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Bruce Wampold
Separándolos en factores comunes particulares y factores relacionados con la
especificidad. Siendo los factores comunes particulares la alianza, la empatía, las
expectativas, la adaptación cultural y las diferencias de los terapeutas. Por otro lado, los
factores relacionados con la especificidad incluyen, diferencias de tratamiento,
ingredientes específicos, adherencia y competencia. La evidencia sostiene la conclusión
de que los factores comunes son importantes para producir los beneficios de la
psicoterapia.
Estos factores comunes son más que un conjunto de elementos terapéuticos comunes a
todas o a la mayoría de las psicoterapias. Colectivamente dan forma a un modelo teórico
acerca de los mecanismos de cambio en psicoterapia.
Modelo contextual:
Este modelo postula que existen tres caminos a través de los cuales la psicoterapia
produce beneficios. Esto quiere decir que la psicoterapia no tiene una influencia unitaria
en los pacientes, sino que opera a través de varios mecanismos.
El modelo contextual provee de una explicación sobre los beneficios de la psicoterapia
que es alternativa a la de aquellos modelos que enfatizan en los ingredientes específicos,
supuestamente beneficiosos para los trastornos particulares debido a la recuperación de
un déficit identificable.
Los tres caminos del modelo contextual implican:
a) La relación real
b) La creación de expectativas a partir de la explicación del trastorno y el
tratamiento involucrado
c) La promulgación de acciones que promuevan la salud.
Antes de que estos caminos pueden activarse, se debe establecer una relación
terapéutica real.
Bordin estableció que “cierto nivel básico de confianza claramente marca todas las
variedades de las relaciones terapéuticas, pero cuando la atención es dirigida hacia los
recovecos más protegidos de la experiencia interna, se requieren y desarrollan vínculos
más profundos de confianza y apego.”
Los seres humanos toman la determinación muy rápidamente de si esa otra persona es
de confianza o no. Los pacientes llegan de alguna manera juzgando si pueden o no
confiar en el terapeuta, juzgando su vestimenta, el entorno, etc. Sin embargo, llegan a
terapia con expectativas acerca de la naturaleza de la psicoterapia. La interacción inicial
entre paciente y terapeuta es crítica, muchos de estos abandonan la terapia en este punto
más que en cualquier otro momento de la terapia.
Camino 1: la relación real
Es definida como la relación personal entre terapeuta y paciente, marcada por el grado
en que cada uno es genuino con el otro y percibe/experimenta al otro en formas que le
convengan. Aunque la relación psicoterapéutica es influida por los procesos sociales
generales, es una relación social inusual, ya que la interacción primeramente es
confidencial (dependiendo los límites del caso en cuestión), se revela material complejo
que no interrumpe este vínculo social, es decir que el paciente puede hablar de cosas
incomodas, vergonzosas sin el miedo de que el terapeuta finalice la relación.
La psicoterapia proporciona al paciente una conexión humana con un individuo
empático y comprensivo, que debe promover la salud.
Camino 2: Expectativas
Estas tienen una gran influencia en la experiencia. Trabajan de varias formas posibles.
Frank ha mencionado que los pacientes llegan desmoralizados a terapia y esto no es
únicamente causa de su malestar sino porque en varias ocasiones han intentado aliviarlo
sin éxito, y la participación en psicoterapia parece ser una forma de remoralización.
De acuerdo con el modelo contextual los pacientes van a terapia con una explicación
para su malestar formada por sus propias creencias psicológicas (psicología folclórica).
Estas creencias son influidas por conceptualizaciones culturales de trastornos mentales,
son típicamente no adaptativas en el sentido de que no permiten soluciones. La
psicoterapia provee una explicación para las dificultades del paciente que es adaptativa,
en el sentido en que proporciona medios para superar o afrontar los problemas. El
paciente cree que la participación y la finalización de las tareas terapéuticas va a ayudar
para afrontar sus problemas, lo que luego conduce a la expectativa de que la persona
posee la habilidad para atravesar lo que sea necesario.
