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UNIVERSIDAD CATÓLICA LOS

ÁNGELES DE CHIMBOTE
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

Escuela de Derecho

“Derecho Procesal del Trabajo”


DOCENTE:
Rubio Cabrera, Elizabeth

ALUMNOS:
Flores Nieto, Nallely
Villanueva Rodríguez, María del Carmen
Zavaleta

CICLO:
VI
TEMA:
"Proceso Cautelar"

TURNO:
JUEVES (4:45 – 7:45pm)

TRUJILLO – PERÚ
2016
UNIVERSIDAD CATÓLICA LOS ÁNGELES DE CHIMBOTE

I. PRESENTACIÓN

Los Alumnos del VI ciclo de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad

Católica los Ángeles de Chimbote, tienen el agrado de presentar esta información sobre

“PROCESO CAUTELAR”.

Este mapa conceptual ha sido elaborado con esmero y dedicación, de acuerdo al desarrollo

de las actividades encomendadas. Nuestro objetivo es contribuir con el aprendizaje

profesional dentro del perfil de Derecho en el cual nos estamos forjando.

Agradecemos previamente su atención y tiempo para el presente trabajo. Esperamos que

dicho trabajo colme todas sus expectativas y sea de su agrado e interés.

Los Alumnos

INDICE
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II. INTRODUCCIÓN

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La denominación de proceso cautelar nace de la vieja clasificación doctrinaria de


procesos, entre las que encontramos al proceso de cognición o conocimiento (de
cognición plena en la que se debate sobre una pretensión, para lograr sentencias
declarativas, constitutivas o de condena), el proceso ejecutivo (no hay discusión
sobre una pretensión sino que sirve para satisfacer una pretensión insatisfecha) y
porsupuesto al proceso cautelar(con función de garante de lo que se va a resolver
en el proceso principal). ¿Pero en realidad es un proceso o es sólo un
procedimiento?, consideramos que se trata de un procedimiento con vinculación
estrecha al proceso principal en el que se discute una pretensión que se debe
resolver en la sentencia, procedimiento que tiene por objetivo justamente el de
garantizar lo que se resuelva en el proceso del cual es dependiente.
Nuestro Código Procesal Civil ha regulado el denominado Proceso Cautelar, al
cual se le puede entender como el conjunto de procedimientos autónomos pero a
la vez instrumentales, que ayudan al justiciable a asegurar el resultado del
proceso principal, en el cual destacan las medidas cautelares, denominadas por la
doctrina contemporánea como tutela urgente cautelar.
El proceso cautelar tiene como elemento central a las medidas cautelares y su
tramitación, todo lo referido a la tutela cautelar, sus manifestaciones, sus
procedimientos, presupuestos, requisitos y características de la misma están
vinculadas al llamado proceso cautelar.
El proceso cautelar tiene relación directa de dependencia con el proceso principal,
en el cual se discute la pretensión procesal, sin embargo su tramitación, su
procedimiento resulta autónomo, con relación a lo que se discute en el principal.
Tiene por objeto este procedimiento lograr cautela que proteja el interés del
litigante sobre lo discutido en el principal.
Pese a que nuestro Código Procesal Civil y algunos autores nacionales hacen
referencia al vocablo proceso cautelar para referirse al procedimiento al que se
deben someter las medidas cautelares, debemos indicar que en la procesalistica
actual ya no se hace la diferenciación o clasificación por el concepto de "proceso"
sino más bien por el de "tutela", así encontramos a la tutela de cognición, a la
tutela ejecutiva, a la tutela cautelar, entre otros.

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III. PROCESO CAUTELAR


III.1. CONCEPTO

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El Proceso Cautelar es el conjunto de disposiciones relativas al desarrollo de los


actos procesales que tienen que ver con las medidas cautelares que requieren los
procesos judiciales. Así, por ejemplo, si un deudor en vencido en un juicio y el juez
ordena pagar una cantidad de dinero en beneficio del vencedor o acreedor pero si
el obligado no tiene con qué pagar, continuara el agravio y no se habrá hecho
justicia. A fin de evitar que las decisiones judiciales se incumplan o se reduzcan a
simples declaraciones, se permite que las partes en el proceso, para asegurarse
que el resultado del mismo sea eficaz, se les permite plantear, anteladamente,
colateralmente o con posterioridad, medidas que proteja y les de seguridad y de
esa manera, evitar tal desenlace.
En términos generales, podemos afirmar que la medida cautelar es la disposición
o mandato de un juez que tiene por objetos asegurar el resultado de un proceso, o
el cumplimiento de una sentencia, o cualquier otro título de ejecución. Una de las
medidas cautelares más frecuentes es el embargo.
COUTURE, señala como elementos caracterizantes de la medida cautelar, la
provisionalidad, accesoriedad, preventividad, y responsabilidad. La medida en
refendo, es provisional, porque es factible de modificación o de cancelación, ya
sea a pedido de parte, de oficio, por revocatoria de una instacia superior por la
interposición de una terceria o el ofrecimiento de una contra cautela, etc. La
provisionalidad viene del hecho de ser una medida unilateral, es decir, se adopta
escuchando solo al solicitante. Sobre este particular, el CPC señala que la
medida cautelar importa sobre un pre juzgamiento y es provisoria, instrumental y
variables (artículo 612°).
Es accesoria porque está ligada a un proceso principal en el que se debate o ha
debatirse la obligación que trata de protegerse con la medida cautelar. En este
sentido, el CPC dispone que todo juez puede, a pedido de parte, dictar medida
cautelar antes de iniciado un proceso o dentro de este, destinada a asegurar el
cumplimiento de una decisión definitiva (artículo 608).
Se dice que la medida cautelar tiene un carácter preventivo, porque el juez para
dictar medida, tiene en cuenta el peligro al que pueda estar sujeto el cumplimiento
de la obligación por la demora del proceso principal. Frente a esta contingencia tal

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como señala el CPC, toda medida cautelar, importa un prejuzgamiento y es


provisoria (artículo 612). La ley N° 26636 por su parte señalaba que la finalidad de
la medida cautelar es asegurar el cumplimiento de la decisión definitiva. Es claro
que si la pretensión se encuentra suficientemente garantizada es improcedente a
la medida cautelar.
En cuanto a la responsabilidad, la medida cautelar se dicta por cuenta y riesgos de
los que lo solicitan. De manera de cualquier daño que se cause con la contempla
la facultad del juez de solicitar contra cautela, con el objeto de asegurar al
afectado con una medida cautelar (artículo 613°).
La NLPT contempla la medida cautelar en su aspecto genérico, en la parte relativa
a la medida especial de reposición y en la asignación provisional.

