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INTRODUCCION

La Psicoterapia es un procesos que se realiza entre un profesional y un paciente (cliente) que trae a
consulta un conflicto psicológico o situación que necesita aclarar con el objeto de recuperar e incrementar
el bienestar psicológico, mediante el uso de procedimientos sistemáticos y técnicos. Las habilidades del
terapeuta tienen mucha importancia en el proceso terapéutico, las cuales van a servir de mucha
importancia en la relación con el paciente, veremos las variables del terapeuta como la empatía, calidez,
coherencia, etc.

Lo mismo las variables del paciente como su edad, trastornos, y cuales son sus expectativas del cambio.

El terapeuta tiene que ver al paciente como tal y no ver el trastorno en si, para poder tener éxito en las
soluciones.

LAS HABILIDADES TERAPEUTICAS


La práctica de la psicoterapia requiere del terapeuta una amplia gama de habilidades y destrezas para
conducir de manera efectiva el proceso de intervención terapéutica.
Muchas de estas habilidades básicas son similares en las distintas corrientes psicoterapéuticas: cognitiva,
conductual, gestáltica psicodinamica y humanista.
Las habilidades terapéuticas desempeñan un papel importante en el proceso terapéutico .Estas habilidades
están encaminadas a conseguir una relación con el paciente que permita ayudar a éste a conseguir las
metas del tratamiento.
En las habilidades terapéuticas es importante hablar de los siguientes puntos:

1 LA INTERACCIÓN TERAPEÚTICA:
Se considera que hay 3 factores básicos que ayudan a mantener la relación terapéutica iniciada (Beck,
1979):
A) La confianza básica: Se trata de la percepción del paciente que ve la relación con el terapeuta como
segura y no amenazante y que le permite expresar sus dificultades con la esperanza de encontrar solución
a sus dificultades. El terapeuta sopesa su intervención (p.e facilitando feedback del paciente) y ajusta su
rol (directividad, formalidad, límites..etc.) a las respuestas del paciente. En general, en la primera fase del
tratamiento, suele emplear más la empatía, aceptación y autenticidad, para así fomentar la confianza
básica. En una segunda fase se refuerza de modo progresivo la autonomía del paciente (p.e planificando
con él las agendas y tareas para casa, y usando las atribuciones internas a sus logros).

B) El rapport: Se refiere en general, a un acuerdo de metas, objetivos y procedimientos terapéuticos


entre el paciente y el terapeuta. Es útil que el terapeuta clarifique las expectativas terapéuticas que el
paciente trae a terapia; que las contraste con el paciente si le pongo si le parece poco razonable o
inadecuadas (p.e "¿Cree usted que su hijo estará dispuesto a colaborar

conmigo en la terapia si usted le amenaza con lo que podría perder si no viene?"). También el terapeuta se
pone en la misma "onda" del paciente a través de la empatía, aceptación y autenticidad (con la ayuda del
feedback). El explicar al paciente la duración del tratamiento, la frecuencia de las sesiones, el proceso
terapéutico y las fluctuaciones; y recoger sus respuestas al respecto, puede facilitar el llegar a un acuerdo
mínimo sobre estos puntos, o no iniciar la terapia si el paciente trae un marco de trabajo excesivamente
restrictivo (p.e Fisch y cols. 1984).

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C) La colaboración terapéutica: El terapeuta y el paciente forman un equipo de trabajo que tiene como
fin detectar los pensamientos negativos, los supuestos personales y trabajar su modificación (empirismo
colaborativo).
     Se explican al paciente las tareas a desarrollar (p.e mediante modelado directo o cognitivo), se aplican
como tareas para casa, se revisan esas tareas en consulta, y progresivamente el paciente va teniendo un
papel más autónomo en este proceso. En la fase de socialización terapéutica se inicia esta actividad

1 LA COLABORACIÓN TERAPEÚTICA:
     Se necesita que el paciente y el terapeuta conformen un equipo de trabajo. Veamos ahora cuales son las
tareas que ambos tienen que desarrollar (Beck, 1979).
LA COLABORACIÓN TERAPEÚTICA
TRABAJO DEL PACIENTE
TRABAJO DEL TERAPEUTA
1-Manifestar sus pensamientos, emociones y conductas referentes a sus dificultades
("datos brutos")
1-Enseñar al paciente la relación entre pensamientos- afectos-conductas y como
registrar esas relaciones
2-Registrar eventos que proporcionen relaciones entre pensamientos-afectos-conductas
 
2-Enseñar al paciente a modificar sus pensamientos automáticos a través de habilidades
cognitivas- conductuales. Programar tareas para casa para su puesta en práctica
3-Aplicar tareas para casa de tipo cognitivo-conductuales para contrastar sus
pensamientos automáticos

3-Revisar con el paciente esas tareas y desarrollar sus habilidades con ellas. Recoger
datos sobre hipótesis de Supuestos Personales. Proponer al paciente su revisión
mediante experimentos personales
4- Aplicar experimentos personales

4- Revisas los experimentos personales. Prepara al paciente para el alta/ seguimiento.


