Está en la página 1de 6

TEMA 5 .

PLATÓN
1 VIDA Y OBRA
El más prestigioso discípulo de Sócrates fue Platón, nacido en Atenas. Su vida
transcurrió, pues, en un período de tumultuosos acontecimientos políticos, en los que
Atenas ensayó formas de gobierno diversas y opuestas, desde la democracia radical de
Cleón a la oligarquía reaccionaria de los Treinta Tiranos.
A diferencia de Sócrates, de origen muy humilde, Platón era de familia noble. Esto pudo
haber tenido alguna influencia en su pensamiento, el elemento aristocrático de la
doctrina platónica en el tema de la justicia, del Estado y de las leyes no es de carácter
empíricamente político, sino de orden filosófico, puramente especulativo. El ideal
platónico es un ideal de perfección absoluta, sin duda fuera de la historia.
Ya la doctrina metafísica de Platón y su intento de reunir en una realidad absoluta,
aquellos valores cognoscitivos y morales de los que Sócrates, en oposición al
relativismo gnoseológico y ético de los sofistas, había mostrado su presencia en la razón
del hombre.
A la muerte de Sócrates, Platón se persuade escribe en una de sus cartas- de que «el
género humano no se liberará del mal, si antes el poder no es entregado a los verdaderos
filósofos, o si los gobernantes de los Estados no llegan a ser por suerte divina
verdaderamente filósofos». Pero éste estimó en tan poco sus teorías, que se
desembarazó de él sin ambages, vendiéndolo como esclavo. Una vez rescatado, Platón
regresó a Atenas, y fundó la escuela que fue llamada Academia.
Las obras de Platón han de ser estimadas de acuerdo con el tiempo de su composición.
Las del período juvenil exponen la doctrina de Sócrates; las del período de madurez,
aun teniendo casi siempre por protagonista a Sócrates, anuncian, no obstante, las teorías
platónicas. A este segundo grupo pertenecen todos los escritos de Platón que
contemplan los problemas de la justicia del Estado y de la ley.

2. LA JUSTICIA
Para Platón, la justicia es una virtud total, perfección del alma, donde la acepción
moderna del término, «justicia» significa virtud referida a las relaciones entre un sujeto
y los demás, virtud reguladora de las relaciones interindividuales; este significado
«jurídico de la palabra, en el concepto platónico de justicia, es, por lo menos,
secundario. La justicia es entendida como la armonía del alma, la búsqueda de la
esencia de todas las cosas, de todo valor. Este será el argumento en la República.
En los diálogos de Sócrates sobre la justicia frente a las definiciones de justicia propone
estudiar la justicia antes que desde el alma de los individuos en el Estado, siendo este
mayor que el individuo será más fácil examinar la justicia. La justicia vendrá a fundirse
con lo político pero planteado como problema ético, se referirá al Estado como ideal,
perfecto, que conoce bien y realiza la virtud del mismo modo que la realiza el filósofo,
habla de Estados distintos a los que habían existido, esto nos lleva a la idea de Filósofos
frente a philódoxos.
Según Platón el estado se encuentra integrado por tres categorías de ciudadanos:
Gobernantes, guerreros y artesanos y agricultores. La virtud de los gobernantes es por
ello la sabiduría La segunda categoría, la de los guerreros, en el Estado perfecto posee la
virtud del valor o fortaleza. Las tres categorías, pues, ejercitan en tal Estado el dominio
de los placeres y de las pasiones, o sea, la templanza . Cuando cualquier categoría hace
lo que debe, es decir, ejercita la propia virtud, cumple en el Estado la tarea que le
incumbe, se realiza la justicia ,que consiste precisamente en hacer lo que es propio de
cada uno y que engloba así a las demás virtudes.
Es evidente que esta concepción de la justicia no es la misma a la que nos referimos
cuando hablamos de ésta como principio del Derecho. Se observa en ella la idea de una
relación, de una armonía entre diversas partes, pero no de una relación entre diversos
sujetos. La armonía en que la justicia platónica consiste es la armo- nía entre los
elementos de un mismo organismo. Asimismo, cuando es contemplada en Estado, la
justicia platónica es perfección ética, y trasciende todo significado «jurídico». Su
realización no es tarea de la ley, sino de la educación.

