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TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD

1. DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN

El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se considera una enfermedad del


neurodesarrollo. Los trastornos del neurodesarrollo son las condiciones neurológicas que aparecen
en la primera infancia, por lo general antes de entrar a la escuela, y afectan el desarrollo del
funcionamiento personal, social, académico y/o laboral. Por lo general implican dificultades con la
adquisición, conservación o aplicación de habilidades o conjuntos de información específicos. Los
trastornos del desarrollo neurológico pueden implicar disfunción en una o más de las siguientes
áreas: la atención, la memoria, la percepción, el lenguaje, la resolución de problemas o la
interacción social.
El TDAH no tiene una causa única y específica conocida. Las posibles causas de TDAH son factores
genéticos, bioquímicos, sensitivomotores, fisiológicos y conductuales. Algunos factores de riesgo
son un peso al nacer < 1.500 g, traumatismo craneoencefálico, deficiencia de hierro, apnea
obstructiva del sueño y exposición al plomo, así como exposición prenatal a alcohol, tabaco y
cocaína. El TDAH también se asocia con experiencias infantiles adversas (2). Menos del 5% de los
niños con TDAH tiene evidencias de daño neurológico. Cada vez más evidencia implica diferencias
de los sistemas dopaminérgico y noradrenérgico, con menor actividad o estimulación de la parte
superior del tronco encefálico y los haces fronto-mesencefálicos.
El TDAH es una afección crónica que afecta a millones de niños y a menudo continúa en la edad
adulta. El TDAH incluye una combinación de problemas persistentes, tales como dificultad para
mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo.
Los niños con TDAH también pueden tener dificultades con la baja autoestima, las relaciones
problemáticas y el bajo rendimiento escolar. Los síntomas a veces disminuyen con la edad. Sin
embargo, algunas personas nunca superan por completo sus síntomas de TDAH. Pero pueden
aprender estrategias para tener éxito.
El TDAH afecta a millones de niños y a menudo continúa en la edad adulta. Los niños con TDAH
también pueden tener dificultades con la baja autoestima, las relaciones problemáticas y el bajo
rendimiento escolar. Los síntomas a veces disminuyen con la edad. Sin embargo, algunas personas
nunca superan por completo sus síntomas de TDAH. Pero pueden aprender estrategias para tener
éxito.
CLASIFICACIÓN
El TDAH ocurre con más frecuencia en los hombres que en las mujeres, y los comportamientos
pueden ser diferentes en los niños y las niñas. Por ejemplo, los niños pueden ser más hiperactivos y
las niñas pueden tender a ser menos atentas.
Existen tres subtipos de TDAH:
- Falta de atención predominante. La mayoría de los síntomas corresponden a la falta de
atención.
- Conducta hiperactiva/impulsiva predominante. La mayoría de los síntomas son la
hiperactividad e impulsividad.
- Combinado. Esta es una mezcla de síntomas de falta de atención y síntomas de
hiperactividad/impulsividad.

2. SIGNOS – SINTOMAS
No hay un único examen para diagnosticar el TDAH y hay muchos otros problemas, como la
ansiedad, la depresión y ciertos tipos de trastornos del aprendizaje, que pueden presentar
síntomas similares.
SIGNOS
1.- Falta de atención
2.- Hiperactividad e impulsividad
SINTOMAS
Es normal que a los niños les cueste concentrarse y comportarse bien de vez en cuando. Sin
embargo, los niños con TDAH no van dejando atrás esas conductas a medida que crecen. Los
síntomas continúan y pueden provocar dificultades en la escuela, el hogar o con los amigos.
Un niño con TDAH puede presentar las siguientes conductas:

● Fantasear mucho.
● Olvidar o perder las cosas con mucha frecuencia.
● Retorcerse o moverse nerviosamente.
● Hablar mucho.
● Cometer errores por descuido o correr riesgos innecesarios.
● Tener problemas para resistir la tentación.
● Tener problemas para respetar turnos.
● Tener dificultades para llevarse bien con otros.

