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PROCESO CAUTELAR

Es así que, con respecto al proceso civil, en el proceso cautelar (titulo IV del CC) el
Juez, a petición de una de las partes, adelanta ciertos efectos o todos de un fallo
definitivo o el aseguramiento de una prueba, al admitir la existencia de una apariencia
de derecho y el peligro que puede significar la demora producida por la espera del fallo
definitivo o la actuación de una prueba.
La finalidad concreta del proceso cautelar en el aseguramiento del cumplimiento del
fallo definitivo; con respecto a la finalidad abstracta esta sirve de medio a través del
cual el órgano jurisdiccional se prestigia. La confianza y seguridad de la sociedad en el
órgano jurisdiccional, dependerá de la eficacia que se logre en los fallos.
La función cautelar se caracteriza por ser conservativa o aseguradora del derecho, de
manera que sólo se requiere la apariencia que existan intereses sustanciales, que en
doctrina se conoce como el fumus bonis iuris, lo cual no requiere de certeza del derecho
sino de la posibilidad o probabilidad de la existencia del mismo, además del llamado
periculum in mora, es decir, del hecho natural o voluntario que es capaz de producir un
daño.
La función jurisdiccional de cautela se diferencia de las demás por constituir un
pronunciamiento anticipado del previsible resultado de un proceso actual o futuro,
garantizando directa o indirectamente la eficacia de la resolución final favorable
pronunciada en el proceso cuya pretensión cautelar. Del mismo modo, la función
jurisdiccional de cautela se manifiesta a través de una resolución expedida y ejecutada
sin audiencia del afectado, lo que revela otra particularidad que la distingue de otras
manifestaciones jurisdiccionales.
Finalmente, si la finalidad pública o mediata del proceso (llamada abstracta por el
legislador) es lograr la paz social en justicia; el proceso cautelar es el medio más eficaz
para hacer realidad tal propósito, evitando que se tornen ilusorios los fallos judiciales;
salvaguardando la credibilidad de la función estatal en lo que a servicio público de
justicia se refiere.
LAS MEDIDAS CAUTELARES
Marco conceptual.
El término medida debemos conceptualizarlo en su sentido práctico. La medida
cautelar, por consiguiente, es la decisión cautelar ejecutada que presenta características
peculiares según el tipo de proceso al cual cautela, ello explica precisamente que la
medida cautelar sea variable. Medida cautelar es la decisión jurisdiccional
positiva debidamente ejecutada.
No obstante sostener que la medida cautelar es la decisión cautelar ejecutada, ello no
es simple como parece puesto que el punto de referencia a partir del cual
estudiemos al tema cautelar nos conducirá a denominaciones cautelares especiales, este
problema es expresado por Podetti en los siguientes términos: “Si buscamos su
nombre en la pretensión, tendríamos que designarlas como acción o acciones
cautelares o conservativas; si en la forma de sustanciarlas, tendríamos que llamarlas
procesos o procedimientos cautelares, y si por la resolución, sentencias o
decisiones cautelares. Pero, con ninguna de esas designaciones se logra una idea integral
de la institución, aparte de que, como veremos en seguida, pueden dar lugar a
equívocos”. Explicando la motivación por la cual resulta más adecuado emplear la
denominación de “medida” antes que providencia, el mismo autor dice que dicho
sustantivo da idea del objetivo y del resultado. Si bien el vocablo significa decisión, su
sentido es más amplio que el dado a decisión o resolución, porque indica algo que
se cumple.
Tomar medidas para reparar o solucionar una dificultad, no implica solamente decidir
algo, sino ponerlo en ejecución. Sin embargo, en la doctrina y en la legislación no es
uniforme el término o denominación que se utiliza. Al sustantivo medidas y para indicar
su naturaleza, se le agregan diversos adjetivos calificativos o voces que lo califican: de
seguridad, urgentes, precautorias, preliminares o previas o preparatorias, preventivas,
provisionales, de conservación, de cautela o cautelares. Así por ejemplo en la
doctrina, Chiovenda las llama “medidas provisionales de cautela o conservación;
Goldschmidt

CLASES DE MEDIDAS CAUTELARES

No pretendemos en este punto abarcar las diferentes clasificaciones que de las medidas
cautelares hace la doctrina y aun la legislación comparada, en atención a la diversidad
de criterios clasificatorios (siendo unos incompletos y otros demasiado complejos) que
haría muy extensa esta parte de nuestro estudio de las medidas precautorias, por lo que
nos centraremos únicamente en la clasificación que se desprende del ordenamiento pro-
cesal peruano.

Así tenemos que pueden clasificarse las medidas cautelares:

A. De acuerdo a la oportunidad en que han sido peticionadas. En:

1) Medidas cautelares anticipadas o fuera del proceso.


(Arts. 608 y 636 del C.P.C.).
2) Medidas cautelares dentro del proceso. (Art. 608 del C.P.C.).

B. Según su previsión o no en el ordenamiento legal. En:


1) Medidas cautelares genéricas o atípicas. (Art. 629 del C.P.C.).
2) Medidas cautelares específicas o típicas. (Capítulo II del Título IV de la
Sección Quinta del C.P.C.).
Estas últimas se subdividen a su vez en:
a) Medidas para futura ejecución forzada. (Arts. 642 al 673 del C.P.C.). Pueden ser
las siguientes:
a.1) Embargo:
- En forma de depósito.
- En forma de inscripción.
- En forma de retención.
- En forma de intervención:
- En recaudación.
- En información.

- En forma de administración.

a.2) Secuestro:

- Judicial.
- Conservativo.

a.3) Anotación de demanda en los Registros Públicos.


b) Medidas temporales sobre el fondo. (Arts. 674 al 681 del C.P.C.).
c) Medidas innovativas. (Arts. 682 al 686 del C.P.C.).
d) Medidas de no innovar. (Art. 687 del C.P.C.).

