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IFDC Luis Beltrán
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Pedagogía
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TRABAJO PRACTICO Nº2

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Profesora: Romina Iraira.
Estudiante: Almazan Yanet.

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Actividad:

1) A partir de la lectura de los textos:

- GVIRTZ, S. (2007) “¿Cuándo se inventó la escuela?” cap. 2 en “La educación


ayer, hoy y mañana. El ABC de la Pedagogía”. Edit. Aique”. Bs. As

- ----------------------- “¿Para qué sirve la escuela?” cap. 3 en “La educación ayer, hoy
y mañana. El ABC de la Pedagogía”. Edit. Aique”. Bs. As

- KANT, I. (1784) “Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la ilustración?” en “¿Qué es la


ilustración”, edición del año 2010

- CARUSO, M. (2001) “¿Una nave sin puerto definitivo? Antecedentes, tendencias e


interpretaciones alrededor del Movimiento de la Escuela Nueva.” En “La escuela como
máquina de educar”, Pineau, Dussel y Caruso.

a) Fundamentar la propuesta de la Pedagogía tradicional.

Partiendo desde lo expuesto por los autores, en el transcurso que va del siglo XVII al s.
XIX se inventó, desarrolló y expandió, una modalidad específica y novedosa de
organización de la enseñanza y los aprendizajes que logra imponerse como hegemónica,
como el modo de acceder a los saberes culturales: La escuela y su respectivo sistema
educativo dentro de los cuales, tiene su correlato la pedagogía tradicional como base
organizadora del espacio y, principios de enseñanza-aprendizaje centrados en el rol
docente como poseedor del conocimiento y, el alumnado como sujetos pasivos y meros
receptores de los conocimientos.

La conocida Ilustración que transcurrió a mediados del siglo XVIII constituye un


movimiento social, cultural, político y económico que significo la caída de la monarquía
absolutista. Immanuel Kant, explica a la Ilustración como una salida de la minoría de edad
del hombre, es decir una maduración racional. Kant se refería al hombre que vivía bajo el
resguardo del rey y de la iglesia y que no razonaba por sí mismo. “La ilustración es la
salida del hombre de su minoría de edad de la cual él mismo es culpable. La minoría de
edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento sin la dirección de
otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no yace en
un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con
independencia de él sin la conducción de otro” (Kant, 1784: 10). El autor nos da a
entendes que el hombre no debía permitir que la religión y el rey pensaran por él y le
impusieran parámetros que determinaran como llevaba su vida, sino que el hombre debía
hacer por sí mismo, pensar por sí mismo.

En el aspecto político, los países empezaron a conformarse en Estado-Nación, se dividió


el poder político en tres, y comenzaban a surgir las instituciones. La razón comenzaba a
ganar terreno por sobre la religión en la medida que se entendía que esta última (la
religión) no permitía el razonamiento ni la libertad de los sujetos sociales. Por otro lado, la
Revolución Industrial, introdujo el cambio en el modo de producción, a partir del
surgimiento de las maquinarias y las primeras fábricas.

En ese escenario de cambios tanto en el plano político como en el económico-social por


el que Europa atravesaba, la sociedad necesitaba unirse nacional y culturalmente,
readaptarse a nuevas costumbres y hábitos necesarios para su incorporación en el
trabajo fabril. Es por esto que la escuela aparece como solución a estos problemas, y se
estructura en función de los aportes de Comenius en su “Didáctica Magna” y la pedagogía
Lasalleana.

Comenio había creado un nuevo cuerpo de principios teóricos y de propuestas prácticas


para organizar la educación. Que consistía en:

Una educación única e igual para todos sin distinción de género, nivel social o
grado de inteligencia.

La educación debe ser universal, por tanto, en la escuela, se debe enseñar todo lo
que el hombre necesita, por su condición racional: artes, ciencias, costumbres, lengua y
religión.

