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¿Cuán importantes son los factores comunes en la psicoterapia?

Bruce Wampold
Separándolos en factores comunes particulares y factores relacionados con la
especificidad. Siendo los factores comunes particulares la alianza, la empatía, las
expectativas, la adaptación cultural y las diferencias de los terapeutas. Por otro lado, los
factores relacionados con la especificidad incluyen, diferencias de tratamiento,
ingredientes específicos, adherencia y competencia. La evidencia sostiene la conclusión
de que los factores comunes son importantes para producir los beneficios de la
psicoterapia.
Estos factores comunes son más que un conjunto de elementos terapéuticos comunes a
todas o a la mayoría de las psicoterapias. Colectivamente dan forma a un modelo teórico
acerca de los mecanismos de cambio en psicoterapia.
Modelo contextual:
Este modelo postula que existen tres caminos a través de los cuales la psicoterapia
produce beneficios. Esto quiere decir que la psicoterapia no tiene una influencia unitaria
en los pacientes, sino que opera a través de varios mecanismos.
El modelo contextual provee de una explicación sobre los beneficios de la psicoterapia
que es alternativa a la de aquellos modelos que enfatizan en los ingredientes específicos,
supuestamente beneficiosos para los trastornos particulares debido a la recuperación de
un déficit identificable.
Los tres caminos del modelo contextual implican:
a) La relación real
b) La creación de expectativas a partir de la explicación del trastorno y el
tratamiento involucrado
c) La promulgación de acciones que promuevan la salud.
Antes de que estos caminos pueden activarse, se debe establecer una relación
terapéutica real.
Bordin estableció que “cierto nivel básico de confianza claramente marca todas las
variedades de las relaciones terapéuticas, pero cuando la atención es dirigida hacia los
recovecos más protegidos de la experiencia interna, se requieren y desarrollan vínculos
más profundos de confianza y apego.”
Los seres humanos toman la determinación muy rápidamente de si esa otra persona es
de confianza o no. Los pacientes llegan de alguna manera juzgando si pueden o no
confiar en el terapeuta, juzgando su vestimenta, el entorno, etc. Sin embargo, llegan a
terapia con expectativas acerca de la naturaleza de la psicoterapia. La interacción inicial
entre paciente y terapeuta es crítica, muchos de estos abandonan la terapia en este punto
más que en cualquier otro momento de la terapia.
Camino 1: la relación real
Es definida como la relación personal entre terapeuta y paciente, marcada por el grado
en que cada uno es genuino con el otro y percibe/experimenta al otro en formas que le
convengan. Aunque la relación psicoterapéutica es influida por los procesos sociales
generales, es una relación social inusual, ya que la interacción primeramente es
confidencial (dependiendo los límites del caso en cuestión), se revela material complejo
que no interrumpe este vínculo social, es decir que el paciente puede hablar de cosas
incomodas, vergonzosas sin el miedo de que el terapeuta finalice la relación.
La psicoterapia proporciona al paciente una conexión humana con un individuo
empático y comprensivo, que debe promover la salud.
Camino 2: Expectativas
Estas tienen una gran influencia en la experiencia. Trabajan de varias formas posibles.
Frank ha mencionado que los pacientes llegan desmoralizados a terapia y esto no es
únicamente causa de su malestar sino porque en varias ocasiones han intentado aliviarlo
sin éxito, y la participación en psicoterapia parece ser una forma de remoralización.
De acuerdo con el modelo contextual los pacientes van a terapia con una explicación
para su malestar formada por sus propias creencias psicológicas (psicología folclórica).
Estas creencias son influidas por conceptualizaciones culturales de trastornos mentales,
son típicamente no adaptativas en el sentido de que no permiten soluciones. La
psicoterapia provee una explicación para las dificultades del paciente que es adaptativa,
en el sentido en que proporciona medios para superar o afrontar los problemas. El
paciente cree que la participación y la finalización de las tareas terapéuticas va a ayudar
para afrontar sus problemas, lo que luego conduce a la expectativa de que la persona
posee la habilidad para atravesar lo que sea necesario.
Para el camino de la expectativa es fundamental que el paciente crea que la explicación
provista y las acciones de tratamiento sean el remedio para su problema. Entonces, el
paciente y el terapeuta deberán ponerse de acuerdo en las metas de la terapia, así como
en las tareas. La creación de expectativas depende de una explicación teórica
convincente. Una alianza fuerte indica que el paciente acepta el tratamiento y que
trabaja junto al terapeuta, creando confianza de que el tratamiento va a ser exitoso.
Camino 3: Ingredientes específicos
El modelo contextual estipula que existe particularmente un tratamiento que el paciente
encuentra aceptable, y que piensa que va a remediar sus problemas, creando las
expectativas necesarias de que va a experimentar menos malestar. Cada programa
contiene ciertas acciones terapéuticas bien especificadas.
Se postula que los ingredientes no solo crean expectativas, sino que generan acciones
salubres. El terapeuta induce al paciente a desplegar algunas acciones saludables, ya sea
aceptarse mejor a sí mismo, mejorar las relaciones interpersonales, descansar menos en
esquemas disfuncionales, expresar emociones complejas, tomar la perspectiva de los
demás, etc.
Es necesaria una fuerte alianza tanto para el tercer camino como para el segundo, ya que
sin un trabajo colaborativo fuerte y acuerdos particulares acerca de las tareas y metas de
la terapia el paciente probablemente no desplegara acciones saludables.
Si el tratamiento provoca acciones saludables por parte del paciente, será efectivo,
mientras que aquellos que proponen a los ingredientes específicos como remedio para
los déficits psicológicos, predicen que ciertos tratamientos serán más efectivos que
otros.
La alianza está formada por tres componentes: el vínculo, el acuerdo acerca de las
metas de la terapia y el acuerdo acerca de las tareas. En la terapia la alianza es medida
típicamente muy temprana y correlacionada con el resultado final.
Puede ser que el alivio sintomático temprano cause una alianza fuerte en la tercera o
cuarta sesión. La alianza predice el control de cambios futuros en los síntomas luego de
controlar los cambios que ya están sucediendo.
También puede ser que la correlación entra la alianza y el resultado se deba a
contribución de los pacientes a la alianza. Algunos pacientes llegan a terapia con una
buena preparación para una alianza fuerte, y son estos mismos pacientes quienes tienen
un mejor pronóstico. La asociación alianza-resultado se debe más a las características de
los pacientes que a algo que los terapeutas les proveen. Sin embargo, los terapeutas más
efectivos son capaces de formar alianzas fuertes a lo largo de un rango amplio de
tiempo.