FINALIDAD DE LA MEDIDA CAUTELAR


La medida cautelar tiene por finalidad darle en lo posible al solicitante de la misma, la
seguridad que lo ordenado en la sentencia va a ser cumplido o ejecutado. De esta
manera se garantiza que no sólo va a obtener una simple declaración respecto de su
derecho, sino que su pretensión va a ser amparada de modo efectivo.
«A la cognición y a la ejecución, con las que la jurisdicción cumple el ciclo entero de
sus funciones principales, se agrega una tercera actividad que tiene una finalidad
auxiliar y subsidiaria, y es la actividad cautelar. La misma está dirigida a asegurar, a
garantizar el eficaz desenvolvimiento y el proficuo resultado de las otras dos, y
concurre, por eso, mediatamente a la obtención de los fines generales de la
jurisdicción». (LIEBMAN, 1980: 161).
«... Todo proceso (...) demanda un tiempo considerable para su decisión, y es probable
que durante su sustanciación se produzcan hechos que tornen imposible el
cumplimiento de lo resuelto por la sentencia definitiva. Entonces, las medidas cautelares
tienen por finalidad asegurar el resultado de la sentencia que debe recaer en un proceso
determinado, para que la justicia no sea burlada, haciendo imposible su cumplimiento»
(PALMA, 1994).
IMPORTANCIA DE LA MEDIDA CAUTELAR
De acuerdo a lo dispuesto por el artículo III del Título Preliminar del Código Procesal
Civil la finalidad concreta del proceso «... es resolver un conflicto de intereses o
eliminar una incertidumbre, ambas con relevancia jurídica, haciendo efectivos los
derechos sustanciales...», mientras que su finalidad abstracta «... es lograr la paz social
en justicia», (La última -en nuestra opinión- no es sino una consecuencia de la primera).
Ahora bien, para alcanzar tales finalidades es necesario que del proceso derive un
resultado material que no es otro sino el efectivo cumplimiento de la sentencia. No basta
con la declaración judicial, es necesario impregnarle pragmatismo a su contenido, es
indispensable que se dé una auténtica composición de la litis, es decir, que sea resuelta
eficazmente.
La medida cautelar funda su importancia en lo expuesto al constituir un mecanismo
procesal que probablemente permitirá asegurar la ejecutabilidad del fallo final (pues no
toda medida preventiva es absoluta), lo que de por sí puede significar la futura
obtención del resultado material aludido, contribuyendo de ese modo a lograr el
cometido del proceso.
GENERALIDADES SOBRE LAS MEDIDAS CAUTELARES
Las medidas cautelares se encuentran reguladas en el Título IV («Proceso Cautelar») de
la Sección Quinta («Procesos Contenciosos») del Código Procesal Civil.
JUEZ COMPETENTE, OPORTUNIDAD Y FINALIDAD ARTICULO 608
Todo juez puede, a pedido de parte, dictar medida cautelar antes de iniciado un proceso
o dentro de este, destinada a asegurar el cumplimiento de la decisión definitiva.
1. La actividad de la jurisdicción para dirimir un conflicto y brindar tutela efectiva,
pasa por una etapa previa de conocer los hechos alegados y acreditados por las partes,
para luego definir el derecho en discusión, esto es, declara la existencia o no del
derecho afectado; sin embargo, a pesar de haberse establecido la certeza del derecho
reclamado, puede darse el caso que se mantenga la renuencia a satisfacerlo,
circunstancias que obligan a la parte beneficiada a recurrir a la ejecución forzada de
este. En tanto sucede ello, la situación de hecho que justificaba la tutela del derecho
reclamado puede alterarse, a tal punto que puede llegar a desaparecer, tornando en
ilusión la satisfacción del derecho declarado. Bajo ese contexto, aparece en el escenario
el proceso cautelar, para cumplir una función diferente al proceso de conocimiento y de
ejecución, dirigida a garantizar el eficaz desenvolvimiento de los procesos ya citados;
pero, la tutela cautelar no solo tiene como finalidad asegurar el resultado del proceso,
sino que, como señala (Rodolfo, 2000) tiende principalmente, mediante medidas
adecuadas, a la conservación del orden y de la tranquilidad pública, impidiendo
cualquier acto de violencia o que las partes quieran hacerse justicia por sí mismas
durante la sustanciación del proceso, prescindiendo del órgano jurisdiccional. En el
tiempo que transcurre mientras espera poder iniciar o mientras se desarrolla un proceso,
puede suceder que los medios que le son necesarios (pruebas y bienes) se encuentren
expuestos al peligro de desaparecer o, en general, de ser sustraídos a la disponibilidad
de la justicia; o, más genéricamente, puede suceder que el derecho cuyo reconocimiento
se pide, resulte amenazado por un perjuicio inminente e irreparable. La acción cautelar
está siempre vinculada por una relación de instrumentalidad, respecto de la pretensión
principal ya propuesta o por proponerse. Tiene como fin garantizar el resultado de la
pretensión principal; no obstante, ello, la acción cautelar es autónoma y puede ser
aceptada o rechazada según su contenido y urgencia alegada.
2. El proceso no se agota en un instante. El tiempo que tome desde que se inicia el
proceso hasta que se logre una sentencia, en definitiva, que dirima el conflicto, podría
llevar a buscar tutela para conservar o para innovar la situación de hecho existente,
prohibiendo su transformación o imponiendo la mutación de ese estado; pero también la
tutela puede orientarse a asegurar a futuro la ejecución forzada de una sentencia, como
sería el caso del embargo, que busca inmovilizar los bienes de propiedad del obligado.
Ello se explica porque para evitar poner en cuestionamiento la efectiva tutela de la
jurisdicción, se hace necesario pedir a ella otro tipo de respuestas, ya no la dirimente de
un conflicto, sino la que busque asegurar, conservar o anticipar los efectos del derecho
en discusión. En ese sentido, la medida cautelar está "destinada a asegurar el
cumplimiento de la decisión definitiva". La falta de custodia frustraría la eficacia de la
función dirimente. Tenemos que precisar que se pide el aseguramiento, no para que la
jurisdicción resuelva el conflicto, sino para que genere otro tipo de respuestas, otras
situaciones que proporcionen una real efectividad del derecho; sin embargo, existen
medidas que buscan conservar alguna situación de hecho en discusión o anticipar los
efectos de lo que se busca.

Por otro lado, las medidas cautelares pueden llegar a tener unos efectos innovativos y
anticipativos a la satisfacción de la pretensión deducida en el proceso principal. Ya no
se trata que la conservación de cierta situación implique satisfacción de derechos e
intereses que en aquella estaban siendo satisfechos, sino de introducir una innovación,
satisfaciendo lo que extraprocesalmente nunca fue pacíficamente reconocido. Pueden
citarse bajo estos efectos a los alimentos provisionales (asignación anticipada de
alimentos) que el juez puede acordar a cargo del demandado cuando hayan sido
reclamados judicialmente estos.

En relación al modo como se ejerce la pretensión cautelar señalamos lo siguiente: Las


medidas se promueven a iniciativa de parte. El artículo 608 del CPC recoge la
influencia del principio dispositivo en la pretensión cautelar cuando señala: "todo juez
puede, a pedido de parte, dictar medida cautelar (...)". A pesar de que el artículo 608 del
CPC así lo regule, consideramos la posibilidad de la intervención de oficio del juez para
adoptar medidas de protección, sin pedido de parte, en casos relacionados con el
cuidado de la persona y bienes del menod6), como el que aparece regulado en los
artículos 683y 677 del CPC (7)'
SUSTITUCION DEL JUEZ ARTICULO 609

Si por impedimento, recusación, excusación o abstención se dispone que el conoci-


miento del proceso principal pase a otro juez, este conocerá también del proceso caute-
lar.

