Está en la página 1de 1

Personalidad jurídica del Mar Menor

La personalidad jurídica se refiere a la identidad jurídica por la cual se reconoce a una persona, entidad,
asociación o empresa, con capacidad suficiente para contraer obligaciones y realizar actividades que
generan plena responsabilidad jurídica, frente a sí mismos y frente a terceros.

El Mar Menor es una de las mayores lagunas litorales del Mediterráneo y ocupa unas 13.500 hectáreas de
la costa de la Región de Murcia. Hasta hace apenas un lustro se caracterizaba por unas aguas hipersalinas
y cristalinas que le diferenciaban de otras muchas lagunas litorales europeas de aguas turbias y salobres.
Esa transparencia era fruto de unas aguas oligotróficas y permitía la existencia de una laguna controlada
por el fitobentos al llegar a la luz al fondo sin problemas.

Antes de la crisis actual, el Mar Menor había sufrido la presión de la minería de metales, con vertidos
masivos al principio y drenaje de las estructuras mineras residuales después, y de la actividad urbanística
y sus infraestructuras turísticas asociadas. Estos factores alteraron la laguna, pero su funcionamiento básico
no cambió sustancialmente.

La ley busca dotar al Mar Menor de “una carta de derechos propios” para garantizar “su protección para las
generaciones futuras”. También permite una “gobernanza autónoma” de esta laguna costera, entendida
como “un ecosistema merecedor de protección en sí mismo”. En concreto, la ley reconoce al Mar Menor
como un “sujeto de derechos” incluyendo no sólo la zona donde está situada la laguna costera sino también
a los acuíferos que se conectan con ella y que pueden afectar a su “estabilidad ecológica”. Los cuatro
derechos que reconoce son el derecho a existir y a evolucionar naturalmente, a la protección, a la
conservación y a la restauración.

Al dotar de personalidad jurídica al Mar Menor, cualquier persona física o jurídica “esté legitimada” para
defender su ecosistema y “puede hacer valer los derechos y las prohibiciones” de la ley ante la Justicia y la
Administración Pública. La ley también obliga a la Administración Pública a desarrollar políticas públicas de
prevención, alerta temprana, protección y precaución “para evitar que las actividades humanas conduzcan
a la extinción de la biodiversidad del Mar Menor, a promover campañas de concienciación social sobre los
peligros ambientales de la laguna costera y a educar en los beneficios que su protección aporta a la
sociedad.

Sin embargo, uno de los problemas del Mar Menor es una descoordinación entre administraciones con
diferentes competencias y la ley supone un instrumento de coordinación interadministrativa. No obstante,
ya existen en el ordenamiento jurídico herramientas para coordinarse entre administraciones.

Esta personalidad jurídica ha causado mucha controversia. Para la organización ecologista Greenpeace
esta ley es una auténtica victoria de la sociedad civil sin apenas precedentes al convertir el Mar Menor en
el primer ecosistema de Europa con personalidad jurídica propia. Sin embargo, para las empresas
agroalimentarias y regantes del campo de Cartagena indican que, si se pretende defender el Mar Menor, lo
suyo no es otorgar personalidad jurídica al Mar Menor, sino profundizar en el cumplimiento del derecho
vigente. Una nueva ley no puede ser incompatible con la ya existente y con una intención final de criminalizar
a una de las partes implicadas.

También podría gustarte