3. DIAGNÓSTICO Y PRONOSTICO
Los profesionales de atención médica utilizan las pautas de la quinta edición del Manual
diagnóstico y estadístico (DSM-5), de la Asociación Estadounidense de Siquiatría (American
Psychiatric Association)1 para diagnosticar el TDAH. Este estándar de diagnóstico ayuda a
garantizar que el diagnóstico y tratamiento de las personas con TDAH se realice de manera
correcta. El uso del mismo estándar en todas las comunidades también puede ayudar a
determinar cuántos niños tienen TDAH y qué impacto tiene esta afección en la salud pública.
Criterios del DSM-5 para el TDAH
Las personas con TDAH muestran un patrón persistente de falta de atención o
hiperactividad/impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo:
1.- Falta de atención: Seis o más síntomas de falta de atención para niños de hasta 16 años de
edad, o cinco o más para adolescentes de 17 años de edad o más y adultos. Los síntomas de
falta de atención han estado presentes durante al menos 6 meses y son inapropiados para el
nivel de desarrollo de la persona:
- A menudo no logra prestar adecuada atención a los detalles o comete errores por
descuido en las actividades escolares, en el trabajo o en otras actividades.
- A menudo tiene problemas para mantener la atención en tareas o actividades
recreativas.
- A menudo no cumple las instrucciones y no logra completar las actividades escolares,
las tareas del hogar o las responsabilidades del lugar de trabajo (p. ej., pierde la
concentración, se desvía).
- A menudo tiene problemas para organizar tareas y actividades.
- A menudo evita, le disgustan o se niega a hacer tareas que requieren realizar un
esfuerzo mental durante un periodo prolongado (como las actividades o las tareas
escolares).
- A menudo pierde cosas necesarias para las tareas y actividades (p. ej., materiales
escolares, lápices, libros, herramientas, billeteras, llaves, papeles, anteojos, teléfonos
celulares).
- A menudo se distrae con facilidad.
- A menudo se olvida de las cosas durante las actividades diarias.

2.- Hiperactividad e impulsividad: Seis o más síntomas de hiperactividad/impulsividad para


niños de hasta 16 años de edad, o cinco o más para adolescentes de 17 años de edad o más y
adultos. Los síntomas de hiperactividad/impulsividad han estado presentes durante al menos 6
meses al punto que son perjudiciales e inapropiados para el nivel de desarrollo de la persona:
- A menudo se mueve nerviosamente o da golpecitos con las manos o los pies, o se
retuerce en el asiento.
- A menudo corre o trepa en situaciones en las que no es adecuado (en adolescentes o
adultos puede limitarse a una sensación de inquietud).
- A menudo no puede jugar o participar en actividades recreativas de manera tranquila.
- A menudo se encuentra “en movimiento” y actúa como si “lo impulsara un motor”.
- A menudo habla de manera excesiva.
- A menudo suelta una respuesta antes de que se termine la pregunta.
- A menudo le cuesta esperar su turno.
- A menudo interrumpe a otros o se entromete (p. ej., se mete en conversaciones o
juegos).

Además, se deben cumplir las siguientes condiciones:


- Varios de los síntomas de falta de atención o hiperactividad/impulsividad se presentaron
antes de los 12 años de edad.
- Varios de los síntomas se presentan en dos o más contextos (como en el hogar, la
escuela o el trabajo; con amigos o familiares; en otras actividades).
- Hay indicios claros de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social, escolar
y laboral, o que reducen su calidad.
- Los síntomas no tienen una explicación mejor si se los asocia a otro trastorno mental
(como trastorno del humor, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o trastorno de la
personalidad). Los síntomas no ocurren solo durante el curso de episodios de
esquizofrenia u otro trastorno sicótico.

Evolución del TDAH en la edad adulta


El Trastorno por déficit de atención e hiperactividad se inicia en la infancia, continúa en la
adolescencia y, en más de la mitad de los casos, persiste en la edad adulta. Tan solo un 10-20
% de los casos de TDAH no tratados evolucionan favorablemente en la edad adulta.
Lo habitual es que los tres síntomas cardinales del TDAH (falta de atención, hiperactividad e
impulsividad) persistan, aunque con variaciones en su manifestación. Habitualmente, con el paso
del tiempo la falta de atención va predominando sobre los otros dos. Esto es debido a dos
cuestiones: por un lado, con la edad las demandas atencionales aumentan y la inatención se
hace más relevante. Por otro lado, la hiperactividad y la impulsividad se atenúan.
Aunque algunos síntomas mejoren con el tiempo, es importante en muchos casos continuar con
el tratamiento al llegar a la edad adulta. A pesar de ello, es muy habitual que los adolescentes
abandonen el tratamiento, incluso alentados por sus familiares y médicos de familia. La
persistencia de un TDAH en la edad adulta, especialmente si ya no recibe tratamiento, puede
conllevar un elevado riesgo de que aparezcan otros problemas que compliquen aún más las
cosas. Estos problemas secundarios suelen ser: baja autoestima, consumo de alcohol y otras
sustancias, trastornos de conducta y rasgos antisociales de personalidad.

