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Capítulo 6: la invasión europea del espacio Caribe: las Antillas y la tierra firme

6.1 Del puerto de Lisboa a los viajes de rescate

Inicio de la expansión atlántica europea en SXV y XVI. Portugal tuvo un rol importante. Primero
se volcó hacia el mar por la pesca y luego por el negocio mercantil.

Azores y Madeira fueron colonizadas y no tenían población. Eran entregadas como capitanías o
donatarias a personas de confianza, normalmente de la nobleza para que se encarguen de su
explotación. Hubo una explotación sistemática de la caña de azúcar en base a factorías.
También creció la trata de esclavos. Pudieron llegar hasta las indias, pero el problema era
volver a Portugal.

Fue importante descubrir las corrientes que permitían un retorno fácil, a condición de
internarse en el atlántico. En el rio Volta se iniciaba el regreso (la volta de Mina).

Se fundan escuelas de navegación y cartografía, y se desarrolla la carabela, que era capaz de


navegar en alta mar frente a vientos contrarios o de adentrarse en las desembocaduras de ríos
africanos. Los españoles, al ver el éxito comercial de las factorías de Madeira, siguieron el
ejemplo en las islas canarias, que sí estaban pobladas. El pacto de Alcaçovas de 1479,
resultado de la guerra en la península, resolvía que los castellanos no podían navegar al sur de
las Canarias, que quedaban para Castilla.

El resto quedaba para Portugal. En gran parte por esto la propuesta de Colón tuvo éxito. Al
contrario que Brading, los autores plantean que Colón ya conocía a la perfección el camino de
ida y vuelta por haberlo escuchado de algún comerciante portugués que ya lo hizo.

Los portugueses encontraron Brasil en el 1500, lo cual comenzó la carrera a las indias, y éstas
se dividieron en indias orientales e indias occidentales. La corte castellana tuvo que
reglamentar la conquista mediante licencias de contratos o capitulaciones a determinados
maestres a cambio de demarcar tierras y tomarlas en nombre de castilla. La rivalidad entre
Portugal y España se resolvió con el tratado de Tordesillas en el año 1492, lo cual le permitía a
Portugal acceso a Brasil, y navegar hasta occidente con libertad.

6.2 El Caribe: el Mediterráneo americano

Hubo localidades aisladas que funcionaron como centro de acopio de productos para ser
remitidos a Europa, que luego se convirtieron en nódulos de intercambio de productos
americanos por mercancías europeas.

En estas costas se realizaban negocios de “rescate”, que era cambiar o trocar oro u otros
objetos preciosos por mercancías ordinarias. Los productos rescatados de los indios podían ser
perlas, oro aluvial u otros indios (cautivados) a cambio de mercancías europeas de escaso
valor. Ante la desmesura de los conquistadores, la corona trató de regularlos, pero no tuvo
mucho éxito. No se pudo controlar una expansión planificada, como deseaba la colona. Los
conquistadores que se quedaron vieron que la única forma de hacer negocios era vender a los
indios como esclavos o repartírselos para que trabajen la tierra o busquen oro en los ríos, con
lo que los primeros años fueron de una feroz captura de esclavos.

Los reyes autorizaron legalmente el reparto de tierras e indios, pero las tierras no interesaban,
sino los indios que trabajen. Poco después la entrega de tierras fue abandonada, y los indios se
entregaban por plazos cortos como 4 años a condición de evangelizarlos y cuidarlos. Estas
entregas podían ser cacicazgos completos.
Otros indios eran repartidos como NABORÍAS, o sea, siervos del señor español por un número
concreto de años (que finalizó cuando los indios se extinguieron. Invadieron islas “inútiles”
(que no tenían oro) para rescatar más indios para irlos a sacar oro.

Hubo muchos desplazamientos territoriales de indios para que fueran a buscar oro lo cual
alteró por completo el régimen de vida indígena, disminuyendo la producción de alimentos
para su subsistencia (junto con que una buena parte era tomada por los españoles para la
venta). Otra parte fue puesta a trabajar para tejer productos de algodón.

La devastación hizo que las islas queden completamente despobladas, inclusive de españoles
que se fueron a Cuba o al continente. En cuba en 1522, los últimos 3000 indios fueron
repartidos entre 19 encomenderos, procedentes de 40 comunidades.

Enfermedades: Los españoles fueron afectados por la “influença” (gripe) que mató a unos
cuantos, y los indios fueron afectados en tandas por la viruela, el sarampión, la malaria, la
fiebre amarilla. Todo esto produjo una gran debacle demográfica antes de 1540.