Para el camino de la expectativa es fundamental que el paciente crea que la explicación
provista y las acciones de tratamiento sean el remedio para su problema. Entonces, el
paciente y el terapeuta deberán ponerse de acuerdo en las metas de la terapia, así como
en las tareas. La creación de expectativas depende de una explicación teórica
convincente. Una alianza fuerte indica que el paciente acepta el tratamiento y que
trabaja junto al terapeuta, creando confianza de que el tratamiento va a ser exitoso.
Camino 3: Ingredientes específicos
El modelo contextual estipula que existe particularmente un tratamiento que el paciente
encuentra aceptable, y que piensa que va a remediar sus problemas, creando las
expectativas necesarias de que va a experimentar menos malestar. Cada programa
contiene ciertas acciones terapéuticas bien especificadas.
Se postula que los ingredientes no solo crean expectativas, sino que generan acciones
salubres. El terapeuta induce al paciente a desplegar algunas acciones saludables, ya sea
aceptarse mejor a sí mismo, mejorar las relaciones interpersonales, descansar menos en
esquemas disfuncionales, expresar emociones complejas, tomar la perspectiva de los
demás, etc.
Es necesaria una fuerte alianza tanto para el tercer camino como para el segundo, ya que
sin un trabajo colaborativo fuerte y acuerdos particulares acerca de las tareas y metas de
la terapia el paciente probablemente no desplegara acciones saludables.
Si el tratamiento provoca acciones saludables por parte del paciente, será efectivo,
mientras que aquellos que proponen a los ingredientes específicos como remedio para
los déficits psicológicos, predicen que ciertos tratamientos serán más efectivos que
otros.
La alianza está formada por tres componentes: el vínculo, el acuerdo acerca de las
metas de la terapia y el acuerdo acerca de las tareas. En la terapia la alianza es medida
típicamente muy temprana y correlacionada con el resultado final.
Puede ser que el alivio sintomático temprano cause una alianza fuerte en la tercera o
cuarta sesión. La alianza predice el control de cambios futuros en los síntomas luego de
controlar los cambios que ya están sucediendo.
También puede ser que la correlación entra la alianza y el resultado se deba a
contribución de los pacientes a la alianza. Algunos pacientes llegan a terapia con una
buena preparación para una alianza fuerte, y son estos mismos pacientes quienes tienen
un mejor pronóstico. La asociación alianza-resultado se debe más a las características de
los pacientes que a algo que los terapeutas les proveen. Sin embargo, los terapeutas más
efectivos son capaces de formar alianzas fuertes a lo largo de un rango amplio de
tiempo.
La empatía expresada por los terapeutas es un factor común primario, fundamental para el
primer camino del modelo contextual, pero que también aumenta el efecto de las
expectativas.
Varias de las amenazas para la validación de la alianza también están presentes en relación a la
empatía. Es más sencillo para el terapeuta ser cálido y comprensivo hacia un paciente
motivado, revelador y cooperativo, que hacia uno agresivo interpersonalmente.
Expectativas:
El modelo contextual enfatiza que la explicación otorgada sobre el malestar del paciente y las
acciones terapéuticas deben ser aceptadas por el paciente. La aceptación es en parte una
función de consistencia del tratamiento con las creencias del paciente, las creencias
particulares acerca de la naturaleza de la enfermedad mental y cómo afrontar los efectos de la
enfermedad. Esto significa que los tratamientos basados en la evidencia que son culturalmente
adaptados van a ser más efectivos para los miembros del grupo cultural para el cual se diseña
el tratamiento adaptado.
El modelo contextual predice que van a existir diferencias entre los terapeutas dentro de un
tratamiento, aun cuando usen los mismos ingredientes específicos.
Las investigaciones han demostrado que los terapeutas efectivos (frente a aquellos menos
efectivos) son capaces de formar alianzas más fuertes a lo largo de un mayor rango de
pacientes, poseen un mayor nivel de habilidades interpersonales facilitadoras, expresan mayor
duda profesional y dedican tiempo fuera de la terapia a la práctica de varias habilidades de
terapia.
