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Conquista y colonización de América.

Son muchas las causas del descubrimiento de América, pero hay una que es la
más importantes de todas, la cual es, la necesidad que tenían los europeos de
buscar la entrada de especias procedente del oriente, sin tener que pasar por
Constantinopla, que había sido conquistada por los turcos; la idea era buscar una
ruta mercantil para evitar pagar los altos impuestos que cobraban los turcos, ya
que las especias eran básicas para la dieta, como para la conservación de las
carnes.
Las consecuencias que conllevo el descubrimiento de América son numerosas.
Estos resultados afectan lo económico, lo político y lo sociocultural. Pero la más
importante la constituye el encuentro de los mundos europeo-americano.
Los acontecimientos que precedieron durante el Siglo XVI en la Isla La Española
suscitaron resultados que conllevaron al final la mezcla entre culturas, la
exterminación de los aborígenes de la isla La Española y el establecimiento de
una nueva civilización no sólo en la isla, sino en todo el Continente Americano.
A fines del siglo XV la Corona de Castilla aprueba el proyecto colombino de
navegación del Océano Atlántico hacia el Occidente como parte de la expansión
en que se encontraba empeñada España y que incluía la búsqueda de oro y
especies y de una ruta hacia las Indias Orientales. Las primeras tierras
descubiertas fueron las de las Antillas y confundidas por Colón con tierras
asiáticas. A pesar de esta confusión geográfica que se mantuvo hasta la primera
décadas del siglo XVI, las Antillas fueron integradas como parte de los territorios
que constituían el área de explotación europea de fines del siglo XV.
El proceso de descubrimiento y conquista de América por los españoles, inició en
la isla de Santo Domingo la cual estuvo condicionada por exigencias comerciales,
a causa de las conquistas turcas que obstaculizaban el comercio con el oriente, y
también por la necesidad de expansión de los españoles.

La colonización fue concebida como una empresa mixta de carácter comercial por
un lado para establecer factorías con el imperio chino y por otro lado colonizador
para dominar nuevos territorios y así explotar sus riquezas naturales y a sus
habitantes.

La primera expansión de España en América fue en la época en que Colón


gobernaba en la isla española. De las riquezas que buscaban Colón y sus
acompañantes se encontraron con la existencia de oro. Y sería el factor
determinante de la evolución social de la primera época colonial española que
conoció la isla. Esta primera época se define históricamente por la extracción del
oro mediante la explotación de la mano de obra indígena.

En su segundo viaje inicia el establecimiento colonial el cual se concibió mediante


las experiencias colonizadoras españolas y portugueses. Después decide fundar
La Isabela como un esquema colonizador para mantener la separación entre los
españoles e indígenas. Tan pronto dio los pasos para la organización del centro
colonizador en la Isabela, se dispuso a él envió de expediciones de exploración de
la isla, las cuales culminaron con la fundación del primer fuerte en la isla con fines
de control militar y económico.
Los viajes de Colón fueron considerados el “descubrimiento” porque precedieron y
abrieron el camino a la conquista y colonización de América. El motivo es que los
viajes de Colón tuvieron desde el principio, un propósito económico definido.
“¿Colón buscaba oro? Se puede responder que sí con toda tranquilidad. Las
páginas de su diario, entre el 12 de octubre de 1492, cuando él toma la primera
isla, y el 17 de enero de 1493, cuando inicia su regreso, contienen por lo menos
65 relatos sobre oro”. O como explicó Federico Engels: “El descubrimiento de
América se debió a la sed de oro que anteriormente había lanzado a los
portugueses al África, porque la industria europea, enormemente desarrollada en
los siglos XIV y XV, y el comercio correspondiente, reclamaban más medios de
cambio de lo que podía abastecer Alemania, la gran productora de plata entre
1450 y 1550.

Tras esto, Colón inicia nuevos viajes de descubrimiento con el fin de entrar en
relaciones comerciales con Asia. Estos viajes de exploración eran difíciles y poco
rentables a causa de la insuficiencia de oro en las islas por lo que decidió
concentrarse en el sometimiento de los indígenas a fin de obligarlos a rendir
tributos pesados en ese metal, pero antes necesitaba una estructura militar fuerte
que hiciera realidad su objetivo.