Empatía y constructos relacionados


La empatía, un proceso complejo por el cual un individuo puede verse afectado por y puede
compartir el estado emocional de otra persona, evaluar las razones del estado del otro e
identificarse con él o ella al adoptar su perspectiva, se cree que es necesario para la
cooperación, compartir los objetivos y regular la interacción social.

La empatía expresada por los terapeutas es un factor común primario, fundamental para el
primer camino del modelo contextual, pero que también aumenta el efecto de las
expectativas.

Varias de las amenazas para la validación de la alianza también están presentes en relación a la
empatía. Es más sencillo para el terapeuta ser cálido y comprensivo hacia un paciente
motivado, revelador y cooperativo, que hacia uno agresivo interpersonalmente.

Expectativas:

En psicoterapia la creación de expectativas a través de explicar el trastorno del paciente,


presentar la lógica del tratamiento, y participar en las acciones terapéuticas, forman parte de
la terapia.

La forma típica de valorar el efecto de las expectativas es correlacionar la calificación del


paciente de sus expectativas con los resultados.

La adaptación cultural de los tratamientos basados en la evidencia

El modelo contextual enfatiza que la explicación otorgada sobre el malestar del paciente y las
acciones terapéuticas deben ser aceptadas por el paciente. La aceptación es en parte una
función de consistencia del tratamiento con las creencias del paciente, las creencias
particulares acerca de la naturaleza de la enfermedad mental y cómo afrontar los efectos de la
enfermedad. Esto significa que los tratamientos basados en la evidencia que son culturalmente
adaptados van a ser más efectivos para los miembros del grupo cultural para el cual se diseña
el tratamiento adaptado.

Efectos del terapeuta:

El modelo contextual predice que van a existir diferencias entre los terapeutas dentro de un
tratamiento, aun cuando usen los mismos ingredientes específicos.

