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TEMA 2: MODELOS DE ORIENTACIÓN PSICODINÁMICOS Y

PSICOANALÍTICOS.

1 ANTECEDENTES.
Sigmund Freud es conocido como el padre de la teoría psicodiná mica, pero muchas de
sus ideas y conceptos está n basadas en filó sofos y teó ricos anteriores.
La teoría psicodiná mica tiene dos ideas bá sicas:
• Determinismo psíquico: la conducta asociada a procesos mentales.
• Inconsciente: es la idea de que una parte de nuestro pensamiento y de nuestra
actividad mental se escapa a nuestro conocimiento.
La teoría psicodiná mica segú n Payne, la conducta es la resultante de una serie de
movimientos e interacciones que se producen en la mente de las personas y porque
también hace hincapié en la forma en la que la mente estimula la conducta,
diciéndonos, por ú ltimo, que tanto la mente como la conducta influyen y son influidas
por el ambiente social del sujeto.
La teoría psicodiná mica incluye:
• Teoría del desarrollo humano:
Segú n Freud la personalidad es la resultante de la interacció n de las fuerzas innatas y
aquellas bioló gicamente determinadas pero modificadas por el medio. De esta
interacció n surgen el desarrollo del individuo, que atraviesa las fases oral, anal, genital
o fá lica – uretral.
En la etapa oral, la boca se convierte en el centro de satisfacció n de las necesidades del
niñ o. EJ.: chupar y morder. Si el entorno le proporciona unas sensaciones placenteras,
el niñ o desarrollará un sentido de seguridad, y se desarrollará correctamente. Por el
contrario, estas necesidades orales son frustradas, el desarrollo emocional del niñ o se
verá desequilibrado.
Una vez superada la etapa anterior, que dura hasta los 18 meses, el interés se desplaza
a la zona anal. La lívido se centra en los esfínteres y en su eliminació n, esta expulsió n
proporciona alivio.
La tercera etapa es la genital y se corresponde con el desplazamiento de la zona
placentera del ano a los genitales. Se produce entre los 3 y 5 añ os. La genitalidad
infantil se expresa mediante actos tanto intrusivos o inclusivos. Es el momento del
complejo de Edipo. El niñ o se manifiesta por un incremento de los sentimientos
sexuales respecto a su madre emparejada con el miedo a su padre, que es visto como
un rival. En el caso de las niñ as, el primer objeto amoroso es su madre, pero cuando
descubre que no posee los genitales del varó n, se siente castrada. Estos dos complejos
son los má s importantes de la etapa fá lica.
• Teoría de la personalidad:
Segú n Freud, la personalidad total está integrada por tres sistemas principales:
-Ello: es la realidad subjetiva. La funció n es encargarse de la descarga de
cantidades de excitació n que se liberan en el organismo mediante estímulos
externos o internos. Esa funció n cumple el principio de placer.
-Yo: es el ejecutivo de la personalidad, que gobierna al ello y al superyó , y
mantiene una transacció n con el mundo exterior en interés de la personalidad
total y sus necesidades. Se gobierna con el principio de la realidad.
-Superyó: es la rama moral o judicial de la personalidad. Representa lo ideal
má s que lo real, y pugna por la perfecció n en lugar de por el placer o la realidad.
Por tanto, de alguna forma es el Có digo Moral de la persona.
Los mecanismos de defensa:
-Proyección: es el mecanismo por el que las ideas no deseadas asociadas a algo
que el ego quiere proteger sean atribuidas en nuestra mente a otras personas o
cosas.
-Represión: es un proceso universal mediante el cual se constituye el
inconsciente. Como defensa implica mantener en el inconsciente pensamientos,
imá genes… La represió n cae sobre el componente creativo de la pulsió n, pero la
idea reprimida sigue actuando a través de otras ideas asociadas a ella. Suele
aflorar mediante sueñ os, olvidos, lapsus…
-Sublimación: es el ú nico mecanismo de defensa productivo. Es una forma de
desplazar la energía dedicada actividades indeseadas hacia actividades
socialmente má s valoradas. EJ.: actividades de tipo sexual cambiarlas por el arte.
-Racionalización: es la utilizació n del pensamiento abstracto o de razones
ló gicas y admisibles a los valores culturales y sociales para justificar los
sentimientos, conductas o pensamientos.
-Formación reactiva: mecanismo de defensa de anulació n, que consiste en
cambiar una idea o sentimiento inaceptable por su contrario. EJ.: un niñ o que
ante sentimientos hostiles hacia su hermano menor, se transforma en protector.
-Desplazamiento: transferencia por razones defensivas de una emoció n que
resulta inaceptable a otra representació n má s tolerante. EJ.: miedo a alturas,
animales…
-Regresión: es un retorno a formas anteriores del desarrollo. El yo adopta un
papel má s pasivo.
-Negación del deseo: es una expresió n de que algo no existe o no responde a
determinadas características, o no tiene los atributos que se supone por la
ansiedad que generaría su reconocimiento. EJ.: cree que yo soy racista pero no es
así. Es convencerse así mismo de forma inconsciente de que no se desea.
• Teoría de tratamiento:
El terapeuta es la figura má s representativa que ofrece el modelo de tratamiento que
propone el psicoaná lisis.
Este modelo de tratamiento se basa en la consideració n del cliente no como tal, sino
como paciente enfermo, y en donde el terapeuta es el experto que dirige el proceso. El
papel clave es diagnosticar, por tanto, pone en marcha diversas técnicas de
psicoanalíticas encaminadas a descubrir pensamiento y sentimientos causadas por
conflictos reprimidos.
En este modelo un concepto clave es el de transferencia. Esta se produce cuando los
conflictos producidos por dificultades antiguas está n causando trastornos de conducta
que tienden a aflorar en el presente.
Otro concepto importante es la contratransferencia. Esto es la reacció n del terapeuta
cuando el paciente proyecta sus emociones o revive su pasado.
En este modelo se ve al terapeuta como el principal actor. El cliente le transfiere sus
emociones, su mundo íntimo y personal, y es el terapeuta el que ha de interpretar
correctamente la problemá tica para poder efectuar desde ahí un tratamiento correcto.