III.2. JUEZ COMPETENTE Y FINALIDAD


En forma supletoria aplicaremos el Código Procesal Civil, para poder desarrollar el
proceso cautelar de la nueva ley procesal laboral Ley Nº 29497. De acuerdo con lo
que dispone el Art. 54º de la NUEVA LEY PROCESAL DEL TRABAJO (en
adelante NLPT), A pedido de parte, todo juez puede dictar medida cautelar antes
de iniciar un proceso o dentro de este destinadas a garantizar la eficacia de la
pretensión principal. Las medidas cautelares se dictan sin conocimiento de la
contra parte. Para determinar al juez competente no remitiremos al Art. 608º
Código Procesal Civil, el cual establece que, el juez competente para dictar
medidas cautelares es aquel que se encuentra habilitado para conocer de las
pretensiones de la demanda.
Conforme al artículo 332 del mismo Código, es competente para dictar medida
cautelar, antes de la iniciación del proceso y para la actuación de la prueba
anticipada, el Juez competente por razón de grado para conocer la demanda
próxima a interponerse. Tratándose de un proceso ya iniciado, es competente
para conocer de la medida cautelar el Juez que está conociendo del proceso
principal. Esto se infiere del artículo 609 del Código Procesal Civil, según el cual,
si por impedimento, recusación, excusación o abstención se dispone que el

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conocimiento del proceso principal pase a otro Juez, éste conocerá también del
proceso cautelar.

III.3. EL PRINCIPIO DE LA BUENA FE EN EL PROCESO CAUTELAR

Siguiendo el razonamiento del profesor argentino Gozaíni, “El principio de la


buena fe aplicado al desarrollo del proceso civil ha tenido a lo largo de la historia
una lectura distinta, casi novedosa, porque aun cuando el derecho romano fustigó
las conductas atípicas, la interpretación de la bona fides como principio autónomo
del proceso es relativamente reciente. Es más, hasta podría afirmarse que recién
se instala la discusión sobre la necesidad de obrar con lealtad y probidad, cuando
se advierten los desatinos de la conducta de las partes…”

La buena fe, en términos generales, se encuentra inmersa en la totalidad del


derecho, tanto en normas específicas como en normas genéricas y, en resumidas
cuentas, emerge como principio general del derecho, en tanto entabla una vía de
comunicación del derecho con la moral social y con la ética, y esto enfatiza su
predominante connotación ética, lo cual supone la canalización del derecho hacia
sus metas más puras.

Acota el mismo Gozaíni, citando al maestro español José Luis de los Mozos “que
el principio de buena fe en el proceso puede ser entendido como un hecho
(creencia de obrar con derecho), o como un principio (lealtad y probidad hacia el
Juez y su contraparte) teniendo explicaciones diferentes. En lo sustancial, el
primer aspecto se revela como buena fe subjetiva, y consiste en la convicción
honesta de obrar con razón y sin dañar un interés ajeno protegido por el derecho.
Mientras que el segundo se relaciona con la buena fe objetiva, que se visualiza en
las conductas, como comportamiento de fidelidad, que se sitúa en el mismo plano
que el uso de la ley”.

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El citado autor pone énfasis en que “…tales tendencias muestran que la conducta
de las partes puede leerse también en dos sentidos. Por un lado, habrá que
custodiar el desempeño en base a una regla de conducta inspirada por la buena
fe, que supone esperar que los litigantes se desempeñen con lealtad y probidad.
Este aspecto no tiene presupuestos ni condiciones porque es un principio amplio
que, en el terreno procesal podríamos denominar como principio de moralidad. Por
el otro, transita la interpretación de los comportamientos para advertir si la
creencia de actuar asistido de razón es sincera y sin intenciones malignas o
dolosas. Estas acciones obligan al Juez a estudiar las conductas y derivar
sanciones cuando entiende que con aquéllas, se incurre en desatinos, como son
las acciones temerarias (actuar a sabiendas de la propia sinrazón) o de mala fe
(conductas obstruccionistas del orden regular del proceso). Aquí se expresa como
una facultad jurisdiccional o poder disciplinario del Juez, sancionando las acciones
abusivas”.
Coincidimos con los argumentos reseñados, pues, en nuestra opinión, la buena fe
en el proceso se encuentra involucrada tanto en el proceso de otorgamiento, de
ejecución, así como en la subsistencia de toda medida cautelar; empero, lo más
importante es que cuando esta buena fe se objetiviza se puede apreciar la
idoneidad, capacidad y honestidad de los sujetos que participan en el proceso
(litigantes, abogados, Jueces y auxiliares jurisdiccionales).

III.4. CLASES DE MEDIDAS CAUTELARES

La NLPT, permite toda clase de medida cautelar en el desarrollo de los procesos,


pero en su texto solo describe la reposición provisional en el trabajo y la
asignación provisional en tanto dure el procedimiento de reposición. Esto significa
que las medidas cautelares se transmiten de acuerdo a lo establecido en el CPC.

