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Lenguas indoeuropeas

Lenguas indoeuropeas
Distribución geográfica Global
Hablantes ~45 % de la población mundial1
Subdivisiones Anatolio †
Greco-Armenio
Tracio-Dacio†-Albanés
Italo-celta
Germánico
Balto-Eslavo
Indoiranio
Tocario †
ISO 639-2 ine
IE countries.svg
Lengua(s) IE(s) habladas mayoritariamente.
Alguna lengua IE es oficial.
Lengua (s) IE(s) habladas por una minoría importante pero sin reconocimiento
oficial.
Véase también
Idioma - Familias - Clasificación de lenguas
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Con el nombre de lenguas indoeuropeas se conoce a la mayor familia de lenguas del
mundo en número de hablantes. La familia indoeuropea, a la que pertenecen la
mayoría de las lenguas de Europa, Gran Irán y Asia meridional, incluye más de 150
idiomas hablados por alrededor de 3200 millones de personas (aproximadamente un 45
% de la población mundial).1 De estas, unos 1200 millones corresponden a hablantes
de las lenguas indoiranias, unos 950 millones de hablantes de las lenguas romances
y unos 820 millones de hablantes de las lenguas germánicas.

Índice
1 Identificación de la familia
2 Características comunes
2.1 Género gramatical
2.2 Número gramatical
2.3 Caso gramatical
2.4 Conjugación verbal
2.5 Comparación léxica
2.6 Comparación de las conjugaciones
3 Clasificación de las lenguas indoeuropeas
3.1 Subdivisiones principales
3.2 Lenguas satem
3.3 Lenguas centum
3.4 Parentesco con otras lenguas
4 Referencias
4.1 Bibliografía
4.2 Enlaces externos
Identificación de la familia

Distribución actual aproximada de las diferentes ramas de las lenguas indoeuropeas


en Eurasia:
Helénico (griego)
Itálico (romance)
Indoiranio
Céltico
Germánico
Armenio
Báltico
Eslavo
Albanés
Lenguas no-indoeuropeas
Las áreas rayadas indican áreas multilingües.

Distribución aproximada de las lenguas indoeuropeas en América, por países:


Romance:
Español
Portugués
Francés
Germánico:
Inglés
Neerlandés
El jesuita francés Gaston-Laurent Coeurdoux fue el primero en notar las similitudes
entre el sánscrito, el latín y el griego, e incluso entre el alemán y el ruso, en
una memoria enviada a la Académie des inscriptions et belles-lettres de Francia en
1767. A veces se atribuye erróneamente al filólogo británico sir William Jones
haber sido el primero en notar las semejanzas entre el sánscrito, el latín y el
griego, pues en The Sanskrit Language (1786) supone que esas tres lenguas tienen
una raíz común y que, además, pueden estar ligadas al gótico, a las lenguas celtas
y al persa. Franz Bopp apoyó esta hipótesis al comparar sistemáticamente estas
lenguas con otras y encontrar múltiples cognados. Desde el siglo xix, los
estudiosos llamaron a esta familia lenguas indogermánicas. Posteriormente pasó a
emplearse el término indoeuropeo (excepto en alemán). Un buen ejemplo de la
conexión indoeuropea es la enorme similitud descubierta entre el sánscrito y
dialectos antiguos del lituano.

El idioma común ancestral se conoce como protoindoeuropeo. Existe desacuerdo en


torno al punto geográfico en el que se originó (urheimat). Los principales lugares
propuestos son el sur de Rusia, el óblast de Kurgán, el sudeste de Ucrania, Armenia
o Irán.

Esta familia está formada por las siguientes subfamilias: albanesa, armenia,
báltica, céltica, eslava, germánica, griega, indoirania (que incluye las lenguas
indoarias y las iranias) e itálica (que incluye el latín y las lenguas romances). A
ellas se suman dos subfamilias hoy desaparecidas: la anatolia (que incluye la
lengua de los hititas) y la tocaria. Desde la segunda mitad del siglo XVIII, y
durante todo el siglo XIX, la lingüística histórica y la neogramática intentaron
reunir datos suficientes para demostrar que este conjunto de lenguas, aparentemente
diversas, formaban parte de una única familia.

Los documentos del sánscrito y del griego clásico (los más antiguos de las lenguas
indoeuropeas si exceptuamos los hititas, que por entonces no estaban descifrados)
presentan las formas características propias de las lenguas indoeuropeas, lo que
demuestra la existencia de una lengua madre común. Las relaciones entre el
sánscrito, el griego clásico y el latín se habían comprobado ya hacia principios
del siglo XIX.