2 MODELO PSICOSOCIAL.
El modelo psicosocial fija sus orígenes en la Teoría del Diagnó stico (Hamilton). En
1941, Hamilton subrayaba la importancia que tenía la relació n de los individuos con el
entorno en el que se desenvuelven.
El enfoque psicosocial ha reconocido de forma constante la importancia de los
procesos psicoló gicos internos, así como la de los procesos externos, las condiciones
físicas y la interacció n entre ellas. El pensamiento de Hamilton y su concepto “persona
en situació n” es el concepto clave para el Trabajo Social psicosocial, ya que se refiere a
la triple configuració n: persona, situació n y la interacció n entre ellas.
Los términos presió n interna y presió n externa son utilizados para describir la forma
en que las fuerzas existentes dentro del individuo y las fuerzas existentes dentro del
entorno o medio ambiente interaccionan entre ellas y repercuten sobre el mismo. La
presió n externa es denominada como “press”, mientras que la presió n interna es
denominada como “stress”.
Cuando una persona reacciona abiertamente ante una presió n externa, esta reacció n a
su vez se convierte en presió n para otra persona, quien a su vez responde segú n sus
propias percepciones y necesidades. Por tanto, el individuo y el medio ambiente
pueden ser entendidos dentro del marco de su interdependencia.
Para entender a la “persona en situació n” se requiere un entendimiento en psicología,
de tal forma que le permita al trabajador social ayudar a la persona que tenga
problemas internos. Ademá s, realizar un aná lisis de las fuerzas del entorno que
permita descubrir aquellas fuerzas que está n perjudicando o afectando a la persona,
familia o grupo.
El objetivo del trabajador social es promover adaptaciones positivas y corregir las
interacciones inadaptadas.

2.1 FASES.
El modelo psicosocial se divide en tres fases:
• Fase inicial: se realiza un diagnostico y un estudio psicosocial.
• Fase intermedia: trabajo directo o indirecto con determinadas técnicas de
apoyo.
• Fase final: evaluació n.
Estas fases permiten identificar y analizar las situaciones problema del sujeto social,
observando los motivos que le obligan a buscar ayuda profesional, por tanto, las fases
en esta intervenció n como estructura de trabajo, han ido permitiendo a los
trabajadores sociales asociarse con la naturaleza del problema y emplear las
herramientas que ofrece el modelo para el manejo adecuado de la relació n con el
sujeto social. Con esto se busca una relació n donde haya una interacció n entre el
trabajador social y el sujeto, lo cual puede facilitar el cambio.