III.4.1. Reposición Provisional:

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La medida especial de reposición se encuentra establecida en el artículo 54° de la


NLPT, este artículo dispone que el juez puede dictar entre otras medidas
cautelares, fuera o dentro del proceso, una medida de reposición provisional,
cumplidos los requisitos ordinario. Sim embargo, también puede dictarla si el
demandante cumple con los siguientes requisitos:

 Haber sido al momento del despido dirigente sindical, o estar gestionando


la conformación de una organización sindical. Aquí se trata de la protección
a la libertad sindical, consagrada tanto por la constitución como por los
convenios 87 y 98 de la OIT, así como el Decreto Ley N°25593 o Ley de
Relaciones Colectivas de Trabajo.
 Haber sido al momento del despido menor de edad. La NLPT también
permite al menor de edad despedido plantear la reposición provisional
como medida cautelar, más si el artículo 23° dela constitución le reconoce
preferencias en sus beneficios.
 Tratamiento parecido tiene la trabajadora gestante cuando se violan su
derecho contemplando en el artículo 29° del Decreto Legislativo N° 28.
 De la misma manera los trabajadores con discapacidad, que son aquellos
que tienen una o más deficiencias evidenciadas con la pérdida significativa
de algunas de sus funciones físicas, mentales o sensoriales que impliquen
la disminución o ausencia de la capacidad de realizar una actividad.
La NLPT, en el último párrafo del artículo 55° ordena que si la sentencia firme
declara fundada la demanda, se conservan los efectos de la medida de reposición,
considerándose ejecutada la sentencia.

III.4.2. Asignación Provisional

La NLPT, en su artículo 56°, sobre la asignación provisional establece lo siguiente:


“De modo especial, en los procesos en los que se pretende la reposición, el juez
puede disponer la entrega de una asignación provisional mensual cuyo monto es
fijado por el juez y el cual no puede exceder de la última remuneración ordinaria

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mensual percibida por el trabajador, con cargo a la Compensación por Tiempo de


Servicio (CTS). Si la sentencia firme ordena la reposición, el empleador restituye el
depósito más sus intereses y en caso de ordenarse el pago de remuneraciones
devengadas, se deducirá la asignación percibida.
En el presente caso no se trata de una medida cautelar, porque no se afecta el
patrimonio ni derecho alguno del agraviante sino que se trata de permitir al
agraviado a que utilice su propio patrimonio que es su CTS depositada, en cuotas
que tienen límite de una remuneración ordinaria y que en su totalidad no puede del
fondo depositado. De manera que no existe garantía ni seguridad alguna que
brinde el empleador. Por otra parte, la ley no dice nada acerca del trabajador que
demanda su reposición, pero que su empleador no ha cumplido con hacer los
depósitos de CTS. Si la sentencia, en el proceso de reposición es adversa al
trabajador, el pago de la asignación servirá para dar por cancelado la CTP, cuyo
importe, desde el momento del depósito ya es de propiedad del trabajador.
En el caso que en el proceso se ordenara la reposición o si la misma es con
remuneraciones pagadas, el empleador estará obligado a actualizar los depósitos
de CTS que el despido indebido hubiera originado.

III.5. CARACTERÍSTICAS ESPECIALES DEL PROCESO CAUTELAR

El jurista argentino Roberto Loutayf Ranea desarrolla interesantes conceptos


referidos a las características especiales del proceso cautelar, que de manera
ilustrativa resulta pertinente citar: Señala dicho autor que “desde que se plantea
una pretensión principal hasta la sentencia definitiva que le da respuesta, es
necesario transcurrir un proceso y aun cuando mayor sea el tiempo que demores
el proceso, existe el peligro de que la situación de hecho se altere de un modo tal
que torne ineficaz o ilusoria la decisión jurisdiccional”.
Es así que también esbozan algunos autores, que la misión peculiar que tiene el
proceso cautelar es “Impedir que la soberanía del Estado”, en su más alto

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significado que es el de justicia, se reduzca a ser una tardía e inútil expresión


verbal.
Otra particularidad que presenta este tipo de proceso es que la resolución que
ordena una medida cautelar se dicta y se cumple inaudita parte, es decir sin
conocimiento del afectado. Es lo más lógico por cuanto si lo que se busca es
asegurar el cumplimiento de la sentencia que se dicte en definitiva, para impedir la
frustración del demandado. Así también el proceso cautelar presenta otras
características particulares propias del mismo, como por ejemplo; para que se
pueda dictar la resolución que ordena una medida cautelar tiene que acreditarse la
verosimilitud del derecho. Además la medidas cautelares presentan un carácter
instrumental, provisorio, mutables o flexibles, y se disponen inaudita parte, no
producen cosa juzgada, su otorgamiento no supone prejuzgamiento, son de
ejecutabilidad inmediata y revisten por ultimo carácter urgente, y deberán ser
canceladas si la pretensión principal es declarada improcedente.

III.6. AUTONOMÍA DEL PROCESO CAUTELAR


Conforme precisa el artículo 635° del Código Procesal Civil, todos los actos
relativos a la obtención de una medida cautelar, conforman un proceso autónomo
para el que se forma cuaderno especial. El proceso cautelar en independiente del
proceso principal, en razón de que se tramita en cuaderno especial y sigue tramite
diferente sin importar el estado procesal en el que se encuentre el principal. Esta
autonomía es esencial para el mejor orden del proceso y para una más rápida
tramitación, evitando el entorpecimiento mutuo de ambos procesos, garantizando
además la reserva de los actos procesales necesarios para el dictado oportuno de
la medida independientemente de la demanda principal.

III.7. REQUISITOS DE LA SOLICITUD CAUTELAR


El proceso cautelar se inicia con la formulación de una petición que está contenida
en una solicitud cautelar. Este documento debe observar el cumplimiento de
determinados requisitos sustanciales y complementarios que están establecidos
en el artículo 610 del CPC. Estos requisitos son:

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 Exponer los fundamentos de la pretensión cautelar.


