La ventilación mecánica es un tratamiento de soporte vital. Un ventilador mecánico es una
máquina que ayuda a respirar cuando una persona no puede respirar en la medida suficiente por sus propios medios. También se lo puede llamar ventilador o respirador. La mayoría de los pacientes que necesitan la ayuda de un ventilador debido a una enfermedad severa están internados en la unidad de cuidados intensivos (UCI) de un hospital. Quienes necesitan un ventilador durante un tiempo más prolongado pueden encontrarse en una unidad común de un hospital, en un centro de rehabilitación o convalecientes en su casa. El principal objetivo de la ventilación mecánica en este tipo de pacientes es proporcionar un mejor intercambio gaseoso, así como el suficiente descanso para la musculatura respiratoria tras un periodo de agotamiento hasta que comience a tratarse la causa de la exacerbación y se revierta la obstrucción bronquial A mayor gravedad del paciente requiere mayor sedación, de modo que se debe usar ventilación asistida-controlada (ACMV). Se debe programar el ventilador de modo que se privilegie la espiración, con: volúmenes corrientes pequeños, de 6 a 8 ml/k, frecuencias respiratorias bajas (12 a 15) y flujos inspiratorios altos, que aumentan la presión inspiratoria máxima, pero ésta se aplica contra la vía aérea central, que no se rompe por la ventilación mecánica; la vía aérea periférica está protegida y lo que daña al pulmón es la hiperinsuflación que resulta de la espiración incompleta: no es la presión inspiratoria, sino el atrapamiento.
Tipos de ventilación
Ventilación mecánica invasiva
También conocida como ventilación mecánica tradicional, se realiza a través de un tubo endotraqueal o un tubo de traqueostomía (procedimiento médico en el cual se coloca una cánula o sonda en la tráquea para abrir la vía respiratoria con el fin de suministrarle oxígeno a la persona). Es el tratamiento habitual de la insuficiencia respiratoria. Ventilación mecánica no invasiva Es la que se realiza por medios artificiales (máscara facial), pero sin intubación endotraqueal. Ha demostrado ser una alternativa eficaz a la invasiva, ya que disminuye la incidencia de complicaciones y reduce costes. Actualmente, se indica en pacientes con edema agudo de pulmón cardiogénico e insuficiencia respiratoria hipercápnica secundaria a enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y en inmunocomprometidos que no requieran una intubación de urgencia y no tengan contraindicaciones para la VMNI (alteración nivel de conciencia, secreciones abundantes, vómitos).
¿Cómo se siente un paciente con ventilador?
El ventilador en sí no causa dolor. A algunos pacientes no les gusta sentir el tubo en la boca o la nariz. No pueden hablar, porque el tubo pasa entre las cuerdas vocales y llega a la tráquea. Además, no pueden comer normalmente cuando tienen el tubo colocado. Algunas personas pueden sentir molestias cuando se empuja el aire a los pulmones. A veces los pacientes intentan espirar cuando el ventilador intenta empujar el aire hacia adentro. Esto funciona en contra del ventilador y hace que sea más difícil que ayude al paciente. Se pueden administrar medicamentos (sedantes o analgésicos) para tratar de aliviar las molestias. Estos medicamentos también pueden ocasionar somnolencia. A veces, se usa un medicamento que paraliza los músculos temporariamente (un paralizante) para que el paciente no respire en contra del ventilador. Esto se suele hacer únicamente en caso de enfermedad pulmonar muy severa. La parálisis muscular se interrumpe lo antes posible y antes de sacar el ventilador