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ENSAYO CRÍTICO
DE LAS TEORIAS SOBRE EL ORIGEN DEL ESTADO Y LA DE LA SOCIEDAD
INTRODUCCION
PLATON
Muchos aspectos de la obra República de Platón podrán ser irrealizables en la
práctica, o indeseables si tuviesen realización posible, pero su pensamiento capital
es la concepción del Estado como cooperador a que éste alcance su fin temporal,
su bienestar.
Platón nos ofrece, una sociedad a la vez jerarquizada y unificada; y, en el fondo,
esta doble exigencia explica toda la construcción platónica: Sus esfuerzos tienden,
en esencia, a realizar un Estado que forme una unidad política y moral.
El Estado platónico se encuentra muy alejado de las condiciones reales, pues lo
que trataba de hacer era mostrar lo que en principio tiene que ser un Estado, o lo
que es lo mismo, la ciudad ideal, pero este Estado ideal, no es una construcción
caprichosa, sino el desarrollo de lo que corresponde a la naturaleza humana
dentro del orden divino; de aquí su utopía y también su universalidad. Platón sabía
que en los asuntos humanos el ideal es impracticable, pero mantuvo que debemos
aproximarnos lo más posible a él.
Es evidente que ninguna Constitución ni gobierno alguno existentes en la realidad
encarnan el principio ideal de la Justicia; pero lo que le interesaba a Platón no era
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ver lo que son los Estados reales, sino lo que el Estado debería ser, y así, en la
República se propone descubrir el Estado ideal.
La justicia es una virtud tanto pública como privada, ya que por medio de ella se
conserva el máximo bien tanto del Estado como de sus miembros. Evidentemente,
la realización de la justicia en el individuo y en el Estado sólo puede proceder
paralelamente: El Estado es justo cuando cada individuo atiende sólo a la tarea
que le es propia; y el individuo que atiende a la tarea propia es él mismo justo.
Las degeneraciones del Estado se corresponden con las degeneraciones del
individuo: Las cualidades del Estado no son sino las de los ciudadanos que lo
componen. Por lo tanto, el tipo de gobierno dependerá absolutamente del tipo
predominante de ciudadanos. De aquí que la clasificación de las distintas formas
de Estado guarde semejanza con la descripción del tipo de individuo, con el
carácter humano que las condiciona, ya por constituir la mayoría, ya por
encontrarse en el poder.
Para Platón, el Estado no existe simplemente para cubrir las necesidades del
hombre, sino para hacerle feliz, para que el hombre pueda desenvolverse llevando
una vida recta, de acuerdo con los principios de la justicia.
ARISTOTELES
La frase de Aristóteles: “El hombre es un animal político”. Significa que el hombre
se diferencia de los animales, entre otras cosas, porque vive en sociedades
organizadas políticamente, en cuyos asuntos públicos participa en mayor o menor
medida, con el objetivo de lograr el bien común: la felicidad de los ciudadanos.
El hombre, por ejemplo, es un ser integrante, social, que vive en comunidades (la
primera: la familia), asociándose con otros individuos o grupos de individuos
(familias, clanes) en función de objetivos comunes: la supervivencia, la protección,
el alimento, la procreación.
hombre solitario solo podía ser un ser superior (dios, héroe) o inferior al hombre
(bestia), pero nunca igual.
Según Aristóteles existe la unidad política, o sea la creación de todo este sistema
de normas para regular y organizar la convivencia supone la creación de formas
de organización de la vida en la ciudad, en donde el hombre debe participar en
mayor o menor medida por el simple hecho de formar parte de una sociedad
organizada de esta manera.
Para Aristóteles, una vida política activa, en la que los ciudadanos deliberen,
gobiernen y construyan la polis, equivale a una vida buena y feliz. De la virtud
política de los ciudadanos depende si la polis prospera o perece, si puede
mantener una existencia autosuficiente o no, y si una constitución es estable o
debe enfrentar la sedición y la guerra civil. Si los ciudadanos políticamente
virtuosos conservan la estabilidad del orden político y aseguran que la polis sea
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Tomás no restringe el bien común al bien de orden, sino que lo vincula de manera
preponderante a la felicidad y la virtud perfecta. Aquí, sobre el plano dinámico del
bien común político (causa final), Tomás de Aquino reconoce plenamente la
identidad: el bien del individuo es idéntico al bien común.