2.2 TRATAMIENTO.
El tratamiento se entiende como una mezcla de procedimientos y de un proceso de
entrevistas, con el fin de entender la naturaleza del problema, estructurarlo,
compartimentarlo y examinarlo de forma separada.
El tratamiento de este modelo puede ser observado bajo la divisió n entre trabajo
directo y trabajo indirecto. El trabajo directo es el que el trabajador social realiza
directamente con el cliente con el objetivo de cambiar ciertos factores de malestar
internos del cliente. Mientras que el trabajo indirecto es aquel en el que el trabajador
social trabaja con el entorno, con objeto de modificar ciertas cosas a favor de su cliente.
• Trabajo directo:
Las técnicas utilizadas por el trabajador social psicosocial son agrupadas en torno a
seis grupos, estos son:
El primer grupo de procedimientos se basa en el “apoyo”, que incluye aquellas
actividades en las que el trabajador social demuestra interés, deseo de ayuda,
entendimiento, expresiones de confianza en las capacidades y habilidades del cliente.
Los procedimientos de apoyo se encuentran diseñ ados para reducir los sentimientos
de angustia y de ausencia de autoestima o de confianza en sí mismo. Esto se consigue a
través de que el trabajador social manifieste expresamente su confianza en el cliente,
aceptando a la persona.
El segundo grupo de procedimientos tiene que ver con la influencia directa. Se refiere a
la forma en que el trabajador social influye en las acciones y decisiones que debe tomar
el cliente para solucionar su problemá tica concreta. Incluye una serie de té cnicas, entre
las que la sugestió n y el consejo son las má s habituales.
El tercer grupo de procedimientos tiene que ver con la explotació n (esfuerzo de
proteger las descripciones de los clientes de sí mismos y de sus situaciones e
interacciones que forman parte de sus problemas), la descripció n (dar a conocer los
hechos tal y como uno los ha vivido o los ve) y la aireació n de sentimientos (sacar los
sentimientos asociados a los hechos ocurridos). Consiste en conseguir del cliente un
material descriptivo y explicativo de la situació n, facilitando la liberació n de
sentimientos y la descripció n de los acontecimientos con carga emocional. Esto ayuda
al trabajador social a entender a la persona y sus problemas. Ademá s, se consigue un
alivio de la tensió n en el cliente al dar salida a los sentimientos.
Los clientes, al revisar los hechos, experimentan y expresan fuertes sentimientos que
son vitales para entender el problema.
El cuarto grupo de procedimientos se refiere a las comunicaciones destinadas a
impulsar la reflexió n en el cliente sobre la situació n en la que se encuentra. Las
técnicas de reflexió n se encuentran dirigidas a reducir la ansiedad, el aumento de la
autoestima y de confianza del cliente, si bien para conseguirlo utilizan diferentes
medios. Para ello se utilizan varios procedimientos:
-Percepción y entendimiento de los otros: el pensamiento que tiene el cliente
sobre la situació n en la que se encuentra es una forma de reflexió n. A menudo
las personas tienen una visió n parcial y distorsionada de la realidad que tienen
delante. En otras ocasiones el cliente tiene la dificultad de poder ponerse en el
lugar de los otros, para poder comprender sus sentimientos y el significado de
sus conductas. El trabajador social puede ofrecer conocimientos y ejercicios a
través de los cuales pueda mejorar la percepció n.
-Entendimiento del propio comportamiento: implica la reflexió n sobre las
decisiones y actividades del cliente, y sus efectos en la interacció n con la
situació n en la que se encuentra y con las personas con las que el cliente
mantiene vinculaciones. El trabajador social contribuye a la discusió n reflexiva
prestando atenció n a aquellos aspectos que el cliente pasa por alto.
-Darse cuenta de la naturaleza de su propio comportamiento: aquí se
encuentra la reflexió n del cliente sobre sus propias respuestas, pensamientos y
sentimientos respecto de la situació n en la que se encuentra.
-Respuestas a provocaciones situacionales y estímulos: consiste en el
esfuerzo por entender las razones que provocan ciertas reacciones,
provocaciones externas y pensamiento interno que contribuye a justificar el
porqué de cada reacció n.
-Evaluación de algún aspecto del comportamiento del cliente: como se ve así
mismo, cual es su imagen de sí, que es correcto y que es equivocado, principios,
valores… Es una forma de autoevaluació n.
-Darse cuenta y entender los sentimientos sobre el trabajador social y
sobre el proceso: el modelo psicosocial acentú a la importancia de la reflexió n
de la persona en situació n, lo que incluye también las reacciones que tiene el
cliente sobre el trabajador social, sobre el tratamiento o sobre las reglas de la
institució n o servicio que presta la ayuda.
El quinto grupo de procedimiento es de discusió n reflexiva. Consiste en una serie de
procedimientos encaminados a impulsar que el cliente piense, reflexione sobre los
elementos psicoló gicos que definen y moldean su comportamiento, la diná mica de
estos elementos, y su posible tendencia fututa. El cliente es ayudado a reflexionar
sobre las razones internas que explican sus respuestas y actuaciones. De esta manera
puede observar la distorsió n de una realidad…
El sexto grupo de procedimientos es la reflexió n sobre el desarrollo o evolució n. El
cliente es ayudado a tratar con las experiencias vitales iniciales que son importantes,
porque, aunque ocurrieron en el pasado, han sido internalizadas en tal grado que
forman parte de las reacciones actuales que tiene el cliente.
• Trabajo individual:
El trabajo indirecto es realizado con el fin de mejorar las condiciones ambientales y las
oportunidades del cliente, se hace necesario evaluar las necesidades particulares de
este, conocer cuales son sus aspiraciones y limitaciones, así como el potencial de
cambio en los sistemas que le rodean.
El trabajador social tiene como objetivo el mejor ajuste o adaptació n entre la persona y
la situació n. Para ello, puede hacer el tratamiento “a través de utilizar el medio” y/o
mediante el “cambio del medio”. En el primero, el trabajador social hace uso de los
recursos u oportunidades que se encuentren disponibles o que puedan ser generados
en beneficio del cliente. El trabajador social puede entrevistarse con otras personas de
cara a identificar los recursos disponibles…
Si el tratamiento se dirige al cambio del medio, la labor va dirigida a conseguir las
modificaciones necesarias con el fin de disminuir las presiones/tensiones o
incrementar las oportunidades y las gratificaciones.
Hay tres formas de observar el trabajo en el medio ambiente por parte del trabajador
social dependiendo de varios factores, como:
• Tipo de recurso desde el que se provee la ayuda.
• Relació n con las personas del medio: instrumental (tarea) o expresiva
(emocional).
• Funció n asumida por el trabajador social: proveedor, localizador de recursos,
intérprete de necesidades o mediador.

