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Winkler: Factores inespecíficos de la psicoterapia y efectividad del proceso terapéutico: una

sistematización.

Introducción: está demostrado que la psicoterapia es más efectiva que la ausencia de ella, por lo
que la discusión se focalizo en distinguir los factores o variables de la psicoterapia relacionados
con la producción de cambio de los pacientes. En este contexto, un segundo momento histórico,
que se inicia en el 70 privilegio el estudio del efecto de las variables específicas de cada método
terapéutico en la producción de cambio terapéutico. Es decir, se buscó determinar la efectividad
diferencial de las técnicas psicoterapéuticas.

Las variables específicas o técnicas de cada enfoque teórico no permitían una comprensión del
cambio terapéutico en función de ellas. Es así como a partir del 80 Garfield plantea que el cambio
terapéutico se relaciona con aspectos del paciente, del terapeuta, y de la relación que se establece
entre ambos. El estudio de las variables inespecíficas de la psicoterapia permite establecer
aspectos comunes a cualquier procedimiento psicoterapéutico, independientemente de las
técnicas utilizadas y de las teorías que las sustentan.
Variables inespecíficas:

1- variables del paciente:


a- Factores preexistentes: son las variables preexistentes en el paciente las que dan cuenta
de los resultados obtenidos en la psicoterapia. Es decir, las características individuales de
quienes consultan serian factores que condicionarían los resultados terapéuticos. En la
medida que el objeto de estudio son las características de los pacientes y que cada uno de
ellos presenta características únicas, resulta difícil establecer comunalidades y distinguir
variables de factores explicativos generalizadas a cualquier paciente, que se relacionen
con los resultados psicoterapéuticos.
b- Variables demográficas: sexo, edad y clase social. Se postula que estas variables estarían
solo indirectamente relacionadas con los resultados del tratamiento, es decir, esta
relación está condicionada por la actitud del terapeuta hacia las características
demográficas de los pacientes. la flexibilidad y creatividad del terapeuta, la aceptación de
perspectivas diferentes, y la modificación de su técnica en función de estas variables
determinarían los resultados positivos del tratamiento
c- Diagnóstico clínico: abarca:
1- características de personalidad: estarían positivamente relacionadas con los resultados
las siguientes variables: inteligencia, habilidades para producir asociaciones, flexibilidad,
variedad de intereses, nivel de energía, etc.
Otro aspecto asociado con los resultados es el locus de control que es la percepción que
tiene una persona acerca de lo que determina el rumbo de su vida. Es el grado en que un
sujeto percibe que el origen de eventos, conductas y de su propio comportamiento es
interno o externo a el. Pacientes con locus de control interno tienden a estar mejor con
tratamientos que le proveen de mayor control y les ayudan a cambiar determinantes
internos de las conductas, tales como actitudes y creencias. Se beneficiarían más con
terapias no directivas, al contrario que con pacientes con locus de control externo, en los
que los determinantes externos de la conducta son el foco del tratamiento. Tienden a
estar mejor con tratamientos directivos.
2- Tipo de perturbación: la variable más consistentemente relacionada con los resultados de los
tratamientos es el nivel inicial de perturbación psicológica. Es términos diagnósticos los
pacientes con perturbaciones afectivas y conductuales leves muestran mayor mejoría que
pacientes con otras patologías. El diagnóstico del paciente tiene relación directa con la
posibilidad del deterioro.
3- Complejidad del síntoma: los pacientes con síntomas mono sintomáticos o circunscritos, es
decir, simples respuestas, hábitos positivamente reforzados, etc. Responden mejor a
tratamientos orientados conductualmente, en cambio, los pacientes con multisintomatologia
podrían beneficiarse más de terapias de insight.
d- Expectativas: las creencias o expectativas con que el paciente llega al tratamiento pueden
influir en el resultado y en la mejoría percibida por estos. Estas expectativas afectan a
aspectos del proceso terapéutico tales como la duración del tratamiento, la deserción del
paciente, y los resultados. De esto se desprende la necesidad de que el terapeuta conozca
las expectativas de su paciente desde las primeras sesiones, para aclarar dudas o corregir
creencias que serían obstáculos para el desarrollo de la psicoterapia.
e- Disposición personal: los pacientes con una disposición negativa al tratamiento y que son
intransigentes a los esfuerzos del terapeuta por establecer la alianza terapéutica obtienen
resultados pobres, lo contrario sucedería con la disposición positiva al tratamiento.

2- variables del terapeuta: hay diferencias entre los terapeutas y sus habilidades, pero a su vez hay
elementos comunes a cualquier psicoterapia en cuanto a las variables del terapeuta, estas son:

a- actitud: esta debe favorecer un clima favorable al cambio, incentivando la autoexploración, el


respeto, la aceptación, no reaccionar frente a provocaciones, etc. Para Rogers el terapeuta
ideal es el empático y la empatía debe estar presente desde el inicio de la relación paciente
terapeuta. Este autor sostiene que la presencia de ciertas actitudes en el terapeuta y la
percepción de esas actitudes por parte del cliente determinaran el cambio o no de este
último. Es importante el establecimiento de la alianza terapéutica. La calidez y la comprensión
son actitudes básicas para una terapia exitosa.
b- Personalidad: cualidades como ajuste personal, tacto, integridad y madurez no aseguran el
éxito terapéutico pero su ausencia lo obstaculiza. Son más importantes estas cualidades
personales del terapeuta: objetividad, honestidad, capacidad para establecer vínculos,
paciencia, empatía, etc. Que su formación científica
c- Habilidades: el terapeuta debe poseer una sensibilidad clínica que le permita distinguir entre
las necesidades neuróticas y las no neuróticas del paciente, hacer una cuidadosa evaluación
de lo que este necesita, del tipo de ayuda que requiere y los obstáculos que puede presentar
el paciente en la solución. Si bien cada técnica o enfoque en particular requiere habilidades y
conocimientos específicos se pueden identificar un mínimo de habilidades que cualquier
terapeuta debe poseer, estas son: la capacidad de atender y escuchar y las habilidades de
guiar, reflejar, confrontar, interpretar, informar y resumir.
d- Nivel de experiencia: la diferencia entre terapeutas experimentados e inexpertos está en que
los primeros adoptan solo esporádicamente actitudes confrontacionales e interpretativas, la
experiencia o practica se asocia indirectamente con el éxito de una terapia, a través del
entrenamiento del terapeuta, su edad o del tipo de pacientes que recibe, existiendo
diferencias en estos aspectos entre terapeutas expertos e inexpertos

3- Alianza terapéutica: la psicoterapia es una relación cooperativa entre terapeuta y paciente,


esto constituye un facilitador esencial del cambio, la contribución del paciente a esta relación
es más poderosa que la del terapeuta, ya que las condiciones preexistentes del paciente
tienen mayor peso en los resultados de la psicoterapia. En este sentido es esencial el grado de
involucramiento del paciente para el pronóstico de los resultados

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