Las propuestas educativas deben actualizarse según se actualizan el conocimiento


científico y los métodos de enseñanza.

La escuela debe estar correctamente organizada, en lo relativo a los tiempos, las


disciplinas y las conductas de los alumnos; una educación aplicada de forma gradual.

Por otro lado, el sacerdote francés Juan Bautista de La Salle propuso dos ejes que fueron
base para la escuela tradicional: el orden y el control.
Para él, el maestro debía ser similar al sacerdote que da la misa. Parado en un lugar
central frontal y con una relación vertical con los alumnos. Estos se organizan en pupitres
simétricamente para que permanezca aislado, inmóvil corporalmente rígido e
individualizado. Este modelo se llamaba simultaneidad de la enseñanza, y consistía en
distribución de saberes homogénea. Estas pedagogías serian aplicadas a la escuela
naciente del siglo XIX.

Durante este siglo, la escuela tomaría el modelo organizativo de las fábricas, ya no sería
una educación para personas privilegiadas, para príncipes como en el absolutismo, sino
que sería para todos y regulado por el Estado, la escuela difunde conocimientos
considerados valiosos, de manera sistematizada a través del docente, quien enseña de
forma gradual la herencia cultural a sus alumnos.

Para ello necesito de la disciplina para llevarlo a cabo, donde cada docente se ubica en
las aulas con sus alumnos ubicados forma clasificada, y ordenados en cuanto a espacio y
tiempo que permitía el aislamiento y localización de los alumnos; “la simultaneidad
sistémica consolida aquellos principios del modelo de Comenio acerca de "enseñar todo a
todos" mediante métodos efectivos y uniformes que aplican una tecnología de
disciplinamiento social al servicio de la educación” (Gvirtz, 2009: 55)

Muy Bien.

b) Realizar un escrito que dé cuenta sobre las características de la escuela


argentina.

Partiendo desde lo desarrollado por Pineau, Dussel y Caruso en “La escuela como
máquina de educar” y Serra y Fattore en “Hacer escuela”:

En argentina, en la primera mitad del siglo XIX, existían pocas escuelas, y su difusión era
considerada peligrosa para los pobres y un privilegio para los ricos. Sin embargo, medio
siglo más tarde, la escuela pasó a ser parte obligatoria e indispensable en la estructura
social argentina, como pilar de la Republica y sustento del progreso.

La formación y consolidación del Estado Nacional tuvo como escenario un panorama


geográfico/humano caracterizado por, orden colonial, despotismo, población aborigen,
extensión y diversidad de territorios, que se encasillaban como significante de “Barbarie”.
Partiendo de esta perspectiva, de que todo lo que ocupaba el territorio argentino era
bárbaro y salvaje, tanto Sarmiento como Alberdi, construyeron un proyecto de país
teniendo como premisa el fomento de la inmigración europea (“gobernar es poblar”
expresaba Alberdi) y de la educación escolar apuntando a la integración territorial y
humana, para civilizar así la población del territorio argentino. No obstante, fue la
generación del 80, (orden conservador: gobierno que va de 1880 a 1916) la que asumió
los desafíos de poblar y educar.

El Estado asume el rol de responsable y garante de la educación- escolaridad publica,


entendiendo a ésta como un dispositivo disciplinador de las clases populares, de los
inmigrantes y de los nativos. En este sentido, se hace cargo de la generalización de la
educación escolar partiendo del ideal de homogeneización y civilización de la población,
al mismo tiempo que encontró en la escuela –educación escolar- la herramienta eficaz
para inscribir el sentimiento de pertenencia y nacionalidad, es decir, para formar el “ser
nacional”. “La escuela moderna nació como una <<máquina de educar>>: una tecnología
replicable y masiva para aculturar grandes capas de la población, similar a las maquinas
tejedoras que empezaban a producir textiles en masa” (Pineau, Dussel, Caruso, 2001: 22)

El rol fundamental del Estado en la creación y desarrollo del sistema educativo, se palpa
en la creación y sanción de leyes orientadas a la educación y también en la regulación
estatal en cuanto a los contenidos a enseñar, la forma –es decir, cómo enseñar-, y a
quienes enseñar. En este sentido, encontramos la ley 1420 de Educación Común
sancionada en 1884, que entre otras cosas, establece el carácter obligatorio, gratuito y
gradual de la instrucción primaria, sentando las bases del sistema educativo.