3 MODELO FUNCIONAL.
El modelo funcional hace su aparició n fundamentá ndose en la teoría de la teoría de la
voluntad.
La teoría en la que se basa el enfoque funcional gira alrededor de la presunció n de una
fuerza de organizació n, la voluntad en la personalidad humana. El desarrollo de la
personalidad se logra a través de las relaciones con otros seres por medio de la
“proyecció n” de las necesidades de una persona sobre la otra.
Debido a que tal proyecció n no puede conducir en la realidad a una unió n completa, se
tienen que aceptar las limitaciones o dar por resultado una frustració n debida a la
negativa de reconocer la realidad.
El trabajador social funcional trata de ayudar al cliente a liberar su capacidad innata.
Debido a que los trastornos psíquicos son causados por un uso destructivo de las
relaciones del cliente, el trabajador social funcional trata de sustituirlo con nuevas
relaciones que conducen al uso constructivo de su propio yo y el de la otra persona. El
cliente se dirige por sí mismo hacia el cambio de actitud, mientras que el trabajador
social funcional le ayuda a liberar las energías que lo conducirá n hacia la propia
responsabilidad y aceptació n.
El trabajador social funcional llama a su funció n “proceso de ayuda” y deja de usar el
término de “tratamiento”. Pone en relieve que el trabajo social es un proceso, má s que
de tratarse de una serie de actos y de procedimientos, tal como sostiene el trabajo
psicosocial.
Este modelo le da poca importancia al pasado, ya que es considerado como un dato
irrelevante.
Hay limitaciones de tiempo para así estimular al cliente a actuar respecto a su
problema. No hay una duració n ideal, sino que depende de las circunstancias que
rodeen el caso.
El modelo propone que los trabajadores sociales deben esforzarse por ayudar a los
clientes en su desarrollo personal. Hay énfasis y protagonismo en la persona, ella es la
responsable de su propio proceso.