1. Una de las características de la medida cautelar es su instrumentalidad, esto es,


nace al servicio del proceso definitivo. Ella está siempre subordinada a un fallo definiti-
vo, aun cuando precede al proceso. Se orienta, más que actuar el derecho, a conseguir o
asegurar la eficacia de la sentencia; más que hacer justicia, contribuye a garantizar el
eficaz funcionamiento de esta. Esto explica la razón para que cuando opere la sustitu-
ción del juez en el conocimiento del proceso principal, este también se extienda al co-
nocimiento del proceso cautelar. La función del proceso cautelar no es independiente
del proceso definitivo. Existe subordinación. No puede aparecer el proceso cautelar sin
la existencia del proceso definitivo. Esta dependencia justifica también que ante la sus-
titución del juez, el conocimiento del proceso principal pase a otro, quien también cono-
cerá del proceso cautelar. En ese sentido, no puede conocer el proceso principal un juez
y el proceso cautelar otro, máxime si la imparcialidad de uno de ellos está en duda.

2. La norma nos coloca en el supuesto de que el juez natural que conoce el proceso
principal sea sustituido por las causales que cita el presente artículo. El nuevo juez que
continuará el conocimiento del proceso principal debe también asumir el proceso
cautelar para lo cual, el juez originario de la medida cautelar debe remitir el expediente
al juez sustituto. La norma solo hace referencia a la sustitución del juez por
impedimento, recusación, excusación o abstención, sin embargo, considerarnos que
esos supuestos no son cerrados porque pueden incorporarse otras situaciones que lleven
al mismo fin, como es, separar por medida disciplinaria del conocimiento del proceso al
juez originario.
3. El sistema de impedimentos y recusaciones ha sido construido dentro del
Derecho Procesal para que los ciudadanos y especialmente los países puedan evitar, que
en determinado caso se vulnere la imparcialidad del juez.

Recusación e impedimento persiguen el mismo fin: apartar del juez sospechoso como
garantía del justiciable. Cuando el juez siente afectada su imparcialidad, desde ese
mismo momento de la manifestación surge una condición impeditiva para el ejercicio
de la jurisdicción en el respectivo proceso. En ese sentido señala la norma: "el juez a
quien le afecte alguna causal de impedimento, deberá abstenerse y declararse impedido
tan pronto como advierta la existencia de ella".

REQUISITOS DE LA SOLICITUD ARTICULO 610

EI que pide la medida debe:

1. Exponer los fundamentos de su pretensión cautelar;


2. Señalar la forma de esta;
3. Indicar, si fuera el caso, los bienes sobre los que debe recaer la medida y el
monto de su afectación;
4. Ofrecer contracautela; y,
5. Designar el órgano de auxilio judicial correspondiente, si fuera el caso. Cuando
se trate de persona natural, se acreditará su identificación anexando copia legalizada de
su documento de identidad personal.

1. Cuando un sujeto recurre a la jurisdicción para buscar tutela cautelar, lo hace con
un instrumento llamado solicitud, en el que traduce su voluntad de pedir una
medida cautelar. Los objetivos de esa solicitud es dar inicio al proceso cautelar y
lograr el pronunciamiento de la jurisdicción al respecto. Esta solicitud es
importante porque es el vehículo a través del cual la parte va a plantear su
pretensión cautelar y fijar la forma de esta; si fuera el caso, señalará los bienes
sobre los que debe recaer la medida y el monto de su afectación, así como el
ofrecimiento de la contracautela y la designación del órgano de auxilio judicial
correspondiente. La solicitud cautelar constituye una forma de cómo se
materializa el derecho de acción, que no siempre es a través de una demanda,
sino que bien puede ejercitarse mediante una solicitud. En el caso particular de la
medida cautelar fuera de proceso, se aprecia que se puede acudir al órgano
jurisdiccional sin demanda. En este caso, no estamos ante un proceso sino ante
un procedimiento, porque todo proceso se inicia con una demanda. Este pedido
cautelar es una instancia, porque constituye una etapa previa a la actuación del
órgano jurisdiccional.
2. La solicitud debe contener los "fundamentos de la pretensión cautelar” (inciso1)
Esta exigencia es determinante para conceder la medida, pues en ella el
interesado debe mostrar los elementos de la cautela: verosimilitud y peligro en la
demora; si se carece de estos, la pretensión se desestimará y carecería de objeto
ingresar a analizar la adecuación de la medida, la contracautela, tipo de cautela,
bienes, órgano de auxilio, etc. En los fundamentos está el sustento de la cautela,
que constituye un elemento de la resolución cautelar, sin embargo, a pesar de
que la redacción de este inciso lo limite a ello, consideramos que se debe aportar
prueba, preferentemente documental, que sustente lo expuesto.
El inciso 2 hace referencia a la forma de la cautela, para lo cual puede recurrir a
las medidas para futura ejecución forzada (embargos), a la anotación de la
demanda, a la medida temporal sobre el fondo, a la medida innovativa y de no
innovar y a la medida genérica. La forma de la cautela debe ser congruente con
la naturaleza jurídica del bien que se quiere afectar y la pretensión que se busca
asegurar; por citar, un vehículo, al ser un bien registrable y registrado puede ser
embargado en forma de depósito, secuestro e inscripción; sin embargo, en
atención a la adecuación de la medida, hay que apreciar si esta forma de cautela
contribuirá a la satisfacción de la pretensión en debate; por ejemplo: si se discute
únicamente el mejor derecho de propiedad, la medida que no podría ampararse
será la de futura ejecución forzada (embargo) por no estar en discusión
pretensiones dinerarias o apreciables en dinero, sin embargo, una de las medidas
adecuadas al caso sería la anotación de la demanda. Véase aquí que la forma de
la cautela requiere ser contrastada con la naturaleza de la pretensión en discusión
y con los bienes que se quiere afectar.
3. El otro requisito que debe contener la solicitud cautelar, si fuere el caso, es la
designación de los bienes sobre los que debe recaer la medida y el monto de su
afectación. Si estamos ante pretensiones dinerarias, la afectación de bienes
dentro del monto que se propone, sería un buen referente (ver el artículo 642 del
CPC); sin embargo, dicha fórmula no sería aplicable para el caso de pretensiones
extrapatrimoniales, salvo que además de la pretensión principal (no patrimonial)
se discuta acumulativamente una pretensión dineraria, por ejemplo, la
indemnización acumulada a la pretensión de mejor derecho de propiedad.
4. Cuando un demandante recurre a la jurisdicción a pedir tutela cautelar para
asegurar que el derecho que se viene discutiendo, sea satisfecho realmente, debe
mostrar una simple apariencia del derecho que invoca y sobre todo justificar la
urgencia de la medida; sin embargo, la resolución cautelar no solo contiene una
medida cautelar a favor de quien la invoca sino que necesariamente contiene otra
medida cautelar a favor del ejecutado, para asegurar, no el derecho en debate,
sino los daños que le pueda generar la ejecución de la medida cautelar. La
resolución cautelar contiene medidas precautorias a favor del actor y a favor del
ejecutado, para asegurar objetos diversos; así pues, el actor persigue el
aseguramiento de la satisfacción del derecho en discusión y el ejecutado el
aseguramiento del daño provocado por la ejecución cautelar. Estas cautelas
mutuas, tanto para el actor como para el ejecutado, se justifican por la
incertidumbre de la relación jurídica en debate. El juez emite un
pronunciamiento, sin tener la certeza del derecho que asegura; solo la mera
apariencia de ese derecho le lleva a aproximarse a una tutela cautelar, justificada
por la urgencia de la medida, por ello, ante la ausencia de certeza, el juez tiene
que voltear la mirada hacia el ejecutado, para brindarle otro típo de tutela
cautelar, frente al daño que le pudiere generar dicha decisión. Definitivamente,
la medida cautelar encierra riesgos, desde que no opera con la certeza del
derecho, sino con la mera apariencia de este; y ese riesgo debe ser asumido por
quien se beneficia con la medida. El riesgo no debe ser trasladado al demandado,
sino por quien obtiene una afectación sobre la esfera jurídica del ejecutado, de
manera anticipada, sin haberse definido aún el derecho en cuestionamiento.
5. La contracautela precisamente tiene por objeto asegurar al afectado con una
medida cautelar, el resarcimiento de los daños y perjuicios que pueda causar su
ejecución (ver el artículo 613 del CPC). Es la seguridad que da una persona a
otra que cumplirá lo pactado o prometido. La contracautela se funda en el
principio de igualdad, pues reemplaza, en cierta medida, a la bilateralidad.
implica que la medida cautelar sea doble: asegura al actor un derecho aún no
actuado y al demandado la efectividad del resarcimiento de los daños, si aquel
no existiera. Ella puede ser de naturaleza personal o real. Esta última, puede
concurrir bajo cualquiera de los derechos sustantivos de garantía, como la fianza,
la prenda, etc.
6. Todas las medidas cautelares exigen, en mayor o menor grado, la colaboración
de terceros o de los propios interesados especialmente designados a tal fin, para
custodiar bienes o personas por mandato judicial. En ese sentido, el inciso 5 del
artículo en comentario, considera como uno de los requisitos de la solicitud
cautelar, la designación del órgano de auxilio judicial, si fuera el caso.