Las investigaciones han demostrado que los terapeutas efectivos (frente a aquellos menos
efectivos) son capaces de formar alianzas más fuertes a lo largo de un mayor rango de
pacientes, poseen un mayor nivel de habilidades interpersonales facilitadoras, expresan mayor
duda profesional y dedican tiempo fuera de la terapia a la práctica de varias habilidades de
terapia.

Efectos específicos:

La evidencia para los factores comunes también es recolectada al examinar la evidencia para
aspectos específicos de la psicoterapia. El modelo contextual elabora algunas predicciones
acerca de efectos específicos que serán analizados al considerar cada uno de ellos.

Efectos específicos de estudios de desmantelamiento

El diseño de desmantelamiento es la manera más válida para identificar los efectos de los
ingredientes específicos. En este diseño un ingrediente especifico es removido de un
tratamiento para determinar cuan más efectivo es el tratamiento comprado con el mismo sin
el ingrediente que supuestamente es remedio para el déficit.

Adherencia y competencia:

En ensayos clínicos se requiere que la adherencia al protocolo y la competencia al brindar el


tratamiento sean puntuadas. Si el objetivo es hacer inferencias acerca de un tratamiento
particular, entonces es necesario asegurar que el tratamiento fue dado con los componentes
necesarios y no con elementos ajenos.

La adherencia al protocolo y la competencia están relacionadas directamente con los


resultados.

Existe evidencia de que una adherencia rígida a un protocolo puede atenuar la alianza y
aumentar la resistencia al tratamiento y que la flexibilidad en la adherencia está asociada a
resultados mejores, lo que es consistente con la predicción del modelo contextual.

Martinez-Taboas

Practicas basadas en la evidencia: beneficios y retos para Latinoamérica

Las PPBE usualmente maximizan resultados positivos en muchas poblaciones. Las PPBE
plantean la integración de traes variables al momento de realizar una intervención psicológica.

a) La utilización de la mejor evidencia disponible, que provee la psicología para tomar la


toma de decisiones.
b) Considerar las preferencias y características culturales de la población a la cual se
dirige la intervención
c) Integrar el peritaje y la experiencia profesional del psicólogo.
Las PBE son una práctica constitutiva de diversas profesiones. Tienen 3 pilares conceptuales:

a) El fundamento empírico
b) La integración de preferencias. Valores e idiosincrasias de la población en la
intervención
c) El peritaje y la experiencia profesional

El primer pilar consiste en que la practica en psicología se basa predominantemente en la


mejor evidencia que produce la psicología.

El psicólogo basa sus intervenciones en la mejor evidencia que se desprende de su campo.


Entendemos por evidencia “los resultados de todo esfuerzo investigativo cualitativo,
cuantitativo o la combinación de ambos, que le provea al profesional de la psicología una base
documentada, en la cual fundamentar su práctica en un momento determinado.”

El segundo pilar consiste en que el profesional integre en su intervención preferencias, valores


e idiosincrasias de la población que desea impactar. Las PBE no se tratan solo de obtener
evidencia, sino de preguntar.

El tercer pilar es el peritaje y la experiencia e la persona que ofrece la intervención. Aquí entra
en juego no solo la evidencia a favor de una intervención, sino decisiones individuales de
conceptualización de casos y de ver la totalidad contextual de la situación en la cual se
interviene.

Entonces, dentro de las PPBE se integra y se da prioridad a la mejor evidencia producida por la
psicología o el área de peritaje, al tomar en cuenta los valores y las preferencias culturales del
participante y, finalmente, utilizar el juicio clínico para conceptuar, como mejor aplicar todo
este andamiaje informativo.

¿Cuándo surgieron las PBE?

Existe un consenso que las PBE comenzaron a tomar forma y fuerza en los años 1980, cuando
aparecieron los primeros artículos de revistas de medicina que argumentaron que muchos
pacientes, al buscar ayuda, recibieron servicios inefectivos y anticuados.

El concepto de las mejores prácticas, remite a la idea de que un paciente atendido por un
profesional de la salud debe recibir el mejor servicio y la mejor intervención basada en la
información actualizada de su campo, aplicada dentro de una conceptualización de caso y
dentro de las preferencias culturales y valorativas de ese paciente.