Identificación de problemas al respecto
5- Expresar preocupaciones respecto al alta y recaídas
5- Alternativas a esas preocupaciones. Prevención de recaídas
6- Acuerdo sobre el alta. Resumen de la terapia
6-Acuerdo sobre el alta. Resumen de la terapia

En efecto se admite que la interacción terapeuta – paciente es relevante para el tratamiento. Posiblemente
el mayor interés de todos estos estudios es saber si se deben a ella los buenos resultados de un
tratamiento.

Se han descrito factores pronósticos que nos permiten determinar las posibilidades de éxito de la
psicoterapia. Algunos de estos factores son independientes del tipo de terapia, pero otros dependen de la
modalidad elegida, por lo que permiten realizar una elección dirigida del método.

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Para determinar el pronóstico resultan esencialmente la personalidad y características estructurales del
paciente (en sentido estricto también del terapeuta) que van a condicionar los posibles beneficios de la
terapia.

Se ha estudiado también el papel de las variables del paciente y el de las variables del terapeuta, siempre
con el fin de saber si influyen de manera relevante en la susodicha interacción y, por tanto, en conseguir
los tan deseados resultados. Por supuesto, la carga de responsabilidad en este objetivo recae en el
terapeuta en la mayoría de los estudios, ya que se supone que éste es el que tiene que adaptarse al
paciente, y el que ha de buscar la manera de interaccionar más satisfactoria y beneficiosa para la terapia.

LAS VARIABLES DEL PACIENTE:

Bergin y Lambert (1978) se inclinan por atribuir a las variables del paciente la responsabilidad del éxito
terapéutico.

De hecho algunos autores (Gomes – Schwartz, 1978) consideran que los buenos resultados en la terapia
están relacionados con la implicación del paciente en el tratamiento. Y ello significa, entre otras cosas, su
deseo de comunicarse, la confianza que tiene con el terapeuta y la aceptación de su responsabilidad en la
terapia. De hecho, aceptar la responsabilidad en la búsqueda de soluciones por parte del paciente parece
ser una condición necesaria para el éxito terapéutico

Variables son aquí la edad, el trastorno que padece, el grado de perturbación que sufre, sus expectativas
de cambio, su nivel cultural, entre otras. Y una variable relevante en esta misión es la percepción que el
paciente tiene sobre el terapeuta.

Las variables que dependen del paciente son esenciales para casi todas las formas de psicoterapia.

 VARIABLES DEL PACIENTE

 No se relacionan con la asistencia:

% Edad

% Sexo

% Estado civil

 Resultados contradictorios:

% Estatus socioeconómico

% Dx de Tx de la personalidad

% Severidad sintomática

% MMPI

% Etapas de motivación al cambio

% Expectativas del paciente

 VARIABLES DEL PACIENTE

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 Se relaciona con la asistencia:

% Pertenecer a alguna agrupación religiosa

% Menos cambios de empleo/casa

% Participación en actividades sociales y culturales

% Tolerancia a la frustración

% Habilidad para formar lazos firmes con los demás

% Tener residencia fija

Heigl 1992 menciona otras variables:

Variables del paciente:

 Motivación del paciente.

 Grado de introspección en la psicogénesis de conflicto.

 Forma de manifestación.

 Grado de ganancia secundaria por la enfermedad.

 Duración de la clínica.

En la psicoterapia profunda tienen gran importancia la capacidad de introspección del paciente, en tendida
como su capacidad de percibir sus procesos psicológicos internos, la capacidad de autocrítica, la
capacidad de verbalizar y el grado de diferenciación intelectual.

Algunas variables del paciente permiten sospechar que el pronóstico no será bueno.

Estas variables o criterios de mal pronóstico según Heigl 1992 podrían ser:

 Cronificación de los síntomas.

 Comportamientos desviados de forma habitual (dependencias, falta de sociabilidad, etc.)

 Una importante ganancia secundaria por la enfermedad.

 Reacciones psicosociales que contribuyen a estabilizar los síntomas (sobre todo familiares o de
pareja)

 Síntomas primordiales persistentes tras la pubertad.

 Tendencia al triunfo masoquista.

 Expectativas equivocadas y no corregibles ante la terapia.

LAS VARIABLES DEL TERAPEUTA:

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Ciertas características del terapeuta, como la calidez emocional, la empatía y la comprensión pueden
influir de forma positiva sobre la terapia.

Las investigaciones respecto al papel del terapeuta también han sido y son numerosas con las siguientes
polémicas.

Son por todos conocidas las variables propuestas por Rogers (1957) como características de los terapeutas
“necesarios y suficientes” para realizar una terapia eficaz:

 Empatía

 Visión positiva

 Calidez no posesiva y

 Autenticidad o coherencia.

