La idea de que el hombre es un animal social por naturaleza, es decir, de
que la Sociedad organizada es una institución "natural" es común a Platón y Aristóteles. Los principios de la justicia son los mismos para el individuo que para el Estado. El objetivo de la política de Platón es el perfeccionamiento y felicidad de todos los ciudadanos. Afirma que cada uno no se basta a sí mismo, por lo que el ser humano necesita vivir en sociedad. Por eso, para conseguir un Estado perfecto, busca la ciudad justa, formada por hombres justos y virtuosos. Es muy necesario comprender que el concepto de justicia platónico es diferente del actual. Platónicamente, consiste en una gran virtud que nace cuando cada clase social cumple su función en perfecto equilibrio y armonía (haciendo el bien). En cambio, a día de hoy consideramos la justicia como aquello que debe hacerse según derecho, razón o equidad. Por lo que, efectivamete, la democracia es lo más “justo” si entendemos la justicia de esta forma. Pero, ¿es lo mejor? ¿Acaso el partido político más votado es el mejor? Si afirmamos esto, estamos afirmando que lo mayoritariamente aprobado es lo bueno, lo verdadero; y en este caso, estamos defendiendo una falacia ad populum. Se trata de un engaño. Entonces, podríamos volver al Estado ideal e implantarlo en la sociedad actual. ¿Sería eso factible? De poco nos sirve una teoría idílica si no se puede llevar a la práctica. Sucede que esta teoría tiene dos grandes errores. El primero es, que según Platón, el Estado es una institución educativa, pues educando y conociendo el Bien es como se llega a una sociedad justa. ¿Pero acaso hoy en día se educa en la virtud? El otro gravísimo error se encuentra en la ética, pues el filósofo griego propone un intelectualismo moral, que afirma que la condición única para que el hombre haga el bien es conocer el Bien. Es una idea muy ingenua, pues basta con mirar la realidad para darse cuenta de que el ser humano se corrompe, pues muchas veces sucede que le puede el deseo de poder y deja de velar por el bien común. Es entonces cuando el liderazgo y el gobierno ya no son un servicio a los demás y el Estado no funciona como debería. ¿Es esto algo novedoso? El hombre se corrompe, y esto es algo importantísimo que no parece tener en cuenta Platón La posibilidad del Estado ideal de la República se funda dialécticamente en la Idea del Bien como causa de todo ser. El Estado como hipótesis de la unidad corporal se remite, a través de la unidad anímica, a la unidad de las Ideas, garantizada por la Idea del Bien. Por otro lado, el Estado en las Leyes no se reduce a la unidad de las Ideas, sino sólo a la unidad del alma. Es el segundo mejor de los Estados, pero el primero, contra la tesis fundamental de Laks, también es posible para los hombres. El Estado ideal es, para Platón, el estado aristocrático; pero, cuando las dos clases superiores se alían para repartirse las propiedades del resto de ciudadanos y reducirlos a la esclavitud, la aristocracia se convierte en timocracia, sistema que representa el predominio del elemento fogoso del alma. El Estado timocrático se basa en los valores militares del honor con alguna infusión de los valores de la propiedad privada. Cuando domina el afán de obtener riquezas, la timocracia se transforma en oligarquía y el poder político viene a depender de la riqueza de los propietarios. En este Estado, la estructura de clases se mantiene solamente en beneficio de la clase gobernante y no en interés de todo el Estado: los ricos emplean la estructura de clases para explotar a los pobres que cada vez son más pobres hasta que, finalmente, los pobres expulsan a los ricos y establecen la democracia, en la que cada ciudadano tiene idéntica libertad para perseguir los fines de su voluntad y su engrandecimiento personal hasta que finalmente el aspirante a déspota es capaz de alistar un número suficiente de descontentos para crear una tiranía.
EL ESTADO COMO ORDEN JURIDICO
El orden jurídico, que se concibe como el conjunto de normas que rigen una determinada área del ordenamiento jurídico. La relación en conceptos es de género a specie. El ordenamiento jurídico es el conjunto sistemático de leyes y normas que componen jurídicamente a un Estado. Es decir, el total de las normas con que un Estado o una nación se rigen en un momento dado de la historia, serán su ordenamiento jurídico. El orden jurídico estatal se puede considerar bajo dos puntos de vista en principio distintos: bajo el histórico-sociológico y bajo el jurídico en sentido estrido. Partiendo del primero de estos criterios, que es el realista, se presenta el Estado como una creación que hay que explicar de un modo causal-histórico atendiendo a su origen y al desarrollo de su formo.; enfocado desde el punto de vista jurídico, el Estado se presenta por el contrario como un orden normativo que no hay que explicar genéticamente, sino que ha de ser comprendido retrocediendo a las condiciones de su posibilidad de tipo no causal. En el enfoque jurídico, en virtud del cual el Estado no se presenta como producto creado por una realidad sometida a la ley de la causalidad, sino que se presenta como un sistema de normas, la idea del Contrato Social desempeña un papel completamente distinto al que desempeña en las teorías realistas del origen del Estado, en la medida que esta idea no sirve para responder a la cuestión de la génesis, sino a la del fundamento de la vigencia de un orden juridico. Es esencial de las normas y, en particular, de las normas jurídicas, que tengan vigencia, es decir, que por lo regular sean reconocidas como obligatorias. El orden jurídico es la base de las políticas encaminadas a combatir la desigualdad. Es importante que el soporte institucional esté bien diseñado, tanto en la parte orgánica como en la dogmática. En la primera, para que se cuente con los instrumentos efectivos en la formulación, ejecución, evaluación y control de las políticas; en la segunda, para no generar tensiones entre el enunciado de los derechos y su positividad. El ordenamiento jurídico de Venezuela pertenece a la tradición del derecho continental. Venezuela fue el primer país del mundo en suprimir la pena de muerte para todos los delitos, al hacerlo en 1863.