Efectos específicos:
La evidencia para los factores comunes también es recolectada al examinar la evidencia para
aspectos específicos de la psicoterapia. El modelo contextual elabora algunas predicciones
acerca de efectos específicos que serán analizados al considerar cada uno de ellos.
El diseño de desmantelamiento es la manera más válida para identificar los efectos de los
ingredientes específicos. En este diseño un ingrediente especifico es removido de un
tratamiento para determinar cuan más efectivo es el tratamiento comprado con el mismo sin
el ingrediente que supuestamente es remedio para el déficit.
Adherencia y competencia:
Existe evidencia de que una adherencia rígida a un protocolo puede atenuar la alianza y
aumentar la resistencia al tratamiento y que la flexibilidad en la adherencia está asociada a
resultados mejores, lo que es consistente con la predicción del modelo contextual.
Martinez-Taboas
Las PPBE usualmente maximizan resultados positivos en muchas poblaciones. Las PPBE
plantean la integración de traes variables al momento de realizar una intervención psicológica.
a) El fundamento empírico
b) La integración de preferencias. Valores e idiosincrasias de la población en la
intervención
c) El peritaje y la experiencia profesional
El tercer pilar es el peritaje y la experiencia e la persona que ofrece la intervención. Aquí entra
en juego no solo la evidencia a favor de una intervención, sino decisiones individuales de
conceptualización de casos y de ver la totalidad contextual de la situación en la cual se
interviene.
Entonces, dentro de las PPBE se integra y se da prioridad a la mejor evidencia producida por la
psicología o el área de peritaje, al tomar en cuenta los valores y las preferencias culturales del
participante y, finalmente, utilizar el juicio clínico para conceptuar, como mejor aplicar todo
este andamiaje informativo.
Existe un consenso que las PBE comenzaron a tomar forma y fuerza en los años 1980, cuando
aparecieron los primeros artículos de revistas de medicina que argumentaron que muchos
pacientes, al buscar ayuda, recibieron servicios inefectivos y anticuados.
El concepto de las mejores prácticas, remite a la idea de que un paciente atendido por un
profesional de la salud debe recibir el mejor servicio y la mejor intervención basada en la
información actualizada de su campo, aplicada dentro de una conceptualización de caso y
dentro de las preferencias culturales y valorativas de ese paciente.
En relación con la psicología, Barlow describe las mejores prácticas como: “las practicas
basadas en evidencia es una de esas ideas que llega de manera ocasional a los campos del
saber e impacta como una tormenta.” El apunta, que casi todas las organizaciones
profesionales de psicología y psiquiatría han endosado como política oficial, que el ejercicio de
la práctica de su profesión debe estar entrelazado por las PBE.
Estas PBE en la psicología clínica y en consejería son necesarias para establecer la credibilidad y
efectividad de las intervenciones, y en muchas agencias que proveen fondos externos ya han
hecho mandatario el uso de PBE.
Las OBE solo son viables y posibles si los psicólogos mantienen una práctica informada por las
investigaciones que se generan en el campo. Suele suceder que los psicólogos ponen en primer
lugar a su institución y su solución de problema informal por encima de lo que la literatura de
la investigación puede aportar.
Las terapias basadas sobre las PPBE no se utilizan como un libro de cocina en donde se sigue
paso por paso un protocolo, sino en una adaptación de dichos modelos terapéuticos de
acuerdo con las necesidades idiosincráticas del cliente, el peritaje y las preferencias.
Bernal y Scharró notaron que los criterios establecidos para determinar terapias efectivas
dejaron fuera a un número substancial de investigación de efectividad de psicoterapia.
Concluyeron que se desconoce sobre la validez ecológica y la validez externa de dichos
tratamientos aplicados a una población latina. Los autores proponen utilizar métodos alternos
de generar conocimiento, como la investigación orientada en el descubrimiento, que permite
una mirada más exploratoria, fenomenológica y contextualizada del conocimiento al tomar en
consideración estudios de efectividad y estudios de procesos terapéuticos.