3. LEY Y DERECHO EN EL ESTADO DE LA REPUBLICA


El Estado para Platón es utópico. Es común en la utopías políticas la supresión de la
leyes y las estructuras jurídicas de la sociedad, responden a instancias éticas fuera de la
rigidez del Derecho.
La república platónica no tiene necesidad de leyes para constreñir a los individuos a
practicar el bien, ya que sus ciudadanos son conducidos espontáneamente a hacerlo en
virtud de la obra educativa del Estado. Falta, pues, en la ciudad platónica cualquier
tutela del individuo frente al Estado; porque sería absurdo que fuera de otro modo, dado
que el Estado es la realización de la eticidad, la actuación de la justicia. Así la abolición
de la familia, la comunidad de bienes, entre otras , que Platón propugna, son el
necesario corolario de la posesión de la Verdad por parte de los gobernantes. Éstos, en
su actuación, que a nosotros nos parece lesiva para la personalidad de los ciudadanos,
no pueden hacer objeto de injusticia a ninguno, ya que poseen la sabiduría y no pueden
dejar de obrar bien.
Platón se muestra ajeno a la tradición griega de soberanía de la ley, el culto a la
isonomía, la igualdad jurídica, elogios a la democracia…Platón no contempla modelos
históricos. Valora el gobierno de la aristocracia, de los mejores, de los perfectos.

4 LA SOBERANIA DE LAS LEYES


El valor de las leyes está ignorado en la República, en la que el Estado filósofo y
educador no tiene necesidad de normas jurídicas sin embargo se reconoce en obras
posteriores, el Político y las Leyes. El gobierno perfecto no es de este mundo, el
gobernante perfecto no existe y parece contentarse con seguir el rastro de del Estado
ideal, otorgándole a las leyes importancia, a ellas deben atenerse los gobernantes
El Estado será bueno o malo si gobierna conforme a las leyes, por lo que, tanto tiranía,
aristocracia o democracia deben ser conforme a la ley, debe existir la soberanía de la
Ley frente a la voluntad de quién ejerce el poder.
Ciertamente, tampoco en el Político se reconoce el Derecho como verdadero valor. Y
ello, porque Platón no elude el hecho de que «la ley no podrá siempre establecer lo que
es mejor y más justo de forma exacta para todos, y determinar así lo que es
perfectamente conveniente, ya que la diferencia existe entre los distintos hombres y las
distintas acciones, y la ausencia de estabilidad de las cosas humanas no permiten que
ningún arte defina lo que es absolutamente válido para todos los casos y para todos los
tiempos». Observación profunda que incide en el típico carácter del Derecho, que es la
abstracción, la imposibilidad de adecuarse concretamente a la múltiple y cambiante
realidad histórica.
El Derecho es útil en cuanto hace menos intolerables los Estados humanamente
posibles, en el Político se reconoce esta utilidad frente a la ignorancia con la que la
refleja en la República.

5 LA LEY COMO INSTRUMENTO ETICO


De la experiencia política de Patón se desprende el reconocimiento de la utilidad del
derecho. En su carta VII recomienda que se asegure la igualdad de los derechos en todo
el Estado “donde hay leyes estables todo permanece”. Se impone el pensamiento por
razones históricas.
Platón no considera tanto a las leyes en su aspecto propio, es decir, jurídico, cuanto que
les atribuye un carácter ético y una función en el Estado, más bien educativa que
política, o, por lo menos, política en sentido ético, dado su carácter educador. La
intervención ética del Estado no se dará ya por el filósofo si no que se confía a la ley,
que educará al pueblo. El presupuesto educativo de la ley es su valor moral y proviene
de la razón. La Ley gobierna en cuanto que es racional.
Aceptada la existencia de una problemática del Derecho, que en la República él había
creído poder ignorar, así en las Leyes, Platón la resuelve en términos de Derecho natural
racional. Fundamento del Derecho es la recta razón. Pero su idea de la existencia de un
fundamento racional absoluto devendrá inspirador de un iusnaturalismo racionalista que
tendrá gran predicamento en la historia de la filosofía del Derecho.

6 EL MENÓN
La única Ley buena es la Ley justa. Lo que no es recto es en realidad ilegal. La Ley es el
descubrimiento del ser. Habiendo una correspondencia entre el orden humano y el orden
ontológico que no es otro que el de la razón. El ser que la ley descubre y la
correspondencia que la hace ser verdadera ley, no es otra que la racionalidad, ´la razón
verdadera con la que la ley se identifica: y es por ello humanidad, es decir aquello que
de esencialmente humanos hay en el hombre.
7 SAN AGUSTIN
En su pensamiento está la consecuencia de asumir la dirección iusnaturalista y
racionalista. Considerado el mayor padre de la Iglesia, uno de los más grandes pensadores
del cristianismo y de la filosofía por su “tormentoso afán de su espíritu”.