 Señalar la forma de la pretensión cautelar.
 Indicar, si fuera el caso, los bienes sobre los cuales recaerá la medida y el
monto de su afectación.
 Ofrecer contracautela.
 Designar el órgano de auxilio judicial correspondiente, si fuera el caso.

Como puede observarse, se trata de exigencias que deben estar contenidas en la


solicitud cautelar. Estos requisitos estructuran el contenido de la solicitud cautelar
y condicionan la redacción del mismo.
Cada uno de estos requisitos se refiere a un aspecto de las medidas cautelares,
aspectos de los que nos ocuparemos de manera específica en el curso del
presente trabajo. Sin embargo, a modo de introducción, efectuaremos una breve
referencia de cada uno de ellos.

III.7.1. Exponer los fundamentos de la pretensión cautelar

El cumplimiento de este requisito implica que en la solicitud cautelar se desarrolle


o exponga cada uno de los tres fundamentos que el TUO exige para el
otorgamiento de una medida cautelar, entre ellos:

 La verosimilitud del derecho invocado.


 La necesidad de la medida cautelar.
 La adecuación de la medida cautelar para garantizar la eficacia de la
pretensión.

III.7.2. Señalar la forma de la pretensión cautelar

Se refiere a precisar el tipo de medida cautelar que se solicita. En el proceso


contencioso, en aplicación del criterio de plena jurisdicción, se pueden aplicar las

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medidas y actuaciones que sean necesarias para garantizar la eficacia de la


decisión definitiva; sin embargo, son especialmente procedentes las medidas
cautelares de innovar y de no innovar.

III.7.3. Indicar, si fuera el caso, los bienes sobre los que recaerá la medida
cautelar y el monto de su afectación.

Este requisito tiene mayor aplicación en materia civil. Sin embargo, en el proceso
contencioso administrativo puede también ocurrir que la medida cautelar se refiera
a determinados bienes, especialmente dinerarios, cuando se trate de pretensiones
indemnizatorias u otros desembolsos.

III.7.4. Ofrecer contracautela

Éste es otro requisito que debe estar contenido en el escrito cautelar y exige que
el solicitante ofrezca una garantía a favor del afectado para protegerlo de los
eventuales daños que pueda generar la ejecución de la medida cautelar.

III.7.5. Designar al órgano de auxilio judicial

La ejecución de toda medida cautelar supone la participación de determinadas


personas, entidades o especialistas que pueden viabilizarla; el peticionante, en su
escrito cautelar, está obligado a precisar el nombre de estos.

III.8. LAS MEDIDAS CAUTELARES EN LA NUEVA LEY PROCESAL DEL


TRABAJO

El artículo 54 de la Ley N° 29497, Nueva Ley Procesal del Trabajo establece los
aspectos generales del proceso cautelar laboral, lo que pasamos a desarrollar.

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III.8.1. La iniciativa de parte como fuente de las medidas cautelares

En primer lugar, establece que las medidas cautelares únicamente proceden ante
el pedido de la parte interesada, por lo general, el demandante, y nunca de oficio,
manteniendo el mismo fundamento que recoge la Ley N° 26636, evidentemente
forjada por el sistema dispositivo. Siendo así, todo órgano jurisdiccional
unipersonal o colegiado, solo ante la solicitud del legitimado, tiene la potestad de
decretar una medida cautelar o precautoria con el objeto de asegurar la eficacia de
la pretensión principal reclamada en el proceso.

III.8.2. Las medidas cautelares pueden ser solicitadas dentro y fuera del
proceso

En segundo lugar, se deja en claro que medidas cautelares dentro del proceso
laboral puede ser solicitadas durante y antes del inicio del proceso, constituyendo
esto una importante diferencia con relación a la Ley Nº 26636. Esta última
hipótesis la constituye la figura de las medidas anticipadas o fuera del proceso.

Sobre el particular, el artículo 608 del Código Procesal Civil efectúa las siguientes
precisiones:

a. el juez competente para dictar medidas cautelares es aquel que se


encuentra habilitado para conocer de las pretensiones de la demanda;
b. el juez puede, a pedido de parte, dictar medida cautelar antes de iniciado el
proceso o dentro de este;
c. todas las medidas cautelares fuera de proceso, destinadas a asegurar la
eficacia de una misma pretensión, deben solicitarse ante el mismo juez,
bajo sanción de nulidad de las resoluciones cautelares dictadas; y
d. el solicitante debe expresar claramente la pretensión a demandar.

Además, el artículo 636 de la misma norma adjetiva establece lo siguiente:

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a. que, ejecutada la medida antes de iniciado el proceso principal, el


beneficiario debe interponer su demanda ante el mismo juez, dentro de los
diez días posteriores a dicho acto;
b. que cuando el procedimiento conciliatorio extrajudicial fuera necesario para
la procedencia de la demanda, el plazo para la interposición de esta se
computará a partir de la conclusión del procedimiento conciliatorio, el que
deberá ser iniciado dentro de los cinco días hábiles de haber tomado
conocimiento de la ejecución de la medida;
c. que si no se interpone la demanda oportunamente, o esta es rechazada
liminarmente, o no se acude al centro de conciliación en el plazo indicado,
la medida cautelar caduca de pleno derecho; y
d. que, dispuesta la admisión de la demanda por revocatoria del superior, la
medida cautelar requiere nueva tramitación.

III.8.3. Las medidas cautelares se tramitan sin conocimiento de la


contraparte, empero esta última tiene derecho a formular oposición
o apelar

En tercer lugar, se reafirma el hecho de que las medidas cautelares que se


ordenen trabar en el proceso laboral son decretadas por el juez sin conocimiento
de la parte contraria, es decir, inaudita para, quien no se enterará de ella sino
hasta el momento de su ejecución, todo ello con el objeto de prevenir que la parte
afectada con la medida precautoria realice actos dirigidos a tornar esta en
impracticable o que dificulten la efectiva traba de la misma.