Beneficios para los españoles: Entre 1492 y 1520, 30.000 kilogramos de oro, producción
azucarera con mano de obra esclava africana (los indios eran destinados a buscar oro) Los
ingenios requerían de un molino y de mucha mano de obra. La caña de azúcar era
transportada hasta el molino que debía estar cerca y necesitaba agua abundante y continua
para mover la máquina, junto con mucha leña para las calderas. La tierra se sembraba mitad
de caña y mitad de alimentos. El resto era monte, donde se tenía al 14 ganado suelto y se
obtenía la leña para las calderas. Cuando caen los precios por la saturación del mercado
europeo a mediados de siglo, cae la producción.

Sin embargo, en el SXVI y XVII los ingenios y la ganadería fueron la mayor actividad económica
de las Antillas. La exportación de cueros produjo más beneficios que el azúcar a partir de 1540.

El palo de tinte fue también una actividad lucrativa hasta que se extinguió.

Las ciudades crecieron a medida que se abandonaron las prácticas agrícolas y fueron sede de
autoridades de ámbito regional, además de ayudar a la centralización del poder. Allí se
establecieron los primeros cabildos con los principales vecinos que conformaban la elite local
de América colonial. Muchas de estas ciudades eran puertos donde se producía el intercambio
de productos entre las islas, el continente y los puertos europeos.
La población de las mismas fluctuó hacia abajo con la desaparición de los indios y se rentabilizó
con el desarrollo azucarero.

En general, la despoblación, la falta de incentivos económicos, el agotamiento minero y los


cultivos abandonados constituyeron el panorama en las Antillas alrededor de 1520: de una
región periférica.

6.3 Las costas del Caribe continental

Mientras tanto se fueron conociendo las costas del Caribe continental, por medio de
incursiones en busca de metales, perlas y esclavos. En 1516 se llega al rio de la Plata, situado
por debajo y al oeste de la línea de Tordesillas. Fundaron Nueva Cádiz de Cubagua donde en 5
años extrajeron 2.300kg de perlas, y la ciudad era el paraíso para los juegos de azar,
prostitución, alcohol y comilonas. Cuando se acabaron las perlas los rescatistas de fueron a
otra parte a buscar negocios fáciles y lucrativos, como el contrabando. En el istmo de Panamá
estaba el Darién (región) que fue cedida a un conquistador que fundó Nombre de Dios, con lo
cual Tierra firme tenía el primer núcleo colonizador del continente.

El desafío era consolidarse sobre el territorio. Se establecieron actividades agrícolas con


abundante mano de obra indígena local o acumulada por razias costeras. Los puertos eran
puntos de intercambio de metal y perlas por productos europeos. Los primeros europeos en el
continente trataron de hacerse de encomiendas de indios o empleos públicos (cargos
capitulares, nombramientos de adelantados o tenientas de gobernación).

Fue importante encontrar el pacífico, y sobre esta costa se fundó Panamá.

Cuando las costas y las islas ya estaban saqueadas, los expedicionarios se lanzaron a conquistar
el interior. Fue importante el descubrimiento y conquista de México (1521) y Perú (1532) y el
oro de Colombia para cambiar el escenario en el Caribe continental: en 1540 el régimen de
factorías quedó obsoleto y la costa cobró el sentido de puertos que permitieran la salida de
oro y plata y la entrada de suministros europeos.

Eran intermediarios entre las economías mineras andinas y mexicanas y las economías
atlánticas europeas. Tierra Firme ya casi había reemplazado a La Española en este sentido. Allí
se vendían alimentos, ropa, herramientas europeas, se explotaban haciendas de ganados y se
financiaban expediciones como las “entradas” a Perú. Las actividades se diversificaban. Podían
o hacer asentamientos agrarios en las tierras fértiles con encomiendas de indios, dedicarse a
las empresas comerciales o intentar el asalto a las grandes reservas de metal.

Así, el Caribe fue creciendo como mediterráneo americano con un cordón de enclaves costeros
conectados mediante cientos de embarcaciones y sólidos mecanismos y tupidas redes
mercantiles sobre las que se constituyeron relaciones comerciales. Las empresas que
traficaban esclavos de áfrica a América se fueron consolidando. La integración regional en el
Caribe no estaba basada en la producción sino en la circulación, y el contrabando fue una parte
fundamental del volumen de los negocios. A partir de la segunda mitad del SXVI se mostró
como extraordinariamente dinámico.

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