La mayoría de los caciques aceptaron reconocer el dominio de los españoles, tras


lo cual Colón impuso el tributo obligatorio de un cascabel lleno de polvo de oro
cada 3 meses. Este pago de los tributos resultó imposible para los taínos y Colón
procedió a aplicar medidas terroristas, por lo que los taínos pasaron a otras formas
de resistencia. Empezaron a huir, dejaron de sembrar para obligar a los españoles
a huir por el hambre, practicaron suicidios colectivos e individuales y abortos, al
igual que intentaron grandes rebeliones, la gran mayoría de ellas resultaron
fallidas.

Los indígenas de otras regiones opusieron poca resistencia y en otras regiones la


presencia de los españoles fue casi inexistente, debido a lo cual los indios llegaron
al desequilibrio que sería roto con la imposición de encomiendas en los primeros
años del siglo XVI.
Durante un corto pero intenso espacio de tiempo la isla española fue el único
centro de irradiación del descubrimiento, conquista y colonización de América y
jugó un destacadísimo papel histórico. Sin embargo, diversos factores
contribuyeron a que la colonia pasase de una situación inicial de privilegio a otra
de declive, lo que con el paso de los años la llevarían a una posición secundaria o
marginal dentro de los dominios de España en ultramar. Las razones estratégicas
y espaciales parecen claras a medida que los españoles ampliaban el horizonte
descubridor, no sólo en las Antillas, sino proyectándose sobre la plataforma
continental.
No obstante, la causa decisiva podría radicar en «la desaparición de los indios que
es el problema clave de toda la historia dominicana» (Sánchez Mantero y Chaunu,
1983), pues el llamado «encuentro» entre europeos y americanos fue de nefastas
consecuencias para estos últimos debido a las enfermedades contraídas, los
trabajos forzados, etc. Por ejemplo, y sea cual fuere el número de naturales que
consideremos que habitaban la isla en 1492, parece que hacia 1550 sólo
sobrevivían unos pocos cientos de nativos (Moya Pons, 1987: 181-189). Con la
intención de detener la corriente migratoria de colonos hacia otros lugares
americanos hubo que recurrir, en consecuencia, tanto a la importación de mano de
obra de indios caribes -únicos a los que estaba permitido esclavizar- procedentes
de otros territorios (Antillas menores, Cuba, Lucayas, Puerto Rico, Trinidad), como
a la de esclavos negros africanos. Además, se solicitó también el envío de colonos
desde la Península.
Estas circunstancias condicionaron, durante el período colonial, el desarrollo
económico de Santo Domingo que, a grandes rasgos, transitó por etapas muy
concretas y definidas: primero una fugaz economía del oro, luego se pasó a la
gran explotación azucarera, posteriormente al contrabando más desaforado, para
finalizar con la dedicación a la ganadería extensiva y a la producción intensiva de
tabaco y, todo ello, mediatizado por la presencia en el occidente de la isla, desde
la segunda mitad del siglo XVII, de la próspera colonia francesa de Saint
Domingue.
Durante gran parte de la primera mitad del siglo XVI el deseo general de los
colonos instalados en América fue el hallazgo de metales preciosos que les
facilitara un rápido enriquecimiento, nunca logrado con el trabajo en el campo. Por
este motivo las labores extractivas recibieron un enorme impulso motivado tanto
por dicho afán de ganancia entre conquistadores y pobladores, como por el interés
de la Corona de atesorar metales preciosos que subvencionaran los elevados
gastos estatales y la política exterior. En Hispanoamérica hubo explotaciones de
cobre, depósitos de esmeraldas y pesquerías de perlas, pero ninguna alcanzó la
importancia de la minería del oro y la plata, a cuyo alrededor giraría la economía
indiana, siguiendo la máxima de Cristóbal Colón cuando afirma que «el oro es
excelentísimo, del oro se hace tesoro. y con él, quien lo tiene hace cuanto quiere
en el mundo, y llega a que echa las ánimas al paraíso». En este mismo sentido
deben entenderse los argumentos esgrimidos por el Almirante para justificar el
abandono de los hombres del fuerte Navidad, pues era su «deseo de saber dónde
se encontraba la mina de la cual extraían el oro los indígenas, tanto para servir a
vuestras altezas como para complacerme». En efecto, la Corona participaba del
mismo anhelo y, tras el descubrimiento, su principal preocupación fue indagar
sobre la existencia de piedras y metales preciosos en los nuevos territorios. Esta
inquietud de los Reyes Católicos se superpone a otras consideraciones: el oro es
el desencadenante de la conquista de América y la exploración de sus regiones.
Durante el período entre 1500 y 1520 la obtención de metal queda restringida al
área antillana y al litoral caribeño del continente, incluyendo en esta fase la
actividad desplegada en los años anteriores a 1500 cuando mediante el sistema