A este respecto, debemos destacar que si la solicitud de medida cautelar es


rechazada, y el solicitante procede apelar el auto que la deniega, la contraparte no
será notificada, siendo que el superior absuelve el grado sin admitirle intervención
alguna.

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Igualmente, es importante tener en consideración que una vez dictada la medida


cautelar, la parte afectada puede formular oposición dentro de un plazo de cinco
días, contados desde que toma conocimiento de la resolución cautelar, a fin de
que pueda formular la defensa pertinente. En ningún caso, la formulación de la
oposición suspende la ejecución de la medida. De ampararse la oposición, el juez
deja sin efecto la medida cautelar. La resolución que resuelve la oposición es
apelable sin efecto suspensivo.
Es importante dejar en claro que si bien el artículo 54 de la Nueva Ley Procesal
del Trabajo no refiere nada acerca de la oposición, este mecanismo le es
perfectamente aplicable al nuevo proceso laboral no solo por la supletoriedad que
emana de la Primera Disposición Complementaria de la Nueva Ley Procesal del
Trabajo y sino también en la medida que es plenamente compatible con el proceso
laboral, ya que no afecta en nada los derechos invocados en él ni la naturaleza de
aquellos.

Ahora bien, pero es perfectamente posible que a quien le hayan denegado su


solicitud cautelar pueda apelar la resolución sin antes haber formulado oposición,
para lo cual únicamente tiene el plazo de tres días. De ser el caso, el expediente
será elevado al superior jerárquico quien, en instancia de revisión jurídica y fáctica,
podrá confirmar, revocar o anular la resolución que concedió la medida cautelar.

Entonces, ¿cuál es el porqué del recurso de oposición si es posible la apelación?

Es importante precisar que si bien la oposición es una manifestación del derecho


de contradicción con el que afectado busca defenderse del dictado de la medida
cautelar, no es un medio de impugnación, pues con este lo que busca en concreto
es que se modifique la resolución que concede la medida cautelar a partir que esta
fue dictada sobre la base de hechos incompletos o incorrectos brindados por el
solicitante, vale decir, que se sorprendió al Juez, o que luego del dictado de la
resolución concesoria se está frente a una situación diferente, de manera que el

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Juez ahora toma conocimiento por información de la contraparte que los hechos
son distintos a los alegados por el solicitante.

En el caso de la apelación, que sin duda alguna sigue un trámite más largo, lo que
se busca no es lo antes indicado, sino, aceptando de los hechos alegados, que se
revaloren las pruebas o que se aplique, no se aplique o que se interprete de un
modo distinto la normativa pertinente. Esto es lo que justifica tomar una u otra vía.

III.8.4. Las clases de medidas cautelares que pueden concederse a la luz


de la Nueva Ley Procesal del Trabajo

La gran diferencia con la Ley N° 26636, es que la Ley N° 29497 se despoja de la


oscuridad que tenía la primera de la leyes, y de manera muy clara señala que son
procedentes, además de las medidas cautelares reguladas en la Nueva Ley
Procesal del Trabajo, cualquier otra contemplada en la norma procesal civil u otro
dispositivo legal, sea esta para futura ejecución forzada, temporal sobre el fondo,
de innovar o de no innovar, e incluso una genérica no prevista en las normas
procesales.

Siendo así, una vez cumplidos los requisitos exigibles para la concesión de una
medida precautoria, el órgano jurisdiccional puede ordenar tal medida, la que
puede ser de cualquier clase, siempre que la autoridad judicial estime que la
medida es la más conveniente para asegurar la eficacia de la pretensión principal
reclamada en el proceso. En tal sentido, las medidas cautelares que se pueden
dictar en el proceso laboral son las siguientes:

a) Medida cautelar de embargo en forma de depósito. En términos


generales, el embargo es la afectación jurídica de un bien o derecho del
presunto obligado, aunque se encuentre en posesión de tercero, con las
reservas que para este supuesto señala la ley. Los embargos únicamente
proceden cuando la pretensión principal es apreciable en dinero.

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En concreto, el embargo en forma de depósito viene a ser la a afectación


que recae sobre un bien, de manera que una persona se constituye en
retenedor y depositario a la vez de él, Se trata de una figura de carácter o
tipo real, según el cual una persona recibe de otra una cosa para
custodiarla, obligándose a devolverla cuando lo solicite el depositante o
ejecutante en el embargo.

b) Medida cautelar de embargo en forma de inscripción. Mediante ella, se


busca que un bien inscrito y con carácter registrable sea afectado no con su
desposesión, sino con la anotación correspondiente en su partida registral.
El artículo 656 del Código Procesal Civil establece que, tratándose de
bienes registrados, la medida cautelar puede ejecutarse inscribiéndose el
monto de la afectación en la partida correspondiente, siempre que esta
resulte compatible con el título de propiedad ya inscrito. Cabe anotar que
este embargo no impide la enajenación del bien, pero el sucesor asume la
carga hasta por el monto inscrito.

c) Medida cautelar de embargo en forma de retención. Cuando la medida


recae sobre derechos de crédito u otros bienes en posesión de terceros,
cuyo titular es el afectado con ella, puede ordenarse al poseedor retener el
pago a la orden del juzgado, depositando el dinero en el Banco de la
Nación. Tratándose de otros bienes, el retenedor asume las obligaciones y
responsabilidades del depositario, salvo que los ponga a disposición del
juez. Si el poseedor de los derechos de crédito es una entidad financiera, el
juez ordenará la retención mediante envío del mandato vía correo
electrónico, trabándose la medida inmediatamente o excepcionalmente por
cualquier otro medio fehaciente que deje constancia de su decisión. A este
respecto, todas las Entidades Financieras deberán comunicar a la
Superintendencia de Banca y Seguros la dirección electrónica a donde se
remitirá la orden judicial de retención.

