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“Sentencia T – 622 - 2016”

La sentencia T – 622 – 2016 se dio a raíz de una tutela instaurada por el Centro de

Estudios para la Justicia Social “Tierra Digna” en representación del Consejo Comunitario

Mayor de la Organización Popular Campesina del Atrato (Cocomopoca), el Consejo

Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato (Cocomacia), la

Asociación de Consejos Comunitarios del Bajo Atrato (Asocoba), el Foro Inter-étnico

solidaridad Chocó (FISCH) y otros, contra la Presidencia de la República, el Ministerio de

Ambiente y Desarrollo Sostenible y otros, se basa en la protección del Río Atrato.

El Río Atrato nace en el Cerro Plateado al occidente de la cordillera de los Andes y

desemboca en el golfo de Urabá, en el mar Caribe. Siendo el tercer río más navegable del país

y uno de los 3 principales ríos del departamento del Chocó (uno de los territorios más

olvidados por el gobierno nacional), es un río sobre las que muchas comunidades indígenas y

afrocolombianas se asientan en la cuenca y en la zona ribereña, en que realizan sus

actividades diarias y de subsistencia tales como: la agricultura, la pesca y la minería artesanal.

Además de eso, las comunidades que habitan ahí han hecho de estas zonas su territorio, su

casa, su espacio de recreación y reproducción de vida.

Dichas comunidades se encuentran en peligro debido a actividades como la minería

ilegal y la explotación forestal ya que dichas actividades hacen uso de maquinaria pesada y

sustancias toxicas que atentan contra el bienestar de las personas que allí habitan, afectando

tanto la naturaleza (flora y fauna) como los derechos fundamentales de las comunidades.
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Los derechos de las comunidades asentadas en la cuenca del río se ven afectadas al

grado en que su principal suministro de vida está siendo contaminado. Cuando ellos ingieren

o usan el agua para sus necesidades y actividades están tomando un agua que no es apta para

dichos usos, lo que produce enfermedades y en algunos casos hasta la muerte, por otro lado, la

tierra sobre la que se trabaja en la extracción de minerales también se ve afectada y

deteriorada por el uso de maquinaria pesada, todos esos factores desembocan en una serie de

violaciones de derechos fundamentales por parte de las personas que están cometiendo ese

tipo de actividades, tales como el derecho a la vida, derecho a la salud, derecho un ambiente

sano, derecho a un territorio.

A pesar de los llamados de urgencia en declaración de una emergencia sanitaria y

ambiental, no se ve un movimiento por parte de las instituciones estatales competentes tales

como: la Presidencia de la Republica; los ministerios de Salud, Ambiente, Minas,

Agricultura, Vivienda, Educación, Defensa, institutos de salud nacionales, departamentales y

otros. Se vuelve preocupante la situación debido a que una crisis de tal magnitud que, no es

socorrida por los órganos competentes, solo es una muestra del abandono del gobierno ante

esta comunidad. Además, en la sentencia se puntualizan las afectaciones ambientales, sociales

y de salud, también se destaca que se han realizado varias acciones populares de las cuales

han fallado a favor de las comunidades, pero aun así no han dado resultados efectivos.

Debido a todo eso, se solicita que se tutelen los derechos fundamentales a la vida, a la

salud, al agua, a la seguridad alimentaria, al medio ambiente sano, a la cultura y al territorio

de las comunidades étnicas para que se puedan emitir medidas y ordenes que le den una

solución a la gran afectación que están padeciendo dichas comunidades.


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La tutela fue presentada por los demandantes el veintisiete (27) de enero de 2015 ante

el Tribunal Administrativo de Cundinamarca. Este, Expediente T-5.016.242 8 mediante auto

del mismo día avocó conocimiento de la acción y ordenó notificar a las entidades demandadas

para que pudieran ejercer su derecho de defensa. Como resultado de dicho trámite se

obtuvieron las respuestas que se reseñan a continuación:

El Ministro de Vivienda, Ciudad y Territorio niega la acción de tutela por falta de

legitimación en la causa pasiva, ya que este ministerio no es competente para conocer de las

pretensiones formuladas por los accionantes, además declara la improcedencia por existir

otros medios de defensa judicial.

El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural solicita que se desvincule y se declare

improcedente por falta de legitimación en la causa por pasiva ya que con fundamento en el

artículo 59 de la ley 489 de 1998 y en el decreto 1985 de 2013, este ministerio es cabeza del

sector agropecuario y su función es direccionar, coordinar y evaluar políticas agropecuarias,

pesquera y de desarrollo rural.

El Ministerio de Minas y Energía estima que la acción de tutela no es procedente en el

presente caso por existir otros medios de defensa judicial y agrega que la autoridad minera del

país es la Agencia Nacional de Minería (en resumen, ellos no tienen nada que ver en el caso).

El Ministerio de Salud y Protección Social solicita que se declare improcedente el

amparo. Indica que la acción de tutela es de carácter residual y es una medida que procede

solo en eventos en los que no exista un instrumento constitucional o legal diferente que

permita al actor solicitar la protección, a no ser que sea para evitar un perjuicio irremediable.
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Desde otra posición, el Defensor Delegado para asuntos Constitucionales y Legales

interviene para coadyuvar en las pretensiones de la demanda. Precisa que de acuerdo con el

artículo 1 del decreto 2591 de 1991, la demanda tiene plena legitimación por activa como

comunidad étnica y como sujetos de especial protección constitucional cuyos derechos

pueden ser amparados mediante la presente acción.