3.1 PRINCIPIOS BÁSICOS DEL TRABAJO SOCIAL FUNCIONAL.


Existen cinco principios bá sicos del trabajo social funcional:
• Implicar a los clientes sociales en el diagnó stico y comprensió n de los casos.
• Comprensió n consciente y uso de fases temporales. Las fases son conocidas y
utilizadas por el cliente.
• El servicio desde donde se presta la atenció n es importante dado que
proporciona el enfoque, el contenido y la orientació n en los procesos.
• Clara comprensió n de la estructura o forma del proceso.
• Un trabajo social eficaz tiene lugar dentro de una relació n.

3.2 PROCESO DE INTERVENCIÓN SEGÚN EL ENFOQUE FUNCIONAL.


• Fase inicial:
El objetivo de la fase inicial es ayudar al cliente a tomar su propia decisió n: permanecer
como está o emprender el cambio, optar por utilizar la ayuda o en su caso, rechazarla.
El trabajador social facilita esta elecció n aportando tanta informació n como sea posible
sobre el tipo de ayuda y tanta experiencia como sea posible sobre esta ayuda. La fase
inicial puede constituir un periodo de varias entrevistas, al final del cual el trabajador
social decide si continuar o no. El diagnostico en esta fase solo tiene en cuenta la
historia pasada del individuo en caso de que esta “invada” el presente y siempre que el
trabajador y el cliente acuerden que dichas experiencias contribuyen de forma decisiva
al problema de intervenció n.
Técnicas de esta fase:
-La clarificación: donde quedan claras las posibilidades del servicio, las
condiciones requeridas para poder beneficiarse de ellas, lo que puede esperar el
cliente del trabajador…
-Fraccionamiento: permite dividir lo que es percibido como un problema total
o como un objetivo global en fracciones má s pequeñ as. Esto favorece que se
pueda identificar una de ellas como punto de partida de intervenció n.
-La empatía: permite sentir lo que para el cliente representa el hecho de acudir
al servicio y comenzar el proceso de ayuda, lo que permite responder a este
sentimiento de forma apropiada a la situació n particular.
• Fase intermedia:
El objetivo de la fase intermedia es que el trabajador social debe tratar de que el cliente
vaya asumiendo una participació n mayor, una mayor responsabilidad dentro del
proyecto comú n.
En esta fase de produce una profundizació n en la relació n entre el cliente y trabajador
social como producto de la profesionalidad del trabajador social, el respeto por la
integridad del otro en la relació n y la ayuda competente.
Lo que se pretende en esta fase es una mayor implicació n del cliente en su proceso de
conocimiento de la institució n, del problema y de las acciones necesarias para producir
el cambio. El trabajador social tiene la ocasió n en esta fase de evaluar el potencial del
que dispone el cliente para continuar con el compromiso y evolucionar hacia un
funcionamiento má s independiente.
• Fase final:
La fase final pone especial énfasis en el proceso de finalizació n de la relació n entre
cliente y trabajador social. El modelo funcional se fija en la dificultad que supone toda
despedida, toda separació n. Saber afrontar, manejar y superar positivamente los
sentimientos que genera la clausura de la relació n entre cliente y trabajador social.