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d) Medida cautelar de embargo en forma de intervención en recaudación.


Cuando la medida afecta una empresa de persona natural o jurídica, con la
finalidad de embargar los ingresos propios de esta, el juez designará a uno
o más interventores recaudadores, según el caso, para que recaben
directamente los ingresos de aquella. Esta regla también es aplicable a las
personas jurídicas sin fines de lucro. En este caso, la resolución cautelar
debe precisar el nombre del interventor y la periodicidad de los informes
que debe remitir al Juez.
En el artículo 662 del Código Procesal Civil se precisa que el órgano de
auxilio judicial, esto es, el interventor recaudador, está obligado a verificar el
funcionamiento y conservación de lo intervenido, sin interferir ni interrumpir
sus labores propias; también está obligado a llevar control de ingresos y de
egresos; a proporcionar, de los fondos que recauda, lo necesario para la
actividad regular y ordinaria de lo intervenido; a poner a disposición del juez
dentro de tercer día las cantidades recaudadas, consignándolas a su orden
en el Banco de la Nación; y a informar, en los plazos señalados por el
juzgado, el desarrollo regular de la intervención.
En este caso, se constituye como obligación principal del interventor
recaudador el informar, de inmediato, sobre aspectos que considere
perjudiciales o inconvenientes a los intereses de quien ha obtenido la
medida cautelar, entre ellos la falta de ingresos y la resistencia e intencional
obstrucción que dificulte o impida su actuación.

e) Medida cautelar de embargo en forma de intervención en información.


Cuando se solicite recabar información sobre el movimiento económico de
una empresa de persona natural o jurídica, el juez nombrará uno o más
interventores informadores, señalándoles el lapso durante el cual deben
verificar directamente la situación económica del negocio afectado y las
fechas en que informarán al juez. A estos efectos, el informador está
obligado a informar por escrito al juez, en las fechas señaladas por este,
respecto de las comprobaciones sobre el movimiento económico de la

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empresa intervenida, así como otros temas que interesen a la materia


controvertida; también está obligado a dar cuenta inmediata al juez sobre
los hechos que considere perjudiciales al titular de la medida cautelar, o
que obsten el ejercicio de la intervención.

f) Medida cautelar de embargo en forma de administración. Cuando la


medida recae sobre bienes fructíferos, pueden afectarse en administración
con la finalidad de recaudar los frutos que produzcan. En este caso, el
administrador está obligado, según corresponda al bien o empresa, a: 1)
gerenciar la empresa embargada, con sujeción a su objeto social; 2)
realizar los gastos ordinarios y los de conservación; 3) cumplir con las
obligaciones laborales que correspondan; 4) pagar tributos y demás
obligaciones legales; 5) formular los balances y las declaraciones juradas
dispuestas por ley; 6) proporcionar al Juez la información que este exija,
agregando las observaciones sobre su gestión; 7) poner a disposición del
juzgado las utilidades o frutos obtenidos; y 8) a cumplir las demás
obligaciones señaladas por el Código Procesal Civil y por la ley.

g) Medida cautelar de secuestro. Cuando el proceso principal tiene por


finalidad concreta la dilucidación del derecho de propiedad o posesión
sobre determinado bien, la medida puede afectar a este, con el carácter de
secuestro judicial, con desposesión de su tenedor y entrega a un custodio
designado por el juez. No obstante, cuando la medida tiende a asegurar la
obligación de pago contenida en un título ejecutivo de naturaleza judicial o
extrajudicial, puede recaer en cualquier bien del deudor, con el carácter de
secuestro conservativo, también con desposesión y entrega al custodio.
Cabe precisar que se aplican al secuestro, en cuando sean compatibles con
su naturaleza, las disposiciones referidas al embargo.

h) Medida cautelar de anotación de demanda en los Registros Públicos.


Cuando la pretensión discutida en el proceso principal está referida a

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derechos inscritos, la medida cautelar puede consistir en la anotación de la


demanda en el registro respectivo. A efectos de su ejecución, el juez
remitirá los partes correspondientes al registrador, los que incluirán copia
íntegra de la demanda, de la resolución que la admite y de la cautelar. El
registrador cumplirá la orden por su propio texto, siempre que la medida
resulte compatible con el derecho ya inscrito; luego de ello se insertará la
certificación registral de la inscripción se agrega al expediente. Finalmente,
es importante mencionar que la anotación de la demanda no impide la
transferencia del bien ni las afectaciones posteriores, pero otorga
prevalencia a quien ha obtenido esta medida.

i) Medida cautelar temporal sobre el fondo. Excepcionalmente, por la


necesidad impostergable del que la pide, por la firmeza del fundamento de
la demanda y prueba aportada, la medida puede consistir en la ejecución
anticipada de lo que el juez va a decidir en la sentencia, sea en su
integridad o solo en aspectos sustanciales de esta, siempre que los efectos
de la decisión pueda ser de posible reversión y, no afecten el interés
público.

j) Medida cautelar innovativa. Ante la inminencia de un perjuicio irreparable,


el juez puede dictar medidas destinadas a reponer un estado de hecho o de
derecho cuya alteración vaya a ser o es el sustento de la demanda. Esta
medida es excepcional por lo que solo se concederá cuando no resulte
aplicable otra prevista en la ley.

k) Medida cautelar de no innovar. Ante la inminencia de un perjuicio


irreparable, el juez puede dictar medidas destinadas a conservar la
situación de hecho o de derecho cuya situación vaya a ser o sea invocada
en la demanda y, se encuentra con relación a las personas y bienes
comprendidos en el proceso. Esta medida es excepcional por lo que se
concederá solo cuando no resulte de aplicación otra prevista en la ley.