Dado que las variables culturales influyen activamente en la construcción del mundo social e
interno de las personas, lo más sensato a nivel conceptual es adaptar las PBE con variables que
las contextualicen. Resnicow, Soler, Braithwaite defendieron la idea de que una intervención
culturalmente sensible incluya las experiencias, normas, valores, patrones conductuales y
creencias de la población impactada, como también las fuerzas históricas, ambientales y
sociales son incorporadas en el diseño, aplicación y evaluación.
Las PBE no se basan solamente en utilizar técnicas que han resultado efectivas, sino también
en insertar dentro del proceso terapéutico estilos afectivos de alianza terapéutica, que sean
adecuados a la problemática del cliente, construcciones culturalmente informadas de los
síntomas reportados y, desde luego, el bagaje y estilo único terapéutico de cada psicólogo.
La efectividad de la psicoterapia depende de varios factores. Algunos son propios del paciente,
su entorno y del contexto social en que se configura la demanda. Otros derivan del modo en
que operan el terapeuta, su ámbito de pertenencia y el marco científico y profesional en que
se desenvuelve. El puente que une ambos fenómenos es el terreno sobre el que se asienta la
alianza terapéutica.
Tres fuentes convergen sobre la calidad con la que se desempeñan los terapeutas; la
experiencia clínica, el entrenamiento y la investigación.
Los expertos en psicoterapia, suelen separarse como pertenecientes a dos grandes grupos, por
un lado, los clínicos, que están sujetos a los resultados inmediatos que reclaman los pacientes,
su tarea se desenvuelve en la trinchera donde luchan para enfrentar dolores y dificultades, por
otro lado, los investigadores que suelen estar más distanciados del malestar vivenciado por el
paciente y ven los fenómenos desde una perspectiva más abstracta y diferida.
La naturaleza de las habilidades terapéuticas:
Como cualquier habilidad psicosocial, la ductilidad de una persona para ejercer el oficio de
psicoterapeuta es el resultado de ciertas condiciones naturales y otras que pueden adquirirse
con un entrenamiento. La idoneidad de un terapeuta se pone de manifiesto como resultao de
una combinación de capacidades.
Existen tres condiciones naturales que delimitan el alcance de las capacidades de un terapeuta
en su relación con los pacientes: disposición empática, nivel de comprensión intelectual,
apertura de juicio.
Desde el primer contacto con el terapeuta, el paciente espera que aquel empatice con el y
muestre una buena dosis de contención, especialmente ante sus dificultades y sus debilidades.
También espera encontrarse con alguien capaz de comprender lo que comunica.
Lo mismo acontece en la esfera intelectual, hay terapeutas que son personas naturalmente
rapidas, con buena capacidad asociativa y fácil insight.
No existe un prototipo ideal de capacidades basicas que deben reunir todos los terapeutas
para tener un desempeño adecuado. A esto debe agreagarse un hecho de importancia vital,
tanto para la clinca como para la formacion.
Ser un experto es, en definitiva, acumular positivamente lo que brinda el desempeño regular
de un oficio y concretar el aumento progresivo de la experiencia. Los terapeutas no
incrementan de manera lineal su efectividad a medida que progresa su experiencia. A veces
mayor experiencia puede ser un obstáculo.
Las acciones y por tanto los resultados del terapeuta se nutren de dos fuentes, la teoría y
práctica. La formacion teorica incluye el saber relativo a los avances de la investigación en el
área donde desempaña su trabajo. La máxima actualización posible en ese punto permite
ofrecer al paciente los abordajes que cuentan con mayor respaldo científico.
Sabemos que las habilidades naturales permiten ciertos logros pero son limitadas en los
efectos que pueden producir, por eso la importancia de incorporar alguna forma de
entrenamiento sistematico para adquierir determinadas habilidades a través de programas de
formacion.
El proceso de selección significa orientar a los candidatos para que tomen conciencia, desde el
momento inicial, que ejercer la actividad de terapeuta no es algo que pueda sostenerse solo
detentando títulos habilitantes. No por mucho estudiar se forma un buen terapeuta.