de «rescate» (trueque de objetos de oro indígenas por bagatelas castellanas), la
imposición a los nativos de un tributo pagadero en oro. Así, en 1494 Colón remitía
metal aurífero por un equivalente a 30.000 ducados, una cantidad muy por debajo
de las esperanzas soñadas, correspondiente a la parte recaudada a través de los
rescates. En cuanto al gravamen satisfecho por los aborígenes sólo se consiguió
acumular cantidades insignificantes con el inconveniente de que en poco tiempo
los hispanos se hicieron con todo el oro atesorado durante siglos por los
indígenas. Era necesario recurrir a otros medios, de ahí el trabajo en los placeres,
cuya optimización se intentó potenciar con el envío desde España de técnicos
expertos y el repartimiento de indios a los mineros. Los cambios introducidos
propiciaron que la producción alcanzase la cifra de 276 kilos de oro en 1501. En
estos momentos se llega al final del régimen de factoría colombino y se inicia una
colonización plena donde cualquiera podía dedicarse al trabajo en las minas con la
única obligación de ceder una parte proporcional a la Corona. La fiscalidad real
estuvo, al principio, situada en la mitad del producto obtenido, en 1503 pasó a un
tercio y en 1505 al quinto, disminuyendo sucesivamente con el objetivo de
favorecer e incentivar las labores extractivas.
La llegada a la española en julio de 1502 del nuevo gobernador Nicolás de
Ovando, provocó un rebrote de la actividad de búsqueda de oro, en la que no
pocos labradores convertidos en mineros ocasionales acabaron perdiendo todo su
capital en empresas ruinosas. La escasa o nula experiencia impedía a los recién
llegados reconocer las arenas auríferas o ubicar los filones; el fracaso los llevaba
a utilizar a los nativos en las labores de lavado de la tierra, en el suministro de
alimentos precisos para mantenerse y en otra serie de trabajos forzados que bien
pronto causaron el descenso demográfico de los naturales. Ciertamente, estas
prospecciones primigenias requerían poca inversión dado que la mano de obra
indígena resultaba gratuita -aunque en teoría había que pagarles un jornal- y la
técnica era muy rudimentaria. El lecho de los ríos era cernido en unas bateas con
la propia corriente fluvial hasta la total expulsión de la grava. El depósito del
mineral de oro solía venir acompañado de impurezas (jagua), de modo que la
purificación se efectuaba por el llamado procedimiento europeo (aleación con
mercurio) o por el sistema aborigen (mezcla con jugos vegetales). En ocasiones
se procedió al desvío del curso del río mediante una «corta» o a la contención de
las aguas por medio de diques.
El interés de la Corona por recibir oro desde América queda patente en distintas
actitudes, tales como el mantenimiento del sistema de rescate que siguió
permitiéndose con otras islas antillanas y fue el principal motivo impulsor de una
serie de viajes descubridores en los que los monarcas se aseguraban un
porcentaje variable sobre los tesoros obtenidos.
De 1508 a 1515 se introdujeron en Santo Domingo más de 40.000 aborígenes
procedentes de Cuba, Puerto Rico, las Lucayas y otras islas de las Antillas
menores, la mayor parte de los cuales perecerían al poco tiempo agravando el
problema de la falta de mano de obra que solo podría subsanarse con la llegada
de esclavos negros. La situación de los indígenas, muy mermados ya
numéricamente, tuvo cierta bonanza durante la etapa de gobierno de los Padres
Jerónimos. Si bien el trabajo en los yacimientos no fue abolido, mediante una
mínima regulación se trató de hacerlo más llevadero con el establecimiento, entre
otras reglas, de turnos restringidos y rotativos, topes de edad fuera de los cuales
estaba prohibida toda actividad, cuadrillas a cargo de los nitaínos o nobleza taína
que sustituían a los mineros castellanos, etc.
Hacia 1525, dentro del período conocido como «primer ciclo del oro» según la
terminología establecida por Chaunu, puede considerarse finalizada la fase
aurífera de la isla sin que aparecieran las míticas, ricas e inagotables minas, ni el
trabajo en los placeres proporcionase las elevadas cantidades de metal precioso
ambicionadas, ni tampoco se alcanzasen en la española las expectativas
económicas anheladas (Sánchez Mantero y Chaunu, 1983: 74). No es extraño,
pues, que los propios emigrantes peninsulares abandonasen la isla hacia otros
lugares americanos con mayores perspectivas de enriquecimiento rápido, motivo
principal que les había impulsado a emprender la aventura transatlántica. Por
estas fechas, y con razón, en Santo Domingo «no se hablaba sobre otra cosa que
no fuera la despoblación y el abandono en que habían caído los pueblos de la
misma isla debido a la falta de oro y de indios» (Moya Pons, 1987: 171). El fracaso
minero dio paso a las explotaciones agropecuarias y, especialmente, al auge de la
producción azucarera.