Al mismo tiempo, las escuelas normales se crean a partir de la necesidad del Estado del
formar un cuerpo de especialistas que se ocupen de la tarea civilizatoria. Por su parte, los
colegios nacionales, mantuvieron un carácter preparatorio para el acceso a la universidad
y para la conformación de una clase dirigente.

En paralelo encontramos las reformas que se dieron en el sistema educativo con el


intento de articular la educación con el trabajo, que fueron rechazadas por la clase media
y/o trabajadora, denunciando las reformas o intentos de reformas, como estrategias (del
orden conservador) para limitar el acceso a las universidades y así seguir manteniendo el
control del poder político. Por lo tanto, “los cambios que sufrió este sistema educativo no
modificaron posteriormente su estructura inicial, al menos hasta la década iniciada en
1990. Hubo en los gobiernos peronistas algunos cambios significativos, como un fuerte
empuje a la expansión del sistema educativo en nombre de la justicia social y de los
derechos de los "descamisados", ampliándose la función política de la educación al
vincularla al mundo del trabajo, a través de su inclusión más amplia en un proyecto
industrial de país. Pero los cambios introducidos hasta los años setenta mantuvieron un
punto de articulación: la pretensión de homogeneizar la sociedad y el uso de la escuela
para lograr este fin.” (Serra y Fattore, 2006: 8)

La Dictadura cívico-militar de 1976, constituye un punto de quiebre en la historia de la


educación Argentina, en tanto que, se entiende al Estado como obstáculo para el
desarrollo del individuo y, se rompe con la premisa de que la Educación es su función
principal, corriéndose del papel de garante e interventor en la misma.

Tras el fin de la Dictadura y la vuelta de la democracia, la educación vuelve a ser una


cuestión de Estado pero, “en las últimas décadas del siglo XX: las leyes de transferencia
de la jurisdicción nacional a las provincias, la Ley Federal de Educación, de 1994, y la Ley
de Educación Superior. Con este conjunto de leyes, el sistema educativo pierde su
carácter nacional y empieza a depender de las provincias, a la vez que se abre a la
participación de otros actores.” (Serra y Fattore, 2006: 9)

En los últimos años, un conjunto de nuevas leyes reconformó el escenario educativo. La


Ley de Educación Nacional concibe la educación como derecho social y plantea, junto con
la Ley de Financiamiento Educativo, una serie de disposiciones que intentan recuperar un
sistema educativo común en su estructura, que a la vez respete las características
locales. Se pretende que la escuela no unifique, ni anule las diferencias para construir un
único ser, sino que sea un espacio de interacción e interculturalidad donde se
resignifiquen las múltiples identidades.

“La escuela es a la vez una conquista social y un aparato de inculcación ideológica de las
clases dominantes que implico tanto la dependencia como la alfabetización masiva, la
expansión de los derechos y la entronización de la meritocracia, la construcción de la
naciones, la imposición de la cultura occidental y la formación de movimientos de
liberación, entre otros efectos” (Pineau, Dussel, Caruso, 2001: 28).

Es importante rescatar que actualmente la escuela se constituye como un escenario de


disputa en las relaciones de poder, y no atiende únicamente a los procesos de
enseñanza-aprendizaje para una inserción en la sociedad sino también, como espacio de
contención, de refugio o ayuda social, es decir, la escuela adopta un rol solidario, ante las
múltiples particularidades que atraviesan a los educandos (violencia, carencias
económicas o no acceso a los servicios básicos, entre otros).