Actualmente hay consenso en la mayoría de las corrientes terapéuticas en aceptar que etas variables
son necesarias, aunque es más polémica la aceptación de que son suficientes.

En realidad toda la polémica se ha centrado en aceptar o no el papel de las variables del terapeuta como
las responsables de los resultados terapéuticos.

Las investigaciones que se han realizado a este aspecto han comprendido tanto variables de actuación o
comunicación como variables personales como la edad y el sexo del terapeuta.

VARIABLES DEL TERAPEUTA

 No se relacionan con la asistencia:

- Sexo

- Modalidad del tratamiento ( individual, grupal, familiar, pareja)

 Resultados contradictorios:

- Edad

- Experiencia del terapeuta

- Enfoque terapéutico.

Las conclusiones son pocas, contradictorias y dan poca información útil. Por ejemplo, algunos autores
informan que las actitudes y los valores del terapeuta influyen en el tratamiento si bien no consiguen
precisarlos con exactitud.

Siguiendo el hilo de las investigaciones sobre la experiencia del terapeuta se encuentra que las
investigaciones han mostrado que si bien los terapeutas no se diferencian en sus resultados por la edad ni
por la experiencia, sí que se diferencian por el número de pacientes que mejoran.

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Estos datos han planteado la posibilidad de que no sea exactamente la experiencia la que consigue tales
resultados, sino las habilidades que ha ido aprendiendo el terapeuta a lo largo de sus años de trabajo
clínico.

Ante esta situación, algunos autores comienzan a centrar la atención en el entrenamiento específico. Así
pues, el punto de mira en los años noventa y primeros de este siglo se ha centrado en el tipo de
habilidades terapéuticas que permiten que el tratamiento tenga lugar, mejoran el proceso terapéutico y,
consecuentemente sus resultados.

La mayoría de los estudios revisados señalan como características principales las siguientes:

 Flexible: acepta y adapta su forma de comunicar a la situación y al paciente que tiene delante.

 Experimentado: muestra experiencia clínica.

 Honesto: el paciente lo percibe sincero y honrado.

 Respetuoso: se muestra respetuoso con los valores y la forma de expresarse y comunicaren


general del paciente.

 Fiable: digno de confianza.

 Seguro de sí mismo: el paciente percibe que sabe lo que hace.

 Interesado: su interés por el paciente y el problema que presenta.

 Atento: está pendiente de lo que ocurre en la sesión. Es decir, de las manifestaciones verbales y
no verbales, del paciente.

 Amistoso: el paciente lo percibe cercano.

 Cálido: cariñoso y afectivo.

 Abierto: comprensivo con otros puntos de vista.

Llegados aquí, parece evidente preguntarse ¿pero cómo se consigue tener esas características de las que
hablan los estudios? ¿Cómo se pregunta al paciente? ¿Cómo se responde a sus dudas? ¿Cómo se
interviene ante situaciones que van surgiendo a lo largo de las sesiones? En una palabra ¿cómo se hace
frente a cada uno de los momentos de la relación con el paciente de manera adecuada?

Eso supone dar claves al terapeuta para que sepa comunicarse de manera que beneficie a la terapia.

En definitiva se requiere de un entrenamiento que enseñe al terapeuta que empieza y al que necesita
renovar sus habilidades forma de comunicar concretas y coherentes con la situación puntual que en un
momento determinado se da en una sesión. Hay comportamientos generales para el conjunto de las
sesiones, pero hay comportamientos concretos para momentos también concretos.

Las habilidades terapéuticas se convierten así en un requisito muy conveniente para poder llevar a cabo
una terapia. Estas habilidades requieren prestar atención al momento terapéutico en que se encuentran
paciente y terapeuta, al comportamiento que presenta el paciente y al problema que plantea o mas
precisamente al problema que se diagnostica.

CONCLUSIONES

 La práctica de la psicoterapia requiere del terapeuta una amplia gama de habilidades y destrezas
para conducir de manera efectiva el proceso de intervención terapéutica.

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 Se considera que hay 3 factores básicos que ayudan a mantener la relación terapéutica iniciada:

1 La confianza básica

2 El rapport

3 La colaboración terapéutica

 Bergin y Lambert (1978) se inclinan por atribuir a las variables del paciente la responsabilidad
del éxito terapéutico.

 Las variables que dependen del paciente son esenciales para casi todas las formas de
psicoterapia.

 Algunas variables del paciente permiten sospechar que el pronóstico no será bueno.

 Ciertas características del terapeuta, como la calidez emocional, la empatía y la comprensión


pueden influir de forma positiva sobre la terapia.

 Estos datos han planteado la posibilidad de que no sea exactamente la experiencia la que
consigue tales resultados, sino las habilidades que ha ido aprendiendo el terapeuta a lo largo de sus años
de trabajo clínico.

 En definitiva se requiere de un entrenamiento que enseñe al terapeuta que empieza y al que


necesita renovar sus habilidades forma de comunicar concretas y coherentes con la situación puntual que
en un momento determinado se da en una sesión

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