La explotación colonial con el desarrollo del capitalismo mundial.


La conquista, colonización y explotación de América estuvieron muy relacionados
con el desarrollo del capitalismo mundial, ya que con la llegada de los europeos en
América permitió el acceso a una gran cantidad de recursos naturales y riquezas,
las cuales sirvieron para financiar el desarrollo del capitalismo en Europa. Los
europeos establecieron sistemas de comercio en las colonias, lo que permitió
obtener beneficios económicos y tener el control del mercado global.
El capitalismo se originó en Europa occidental en el siglo XVI, cuando el
feudalismo comenzó a ser sustituido por un nuevo orden económico y social que
promovía el comercio e intercambio de bienes. La sociedad experimentaba una
gran transformación, de la Edad Media hacia la Edad Moderna, con la
centralización del poder en las manos del rey y el crecimiento de la burguesía.
El comercio mejoró gracias al empuje de los comerciantes y a la necesidad de
intercambiar unos bienes por otros. Asimismo, la llegada a Europa de gran
cantidad de metales preciosos como el oro y la plata, provenientes de América,
promovió la actividad comercial, la riqueza de los banqueros y el intercambio de
bienes.
La explotación de América fue condición esencial para el nacimiento del
capitalismo mundial. Los descubrimientos de oro y de plata en América, el
exterminio, la esclavización de las poblaciones indígenas, forzadas a trabajar en el
interior de las minas, el inicio de la conquista y pillaje de las Indias Orientales y la
transformación de África en un vasto campo de caza lucrativa, son los
acontecimientos que marcan los albores de la era de la producción capitalista.
Esos proceso idílicos son factores fundamentales de la acumulación primitiva. Los
cuales se basaban en parte en la violencia más brutal, como es el caso del
sistema colonial. Pero todos ellos utilizaban el poder del Estado, la fuerza
concentrada y organizada de la sociedad para activar artificialmente el proceso de
transformación del modo feudal de producción en el modo capitalista, abreviando
así las etapas de transición. El sistema colonial hizo prosperar el comercio y la
navegación y por eso las sociedades dotadas de monopolio eran poderosas
palancas de concentración de capital. Las colonias aseguraban mercado a las
manufacturas en expansión y, gracias al monopolio, una acumulación acelerada.

Atraso económico español y sus manifestaciones en la colonia.