En relación con la psicología, Barlow describe las mejores prácticas como: “las practicas
basadas en evidencia es una de esas ideas que llega de manera ocasional a los campos del
saber e impacta como una tormenta.” El apunta, que casi todas las organizaciones
profesionales de psicología y psiquiatría han endosado como política oficial, que el ejercicio de
la práctica de su profesión debe estar entrelazado por las PBE.

Estas PBE en la psicología clínica y en consejería son necesarias para establecer la credibilidad y
efectividad de las intervenciones, y en muchas agencias que proveen fondos externos ya han
hecho mandatario el uso de PBE.

Las OBE solo son viables y posibles si los psicólogos mantienen una práctica informada por las
investigaciones que se generan en el campo. Suele suceder que los psicólogos ponen en primer
lugar a su institución y su solución de problema informal por encima de lo que la literatura de
la investigación puede aportar.

Las terapias basadas sobre las PPBE no se utilizan como un libro de cocina en donde se sigue
paso por paso un protocolo, sino en una adaptación de dichos modelos terapéuticos de
acuerdo con las necesidades idiosincráticas del cliente, el peritaje y las preferencias.

Bernal y Scharró notaron que los criterios establecidos para determinar terapias efectivas
dejaron fuera a un número substancial de investigación de efectividad de psicoterapia.
Concluyeron que se desconoce sobre la validez ecológica y la validez externa de dichos
tratamientos aplicados a una población latina. Los autores proponen utilizar métodos alternos
de generar conocimiento, como la investigación orientada en el descubrimiento, que permite
una mirada más exploratoria, fenomenológica y contextualizada del conocimiento al tomar en
consideración estudios de efectividad y estudios de procesos terapéuticos.

Bernal y Jiménez defendieron la idea de lo que llaman “procedimientos de adaptación


cultural”. Por este procedimiento abogaron por la modificación rigurosa de terapias que tienen
base en la evidencia, al incluir variables como la cultura, el contexto y el lenguaje y que ello
daría paso a la generación de una psicoterapia eficaz, pero contextualizada al entorno de
significados culturales del cliente.

Dado que las variables culturales influyen activamente en la construcción del mundo social e
interno de las personas, lo más sensato a nivel conceptual es adaptar las PBE con variables que
las contextualicen. Resnicow, Soler, Braithwaite defendieron la idea de que una intervención
culturalmente sensible incluya las experiencias, normas, valores, patrones conductuales y
creencias de la población impactada, como también las fuerzas históricas, ambientales y
sociales son incorporadas en el diseño, aplicación y evaluación.

Las PBE no se basan solamente en utilizar técnicas que han resultado efectivas, sino también
en insertar dentro del proceso terapéutico estilos afectivos de alianza terapéutica, que sean
adecuados a la problemática del cliente, construcciones culturalmente informadas de los
síntomas reportados y, desde luego, el bagaje y estilo único terapéutico de cada psicólogo.

Integración y salud mental

Hector Fernandez, Programa de habilidades terapéuticas

La efectividad de la psicoterapia depende de varios factores. Algunos son propios del paciente,
su entorno y del contexto social en que se configura la demanda. Otros derivan del modo en
que operan el terapeuta, su ámbito de pertenencia y el marco científico y profesional en que
se desenvuelve. El puente que une ambos fenómenos es el terreno sobre el que se asienta la
alianza terapéutica.

Tres fuentes convergen sobre la calidad con la que se desempeñan los terapeutas; la
experiencia clínica, el entrenamiento y la investigación.

Los expertos en psicoterapia, suelen separarse como pertenecientes a dos grandes grupos, por
un lado, los clínicos, que están sujetos a los resultados inmediatos que reclaman los pacientes,
su tarea se desenvuelve en la trinchera donde luchan para enfrentar dolores y dificultades, por
otro lado, los investigadores que suelen estar más distanciados del malestar vivenciado por el
paciente y ven los fenómenos desde una perspectiva más abstracta y diferida.
La naturaleza de las habilidades terapéuticas:

Como cualquier habilidad psicosocial, la ductilidad de una persona para ejercer el oficio de
psicoterapeuta es el resultado de ciertas condiciones naturales y otras que pueden adquirirse
con un entrenamiento. La idoneidad de un terapeuta se pone de manifiesto como resultao de
una combinación de capacidades.

