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La estrategia ayuda a:
1. La estrategia obliga a los líderes a mantenerse enfocados en el crecimiento a corto y largo
plazo
Tanto las organizaciones como los líderes enfrentan el desafío constante de equilibrar los
objetivos a corto y largo plazo cuando se desarrollan demandas y presiones rápidas e
inmediatas. Los líderes deben encontrar la capacidad y la presencia de ánimo para hacer la
transición de un lado a otro entre demandas competitivas a corto y largo plazo.
Con una estrategia clara, los líderes pueden cumplir mejor las expectativas a corto plazo y
gestionar las presiones y decisiones de una manera que se alinee con la misión y la visión
generales de la empresa y las mantenga. Por ejemplo, Hitachi, un fabricante multinacional
líder de sistemas automotrices, maquinaria de construcción y sistemas de defensa, divide su
visión a largo plazo en un plan a mediano plazo de tres años. El plan se divide además en
metas anuales. Al alinear a todos los líderes y equipos de gestión con estos objetivos, Hitachi
puede involucrar activamente a sus equipos en el logro de objetivos a corto plazo que
respalden objetivos y estrategias a más largo plazo.
En última instancia, la estrategia permitió a Hitachi fomentar relaciones a largo plazo con los
inversores y elevar el valor de su empresa. Esta es la razón por la que la estrategia es tan
importante para el éxito a largo plazo de una empresa: en lugar de socavar los objetivos a
corto plazo, la estrategia los aprovecha para respaldar la visión a largo plazo de la empresa.
Esta cohesión es vital para preservar la viabilidad de cualquier organización.
Cuando las organizaciones están dirigidas por líderes estratégicos, están mejor preparadas
para seguir siendo relevantes y agregar valor que se centre en el futuro de la organización.
Su estrategia debe impulsar a la empresa a conseguir sus metas. Al ayudar a las personas de
todos los niveles a comprender los objetivos estratégicos de la organización, así como "cómo
encajan y por qué son importantes" en esa estrategia, puede crear un grupo de personas
comprometidas con un trabajo significativo con una visión única y enfocada hacia el futuro que
impulsa el negocio. Hacia el logro de esos objetivos. Este enfoque genera un mayor sentido de
responsabilidad en toda la organización.
Por ejemplo, un equipo o función en la cadena de valor podría refinar su flujo de trabajo de
una manera que se adapte mejor para respaldar los objetivos estratégicos del negocio. Esto
puede implicar el ajuste de las metas trimestrales de los empleados o la capacitación cruzada
de los miembros del equipo para aumentar la productividad y satisfacer mejor las demandas
del mercado.
Cuando se trata de ejecutar una visión estratégica, los líderes tienen la responsabilidad de
iniciar conversaciones y ayudar a sus equipos a comprender cómo pueden asumir un papel
proactivo en la configuración del futuro. La estrategia claramente definida establece el
escenario para la alineación y la acción.
Las empresas pueden hacer referencia a los objetivos estratégicos para comprender, combinar
y gestionar mejor múltiples fuentes de datos para que la resolución de problemas y la toma de
decisiones sean más eficaces. Los líderes ejecutivos pueden analizar los datos para descifrar
cómo pueden asignar mejor sus recursos a diversas funciones e iniciativas.
Por ejemplo, Hitachi revisa continuamente sus estrategias y KPI y los actualiza periódicamente
para mantenerse al día con los cambios en la industria, los competidores y sus prioridades
estratégicas. Esto ayuda a la empresa a mantenerse por delante de sus competidores e
identificar formas de afinar aún más sus procesos organizativos para respaldar la viabilidad a
largo plazo.
La estrategia es esencial para ayudar a las empresas a determinar y refinar sus propuestas de
valor como empresa, lo que puede ayudarlas a elevar su reputación en la industria y con los
clientes.
Una estrategia bien definida es importante, pero la agilidad estratégica es aún más
importante. La agilidad estratégica es la capacidad de la organización para responder
rápidamente cuando surge una oportunidad interna o externa. Significa tener la flexibilidad
para volver a priorizar proyectos e iniciativas de manera eficiente, hacer correcciones de
rumbo y tomar medidas. Cuando existe una estrategia, los líderes tendrán un sentido agudo de
cómo se desarrollan los planes para que puedan moverse rápidamente cuando surjan
problemas u oportunidades.
Con los principios fundamentales de la estrategia comercial establecidos, los líderes no tienen
más remedio que ayudarse a sí mismos y a sus equipos a cambiar y evolucionar porque
tendrán que hacer cosas diferentes a las que se hacían en el pasado.
La estrategia crea un cambio que es intencional, deliberado y diseñado, pero los líderes deben
ser impulsores del cambio de manera que respalden la estrategia. También tienen la
responsabilidad de guiar a las personas a través de los cambios naturales que ocurren en el
entorno empresarial. El cambio no es fácil. Mantenerse arraigado en la estrategia puede
ayudar a los líderes a sentirse más seguros para encabezar iniciativas a largo plazo y asesorar a
los miembros del equipo a través del proceso de cambio.
Los líderes estratégicos pueden resistir el cambio y tener éxito al innovar y personalizar las
formas en que su organización puede abordar las iniciativas. Cada negocio es diferente y
adoptar un enfoque estándar no será suficiente en la mayoría de las situaciones. Con un claro
enfoque en la estrategia, los líderes se verán obligados a encontrar soluciones creativas y
personalizadas a los problemas, así como formas de ejecutar una estrategia de manera más
efectiva.
Los líderes empresariales también pueden aprovechar los líderes gerenciales para ayudarlos a
aprovechar la creatividad, la experiencia y las habilidades de los miembros del equipo de una
manera que respalde la estrategia general del negocio. Los líderes pueden encontrar formas
de capitalizar las fortalezas y debilidades de la organización y usarlas para crear una estrategia
de ruta realista hacia el éxito.