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l) Medida cautelar genérica. Es aquella que no se encuentra prevista


expresamente en las normas procesales y que depende del caso concreto,
situación en la que el órgano jurisdiccional adoptará, siempre a instancia de
parte interesada, la medida precautoria que resulte más adecuada para
asegurar la eficacia de la pretensión principal reclamada en el proceso.

m) Medida cautelar especial de reposición provisional. Esta medida


precautoria se verá al examinar el artículo que la regula en forma
específica, esto es, el artículo 55º de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

n) Medida cautelar de asignación provisional. Esta medida preventiva la


analizaremos cuando comentemos el artículo específico que la contempla,
vale decir, el artículo 56 de la Nueva Ley Procesal del Trabajo.

III.9. UN CASO ESPECIALMENTE CONTROVERTIDO: MEDIDA


CAUTELAR CON SENTENCIA FAVORABLE

El artículo 615 del Código Procesal Civil establece que: “es procedente el pedido
de medida cautelar de quien ha obtenido sentencia favorable, aunque fuera
impugnada. El pedido cautelar se solicita y ejecuta en cuerda separada ante el
Juez de la demanda, con copia certificada de los actuados pertinentes, sin que
sea preciso cumplir los requisitos exigidos en los incisos 1 y 4 del artículo 610”,
vale decir, exponer los fundamentos de su pretensión cautelar, y ofrecer
contracautela.

Este artículo genera controversia en la judicatura nacional, pues algunos


entienden que, al existir ya una sentencia que declara fundada la demanda y
establecer el artículo 615 del Código Procesal Civil que ya no es necesario que se
expongan los fundamentos de su pretensión cautelar, ya no se debería cumplir
con acreditar la verosimilitud del derecho invocado, con sustentar la necesidad o
urgencia de la emisión de una decisión preventiva por constituir peligro la demora
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del proceso o por cualquier otra razón justificable; y justificar la razonabilidad de la


medida para garantizar la eficacia de la pretensión.

Mientras que otros entienden que lo que únicamente ya no es necesario acreditar


sería la verosimilitud del derecho invocado, en vista que ello ya ha quedado
probado con la sentencia dictada.

Nosotros consideramos que la interpretación correcta es la que pregonan estos


últimos, pues no es que el artículo 615 del Código Procesal Civil exonera al
solicitante de los requisitos de procedencia de la medida cautelar, sino solo de los
fundamentos de su pretensión cautelar que ya han sido acreditados, vale decir, de
la verosimilitud del derecho invocado, no de aquellos que no han sido partes de la
cognición del Juez.

En este sentido, cuando ya se cuenta con una sentencia que ha declarado


fundada la demanda o al menos el extremo que sustenta la solicitud cautelar, el
solicitante deberá acreditar objetivamente que es necesaria la emisión de una
decisión preventiva por constituir peligro la demora del proceso o por cualquier
otra razón justificable, y que su pedido cautelar es razonable para garantizar la
eficacia de la pretensión.

De otro modo, aunque no se trate de una pretensión que requiera de una tutela
urgente o que se trate de un pedido evidentemente irrazonable, igual se le
concederá la medida cautelar al solicitante, lo que a todas luces no solo colisiona
con el artículo 611 del Código Procesal Civil y desnaturaliza la institución de la
tutela cautelar, sino que somete a indefensión a la contraparte, a quien
prácticamente se le habrían restado casi todas las posibilidades de defensa,
máxime porque si no se le exigiría al solicitante la exposición de sus fundamentos,
este no tendría como ejercer su derecho de contradicción.

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III.10. NOTIFICACIÓN DE LA MEDIDA CAUTELAR


Una vez que la medida cautelar sea ejecutada, al día siguiente de tal hecho debe
ser notificada al afectado. Con tal acto (notificación) se inicia la bilateralidad, es
decir la contradicción habitual que existe en todo proceso. En este particular caso
se trata de una contradicción diferida, teniendo a partir de este momento el sujeto
activo derecho a interponer los recursos que la ley procesal le permite como es el
de apelación e igualmente el de nulidad en el caso específico en que la decisión
que la ampara no estuviera debidamente motivada. Asimismo, el afectado por la
medida tiene como alternativa solicitar la modificación de su forma y la variación
de los bienes sobre los que recae su monto.
En caso de existir una pluralidad de sujetos pasivos que deberán ser afectados
con la medida, o medidas cautelares acumuladas de diferentes formas, la
notificación de la resolución cautelar debe realizarse a todos los emplazados,
incluyendo a demás todas las medidas.

III.11. DEL CUADERNO CAUTELAR


El artículo 640 del Código Procesal Civil establece que en un proceso en trámite,
el cuaderno cautelar se forma con copia certificada de la demanda, sus anexos y
la resolución admisoria. Estas se agregan a la solicitud cautelar y a sus
documentos sustentatorios. Precisa en forma terminante que para la tramitación
de este cuaderno está prohibido el pedido del expediente principal. Para obtener la
eficacia de la medida es indispensable la reserva del proceso cautelar dentro del
principio de unilateralidad, hecho que justifica la formación de un cuaderno
cautelar autónomo en relación en relación con el expediente principal.

III.12. EJECUCIÓN DE LA MEDIDA


La ejecución de la medida será realizada por el Secretario respectivo en día y hora
hábiles o habilitados, con el auxilio de la fuerza pública si fuera necesario. Puede
autorizarse el descerraje u otros actos similares, cuando el caso lo justifique. De
esta actuación, el Secretario sentará acta firmada por todos los intervinientes y

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certificada por él. De ser el caso, dejará constancia de la negativa a firmar (Art.
641 C.P.C.). Cuando la ejecución de la medida deba ser cumplida por un
funcionario público, el Juez le remitirá, bajo cargo, copia certificada de los
actuados que considere pertinentes y el oficio conteniendo el mandato respectivo.
Igual oficio se cursará a la autoridad policial, cuando por las circunstancias sea
necesario el auxilio de la fuerza pública. Por el mérito de su recepción, el
funcionario público o la autoridad policial quedan obligados a su ejecución
inmediata, exacta e incondicional, bajo responsabilidad penal (Art. 638 C.P.C.).