Este es un auxiliar externo de los jueces, encargado de cumplir una medida


cautelar, guardando o vigilando bienes o personas que constituyen la materia
sobre la cual recae la medida. En opinión de algunos autores, estos auxiliares al
ser designados o al encargárseles el cumplimiento de una medida, se constituyen
en representantes del juez; siendo calificados como auxiliares externos de los
jueces. Pueden ser terceros al proceso o, de manera excepcional, los mismos
litigantes, como sería el caso del embargo en forma de depósito. Los órganos de
auxilio judicial pueden agruparse en instituciones y funcionarios administrativos,
como el Banco de la Nación o el Registrador Publico; los propios litigantes,
cuando uno de ellos es designado depositario de bienes embargados; y los
terceros, como el custodio e interventor, que se constituyen en auxiliares ad hoc
para la misión encomendada.
CONTENIDO DE LA DECISIÓN CAUTELAR

ARTICULO 611

El juez, atendiendo a la naturaleza de la pretensión principal y a fin de lograr la eficacia


de la decisión definitiva, dictará medida cautelar en la forma solicitada o en la que con -
sidere adecuada, siempre que de lo expuesto y la prueba presentada por el de' mandan-
te, aprecie:

1. La verosimilitud del derecho invocado.

2. La necesidad de la emisión de una decisión preventiva por constituir peligro Iademo-


ra del proceso, o por cualquier otra razón justificable. La medida solo afecta bienes y
derechos de las partes vinculadas por la relación material o de sus sucesores, en su
caso, La resolución precisará la forma, naturaleza y alcances de la contracautela. La
decisión que ampara o rechaza la medida cautelar será debidamente motivada, bajo
sanción de nulidad.

1. La medida cautelar es otorgada sin contradictorio y en forma inmediata. Frente a


ello, y a fin de que no sea arbitraria la decisión que tome el juez, se exige la presencia
de ciertos elementos para concederla, como la verosimilitud del derecho y el peligro en
la demora.

2. Cuando nos referimos a la verosimilitud del derecho, tenemos que considerar a


lo aparente, esto es, a la probable existencia de un derecho, del cual se pide o se pedirá,
tutela en el proceso principal.
3. El peligro en la demora constituye el elemento más importante a tomar en cuenta
en el estudio de la medida cautelar. Este requiere ser alegado y justificado, mas no pro-
bado.

4. La norma señala que solo se afecta bienes y derechos de las partes vinculadas
por la relación material o de sus sucesores, en su caso. Frente a ello tenemos que seña-
lar que tanto los bienes como los derechos forman parte del patrimonio de una persona
física o jurídica, destinado no solo a la satisfacción de sus necesidades sino a garantizar
sus responsabilidades. Los derechos, que pueden ser de naturaleza real y personal, así
como los bienes que lo integran tienen que ser susceptibles al tráfico jurídico del co-
mercio entre los hombres.

Otro supuesto a contemplar es cuando el embargo recae sobre el crédito, en cuyo caso
se dirige no contra el deudor, sino contra un tercero acreedor, que a su vez es deudor del
embargado

5. Por otro lado, para contrarrestar el inaudita para que se da en la medida cautelar
surge la contracautela. Nótese que ella no es concebida como un elemento de la medida
cautelar, sino como un presupuesto de la resolución cautelar, de tal manera que en el
pronunciamiento judicial no puede haber cautela sin contractuela. En tanto perviva la
contracautela pervivirá la cautela.

La contracautela opera como una garantía por la realización de la medida cautelar. Se


funda en el principio de igualdad, pues no solo se debe pretender asegurar al actor un
derecho no actuado, en atención a la verosimilitud y el peligro en la demora, sino que
también debe preverse la posibilidad de asegurar al demandado la efectividad del resar-
cimiento de los daños, generado por la medida cautelar.

