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Unidad 3. Comprensión de texto
Unidad 3
Comprensión de texto
Para ello, es conveniente aplicar las estrategias de lectura y comprensión de textos como
inicio del proceso de estudio.
1) Lectura global
Se trata de una lectura rápida y total del texto, sin detenerse demasiado en palabras
desconocidas o conceptos nuevos. Se trata de una lectura a vuelo de pájaro que sólo
aportará una noción de lo que trata el texto. En este momento NO debe marcarse,
subrayarse ni hacer notas marginales.
2) Lectura analítica
Es una segunda lectura, esta vez analítica y párrafo por párrafo. En esta instancia, se
comprueba si lo que contiene el texto se complementa o se contradice con los propios
saberes previos y si en él se encuentra lo que se esperaba antes de la lectura. La
realización de preguntas sobre el contenido del texto ayuda para ir entendiendo mejor los
hechos o conceptos que se presentan.
Aquí se puede utilizar un diccionario para buscar las palabras desconocidas. Comprender
cada párrafo permitirá establecer cuáles son las ideas principales y secundarias, y a partir
de allí, realizar el subrayado.
Se trata de una última lectura que permite articular y sintetizar todo lo leído. Aquí el lector
está en condiciones de organizar de manera lógica la información contenida en el texto e
identificar claramente las ideas principales y secundarias.
Para esta lectura se tienen en cuenta todas las marcas realizadas (notas marginales,
subrayados, etc.). Es el momento en que el texto se comprende profundamente, y esto
permite la producción de resúmenes, síntesis, cuadros, mapas, redes, etc. que facilitan el
estudio del texto.
Según Strang (1965), Jenkinson (1976) y Smith (1989), se pueden describir tres niveles de
comprensión cuando se aborda un texto:
El lector reconoce las frases y las palabras clave del texto. Capta lo que el texto dice sin una
intervención muy activa de la estructura cognoscitiva e intelectual del lector.
Favorece la relación con otros campos del saber y la integración de nuevos conocimientos
en un todo. El concepto de inferencia abarca, tanto las deducciones estrictamente lógicas,
como las conjeturas o suposiciones que pueden realizarse a partir de ciertos datos que
permiten presuponer otros.
Se lo considera el ideal, ya que en él el lector es capaz de emitir juicios sobre el texto leído,
aceptarlo o rechazarlo, pero con argumentos. La lectura crítica tiene un carácter evaluativo,
en el que interviene la formación del lector, su criterio y conocimientos de lo leído.
Es importante tener en cuenta que la atención demanda gran cantidad de energía cerebral.
La actividad cerebral por defecto -es decir, la que siempre se tiende a recurrir como básica-
es NO prestar atención.