III.13. SUSPENSIÓN DE LA EJECUCIÓN


El especialista legal a cargo de la ejecución de la medida no puede por sí y ante sí
suspender la ejecución de la medida cautelar, salvo que en dicho acto el obligado,
entregue el monto fijado en la medida, que deberá ser depositado en el banco de
la nación a la orden del juzgado, dentro del primer día hábil siguiente, debiendo de
tal hecho dar cuenta el especialista al juez en ese mismo plazo para los efectos de
expedir la resolución de sustitución que dispone el art. 628 del CPC. El
especialista o auxiliar jurisdiccional podrá suspender la ejecución de la medida
cuando por acuerdo de las partes. El ejecutado abone directamente al ejecutante
el monto de la afectación o una suma menor como pago directo.

III.14. CANCELACION DE LA MEDIDA CAUTELAR


En la medida cautelar de reposición, si la sentencia firme declara fundada la
demanda, se conservan los efectos de la medida cautelar, considerándose
ejecutada la sentencia. Si la sentencia declara infundada la demanda, la medida
cautelar quedará cancelada de pleno derecho aun cuando sea impugnada, puesto
que se ha perdido el requisito esencial de la medida: la fundabilidad de la
pretensión.

III.15. CASOS ESPECIALES DE IMPROCEDENCIA DE LA MEDIDA


CAUTELAR

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No procede medidas cautelares para futura ejecución forzada contra los Poderes
Legislativo, Ejecutivo y Judicial, el Ministerio Público, los órganos constitucionales
autónomos, los Gobiernos Regionales y Locales y las Universidades. Tampoco
procede contra bienes de particulares asignados a servicios públicos
indispensables que presten los Gobiernos Regionales y Locales, cuando con su
ejecución afecten su normal desenvolvimiento (Art. 616 C.P.C.).
También es improcedente el pedido de medida cautelar si la pretensión se
encuentra suficientemente garantizada. Sin embargo, puede ser concedida si se
acredita que la garantía ha sufrido una disminución en su valor o la pretensión ha
aumentado durante el curso del proceso u otra causa análoga (Art. 627 C.P.C.).

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IV. CONCLUSIONES
 El proceso cautelar es el conjunto de disposiciones relativas al desarrollo de
actos procesales que tienen que ver con las medidas cautelares que
requieren los procesos judiciales.
 El proceso cautelar de naturaleza civil es aquel proceso civil cuya finalidad
está destinada a garantizar la eficacia de una decisión jurisdiccional firme
emergente de un proceso de cognición, de un proceso ejecutivo e incluso
de un proceso no contencioso en aplicación del principio de universalidad
de aplicación.
 La medida cautelar es la disposición o mandato de un juez que tiene por
objeto asegurar el resultado de un proceso, o el cumplimiento de una
sentencia o cualquier otro título de ejecución.
 Una de las medidas cautelares más frecuentes es el embargo.
 El proceso cautelar posee una naturaleza distinta, respecto a los demás
procesos: ordinario, abreviado y de ejecución, naturaleza que se ha
determinado en virtud de la especial tutela cautelar que contiene. Sin
embargo, esta tutela cautelar es mayor trascendencia en el Derecho
Procesal del Trabajo, por el carácter tuitivo del mismo. Así como en el
proceso oral, donde se da la acreditación de hechos a través de actuación
de medios probatorios que causen convicción en el juzgador sobre la
existencia o no de estos hechos, de la misma manera el proceso cautelar
debe responder a la lógica del proceso oral, sin embargo resalta el
elemento de la celeridad, en razón de la tutela de urgencia, porque es el
pronunciamiento adelantado sobre la existencia o no de hechos que son
materia de conflicto en el proceso.

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 El cambio sustancial del proceso cautelar que ha traído la Nueva Ley


Procesal del Trabajo, respecto al antiguo proceso cautelar, se debe a que
anteriormente la Ley Procesal del Trabajo N° 26636, limitaba al juez en el
ejercicio de la actuación cautelar en materia laboral.

V. ANEXOS

https://es.scribd.com/doc/293068283/El-Proceso-Cautelar-Laboral

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VI. BIBLIOGRAFIA
(2001). “Exposición de Motivos del Proyecto de Ley que Regula el Proceso
Contencioso Administrativo”. En: Diario Oficial “El Peruano”. Edición del 05 de julio
del 2001.

GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo. (1995). La Batalla por las Medidas Cautelares.


Madrid, Civitas.

LEDEZMA NARVÁEZ, Marianella. (2008). Los Nuevos Procesos de Ejecución y


Cautelar. Lima, Gaceta Jurídica.

PECES MORATE, Jesús Ernesto. (1999). “La Tutela Cautelar y Ejecución


Provisional de Sentencias”. En: Cuadernos de Derecho Judicial. N° 8 (Medidas
Cautelares en la Jurisdicción Contencioso-Administrativa), 1999. Madrid, Consejo
General del Poder Judicial.

PELÁEZ BARDALES, Mariano. (2007). El Proceso Cautelar. Segunda Edición.


Lima, Grijley.

LEDESMA NARVAEZ, Marianella. Comentarios al Código Procesal Civil. Editorial


Gaceta Jurídica. T.III. Lima. 2008

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VINATEA RECOBA, Luis y TOYAMA MIYAGUSUKU, Jorge y otros. Análisis y


Comentarios de la Nueva Ley Procesal del Trabajo. Editorial El Búho. 1 ed. Lima.
2012.

REIMUNDÍN, Ricardo. Derecho Procesal Civil. Viracocha editorial, Buenos Aires,


1956.

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