6. Pueden concurrir a la contracautela diversos derechos personales o reales, en ga-


rantía, como fianza, la hipoteca, la prenda, etc. El artículo 613 del CPC, califica a la
contracautela de naturaleza real o personal. Dentro de la segunda se incluye la caución
juratoria, que implica solo una promesa de responder de los posibles daños y perjuicios
que la medida pudiera ocasionar, si no resultare fundada la pretensión principal.

CARACTERISTICAS DE LA MEDIDA CAUTELAR ARTICULO 612

Toda medida cautelar importa un prejuzgamiento y es provisoria, instrumental y


variable.

1. La medida cautelar importa un prejuzgamiento porque anticipa opinión, pero no


obliga a resolver al juez en la decisión final en atención a la medida dictada con antela-
ción. El juez no está en condiciones de afirmar que la pretensión demandada será ampa-
rada. Si bien se obtuvo la medida cautelar, ella puede ser alterada por lo actuado en la
etapa probatoria del proceso, haciendo luego que la decisión final sea diferente a la que
se hubiese tomado antes de ella.

2. Otra de las características de la medida cautelar es ser provisoria, decimos' ello


porque tiene una duración limitada con el tiempo a diferencia del proceso y porque está
relacionada con el fallo definitivo. Emitida la sentencia desaparece automáticamente la
medida cautelar y por tanto se cancela la contracautela si se ampara la demanda dando
inicio a la ejecución forzada (véase al respecto lo regulado en el artículo 620 del CPC).
Si la sentencia es infundada, por rechazar la pretensión, desaparece la medida cautelar,
dando paso a examinar la probabilidad de ejecutar la contracautela. Lo provisorio de la
medida justifica que esta desaparezca sea por sentencia o sin ella. En este último caso,
la medida se altera porque concurren pruebas que convencen que la apariencia del dere-
cho ha desaparecido. El fin de esta característica es eliminar el peligro en la demora,
como uno de los elementos de la medida cautelar, superado ello, la medida cautelar
puede levantarse o desaparecer

3. El carácter instrumental de la medida recae en que nace al servicio del proceso


definitivo. Esta siempre subordinada a un fallo definitivo, aun cuando preceda al proce-
so. Se orienta, más que actuar el derecho, a conseguir o asegurar la eficacia práctica de
la sentencia. Más que hacer justicia, contribuye a garantizar el eficaz funcionamiento de
esta.

4. La medida cautelar es variable porque se dicta en atención a la apariencia del


derecho. Esta apariencia puede aumentar o desaparecer conforme avanza el proceso. A
diferencia de lo que ocurre cuando se emite una declaración de certeza, la decisión que
se dicte en una medida cautelar no será definitiva, pues se admitirá el juego del
principio del rebus sic stantibud.2T), de modo que la medida puede ser variada si
cambian las circunstancias que justificaron su dictado. Si el favorecido con la medida
cautelar no ha podido a lo largo del proceso acreditar su derecho, es factible que -a
pedido de parte- la medida cautelar sea disminuida; caso contrario, si el derecho aparece
consolidado, bien puede el titular obtener medidas cautelares adicionales. Antes del
fallo definitivo, la medida cautelar, puede sufrir modificaciones en cantidad y calidad.
Cuantas veces cambia la situación que motivó la expedición de una medida cautelar, el
juez podrá modificarla. En este sentido debe apreciarse la regulación de la sustitución y
la variabilidad de la medida que regula los artículos 617 y 628 del CPC

CONTRACAUTELA Y DISCRECIONALIDAD DEL JUEZ ARTICULO 613

La contracautela tiene por objeto asegurar al afectado con una medida cautelar, el
resarcimiento de los daños y perjuicios que pueda causar su ejecución La admisión de
la contracautela, en cuanto a su naturaleza y monto, será decidida por el juez, quien
podrá aceptar la ofrecida por el solicitante, graduarla, modificarla o, incluso, cambiarla
por la que considere pertinente. La contracautela puede ser de naturaleza real o
personal. Dentro de la segunda se incluye la caución juratoria, que será ofrecida en el
escrito que contiene la solicitud de medida cautelar, con legalización de firma ante el
secretario respectivo. La contracautela de naturaleza real, se constituye con el mérito de
la resolución judicial que la admite y recaerá sobre bienes de propiedad de quien la
ofrece; el juez remitirá el oficio respectivo para su inscripción en el registro
correspondiente. En caso de ejecución de la contracautela, esta se llevará adelante, a
pedido del interesado, ante el juez que dispuso la medida y en el mismo cuaderno
cautelar; el que resolverá lo conveniente previo traslado a la otra parte. Cuando se
admite la contracautela sometida a plazo, esta quedará sin efecto al igual que la medida
cautelar, si el peticionante no la prorroga u ofrece otra de la misma naturaleza o
eficacia, sin necesidad de requerimiento y dentro de tercer día de vencido el plazo.

1. La contracautela responde al principio de igualdad, ya que viene a contrarrestar


la ausencia de la contradicción inicial que caracteriza al proceso cautelar. La determina -
ción del tipo y del monto de la contracautela se halla librada al criterio judicial. Como
señala el ar1ículo, "la admisión de la contracautela, en cuanto a su naturaleza y monto,
será decidida por el juez quien podrá aceptar la ofrecida por el solicitante, graduarla,
modificarla o, incluso, cambiarla por la que considere pertinente". La contracautela se
justifica en atención a que la medida cautelar nace para una función asegurativa, la mis-
ma que puede cumplir satisfactoriamente con su objetivo o puede ser inútil y provocar
perjuicio; de ahí que una de las características de la medida cautelar es la contingencia,
porque está ligada al riesgo. Si no se ampara la demanda, hay la obligación de indemni -
zar al perjudicado con la ejecución cautelar. La obligación de indemnizar no surge por-
que la medida cautelar dictada sea injusta, sino por el hecho que su expedición y ejecu-
ción importa riesgo, que debe ser asumido por quien se beneficia con é1. Esto nos lleva
a señalar que también concurre una cautela a favor del ejecutado con la medida, por su-
puesto con un objeto diverso al del ejecutante, pues no solo el mandato del juez se
orientará a cautelar la satisfacción futura del derecho en litigio sino en cautelar el daño
que pudiere causar la ejecución de dicha medida; de ahí que algunas opiniones disienten
calificar de contracautela a la tutela de posible daño al ejecutado con la cautela, pues en
ambos casos hay cautela.

2. Como ya se ha expresado al comentar el artículo 611, toda medida cautelar re-


quiere de ciertos presupuestos básicos para que pueda existir. Ellos son la verosimilitud
del derecho y el peligro en la demora. La contracautela es un presupuesto de la resolu-
ción cautelar mas no de la medida cautelar; eso implica que se puede conceder cautela,
aun sin materializar la contracautela, pero para la ejecución de la cautela, requiere nece-
sariamente de la previa incorporación de la contracautela.