Muy Bien

- FREIRE, P. (1970) “Pedagogía del Oprimido” Capítulo 1 y 2. Edic. siglo veintiuno.

a) Tomar los capítulos de Freire y analizar una o dos imágenes argumentando


teóricamente la propuesta de la educación liberadora.

La propuesta de la educación liberadora requiere en principio que el sujeto (o uno mismo)


tome conciencia de la realidad en la que vive y sea capaz de verse y entenderse como
sujeto oprimido por determinaciones de otros sujetos, los opresores. Por consiguiente, la
superación del estado opresor, es decir, salir o romper con el lugar que se ocupa como
“sujeto oprimido” consiste en la iniciativa de los oprimidos para luchar frente a los
opresores y liberarse. Por lo tanto, “No estoy en el mundo simplemente para adaptarme a
él sino para transformarlo”.

Freire realiza una crítica a la educación tradicional, y la analiza desde una concepción
bancaria de la educación, al respecto expresa que esta, pretende transformar la mente de
los individuos para que se adapten mejor a las situaciones reales y así poder dominarlos
con mayor facilidad. Cuando más pasivos sean mejor se adaptarán, por lo tanto, se
disminuirá su creatividad y estimularán la inocencia, lo cual crea las condiciones para que
los opresores surjan como sujetos generosos. En la educación bancaria, el educando es
un banco y el educador, un agente que deposita en el primero, los conocimientos y
saberes, por lo tanto, el educador es el que enseña y el educando es el que aprende, sin
cuestionamiento alguno, todo lo que se le transmite.
Sin embargo, la educación liberadora se plantea como un acto reflexivo en el que se
comprenda y analice el contenido y se contribuya a la educación integral de ambos
(educador y educando), puesto que los dos tienen elementos que aportar a la enseñanza.
En la educación problematizadora educador y educando, se educan mutuamente a través
del dialogo, que es la esencia de la educación como práctica de la libertad, puesto que
“nadie educa a nadie –nadie se educa a sí mismo-, los hombres se educan entre sí con la
mediación del mundo”.

Muy bien

- SAVIANI, D. “Las teorías de la educación y el problema de la marginalidad en América


Latina”

a) Del texto de Saviani ubicar cuales son las teorías pedagógicas y la clasificación
que realiza.

Saviani (s/d) clasifica las teorías educacionales en dos grupo, por un lado ubica a las
teorías “No críticas” y dentro de este grupo se encuentran la pedagogía tradicional,
pedagogía nueva y, pedagogía tecnicista. Este grupo, entienden que la educación es un
instrumento de igualación social, por lo tanto, de superación de la marginalidad, concibe a
la sociedad como esencialmente armoniosa, tendiendo a la integración de sus miembros y
a la marginalidad como un:

“fenómeno accidental que afecta individualmente a un número más o menos grande


de sus miembros, lo que constituye un desvío, una distorsión que no sólo puede
sino que debe ser corregida. La educación aparece allí como un instrumento de
corrección de esas distorsiones. Constituye una fuerza homogeneizadora que tiene
por función reforzar los lazos sociales, promover la cohesión y garantizar la
integración de todos los individuos al cuerpo social. El logro óptimo de su función
coincide, entonces, con la superación del fenómeno de la marginalidad. En tanto
ésta aún existe se deben intensificar los esfuerzos educativos; una vez superada
corresponderá mantener los servicios educativos en un nivel por lo menos
suficiente como para impedir la reaparición del problema de la marginalidad. Como
puede observarse, en lo que respecta a las relaciones entre educación y sociedad
se concibe a la educación con un amplio margen de autonomía frente a la sociedad.
Tanto que le cabe un papel decisivo en la conformación de la sociedad evitando su
disgregación y, aún más que eso, garantizando la construcción de una sociedad
igualitaria.” (Saviani, s/d: 1)

El segundo grupo denominado Teorías critico-reproductivistas se compone por la Teoría


del sistema de enseñanza como violencia simbólica, Teoría de la escuela como Aparato
Ideológico del Estado y, Teoría de la escuela dualista. Este grupo concibe a la sociedad
marcada por la división entre grupos o clases antagónicos que se relacionan sobre la
base de las condiciones de producción de la vida material.