Existen tres condiciones naturales que delimitan el alcance de las capacidades de un terapeuta
en su relación con los pacientes: disposición empática, nivel de comprensión intelectual,
apertura de juicio.

Desde el primer contacto con el terapeuta, el paciente espera que aquel empatice con el y
muestre una buena dosis de contención, especialmente ante sus dificultades y sus debilidades.
También espera encontrarse con alguien capaz de comprender lo que comunica.

Lo mismo acontece en la esfera intelectual, hay terapeutas que son personas naturalmente
rapidas, con buena capacidad asociativa y fácil insight.

La tercera cualidad, vinculada con la capacidad para validar y motivar al paciente en su


búsqueda terapéutica. Cuando el paciente no se siente contenido o no aprueba al terapeuta
en relación con su capacidad intelectual difícilmente este interesado en continuar con ese
vinculo. Si el terapeuta pasa a esas pruebas, la motivación pasa a primer plano, el paciente
necesita, además, que el terapeuta disponga de suficiente energia y voluntad para estimularlo
a cambiar y para sostenerlo en los puntos críticos a lo largo de la evolución.

Un excesivo grado de contención puede generar demasiada adherencia al tratamiento en el


paciente y puede propiciar un clima tan acogedor en el vinculo que el paciente manifieste el
deseo de preservar la relación por sobre todas las cosas.

Si el terapeuta es alguien con un nivel intelectual elevado, y si es percibido por el paciente


como alguien de quien lo separa una gran distancia en este plano, puede tender a depositar en
el profesional el rol de un sabio capaz de interpretar su mente y anticipar su discurso hasta el
punto de restringir la tarea exploratoria que requiere el tratamiento. Si el terapeuta resulta
excesivamente motivador, el paciente puede depositar en el la función activa del cambio y
recogerse sobre un papel demasiado pasivo. No contamos con estimaciones precisas del grado
conveniente que deben alcanzar estas capacidades, no existe un patrón general. Las
capacidades basicas de un terapeuta pueden ser muy favorables para ciertas circunstancias y
no para otras.

No existe un prototipo ideal de capacidades basicas que deben reunir todos los terapeutas
para tener un desempeño adecuado. A esto debe agreagarse un hecho de importancia vital,
tanto para la clinca como para la formacion.

Ser un experto es, en definitiva, acumular positivamente lo que brinda el desempeño regular
de un oficio y concretar el aumento progresivo de la experiencia. Los terapeutas no
incrementan de manera lineal su efectividad a medida que progresa su experiencia. A veces
mayor experiencia puede ser un obstáculo.

Programa de entrenamiento de habilidades terapéuticas.

Hill y O’Brien describieron tres etapas en el proceso de entranamiento: exploración, insight y


acción. En la primera , el candidato aprende los medios necesarios para ayudar a explorar
pensamietnos, sensaciones y acciones. En la etapa de insight, debe desarrollar los recursos
apra ayudar al paciente a una comprensión diferente de sus conductas. Finalmente, en la
ultima etapa, los terapeutas logran motivar a los consultantes a ensayar nuevas conductas,
facilitan la implementación de habilidades y proporcionan feedback sobre os intentos de
cambio, asi como la elaboración emocional del proceso.

Las acciones y por tanto los resultados del terapeuta se nutren de dos fuentes, la teoría y
práctica. La formacion teorica incluye el saber relativo a los avances de la investigación en el
área donde desempaña su trabajo. La máxima actualización posible en ese punto permite
ofrecer al paciente los abordajes que cuentan con mayor respaldo científico.

Sabemos que las habilidades naturales permiten ciertos logros pero son limitadas en los
efectos que pueden producir, por eso la importancia de incorporar alguna forma de
entrenamiento sistematico para adquierir determinadas habilidades a través de programas de
formacion.

Selección de los candidatos:

El proceso de selección significa orientar a los candidatos para que tomen conciencia, desde el
momento inicial, que ejercer la actividad de terapeuta no es algo que pueda sostenerse solo
detentando títulos habilitantes. No por mucho estudiar se forma un buen terapeuta.