El atraso económico español se debió en primer lugar, a que España se
encontraba en una posición geográficamente desfavorable que le dificultaba el
comercio con otros países europeos, además, por la falta de recursos naturales y
la debilidad económica en que se encontraba en ese momento, también España
dependencia de la esclavitud para el trabajo lo que generó una economía basada
en la explotación y la opresión.
Durante el siglo XVI, el atraso económico de España tuvo un impacto importante
en las colonias que estableció en América y el Caribe. La economía española
estaba basada en la extracción de metales preciosos de las minas de América, y
se centraba en la exportación de estos metales a Europa. Esta economía mono-
productora no permitió el desarrollo de otras industrias en España y, como
resultado, la metrópolis no podía proporcionar a sus colonias las herramientas,
maquinarias y otros bienes necesarios para el desarrollo económico.
En las colonias, la economía española se basó principalmente en la producción de
caña de azúcar y otros cultivos tropicales, así como en la explotación de
minerales. Sin embargo, debido a la falta de inversión y apoyo de la metrópolis,
estas industrias no pudieron desarrollarse adecuadamente y las colonias se
quedaron atrás en términos de desarrollo económico en comparación con otras
colonias europeas.
Además, las guerras religiosas que competían por el control de las colonias y rutas
comerciales, y también el deseo de expansión de sus influencias religiosas y
políticas, contribuyeron al atraso económico.
Otro aspecto importante de la economía colonial española fue la trata de esclavos
africanos los cuales fueron utilizados principalmente en las plantaciones de caña
de azúcar y otros cultivos, y su trabajo forzado fue una fuente importante de
riqueza para la economía colonial.
También, la economía minera imperó en la factoría, pero decayó en las
encomiendas con la desaparición de los indígenas debido a la explotación a que
fueron sometidos.

Los Corsarios y Contrabandistas en la española.


La presencia de los enemigos de España en sus colonias americanas en la
segunda mitad del siglo XVI se manifestó de dos maneras:
 A través del contrabando, que podía ser de venta de esclavos y
mercaderías europeas a cambio de azúcar, cueros y platas.
 Por medio de ataques armados a los puertos y rutas marítimas,
principalmente a las islas de las Antillas Mayores.
Asimismo, el monopolio que mantenía la Casa de Contratación de Sevilla desde
1503, forzaba a los habitantes de estas posesiones a comercializar ilícitamente
con los primeros que llegaran a sus puertos. Los franceses, holandeses, ingleses
y portugueses llegaban a los puertos españoles de las Antillas a comercializar con
sus habitantes. El negocio del contrabando se convirtió para 1577 en la base de la
economía de los principales pueblos del Norte de la Española, cuyos habitantes
fueron adoptando modo de vidas diferentes a los de la ciudad de Santo Domingo.
De esa manera la Corona Española se vio afectada económicamente por el
contrabando que reducía sus ingresos por concepto de impuestos, así como
también los residentes de la denominada Banda del Norte, que integraban los
pueblos de Puerto Plata, Montecristi, Bayajá y Yaguana, estaban adoptando una
actitud protestante rechazando la católica. Los ataques armados que se iniciaron
de manera esporádica en la primera mitad del siglo XVI se incrementaron a partir
de las incursiones de los corsarios que eran hombres a las órdenes de los
respectivos países que sobresalían por ser expertos navegantes y aguerridos
combatientes robaban y saqueaban para las Coronas a las cuales pertenecían.

Desaparición de la industria azucarera y su sustitución por la producción


ganadera.