La marginalidad es entendida como un fenómeno inherente a la propia estructura de la


sociedad. “Porque el grupo o clase que detenta mayor fuerza se convierte en dominante
apropiándose de los resultados de la producción social y tendiendo, en consecuencia, a
relegar a los demás a la condición de marginados, (...) la educación es entendida como
totalmente dependiente de la estructura social generadora de marginalidad, cumpliendo
allí la función de reforzar la dominación y legitimar la marginación (…) lejos de ser un
instrumento de superación de la marginalidad, se convierte en un factor de marginación
ya que su forma específica de reproducir la marginalidad social es la producción de
marginalidad cultural y, específicamente, escolar. (Saviani, s/d: 2)

Muy Bien

b) Describir como es el tratamiento de la marginalidad según cada teoría.

Teorías No Críticas:

Pedagogía tradicional: Dentro de esta teoría, la ignorancia es entendida como la


causante de la marginalidad. Quien no es esclarecido es marginado de la nueva sociedad.
La escuela surge como un antídoto contra la ignorancia, un instrumento para resolver el
problema de la marginalidad. Su papel es difundir la instrucción, transmitir los
conocimientos acumulados por la humanidad y lógicamente sistematizados. El maestro
será el artífice de esa gran obra. La escuela se organiza, entonces, como una actividad
centrada en el docente, el cual transmite siguiendo una graduación lógica, la herencia
cultural a los alumnos.
Pedagogía Nueva: Según esa nueva teoría, la marginalidad deja de ser vista
predominantemente desde el ángulo de la ignorancia, esto es, el no dominio de los
conocimientos. El marginado ya no es el ignorante, sino el rechazado. Alguien está
integrado no cuando es ilustrado sino cuando se siente aceptado por el grupo y, a través
de él, por la sociedad en su conjunto. Se forja, una pedagogía que aboga por un
tratamiento diferencial a partir del “descubrimiento” de las diferencias individuales.
Marginados son los “anormales”, esto es, los desajustados y los desadaptados de todos
los matices. La educación, en tanto factor de igualación social será, un instrumento de
corrección de la marginalidad en la medida en que cumpla la función de ajustar, de
adaptar los individuos a la sociedad, inspirando en ellos el sentimiento de aceptación de
los demás y por los demás. Se trata de una teoría pedagógica que considera que lo
importante no es aprender, sino aprender a aprender. El docente actuaría como
orientador y estimulador de la enseñanza y la fisonomía de la escuela sería un ambiente
alegre, movido, bullicioso y multicolor.
Pedagogía tecnicista: Parte del presupuesto de neutralidad científica y se inspira
en los principios de racionalidad, eficiencia y productividad, propone el reordenamiento del
proceso educativo tornándolo objetivo y operacional. El elemento principal pasa a ser la
organización racional de los medios, ocupando profesor y alumno una posición
secundaria, relegados a la condición de ejecutores de un proceso cuya concepción,
planeamiento, coordinación y control quedan a cargo de especialistas supuestamente
habilitados, neutros, objetivos, imparciales. La organización del proceso se convierte en la
garantía de eficiencia, compensando y corrigiendo las deficiencias del profesor y
maximizando los efectos de su intervención. Marginado será el incompetente (en el
sentido técnico de la palabra), o sea, el ineficiente e improductivo. La educación
contribuirá a superar el problema de la marginalidad en la medida en que forme individuos
eficientes, por lo tanto, capaces de contribuir al aumento de la productividad de la
sociedad. Así está cumpliendo su función de igualación social.