4. TRATAMIENTO

Los tratamientos estándar para el TDAH en los niños incluyen medicamentos, terapia conductual,
asesoramiento y servicios educativos. Estos tratamientos pueden aliviar muchos de los síntomas
del TDAH, pero no lo curan.
4.1. Medicamentos estimulantes
Actualmente, los medicamentos estimulantes (psicoestimulantes) son los más comúnmente
recetados para tratar el trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Los estimulantes parecen
elevar y equilibrar los niveles de las sustancias químicas del cerebro llamadas
"neurotransmisores". Estos medicamentos ayudan a mejorar los signos y síntomas de falta de
atención e hiperactividad, a veces de manera eficaz en un período de tiempo breve.
● Anfetaminas. Algunos de estos son dextroanfetamina (Dexedrine), dextroanfetamina-
anfetamina (Adderall XR, Mydayis) y lisdexanfetamina (Vyvanse).
● Metilfenidatos. Algunos de estos son el metilfenidato (Concerta, Ritalin, otros) y el
dexmetilfenidato (Focalin).
La dosis adecuada varía de un niño a otro, por lo que puede llevar algún tiempo encontrar la
dosis correcta. Y la dosis puede necesitar un ajuste si se producen efectos secundarios
significativos o a medida que el niño crece.
4..1.1. Medicamentos estimulantes y ciertos riesgos para la salud
Algunas investigaciones indican que el uso de medicamentos estimulantes para el TDAH en
pacientes con ciertos problemas cardíacos puede ser una preocupación, y el riesgo de ciertos
síntomas psiquiátricos puede aumentar cuando se usan medicamentos estimulantes.
● Problemas de corazón. Los medicamentos estimulantes pueden causar un aumento de la
presión arterial o de la frecuencia cardíaca, pero el aumento del riesgo de efectos adversos
graves o de muerte súbita aún no está comprobado.
● Problemas psiquiátricos. El uso de medicamentos estimulantes rara vez puede aumentar el
riesgo de agitación o síntomas psicóticos o maníacos.
● Otros medicamentos
Otros medicamentos que pueden ser efectivos en el tratamiento del TDAH incluyen los
siguientes:
● Atomoxetina (Strattera)
● Antidepresivos, como el bupropión (Wellbutrin SR, Wellbutrin XL, otros)
● Guanfacina (Intuniv)
● Clonidina (Catapres, Kapvay)
La atomoxetina y los antidepresivos funcionan de manera más lenta que los estimulantes y
pueden tardar varias semanas en hacer efecto por completo.
4.2. Terapia del comportamiento para el TDAH
Los niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad a menudo logran beneficios con la
psicoterapia conductista, la capacitación en habilidades sociales, la capacitación en habilidades
parentales y el asesoramiento, que pueden ser proporcionadas por un psiquiatra, un psicólogo,
un trabajador social u otro profesional de la salud mental. Algunos niños con trastorno por déficit
de atención/hiperactividad también pueden tener otras afecciones como un trastorno de ansiedad
o depresión. En estos casos, el asesoramiento puede ser de ayuda tanto para el trastorno por
déficit de atención/hiperactividad como para el problema coexistente.
Algunos ejemplos de terapias incluyen:
● Psicoterapia conductista. Los maestros y los padres pueden aprender estrategias de
cambio de conductas, tales como sistemas de recompensas simbólicas y técnicas de
"tiempo fuera" o tiempo de reflexión, para lidiar con situaciones difíciles.
● Capacitación en habilidades sociales. Mediante este tipo de capacitación, los niños pueden
aprender comportamientos sociales apropiados.
● Capacitación en habilidades parentales. Mediante este tipo de capacitación, los padres
pueden desarrollar maneras de entender y guiar la conducta de sus hijos.
● Psicoterapia. Esta terapia permite que los niños mayores con trastorno por déficit de
atención/hiperactividad hablen sobre los temas que les molestan, exploren patrones de
conducta negativos y adquieran maneras de lidiar con sus síntomas.
● Terapia familiar. La terapia familiar puede ayudar a los padres y hermanos a enfrentar el
estrés de vivir con alguien que tiene trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
Los mejores resultados ocurren cuando se utiliza un enfoque de trabajo en equipo, con maestros,
padres, terapeutas y médicos trabajando juntos.
4.3. Nuevo dispositivo médico
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos aprobó un nuevo
dispositivo médico para tratar a los niños con TDAH que tienen entre 7 y 12 años y que no toman
medicamentos recetados para tratar el TDAH. Se llama sistema de estimulación externa del
nervio trigémino (eTNS) de Monarch y solo puede adquirirse con receta.
Aproximadamente del tamaño de un teléfono celular, el dispositivo eTNS se puede utilizar en
casa bajo la supervisión de los padres, cuando el niño está durmiendo. El dispositivo genera
estimulación eléctrica de bajo nivel que se desplaza a través de un cable a un pequeño parche
colocado en la frente del niño y envía señales a áreas del cerebro relacionadas con la atención, la
emoción y el comportamiento.
4.4. Medicina alternativa
Hay poca investigación que indique que los tratamientos de medicina alternativa pueden reducir
los síntomas del TDAH. Antes de considerar cualquier intervención alternativa, habla con tu
médico para determinar si la terapia es segura. Algunos tratamientos de medicina alternativa que
se han probado, pero que aún no se ha probado científicamente, incluyen los siguientes:
● Yoga o meditación. Hacer rutinas regulares de yoga o técnicas de meditación y relajación
puede ayudar a los niños a relajarse y aprender disciplina, lo cual puede ayudarlos a
controlar sus síntomas de TDAH.
● Dietas especiales. La mayoría de las dietas promovidas para el TDAH implican la
eliminación de alimentos que se cree que aumentan la hiperactividad, como el azúcar, y de
alérgenos comunes, como el trigo, la leche y los huevos. Algunas dietas recomiendan
evitar los colorantes y aditivos artificiales de los alimentos. Hasta ahora, los estudios no
han encontrado una relación coherente entre la dieta y la mejora de los síntomas del
TDAH, aunque algunas pruebas anecdóticas sugieren que los cambios en la dieta podrían
marcar una diferencia en niños con sensibilidades alimenticias específicas. El uso de la
cafeína como estimulante para niños con TDAH puede tener efectos riesgosos y no se
recomienda.
● Suplementos vitamínicos o minerales. Aunque ciertas vitaminas y minerales de los
alimentos son necesarios para una buena salud, no hay evidencia de que las vitaminas o
los minerales suplementarios puedan reducir los síntomas del TDAH. Las "megadosis" de
vitaminas, es decir, las dosis que superan con creces la cantidad diaria recomendada
(CDR), pueden ser perjudiciales.
● Suplementos de hierbas. No existe evidencia que sugiera que los remedios a base de
hierbas ayuden con el TDAH, y algunos pueden ser perjudiciales.
● Formulaciones patentadas. Estos son productos compuestos por vitaminas, micronutrientes
y otros ingredientes que se venden como posibles suplementos del tratamiento para niños
con TDAH. Estos productos han tenido poca o ninguna investigación y están exentos de la
supervisión de la Administración de Alimentos y Medicamentos, por lo que es posible que
no sean eficaces o sean perjudiciales.
● Ácidos grasos esenciales. Estas grasas, que incluyen aceites omega-3, son necesarias
para que el cerebro funcione correctamente. Los investigadores todavía están investigando
si estos ácidos pueden reducir los síntomas del TDAH.
● Entrenamiento de neurorretroalimentación. También llamado biorretroalimentación
electroencefalográfica (EEG), en estas sesiones el niño se centra en ciertas tareas
mientras usa una máquina que muestra patrones de ondas cerebrales. Se necesita más
investigación para ver si esto funciona.

5. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DEL T. D. A. H.


Es difícil el hallazgo del trastorno por déficit de atención e hiperactividad por parte del profesional de
salud, ya que puede confundirse con otros problemas de salud.
- PROBLEMAS MÉDICOS: Causas médicas o físicas incluyen problemas de audición, problemas
de atención, epilepsia, secuelas de traumatismo craneal, malnutrición, alteraciones de la visión,
síndrome de piernas inquietas, trastornos del sueño, problemas tiroideos.
- TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE: Algunos niños o niñas con retraso mental pueden ser
confundidos con TDAH. Cuando nos encontramos con un niño/a con un cociente intelectual bajo
que acude a un centro académico que no toma en consideración esa dificultad y desajuste del
ritmo a su capacidad, es frecuente que aparezcan síntomas de inatención, desmotivación y
perdida de interés.
Niños con problemas académicos en la lecto-escritura, cálculo, comprensión a menudo son
también confundidos.
- TRASTORNOS AFECTIVOS: Niños con temperamento difícil, también el trastorno bipolar de
comienzo temprano se puede parecer al TDAH. Los trastornos de ansiedad, las fobias, la
depresión, o las secuelas de abuso o abandono de las necesidades del niño pueden interferir en
la atención y la concentración.
- TRASTORNO DE CONDUCTA: Los sujetos con comportamientos negativistas pueden
resistirse a realizar tareas laborales o escolares que requieren dedicación personal.
Los sujetos con trastornos disociales y problemas graves de conducta también pueden
confundirse con TDAH.
- USO DE FARMACOS: Fármacos y sustancias psicoactivas como el fenobarbital o
carbamacepina y drogas como el alcohol, el cannabis, la cocaína o los inhalantes volátiles que
pueden disminuir la capacidad de atención y concentración.

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