4 MODELO DE RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS.


Helen Harris Perlman ha sido la precursora de este enfoque. El modelo de resolució n
de problemas es un modelo fundamentado en la teoría y en la prá ctica desarrolladas
por la escuela diagnó stica (modelo psicosocial), pero integrando las aportaciones de la
psicología del yo y de la escuela funcional (importancia de la relació n).
El cliente es el que conoce, por dentro y por fuera, el problema. El modelo se basa en la
concepció n de la existencia que se desenvuelve por fases y por crisis, que se apoya en
las fuerzas utilizadas y desarrolladas durante una crisis para poder resolver la
siguiente.
Má s que en la voluntad del cliente, como nos habla el modelo funcional, pone el acento
en la aplicació n al cliente. La aplicació n al cliente se entiende como una expresió n de la
combinació n de motivació n y disposició n para la resolució n de problemas.
Predominado por la influencia del entorno, las teorías de los roles y de los sistemas.
4.1 ELEMENTOS DE LA INTERVENCIÓN.
Este enfoque basa la atenció n en cuatro elementos, son:
• Persona con la que se interviene: conocer los pequeñ os movimientos de sus
comportamientos. Referencias externas sobre la conducta pasada de la persona.
Ademá s, comprender a la persona como sujeto que precisa ayuda para
desarrollarse.
• Problema: admite que la naturaleza diná mica y polifacética del problema, en el
cual pueden intervenir muchas variables, y diversas, entre las que destaca la
interacció n con el entorno. Propone no trabajar con el conjunto del problema,
sino seleccionar algunos aspectos. En la elecció n del centro de atenció n del
problema intervienen tres factores: lo que la persona desea y necesita, lo que el
trabajador social aporta y lo que la institució n ofrece.
• Lugar: especial importancia a los tipos de recursos que se ofertan, servicios que
se provee la ayuda, ya que es determinante para saber qué posibilidades de
acció n tiene el trabajador social. También tiene en cuenta la percepció n de la
persona sobre el servicio al que acude. Las características del entorno
institucional de donde parte la ayuda. Ademá s de la profesionalidad del
trabajador social y la capacidad de bú squeda de alternativas a las ofertas
institucionales.
• Proceso: se debe conseguir que el sujeto se entregue a la resolució n de sus
problemas. Para esto, el modelo propone tres medios a través de los cuales se
puede conseguir que el cliente se involucre en el proceso:
-Relació n terapéutica que sirva de apoyo a la persona e influya en la
relació n emocional.
-Creació n de un procedimiento sistemá tico: trabajar sobre el problema.
-Proporcionar oportunidades y ayudas para futuras situaciones
problemá ticas.

4.2 LA METODOLOGÍA DE LA INTERVENCIÓN.


Se propone una serie de pasos para un proceso correcto de resolució n de problemas:
• Averiguar y captar hecho que constituyen el problema.
• Reflexionar sobre los hechos. Hay que organizarlos en funció n de ideas
procedentes de las experiencias y conocimientos acumulados, y sujetas al
objetivo final de resolver el problema.
• Toma de decisió n o elecció n para la resolució n del problema.
• Independencia de las personas, identificar sus capacidades y recursos propios.
Es un modelo que se basa en el método que propone el modelo de diagnó stico: estudio
(recogida de hechos), diagnó stico (reflexió n de los hechos) y elaboració n (obtenció n de
conclusiones de có mo y que acció n se debe emprender con respeto al problema). Se
diferencia del método clá sico en que el cliente no queda subordinado al especialista y a
sus decisiones. Implica una entrega simultá nea tanto del trabajador social como del
cliente.
No se interesa por la organizació n de la personalidad, ya que el fin no es la
modificació n de la personalidad global, sino que el objetivo se centra má s en la
potenciació n de las capacidades y recursos del cliente para resolver sus problemas.

4.3 TRATAMIENTO.
El tratamiento se encuentra relacionado con las capacidades que posee el propio
profesional, pero que en cualquier caso debe tener en cuenta que tiene que entablar
una relació n adecuada con el cliente que permita una acció n eficaz sobre el problema.
Ademá s, debe ayudar al cliente a expresar sus dificultades, capacitá ndole para que
participe en el problema para el que busca ayuda y lo perciba con mayor claridad.
Por otro lado, el especialista debe ayudar a enfocar y a dividir el problema, de tal forma
que el trabajador social actú a como espejo, con el fin de reducir la complejidad y el
á rea de atenció n para poder trabajar con él.
Las técnicas se encuentran relacionadas con los fines. Este modelo pretende resolver
problemas y promocionar el crecimiento personal. Destaca té cnicas como habilidad
para hacer preguntas y comentarios, habilidad para dar informació n, consejos…

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