La industrialización azucarera del siglo XVI


Causas de su surgimiento
El período comienza y se caracteriza en general por la fundación de grandes
exportaciones agrícolas, principalmente ingenios azucareros.
La industria azucarera, a pesar de su alta tecnología y productividad, no acarreó
desarrollo económico pues el crecimiento que conllevaba era frágil y
circunstancial. Su función era, como la de toda la economía colonial, llenar los
requerimientos del incipiente mercado capitalista europeo.
El comienzo de la industria azucarera en la isla de Santo Domingo está vinculada
al agotamiento del oro, base económica de la isla y a la extinción de la raza
aborigen, mano de obra del coto minero a través de las encomiendas.
Desde 1515 la economía del oro estaba en crisis y se planteaba la necesidad de
que se fomentara el cultivo de diversos frutos, así como que se trajesen
campesinos de España. Se asume que el desarrollo de la agricultura en esa época
debió de ser lenta por varias causas:
 En 1519 hubo una terrible epidemia de viruelas, lo cual produjo que la
población aborigen de la isla se redujera a menos de mil nativos, por lo que
no existía mano de obra agrícola en el número requerido.
 Los Españoles Conquistadores, no habían organizado una estructura en la
isla, sobre la base de una empresa estable de producción, por tanto, desde
esa época empezaron a emigrar hacia las otras islas recién conquistadas.
Sólo permanecían en la isla los representantes de la burocracia colonial, los
que tenían alguna actividad provechosa y los que no tenían dinero ni
medios para emigrar.
 Las pesadas labores de los ingenios requerían de una fuerza muscular que
tuviera un mayor rendimiento que la de los indígenas, aparte de que el
número de estos últimos había menguado en extremo. De ahí que desde
1518, por autorización expresa del Rey Carlos I, comenzaran a otorgarse
licencias o "asientos" para traer a América (y a La Española) negros
bozales, los cuales, a diferencia de los ladinos, eran empleados en labores
intensivas de producción. Africanos ladinos, es decir, occidentalizados en
Europa e integrantes del séquito de servidores de nobles españoles, habían
pisado tierra americana poco antes de 1501.
Para disminuir las posibilidades de sublevación, los propietarios de ingenios
preferían importar esclavos africanos procedentes de diferentes etnias. Los grupos
predominantes eran los Zape, Mandinga, Congo, Mondongo, Biáfara, Carabalí y
los de lengua Gelofe.
En promedio eran reclutados entre los 15 y 20 años, si bien también eran
aprehendidos desde los 9 años. Su faena de trabajo forzado era de hasta 18 horas
corridas por día, e incluía domingos y feriados. Muchos morían de cansancio y por
falta de sueño. Otros huían a los montes o se defendían mediante las armas.

Decadencia de la industria azucarera


Para 1580 se inició la decadencia de la industria azucarera en la colonia debido a
varios factores como serían: el monopolio que ejercía la Casa de Contratación de
Sevilla, la crisis de la navegación por el atlántico, la reducción de la mano de obra
esclava, y la competencia que generó la producción de jengibre. Así se va
deteriorando la industria azucarera del siglo XVI. La muerte del Cardenal Cisneros,
quien fue sustituido por Carlos I en España y la ruptura entre los jerónimos y el
padre Las Casas, fueron los factores que provocaron que el gobierno de los
padres Jerónimos fuera sustituido por el de Rodrigo de Figueroa.
La industria azucarera colonial decayó a finales del siglo XVI por la concurrencia
de distintos factores. La lucha de clases era intensa en torno a la industria
azucarera, tomando a veces forma de enfrentamientos sangrientos que hizo que la
inseguridad se adueñara de los ingenios. Los esclavos rebelados se hacían
participes de los mismos para aumentar sus fuerzas y servirse de las provisiones
que les eran necesarias.
La competencia desigual entre los azucares que producía la colonia y los
procesados en Europa que se obtenían a menor precio y el contrabando con los
holandeses, portugueses, ingleses y franceses afectaron significativamente la
industria azucarera colonial. En todo esto hay que tomar en cuenta el monopolio
comercial que mantenía España con sus colonias porque limitaba las posibilidades
de obtener mejores mercados para su producción.
El siglo XVII fue considerado un periodo de generalización de la pobreza en la
colonia. La decadencia definitiva de la industria azucarera, las despoblaciones de
Ozorio, la presencia de epidemias, fenómenos naturales de gran espectro, el
monopolio comercial agravado, los corsarios y piratas, el inicio de la perdida de la
parte occidental de la isla, que fue quedando en manos de Francia, las
migraciones de las personas con mayor posibilidad económica en su mayoría, el
incremento de los mestizos, y la imposición del situado fueron las características
de este siglo.
En la segunda Mitad del Siglo XVI, la industria entró en decadencia, debido a una
serie de factores, tanto externos, como internos que provocaron profundos
cambios en la isla que fue a principios de dicho siglo. Entre esos factores figuran:
La rivalización entre España y las demás naciones europeas, por el fin de tener el
dominio del nuevo mundo.
La prohibición impuesta por Felipe II, de que La Española y demás posesiones
comercializaran con extranjeros.
La emigración de colonos hacia América del Sur, El fomento del hato ganadero, en
razón a la demanda de pieles al extranjero.
Por otro lado, a fines del siglo XVI España comenzó un período de decadencia
que se intensificó durante todo el siglo XVII, y esto se reflejó profundamente en La
Española, que presentaba a medianos del siglo XVI una economía basada en el
azúcar y el ganado.
El desarrollo del hato ganadero en la segunda mitad del siglo XVI en cierta medida
beneficio a las masas de esclavos que antes laboraba en la industria azucarera,
donde tenían que trabajar más de doce horas.
La industria azucarera exigía trabajo duro, mientras que no ocurría lo mismo en el
Hato ganadero, donde las condiciones de vida de los esclavos eran menos duras.
La mayor parte de los negros trabajaban en los hatos y estancias, así como
domésticos en las viviendas de los amos, y en las ciudades como esclavos de
jornal, o alquiler, bajo el control directo del amo.
El hato no proporcionaba a los esclavos el conocimiento y la especialización en las
labores técnicas, como ocurría en la industria azucarera, lo que permitió que
muchos de ellos lograran su libertad.

