minas de carbón y los bosques pertenecientes al Estado en la
península de Samaná, así como los derechos que ingresen al Tesoro por la explotación del guano o
guanitos de la isla de Alto Velo” y aun así De la suma total establecida por el empréstito Harmont 420,000
libras esterlinas el gobierno apenas recibió 38,095 a ser pagadas a los sesenta días mediante libranzas
contra la casa Smith, Payne y Smith, de Londres. El resto de lo contratado nunca fue recibido, a pesar de
que los prestamistas se habían comprometido, a desembolsarlo a más tardar el 31 de diciembre de 1869.
ABUNDAR MAS DE BAEZ Y SANTANA
GOBIERNOS AZULES.
El Partido Azul, también conocido como Los Bolos, fue un histórico partido político dominicano desde
fines del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Gregorio Luperón y Juan Isidro Jimenes fueron los
principales líderes de este partido, y se opusieron al Partido Rojo, dirigido por Buenaventura Báez.
Durante todo ese tiempo, el partido azul fue el partido de los intereses tabacaleros cibaeños, esto es, el
partido que expresaba mejor la naturaleza de una sociedad rural y mercantil basada en una economía
agrícola estructurada en torno a la explotación intensiva de pequeños predios cuyo producto era
comercializado a través de una complicada cadena de relaciones económicas que involucraba a la
totalidad de la población cibaeña. El partido rojo, en cambio, fue el partido de los grandes propietarios
ganaderos y madereros sureños o La caoba llegó a constituir el alma y nervio de la vida económica de la
capital de la República y los más conspicuos representantes del sur. hicieron sus fortunas gracias a la
explotación y exportación de esta madera. En cambio, en el Cibao el tabaco llegó a ser la vida de toda la
economía de esa región. Su explotación. se realizaba en empresas familiares que explotaban pequeños
lotes; pero muchas pequeñas cantidades de tabaco sumaban una gran producción cada año. En el Cibao
casi todo el mundo trabajaba por sí y para sí, aunque en última instancia dependiera de los financiadores
de la producción tabacalera que eran los- grandes comerciantes exportadores e importadores de Puerto
Plata que hacían de agentes de los compradores de tabaco de Saint Thomas, Hamburgo y Bremen.
El Cibao, en cambio, con una agricultura y una industria. establecida en el siglo XVIII, mantenía ocupada
a toda su población en la producción del tabaco poniendo en marcha la totalidad de las energías de la
región. El tabaco era una industria multiplicadora del trabajo y del ingreso y, por tanto, democratizante en
sus efectos sociales. No sólo trabajaban en la producción del tabaco los campesinos que lo sembraban,
sino también las mujeres que lo recogían y preparaban, los hombres que lo enserenaban y lo
empaquetaban, los dueños de recuas que lo transportaban a los pueblos y luego al puerto de embarque. En
los talleres había gente que trabajaba en la fermentación y empaque hasta que era estibado en los buques
en que se exportaba.
También daba lugar a un dinámico ciclo económico al poner en circulación una gran masa de numerario
que estimulaba la importación y venta de mercancías para satisfacer la demanda de una población
numerosa que ganaba dinero regularmente y consumía toda clase de artículos. Por eso el Cibao era una
región activa, emprendedora y laboriosa, según narran los viajeros y cronistas que anduvieron por sus
provincias a mediados del siglo pasado.
Con la crisis que confrontaron los exportadores de caoba al final de la Primera República debido al alza
de los costos de su producto causada por el paulatino alejamiento de los cortes .de maderas que cada vez
se iban distanciando más y más de los ríos y puntos de embarque, los capitales que hubieran podido servir
para financiar la política de los rojos en los años que siguieron a la Restauración. desaparecieron y
forzaron a sus lideres, en especial a Buenaventura Báez, a buscar empréstitos en el extranjero que
terminaron sumiendo a la República en un mar de complicaciones internacionales. Esta crisis de la caoba
favoreció al Cibao y a los azules a largo plazo, pues · los cibaeños siempre . contaron en su favor la
existencia de una economía de producción permanente ligada al cultivo intensivo de la tierra y no a la
explotación de bosques que con los años se agotaban y tardaban décadas en reponerse. Por esa razón, los
nuevos cortes de madera que aparecen después de la Restauración surgen en el Norte, en las costas de
Puerto Plata, y en el noroeste, en la cuenca del río Yaqué, para embarcarlas por Montecristi.
Fue precisamente la permanente capacidad de autofinanciamiento del Cibao lo que mantuvo el partido
azul consolidándose progresivamente durante los años de 1865 y 1879, aun a pesar de numerosas
dificultades. Y fue precisamente la riqueza cibaeña, basada en el tabaco, lo que permitió a Gregorio
Luperón contar con un crédito continuo de parte de los comerciantes cibaeños y de Saint Thomas. para
financiar las continuas revoluciones que él y su partido levantaron contra Báez en el curso de este período
Luperón terminó siendo financiador de su propio partido y de los gobiernos de su partido al hacerse socio
de los grandes comerciantes que negociaban invirtiendo dinero en las revoluciones. Pero el hecho que
importa es que el triunfo final de los azules fue el triunfo del tabaco sobre las maderas y, por ende, el
triunfo del Cibao sobre el Sur.