Teorías critico-reproductivistas:

Teoría del sistema de enseñanza como violencia simbólica: Entiende que el


reforzamiento de la violencia material se da por su conversión en el plano simbólico donde
se produce y reproduce el reconocimiento de la dominación y de su legitimidad por el
desconocimiento (disimulación) de su carácter de violencia explícita. Así, a la violencia
material (dominación económica) ejercida por los grupos o clases dominantes sobre los
grupos o clases dominantes corresponde la violencia simbólica (dominación cultural). De
acuerdo con esta teoría, marginados son los grupos o clases dominados. Marginados
socialmente porque no poseen fuerza material (capital económico) y marginados
culturalmente porque no poseen fuerza simbólica (capital cultural). La educación, lejos de
ser un factor de superación de la marginalidad, constituye un elemento reforzador de ella.
Esta es la función lógicamente necesaria de la educación. No tiene otra alternativa. Toda
tentativa de utilizarla como instrumento de superación de la marginalidad no es sólo una
ilusión. Es la forma a través de la cual disimula, y por eso cumple eficazmente, su función
de marginación. Todos los esfuerzos, aun los originados en los grupos o clases
dominados, revierten siempre en el reforzamiento de los intereses dominantes.
Teoría de la escuela como Aparato Ideológico del Estado: expone que la
escuela como Aparato Ideológico del Estado (AIE) constituye el instrumento más acabado
de reproducción de las relaciones de producción de tipo capitalista. Para esto atrae a los
niños de todas las clases sociales y les inculca durante años de audiencia obligatoria
“saberes prácticos” envueltos en la ideología dominante. El fenómeno de la marginación
se inscribe en el propio seno de las relaciones de producción capitalista que se basan en
la expropiación de los trabajadores por los capitalistas. Marginada es, pues, la clase
trabajadora. El AIE escolar, en lugar de ser un instrumento de igualación social constituye
un mecanismo construido por la burguesía para garantizar y perpetuar sus intereses.
Teoría de la escuela dualista: El papel de la escuela no es, simplemente, el de
reforzar y legitimar la marginalidad producida socialmente. Considerándose que el
proletariado dispone de una fuerza autónoma y forja en la práctica de la lucha de clases
sus propias organizaciones y su propia ideología, la escuela tiene por misión impedir el
desarrollo de la ideología del proletariado y la lucha revolucionaria. Ella es organizada por
la burguesía, para esto, como un aparato separado de la producción. Consecuentemente
no cabe decir que la escuela califica de modo diferente el trabajo intelectual y el trabajo
manual. Cabe, sí, decir que califica el trabajo intelectual y descalifica el trabajo manual,
sometiendo al proletariado a la ideología burguesa bajo un disfraz pequeño-burgués. Así
se puede concluir que la escuela es al mismo tiempo un factor de marginación respecto
de la cultura burguesa así como en relación con la cultura proletaria. Frente a la cultura
burguesa, por el hecho de inculcar a la masa de trabajadores que tiene acceso a la red
PP sólo los subproductos de la propia cultura burguesa. En relación con la cultura
proletaria, por el hecho de reprimirla, forzando a los trabajadores a presentar sus
condiciones en las categorías de la ideología burguesa. En consecuencia, la escuela,
lejos de ser un instrumento de igualación social es, doblemente, un factor de dominación,
convierte a los trabajadores en marginados, no sólo por referencia a la cultura burguesa,
sino también en relación con el propio movimiento proletario, buscando arrancar del seno
de ese movimiento (colocar al margen de él) a todos aquellos que ingresan al sistema de
enseñanza.
Muy Bien

El trabajo integrador está muy bien, presenta citas textuales que sostienen la
interpretación del escrito, al darle voz a lxs autorxs se consolida mejor el trabajo.
Utilizas muy bien las Normas APA.
Nota: 10 (diez)

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