3. La contracautela según su naturaleza se divide en real y personal. La real se va a


expresar en una suma de dinero, títulos o bienes, que pueden pertenecer al propio bene-
ficiado o terceros, quienes darán su conformidad. La contracautela personal se expresa
en la fianza; sin embargo, se permite el juramento del propio afectado o promesa de ter-
ceros de reconocida solvencia económica y moral de responder por el perjuicio que pu-
diera producir la traba, por ejemplo, un banco u entidad financiera podría otorgar esa
contracautela, siempre y cuando el derecho en discusión no esté relacionado con la
mala fe o con la actividad ilícita del banco.

Artículo 620.- CANCELACION DE LA CONTRACAUTELA

Resuelto el principal en definitiva y de modo favorable a quien obtuvo medida cautelar,


la contra cautela ofrecida queda cancelada en pleno derecho.
Según las concordancias de este artículo son necesarias las decisiones del juez ya que la
contra cautela es un requisito importante para la solicitud de una medida cautelar.
La contra cautela se justifica en atención a que la medida cautelar nace para una función
asegurativa. Puede cumplir satisfactoriamente con su objetivo o puede ser inútil y
provocar perjuicio; de ahí que una de las características de la medida cautelar es la
contingencia, porque está ligada al riesgo. Si no se ampara la demanda, hay la
obligación de indemnizar al perjudicado con la ejecución cautelar.
Entonces decimos que la contracuela cuida que el resarcimiento de los daños y
perjuicios que pueda causar la ejecución de la medida cautelar.
La cancelación de la contracautela se da cuando se ya es ejecutada la medida cautelar y
queda extinguido el pleno derecho de esta. Dada la ejecución queda cancelado y
extinguido el derecho ya que la cancelación de la contracautela opera cuando lo resuelto
es definitivo, esto se explica como resultado de la conversión de la medida cautelar a la
ejecución forzada, donde la aseguración de la cautela se transforma a la satisfacción del
derecho firme declarado en la sentencia.
La suerte de la contracautela está inminentemente ligada con lo resuelto en la sentencia
definitiva. Si ella es favorable a quien obtuvo la medida cautelar, la contracautela se
cancela de pleno derecho, pero, en el supuesto que la sentencia sea desfavorable, la
contracautela perdurará hasta que responda quien obtuvo la medida cautelar, por los
daños ocasionados con ella.

PROCEDENCIA DE LA MEDIDA

La medida cautelar procede siempre que el juez, de acuerdo a o expuesto y a la prueba


anexa, considere verosímil de derecho invocado y necesaria la preventiva por constituir
peligro la demora del proceso, o por cualquier otra razón justificable.

Es procedente también el pedido de medida cautelar de quien ha obtenido sentencia fa-


vorable, aunque fuera impugnada.

IMPROCEDENCIA DE LA MEDIDA

No proceden las medidas cautelares para futura ejecución forzada.

Si la pretensión se encuentra suficientemente garantizada, es improcedente el pedido de


medida cautelar.
PROCESO ÙNICO DE EJECUCION

Hinostroza, A, (2008) El proceso de ejecución es aquel en el cual, preexistiendo


un derecho cierto o presumiblemente cierto, se procura su efectivizarían para
satisfacer el interés del titular. En los procesos de ejecución se pretende solucionar
un conflicto, pero sobre la base de un título ejecutivo, al cual la ley otorga una
presunción de autenticidad. Por ello el conocimiento es limitado, las defensas son
taxativamente enumeradas por la ley y los plazos breves y perentorios.

El proceso de ejecución no busca la constitución o la declaración de una relación


jurídica sino satisfacer un derecho ya declarado. El proceso de ejecución es
definido como aquel que, partiendo de la pretensión del ejecutante, realiza el
órgano jurisdiccional y que conlleva un cambio real en el mundo exterior, para
acomodarlo a lo establecido en el título que sirve de fundamento a la pretensión
de la parte y a la actuación jurisdiccional. (E., 1980)califica al proceso de
ejecución como "aquella actividad con la cual los órganos judiciales tratan de
poner en existencia coactivamente un resultado práctico, equivalente a aquel que
habría debido producir otro sujeto, en cumplimiento de una obligación
jurídica".pag.150

Para Couture, (Couture, 1997)el derecho entra aquí en contacto con la vida, de tal
manera que su reflejo exterior se percibe mediante las transformaciones de las
cosas y lo explica así: "Si la sentencia condena a demoler el muro, se de muele; si
condena a entregar el inmueble se aleja de él a quienes lo ocupen; si condena a
pagar una suma de dinero y esta no existe en el patrimonio del deudor, se
embargan y se venden otros bienes para entregar su precio al acreedor. Hasta el
momento, el proceso se había desarrollado como una disputa verbal, simple lucha
de palabras; a partir de este instante cesan las palabras y comienzan los hechos".

Para Couture, (Couture, 1997)En este orden de ideas, tenemos que precisar
que la tutela efectiva no solo se agota con los procesos de cognición sino con los
de ejecución. La tutela solo será realmente efectiva cuando se ejecute el mandato
judicial. El incumplimiento de lo establecido en una sentencia con carácter de
cosa juzgada implica la violación, lesión o disminución antijurídica de un derecho
fundamental: la tutela efectiva, que la jurisdicción tiene la obligación de reparar
con toda firmeza. El que la sentencia declare que el demandado adeuda una
cantidad de dinero al demandante y le condene a pagarla, no supone ello tutela
efectiva. Para que esta se logre es necesario una actividad posterior que pueda
realizarse de dos maneras: cumpliendo el obligado, de manera voluntaria, la
prestación que le impone la sentencia o ingresando, ante su resistencia, a la
ejecución forzosa de la prestación. Lo interesante de esta etapa es que la ejecución
permite algo que hasta el momento de la cosa juzgada era imposible: "la invasión
en la esfera individual ajena y su transformación material para dar satisfacción a
los intereses de quien ha sido declarado triunfador en la sentencia. Ya no se trata
de obtener algo con el concurso del adversario, sino justamente en contra de su
voluntad. Ya no se está en presencia de un obligado, como en la relación de
derecho sustancial, sino en presencia de un subjectus, de un sometido por la fuerza
coercible de la sentencia"

En síntesis, podemos señalar que proceso de ejecución es aquella actividad


con la cual los órganos judiciales tratan de poner en existencia coactivamente un
resultado práctico, equivalente a aquel que habría debido producir otro sujeto, en
cumplimiento de una obligación jurídica. Es, pues, el medio por el cual el orden
jurídico reacciona ante la trasgresión de una regla jurídica concreta, de la cual
surge la obligación de un determinado comportamiento de un sujeto a favor de
otro.