Es evidente, que Tomas de Aquino no ignora el vínculo que existe entre la justicia
y el derecho creado por el hombre. Tomás de Aquino, dice "los actos de todas las
virtudes pueden pertenecer a la justicia, en cuanto ésta ordena al hombre al bien
común. En este sentido, se le llama a la justicia, virtud general. Y, puesto que a la
ley pertenece ordenar al bien común, es llamada 'justicia legal.
En su teoría sobre el bien común político –sobre el bien humano propio de una
sociedad– Tomás no desarrolla una sola y única definición, sino emplea, según
requiere el argumento, una u otra faceta de su concepto.
a. Tomás entiende el bien común de la comunidad política como una unidad
distinta y diferente de la simple suma de sus compuestos. Más
específicamente, esta unidad surge de la organización interna de los
miembros para alcanzar un objetivo común que se han fijado. La polis es
así una unidad de orden que surge de una finalidad común.
Esta última definición permite a Tomás de Aquino hablar del bien común político
sea como la paz y la seguridad (bien de orden, principio material del bien común)
o sea como el ejercicio de la vida buena (la felicidad como objetivo común,
principio moral del bien común).
El deber supremo para con la sociedad que representa el conjunto de seres
humanos y sus relaciones mutuas, es el bien común. Éste viene a constituir el
conjunto de libertades, bienes y servicios que hacen posible a las personas su
mejor desarrollo en la sociedad de la que forman parte.
El bien común es la suma de aquellas condiciones que permitan satisfacer la
necesidad de logro de los miembros de la comunidad. El bien común implica que
las estructuras sociales deben ser diseñadas de tal forma que permitan que la
gente tenga la oportunidad de participar y de satisfacer sus necesidades humanas
básicas.
La autoridad sólo se ejerce legítimamente si busca el bien común del grupo en
cuestión y si, para alcanzarlo, emplea medios moralmente lícitos. Si los dirigentes
proclamasen leyes injustas o tomasen medidas contrarias al orden moral, estas
disposiciones no pueden obligar en conciencia. En semejante situación, la propia
autoridad se desmorona por completo y se origina una iniquidad espantosa.
La diversidad de los regímenes políticos es moralmente admisible con tal que
promuevan el bien legítimo de la comunidad que los adopta. Los regímenes cuya
naturaleza es contraria a la ley natural, al orden público y a los derechos
fundamentales de las personas, no pueden realizar el bien común de las naciones
en las que se han impuesto.
TEORIAS MODERNAS
Teoría liberal
Para Locke el contrato es un pacto entre individuos que renuncian a la violencia a
favor de la paz y la seguridad. Tiene derecho a la conservación de la libertad,
renuncian do al uso de la fuerza. Es un contrato entre individuos y entre estos y el
estado. Existe un compromiso libre entre individuos de someterse a las leyes. Las
leyes expresan la voluntad general.
Con la aportación de Locke la teoría del contrato social sufre un giro muy radical.
La visión del estado de naturaleza o estado presocial es mucho más positiva y el
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poder político resultante del contrato social se siente más atado, limitado y
comprometido con la garantía de ciertos derechos naturales, hasta el punto de
derivar su legitimidad, en origen y ejercicio, de ese compromiso.
El contrato, tomado como origen de la sociedad civil y política era el único medio
que podía permitir tanto la defensa de la existencia de unos derechos naturales
previos, como, y acabará siendo un punto esencial, la conversión de esos
derechos naturales en derechos dentro del Estado, es decir, en derecho cívicos y
políticos que el ordenamiento jurídico estatal no puede dejar de respetar y
garantizar, pues de ello depende su legitimidad y el deber de obediencia por parte
de los ciudadanos a él sometidos
En el fundamento de Locke nos encontramos ya con una teoría expresa de la
monarquía constitucional y con uno de los iniciadores de la filosofía liberal. Su
influencia en las Declaraciones de derechos americanas y francesas, del último
tercio del siglo XVIII, es determinante.