Siente la insuficiencia de la naturaleza humana y de la razón, busca dentro de ella y más allá la
inspiración divina. Su vida transcurre durante la época más dramática de la crisis del mundo
antiguo, el imperio romano se deshacía. Estos hechos le llevarán a reflexionar sobre la
sociedad terrena, el Estado y el Derecho, y el papel de estos en el designio de Dios.

Abrazó el cristianismo después de varias experiencias filosóficas y religiosas. Maniqueismo,


escepticismo, neoplatonismo… con la influencia de San Ambrosio se preparó para la fe
cristiana.

8 TENDENCIAS IUSNATURALISTAS ANTES DE LA POLÉMICA CON PELAGIO

Encontramos en sus primeras obras definiciones de justicia iusnaturalistas tomadas de obras


de Cicerón “disposición del espíritu, que respetando la voluntad común, que atribuye a cada
uno su valor y que tiene su origen en la naturaleza”, que además tiene fuerza innata. “No
parece que sea Ley la que no sea justa”… “la positiva, histórica, no es válida sino que está de
acuerdo con la ley eterna”. Citando a Cicerón la califica como ley natural y se manifiesta en el
alma racional. Acepta la idea estoico-ciceroniana de la ley natural-racional.

Cuando nos habla del pecado lo vincula con la ley eterna (Contra Faustum, obra anterior a la
polémica con Pelagio) constituye un texto fundamental para la teología moral cristiana
recogido en el siglo XII en las Sententiae de Pedro Lombardo, libro más estudiado en la escuela
teológica del Medievo. Su concepto de pecado y ley eterna será muy estudiado en
consecuencia. El pecado es definido como “ acción, dicho o deseo contra la ley eterna”
afirmando que esta es “razón divina o voluntad de Dios” que manda conservar el orden natural
y prohíbe su perturbación

No pretendía distinguir entre razón y voluntad de Dios pero la distinción platea el dilema.
Dilema futuro de la teología moral. De la razón participa el hombre y si la ley suprema deviene
de la razón el hombre es autónomo , legislador de sí mismo. Pero si la fuente es la voluntad de
Dios la moralidad dependerá del decreto divino. Para San Agustín razón y voluntad de Dios era
la misma cosa no podía intuir la división planteada entre intelectualistas y voluntaristas (de
Dios pero también del Estado).

9 ACTITUD VOLUNTARISTA TRAS LA POLEMICA CON PELAGIO

El isusnaturalismo es sustancialmente Pelagiano. Si el hombre posee por naturaleza la norma


de obrar bien y puede conocerla por su razón, el obrar bien no depende más que de el y su
naturaleza es buena. Posee los instrumentos para alcanzar la salvación. Esto es un peligro, ya
que niega el pecado original (“el hombre es un lobo para el hombre”?), por lo que San Agustín
abandona el iusnaturalismo.

A partir del 411 abundan las afirmaciones voluntaristas, ya la justicia no tendrá un carácter
cicerónico de conformidad con la ley natural, la justicia será lo querido por Dios, La fuente de
la ley no es la naturaleza-razón sino la fe que no existe por naturaleza, ni por razón, sino por la
gracia.
10 LA CIUDAD DE DIOS Y LA CIUDAD TERRENAL

En De civitate Dei se refleja la tensión del pensamiento agustiniano, entre el misticismo y la


trascendencia del verdadero valor y las exigencias terrenas de la sociedad organizada en la
Iglesia visible, institución jurídica y política. Escribe mientras cae el imperio. Frente al
pensamiento pagano de haber abandonado su antigua religión el problema era el valor del
Estado por ser contrario a la Ciudad de Dios. Quiere hacer posible el paso de la ciudad terrenal
a la ciudad de Dios. El Estado nace de la violencia, del delito… Por lo que se abren debates
sobre la norma en bandas criminales, etc. Para que el Estado tenga valor debe gobernar en el
la justicia, sino serian grandes empresas criminales. El verdadero Estado, donde exista la
justicia, solo será aquel donde reine Cristo. En el Estado romano esto no se dio, nunca existió
verdadero Estado, se sanciona así la subordinación del Estado a la Iglesia. Se trata de una
visión puramente religiosa pero que no excluirá una visión política posterior, por lo que se
puede observar un contraste metafísico entre el reino de Dios y el mundo

También podría gustarte