Frente a una demanda que se interpone en el proceso único de ejecución, el


juez no escucha a la otra parte, si no que dicta el mandato ejecutivo inaudita altera
parte, el solo mérito del título ejecutivo, obvio si éste califica positivamente, dada
la fuerza que el ordenamiento jurídico le da precisamente al título ejecutivo, que
ofrece la suficiente certeza de la existente obligación, a partir de la reciente
modificación del artículo 724 del Código Procesal Civil, el autor puntualiza que la
verdadera voluntad del legislador es otorgarle la posibilidad al acreedor de
garantizar el crédito impago antes o después del remate del bien otorgado en
garantía, siendo factible solicitar medidas cautelares fuera o dentro del proceso o
medidas de ejecución que tengan como finalidad garantizar la satisfacción íntegra
de la obligación. Finalmente, señala que el proceso único de ejecución en sus
diferentes modalidades solo podrá iniciarse y seguirse si la obligación consta en
un título ejecutivo, situación que no es tomada en cuenta en ocasiones por los
operadores jurídicos.

Es aquel mediante el cual se persigue el cumplimiento forzado de:

• Sentencia consentida o ejecutoriada

• Transacción o acuerdo homologado judicialmente

• Multas o sanciones procesales

• Cobro de honorarios

• Multas o sanciones procesales

• Títulos ejecutivos

1. REQUISITOS COMUNES PARA LA EJECUCIÓN


 Obligación o derecho cierto
Sea actual y real, indubitable del título.

• Obligación o derecho expreso


Debe expresarse el contenido y alcance de la obligación, partes vinculadas
y los términos en que la obligación se ha estipulado.

• Obligación o derecho exigible

Su cumplimiento no está sujeto a condición o plazo o que habiéndolo


estado ha vencido.

PARTES DEL PROCESO EJECUTIVO

- Ejecutante (demandante)

- Ejecutado (demandado o condenado)

El Art. 688° del Código Procesal Civil nos señala cuáles son los títulos
ejecutivos que se pueden accionar, asimismo el Art. 689° del mismo cuerpo legal
nos hace mención de los requisitos comunes que se deben tener en cuenta para
accionar un proceso de ejecución, los mismos que son:

- Que el título ejecutivo contenga una obligación de dar, hacer o no hacer


y que esta obligación sea cierta, expresa y exigible, es decir, si cumplen con estos
requisitos tienen mérito ejecutivo.

- Legitimación y derechos de terceros, es decir, que el demandante


(ejecutante) tenga capacidad ad causam activa y el demandado (ejecutado)
también tenga la capacidad ad causam pero en este caso será pasiva. Y se tendrá
en cuenta a un tercero cuando dicha ejecución pueda afectar sus derechos.

LOS TÍTULOS EJECUTIVOS REGULADOS EN EL CÓDIGO PROCESAL CIVIL

El artículo 688 del Código Procesal Civil establece que los títulos ejecutivos
provienen por la actividad judicial o por el ejercicio del principio de autonomía
privada de partes, que comprende a los acuerdos por conciliación o transacción
homologados y las sentencias judiciales firmes. Se debe precisar que tanto la
transacción judicial y la conciliación judicial, una vez homologadas, son
equiparables a la sentencia definitiva y tienen eficacia de cosa juzgada. Véase al
respecto lo normado en los artículos 337 y 328 del CPC. Ello justifica que cuando
se conviene que una o ambas partes cumplan con una determinada prestación, se
apliquen, frente al eventual incumplimiento, las normas que gobiernan el proceso
de ejecución de sentencias. Además, el efecto de la cosa juzgada es tal, que solo
se podría enervar dichos efectos por actividad fraudulenta en la forma que señala
el artículo 178 del CPC.

Según el art. 688° del CPC. El proceso único de ejecución tiene por finalidad obtener el
cumplimiento de una obligación que consta en:

1. Las resoluciones judiciales firmes; aquellas decisiones que sean susceptibles de


ejecución
2. Los laudos arbítrales firmes; los laudos arbitrales firmes también constituyen
títulos de ejecución porque los árbitros, sean de derecho o de equidad, no
cuentan con imperium para ordenar la ejecución del laudo que emitan, pues ello
solo es monopolio de la actividad jurisdiccional.
3. Las Actas de Conciliación de acuerdo a ley; contiene la manifestación de
voluntad de las partes.
4. Los Títulos Valores que confieran la acción cambiaria, debidamente protestados
o con la constancia de la formalidad sustitutoria del protesto respectiva; o, en su
caso, con prescindencia de dicho protesto o constancia, conforme a lo previsto
en la ley de la materia;
5. La constancia de inscripción y titularidad expedida por la Institución de Com-
pensación y Liquidación de Valores, en el caso de valores representados por
anotación en cuenta, por los derechos que den lugar al ejercicio de la acción
cambiaria, conforme a lo previsto en la ley de la materia;
6. La prueba anticipada que contiene un documento privado reconocido; Es un
procedimiento orientado a facilitar la vida del proceso principal que se agrupa en
dos categorías: diligencias preparatorias y diligencias conservatorias de prueba,
en atención a la finalidad que se persigue.
7. La copia certificada de la Prueba anticipada que contiene una absolución de po-
siciones, expresa o ficta;
8. El documento privado que contenga transacción extrajudicial; . La transacción
siempre contiene pretensiones patrimoniales y exige reciprocidad en ellas
9. El documento impago de renta por arrendamiento, siempre que se acredite ins-
trumentalmente la relación contractual;
10. El testimonio de escritura pública; . En atención a la persona que sus cribe el
testimonio, como es el notario público, conlleva a que sea lineado como
documento público, generando la presunción de certeza
11. Otros títulos a los que la ley les da mérito ejecutivo.

PRESUPUESTOS PROCESALES

Los presupuestos del título ejecutivo son los requisitos, formales y sustanciales,
que permiten a quien se halle premunido de él, utilizar la vía ejecutiva, sea la ge-
nérica o común, sea la específica que la ley ha creado o autorizado para ciertos tí-
tulos.

La concurrencia de todos esos presupuestos, dan fuerza ejecutiva al título y su


examen puede ser verificado en dos momentos: oficiosamente por el juez al librar
el mandamiento o denegar el uso de la vía ejecutiva y supeditado a la instancia del
ejecutado, cuando éste opone excepciones.

• Legitimación Sustancial
• Obligación pura o condición cumplida
• Objeto cierto y determinado o determinable
• Plazo vencido
• Causa Lícita
LA CONTRADICCIÓN, SU NATURALEZA, OBJETO Y FIN EN EL PROCESO
EJECUTIVO

Hinostroza, A. (2010) manifiesta que la naturaleza de la contradicción tiene un


origen constitucional y en varios principios generales del derecho procesal. El
objeto de la contradicción es “una tutela abstracta por una sentencia justa y legal,
cualquiera sea, y la oportunidad de ser oído en el proceso para el ejercicio del
derecho de defensa en igual de condiciones, facultades y cargas.