Por otro lado, los gramáticos de la India elaboraron una clasificación sistemática
de los elementos que constituyeron antiguamente el sánscrito. El estudio realizado
en la India se completa con otro estudio sistemático y comparativo de los sistemas
fonéticos y gramaticales de las lenguas europeas.

La conclusión de este esfuerzo conjunto fue el establecimiento de la existencia del


protoindoeuropeo, lengua madre común a los idiomas estudiados, efectuándose una
reconstrucción de los rasgos fonéticos y gramaticales que este debía tener. El
indoeuropeo es, pues, una lengua reconstruida y fechada hacia el 3000 a. C., puesto
que hacia el 2000 a. C. ya se encuentran rasgos de diferenciación notables entre
las lenguas nacidas del mismo.
En general, las lenguas indoeuropeas, muestran cierta pérdida progresiva de la
flexión. Por lo que se supone, el protoindoeuropeo fue una lengua muy flexiva, como
lo demuestran otras lenguas clásicas, como el sánscrito, el avéstico y el griego.
Frente a esto, algunas lenguas modernas, tras un largo proceso evolutivo, están
orientadas hacia una vía analítica, como por ejemplo el inglés, el francés y el
persa, usando complementos con preposición y verbos auxiliares en lugar de la
declinación nominal y la conjugación verbal; otras, como el español o el italiano
siguen manteniendo una gran flexión en sus conjugaciones, tiempos y modos verbales
aunque también han perdido la mayor parte de la flexividad en sustantivos y
adjetivos que se daba en las declinaciones latinas; mientras que lenguas como el
alemán o el ruso, en cambio, mantienen un sistema de declinaciones.

En gran parte, la pérdida de los elementos flexivos ha sido el resultado de un


largo proceso que ha conducido a la pérdida de las sílabas finales de las palabras;
así, muchas de las indoeuropeas eran más breves que las correspondientes
protoindoeuropeas. Además, en otras lenguas ha tenido lugar el desarrollo de nuevos
procedimientos gramaticales y ha habido numerosos cambios de significado en algunas
palabras concretas.

Características comunes
El protoindoeuropeo presenta muchos rasgos que han desaparecido de la mayoría de
las lenguas indoeuropeas modernas. De hecho, entre las lenguas indoeuropeas se
encuentran tipologías gramaticales que las hacen muy diferentes entre sí, no siendo
cierto que todas las lenguas indoeuropeas conserven actualmente "parecido" entre
sí, y su relación filogenética muchas veces solo es accesible mediante el estudio
comparado profundo de las mismas y no por su aspecto superficial o las
características gramaticales más evidentes. Esto se debe a que estas lenguas han
seguido evoluciones marcadamente diferentes en cada región donde se hablan. Sin
embargo, se reconocen algunas características casi universales en todas ellas:

Las lenguas indoeuropeas son lenguas altamente fusionantes.


El alineamiento morfosintáctico es de tipo nominativo-acusativo.
La categoría gramatical de número se marca obligatoriamente tanto en los nombres y
pronombres como en las formas personales del verbo. La mayoría de las lenguas
distinguen solo singular y plural, aunque algunas lenguas poseen también dual.
La gran mayoría de las lenguas indoeuropeas poseen algún tipo de distinción de
género gramatical, si bien algunas lenguas como el inglés restringen esta
distinción a los pronombres personales y en otras lenguas, como el armenio y el
persa moderno, las distinciones de género gramatical han desaparecido por completo.
Género gramatical
El sánscrito, el latín y el griego clásico distinguían entre tres géneros
gramaticales: masculino, femenino y neutro. Aunque muchas lenguas indoeuropeas más
modernas han perdido alguno de estos tres géneros, en las lenguas romances (con la
excepción del asturleonés), las lenguas celtas modernas y las lenguas bálticas, el
género neutro se ha asimilado al masculino o al femenino. En neerlandés y algunas
de las lenguas escandinavas, el femenino ha desaparecido manteniéndose la oposición
entre masculino y neutro. En inglés, la distinción de género solo existe en los
pronombres de tercera persona de singular (marginalmente cuando el referente es un
vehículo o un país puede usarse she para referirse a ellos), aunque en inglés
antiguo el género también existía en los demostrativos y el artículo. Algunas
lenguas modernas, como el armenio, han perdido completamente la distinción de
género tanto en el nombre como en el pronombre.2 En muchas lenguas iranias modernas
existen solo dos géneros: en persa moderno solo existe distinción entre género
humano y no humano y en pastún entre masculino y femenino.3 También muchas lenguas
índicas han perdido alguno de los tres géneros presentes en sánscrito, el hindi-
urdu4 solo diferencia entre masculino y femenino, habiéndose perdido el neutro. En
bengalí la pérdida ha ido más allá y la distinción de género ya no existe, o más
exactamente no es morfológicamente productiva, aunque hay residuos en el léxico.
El número de géneros en el indoeuropeo más antiguo reconstruible es dudoso, ya que
parece que las lenguas anatolias más antiguas solo reflejan una distinción entre
género animado y género inanimado en el adjetivo. Rodríguez Adrados ha propuesto
que esta es la distinción más antigua y secundariamente apareció en el resto de las
ramas también el género femenino.5