Teoría soberanista
Para Rousseau: es completamente falso que en el contrato social haya una
renuncia verdadera por parte de los particulares: su situación, por efecto de este
contrato, es realmente preferible a lo que antes era, y en lugar de una
transferencia, no han hecho sino un cambio ventajoso de una manera de ser
incierta y precaria por otra mejor y más segura, de la independencia natural por la
libertad, del poder de hacer daño a los demás por su propia seguridad, y de su
fuerza, que otros podrían sobrepasar, por un derecho que la unión social vuelve
invencible.
El estado tiene poder absoluto.
Su poder deriva del pueblo.
El estado debe asegurar la paz y la tranquilidad.
El poder es limitado.
Predomina el liberalismo político.
Existe la soberanía popular y la democracia es directa.
"Encontrar una forma de asociación que defienda y proteja de toda fuerza común
a la persona y a los bienes de cada asociado, y por virtud de la cual cada uno,
uniéndose a todos, no obedezca sino a sí mismo y quede tan libre como antes".
Montesquieu
TEORIAS CONTEMPORANEAS
Teoría de la Justicia
Los principios de justicia no representan propiamente verdades objetivas
independientes, sino que son aquéllos que pensamos que es razonable que
constituyan el objeto del consenso de fondo en que ha de apoyarse nuestra vida
social y cuyo reconocimiento tácito esperamos movilizar siempre que entre
nosotros elevamos pretensiones conflictivas
Rawls establece a la justicia como el más importante de los conceptos sociales. Si
se piensa en una sociedad que es próspera, que tiene crecimiento pero no es
justa, entonces quedará la sensación de que falla gravemente, y es que la justicia
forma parte de nuestras convicciones más extendidas de sentido común.
Rawsl entiende por principios de justicia aquellos principios que establecen
criterios para asignar derechos y deberes en las instituciones básicas de la
sociedad y definen la distribución apropiada de los beneficios y cargas de la
cooperación social, que deben regir en una sociedad bien organizada, es decir,
destinadas a avanzar el bien de sus miembros, donde todos aceptan y saben que
los demás aceptan, los mismos principios de justicia y sus instituciones básicas se
ajustan a tales principios.
Para Rawls, derechos no convencionales, o naturales, son aquellas pretensiones
cuya legitimidad deriva de principios de justicia. Rawls adopta una cierta
concepción a cerca de justicia a la que denomina JUSTICIA COMO EQUIDAD,
según esta posición los principios de justicia son los principios que elegirán
personas libres y puramente racionales, que solo se preocupan por su propio
interés, si estuvieran en posición de igualdad. Para imaginar esta condición,
elabora la teoría dela posición imaginaria y del velo de la ignorancia.
Rawls argumenta una situación hipotética, a la que llama Posición Imaginaria.
Partiendo de esta posición imaginaria, los individuos deben pactar los principios
que deberán de ser los que rijan a la sociedad, inspiradores y guías de la
convivencia social.
Este desconocimiento de las características individuales sucede por lo que Rawls
llama El Velo de la Ignorancia, sobre qué tipo de persona seremos o que
características o recursos tendremos permite garantizar la máxima imparcialidad o
neutralidad para que no nos afecten en particular sino que puedan ser lo más
beneficiosos posibles para todo tipo de individuos que integraran esa sociedad
pluralista.
Rawls concluye que estos individuos llegarían a pactar por la vía de la razón dos
principios centrales de la justicia: mismas libertades e igualdad de oportunidades.
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Buchanan aprendió que los gobiernos no eran entidades eficientes y altruistas que
trabajaban para eliminar las imperfecciones encontradas en los mercados. Al
contrario, gobiernos son el agregado de personas persiguiendo sus intereses
personales, no el interés público, a través de leyes, impuestos y regulaciones
interesadas. Parece que muchos han olvidado estos análisis durante los últimos
años de intromisión de los políticos y de los funcionarios en nuestra vida
económica diaria.