El equilibrio personal del terapeuta es una variable decisiva para garantizar un cierto grado de
funcionamiento en la relación interpersonal con el paciente.

Fernandez Liria y Rodriguez Vega presentan las principales habilidades para la psicoterapia
agruapdas en tres niveles:

Primer nivel: habilidades basicas

- Habilidades de escucha: actitud general de escucha, atención a lo no explicito, a la


comunicación no verbal, a la respuesta experimentada por el terapeuta.
- Facilitacion de la actividad narrativa. Facilitadores no verbales y de intervención verbal
minima Parafrasear. Reflejar empáticamente. Recapitular. Hacer preguntas. Clarificar.
- Facilitacion de la generación de narrativas alternativas.

Segundo nivel: habilidades de acompañamiento y guía:

- Lenguaje evocador de experiencia.


- Lenguaje vago que no interfiera.
- Capacitacion de señales no verbales del interlocutor y respuesta a las mismas
- Personaizacion
- Colaboracion en la contruccion de experiencia por parte del interlocutor.
- Utilizacion de la propia experiencia del terapeuta.

Tercer nivel:

A partir de las habilidades anteriores, lo que caracteriza el tercer nivel es el generar nuevas
narrativas con el objetivo de producir un cambio.
Barry Duncan
Convirtiendose en un mejor terapeuta
La mayoría de los teraptuas aspiran a ser mejores en sus actividades, sin embargo, las
investigaciones han demostrsado que la terapia personal no tiene nada que ver con los
resultados. No existen enfoques, estrategias, intervenciones que sean mejores que el
resto. El entrenamiento profesional y la disciplina no afectan mucho al resultado. Con
respecto a la educación profesional, no existe ninguna investigación que apoye la idea
de que mejora la efectividad. La experiencia tampoco mejora los resultados.
A los terapeutas les gusta creer que mejoran a través del tiempo, pero la única forma de
saberlo es recolectando datos de resultados. La recolección rutinaria de las devoluciones
del cliente sobre los beneficios que experimentan con la terapia, le permite a usted
trazar el desarrollo de su carrera acumulativa, de manera tal de conocer su efectividad y,
muy importante, de este modo implementar y evaluar estrategias diseñadas para mejorar
sus resultados.
La única manera de mejorar es a través del feedback sobre donde usted esta parado
ahora con respecto a donde le gustaría estar, par aspirar a mejores resultados y lograrlos
proactivamente.
En nuestro estudio de devoluciones de norguega encontramos que la terapia a meida
basada sobre las devoluciones del cliente mejoraban los resultados en nueve de diez
terapeutas. Las devoluciones actúan como un nivelador entre terapeutas, aumentando la
efectividad de terapeutas mediocres o promedio con respecto a sus colegas mas
exitosos.
Confianza en la alianza
Es un hecho que la alianza es nuestra aliada mas poderosa y representa a mayor
influencia que podemos lograr sobre el resultado.
Se conceptualiza mejor como u marco abarcativo para la psicoterapia. La alianza es
evidente en todo lo que se haga para copmremeter al cliente en el trabajo intencional,
desde ofrecer una explicación o una técnica hasta agendar el siguiente encuentro.
La alianza representa entre cinco y siete veces la cantidad de variables de resultados
atribuidas a modelos y técnicas. El elemento mas definitorio que conocemos acerca de
que hace a algunos terapeutas mejores que otros, es su habilidad para obtener una
alianza fuerte en una variedad de presentaciones y personalidades de clientes.

Estilo personal del terapeuta y la teoría de la mente

Fernandez Alvarez

La calidad de la relación terapéutica resulta ser un aspecto determinante para la eficacia de la


terapia. Gelso y Carter definireorn a la relación terapéutica como “los sentimientos y actitudes
que cada uno de los participantes tiene hacia el otro y la manera en que estos son expresados”
En el cumplimiento de su tarea, el terapeuta se comunica con el paciente en multiples niveles.
En la comunicación que establece con el paciente combina formas estilísticas y modalidades
singulares ajustadas a cada situacion en particular. Las caracteriticas del estilo comunicativo
del terapeuta van estructurando su perfil personal de operar en la terapia, incluyendo su
manera de relacionarse con el paciente. El conjunto de esas características constitye el estilo
personal del terapeuta.