Surgimiento de la colonia francesa en la parte occidental de la isla.

El surgimiento de la colonia francesa en la parte occidental de la isla de Santo


Domingo en el siglo XVI se debió principalmente a la expansión comercial y
territorial de Francia en el Caribe durante el siglo XVII.
En 1664, el rey Luis XIV de Francia otorgó a la Compagnie des Indes Occidentales
(Compañía de las Indias Occidentales) el derecho exclusivo de comerciar en el
Caribe y de establecer colonias en América. La compañía decidió entonces
establecerse en la isla de Santo Domingo, donde construyó la ciudad de Léogâne
en la costa oeste de la isla.
Sin embargo, la presencia francesa en la isla no fue bien recibida por las
autoridades españolas, quienes consideraban que Santo Domingo seguía siendo
una colonia española. Además, los franceses se asentaron en zonas que los
españoles consideraban de su propiedad y comenzaron a comerciar con los
habitantes de la colonia española, lo que llevó a conflictos y tensiones.
A pesar de estas dificultades, la colonia francesa en la parte occidental de la isla
de Santo Domingo continuó expandiéndose en las décadas siguientes, y se
establecieron nuevas ciudades como Puerto Príncipe (actual Haití) y Saint-
Domingue.
En 1697, el Tratado de Ryswick puso fin a la guerra entre Francia y España y
reconoció formalmente la soberanía española sobre la parte oriental de la isla de
Santo Domingo, mientras que la parte occidental quedó bajo control francés. Esta
división territorial se mantuvo hasta 1795, cuando los franceses fueron expulsados
por los británicos durante las Guerras Napoleónicas, y la isla fue dividida en dos
nuevamente, con la parte occidental convirtiéndose en la colonia de Haití y la parte
oriental en la colonia española de Santo Domingo.

Bibliografía
Historia de la República Dominicana vol. 1 de Frank Moya Pons
Historia Social y Económica de Rep. Dom. Tomo 1 Roberto Cassa.
file:///C:/Users/A19B32303/Downloads/Binder1.pdf
https://www.monografias.com/trabajos102/siglos-xv-xvi-inicio-del-exterminio-taino-
isla-santo-domingo/siglos-xv-xvi-inicio-del-exterminio-taino-isla-santo-domingo2
https://www.monografias.com/trabajos89/industria-azucarera-del-siglo-xvi/
industria-azucarera-del-siglo-xvi
https://www.embajadadominicanaenfrancia.com/index.php?
option=com_k2&view=item&layout=item&id=13&Itemid=146

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