Número gramatical
En el estadio más antiguo de las lenguas indoiranias, griegas, eslavas y celtas
existían tres posibilidades para el número: singular, dual y plural. En las otras
ramas de la familia se registran solo dos números: singular y plural (marginalmente
en latín se tiene vīgintī '20' con terminación de dual). Actualmente el dual ha
desaparecido de todas las ramas de la familia indoeuropea, excepto entre las
lenguas eslavas.

Se ha reconstruido al antecesor de todo el indoeuropeo no anatolio (pIE-II) como


una lengua en la que habrían existido tres números, como en las ramas indoirania y
griega. Sin embargo, el anatolio solo testimonia dos números, por lo que
probablemente el protoindoeuropeo común (pIE-I) habría sido una lengua con solo dos
números, siendo la creación del dual una innovación posterior del indoeuropeo no
anatolio.

Caso gramatical
Las lenguas indoeuropeas más antiguas de todas las ramas de la familia (griego
micénico, hitita, sánscrito, latín, antiguo irlandés, eslavo eclesiástico, ...) son
lenguas flexivas con un sistema de 5 a 8 casos morfológicos. El número de casos del
protoindoeuropeo es materia de debate porque no está claro que el sistema máximo de
casos con caso nominativo, vocativo, acusativo, genitivo, dativo, ablativo,
locativo e instrumental que encontramos en sánscrito se remonte enteramente al
estadio más antiguo reconstruible. De hecho, algunos autores argumentan que existen
residuos de un pre-protoindoeuropeo no flexivo anterior al protoindoeuropeo común.6

Muchas lenguas indoeuropeas modernas, sin embargo, han perdido gran parte del
sistema de casos y la conjugación que caracterizaban a las lenguas indoeuropeas más
antiguas. Así, entre las lenguas romances, derivadas del latín, solo el rumano
conserva un sistema reducido de casos. Las lenguas germánicas igualmente han
reducido el número de casos con formas distintivas, habiendo desaparecido en inglés
por completo las marcas de caso específicas en el sustantivo. Las lenguas
indoiranias han sufrido así mismo una acusada disminución del número de casos. El
hindi-urdu posee un sistema de solo tres casos: directo o nominativo, vocativo y
oblicuo o preposicional. Una situación similar se da en muchas lenguas iranias,
como el pastún de Afganistán. El griego moderno también ha reducido el número de
casos respecto al griego clásico, pero junto con las lenguas eslavas y el lituano
forma parte de las lenguas indoeuropeas con una flexión nominal con mayor número de
casos distintos.

Conjugación verbal
El sistema verbal de la mayoría de las ramas del indoeuropeo parece haber sufrido
más cambios que el sistema de flexión nominal. Por esa razón, la reconstrucción se
ha basado más en las terminaciones y las marcas morfológicas que en las categorías
representadas.

Antes del descubrimiento de las lenguas anatolias y su parentesco con las lenguas
indoeuropeas, el sistema verbal reconstruido para el protoindoeuropeo se basaba
ampliamente en el griego y en el sánscrito. Este sistema reconstruido constaría de:

Cuatro modos: indicativo, subjuntivo, imperativo e infinitivo.


Dos voces: voz activa y voz media.
Tiempos gramaticales derivados de tres formas de la raíz, dependientes del aspecto
gramatical: formas de imperfecto, formas de perfecto y formas de aoristo.
Este sistema máximo, llamado modelo grecoario o indogriego, fue considerado el
resultado de innovaciones tardías cuando se conoció mejor el sistema verbal del
anatolio. El sistema verbal del indoeuropeo más antiguo resulta, sin embargo, de
difícil reconstrucción, ya que el anatolio presenta un sistema verbal mucho más
simple y es, por tanto, imposible distinguir hasta qué punto se debe a pérdida de
modos o tiempos o hasta qué punto el sistema de las lenguas con una conjugación más
amplia es el resultado de innovaciones.

En las lenguas modernas, especialmente en las europeas, han aparecido numerosas


formas verbales basadas en verbos auxiliares y perífrasis. Así, las lenguas
romances y las germánicas, como el inglés o el alemán, han perdido las formas
sintéticas de la voz pasiva y las formas de perfecto, presentes en lenguas antiguas
como el latín o el gótico, habiendo sido substituidas con formas perifrásticas con
los verbos 'ser' y 'haber'.

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