El equilibrio personal del terapeuta es una variable decisiva para garantizar un cierto grado de
funcionamiento en la relación interpersonal con el paciente.
Fernandez Liria y Rodriguez Vega presentan las principales habilidades para la psicoterapia
agruapdas en tres niveles:
Tercer nivel:
A partir de las habilidades anteriores, lo que caracteriza el tercer nivel es el generar nuevas
narrativas con el objetivo de producir un cambio.
Barry Duncan
Convirtiendose en un mejor terapeuta
La mayoría de los teraptuas aspiran a ser mejores en sus actividades, sin embargo, las
investigaciones han demostrsado que la terapia personal no tiene nada que ver con los
resultados. No existen enfoques, estrategias, intervenciones que sean mejores que el
resto. El entrenamiento profesional y la disciplina no afectan mucho al resultado. Con
respecto a la educación profesional, no existe ninguna investigación que apoye la idea
de que mejora la efectividad. La experiencia tampoco mejora los resultados.
A los terapeutas les gusta creer que mejoran a través del tiempo, pero la única forma de
saberlo es recolectando datos de resultados. La recolección rutinaria de las devoluciones
del cliente sobre los beneficios que experimentan con la terapia, le permite a usted
trazar el desarrollo de su carrera acumulativa, de manera tal de conocer su efectividad y,
muy importante, de este modo implementar y evaluar estrategias diseñadas para mejorar
sus resultados.
La única manera de mejorar es a través del feedback sobre donde usted esta parado
ahora con respecto a donde le gustaría estar, par aspirar a mejores resultados y lograrlos
proactivamente.
En nuestro estudio de devoluciones de norguega encontramos que la terapia a meida
basada sobre las devoluciones del cliente mejoraban los resultados en nueve de diez
terapeutas. Las devoluciones actúan como un nivelador entre terapeutas, aumentando la
efectividad de terapeutas mediocres o promedio con respecto a sus colegas mas
exitosos.
Confianza en la alianza
Es un hecho que la alianza es nuestra aliada mas poderosa y representa a mayor
influencia que podemos lograr sobre el resultado.
Se conceptualiza mejor como u marco abarcativo para la psicoterapia. La alianza es
evidente en todo lo que se haga para copmremeter al cliente en el trabajo intencional,
desde ofrecer una explicación o una técnica hasta agendar el siguiente encuentro.
La alianza representa entre cinco y siete veces la cantidad de variables de resultados
atribuidas a modelos y técnicas. El elemento mas definitorio que conocemos acerca de
que hace a algunos terapeutas mejores que otros, es su habilidad para obtener una
alianza fuerte en una variedad de presentaciones y personalidades de clientes.
Fernandez Alvarez
Este ultimo, ha sido definido como el conjunto de condiciones singualres que conducen a un
terapeuta a operar de un modo particular en su tarea. Se refiere a las caracteriticas habituales
que cada teraeputa impone en su tarea como resultado de su peculiar manera de ser, mas alla
del enfoque de trabajo que utilice y de los requerimientos específicos que le exija la
intervención.
Se considera que tres variables contribuyen a la formacion del estilo personal del terapeuta:
Las dos primeras variables ahcen referencia a las condiciones personales que influyen sobe la
actividad terapéutica en su conjunto. Una se refier a la incidencia que tiene el lugar ocupado
por el terapeuta en el contexto socio profesional donde se desempeña. La otra remite a la
síntesis de las circunstancias vitales y de relación con el marco teorico que condicionan el
modo de cumplir con su tarea. La tercera variable reuna las modalidades basicas de
comunicación que el terapeuta emplea respondiendo a los diferentes aspectos que conforman
el acto terapéutico.
En el desempeño de cualquier acto psicoterapéutico el terapeuta debe cumplir con una serie
de acciones. Las funciones mas significativas que se han identificado son: instruccional,
atencional, expresiva, operacional, evaluativa e involucrativa. En la practica estas funciones se
llevan a cabo de manera integrada y en su conjunto expresan las disposicioens, los rasgos y las
actitudes que todo terapeuta pone en evidencia durante su ejercicio profesional.