6.5 TOXICIDAD La toxicidad de los aditivos reside principalmente en la cantidad que de éstos se adicionan a los alimentos. Los aditivos han de ser sustancias perfectamente detectables y medibles en los alimentos. No han de interaccionar con el envase y han de carecer de toxicidad.
El peligro de los aditivos usados en los productos de consumo
radica en que a menudo se trata de sustancias extrañas al organismo no investigadas en seres humanos y, aunque la mayoría sean cancerígenas en altas dosis, se desconoce el efecto epidemiológico cuando actúan en sinergia, habiéndose constatado solamente las siguientes reacciones: asma, alergias, hiperactividad en los niños, náuseas y vómitos, dolores de cabeza, erupciones cutáneas, hinchazones, visión borrosa, etc. ● 6.5.1. Nitratos y nitritos: Existen riesgos sanitarios asociados a la utilización de aditivos. Uno de ellos es la utilización de nitratos y nitritos como antioxidantes, con el fin de evitar la presencia de Clostridium botulinum en las conservas.
● 6.5.2. Edulcorantes: Además existen otros aditivos cuya
toxicidad no está aclarada del todo, es el caso de los edulcorantes tipo aspartame, o colorantes que se han visto que producen alteraciones en los niños. Otros están prohibidos, aunque se usen fraudulentamente. Así por ejemplo el ácido bórico, se utilizaba para evitar el ennegrecimiento. 6.6 CONSERVADORES MÁS COMUNES Los conservadores más comunes incluyen sal, azúcar y ácidos que se han utilizado desde la antigüedad. En Estados Unidos de Norteamérica los preservativos químicos no pueden emplearse a menos que estén aprobados por la FDA para este uso específico y a ese nivel.
● 6.6.1. Cloruro de sodio o sal común (NaCl). Es común
agregar a muchos alimentos pequeñas cantidades de sal, ya sea directamente o por medio de salmuera para mejorar su sabor y favorecer su conservación. ● 6.6.2. Carbohidratos: Los azúcares como la glucosa, sacarosa, lactosa y otros, se agregan a ciertos alimentos como edulcorantes. Si la concentración de estos materiales es lo bastante alta, como en los dulces, los jarabes, la leche condensada, las jaleas, las mermeladas y la miel, actúan como preservativos. ● 6.6.3. Nitritos y nitratos: Los nitritos se agregan a las mezclas curantes para fijar el color en las carnes curadas. La concentración de nitritos que se usa en el curado de las carnes, cuando el producto químico actúa en concierto con sal y posiblemente con otros ingredientes en el producto, inhibe el crecimiento de esporas de bacterias anaeróbicas como Clostridium botulinum y Clostridium perfringens. ● 6.6.4. Dióxido de azufre y sulfitos: La sulfitación (el uso de SO 2 o sulfitos) continúa en la industria vinícola y el proceso se emplea también para tratar frutas y verduras deshidratadas, con frecuencia para preservar el color y el sabor más que para interferir con la actividad microbiana. ● 6.6.5. Ácido acético y acetatos: El ácido acético se agrega comúnmente a los alimentos en forma de vinagre. El vinagre sirve para reducir el pH del producto y también contribuye a su sabor. El vinagre se usa generalmente en productos como el catsup, aderezos para ensaladas y pepinos encurtidos. También se utilizan en productos encurtidos de carne y pescado. Algunos de los acetatos pueden emplearse en el pan para controlar la formación de hebras. ● 6.6.6. Ácido sórbico y sorbatos: El ácido sórbico tiene propiedades fungistáticas. El ácido sórbico y sus sales (sorbato de potasio y de sodio) se han utilizado para proteger a muchos alimentos ácidos del deterioro de los mohos. Entre ellos están los productos como el queso y el jugo de naranja, los jarabes de frutas y las mismas frutas, la margarina, los pepinos en vinagre y el yogurt.. ● 6.6.7. Ácido propiónico y propionato: El ácido propiónico y sus sales (propionato de calcio y sodio) son activos contra los mohos y ciertas bacterias, pero ineficaces contra las levaduras. Las sales y el ácido tienen un sabor semejante al queso. La actividad antimicrobiana óptima resulta cuando los propionatos están a un pH de 5.0, aunque es evidente cierta actividad a valores de pH más altos y ligeramente superiores a 6.0. ● 6.6.8. Ácido benzoico y benzoatos: El ácido benzoico se emplea generalmente como la sal de sodio y se ha utilizado durante varios años como aditivo antimicrobiano en los alimentos. El pH para la actividad antimicrobiana óptima del ácido benzoico es de 2.5 a 4.0. El ácido es muy útil para preservar productos como bebidas carbonatadas, jugos de fruta, sidra, pepinos encurtidos y col agria. ● 6.6.9. Otros ácidos: Los ácidos útiles en el procesamiento de alimentos, además de los ya mencionados, incluyen el succínico, adípico, fumárico, láctico, málico, tartárico, cítrico y Fosfórico. El ácido láctico se produce durante las fermentaciones que se emplean para elaborar alimentos como encurtidos de calabaza, col agria, aceitunas verdes, queso, leche agria y yogur. Además de impartir sabor, el ácido actúa para preservar los productos. ● 6.6.10. Alcoholes. El etanol se emplea comúnmente para preservar los extractos de sabores, extractos de vainilla y limón. Tiene el mismo propósito que en el vino fortificado, whiskey, brandy, ron, etc. El contenido de etanol en la cerveza y en el vino no fortificado es demasiado bajo para evitar el crecimiento de los microorganismos, pero hay suficiente alcohol para limitar los tipos que causen deterioro. ● 6.6.11. Peróxido de hidrógeno: El peróxido de hidrógeno (H 2 O 2 ) se utiliza como preservativo para la leche, en algunas áreas tropicales o subtropicales. El uso del peróxido de hidrógeno está limitado al tratamiento de la leche cruda que se va a transformar en queso suizo o cheddar. Este uso no es para sustituir la pasteurización.