Aunque la demanda tuviera carácter de búsqueda de derechos colectivos y no

fundamentales debido a que era por parte de una población, una problemática colectiva que

debería ser tratada por acciones populares, lo cierto es que dichos derechos trascienden a ser

fundamentales en la medida en que las afectaciones desembocan en el daño gradual de un

derecho fundamental, por ejemplo, que se afecte el afluente sobre el que las comunidades

habitan que es su fuente de vida, significaría afectarles la vida misma, quitarles derecho a la

paz, a una salud y esos son derechos fundamentales, por lo tanto la acción de tutela debería

tener vigencia como medida transitoria para salvaguardar los derechos antes de un daño

irreparable.

Tal como sucede en la sentencia T- 406 - 92 en la que los derechos expresados por el

demandante no estaban expresados como derechos fundamentales, sin embargo, la acción de

tutela fue usada como medio transitorio para evitar daños irreparables, además que se

evidenció que el daño causado por la no culminación del alcantarillado desemboca en

afectaciones a derechos fundamentales que van ligados a derechos colectivos.

Por otro lado, es inaudita la omisión de las instituciones demandadas en esta sentencia

debido a que sus funciones se ven ligadas a tener que atender este tipo de situaciones, por

ejemplo: el Ministerio de Salud y Protección Social que debería estar alerta ya que se trata de

personas que están siendo afectadas por el uso de la maquinaria sobre su tierra y las descargas
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continuas que hacen sobre el río Atrato y sus afluentes de donde las personas obtienen su

principal sustento; El Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio que debería actuar debido a

que son comunidades a las cuales se les está afectando su territorio el cual convirtieron en su

hogar, donde viven y se supone que la institución debe contribuir para mejorar la calidad de

vida. Por otro lado, el Ministerio de Minas y Energía que tiene entre sus funciones formular,

adoptar, dirigir y coordinar la política nacional en materia de explotación de minerales, sin

embargo, prefiere atribuir la responsabilidad a la Agencia Nacional de Mina.

En ese orden de ideas, la Corte realiza planteamientos basados en: derecho

fundamental al agua, derechos bioculturales, el principio de prevención, precaución y

vulneración a los derechos fundamentales a la vida, salud y medio ambiente. Finalmente,

declara al rio Atrato como sujeto de derechos debido a las grandes afectaciones que tuvo este

cuerpo de agua, lo cual implica su protección, conservación, mantenimiento y en el caso

concreto, restauración, además, la Corte encuentra responsables a las instituciones

demandadas por hacer caso omiso y no tomar medidas frente a la vulneración de derechos y la

contaminación del río Atrato, producto de explotación minera y claro, determina tomar

medidas frente a dicha vulneración de derechos.

La sentencia emitida por la Corte es un hecho histórico, en la medida que no se trata

de la protección de los derechos de una persona sino de un objeto natural como lo es un río.

Es importante porque, supone para las comunidades ribereñas un ejercicio de reinvención de

su vínculo con el río y, en consecuencia, de sus modos de vida, pues los ríos, no están fuera de

la sociedad, ni son simplemente una cosa en la naturaleza, por el contrario, los ríos interactúan

constantemente con la cultura. También le da voz cuando le confiere su representación en dos

guardianes: el estado designado al ministerio de ambiente y las comunidades. Estos


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representantes y guardianes tienen la tarea de hablar en nombre del río Atrato, hacer valer sus

derechos y realizar el ejercicio de traducción de las necesidades del río y sus gentes.

Lo cierto es que el que el río Atrato sea sujeto de derecho, es decir, es un cuerpo

acuático al cual se le imputaron una serie de derechos para su protección y preservación, es

una muy buena decisión, además de ya estar apoyado por leyes que existen para la protección

del medio ambiente, pero realmente el daño provocado a este afluente es grave y no se sabe

cuánto tardaría en recuperarse y no solo esto, sino que también se encuentran afectadas las

personas que obtienen su sustento de dicha corriente de agua, personas a las que se les

arrebató o se les degradó su hogar y modo de vida. Este tipo de situaciones deberían ser

evitadas, la naturaleza es importante y provoca tristeza ver como las instituciones encargadas

de vigilar y evitar que sucedan estas atrocidades le den la espalda sin más.

Está bien que el río sea sujeto de derechos, lastimosamente fue porque tocó volverlo

sujeto de derechos con la intención de poder salvar y evitar aún más daños, fue una necesidad

en respuesta al gran daño que se le ocasionó, con el fin de darle conservación y protección,

pero, ¿realmente era necesario esperar que se causaran tales afectaciones para poder tomar

medidas certeras?
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Hecho por:

Carmen Yirlena Mosquera Palacios

Carlos Javier Cordoba Blando

Sidney Junior Becerra Pinilla

César Luis Mosquera Mosquera

Dirigido a:

Amín Bismarck Yurgaky Asprilla

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