Este ultimo, ha sido definido como el conjunto de condiciones singualres que conducen a un
terapeuta a operar de un modo particular en su tarea. Se refiere a las caracteriticas habituales
que cada teraeputa impone en su tarea como resultado de su peculiar manera de ser, mas alla
del enfoque de trabajo que utilice y de los requerimientos específicos que le exija la
intervención.

El estilo del terapeuta es dinamico, multidimensional y refleja las predilecciones


comportamentales que el terapeuta usa para comunicarse con otra persona. Las
intervenciones del terapeuta son las diferentes técnicas y procedimientos proporcionados por
las distintas orientaciones psicoterapéuticas. De este modo el estilo del terapeuta se diferencia
de las intervenciones por el aspecto mas global y vinculado a los principios comunicativos del
terapeuta, sin limitarse a las técnicas concretas empleadas.

Se considera que tres variables contribuyen a la formacion del estilo personal del terapeuta:

a) La posicion socio profesional.


b) La situacion vital, la personalidad, la actitud y los posicionamientos.
c) Los modos dominantes de comunicación que utiliza.

Las dos primeras variables ahcen referencia a las condiciones personales que influyen sobe la
actividad terapéutica en su conjunto. Una se refier a la incidencia que tiene el lugar ocupado
por el terapeuta en el contexto socio profesional donde se desempeña. La otra remite a la
síntesis de las circunstancias vitales y de relación con el marco teorico que condicionan el
modo de cumplir con su tarea. La tercera variable reuna las modalidades basicas de
comunicación que el terapeuta emplea respondiendo a los diferentes aspectos que conforman
el acto terapéutico.

Funciones del estilo personal del terapeuta:

En el desempeño de cualquier acto psicoterapéutico el terapeuta debe cumplir con una serie
de acciones. Las funciones mas significativas que se han identificado son: instruccional,
atencional, expresiva, operacional, evaluativa e involucrativa. En la practica estas funciones se
llevan a cabo de manera integrada y en su conjunto expresan las disposicioens, los rasgos y las
actitudes que todo terapeuta pone en evidencia durante su ejercicio profesional.

Cada función se representa mediante una dimensión


continua bipolar:

1. Instruccional. Instalación y ajuste del dispositivo terapéutico. Los terapeutas


fluctúan entre RÍGIDOS y FLEXIBLES.
2. Atencional. Selección de los elementos necesarios para avanzar en el trabajo
terapéutico. Los terapeutas fluctúan entre ACTIVOS y RECEPTIVOS.
3. Expresiva. Manera de relacionarse afectivamente con el paciente. Los
terapeutas fluctúan entre PRÓXIMOS y DISTANTES.
4. Operacional. Modo de cumplimiento de las tareas. Los terapeutas fluctúan entre
PAUTADOS (REGLADOS, DIRECTIVOS) y ESPONTÁNEOS
(INTUITIVOS, NO DIRECTIVOS).
5. Evaluativa. Juicio sobre el modo en que se logran los objetivos. Los terapeutas
fluctúan entre ESTIMULADORES (dirigidos al resultado) y CRÍTICOS
(dirigidos a la comprensión).
6. Involucración (Compromiso). Modo en que el terapeuta se involucra en su
tarea. Los terapeutas fluctúan entre MUY COMPROMETIDOS Y POCO
COMPROMETIDOS.
7. Fomentativa. Uso de procedimientos dirigidos a fomentar la acción o el insight
del paciente. Los terapeutas fluctúan entre DIRIGIDOS A LA ACCION y
DIRIGIDOS AL INSIGHT.

Como se ha mencionado, la psciterapia no se podría concebir sin el establecimiento de


una relación entre cliente y terapeuta. El terapeuta como persona yb miembro de su
familia, ha experimentado distintas relaciones y suma diferentes vivenvcias relacionales
que van configurando sus posicionamientos relacionales y sus características
particulares que le dan identidad y que influyen en la concepción y desarrollo de su
actividad profesional. La interaccion que se da desde un principio entre el terapeuta y su
entorno relacional, influye fuertemente en el desarrollo de distintos niveles de la teroia
de la mente que resultan especialmente importantes para los psicoterapeutas.

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