En cuanto al fin que con él se persigue es, por una parte, la satisfacción del interés
público en la buena justicia y en la tutela del derecho objetivo y, por otra parte, la
tutela del derecho constitucional de defensa y de la libertad individual en sus
distintos aspectos”. En otras palabras, la contradicción se inicia una vez se acciona
y dinamiza la pretensión dentro del aparato de administración de justicia, mientras
el objeto se dirige a resolver el conflicto emitiéndose la sentencia, la finalidad es
lograr justicia y bienestar general a los usuarios del proceso “ejecutivo”.

“El derecho de contradicción es de carácter abstracto, porque no tiene un


contenido concreto, sino a través del ejercicio del derecho de defensa y del
derecho a excepcionar que tiene el demandado; en tal virtud, puede proponer en
un proceso determinado donde hay sido emplazado, medios de defensa de fondo,
como el pago, la novación, la remisión; medios de defensa de forma, como la falta
de presupuestos procesales o de las condiciones de la acción (falta de capacidad
en el demandante o su representante, incompetencia, la falta de legitimidad para
obrar etc.).

En el Código, como en muchos Códigos, se puede excepcionar, aduciendo la falta


de un presupuesto procesal (incompetencia, incapacidad del actor o de su
representante, representación insuficiente del demandante o del demandado) o,
bien, aduciendo la falta de una condición de la acción (falta de legitimidad para
obrar, etc.). Finalmente puede ejercer el derecho de contradicción, cuando el
demandado interpone una defensa previa, como en el caso de alegar el beneficio
de inventario, el beneficio de excusión, etc., como lo admite el Art. 455.
La interposición de la reconvención, no importa ejercer el derecho de
contradicción en proceso, sino el ejercicio de derecho de acción por parte del
demandado (Art. 455). (Pág. 65-68)

LEGITIMACIÓN Y DERECHO DE TERCERO.

 Que en los procesos únicos de ejecución cuentan con legitimidad acti-


va todas aquellas personas que tengan un derecho reconocido en su favor y que
consta en el título respectivo (título ejecutivo de naturaleza judicial o extrajudi-
cial).
 Que en los procesos únicos de ejecución están legitimados pasivamen-
te todas aquellas personas que figuran en el título correspondiente (título ejecutivo
de naturaleza judicial o extrajudicial) como obligadas.
 Que, si cabe la posibilidad que la ejecución afecte derechos de terce-
ros, entonces, el mandato ejecutivo le debe ser notificado a éstos. En tal caso, la
intervención de los terceros se sujetará a lo dispuesto en el artículo 101 del CPC.
 Que, en caso de que la ejecución pueda afectar derecho de tercera per-
sona y no sea posible su notificación con el mandato ejecutivo por desconocerse
su domicilio, deberá procederse conforme a lo señalado en el art. 435 CPC, es de-
cir mediante edicto al referido tercero que puede resultar afectado con la ejecución
y cuyo domicilio se ignora, bajo apercibimiento de designársele el correspondien-
te curador procesal que intervenga en el proceso en defensa de sus derechos e in-
tereses.

COMPETENCIA

Para el autor Rodríguez, E. (2005) sostiene que la competencia es la


facultad que tiene una autoridad (juez o árbitro) para conocer, procesar, juzgar,
resolver y ejecutar la decisión que resuelva el litigio. La competencia del proceso
ejecutivo esta expresado en el Código Procesal Civil en su artículo 696:

a) El juez de paz letrado es competente para conocer pretensiones cuya


cuantía no sea mayor de cincuenta unidades de referencia procesal.
b) Será de competencia del Juez Civil las pretensiones que superen las
cincuenta unidades de referencia procesal. Los procesos de ejecución (Art. 34) se
someten a las reglas generales sobre competencia previstas en el Título II de la
Sección Primera del Código Procesal Civil, salvo disposición distinta de este
Código.

Los cuestionamientos son básicamente:

a) La incompetencia: objetiva (declinatoria, inhibitoria, declaración


oficiosa de incompetencia) y subjetiva (recusación/ excusación)

b) Los conflictos de competencia o bien llamados por el Maestro


Alzamora Valdez “contienda de competencia” pueden ser: “positiva, cuando dos
jueces pretender asumir el conocimiento del mismo litigio, y negativa si ambos
jueces pretender ser incompetentes en igual caso”

c) Prorroga de competencia consiste técnicamente en un acuerdo de los


litigantes para que el juez natural inicial no sea quien juzgue.

d) Sometimiento al Arbitraje e) Cuando existe acumulación de procesos


por conexidad y afinidad Debemos ser exactos y minuciosos al momento de
dirigir la demanda y calcular el monto para que no sea declarada inadmisible.
(Pág. 132-134)

Conclusión
 La función cautelar se caracteriza por ser conservativa o aseguradora del
derecho, de manera que sólo se requiere la apariencia que existan intereses
sustanciales, que en doctrina se conoce como el fumus bonis iuris, lo cual no
requiere de certeza del derecho sino de la posibilidad o probabilidad de la
existencia del mismo, además del llamado periculum in mora, es decir, del
hecho natural o voluntario que es capaz de producir un daño.
 Finalmente, si la finalidad pública o mediata del proceso (llamada abstracta por
el legislador) es lograr la paz social en justicia; el proceso cautelar es el medio
más eficaz para hacer realidad tal propósito, evitando que se tornen ilusorios los
fallos judiciales; salvaguardando la credibilidad de la función estatal en lo que a
servicio público de justicia se refiere.
 El proceso único de ejecución tiene como finalidad que en un único proceso
el acreedor que cuenta con título ejecutivo pueda ver satisfecha íntegra-men-
te su pretensión ejecutiva realizando todas las garantías (reales, personales,
judiciales) con las que cuente en respaldo de su crédito.
 La ejecución procesal es la actividad desarrollada por el órgano jurisdiccio-
nal del estado para lograr el cumplimiento de una obligación que consta en
título ejecutivo o de ejecución. El titulo ejecutivo puede ser judicial o extra-
judicial, y este último puede ser convencional y administrativo

Referencias
Couture, E. (1997). Fundamentos del Derecho Procesal Civil. Depalma.

E., L. (1980). Manual del Derecho Procesal Civil. Ediciones-Juridicas .

PALMA, S. P. (1994). Proceso Cautelar .

Rodolfo, R. (2000). Las Medidas Cautelares En el proceso civil Peruano. Lima.

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